kant_racionalismo

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RACIONALISMO – KANT
INTRODUCCION
El racionalismo sostiene que puede conocerse con ayuda de la razón. Un saber, pues, que
realmente merezca el nombre de conocimiento, dice el racionalismo, tiene que ser
necesario y universal. Pero ocurre que la experiencia no proporciona ningún conocimiento
de este tipo. Lo que la experiencia enseña, lo que vemos, lo que tocamos, nunca es
necesario y universal, sino contingente y particular. Para el racionalismo, entonces, el
conocimiento empírico no es verdadero conocimiento. El único conocimiento
propiamente dicho es el que proporciona la razón por si sola. Y la razón tiene la capacidad
de alcanzar, no los fenómenos (las apariencias o manifestaciones), sino la realidad, las
cosas en si mismas, el fondo ultimo de las cosas; permite conocer, no las cosas tales como
se nos aparecen, sino las cosas tales como son en si, la verdadera y ultima realidad.
REVOLUCIÓN COPERNICANA
Para todos los filósofos anteriores a Kant, el sujeto es meramente receptivo en el acto de
conocer, es decir es pasivo y es simplemente un espejo. Kant plantea al conocimiento
como una acción. Conocer no es en su fundamento, reflejar los objetos, sino que es ante
todo construir el ámbito de la objetividad. En resumen, el giro copernicano hace mención
al hecho de que sólo podemos comprender el conocimiento a priori si admitimos que sólo
conocemos los fenómenos y no las cosas en sí mismas, si admitimos el Idealismo
Trascendental como la filosofía verdadera. Además, al igual que Copérnico pone a dar
vueltas la tierra alrededor del Sol contradiciendo a sus contemporáneos, Kant pone al
Sujeto en movimiento.
SENTIDO DE LA REVOLUCION COPERNICANA REALIDADA POR KANT EN TEORIA DEL
CONOCIMIENTO
Así como Copérnico había logrado realizar un giro de 360 grados a la teoría vigente
respecto de la posición de los astros, colocando en el centro del sistema al Sol en vez de la
Tierra, Kant comprende que un efecto semejante es necesario en la filosofía. La filosofía
no había logrado seguir el camino seguro de la ciencia. Los conocimientos filosóficos
oscilaban en un puñado de saberes que para la época de Kant se habían vuelto
problemáticos. Todavía no se había dado el paso fundamental que le permitiera ser una
ciencia que tome, recupere, sume y progrese. Por esto, surge la emergencia de cambiar
radicalmente el punto de partida. Así, el problema consiste en explicar el conocimiento
sintético a priori y movilizar al sujeto de conocimiento en vez de dejarlo en una actitud
pasiva.
El problema de la esencia del conocimiento consiste en determinar si en efecto el sujeto
es meramente receptivo en el acto de conocer, como pretende el realismo, o si, por el
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contrario, no es un espejo y el conocimiento se convierte así en una especie de acción, de
praxis. Esta última es justamente la opinión de Kant, quien sostiene que conocer no es, en
su fundamento, reflejar los objetos, sino que es ante todo trazar al horizonte dentro del
cual los objetos son objetos.
De este modo, conocer no seria ya meramente reflejar las cosas, sino operar sobre ellas,
transformándolas. Para Kant, según esto, conocer es ante todo “elaborar” las cosas para
que estén en condiciones para constituir objetos.
Para Kant, el conocimiento, es su último fundamento, no es ya teoría, sino una cierta
operación transformadora que el sujeto cumple: conocer quiere decir elaborar el objeto.
El conocimiento envuelve dos factores: 1) las estructura de nuestra “razón”, que es
independiente de la experiencia. 2) un “material” modelable, las impresiones.
Si se intentase conocer valiéndose solamente de la “razón”, es decir, de las formas a priori
del sujeto, no se tendría sino formas enteramente vacías, y por tanto, no se conocería
ningún objeto, nada absolutamente. Es preciso, pues, que esas formas o moldes tengan
un material al cual aplicarse. Pero ocurre que ese material no puede provenir sino sólo de
la experiencia, de las sensaciones, y Kant dirá entonces que no es posible ningún
conocimiento sino es dentro de las fronteras de la experiencia. En este sentido se
aproxima al empirismo, y declara la imposibilidad del conocimiento metafísico, entendido
como conocimiento de las cosas en si, porque para que éste fuese posible, tendrían que
sernos dados los objetos metafísicos (Dios, el alma, etc), cosa que evidentemente no
ocurre. Lo único que nos es dado son las impresiones (intuiciones), y solamente sobre la
base de éstas podrá elaborase el conocimiento.
Pero a la vez Kant enseña, contra la tesis empirista, que con puras impresiones tampoco
puede haber conocimiento, porque las puras impresiones sin ninguna forma, no serian
sino un caos, un material en bruto, o, como dice Kant, una “rapsodia” de sensaciones, sin
orden ni concierto. Para que haya conocimiento es preciso que esas impresiones estén de
alguna manera ordenadas, jerarquizadas, conformadas, “racionalizadas”, y ese orden o
racionalización no proviene de las sensaciones mismas, sino que lo introduce en ellas el
sujeto cognoscente. “Intuiciones” – es decir, aquí, impresiones – (sin conceptos son
ciegas). Y en este sentido Kant se aproxima al racionalismo.
Kant entonces rescata la porción de verdad que encierran empirismo y racionalismo, a la
vez que pone de relieve su unilateralidad, y puede hacerlo porque se coloca en una zona
más fundamental, en cuanto muestra que el conocer no es mera recepción, sino también
elaboración del objeto. Kant concibe, pues, la relación de conocimiento a la inversa de
cómo hasta entonces se la había pensado, porque mientras que el realismo sostenía que
el sujeto se limita a copiar las cosas, que ya estarían listas, constituidas y realizadas
independientemente de él, para Kant la actividad del conocimiento consiste, en su
fundamento, en constituir, en construir, los objetos. De manera que para Kant lo
determinante en el acto de conocer no es tanto el objeto, cuanto mas bien el sujeto. Esta
teoría se denomina idealismo.
Kant realiza una “revolución copernicana”, entonces, porque enfoca la cuestión del
conocimiento al revés de cómo se la enfocaba hasta ese momento.
COMIENZO EMPIRICO Y FUNDAMENTO A PRIORI
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Nuestra capacidad de conocer no puede ponerse en funciones sin objetos que estimulen
nuestros sentidos y así proporcionen impresiones, que luego el entendimiento unirá o
separara, comparara, discriminara, etc... de todo lo cual resulta ese saber que se llama
conocimiento empírico. No hay, pues, ninguna duda de que, en el orden del tiempo, la
experiencia es el primer conocimiento que tenemos.
Las impresiones son la ocasión, el estimulo, para que la facultad de conocer se ponga en
actividad; pero esta no se limita a recibir las impresiones, sino que aporta un conjunto de
formas a priori con las que el sujeto “moldea” el objeto.
Por tanto, el conocimiento no se origina en su totalidad de la experiencia, sino que esta
proporciona solamente la “materia”; la “forma”, en cambio, provienen del sujeto.
Conocimiento a priori: son los que tienen lugar independientemente de toda experiencia.
Conocimiento a posteriori: son los que tienen lugar por experiencia
DESCRIPCION DE METAFISICA Y COMPARACION CON LOGICA Y FISICA
Para poder comprender el análisis que realiza Kant respecto de la metafísica, es preciso
tener en cuenta que en el contexto social, cultural e intelectual en que se sitúa, el modelo
de conocimiento predominante es la ciencia.
Desde sus comienzos, la filosofía no logró establecer un conjunto de conocimientos de los
que se pudiese decir, con rigor, que fueran algo ya establecido sobre lo que estuviesen de
acuerdo todos los filósofos. El contenido de la metafísica se hallaba constituido por unos
presuntos saberes acerca de todo objeto en cuanto que “es”; el ente en cuanto “tal”. En
definitiva, se basaba en principios que en la época de Kant se habían vuelto problemáticos
y movedizos, pues la filosofía no había logrado constituirse como ciencia segura.
Hasta entonces, en efecto, la metafísica oscilaba entre el empirismo (que no concebía
ningún conocimiento fuera de la experiencia) y el racionalismo (que planteaba su objeto
en lo absoluto).
Para Kant, una serie de saberes habrá emprendido la marcha segura, el real camino de
una ciencia: si existe verdad en los resultados logrados; se existen no solo resultados
verdaderos sino, además, una dirección fija, un método, en la investigación de la verdad;
si cada verdad así conquistada acrecienta el saber anterior y no simplemente lo destruye,
esto es, si la marcha es realmente progresiva.
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Tomando como ejemplo las ciencias modelo, la lógica (estudio de estructuras mentales)
era aquella que gozaba de excelencia porque había nacido conclusa y perfecta (con plena
completitud y sistematicidad) con Aristóteles y desde su surgimiento no había sido
modificada. Por otro lado, la física (ciencia de condiciones ideales) también había
encontrado su camino para constituirse como ciencia estricta cuando los científicos
comprenden que deben conocer como funciona su razón. Al examinar dichas ciencias, se
observa que en el origen de su progresión se encuentran las proposiciones (o juicios)
sintéticas a priori, en virtud de las que la razón presupone sus objetos, incluso en ausencia
de éstos.
Por esto, como sucedió naturalmente con la lógica, la física, Kant quiere fundar a la
filosofía como ciencia segura que tome, recupere, sume y progrese. En este sentido se
puede decir que su concepción es puramente arquitectónica.
Ahora bien, si las proposiciones sintéticas son necesarias para las ciencias teóricas, la
condición científica de la metafísica depende necesariamente de ellas; se trataría, en
efecto, de definir su propio ámbito de investigación. Para Kant las cuestiones últimas y las
estructuras generales de la realidad están ligadas a la pregunta por el sujeto. A partir de
este presupuesto deduce que hay que estudiar rigurosamente los fundamentos y las
estructuras de la facultad de conocimiento del ser humano (criticismo), porque el ser
humano sólo puede juzgar sobre aquello que está dentro el ámbito de ser posible de ser
conocido por nosotros por nuestra facultad de conocimiento. Si ésta se caracteriza, pues,
por su aprioridad (trascendental) por oposición a la aposterioridad (experimental) de la
física, está llamada a comparecer ante su propio tribunal: el instrumento de esta
comparecencia es la Crítica, encargada de determinar los límites intrínsecos del
"conocimiento de la razón en sí misma" y de trazar "el campo de su correcto uso (...) con
una certeza geométrica".
Entonces, Kant entiende a la metafísica como una disciplina filosófica que aspira al
conocimiento de lo que se encuentra más allá de la experiencia, de lo trascendente
(particularmente Dios y el alma humana). Por consiguiente, la metafísica es la rama
fundante de la filosofía.
Por consiguiente, la metafísica no es una construcción humana arbitraria: Kant pensó que
dado el peculiar funcionamiento y naturaleza de nuestra Razón era inevitable que los
filósofos pensasen en Dios y el alma humana; estas entidades no son invenciones
caprichosas sino que están “propuestas por la naturaleza misma de la razón”. Su
valoración de lo metafísico fue tan elevada que sus reflexiones éticas culminan en la
afirmación de la necesidad de creer en lo metafísico, y a dichas entidades se refieren los
postulados de la razón práctica. Ciertamente, de dichos postulados no se puede tener
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propiamente conocimiento, pero sí “fe racional”. Entonces, como él mismo señala, tuvo
que renunciar al conocimiento de estas cuestiones para dejar paso a la fe.
La verdad trascendental y la verdad trascendente hechas posibles por la estructura misma
de la razón: he ahí la filosofía para Kant. Es la ciencia especulativa de los principios de la
razón, como fundamento de la inteligibilidad de las cosas. Y solo entrando por esta vía
tendremos trazado para Kant, el seguro camino por el que toda metafísica del porvenir
podrá presentarse como ciencia, y aún más, la ciencia por excelencia.
FACULTADES QUE INTERVIENEN EN EL PROCESO DE CONOCIMIENTO Y SU FUNCION
Para Kant, el hombre, entendido como sujeto trascendental, conoce mediante dos
facultades necesarias e interdependientes: la sensibilidad y el entendimiento. De este
modo se distancia uniformemente de Descartes, acérrimo defensor de la razón como
único modo de llegar al conocimiento, y asimismo de Hume, quien revindica el empirismo
como fuente gnoseológica, al establecer que es obligatorio considerar ambas
aproximaciones conjuntamente.
Para comprender cual es el rol de las citadas facultades, es necesario señalar que la
utilización combinada de estos elementos, en otrora opuestos, es corolario del flamante
rol activo que otorga Kant al sujeto del conocimiento. En esta nueva condición, resulta
absurdo emplear términos como experiencia o razón, pues presuponen conocimiento.
Para Kant no existe el conocimiento previo, ya que es precisamente el sujeto de
conocimiento el encargado de construirlo.
Realizada esta distinción procede Kant a afirmar que el conocimiento comienza con la
experiencia pero no se origina en ella, ya que, como se ha dicho precedentemente, la
misma supone conocimiento debido a que se encuentra ordenada. Considera, en
contraste, que aquello que proviene de los sentidos, son sensaciones desordenadas,
caóticos y desarticuladas que deben ser sintetizadas. La sensibilidad es consecuentemente
una capacidad de conocimiento receptiva, recoge mediante los sentidos e intuiciones la
totalidad de estas percepciones. En definitiva, son la materia prima que una vez
especializada y temporalizada demanda ser modelada por formas o esquemas
organizativos, que él denomina categorías, para poder llegar a armar el objeto de
conocimiento.
Dicha faena organizativa corresponde al entendimiento, compuesto por formas o ciertos
conceptos puros traídos a priori, que permiten sintetizar para así enlazar
representaciones. Estas categorías (conceptos puros) no se aprenden de la experiencia,
pues ya vienen en la mente. Siendo estos moldes, entre otros, la idea de causalidad y de
sustancia, universales y necesarios, es lógico que nivel global se encuentre singularizado el
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objeto construido. Puesto de modo alterno, todos vemos el mundo igual como secuela de
compartir las mismas estructuras que organizan los datos que aportan los sentidos.
Definido entonces las funciones de la sensibilidad y el entendimiento, recolectar y ordenar
respectivamente, cabe agregar que la interdependencia entre los elementos formales, a
priori, y los materiales, a posteriori, es, como se dijo al inicio, persistente e inherente a la
interrelación entre las facultades analizadas.
De separarse ambas facultades del conocimiento, la persona se ve librada a la deriva de la
divagación, lo cual no permite “conocer” sino simplemente “pensar”. El “pensar” no
supone universalidad ni tiene asidero experimental. Kant señala reiteradas veces que los
filósofos antecesores se habían limitado a “pensar”.
EL SENTIDO DE UNA CRÍTICA DE LA RAZON PURO, SU APORTE NEGATIVO Y SU APORTE
POSITIVO
Kant afirma que tanto la matemática, como la física, son dos conocimientos teóricos de la
razón que determinan a priori sus objetos. Sin embargo, para llegara a esta instancia
ambas ciencias tuvieron que pasar por una revolución que logro obtener este
conocimiento puro basado únicamente en un conocimiento teórico de la razón. En
contraposición, Kant asevera que la metafísica hasta ahora ha sido incierta y basada en
simples conceptos. Es por ellos que a partir de la obra Critica de la Razón pura, Kant va a
tratar de cambiar el método que ha seguido la metafísica, y realizar una revolución
semejante a la que han experimentado la física y la matemática.
También, Kant utiliza el texto “critica de la razón pura” para fundar el conocimiento. El
sentido es cuestionar que es la razón del hombre. Empieza a hacer distinciones, quiere
indagar acerca del mundo pero primero se da cuenta que debe indagar los límites de la
propia razón y luego así poder conocer al mundo exterior. Desea explorar las facultades
de nuestra razón crítica, establecer los límites de los que podemos conocer y lo que no, sin
valerse de la experiencia. Del mismo modo, intenta buscar la posibilidad o imposibilidad
de una metafísica, la determinación de sus fuentes, su extensión y sus límites siempre
siguiendo principios. Se plantea todas las cuestiones de la metafísica y trata de encontrar
una solución.
A partir de la crítica de la razón pura, Kant proporciona un aporte positivo y un aporte
negativo. Su aporte positivo, es que logra encontrar un conocimiento a priori que no se
basa únicamente en la experiencia. Kant limita lo que los hombres pueden conocer, sin
embargo lo que si logran conocer es un conocimiento seguro y certero. Este conocimiento
a priori, proviene de la razón de los hombres y es el único conocimiento puro, se obtiene a
parir de la moral que es el único plano con el cual se puede tomar control de lo absoluto.
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A partir de esta restricción de del empleo de nuestra razón que a su vez limita nuestra
percepción, logramos concluir en un uso puro y practico de nuestra razón.
Por otra parte el aspecto negativo, es que acepta que el hombre no puede conocerlo todo.
Logra entender y trata de transmitir a los hombres que es imposible un conocimiento
absoluto basado en verdaderos fundamentos. Como también afirma que nunca
lograremos traspasar con la razón especulativa, los límites de la experiencia. Por ejemplo
según Kant, nunca se va a conocer la existencia de Dios, ya que no se puede probar con la
experiencia ni con la razón.
DIFERENCIA ENTRE “CONOCER Y “PENSAR – RELACION CON LA DISTINCION ENTRE
ENTENDIMIENTO Y RAZON
La diferencia que Immanuel Kant establece entre lo que es conocer y lo que es pensar
está en la base de su teortiene la misma relación que se suscita entre los conceptos de
entendimiento y razón, la diferencia que existe entre ambos conceptos se basa en uno de
los objetivos de Kant en su obra que es el de imponerle los límites correspondientes a la
metafísica, para que la misma pueda seguir los seguros y certeros pasos de una ciencia
bien establecida y fundar el conocimiento en su proyecto edificante.
En primer lugar cuando Kant se refiere a lo que es conocer esta hablando de adquirir
conocimientos que tienen un sustento en lo experimental y que luego con el uso del
entendimiento se puede llegar a una verdad o nuevo conocimiento. El conocer consiste en
buscar la verdad objetiva de los conceptos y no simplemente basarlos en fundamentos
racionales. Para poder conocer son necesarias dos facultades que se deben
interrelacionar: el entendimiento y la sensibilidad. La sensibilidad constituye la facultad de
conocimiento receptiva que brinda la materia prima, las sensaciones e intuiciones que
luego permitirán conocer. Este material no resulta conocimiento en sí mismo, sino un
conjunto caótico de información que requiere sistematización. Es ahí donde entra en
juego el entendimiento. Este último posee esquemas de construcción y mediante la
síntesis da forma a las sensaciones especializadas y temporalizadas. El entendimiento
cuenta con formas a priori: las categorías o conceptos puros, como resultan la idea de
causalidad, de sustancia, etc. Justamente es en este punto en el que se efectúa la
diferencia con lo que es pensar. En tanto que no se establezca la condición necesaria de
convergencia entre la sensibilidad y el entendimiento, el individuo recurre a la
imaginación y comienza a divagar. En consecuencia solo puede “pensar” y no “conocer”
algo certero. Ese ha sido el error de los filósofos anteriores: simplemente pensaban y
llegaron a conocer la esencia de las cosas por el mero hecho de descartar la facultad de la
sensibilidad y no brindarle un material contundente a sus esquemas.
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Frente a los conceptos expuestos se puede evidenciar claramente la relación que existe en
la diferenciación planteada y los conceptos de entendimiento y razón. Esto se debe a que
el entendimiento con sustento en la experiencia es el sustento en el conocimiento
mientras que la razón pura es el sustento de pensar. Es el entendimiento que esta
compuesta de las formas a priori. En tanto la razón cubre un campo más general ya que la
misma esta presente tanto en conocer como pensar pero es en el pensamiento en donde
se utiliza la razón pura para establecer conceptos, de este modo razonamientos como la
existencia de Dios, la libertad del hombre o la eternidad del alma son temas que se
dirimen dentro del campo de la razón pura para los cuales no hay respuesta salvo por
medio de la fe.
En conclusión se puede ver que la diferencia entre estos conceptos consiste en los que se
encuentran dentro del campo de estudio de la metafísica con sustento o hilo conductor en
lo sensible (como el entendimiento y el conocimiento), mientras que por el otro lado se
encuentra la razón pura y el pensamiento que simplemente forman parte de una
divagación eterna la cual solo lleva a incertidumbres y contradicción.
YAPA DE KANT
¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA REFERENCIA DE KANT A HUME EN LA INTRODUCCION DE SU
LIBRO? – RELACION CON LA DISPUTA ENTRE LOS DOGMATICOS Y ESCEPTICOS.
Kant, en la Introducción de su libro, divide a los filósofos entre dogmáticos y escépticos.
Quienes integraban el primer grupo eran aquellos que postulaban cosas que podían
pensar, pero que no las podían conocer, ya que pensar, para Kant, es cuando el
entendimiento divaga, discurre solo. Entre ellos se encontraban Platón y Descartes. Por el
otro lado se sitúan los escépticos, cuyo máximo representante es Hume, caracterizado por
poseer dudas escépticas, a las que les corresponden soluciones escépticas. Un claro
ejemplo de esto es la idea de causalidad, la cual es una idea compleja, que al
descomponerla, Hume cree que a una de sus cuatro partes (sucesión temporal) no le
corresponde una impresión sensible, por lo que no constituye un conocimiento legítimo.
Frente a este problema, se da una respuesta a través del hábito, de la costumbre, de la
creencia, es decir, que la experiencia pasada sea útil para el futuro. De esta forma, la
legitimidad de la idea de causalidad es otorgada por la práctica.
Kant dialoga con los dogmáticos y escolásticos, quienes pretendían tener conocimiento
de algo absoluto y señala que, si bien es entendible que la gente posea un impulso de ir
más allá, debe quedarse en el mundo condicionado, en el mundo de lo fenoménico, para
obtener verdadero conocimiento. En otras palabras, Kant cree que solo se puede conocer
el mundo de la experiencia, el cual es condicionado y limitado, puesto que un elemento
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tiene que se otorgado por la experiencia; mientras que solamente se puede pensar las
categorías que van más allá de lo sensible.
Además de dirigirse a los dogmáticos, se puede ver en la introducción un constante deseo
de marcar la diferencia entre él y Hume, tanto es así que se puede llegar a afirmar que
tenía más temor de ser confundido con el pensamiento de Hume que con el de los
dogmáticos (“parezco ser empirista pero no lo soy”).
La diferencia básica entre Kant y Hume es acerca de la experiencia. Para el primero, la
experiencia ya es un modo de conocimiento, porque tiene fórmulas a priori, mientras que
para el segundo es una tabula rasa. Además difieren en que, para el empirista, los sentidos
conectan al hombre con la experiencia, formando objetos de manera ordenada, pero para
Kant, los sentidos dan datos a la experiencia de manera caótica y todavía no hay objetos.
Además se debe destacar la gran diferencia que se encuentra entre Kant y Descartes y
Hume. Este contraste se hace presente en el pensamiento de Kant, ya que se presenta
como una crítica y una síntesis de Descartes y Hume, Esto es así porque introdujo un gran
cambio al afirmar que el sujeto de conocimiento es activo y no pasivo como lo creían los
dos filósofos. De esta manera el sujeto no debe encontrar al objeto de conocimiento, sino
que le corresponde construirlo. Este cambio implicó un giro drástico y introdujo cambios
(tal como lo hizo la revolución copernicana), por lo que a veces se le atribuye ese nombre.
Esta es probablemente la gran diferencia que separa a este filósofo de Descartes y Hume,
ya que para ambos el sujeto de conocimiento es pasivo, puesto que las ideas reflejan las
huellas dejadas por los objetos, mientras que para Kant es activo.
Por último y como síntesis se puede ver en la introducción del libro de Kant un diálogo de
éste con los dogmáticos y con los escépticos. Se dirige a los primeros para demostrar que
no es posible lograr un conocimiento verdadero de algo absoluto, por lo que deben
mantenerse en el mundo de lo fenoménico para garantizar un verdadero conocimiento.
Por otro lado, tiene un constante deseo por marcar la diferencia de su pensamiento con el
de los escépticos, ya que difieren en su percepción acerca de la experiencia. De esta
manera, se puede encontrar en Kant una discusión con los filósofos que lo antecedieron,
una crítica hacia ellos, lo cual le permitió crear su propio pensamiento y realizar una
revolución copernicana, al convertir en activo al sujeto de conocimiento.
¿En qué términos concibe Kant el principio de causalidad? Compare con Descartes y
Hume?
Kant concibe el principio de causalidad como una idea de conexión necesaria presente en
la categoría a priori del entendimiento. El filósofo creía que la usual expresión de la
causalidad, "cada evento tiene una causa", era una verdad necesaria y universal. Kant fue
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en contra de la visión que era aceptada hasta su tiempo y originó lo que él mismo llamó
una “revolución copernicana” debido a la magnitud del cambio que proponía. En lugar de
que todo nuestro conocimiento se origine en la experiencia y de que el sujeto sea pasivo,
Kant propone someter la experiencia a nuestro conocimiento y que el sujeto sea puesto
en movimiento. En otras palabras, Kant criticó severamente la noción tradicional de
causalidad, poniendo así en duda toda la filosofía construida sobre ella. El filósofo creía
que conocemos realmente las cosas y no sólo las verdades de la matemática o de la lógica,
como "2+2=4" o "la suma de los ángulos interiores de un triángulo son 180o". Kant llega a
la conclusión de que la única relación entre el evento A y el evento B que puede
establecer un orden necesario entre diferentes percepciones es el concepto de relación
causal, es decir, el principio de causalidad.
Entonces, de acuerdo con Kant, la idea de que “todo suceso tiene una causa” es una
verdad necesaria acerca de nuestra experiencia. Sin embargo, Hume ve en esto una
justificación del escepticismo, ya que afirmar que un fenómeno posee una causa es un
juicio sintético “a posteriori”, y no analítico.
Hume se enfrenta al principio de causalidad al intentar responder a dos cuestiones:

¿Por qué decimos que todos los sucesos tienen necesariamente una causa?

¿Por qué afirmamos que causas particulares tienen necesariamente
determinados efectos?
La respuesta de Hume consiste en decir que la causalidad no es sino el resultado de la
aparición conjunta de determinados sucesos sin que, en realidad, podamos demostrar que
entre ellos exista una relación necesaria y objetiva que los vincule porque no se puede
apreciar ninguna impresión sensible que lo compruebe. Nuestra idea de que existe un
vínculo necesario entre determinados objetos o sucesos no es sino un mecanismo o
impulso voluntario de nuestras mentes por el cual esperamos que suceda B cada vez que
percibimos A. Así, lo que no es sino una costumbre subjetiva de nuestra mente es a
menudo confundida con una relación objetiva y necesaria entre fenómenos. Dicha
costumbre existe como resultado de la experiencia anterior (hasta ahora, siempre que ha
ocurrido A ha sucedido B). Es así que Hume llega a la conclusión de que una idea que
surge de un mero hábito de la mente no puede ser la base de creencia o conocimiento
legítimo alguno. Y, como la relación causal carece de una base objetiva, tampoco se puede
justificar el principio general “todo suceso tiene una causa”. Éste sólo tiene como base
nuestra experiencia, es decir, que en un principio “a posteriori”.
En cuanto a la concepción de Descartes acerca del principio de causalidad, éste establece
que “todo ha de tener una causa (salvo que se su propia causa)” y, que “no puede haber
más realidad en el efecto que en la causa”. Así, este principio constituye una de las ideas
que él llama Innatas, es decir, aquellas ideas que el alma trae consigo y que, por lo tanto,
son claras, evidentes e independientes de la experiencia.
La principal diferencia entre Descartes y Kant radica en que el primero considera que el
principio de causalidad ya es conocimiento, y que a su lo traemos desde que nacemos. Por
el contrario, Kant considera a este principio como un esquema y no como conocimiento
en sí. Si bien aclara que los seres humanos nacen con estos esquemas, estos sólo nos
sirven para producir verdadero conocimiento.
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DOBLE YAPA DE KANT
Explique y comente la siguiente frase de Kant: " mas si bien todo nuestro conocimiento
"comienza" con la experiencia, no por eso "originarse" todo él en la experiencia"
Immanuel Kant señala en la introducción a su libro “Crítica de la razón pura” que el
conocimiento comienza necesariamente en la experiencia. Sin embargo no tarda en
subrayar que aunque comience en la experiencia no todo procede de ella. Según el
filósofo existe lo que se podría llamar dos facultades en el hombre que se deben combinar
para así poder llegar a conocer. Por consiguiente explica que el hombre cuenta a priori
con el entendimiento (el cual no viene vacío sino lleno de formas de contenido, categorías
similares a esquemas) y con un cúmulo de sensaciones caóticas a priori provenientes de lo
sensible, la experiencia. El hombre es “bombardeado” por la experiencia, los datos
provenientes de sus sentidos, estas sensaciones desordenadas por sí solas no son
conocimiento, más bien son como la materia prima de la cual el hombre podrá crear el
objeto de conocimiento. Esta experiencia es un elemento empírico, contingente,
intuiciones las cuales son ciegas sin el entendimiento. Pero también las categorías solas
son vacías. Por eso para que surja el conocimiento se necesita que la materia prima de
conocimiento, las sensaciones, se ordenen, que el entendimiento las sintetice para así
poder construir en conjunto el conocimiento.
En consecuencia, es evidente la necesidad de el trabajo conjunto de ambas facultades
para la creación del conocimiento por lo que aunque la experiencia sea el comienzo del
conocimiento nunca podrá surgir conocimiento de esta si no pasa por el entendimiento
del hombre. De esa acción es de donde el conocimiento realmente procede.
Explique y comente la siguiente frase de Kant: “La experiencia es sin duda el primer
producto que elabora nuestro entendimiento, con la materia bruta de nuestras
percepciones sensibles”
Kant admite que la experiencia es sin duda el primer producto que nuestro entendimiento
realiza al elaborar la materia bruta de las percepciones sensibles, y que es fundamental en
el conocer ya que permite que la facultad sensible sea motivada y despertada para actuar
de tal forma que hace que el entendimiento cuente con el material para poder ejercer su
función.
Debido a esto la experiencia es la primera enseñanza y su marcha en nuevas enseñanzas
es tan inagotable que toda la cadena de las generaciones futuras no carecerá nunca de
nuevos conocimientos recogidos en este suelo.
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Sin embargo, no es el único campo al que nuestro entendimiento ha de quedar limitado
ya que es verdad que ella no dice que eso es, pero no que eso tenga que ser así
necesariamente y no de otra manera. No nos da tampoco una verdadera universalidad, y
la Razón, que tanto ansía conocimiento de este género, se ve más bien excitada por ella
que satisfecha.
La experiencia es un modo de conocimiento que exige entendimiento y por eso, a
diferencia de lo que habían afirmado los racionalistas y los empiristas, para quienes había
solo una fuente de conocimiento, la razón para unos y la experiencia para los otros, para
Kant habrá dos fuentes de conocimiento: una la sensibilidad, que temporaliza y espacializa
datos que aún no son objetos de conocimiento; y otra el entendimiento, que recibe estos
datos temporalizados y espacializados y a través de las categorías produce el objeto de
conocimiento. Solamente es posible hablar de un conocimiento una vez producida la
unión entre la sensibilidad y el entendimiento.
A partir de esto podemos definir dos tipos de conocimientos:

los conocimientos a priori son aquellos que tienen al mismo tiempo el
carácter de una necesidad intrínseca, son aquellos independientes de toda experiencia y
no aquellos que son independientes de ésta o aquella experiencia, son siempre formales,
claros y ciertos.

los conocimientos a posteriori se oponen a los conocimientos a priori, son
conocimientos empíricos que dependen de la experiencia.
Por un lado el conocimiento empírico no encierra ninguna necesidad ya que lo contrario
de un fenómeno es siempre posible. Tampoco implica universalidad porque al ser el
resultado de una generalización inductiva están sometidos a los datos de la observación
por la que ésta proposición será válida mientras lo que hasta ahora hemos observado se
mantenga estable de acuerdo con esta regla.
Sin embargo, ciertos conocimientos implican necesidad y universalidad (la lógica, la
matemática y la física por ejemplo), y si esa necesidad y universalidad no puede proceder
de la experiencia ha de ser a priori, independiente de la experiencia.
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