La planificación de destinos turísticos emergentes. El caso

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LA PLANIFICACIÓN DE DESTINOS EMERGENTES.
LA REGIÓN FRONTERIZA DEL MIÑO ENTRE GALICIA Y
PORTUGAL.
Carmen Padín Fabeiro
Departamento de Economía Aplicada
Universidad de Vigo
Campus Lagoas Marcosende s/n
Vigo. Galicia
[email protected]
ABSTRACT
Desde un estudio de la actividad turística como factor de desarrollo local realizado en 2001 sobre
Galicia y el Norte de Portugal, el paper presenta una síntesis de las principales aportaciones sobre el
análisis territorial de los destinos turísticos, elaborando un modelo que permita establecer
valoraciones acerca de las características de la región fronteriza integrada por el Baixo Miño en
Galicia y el Alto Minho en Portugal, y al mismo tiempo que pueda ser usado como instrumento para
la toma de decisiones administrativas o empresariales en la planificación de las actividades turísticas
dentro de la región, teniendo en cuenta su división administrativa actual entre España y Portugal.
La aportación fundamental de este trabajo es la validación del modelo utilizado para proponer
medidas de planificación, contrastando la hipótesis de partida respecto a considerar a esta región
como un destino turístico conjunto, en función de la estructura de los rasgos comunes que presenta,
analizados en el modelo, así como del propio comportamiento de los turistas que usan la principal
ruta circulatoria de la región, uniendo ambas márgenes del río Miño e integrando a los dos
territorios en la práctica como destino común.
PALABRAS CLAVE: región fronteriza, regiones de destino, planificación
CARMEN PADÍN FABEIRO, es Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago de Compostela.(1998), con tesis de
licenciatura: “Desarrollo local y Turismo. El Baixo Miño”.
Realizó los Cursos de Doctorado en Economía Aplicada, 1998-00, en la Facultad de Ciencias
Económicas e Empresariales de Vigo, donde tiene la inscripción del Proyecto de Tesis de
Doctoral, con el título: “ El desarrollo endógeno local. Estudio de la actividad turística como
forma de aprovechamiento de los recursos endógenos”, con Xulio Pardellas como director de la
misma. Enero 2001.
Ha participación como docente en cursos de extesión universitaria de la U. Vigo, en temas de
planificación y evaluación de recursos turísticos.
Colaboradora del profesor Xulio Pardellas en el proyecto de investigación.: “Efectos de la
actividad turística en el desarrolllo de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal”. En curso.
Actualmente ejerce como investigadora a tiempo completo en el departamento de Economía
Aplicada, en el grupo de investigación de Desarrollo Local y Turismo-Recursos Naturales-.
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1. INTRODUCCIÓN.
Todavía hoy es frecuente encontrar en documentos oficiales y también en la literatura científica, la
calificación del turismo como panacea y solución a todos los problemas económicos de regiones e
incluso países, pudiendo por si solo equilibrar las balanzas de pago y generar movimientos de capital.
Con ese supuesto, el enfoque tradicional y expansivo del desarrollo turístico se orienta a reducir las
barreras y a estimular el interés del mercado (Getz,1987). Todo se centra en los beneficios económicos
de la llamada industria turística, sobre todo los relacionados con la generación de renta, la creación de
empleo y el desarrollo regional.
En el otro lado, podemos encontrar referencias muy relevantes señalando que este enfoque con
orientación de mercado no proporciona siempre la solución más apropiada o sostenible
(Inskeep,1987,1988). Igual que en otros ámbitos económicos postulan una intervención administrativa
para proteger los activos naturales y ambientales en los que se asienta el modelo, y como objetivo no
menos importante, para reducir los impactos sociales y culturales negativos de la actividad turística,
sin dejar de maximizar los beneficios económicos que sean posibles con aquella filosofía de
sostenibilidad (Inskeep,1991).
Existen al mismo tiempo múltiples referencias en las que se intenta vincular el turismo a la
planificación local (Ashworth y Dietvorst, 1995), Pardellas (2001), con especial énfasis en la
necesidad de integrar el turismo en los sistemas productivos locales, lo que significa establecer una
acentuada interrelación buscando externalidades positivas, entre todos los recursos del territorio. En
ese contexto tienen plena vigencia los modelos de desarrollo endógeno, dado que en ellos se
contempla una plena integración de todos los agentes económicos, institucionales, sociales y culturales
(Vázquez Barquero, 1999).
A pesar de los avances considerables en el desarrollo de procesos metodológicos de planificación
turística (Getz,1986) (Inskeep,1988), se observa una cierta carencia de modelos, teorías y conceptos
espaciales que puedan convertirse en un instrumento de trabajo para los planificadores de un área
turística. Pearce (1995) analiza los modelos espaciales de turismo, destacando una notable
fragmentación en su tratamiento teórico y observando que muchos se elaboraron de forma
compartimentada, esto es, sin atender a experiencias anteriores, aparte de que muy pocos han sido
sometidos a valoración crítica, o a un contraste empírico.
Otra corriente de análisis se inicia con los trabajos de Jansen-Verbeke(1992), quien observó que a
pesar de los numerosos modelos de planificación de actividades como vivienda o tráfico, existen
pocos con relación a las actividades recreativas y al turismo en su conjunto. Por otro lado los trabajos
de Gunn (1972, 1988, 1993) contribuyen a la descripción de la estructura física de las regiones
destino. Sus conclusiones son ampliamente citadas, siendo uno de los pocos que se ha centrado en la
descripción y desarrollo de modelos estructurales de destinos turísticos.
En este contexto, los trabajos de Dredge (1999) aportan una interesante base teórica, que simplifica
los elementos comunes presentes en la literatura científica sobre los espacios territoriales de destino, y
de especial relevancia para analizar e incluso proponer procesos de planificación del territorio,
integrando al turismo como actividad principal. Desde este punto de vista, con ello nos proporciona
argumentos e instrumentos sólidos con los que poder verificar si la propuesta de un determinado
modelo se ajusta o no a un objetivo concreto de actuación.
2. EL MODELO TEÓRICO.
Siguiendo la definición de la Organización Mundial del Turismo (1995), un destino turístico es un
lugar importante visitado por un turista en su viaje. Aquí se pueden distinguir tres tipos diferenciados
de destinos: desde la perspectiva geográfica, el más alejado del lugar de origen del turista, desde la
perspectiva económica, el lugar donde el turista permanece más tiempo y por tanto donde realiza el
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mayor gasto, y finalmente, desde la enfoque psicográfico, el destino que constituye el motivo principal
del viaje (Swarbrook y Horner, 1999).
Por tanto los destinos hacen referencia a un lugar geográfico con elementos singulares que motivan el
desplazamiento del turista para visitarlo. Como tal debe estar bien referenciado y limitado, aunque en
esto tambien se distinguen dos perspectivas, la real o física y la percibida, en lo que influye la imagen
proyectada por las empresas o por la misma administración turística. Un ejemplo de la primera puede
ser el contorno físico de una isla, en la que los límites reales imponen un condicionante básico a su
percepción por el turista. Para el segundo pensemos en los límites creados por el mercado en su
sentido más amplio (la “España verde” es una forma de ofrecer un conjunto de destinos con
características comunes y singulares, diferenciada de otros).
Por otra parte, tambien es posible delimitar los destinos por escalas o jerarquías, dado que un
determinado espacio además de ser un destino turístico por si solo, forma parte de otro de escala
geográfica (o de mercado) superior. En este trabajo, el área subregional constituida por las comarcas
del Baixo Miño, en Galicia, y del Alto Minho, en Portugal, aún siendo desde la perspectiva del estudio
un destino propio, en ningún caso se puede dejar de ubicar dentro del destino superior de la
eurorregión Galicia-Norte de Portugal, e incluso de la península ibérica. Sin embargo, aquí es donde se
toma una referencia singular: la frontera natural del rio Miño, que se proyecta como límite percibido,
considerando que es relevante para la demanda (Pardellas, 2001).
En principio y de acuerdo con el esquema de Gunn (1993), se identificarán cinco elementos clave y
sus interrelaciones para analizar la planificación de un destino. Estos elementos son: una frontera
definida del territorio, un acceso desde los mercados con un corredor circulatorio interior, unos
complejos de atracción de la comunidad, un interior no atractivo y las entradas o puertas a/de ese
territorio. Desde otra perspectiva tambien se considera que dentro del territorio destino hay varios
nodos o puntos donde se concentran los complejos de atracción y los servicios ofrecidos a los turistas.
En consecuencia, sintetizando las aportaciones de McCannell (1976), Leiper (1990, 1995), Gunn
(1993, cit), Cue et al (1993) y Pierce (1995), y utilizando de forma más concreta el modelo de Dredge
(1999), se comentará con algo más de detalle este conjunto de elementos para aplicar después ese
modelo al caso de estudio.
Obviamente, la actividad turística está condicionada por el mercado y es la evolución de los gustos de
los consumidores lo que determina los cambios en la oferta y en el agregado de servicios que integra el
sector turístico (OMT, 1995 cit), por lo que en primer lugar debe definirse el concepto de Mercados
Emisores de Turismo, usado como referencia general al lugar de residencia habitual de los
potenciales demandantes de servicios turísticos. También se debe tener en cuenta que un turista viaja a
un destino en general, para conocer y experimentar nuevas sensaciones, pero sus expectativas y
preferencias, así como la motivación para elegir un determinado destino siempre están condicionadas
por la influencia de las características existentes en sus lugares de origen, por lo que la caracterización
de los mercados emisores como un factor de relevancia en la planificación y el diseño del destino es
fundamental, sobre todo para las administraciones locales.
En segundo lugar, se usará la denominación Regiones d e Destino para el área geográfica donde se
concentra la actividad turística, definida como el lugar escogido por una persona para visitar y pasar
al menos una noche con el fin de tener una vivencia de alguna faceta o característica que se perciba
como satisfactoria en el empleo de su tiempo de ocio. Un turista puede ir a varios lugares, pero sólo
donde pernocta se considera región de destino y así sus fronteras aparecen sometidas a las
características y modelos de los viajes, por lo que las regiones pueden ser grandes o pequeñas, pueden
o no solaparse, dependiendo por ejemplo, del sistema de transporte y la distancia. Los planificadores
deben ser conscientes de que existen regiones a diferentes niveles en un destino y que la existencia de
fronteras administrativas puede limitar la planificación y el diseño de la región de destino (incluso
cuando las fronteras físicas ya se han eliminado, como es el caso estudiado).
Dentro de aquella área geográfica se encuentra configurada la estructura de la oferta turística, que en
lógica se sitúa en lugares concretos, a los que se denomina Nodos, para referirse a los racimos- o
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clusters- de atracciones y servicios que conjuntamente forman un subdestino local. La estructura
espacial de estos nodos tiene forma de tres anillos concéntricos. El núcleo es el centro: puede ser una
atracción, un paisaje o una área monumental de importancia para el turista. Está rodeado de un área
que actúa como escenario directo tanto físico como psicológico para la experiencia turística. A su vez,
este cinturón también se rodea por una zona de cierre que es el espacio de influencia exterior donde se
hallan los servicios.
Por su parte, Los nodos tienen dos elementos principales que a menudo son independientes: los
complejos de atracciones y los componentes de los servicios. Un Complejo de Atracción consiste en
cualquier oferta con facilidades para que un turista pueda visitarla o contemplarla. El término se
refiere a una o más atracciones individuales que generan un interés y un desplazamiento de turistas, y
pueden localizarse en un lugar geográfico o en varios dentro de una región de destino, lo que definiría
la configuración de los Núcleos, definidos en consecuencia, como los elementos centrales de atracción
a un destino turístico. La naturaleza complementaria de las atracciones normalmente aumenta el
atractivo general del núcleo, de ahí que los complejos de atracciones y los núcleos presenten con
frecuencia relaciones de sinergia entre sí, incrementando el interés turístico de forma mucho más
acentuada que con la agregación simple de las ofertas, pudiendo organizarse igualmente en una
estructura jerárquica según la importancia de las atracciones.
Para completar el concepto de nodo, se deben citar los Elementos de Servicio, que comprenden una
diversa gama de facilidades como el alojamiento, la restauración, el comercio minorista y cualquier
otro servicio necesario para el turismo. Si bien constituyen elementos importantes del destino y su
actividad representa valores económicos muy relevantes, su naturaleza complementaria indica que en
general no constituyen el atractivo fundamental del destino, que recaería en las atracciones. Sin
embargo, en los últimos años la división entre servicios y atracciones tiende a desvanecerse, como
ocurre con los restaurantes-teatro, los hoteles-casinos, los establecimientos de alojamiento
especializados, los complejos residenciales, los albergues de ecoturismo y otros desarrollos temáticos
que integran atracciones y servicios como la imagen característica de un núcleo y son presentados de
forma que el turista los perciba como algo singular.
La percepción citada depende siempre de la forma en que el potencial turista tenga conocimiento de
los destinos, y así se define el concepto de Marcadores (Leiper, cit.) como todos aquellos elementos
de información respecto a una atracción, que pueden ser de naturaleza promocional o simplemente
informativa y en general actúan como condicionantes fundamentales de la elección y el viaje del
turista al destino, así como sus desplazamientos en el interior. En general se distinguen dos tipos de
marcadores: separados y adyacentes. Los primeros se sitúan en los mercados emisores o bien a lo
largo de la ruta del turista, mientras que los adyacentes se refieren a la información sobre atracciones
originada en el mismo destino.
Los marcadores realizan varias funciones, desde motivar el viaje, seleccionar el destino y planear el
viaje, hasta escoger las actividades o rutas ya dentro del destino e identificar el o los núcleos de
atracciones. Con ese enfoque, los marcadores separados influyen principalmente sobre la elección del
destino y el itinerario del viaje, y los marcadores adyacentes intervienen en la selección de los núcleos
y las atracciones a visitar, por lo que tienen una relevancia clave en el comportamiento del turista,
facilitando una información adecuada sobre las atracciones y estimulando los viajes y rutas dentro de
la región, e incluso provocando una prolongación de la estancia.
Por último, y teniendo en cuenta que la actividad turística implica necesariamente un desplazamiento
de los demandantes hacia el destino, y a su vez en la mayoría de los casos, otros desplazamientos
internos dentro del destino, el concepto de Puertas (Dregde, cit.) hace referencia a las entradas o las
zonas de llegada a una región de destino. Pueden estar muy centradas en el acceso a un núcleo
determinado, o tener una transición gradual desde un destino a otro.
Las puertas juegan un papel de singular relevancia tanto física como psicológica en la configuración
de una región de destino, ya que constituyen su primer contacto con el turista, indican el fin del
desplazamiento más importante, dan una primera visión del destino, ayudan a la orientación de los
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turistas hacia el interior, etc. Las puertas son la primera imagen de la región de destino (y a veces la
que queda en la memoria del turista), y por tanto deberían gozar de cuidadosa consideración en su
planificación y diseño. El modelo admite que pueden haber múltiples puertas en la región y que la
utilizada para entrar puede no ser la de salida. Además la puerta utilizada dependerá de una gama de
factores, que van desde la elección del sistema de transporte a la estación del año en que se haga el
desplazamiento, pasando por la información y las alternativas ofrecidas en los marcadores con
respecto a la forma de acceder a las atracciones.
Ya dentro del destino, las Rutas Circulatorias (Gun, cit.) son los elementos que permiten el
movimiento de turistas entre los complejos de atracciones y los servicios, y entre diferentes núcleos.
Las rutas se fijan en función de las motivaciones y los objetivos personales buscados por los turistas
en un destino, así como de las facilidades de acceso para los tipos de vehículos que puedan usarse, de
esa forma pueden influir en la elección de la ruta: la disponibilidad de enlaces directos, su calidad
paisajística, el sistema de transporte o como es lógico, la información de los marcadores. El modelo
más común asume que no todos los nodos pueden estar comunicados y que el viaje entre estos
senderos puede o no ser bi-direccional. Es decir, no todos los viajeros escogerán la misma ruta para
regresar a su alojamiento.
3. LA PLANIFICACIÓN DE UN DESTINO TURÍSTICO: APLICACIÓN DEL
MODELO A LA REGIÓN DEL MIÑO.
Para el análisis de un modelo de planificación centrado en el territorio integrado por las comarcas del
Baixo Miño (Galicia) y el Alto Minho (Norte de Portugal), se usaron las aportaciones anteriores,
aunque gran parte de la línea de argumentación estuvo basada a su vez en el modelo que con ellas
construye Dregde (1999, cit), por su especial simplicidad y adaptación a las características de la región
de estudio. En primer lugar el modelo no presenta límites regionales ni restricciones de territorio, por
lo que es apto para una región fronteriza como la que nos ocupa, y recoge además las aportaciones
sobre las pautas de comportamiento en los viajes y las conexiones frecuentes en regiones de destino
donde predomina el uso del automóvil particular, por ser esta forma de viaje y acceso la más habitual
en el área de estudio.
Esta región fronteriza, que se denominará Región del Miño a partir de ahora, presenta las
características que se requieren para poder aplicar los modelos considerados:
•
Debe tratarse de un territorio en el que domine el turismo de ocio, elemento que cumple la
Región del Miño, donde más de _ del total de turistas responde a esta tipología (Pardellas et
al, 2001)
•
Parte de un enfoque sistemático que permite conceptuar la integración de la región de destino
dentro de otros modelos de turismo, es decir, no excluyente con otros análisis. Ello es
coherente con el principio básico de la teoría de sistemas: un conjunto de partes
interrelacionadas con cada sistema, y con este conjunto a su vez posiblemente formado con
uno mayor (McLoughlin,1969)
•
Los mercados emisores y las regiones de destino debe ser entidades geográficamente
separadas, lo que obviamente, sucede en esta región
•
La naturaleza compleja y con distintos niveles en los destinos requiere una estructura
jerárquica pero flexible que se adapte a los distintos lugares, niveles y características del
mercado, lo que se verifica igualmente en esta región, tanto en la parte gallega (jerarquía
superior del destino Rías Baixas), como en la portuguesa (jerarquía superior de la Región
Norte)
•
El modelo de planificación y diseño debe comprender una región de destino, mercados
emisores de turismo, nodos, distritos, rutas circulatorias y puertas, lo que se verá en las
siguientes páginas con mayor detalle
6
Aunque las fronteras físicas entre España y Portugal desaparecieron formalmente desde su adhesión a
la Unión Europea en 1985, se mantienen como es lógico, las fronteras administrativas y las diferencias
legislativas internas, y a pesar de existir una Comunidad de Trabajo entre Galicia y la Región Norte de
Portugal desde 1989, que ha significado un notable avance en la nueva configuración territorial de la
futura eurorregión, todavía se pueden observar desajustes y desacuerdos en las decisiones
institucionales que afectan a todas las actividades económicas, y en especial al turismo, por lo que el
análisis tendrá que presuponer necesariamente la evolución hacia el escenario más favorable de la
constitución formal de la eurorregión en un plazo razonablemente corto, para contemplar en el modelo
de planificación la imprescindible coordinación en las decisiones empresariales y administrativas que
afecten al sector turístico.
Los Mercados Emisores de Turismo fundamentales hacia la Región del Miño se sitúan en el centro y
este de la península ibérica (un 70 % de los visitantes), y con un valor marginal en Europa (un 4.5%).
Por su parte, el perfil cultural y de comportamiento es en consecuencia, muy homogéneo, y sus
preferencias hacia la oferta no tienen en cuenta en absoluto el lado del río Miño (la antigua frontera)
en que se encuentren, con una movilidad permanente en sus rutas interiores, lo que significa en
términos de análisis aceptar la hipótesis de una permeabilidad total en el destino (Pardellas y Padín,
2002). Esta valoración tendrá una especial importancia en el modelo de planificación propuesto, dado
que la hipótesis de destino turístico común constituye su base argumental.
Sin duda ninguna, el recurso turístico común básico de la Región del Miño es justamente el río, que
constituye en el análisis el Nodo fundamental de la región destino, con su doble componente natural e
histórica, esto es, como patrimonio paisajístico con todos sus elementos vivos e inertes (riqueza
faunística, humedales, playas en la desembocadura), y al mismo tiempo como patrimonio histórico,
con sus vestigios arqueológicos, sus construcciones militares como expresión de los conflictos bélicos
entre Portugal y España desde el s. XVII, y lógicamente, por su valor psicológico de área fronteriza.
La ciudad más importante y en consecuencia, el principal Núcleo turístico de la región es Viana do
Castelo, situada al sur de la desembocadura del río Miño y con el doble factor de atracción de su
notable patrimonio histórico-monumental y de las playas y parajes naturales de su entorno costero.
Sin embargo, a lo largo del río se sitúan tres singulares Complejos de Atracción fronterizos,
configurando los Núcleos turísticos que dentro de la región siguen en importancia al de Viana do
Castelo. Estos núcleos presentan una estructura de oferta común en ambas márgenes del río (que
también es así percibida por los turistas), con unas vías de comunicación igualmente comunes (todas
ellas construidas con ayudas europeas del programa INTERREG), y con unos servicios de
características muy homogéneas (Pardellas et al, cit). Se trata de espacios integrados por ciudades
enfrentadas geográfica e históricamente: Tui-Valença do Minho, Goián-Vila Nova de Cerveira y A
Guarda-Caminha, y definidos por su atractivo turístico centrado en varios elementos del patrimonio
histórico y natural, complementarios entre sí, como son los conjuntos monumentales de Tui-Valença y
las fortalezas y playas de Goián-Vila Nova y A Guarda-Caminha, que constituyen al mismo tiempo los
tres puntos de cruce del río, bien a través de puentes en los dos primeros casos, bien por medio de un
Ferry en el caso de A Guarda-Caminha.
Desde esa perspectiva se clasificaría la principal Ruta Circulatoria de la región a lo largo del río (la
carretera C-550 en la margen gallega y la IC-1 en la margen portuguesa), que de acuerdo con el
modelo descrito anteriormente, puede tener a su vez dos Puertas de entrada o salida en cada extremo:
por el lado más oriental de la región se entraría desde el norte por la autopista A-9 (A Coruña-Tui), y
desde el sur por la autopista A-3 (Lisboa-Valença). Igualmente, por el lado occidental y desde el norte,
por la autovía E-30 con enlace en la C-550 (Vigo-Baiona-A Guarda), y desde el sur por la autovía IC1 (Viana do Castelo-Caminha).
En cualquier caso y como ya fue comentado, no se trataría en sentido estricto de una ruta circulatoria,
dado que es posible romperla cruzando el río en el centro por el puente Goián-Vila Nova. Esto acentúa
en la hipótesis el carácter del la Región del Miño como destino común, dado que la práctica totalidad
de los turistas visitan los núcleos en conjunto, o enunciado de otra manera, los turistas perciben que
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cruzando el río completan el disfrute de las atracciones de una margen y de otra (Pardellas y Padín,
cit). Aquí es importante destacar que el modelo de planificación propuesto tiende a sustentarse en el
comportamiento real de los turistas, que sin embargo, no siempre es considerada así en los informes
oficiales de las dos administraciones de turismo en la región, que con frecuencia se ignoran en sus
respectivas decisiones y un claro ejemplo aunque a mayor escala son los planes de desarrollo
regionales en el apartado de los objetivos turísticos (MEPAT, Lisboa, 1998) (Xunta de Galicia, 1999).
Una vez establecida la estructura básica del modelo turístico de la región, el análisis conceptual se
centra en los dos elementos configuradores de los núcleos: los productos turísticos que integran los
complejos de atracción, así como la distribución de sus marcadores, y por otro lado, los elementos de
servicio que complementan aquella oferta.
Para el estudio de los productos turísticos y ampliando el enfoque a las ofertas y atracciones de otros
núcleos de segundo nivel en el interior de la región, se elaboró una matriz esquemática con las
principales atracciones ofertadas en la región del Miño, adaptando la tipología de recursos de R. Vera
(1997)1. El análisis se centró conceptualmente en los dos tipos de marcadores citados en el modelo,
por una parte con la observación del tipo de información presentada en las páginas web donde figura
el destino, que potencialmente puede alcanzar a todos los mercados emisores, constituyendo de esta
forma los marcadores separados principales (en la matriz con trazos rayados). Y por otro lado, en las
publicaciones y folletos a disposición de los turistas en los centros de información del propio destino,
lo que se catalogó como marcadores adyacentes (en la matriz con fondo oscuro). La incorporación de
Internet como marcador se enmarca dentro de la evolución hacia nuevas formas de conseguir la
información. Así, en un estudio del Eurobarómetro (Comisión Europea, 1999) se recoge el interés de
los europeos para realizar los preparativos previos a sus viajes a través de internet- un 42.3% de la
población europea-, siendo el segundo servicio más atractivo, después de la posibilidad de consultar y
obtener documentos de la Administración Pública.
TABLA1. MATRIZ DE USO DE RECURSOS Y MARCADORES
Patr. Natural Patr.Etnográf. Patr. Cultural Patr.Etnográfico Patr.Natural
(Água)
Inmaterial
Histórico
Material
(Paisaje)
NÚCLEOS PRINCIPALES
Artesanía
Cruceros Miño
curros-rapa bestas
Escalada descenso
Ferias y mercados
Fiestas
Molinos
Pesca
“Piragüismo”
Rios
Rutas monumentales
1
En un trabajo anterior se estableció el potencial del área conjunta en función de indicadores del valor de los recursos, distinguiendo las
diversas categorías, ubicación, potencial turístico y costes ambientales del uso. (Pardellas et all, 2002)
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RESTO ÁREA
Artesanía
curros-rapa bestas
Escalada descenso
Ferias y mercados
Fiestas
Molinos
Pesca
“Piragüismo”
Senderismo
Páginas Web: zona listada.//Folletos, guias: zona sombreada.
Fuente: Elaboración propia a partir de las guias turísticas de los municipios y comarca.
Dando valores numéricos a esta matriz expresada aquí en términos cualitativos, se podrían
analizar cuatro elementos de la función de referencia: la utilización o no de los recursos y el
tipo de marcador empleado (separado o adyacente). En el primer caso, el valor cero (espacio
en blanco en la matriz), correspondería obviamente, a recursos potencialmente relevantes en
el modelo de planificación, pero inutilizados en la actualidad, mientras que los diferentes
valores asignados al tipo de uso permite conocer a medio plazo la evolución de los productos
turísticos y en consecuencia, el grado de madurez que va alcanzando la región destino.
En el segundo caso, es posible igualmente asignar valores al tipo de marcadores que se
emplean para facilitar la información sobre los productos a los mercados emisores, lo que
dependerá de la importancia que reciban en el modelo de planificación, dado que las
atracciones de un determinado núcleo pueden ser promocionadas con los dos tipos de
marcadores y por ejemplo, todavía disponemos de muy escasa bibliografía sobre el impacto
real de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) sobre las decisiones
de consumo turístico, mientras que el uso de páginas web presenta un crecimiento geométrico
en los últimos años para la promoción turística de las regiones destino.
De acuerdo con esto, la ecuación de la función de utilización de los recursos turísticos se
expresaría como:
VTZi=S ¶(FI, FE), siendo
VTZi= Valor turístico de zona iésima.
FI= Factores internos del valor turístico
FE= Factores externos de usos de recursos.
con expresión matemática :
FI= S J pi ui+ S max U(J pi ui)
Jpi= Jerarquia primaria del recurso “i”
mi= Factor de ponderación relativo a la naturaleza del recurso “i”
max U(J pi ui) = Valores máximos de la función de recurso “i”.
FE= S ¶(Vij , a mij+ b nij)
9
Vij =Valor turístico del recurso i en ubicación j
mij= variable que integra las características marcadores separados
nij = variable que integra las características de marcadores adyacentes en el destino.
a , b = parámetros de ponderación.
En el análisis cualitativo se observa ya gráficamente en la matriz la posición de cada uno de los
elementos. La abundancia de espacios en blanco, sobre todo en los núcleos secundarios, parece
indicativa de una escasa utilización de los recursos potenciales del destino para elaborar atracciones, lo
que se denota como:
max U(J pi ui) = Valores máximos de la función de recurso “i”
Así los valores mínimos se representan en blanco y los máximos con el relleno del cuadro
correspondiente, tomando valores según que el marcador sea separado(a mij , matriz trazos rayados ),
y/o adyacente ( b nij, matriz sombreado).
En la matriz, elaborada básicamente con los datos de los dos estudios citados de Pardellas (2001) y
Pardellas (2002), se comprueba cómo los recursos menos utilizados son sin embargo, los más
abundantes, correspondiendo a los relacionados con el patrimonio cultural e histórico, que sólo en la
zona gallega representan el 39% del total. Esto puede aportar un dato de contrastación de la hipótesis
de destino inmaduro, de acuerdo con la clasificación de Leno Cerro (1993) y Vera (1997, cit.), ya que
son los recursos que requieren mayor participación del sector privado para su transformación en
productos y atracciones turísticas, y por tanto también mayores inversiones económicas -en
elaboración, formación del personal, promoción-, lo que implica al mismo tiempo mayor interrelación
entre sectores productivos.
Por el contrario, la mayor utilización se descubre con los recursos naturales, y en especial los
relacionados con el paisaje y el agua, por constituir recursos de escasa elaboración y de fácil
promoción primaria, aunque en paralelo, su uso descontrolado y sin un correcto modelo de gestión que
contemple la previa evaluación de las capacidades de carga y umbrales de masificación, constituye el
mayor riesgo de sobreexplotación y deterioro (Fuentes y Vasserot, 2001), (Valls, 1999).
Centrando ahora el análisis en el tipo de marcadores utilizados y teniendo en cuenta la ubicación de
los recursos promocionados, se puede observar en la matriz que las marcaciones toman valores
máximos en los núcleos principales, con el indicador de los factores externos de uso de recursos: FE=
S ¶(Vij , a mij+ b nij), lo que da consistencia a la hipótesis jerárquica de los complejos de atracción y
en consecuencia, a la diferenciación de núcleos principales que utilizan los dos tipos de marcadores,
adyacentes y separados, y con mayor probabilidad los dos a la vez. Por el contrario, en el resto de la
región la probabilidad de uso de ambos tipos de marcadores es menor.
Desde el enfoque territorial, y aunque esto no aparece expresado en la matriz, debe destacarse en el
caso de la región de estudio la ausencia de una elaboración de atracciones comunes, y en todo caso,
potencialmente identificables con la región como destino conjunto (Pardellas, cit), lo que sin duda
puede constituir otro efecto externo agregado sobre los valores de los marcadores aunque de muy
difícil estimación.
Por su parte, el análisis de los Elementos de Servicio se limita a la oferta tradicional de hoteles y
restauración, y a la referida a los establecimientos de turismo en el espacio rural (TER), considerando
que la validez de los resultados no aumenta sensiblemente introduciendo otro tipo de factores que sin
embargo, tendería a incrementar innecesariamente la extensión de este trabajo.
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TABLA 2. HOTELES POR CATEGORIAS
HOTELES
5*
4*
3*
2*
1*
TOTAL
ALTO MIÑO
0
3
7
3
53
66
BAIXO MIÑO
0
0
3
7
21
31
TOTAL
0
3
10
10
74
97
Núcleos pples
0
3
5
8
37
53
Fuente: Elaboración propia a partir de: Xunta de Galicia. Guía de aloxamentos
turísticos 2002. Guia de alojamento: Porto e Norte de Portugal.2002
Como muestra el cuadro, la estructura de la oferta hotelera es muy semejante en las dos comarcas,
destacando la práctica inexistencia de elementos de servicio de calidad, al lado de una elevada tasa de
elementos de la mínima categoría (concretamente, el 73.2% de los hoteles en el área conjunta aparece
catalogado con una estrella). Esta observación incide de nuevo en la contrastación de las dos hipótesis
de partida citadas, homogeneidad e inmadurez del destino, a pesar de los importantes recursos que
concentra.
TABLA 3. RESTAURANTES
3ª cat/ Típico
4ª cat.
TOTAL
ALTO MIÑO
3
331
334
BAIXO MIÑO
20
65
85
Núcleos pples
14
166
60
Fuente: Elaboración propia a partir de las listas de restaurantes y cafés de la
Dirección Xeral de Turismo. 1999 y de datos facilitados por Região de Turismo do
Alto Minho (referente al año 2000)
En Portugal, a partir de 1997 dejó de realizarse la clasificación de los restaurantes por categoria. La
única distinción existente en este momento es la de “restaurante típico”, una designación atribuida
por la Direcção Geral de Turismo partiendo de atributos como la carta de platos, las eventuales
animaciones, etc, de los que sólo existen tres establecimientos en la subárea del Alto Minho. Esto
dificulta el análisis conjunto, pero aun así es posible destacar que un 94.5% del total estaría
catalogado con la mínima categoría, y por otra parte como dato singular, la elevada relación entre
hoteles y restaurantes, de casi 1:3 en el Baixo Miño y de 1:5 en el Alto Minho, lo que en todo caso
puede ser un rasgo derivado de la caracterización fronteriza de la región y de sus históricas relaciones
comerciales (Torres Gómez, 1998 ) (Ares, 2001), para las que no siempre era preciso pernoctar en el
otro lado, pero que obligaban a una comida.
El apartado de los servicios de turismo en el espacio rural (TER), presenta en la región una notable
importancia cuantitativa, que como expresa el cuadro incluso superan en número a la propia oferta
hotelera, lo que indica y confirma tambien la singularidad de esta región turística, en especial en el
área portuguesa. De hecho, en algunos casos las propias instalaciones de TER constituyen por sí
solas elementos de atracción importantes debido a la elevada calidad arquitectónica de los edificios.
En este sentido habría que destacar que un municipio interior del Alto Minho, Ponte de Lima, podría
configurar otro importante núcleo de atracción, al concentrar 43 establecimientos TER, pero donde
sin embargo, apenas aparecen otros productos turísticos complementarios.
11
TABLA 4. TURISMO RURAL
T. Rural /
casa de aldea
T. Habitaçao/
Pazos
Agroturismo/
casas Labranza
TOTAL
ALTO MIÑO
54
41
15
110
BAIXO MIÑO
7
1
0
8
TOTAL
61
42
15
118
Núcleos pples
19
7
5
31
Fuente: Elaboración propia a partir de: ADETURN. Guia de alojamento: Porto e
NortedePortugal, s/d. Xunta de Galicia. Guía de aloxamentos turísticos 2000.
En este caso, la clasificación administrativa permite el análisis comparativo de la oferta al existir tres
categorías de características casi idénticas en la normativa de los dos paises. Así, vemos que las
instalaciones de menor interés arquitectónico (T. Rural/Casas de Aldea), son las más numerosas,
aunque en bastantes casos sólo ofertan el servicio de alojamiento. El turismo de Habitaçao y los
Pazos forman parte en general del patrimonio etnográfico y arquitectónico de la región, son edificios
singulares y en todos los casos su construcción es anterior al s. XIX, por lo que constituyen una
atracción en si mismos y su número es tambien muy elevado. Finalmente, las casas de Agro-turismo
y de Labranza ofrecen en teoría (pero no siempre en la práctica), una participación a los huéspedes en
las labores agrícolas, siendo éste su atractivo fundamental.
Aplicando a este caso el modelo reducido de Leno Cerro (1993)
FSi = f(Iti), y a su vez
Iti = (hi + ri + TERi) / 3, donde
FSi = Factor Servicios de la región destino i
hi = hotelería de la región destino i
ri = restauración de la región destino i
TERi = Instalaciones TER de la región destino i
Cada una de estas variables puede expresarse en una escala de 0 a 5 puntos, y la importancia
de agregar esta valoración al modelo de planificación antes citado, radica en la posibilidad
de establecer una referencia inicial cuantificable, para de esta forma evaluar el efecto de las
medidas que se lleven a cabo en el plan y poder así relacionar objetivamente las previsiones
con las realizaciones efectivas.
12
TABLA 5. MODELO APLICADO A LA REGIÓN DEL MIÑO
Nodo
Rutas circulatorias
= Puertas
Fuente: Elaboración propia a partir de Dredgde (1999).
4. CONCLUSIONES
El espacio fronterizo entre España y Portugal dividido por el río Miño e integrado por las comarcas
del Baixo Miño en Galicia, y del alto Minho en el Norte de Portugal, comparte un singular
patrimonio natural e histórico, con un extenso potencial turístico y sobre todo, con un alto grado de
complementariedad. Por todo ello, la aportación del presente artículo es la aplicación empírica del
modelo de Degde (1999), como síntesis de las contribuciones más importantes de la literatura
científica sobre el tema, y su validación en un contexto no homogéneo.
La caracterización de la región del Miño como destino turístico proporciona el punto de partida
para el enfoque de un modelo de planificación y diseño del óptimo aprovechamiento de sus
recursos. En el análisis se optó por la alternativa de nodo principal dentro de las propuestas de
Dedge, aunque admitiendo la existencia de núcleos secundarios de relevancia para el diseño de la
estructura de productos turísticos en el conjunto de la región.
La aplicación del modelo matricial a los datos actuales muestra que gran parte de los recursos que
requieren una actuación empresarial para ser transformados en productos y atracciones turísticas (el
patrimonio cultural e histórico), apenas son utilizados, al contrario de lo que sucede con los
recursos naturales que sólo precisan una promoción primaria por parte de las administraciones.
Esto se repite con los marcadores y parece reflejar el claro comportamiento de un destino
inmaduro, y un resultado semejante se obtiene con la agregación del modelo reducido de Leno
Cerro (1993), para los elementos de servicio, donde a los valores de la categoría mínima
13
mayoritaria en la región (el 76.2% para los hoteles y el 94.5% para los restaurantes), correspondería
un coeficiente muy bajo del factor servicios.
Como resultado global puede decirse que el modelo de validación es adecuado y aporta un
interesante instrumento para el diagnóstico y la toma de decisiones -tanto por parte de la
administración, como del sector privado- en cuanto al uso más eficiente de los recursos, pero
especialmente para el diseño de esta región como un destino turístico conjunto. Este escenario sin
embargo, no parece viable a corto plazo, por cuanto la pertenencia de las dos comarcas de estudio a
estados soberanos diferentes condiciona en este momento actuaciones administrativas escasamente
coordinadas y en cierta medida contradictorias con la realidad del comportamiento de los propios
turistas que la visitan.
En todo caso y aunque conscientes de esta situación, como científicos no podemos dejar de plantear
cuestiones importantes que necesitan respuestas por parte de las instituciones, entre las que sin
duda se encuentra la solución a los problemas de planificación y diseño de destinos turísticos
fronterizos, que como en el caso de estudio, no son pensables sin una clara perspectiva de
complementariedad, lo que considerado dentro del proceso de desaparición de fronteras en la
Unión Europea, permitiría enfocar adecuadamente la vertebración del conjunto del territorio de la
eurorregión Galicia-Norte de Portugal, con un claro objetivo integrador en la filosofía global de la
construcción del espacio europeo común.
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