A LA PUREZA DE LA VIDA JUNTO AL LAGO En una apacible tarde de primavera, Remando en la barca de tus sentimientos, Pude contemplar tu figura señera Envuelta de sauces, llorones, lirios y pensamientos. La vestidura elegante de tu propio “YO” Se mecía blandamente en la barca de tu vida Con unos blancos pliegues tocando las azuladas aguas Y una canción sonora tan suave como la brisa. Las suaves olas que la barquilla formaba En su tranquilo paseo por la superficie acristalada, Te miraban extasiadas, y sonreían admiradas La quietud bonancible de tu amistad encantada. Los rayos del sol, filtrados en sus claras aguas, Daban al lago en la tarde de primavera dorada, Una reverberancia tan transparente y aquilatada Como el reflejo de tu cara divina y el de la barca, En el limpio espejo de tu soñada vida, tan querida y amada. Felipe Santos, padrecito salesiano Saludos y abrazos a todas y a todos