UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA, LEON UNAN-LEÓN FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES DEPARTAMENTO DE DERECHO PÚBLICO Tesis para optar al Título de Magíster en Derecho Parlamentario INCORPORACION Y JERARQUÍA DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO NICARAGUENSE SUSTENTANTE: Jacqueline del Rosario Gómez TUTOR: Prof. Dr. Orlando Mejía Herrera León, Nicaragua, Mayo de 2013 “A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD” INDICE INTRODUCCIÒN ................................................................................................................ 4 CAPITULO I. ASPECTOS GENERALES SOBRE LA INSERCIÓN DE LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LOS ESTADOS ............................................................................................................ 11 1.1. Las clásicas doctrinas sobre la relación entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno de los Estados. Sus nuevos paradigmas ................................................................... 11 1.1.2. Otras teorías alrededor de la relación entre el Derecho Interno y el Derecho Internacional ......................................................................................................................... 19 1.2. Comportamiento de la Comunidad Internacional en cuando a la relación entre el Derecho interno y los instrumentos internacionales y la responsabilidad de los Estados .... 23 1.3. La Supremacía de la Constitución y la posición de los tratados internacionales .......... 26 1.4.- Ubicación de los Tratados Internacionales en el orden constitucional ........................ 32 CAPITULO II. ABORDAJE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU INCORPORACIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO NICARAGÜENSE ..... 41 2.1. Generalidades ................................................................................................................ 41 2.2. El tratamiento de la Constitución Política a los tratados internacionales ...................... 46 2.3. Disposiciones constitucionales que hacen referencia a las fuentes del Derecho Internacional y de forma especial a los tratados internacionales.......................................... 49 2.4. Proceso de formación de los Tratados Internacionales de conformidad al Derecho Internacional y al Ordenamiento Jurídico nicaragüense....................................................... 53 2.4.1. Negociación de los tratados en el caso de Nicaragua ................................................. 54 2.4.2. Adopción del texto de los tratados ............................................................................. 59 2.4.3. Firma y período de apertura a firma de los tratados .................................................. 60 2.4.4. Aprobación por la Asamblea Nacional, ratificación o adhesión por el Presidente de la República .......................................................................................................................... 61 2.4.5. Depósito de instrumentos de ratificación y adhesión ................................................. 63 2.4.6. Entrada en vigor y seguimiento a la aplicación de los tratados .................................. 64 2.5. Actuación del Presidente de la República en la negociación, adopción, firma, ratificación y adhesión de los instrumentos internacionales de conformidad con la Constitución Política de Nicaragua ...................................................................................... 65 2.5.1. Antecedentes constitucionales .................................................................................... 65 2.5.2. La actual Constitución Política de 1987 ..................................................................... 67 2.6. La Asamblea Nacional y la aprobación de los Instrumentos Internacionales de conformidad con la Constitución Política ............................................................................ 73 2.6.1. Antecedentes constitucionales sobre las atribuciones de la Asamblea Nacional ....... 73 2.6.2. Disposiciones de la Constitución de 1987 y sus reformas en la aprobación o rechazo de los tratados internacionales .............................................................................................. 74 2.6.3. El proceso de aprobación de los tratados internacionales de conformidad con la Ley 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua ............................. 77 2.7. Supremacía constitucional frente a los instrumentos internacionales en las constituciones políticas de Nicaragua .................................................................................. 81 CAPITULO III. ANALISIS ESPECIAL A DETERMINADOS TRATADOS INTERNACIONALES ....................................................................................................... 90 3.1. Instrumentos internacionales de derechos humanos enunciados en la Constitución Política de Nicaragua ............................................................................................................ 90 3.1.1. Posición de la doctrina nicaragüense en relación al tratamiento de los Artículos 46 y 71 de la Constitución ............................................................................................................ 92 3.2. El tratamiento de los tratados internacionales en materia de integración en el ordenamiento jurídico nicaragüense, en el marco del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) .................................................................................................... 103 3.2.1. El Derecho Comunitario en los procesos de integración ......................................... 103 2 3.2.2. Principios del Derecho Comunitario Centroamericano ............................................ 108 3.2.3. Relación entre derecho internacional general, derechos internos de los Estados miembros y derecho comunitario centroamericano............................................................ 112 3.2.4. Disposiciones Constitucionales, en relación con las norma del Derecho de Integración y del reconocimiento y jerarquía de los Tratados de Integración.................... 118 3.2.5. Valor jurídico de los tratados y protocolos constitutivos del SICA ......................... 121 3.2.6. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua y de la Corte Centroamericana de Justicia ............................................................................................... 125 CONCLUSIONES ............................................................................................................ 137 BIBLIOGRAFIA……………...…………………………………………………………147 A N E X O S ...................................................................................................................... 162 Lista de Anexos…………………………………………………………….……………..163 3 INTRODUCCIÒN El presente Trabajo Investigativo se ha elaborado en el marco de la Maestría en Derecho Parlamentario, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-LEÓN). Se desarrolla dentro las cuestiones doctrinarias y legislativas que delimitan las relaciones entre el Derecho Internacional y el Derecho interno de los Estado, en el caso específico del ordenamiento jurídico nicaragüense. Importante mencionar en este sentido que la República de Nicaragua, como parte de la Comunidad Internacional es parte de un sinnúmero de tratados internacionales, considerados estos como una de las fuentes más importantes del Derecho Internacional. Cabe aclarar que en este trabajo, utilizaremos los términos tratados o instrumentos internaciones, pues son las denominaciones más genéricas al ser abordados por los tratadistas. Con el fin de analizar esta temática que consideramos es un asunto pendiente en nuestra legislación, se desarrollaron tres partes fundamentales, a saber: las consideraciones doctrinarias sobre la inserción de los instrumentos internacionales en el ordenamiento jurídico de los Estados; la Constitución y los instrumentos internacionales, el comportamiento de la Comunidad Internacional en cuanto a la relación entre el Derecho Interno y los Instrumentos Internacionales; y el tratamiento de los instrumentos internacionales en el ordenamiento jurídico nicaragüense. Se desarrolla de manera específica lo preceptuado en el Artículo 46 y 71 párrafo segundo de la Constitución Política. Cabe decir, que en materia de 4 tratados de derechos humanos, la Constitución Política hace un reconcomiendo y plena vigencia de estos y así lo deja plasmado en estos Artículos constitucionales. De igual manera se analiza, el artículo 3, que hace referencia a la contribución del establecimiento de un orden internacional justo. Así como el 5, párrafo 5 y 6, disponiendo que “Nicaragua fundamenta sus relaciones internacionales en la amistad y solidaridad entre los pueblos y la reciprocidad entre los Estados”. Otro de los preceptos en cuanto a los tratados internacionales, que dispone la Constitución Política es el referido a la delimitaciones territoriales del Estado de Nicaragua, contando con el Artículo 10 que determina, entre otros aspectos el reconocimiento de las zonas marítimas y el espacio aéreo conforme a la ley y las normas de Derecho Internacional y que la República de Nicaragua únicamente reconoce obligaciones internacionales sobre su territorio que hayan sido libremente consentidas y de conformidad con la Constitución Política de la República y con las normas de Derecho Internacional. Asimismo, no acepta los tratados suscritos por otros países en los cuales Nicaragua no sea Parte Contratante. En lo que respecta a la suscripción y firma de los instrumentos, es facultad del Presidente de la República, según lo dispone el Artículo 150, inciso 8, la recepción al ordenamiento jurídico interno lo realiza en conjunto con la Asamblea Nacional que aprueba o rechaza los instrumentos internacionales, tal como lo determina el Artículo 138, numeral 12, de la misma Constitución Política. 5 En cuanto a la jerarquía de la norma exponemos lo preceptuado en el Artículo 182, respetando la supremacía de la Constitución por sobre todas las otras normas, incluyendo los tratados internacionales. No cabe duda que desde hace más de sesenta años, diríamos desde finalizada la Segunda Guerra Mundial, se está viviendo y enfrentado un cambio de paradigmas en las relaciones internacionales, pues estas ya no se encuentran únicamente supeditadas a las obligaciones generadas entre los Estados, mediante los diversos instrumentos que generan compromisos destinados exclusivamente a ellos, sino que se presentan nuevos actores destinatarios de las disposiciones emanados de tales acuerdos. Estamos ante la presencia de un nuevo Derecho en el plano internacional, influenciado por los convenios de derechos humanos, en el que las relaciones se confeccionan de manera diferente, dando la oportunidad a la aparición de los individuos como sujetos excepcionales del mismo, tal como plantea Becerra y que desarrollaremos en el cuerpo de esta Tesis. Tenemos por otro lado, el desarrollo de los procesos de integración, que de una u otra manera y considerando sus particularidades, engendran de igual manera un cambio en las relaciones internacionales, cuestión que se aborda desde los tratados de integración que regulan estos procesos y por medio de los cuales los Estados asumen compromisos, teniendo como principios, por ejemplo la primacía y aplicación directa de dichas normas convencionales, en el ámbito del proceso integracionista. En este sentido los Estados que participan de dicho proceso ha de determinar las disposiciones internas concerniente a la incorporación y jerarquía de estos tratados de integración. 6 En cuando al planteamiento del problema expuesto para la sustentación del presente trabajo, hemos de decir que la relación entre las normas del Derecho Internacional y el ordenamiento jurídico de los Estados sigue constituyendo un problema central del Derecho Internacional, aunque para los tratadistas de esta materia, desde un punto de vista metodológico debería serlo también para el Derecho interno estatal, en especial para el constitucional. Hoy parece que interesa particularmente a la teoría de las fuentes, tomando en cuenta la importancia que tienen, en la relación jurídica entre los Estados, los tratados internacionales. El estudio de esas relaciones puede hacerse desde una doble vertiente: Una teórica y abstracta, que necesariamente presenta conexiones con la Filosofía del Derecho; otra de Derecho positivo que se preocupa por las conexiones posibles entre esos diferentes sistemas que, a su vez, permite dos vías. La primera y más importante estudia la recepción o incorporación de las normas internacionales en los distintos sistemas jurídicos estatales. La segunda estudia la consideración que para el Derecho Internacional Público, merecen las normas de los ordenamientos jurídicos estatales. Los aspectos teóricos de esta relación ocuparon en la doctrina del Derecho Internacional una parte importante y que hoy se sigue presentando, especialmente cuando estamos frente a diversas clases de tratados o instrumentos internacionales para abordarlos a todos ellos, independientemente de su denominación, tal como lo preceptúa la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, a saber: tratados sobre derechos humanos, con una connotación quizás más avanzada, los tratados de 7 integración y los de libre comercio, tan vastos hoy en día, pues Nicaragua y la gran mayoría de Estados han suscrito y ratificado este tipo de tratados. No podemos olvidar que, cuando un Estado suscribe y manifiesta su consentimiento en obligarse por un tratado internacional, está frente a compromisos que aparejan responsabilidad ante su incumplimiento. Determinar las relaciones entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno de los Estados es de gran interés. Es conveniente mencionar que las posibles soluciones al problema de las relaciones entre estos cuerpos de normas, se hallan condicionadas por la posición que se adopte sobre el fundamento del Derecho de Gentes por cada uno de los Estados. Tomando en cuenta el desarrollo del Derecho Internacional, podemos afirmar que actualmente se acepta como una norma general lo preceptuado en la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados, que en su artículo 27 señala: “una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”, en caso contrario puede incurrir en responsabilidad internacional, conforme a lo establecidos en el tratado que se suscribe y del que es Estado Parte, tomando en cuenta, en este caso los principios de Buena Fe y Pacta Sunt Servanda. Por otro lado es importante cuestionarnos, en este ámbito sí el ordenamiento jurídico nicaragüense cuenta con las disposiciones necesarias para establecer la relación entre el Derecho Internacional y el Derecho interno y por ende la solución de conflictos entre una norma y la otra y hacer frente a los efectos 8 jurídicos emanados de los tratados internacionales que el Estado suscribe y ratifica, o cuando se adhiere. Con el fin de abordar los aspectos medulares de la presente Tesis nos planteamos como objetivos exponer la importancia de los tratados internacionales suscritos en el marco de las relaciones internacionales entre los Estados y los otros Sujetos del Derecho Internacional; revisar las teorías sobre relaciones del derecho internacional con el derecho interno, destacando las más importantes: dualistas, con énfasis en la supremacía del derecho interno, las monistas con supremacía del derecho internacional o del derecho interno y la jurisprudencia internacional en torno al tema. De igual manera, analizar el sistema de tratados en el ordenamiento jurídico nicaragüense, de conformidad con las disposiciones constitucionales y legales; es decir el proceso de negociación por el Poder Ejecutivo, a través del Presidente de la República, quien es Jefe de Estado y de Gobierno, así como lo relativo a la recepción de los tratados internacionales en el ordenamiento jurídico interno por parte del Poder Legislativo ejercido por la Asamblea Nacional y analizar determinados instrumentos internacionales, tales como los pertenecientes a los de derechos humanos y los de integración, dada las características, principios y particularidades que se han manifestado a través de su desarrollo. En cuanto al método o forma de abordar este tema se debe de dejar en claro que, como en toda tesis se ha de tener en cuenta que se requiere la elaboración de un trabajo de investigación científico en todo su rigor, exponiendo los aspectos doctrinarios existentes en el tema abordado, lo mismo 9 que la argumentación, vinculado al tema de estudio. Por ello, desde el punto de vista metodológico, hemos abordado de previo el planteamiento del problema, visualizando el debate teórico que nos sustenta, presentando nuestros aportes a esta discusión, considerando en este sentido una serie de secuencias articuladas cronológicamente para llevarlo a efecto. Una vez planteado el problema y revisado sus fundamentos teóricos debemos de considerar un esquema en el que se reflejen los temas principales y colaterales necesarios para la comprensión de la investigación. Posteriormente hemos de exponer las disposiciones legales con que se cuentan. En mi caso las disposiciones constitucionales, legales y jurisprudenciales que determinan el ordenamiento jurídico en la relación entre la norma internacional y el derecho interno nicaragüense. 10 CAPITULO I ASPECTOS GENERALES SOBRE LA INSERCIÓN DE LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LOS ESTADOS En este Capítulo se pretende abordar el marco teórico en el que se sustentan o se han sustentado la relación del Derecho Internacional, en el ámbito específico de los tratados y el Derechos internos de los Estados, teniendo como punto de partida, la norma suprema, es decir con las Constituciones Políticas. 1.1. Las clásicas doctrinas sobre la relación entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno de los Estados. Sus nuevos paradigmas Tal como hemos expresado anteriormente, la relación entre las normas del Derecho Internacional y el ordenamiento jurídico de los Estados sigue constituyendo un problema central del primero.1 Pero desde un punto de vista metodológico debería serlo también para el Derecho interno estatal, en especial para el constitucional. Se ha planteado también que podríamos ubicar este asunto en el ámbito de las fuentes del derecho, tomando en cuenta la importancia que hoy tienen, en la relación jurídica entre los Estados, los tratados internacionales, llamado en su conjunto por la mayoría de los autores, Derecho convencional. 1 Véase esta afirmación según planteamiento de la mayoría de autores en el marco de las relaciones entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno en http://www.robertexto.com/archivo6/der_inter3.htm 11 Cabe mencionar la importancia de determinar las relaciones entre el Derecho internacional y el Derecho interno de los Estados, ya que es de sumo interés. En este sentido es conveniente mencionar que las posibles soluciones al problema de las relaciones entre estos cuerpos de normas del Derecho, se hallan condicionadas por la posición que se adopte sobre el fundamento del Derecho de Gentes por cada uno de los Estados. No podemos obviar en este sentido, que los tratados son fuentes tradicionales y contemporáneas del Derecho en todos los Estados, resultado de un pacto entre dos o más sujetos del Derecho Internacional. Desde el punto de vista de la historia de las ideas ius internacionales debemos atribuir esta cuestión al positivismo jurídico. Fue éste quien se planteó por primera vez los problemas de creación normativa, validez y concatenación de estas normas, así como sus relaciones con las de otros sistemas jurídicos. Cabe indicar lo dispuesto en el Artículo de la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados2, en su artículo 27 que: “una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”, en caso contrario puede incurrir en responsabilidad internacional, conforme a lo establecidos en el tratado que se suscribe y del que el Estado es Parte. Este planteamiento se ha dejado sentado anteriormente. 2 La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, es suscrita en esta Ciudad, el 23 de Marzo de 1969, entró en vigor el 17 de Enero de 1980, cuyo contenido se aplica a los Tratados entre Estados, tal como reza en su Parte introductoria. Posteriormente en 1986 se suscribe la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados celebrados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales, es un instrumento considerado para complementar la anterior Convención pero aún no entra en vigor. 12 Remiro, 3 expresa al respecto del artículo 27 que: “Existe una amplia jurisprudencia de tribunales judiciales y arbitrales internacionales reconociendo que los Estados no pueden alegar las normas o deficiencias de su derecho interno para incumplir sus obligaciones internacionales. Este principio, acogido por los tribunales internacionales, se encuentra además acogido en el Artículo 27 de la Convención de Viena “Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”. Esta disposición no es una norma de jerarquía, no está diciendo que el derecho internacional tiene una jerarquía mayor al derecho interno, sólo se refiere a la responsabilidad que le cabe al Estado. Es importante destacar que un conflicto entre una norma interna y una internacional no afecta necesariamente la validez de la primera en el plano interno, un acto interno contrario a una norma internacional puede ser reconocido internamente como válido pero los otros Estados no se encuentran obligados a reconocer sus efectos externos. 1.1.1. El alcance de las Teorías Dualista y Monista Con respecto a la relación entre ambos cuerpos de normas, los doctrinarios hacen referencia a la teoría de Carl Heinrich Triepel y otros, contrarrestándola con otros teóricos del Derecho. Es decir que existen diversas doctrinas que buscan precisar las relaciones entre las normas de Derecho interno y las reglas 3 REMIRO BRETON, Antonio. Derecho Internacional. Ed. Tirant le Blanch. Madrid, 2007, p. 301. 13 del Derecho internacional, las que parten de supuestos lógicos y teóricos diferentes y corresponden a diversos momentos históricos. Es necesario mencionar que existe un Derecho Internacional que rige las relaciones de quienes forman parte de la Comunidad Internacional, y un Derecho interno propio a cada uno de estos sujetos. Se trata entonces de saber si existen o no relaciones entre ámbitos jurídicos diversos, distinción entre la teoría monista y dualista y, en caso de que existan, determinar cuál de los ordenamientos tiene primacía, es decir el monismo internacionalista o monismo constitucionalista; en general se admite que se han dado tres respuestas fundamentales a tal problema. Este planteamiento es sostenido por Acevedo y otros.4 Dicho lo anterior nos encontramos con la teoría dualista, a veces llamada pluralista, expuesta por Triepel y que tuvo gran influencia durante las primeras décadas del siglo XX. Para esta corriente, en su versión más radical, el derecho internacional y el interno son nociones diferentes y aún opuestas, ya que reglamentan relaciones sociales diversas y tienen fuentes y fundamentos jurídicos distintos. Concluye entonces Triepel, citado por Verdross5 , señalando al respecto que: “El derecho internacional público y el derecho interno son no sólo partes y ramas diferentes del derecho sino también sistemas jurídicos distintos. Son círculos que están en contacto íntimo pero que no se sobreponen jamás (...) Debemos representarnos estos dos derechos 4 ACEVEDO E. Domingo. “Relación entre Derecho Internacional y Derecho Interno”, en Revista del Instituto de Derechos Humanos, V. 16, San José, Costa Rica, 1992, p 133-161 5 VERDROSS, Alfred. El Derecho Internacional Público. Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1994, p. 134 14 como productos de voluntades jurídicas separadas que tienden a regir relaciones diferentes”. La doctrina dualista ha sido criticada tanto por razones lógico-metodológicas como filosóficas e históricas. En primer término, no es posible admitir la coexistencia de dos órdenes jurídicos supuestamente heterogéneos. En segundo término, tal doctrina lleva a negar la existencia misma del Derecho Internacional. Finalmente, no es posible admitir que hoy en día el único sujeto de derecho internacional sea el Estado, cuando es evidente que cada vez más las organizaciones internacionales y de forma excepcional los individuos, entre otros hacen parte de la realidad internacional. Las críticas que se hicieron de la teoría dualista y la consolidación del Derecho Internacional en un sistema jurídico internacional, llevaron al desarrollo de la teoría monista, según la cual el Derecho interno y el Derecho Internacional forman un solo sistema jurídico. Esta concepción admite dos variantes esenciales y múltiples matices, según se ha manifestado por los doctrinarios y estudiosos de esta materia. De un lado, tenemos la concepción monista con primacía del Derecho interno, llamada también monismo constitucionalista, la cual defiende el principio del carácter absoluto de la soberanía estatal y sostiene que el Derecho de Gentes sólo es válido si está acorde con el ordenamiento nacional. Esta concepción, que concibe el Derecho Internacional como una especie de Derecho estatal externo para recordar la expresión de Hegel al respecto, es poco aceptada pues implica la disolución y la precariedad de la normatividad 15 internacional, siguiendo las líneas de Acevedo6. Sin embargo, aún de acuerdo a una determinada teoría, es propio concluir, por ejemplo que los Tratados de Derechos Humanos obligan a los Estados, incluso a modificar su legislación interna para hacerla acorde con dichos instrumentos, ya que explícitamente se obligó por intermedio de ellos, y no hay ninguna razón para suponer que tales tratados estén en contradicción con el Derecho interno, entiéndase lo preceptuado en la Constitución Política. En contraposición se tiene la tesis monista con supremacía del Derecho Internacional, en virtud de la cual se establece que el Derecho interno debe adecuarse al primero, en especial el llamado Derecho Internacional General, y que éste es de superior jerarquía. Así lo ha sostenido Verdross,7 González, Diez de Velasco, entre otros autores, sin embargo hemos de mencionar que son las Constituciones de los Estados los que determinan la relación entre ambos cuerpos de normas y su ubicación jerárquica. Verdross8, expresa al respecto que: “No obstante, la crítica a los “dualistas” luego dio lugar a la corriente del Monismo, fundada principalmente por Hans Kelsen, Alfred Verdross, Hugo Krabbe y Georges Scelle, Phillip y Albert Zorn. Así, desde principios del siglo pasado el debate teórico se centró en desentrañar las particularidades del Derecho Internacional y el Derecho 6 ACEVEDO E. Domingo, op. cit, p. 133-161 Este planteamiento ha sido sostenido por la mayoría de los autores o estudiosos del Derecho Internacional y de este materia en particular, entre otros VERDROSS, Alfred, en su obra Derecho Internacional Público, traducida por Truyol y Serra, Antonio, Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1982; GONZÁLEZ CAMPOS, Julio Diego y otros en Curso de Derecho Internacional Público, 7ª. Edic. Madrid, Edit. Civitas, 1998; DIEZ DE VELASCO, Manuel. Instituciones de Derecho Internacional Público, Decimoséptima Edic. Madrid, Ed. Tecnos, 2009, p. 160 a 270. 8 VERDROSS, Alfredo, op. cit. p. 75 7 16 Interno para encontrar sus compatibilidades o entendimiento, bien, a partir de la coordinación entre ambos, o bien, en la subordinación de uno u otro”. En este aspecto cabe mencionar la visión que Becerra9, tiene al respecto de los elementos característicos de la teoría dualista, que en líneas seguidas se la exponemos: “Se postula que el Derecho Internacional y el Derecho interno son dos órdenes jurídicos esencialmente diferentes uno del otro en tres aspectos: a) en lo que se refiere a sus fuentes, el derecho internacional (costumbre y los tratados internacionales) se basa en la voluntad colectiva de los Estados, mientras que el Derecho interno (la costumbre interna de cada Estado, las leyes, los decretos, los reglamentos y órdenes), se basa en la Constitución de los Estados. b) ambos sistemas se diferencian respecto de la relación que ellos regulan; por un lado, el Derecho Internacional contiene reglas que regulan las relaciones entre los individuos y entre estos y los órganos del Estado o entre varios órganos del Estado en sus diferentes niveles. c) el Derecho Internacional y el Derecho interno difieren respecto de su sustancia, el derecho internacional es un derecho entre Estados iguales y soberanos, y tiene, en consecuencia, una fuerza más débil que el derecho interno”. En este sentido, el autor deja entrever que este en esquema, los Estados deciden qué normas del Derecho Internacional pueden formar parte del derecho interno y qué condiciones aplicarían. La teoría dualista postula que el 9 BECERRA, Manuel. “La recepción del Derecho Internacional en el Derecho Interno”. Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2009, p. 143. 17 Derecho internacional no puede ser aplicado automáticamente y directamente en el Derecho interno, es decir que es necesario que se dé un acto de incorporación, mediante una transformación tácita o expresa, prevista en el Derecho interno, o por medio de una ley o disposición jurídica interna. Así, después de esta transformación, los conflictos entre los Derechos internos e internacional no son posibles. Se ha de decir al respecto que las normas del Derecho Internacional provienen de los Estados fundamentalmente y de otros sujetos con capacidad de crearlas en el ámbito del Derecho Internacional, con lo que respecta a las normas internas, surgen de los parlamentos y de otros entes del Estado a nivel interno, basándose efectivamente en lo que disponga su respectiva Constitución Política. Ahora bien en cuanto al acto de recepción esto lo visualizamos, desde nuestro punto de vista en dos sentidos; por un lado el que ejerce generalmente los parlamentos nacionales, constitucionalmente. a través de la atribución conferida Estos deben aprobar o rechazar los instrumentos internacionales, una vez que el Jefe de Estado o de Gobierno o cualquier otro funcionario a quien se le ha otorgado los correspondientes plenos poderes, lo ha suscrito, finalizada la negociación de un instrumento internacional o bien al adherirse al mismo, siempre y cuando el instrumentos correspondiente lo permita. La otra forma de recepcionar una norma internacional, es incorporando o aprobando una ley determinada que regule lo expresado en el tratado. Pueden en determinadas circunstancias ocurrir ambas cuestiones. 18 Por otro lado, cabe mencionar que en el ámbito del Derecho Internacional se viene consolidando principios esenciales y normas imperativas de derecho internacional, llamadas normas ius cogens10, las cuales deben ser respetadas por todos los Estados. En efecto, de acuerdo al artículo 53 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, es nulo todo tratado que en el momento de su celebración esté en oposición con una norma imperativa de Derecho Internacional general. Se entiende que para los efectos de esta Convención una norma imperativa de Derecho Internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional que tenga el mismo carácter. Al respecto y en materia de derecho humanos se han aceptado dentro de estas normas ius cogens todas aquellas relativas al respeto a la dignidad de la persona humana, tal como se ha sostenido por la doctrina. 1.1.2. Otras teorías alrededor de la relación entre el Derecho Interno y el Derecho Internacional Posteriormente, se presentan otras teorías, a las que se les ha dado en denominar conciliadoras; en este sentido consideramos que la más relevante, según se ha venido desarrollando, es la Doctrina Coordinadora que parte de la 10 Las normas ius cogens, son aquellas que se consideran imperativas, inderogables, no admiten pacto en contrario, tienen carácter erga omnes y debe ser aceptada de manera uniforme por la Comunidad Internacional. El tema de este tipo de normas tiene asidero en normas convencionales (por ejemplo los principios emanados de la Carta de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, sin embargo sus planteamientos son bastante discutibles 19 unidad de todos los sistemas jurídicos pero no postula por la subordinación del derecho interno al Derecho Internacional ni viceversas, sino que propugna por la relación entre ambos ordenamientos mediante la coordinación entre uno y otro con fundamento en normas superiores. Es decir que la teoría coordinadora parte de la unidad de las distintas ramas jurídicas en un solo sistema, pero se diferencia de aquellas al no aceptar que las relaciones entre el derecho internacional y el interno sean de subordinación del segundo al primero; sostienen que en realidad entre ambas ramas, se establecen relaciones de coordinación. Estimamos que esta posición es muy sana y conciliadora y es defendida entre otros por Carrillo Salcedo11, Miaja de la Muela y Truyol, Aguilar, Herrero y el mismo Verdross lo defiende12. Tomando en consideración la existencia de estas doctrinas, podemos decir, siguiendo las líneas coincidentes con otros autores, entre ellos Cárdenas13: “los planteamientos clásicos de aquellas teorías fueron revisados bajo los nuevos parámetros del Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. Esta revisión no solo se da en el ámbito de estos derechos, aunque con mayor fuerza en estos, sino también en el campo del llamado Derecho comunitario, o Derecho de integración, tomando como punto de partida el europeo, sin excluir los que se han venido desarrollando en la Subregión Centroamericana y en América del Sur. 11 CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. El Derecho Internacional en un mundo en cambio. Ed. Tecnos, Madrid, 1985, p. 99. 12 Visto en UBEDA PORTUGUES, José Escribanos, Breve Introducción a Derecho Internacional Público. Ed. Aebius, Colección Relaciones Internacionales No. 3, Madrid, 2008, p. 242. 13 CÁRDENAS, Byron. “La Jerarquía normativa de los tratados sobre Derechos Humanos en la Constitución y la jurisprudencia de Nicaragua”, en Revista de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas Universidad Centroamericana (UCA) No. 15, Managua, 2011 p. 74 20 En estos dos campos, fundamentalmente los Estados han tenido que readecuar sus propios ordenamientos jurídicos para hacerlos acordes con los compromisos asumidos en estas materia, incluso sus propias Constituciones. Hemos de decir, que el Derecho Internacional positivo no toma partido por los postulados básico del dualismo o del monismo. Es esta una cuestión que deja a los derechos internos y son efectivamente las constituciones de los Estados las que determinan si el cumplimiento del Derecho Internacional en los ordenamientos jurídicos internos necesita o no de un acto de recepción y cual deba de ser éste. En este sentido y tal como lo exponen autores tales como Seara Vásquez14 y Sánchez Rodríguez15, se puede indicar que tanto el monismo como el dualismo tienen en común el problema de la ejecutoriedad por los órganos administrativos y judiciales internos de las normas internacionales, en especial de aquellas derivadas de los tratados. Que existen diferentes formas para hacer aplicable o efectivo estos instrumentos, que normalmente están consagradas en las constituciones de los Estados; entre las más utilizadas esta la teoría de la adopción que consiste en que las normas del Derecho Internacional se ejecutan a través de su incorporación al orden jurídico interno, manteniendo su carácter internacional y sin transformarse en norma nacional. Es decir que, el instrumento internacional produce efectos tanto en el orden internacional como directamente en el orden nacional. El inicio de su 14 SEARA VASQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público. 24va. Edic. México, Ed. Porrúa, 2012, p. 113. 15 SANCHEZ RODRIGUEZ, Luis Ignacio. Curso de Derecho Internacional Público. Ed. Tecnos, Oviedo, 1980, p. 210. 21 vigencia, forma de ejecución, interpretación y término son reguladas por el Derecho Internacional y no por el interno. La extinción de un tratado produce efectos tanto en el orden internacional como también en el orden interno. Así se aborda la cuestión del estatus jerárquico de las normas internacionales incorporadas al derecho interno de cada Estado, dependen de lo dispuesto por cada constitución, tal como hemos venido exponiendo. Otra de las teorías desarrolladas es la de la transformación, para estas normas de Derecho Internacional tienen validez en el orden jurídico interno, cuando se convierten en normas nacionales. Normalmente el agente transformador es el Poder Legislativo de cada Estado, a través de una disposición de aprobación del instrumento internacional. En este caso el inicio, término de validez, ejecución e interpretación son reguladas por el Derecho interno y la terminación de dicho instrumento no produce efectos inmediatos en el orden jurídico nacional. Lo mismo que en la anterior teoría las constituciones determinar su estatus jerárquico.16 Para finalizar este apartado es conveniente decir que la tendencia generalizada es la de armonizar las normas del derecho internacional, que emana fundamentalmente de los instrumentos internacionales con las del Derecho interno de los Estados, de manera tal que, en la mayoría de los casos exista armonía, concordancia y coherencia entre estas regulaciones para evitar el conflicto normativo. Esto está en dependencia de la existencia de una regulación, partiendo de las constituciones de los Estados y de ser posible una 16 SÁNCHEZ, RODRÍGUEZ, Luis Ignacio, op. cit, p. 201 22 ley que regule de manera clara esa relación, dejando definido la necesidad o no de un acto de recepción y sobre todo la jerarquía entre los instrumentos internacionales u otras normas del Derecho Internacional y el ordenamiento jurídico interno de los Estados. Lo cierto es que el primero no impone una vía única o exclusiva de recepción, sólo exige el cumplimiento cabal del tratado, dejando de esta manera al arbitrio o voluntad reguladora de los Estados las medidas necesarias y útiles para este fin. 1.2. Comportamiento de la Comunidad Internacional en cuando a la relación entre el Derecho interno y los instrumentos internacionales y la responsabilidad de los Estados Debemos de tomar como punto de partida lo preceptuado en el Artículo 26 de la Convención de Viena Sobre Derecho de los Tratados disponiendo que “todo tratado en vigor obliga a las partes y debe de ser cumplido por ellas de buena fe”. Por su parte el precitado Artículo 27, en el apartado 1, consigna que: “Un Estado parte en un tratado no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento del tratado”. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el precitado Artículo 46, aparatado 1 y 2, que dispone: “El hecho de que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado haya sido manifestado en violación de una disposición de su derecho interno concerniente a la competencia para celebrar tratados no podrá ser alegado por dicho Estado como vicio de su consentimiento, a menos que esa violación sea manifiesta y afecte a una norma de importancia fundamental de su derecho interno. Una violación es 23 manifiesta si resulta objetivamente evidente para cualquier Estado que proceda en la materia conforme a la práctica usual y de buena fe”. En el ámbito de los instrumentos multilaterales que regulan el quehacer de los organismos internacionales, con especial atención la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA)17, en su Artículo 3 consigna que: “los Estados Americanos reafirman, entre otros, los siguientes principios: el derecho internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones recíprocas; el orden internacional está esencialmente constituido por el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los Estados y por el fiel cumplimiento de las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional”. La misma Carta, preceptúa que: Todo Estado Americano tiene el deber de respetar los derechos de que disfrutan los demás Estados de acuerdo con el derecho internacional. 17 La Carta de Bogotá que crea la OEA, es suscrita en Bogotá en 1948y reformada por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Buenos Aires", suscrito el 27 de febrero de 1967, en la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria, La por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Cartagena de Indias", aprobado el 5 de diciembre de 1985, en el decimocuarto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Washington", aprobado el 14 de diciembre de 1992, en el decimosexto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, y por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Managua", adoptado el 10 de junio de 1993, en el decimonoveno período extraordinario de sesiones de la Asamblea General. 17 Este Proyecto fue elaborado por la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas (CDI) y adoptado durante su Primer Período de Sesiones, en 1949. 24 Además el Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional para la Declaración de los Derechos y Deberes de los Estados18, en su Artículo 13 propugna que: “todo Estado tiene el deber de cumplir de buena fe las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes de derecho internacional, y no puede invocar disposiciones de su propia Constitución o de sus leyes como excusa para dejar de cumplir ese deber”. Así el Artículo 14, expone que: “todo Estado tiene el deber de conducir sus relaciones con otros estados de conformidad con el derecho internacional y con el principio de que la soberanía del Estado está subordinada a la supremacía del derecho internacional”. La jurisprudencia internacional ha dicho al respecto que el mero hecho de la existencia de un tratado previo o de normas de Derecho Internacional constituye un absoluto impedimento para que el Estado promulgara disposiciones constitucionales en conflicto con las normas de este Derecho. La simple existencia de las últimas implica una restricción correspondiente en la soberanía del Estado, así evidenciado en el Asunto decidido por la Comisión Especial de Reclamaciones mexicano-francesas, el año de 1928.19Además es un principio establecido de Derecho Internacional que un soberano no puede esgrimir su propio derecho interno como un obstáculo para impedir una reclamación internacional. 18 Este Proyecto fue elaborado por la Comisión de Derecho Internacional de la Asamblea General de las Naciones Unidas, (CDI) y adoptado durante su Primer Período de Sesiones, en 1949, recuperado el 5 de febrero del 2013 de http://www.un.org/es/aboutun/structure/ilc.shtml 19 PASTOR RIDRUEJO. José Antonio. Curso de Derecho Internacional y Organismos Internacionales. Madrid, 2009, p. 168. 25 En otras ocasiones la Corte Permanente de Justicia Internacional, antecesora de la Corte Internacional de Justicia se pronunció al respecto expresando que: “...Francia no puede prevalecerse de su legislación para limitar el alcance de sus obligaciones internacionales. Véase el Asunto de las zonas francas de Alta Saboya y del País de Gex de 1930, la Corte dijo al respecto que “...Un Estado no podrá invocar, frente a otro Estado, su propia Constitución para sustraerse a las obligaciones que le imponen el derecho internacional o los tratados en vigor”. En el asunto de la reparación de los perjuicios sufridos al servicio de las Naciones Unidas en 1949, en su Opinión Consultiva la Corte Internacional de Justicia expone que: “El derecho internacional prima sobre el derecho interno. Los actos cometidos por un Estado en violación de ese derecho entrañan responsabilidad20. Desde que se desarrolla el derecho de los tratados y la importancia en las relaciones entre los Estados y demás sujetos del Derecho Internacional, se ha discutido por los doctrinarios y estudiosos de esta materia la relación entre estos dos cuerpos normativos. En líneas anteriores se ha dejado sentado esta discusión y en esta relación se expone, en la mayoría de los casos y con algunas excepciones, la superioridad de la Constitución por encima de todas las demás normas, incluyendo los instrumentos internacionales. 1.3. La Supremacía de la Constitución y la posición de los tratados internacionales Los doctrinarios partiendo de lo expuesto por Kelsen, han expresado que la estructura piramidal del orden jurídico es sustentado por la Constitución y es 20 Ídem, p. 171. 26 esta la que da valor a las demás normas, tal como lo hemos dicho, el surgimiento y desarrollo de los Estados nacionales se sustentan y se expresan mediante la elaboración de la llamada Carta Magna, cuyo valor primario, por encima de toda otra norma positiva, está fuera de dudas. No se discute la importancia y supremacía que en el orden jerárquico tienen esas Constituciones, sin embargo no podemos olvidar que es indiscutible que desde el punto de vista del Derecho Internacional es este el que prevalece en caso de conflicto sobre los derechos internos. A este respecto, resulta básica la regla del artículo 27 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, salvo lo dispuesto en el artículo, 46 de la misma Convención, cuestión que hemos desarrollado previamente. De igual manera el artículo 4, del Proyecto de Artículos de la Comisión de Derecho Internacional sobre Responsabilidad Internacional de los Estados, que data del año de 198021 señala que: “sólo el Derecho Internacional puede ser tenido en cuenta para calificar a un hecho de ilícito y generador, por tanto de responsabilidad internacional: la eventual calificación del hecho como licito por el Derecho interno del Estado es irrelevante. No se trata de una regla innovadora sino declarativa del Derecho Internacional general, así ha sido sostenida. En el caso nicaragüense se sostiene que la jerarquía de los tratados internacionales está por debajo de la Constitución pero por sobre la ley, esta afirmación en base a lo preceptuado en el artículo 182 constitucional. Se 21 El Proyecto de Artículos sobre responsabilidad Internacional de los Estados elaborada por la Comisión de Derecho Internacional Público, se encuentra en el Anuario de la CDI de 1980. 27 afirma por otro lado que la Constitución Política asigna a los tratados internacionales, específicamente de derechos humanos, un rango constitucional, pero sólo en esta materia. Según nuestras consideraciones son los derechos consignados en los instrumentos internacionales de derechos humanos emanados del Artículo 46 los que tienen reconocimiento en la Constitución y no los instrumentos de donde emanan. Sobre éste tema regresaremos más adelante. La Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado en ambos sentidos. Por supuesto que esta discusión amerita un mayor análisis que se hará en acápites posteriores. En el ámbito de las tendencias constitucionales y tratándose de la aplicación del Derecho Internacional general, en el Derecho interno de naturaleza consuetudinaria, así es señalado Pastor Ridruejo22, exponiendo que existen cuatro grupos de cláusulas constitucionales, a saber: a) El de las cláusulas que entrañan la adopción obligatoria, aunque no automática, de las reglas del derecho internacional general; b) El que comporta la adopción automática en el orden interno de tales reglas; c) El que supone tal adopción automática, proclamando además la superioridad del derecho internacional general sobre el derecho interno e instaurando un procedimiento para controlar la conformidad de este con el primero y; d) El integrado por aquellas disposiciones que enuncian de manera formal e individualizada ciertas reglas del derecho internacional general. 22 PASTOR RIDRUEJO, José Antonio, op. cit., p. 152-153 28 Se cuenta también con un grupo de cláusulas constitucionales que enuncian formalmente y de manera individualizada ciertas reglas de derecho internacional general como la prohibición de la guerra o la obligatoriedad de resolver pacíficamente las controversias internacionales. Están las que establecen la supremacía o no de ciertas disposiciones, tratados y acuerdos particulares. Sin lugar a dudas, los instrumentos internacionales deben de cumplirse, partiendo de lo preceptuado en las disposiciones constitucionales de los Estados, en su misma práctica y de cara a los compromisos asumidos por la máxima autoridad de ese Estado, independientemente que se trate de un sistema político parlamentario o presidencial. Por supuesto que hemos de considerar la posibilidad de aplicar un acuerdo internacional, legítimamente suscrito y habiendo cumplido todos los procedimientos nacionales e internacionales que se determinan para ello y que el Estado sea parte del mismo, por ende asume la responsabilidad de cumplir con los derechos y obligaciones que se determinen en el instrumento internacional del cual es Estado parte. Hemos de tomar en cuenta también, que la aplicación de un instrumento internacional, está relacionado con que dicha aplicación la tengan que hacer directamente los Estados, pero están aquellos cuya aplicación se realizará en el ámbito interno del Estado y es en este caso que se debe de analizar si en su relación con el ordenamiento jurídico interno del Estado nos enfrentaremos con conflicto entre una y otra norma, especialmente la Constitución, que en 29 todo caso se debió de revisar previo a que dicho Estado expresara su consentimiento en obligarse por el instrumento en cuestión. Al aplicarse el instrumento en ámbito interno surgen diferentes cuestiones, que según Seara Vásquez 23 pueden decirse que son las más importantes, siendo estas: 1. La aplicación del instrumento internacional dentro del contexto general de la aplicación nacional: a) obligatoriedad de los tratados; b) jerarquía de los tratados en relación con la ley interna; 2. Aspectos internacionales de la aplicación o no del tratado en el ámbito interno. La doctrinaria mayoritaria, determinan, con respecto a la jerarquía entre los instrumentos internacionales de derechos humanos y el Derecho interno de cada país, cuatro, a saber: la supra constitucionalización; el rango constitucional; la sub constitucionalidad o rango supra legal y la equiparación legal. Sagués24, por su parte y refiriéndose a la incorporación de los tratados en general, al Derecho interno (independientemente del tipo de tratado), expone que sobre este asunto se encuentran tres actitudes en el ámbito del Derecho Internacional, a saber: “la Doctrina de la Transformación, o de la adopción, es decir que además de cumplirse con las reglas constitucionales de elaboración de un tratado, se necesita una decisión complementaria de ese Estado que lo incorpore a su Derecho interno; la Doctrina de la Bivalencia, en este caso el tratado finiquitado según la Constitución, forma parte del Derecho interno; si 23 SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 118. SAGUÉZ, Néstor Pedro. Manual de Derecho Constitucional. Ed. Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 2007, p. 83-84. 24 30 una Constitución guarda silencio, cabe suponer que concluido el trámite constitucional de elaboración de un tratado, el Estado ya ha emitido su voluntad de adoptarlo, y rige en el País del caso, sin necesidad de otra ley de adopción”. Otra de la Doctrina planteada por el autor es “la Doctrina de la Constitucionalizarían, es decir que ocasionalmente, el propio poder constituyente da jerarquía constitucional a algunos tratados, por ejemplo en materia de derechos humanos”25. Lo hace, diríamos nosotros, de manera clara y no ambigua como es el caso que posiblemente se aplique a Nicaragua, en el caso del precitado Artículo 46 y segundo párrafo del 71, constitucional. En este caso es menester mencionar que el problema de la obligatoriedad de los tratados y de su jerarquía respecto de la ley nacional, están regulados de modo general en las Constituciones de los Estados, que como se pueden observar todas les atribuyen obligatoriedad en el campo interno, sin embargo muchas veces existe ambigüedad al valor jerárquico frente a la ley interna. En algunos casos los tratados tienen una posición privilegiada en relación con la ley y no solo el Estado no podrá legislar en forma contraria a los tratados en vigor, sino que también estará obligado a aprobar la legislación necesaria para la aplicación interna de estos instrumentos. En este sentido se han pronunciado de manera especial en relación a los tratados pertenecientes al llamado Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Otras disposiciones constitucionales asemejan al instrumento con la 25 Idem, p. 84 31 ley misma que en todo caso ha de significar la aplicación del principio ley posterior deroga la anterior. Sostenemos que el problema de los efectos internacionales de la no aplicación del tratado en el orden interno es independiente totalmente de si tales tratados son o no acordes con la Constitución y con el derecho interno. En el caso de que el instrumento sea concluido siguiendo los procedimientos debidos, los Estados se comprometen internacionalmente y el hecho de que no puedan ser aplicados en el orden interno, es irrelevante para el Derecho Internacional, es decir que, en dicho caso el Estado es responsable por la aplicación tanto en el orden internacional como en el interno. 1.4.- Ubicación de los Tratados Internacionales en el orden constitucional Ahora bien, un aspecto que hemos de discutir, como hemos dicho anteriormente es el de la constitucionalidad de los instrumentos internacionales. La negociación, suscripción, ratificación y entrada en vigencia, tienen que seguir las normas constitucionales y en caso de que existan las normas legales que regulen este proceso. Las demás normas internas deben guardar conformidad con las disposiciones materiales de la constitución, no oponerse a ellas. Una vez ratificado un tratado y canjeados los instrumentos de ratificación o depósito de este, en el orden internacional el tratado tiene plena validez, y se sustrae a la simple declaración de cualquier autoridad o poder interno de un país, en lo relativo a su validez. Si posteriormente pudiera detectarse una causa de inconstitucionalidad, sea 32 formal o material, este es un asunto que debe resolverse no solo atendiendo a las normas internas del Estado, sino respetando los principios y disposiciones del derecho internacional. El Estado que llegare a la conclusión de que un tratado válidamente celebrado y ratificado resulta inconstitucional, deberá o bien revisar y reformar su derecho interno o acudir a los procedimientos aceptados por el Derecho Internacional para denunciar, enmendar o modificar el tratado, pero no puede hacerlo unilateralmente. Algunos tratadistas expresan que el tema de las relaciones entre el Derecho Internacional y el derecho interno, especialmente en materia de jerarquía se ha convertido en una discusión constitucional, con lo que estaría de acuerdo, dada la merecida importancia de los instrumentos internacionales. Consideramos al respecto que, dado los compromisos asumidos por los Estados ante un tratado internacional, es indispensable contar con reglas claras en el orden interno, especialmente en el constitucional, tanto en lo relacionado con la incorporación de dicho tratado al orden interno como su ubicación jerárquica en el ordenamiento jurídico de que se trate. En este ámbito Carbonell26 expresa que: “El asunto, trasladado al ámbito interno del ordenamiento jurídico, se torna inicialmente en un problema de jerarquía de las normas y, en consecuencia, de fuentes del derecho. Es decir, el problema esencial en 26 CARBONELL, Miguel. “Los Derechos Fundamentales y la Acción de Inconstitucionalidad”. Ed. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2010, p 4 33 materia de aplicación de tratados al interior de un Estado consiste en la adaptación de las normas internacionales a su Derecho Interno y al lugar que este le asigna a esas normas”. Como hemos venido exponiendo, de lo que si estamos convencidos es que una gama nada desdeñable de autores exponen el hecho de que el Derecho internacional y derecho interno y la relación entre ambos ha suscitado la atención de estos especialistas en la materia, tanto desde el punto de vista constitucional como de la aplicación y validez de las normas internacionales. En este sentido, Seara Vasquez, 27expresa en relación a las formas de solución de los posibles conflictos, ante este problema no cabe más posibilidades racionales, a saber: 1- El derecho internacional y el derecho interno son ordenes jurídicos diferentes y separados, sin relación entre ellos y sin posibilidad, por lo tanto de que se produzca entre ellos un conflicto del orden que sea, esta es la teoría dualista, cuyo principal representante Triepel la desarrolla en su momento. 2.- el derecho nacional y el derecho interno no puede ser parte del mismo sistema de derecho porque este es uno, hay una construcción jurídica universal que puede adoptar forma distinta, según su objeto, pero dado que el individuo es el destinatario último de la norma jurídica, poco importa que la aplicación de la norma se realice directamente como en el caso del derecho interno o indirectamente atribuyendo una titularidad ficticia al Estado, una concepción correcta del orden jurídico universal que nos tiene que llevar necesariamente a la aceptación que la idea de justicia como origen y fin del derecho sea inconcebible si se hace 27 SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 140 34 abstracción del individuo como sujeto único y si pudieran coexistir con esa idea única de justicia universal. Esta idea única de justicia exige entonces una unidad de orden jurídico y el derecho interno y el Derecho Internacional no serían más que aspectos o partes del orden general. Bajo estas premisas tenemos a la vista dos posibilidades, partiendo de la subordinación de que todo ordenamiento, del tipo que sea, exige una jerarquización, y ello supone subordinación de unas normas a otras, es decir que ambas normas no pueden ocupar una posición jerárquica similar, ya que si bien es verdad que forman parte del mismo orden jurídico, también es que son distintos sistemas. Hemos de mencionar que para resolver el problema de la jerarquización de normas, tomando en consideración las posibles soluciones y es que o el derecho internacional es inferior o superior el derecho interno. La primera posibilidad ha sido considerada por Kelsen, cuyo sistema piramidal de normas lleva a colocar en la cúspide la norma hipotética, el punto final de imputación, a partir del cual se desarrolla el sistema del Derecho Internacional, que se prolonga hacia la base de la pirámide, por el sistema normativo interna. La segunda posibilidad es, en el fondo, la interpretación que aparece como lógica consecuencia de la teoría de la autolimitación como explicación del fundamento del derecho internacional: si este último no es más que la suma de limitaciones que el Estado acepta en su actuación respecto de otros Estados, sino es en suma, más que el resultado de una serie de actos voluntarios del 35 Estado, entonces está claro que el derecho internacional debe estar subordinado al derecho interno.28 Estas posiciones doctrinarias clásicas, no pueden concebirse, desde nuestro punto de vista, de forma total o ecléctica, puesto que la práctica de los Estados nos demuestran algunos matices que debemos de considerar, es decir esa práctica se manifiesta a través de sus disposiciones constitucionales, legales y jurisprudenciales, básicamente. Estamos claros que un Estado, como miembro de la Comunidad Internacionales, con intereses comunes, no puede contar con un sistema de normas, o un ordenamiento totalmente desvinculado de los compromisos que ha venido asumiendo con la suscripción de tratados internacionales o en la formación de cualquier otra norma internacional. Estas situaciones han limitado de alguna forma la actuación del Estado, elaborar su propio ordenamiento jurídico, cualquiera sea la norma de que se trate y también el derecho interno puede influenciar en el derecho internacional. Es decir que, es clara la necesaria coexistencia entre ambas normas, puesto que un Estado debe de cumplir lo que pacta en el orden internacional y no puede alegar su derecho interno para incumplirlo. Vasta observa lo expresado en las disposiciones de la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados, lo que pudiera acarrear responsabilidad internacional ante su incumplimiento y de la que hemos venido haciendo alusión. 28 SEARA VÁSQUEZ, Modesto. Los conflictos de la ley nacional con los tratados internacionales, visto en Derecho Internacional Público. México. 2010, p. 114-116. 36 El otro aspecto que se plantea es el de la jerarquía de las normas en caso de conflicto entre una norma interna y una de carácter internacional. En este ámbito y por la misma interrelación existente y necesaria, se ha determinado que para la solución de este posible conflicto es más viable verlo casuísticamente, ya que el derecho interno puede crear obligaciones internacionales y este a menudo establece limitaciones al derecho interno. Cabe mencionar que el tema de la jerarquía entre normas internacionales es bastante discutido, sin embargo no haremos mayor referencia pues no es parte de esta investigación, si lo es el de la jerarquía entre norma interna e internacional o viceversa. Al respecto existen diversas posiciones doctrinarias, que tienen su asidero en la práctica de los Estados. Unos expresan que se debe de tomar en cuenta que el interés de la sociedad internacional es superior al interés de cualquier sociedad nacional. Sin embargo esta situación no siempre se puede presentar, eso depende de lo que podamos captar como intereses supremos, en cuyo caso plantean que el internacional prevalece sobre el interno.29 Si examinamos la jurisprudencia mayoritaria de los Estados tiende a inclinar a aceptar e incorporar las normas de derecho internacional al derecho interno y esto es consecuencia de las disposiciones legales de los Estados que también siguen esta tendencia. Claro está que se cuentan con tratados internacionales que su aplicación e irrestricto respeto le corresponde a los Estados, sin embargo habrá otros en los que su aplicación le compete a las instancias internas de los Estados, que han 29 SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit. p. 115. 37 aceptado o manifestado su consentimiento en obligarse por un tratado. En este caso podría esa instancia o el mismo juez que conoce de una causa, el que ha de resolver no solo la aplicación de la norma internacional, sino revolver en caso de conflicto entre una norma interna y una internacional. Ante este supuesto, caben muchas posibilidades de actuación, por parte del tribunal que conoce de la causa. Siguiendo a lo planteado por Seara Vásquez, podemos decir que las más importantes son, en primer lugar, la aplicación del tratado dentro del contexto general de la legislación nacional, estaríamos ante la obligatoriedad de los tratados y ante la jerarquía de estos en relación con la ley nacional. En el segundo de los casos, están los aspectos internacionales de la aplicación o no del tratado en el ámbito interno.30 Estas circunstancias deberían de estar, al menos en términos generales, resuelto en el mismo ordenamiento interno de los Estados, específicamente en sus constituciones nacionales. En algunos casos los tratados tendrán una posición superior a las mismas constituciones, o bien en su mismo orden jerárquico, otras estarán en un rango inferior. En el primero de los casos podríamos estar en un orden jerárquico superior o igual al de la constitución a determinados tratados internacionales y dándole a los otros otro tipo de tratamiento. En otras ocasiones tendrán un rango superior o igual al de la ley. No se puede decir que los tratados tengan un rango inferior a otro tipo de norma en el ámbito interno, dada su importancia, también es importante mencionar que un 30 SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 122 38 Estado no podrá legislar en contra de un determinado tratado que ha aceptado como parte de su ordenamiento interno, para esto tendría que denunciarlo, tampoco podrá reformar sus disposiciones, parcialmente, sino a través de las reservas, siempre y cuando el tratado mismo. Hemos de decir que el conflicto entre la norma interna y la internacional se puede dar, tomando en cuenta el contenido del tratado o bien por razón de procedimiento de conclusión de este. Estamos claro que la incorporación y el valor de los tratados en el ámbito interno, depende de lo que determinen sus constituciones. Otras veces han de aplicarse los principios del derecho en general, por ejemplo la ley posterior deroga la anterior o la ley particular deroga la general, entre otros principios aplicables. La solución final ha de darla el juez correspondiente, siempre y cuando tenga la competencia otorgada por la misma Constitución. Otro aspecto que ha de resolver esta instancia jurisdiccional es la de la interpretación de una norma y de otra, sin que esto signifique el incumplimiento de la norma internacional, ya que esto podría acarrear responsabilidad para el Estado. Finalmente hemos de decir que haciendo una revisión de las disposiciones Constitucionales de la mayoría de los Estados, vemos que en el vaivén de lo dispuesto por los elementos característicos de las doctrinas monitas y dualistas es variado. Los Estados de alguna forma han venido resolviendo las cuestiones que plantean la relación entre los dos cuerpos de normas, el internacional, básicamente se refiere a los tratados y el derecho interno, en este último tomando como parámetro lo dispuesto en dichas constituciones. 39 También podemos observar que la tendencia en esta relación es darles mayor preponderancia a los tratados internacionales sobre Derechos Humanos, dándole en este caso un tratamiento diferente con relación a los demás tratados, refiriéndose, quizás a lo dispuesto en ellos. De igual manera se tiene un tratamiento especial a los tratados de integración o que pertenecen al llamado Derecho comunitario, especialmente en las constituciones de los Estados que se encuentran inmersos en estos procesos de integración. 40 CAPITULO II ABORDAJE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU INCORPORACIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO NICARAGÜENSE En este Capítulo se expondrán las disposiciones constitucionales y legales que regulan la relación de las normas internacionales, especialmente los tratados y el Derecho interno, en el ámbito del ordenamiento jurídico nicaragüense, abordando no solo su necesaria relación, sino el tratamiento jerárquico que la Constitución Política le ha concedido a estas normas convencionales, si es que podemos afirmar esto. Se abordará el procedimiento que se sigue para la negociación y firma por parte del Presidente de la República, la aprobación por la Asamblea Nacional y la manifestación del consentimiento en obligarse por el tratado, ya sea por medio de la ratificación o bien la adhesión, aplicando en este sentido lo dispuesto en la Constitución Política y otras leyes, pero de igual manera la práctica de las autoridades con competencia en Nicaragua. 2.1. Generalidades De acuerdo a lo que plantea Carrillo Salcedo, “todo sistema jurídico tiene que dar respuesta a tres problemas básicos: cómo se elaboran las normas jurídicas; cómo se aplican las normas jurídicas y qué ocurre en los supuestos de incumplimiento de las obligaciones jurídicas y de violación de las normas; por 41 último, cómo se reflejan los intereses generales del grupo social en las funciones que en el mismo lleva a cabo el derecho”31. Entendemos que la creación de las normas del derecho internacional se realiza, fundamentalmente por los Estados, de manera directa o bien de la cesión de esa facultad a otros sujetos del Derecho Internacional, por ejemplo los organismos internacionales, la Santa Sede. No se cuenta con una instancia universal creadora de estas normas de manera uniforme. Los Estados se autorregulan y regulan el actuar de esos otros sujetos que el mismo ha creado. En este sentido, ya desde el Tribunal Permanente de Justicia Internacional en su Sentencia de 1927, “las reglas jurídicas que obligan a los Estados proceden de la voluntad de estos, voluntad manifestada en los convenios o en los usos aceptados generalmente como consagrando principios de Derecho y establecidos para regular la coexistencia de estas comunidades independientes o para la prosecución de intereses comunes. 2.1.1. Acciones que motivan la creación de las normas internas e internacionales En el proceso de formación de las normas internas y las de carácter internacional, no solo se determina a través de los elementos de la teoría dualista y monista, de la que hemos venido abordando. Cabe recordar que en el ámbito interno de los Estados, existe una instancia centralizada, organizada y jerarquizada creadora de las normas internas, es decir, los parlamentos, el 31 CARRILLO SALCEDO, José Antonio. El Derecho Internacional en un mundo en cambio. Edit. Tecnos. Madrid, 1984. Pp. 95-97. 42 ejecutivo, los órganos descentralizados, como los consejos municipales, regionales, las regiones autónomas, los Estados federados, entre otros. En el caso de las normas internacionales, estas son creadas por sus propios destinatarios. Quizás sea necesario solo repasar un poco las fuentes del Derecho interno, de los Estados. Estas son principalmente las leyes, teniendo como cúspide de esta la Constitución Política de los Estados, los decretos legislativos, ejecutivos y otros. En el campo del Derecho Internacional, la mayoría de los autores, al referirse a las fuentes hacen uso del artículo 38 del Estatuto de la CIJ, siendo esta los tratados internacionales, la costumbre, los principios generales del Derecho, las decisiones de los tribunales internacionales, la doctrina, la equidad. Además, con el desarrollo de estas normas, han surgido las declaraciones unilaterales de los Estados32, las Resoluciones de los Organismos Internacionales33 y las llamadas normas ius cogens34. Es importante mencionar que las normas creadas, en el ámbito del desarrollo progresivo y codificación del Derecho Internacional, obligan jurídicamente siempre y cuando el Estado haya participado en el proceso de elaboración o proceda a adherirse a esta, expresando su consentimiento en obligarse por dicha norma. En la formación de las normas internacionales, la voluntad de las partes es fundamental, por no decir un requisito sine qua non, hoy se encuentra 32 La Corte Internacional de Justicia se pronuncia sobre los actos unilaterales de los Estados en su Sentencia emitida en el Caso de los Ensayos nucleares del 20 de Diciembre de 1974. Puede verse en www.icj-cij.org 33 El origen de estas normas son los acuerdos internacionales creadores de los Organismos Internacionales. 34 Surgidas de la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados de 1969. 43 supeditada a tres factores, que es meritorio mencionar: la heterogeneidad de la sociedad internacional contemporánea, atravesada por fuertes líneas de división ideológica y de estratificación social; en segundo lugar la universalidad de la sociedad internacional contemporánea, en la que los Estados surgidos a la independencia como consecuencia del proceso descolonizador no aceptan muchas de las normas consuetudinarias preexistentes, creadas en un época histórica en la que estos nuevos Estados no eran independientes sino colonias; en tercer lugar la creciente institucionalización de la sociedad internacional como consecuencia del desarrollo del fenómeno de la Organización Internacional, que sin desplazar la soberanía de los Estados ni eliminar la relevancia de su consentimiento en la creación de las normas jurídicas internacionales, corrige sin embargo los rasgos de descentralización que caracterizaron al Derecho Internacional tradicional35. 2.1.2. Nicaragua y la formación de los Tratados Internacionales De inicio debemos recordar que Nicaragua no ha ratificado la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 y por ende no está obligada como norma convencional a cumplirla, aunque si es parte de su derecho consuetudinario. Nuestra realidad constitucional no se aleja de la discusión doctrinaria sobre la relación entre el derecho interno y el derecho internacional, especialmente en este estudio, referidos a los instrumentos internacionales. Igual importancia tiene el determinar el sistema de fuentes con claridad en la misma 35 CARRILLO SALCEDO, Modesto, op. cit. p. 99 44 Constitución Política de los Estados, partiendo de lo que la misma Carta magna dispone. García Palacios 36 expresa que la reforma constitucional de 1995 rediseñó el sistema de fuentes del derecho en el ordenamiento jurídico nicaragüense. En tal sentido las fuentes del derecho que la Constitución, según ha establecido son las siguientes: a) la Constitución; b) la ley: las leyes constitucionales; la Ley de Autonomía de la Regiones de la Costa Atlántica; la Ley de Municipios; la de Presupuesto General de la República; las leyes ordinarias y los instrumentos internacionales; c) el Reglamento; d) el Decreto: Legislativo y Ejecutivo; e) normas producidas por los Municipios y las Regiones de las Comunidades de la Costa Atlántica. De igual manera el autor expone que, los Instrumentos internacionales son todos aquellos que requieren ser firmados por el Ejecutivo y aprobados o rechazados por el Legislativo mediante el mismo procedimiento legislativo ordinario con algunas variantes. Aunque evidente, no podemos olvidar que los tratados internacionales son pactos entre Estados que crean normas jurídicas y establecen derechos y obligaciones recíprocos, ya sea en el campo del derecho público o privado, o en ambos, cuyo cumplimiento incumbe a los órganos estatales respectivos, a sus sociedades y a los ciudadanos. Constituyen, pues, fuente de producción del derecho. El tratado internacional una vez que ha seguido todo el procedimiento que ya se ha señalado forma parte del ordenamiento jurídico 36 GARCÍA PALACIOS, Omar. Curso de Derecho Constitucional. Instituto de Estudios e Invesigación Jurídica. Libro electrónico, 2011. 45 nicaragüense en una posición de igualdad a la ley de carácter ordinario expresa García Palacios. 37 Por otro lado y para abordar este acápite es necesario que expongamos en términos muy generales que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se manifiesta formalmente en el ámbito internacional mediante la ratificación o adhesión, seguida del canje de los instrumentos de ratificación o adhesión, entre los Estados contratantes o del depósito del respectivo instrumento en poder del depositario asignado. Tal como se preceptúa tanto en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, suscrita en 1969, Artículo 11, como en el contenido en el instrumento en cuestión, desde la fecha de dicho canje o depósito el tratado es obligatorio para el Estado que lo ha efectuado a menos que el tratado disponga otra cosa. Pero antes de manifestar su consentimiento en obligarse por el tratado un Estado debe cumplir con las disposiciones internas concernientes a la competencia para celebrarlos y aprobarlo. 2.2. El tratamiento de la Constitución Política a los tratados internacionales En la Constitución Política de Nicaragua, como en gran mayoría de las de los otros países existen sin duda alguna disposiciones que hacen referencia a los instrumentos internacionales, no así, al menos de forma clara se hace referencia a las otras fuentes del Derecho Internacional. Escasamente a los principios general. Estos instrumentos internacionales adquiere vigencia y 37 GARCÍA PALACIOS, Omar, op. cit. 46 sobre todo aplicación en el ordenamiento jurídico interno no automáticamente, sino a través de un acto expreso de incorporación establecido en Constitución la Política, en el que intervienen tanto el Presidente de la República como la Asamblea Nacional, tal como lo podemos observar en el artículo 150, numeral 8 y en el 138, numeral 12 de la Constitución. Ellos serán abordados con mayor detalle en líneas seguidas. De igual manera la jurisprudencia nacional ha determinado en aplicación de estos preceptos constitucionales que un tratado, aunque sea obligatorio en el ámbito internacional, no tiene vigencia automática en el orden interno. En este sentido, hemos de decir que no estamos del todo de acuerdo y es necesario matizar lo relativo a la aprobación y posterior manifestación del consentimiento en obligarse por el tratado, de forma más particular. Cabe mencionar al respecto que un tratado internacional es un acuerdo por escrito entre sujetos de Derecho Internacional y que genera obligaciones exigibles internacionalmente. El derecho internacional deja a cada Estado que regule su voluntad internacional, determinando los órganos que son competentes para negociar y concluir un tratado, detallando los pasos a seguir. Durante la primera fase se negocia y se adopta un texto entre las partes. En la fase final se manifiesta la voluntad estatal y su perfeccionamiento se realiza con la prestación del consentimiento por parte del Estado. Los tratados se entienden válidamente celebrados e incorporados al ordenamiento jurídico nacional, cuando han sido negociados y firmados por el Presidente de la República, después de haber sido aprobados por la Asamblea Nacional, en seguida se ratifican por Presidente de la República, aunque del 47 contenido del artículo 150, numeral 8 ni de ningún otro, se desprende la facultad del Presidente de la República para ratificar un instrumento internacional ni mucho menos para adherirse a él, sin embargo, está claro que en su calidad de Jefe de Estado y de Gobierno, es el único que puede comprometer al Estado mediante un tratado internacional. Una vez sometido el instrumento correspondiente a las etapas o fases del proceso de incorporación del tratado, por los órganos y los procedimientos previstos en el ordenamiento constitucional, se considera que es parte del ordenamiento jurídico y estamos ante un tratado válidamente celebrado e incorporado al derecho interno y sus disposiciones solo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma previstas en el propio tratado o de acuerdo a las normas de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, en su artículos 54 y siguientes, que aunque Nicaragua no es Estado contratante forma parte de su práctica consuetudinaria. Sobre el tratamiento de los tratados, Carrillo, 38expresa que: “Se deben de tomar en cuenta dos cuestiones importantes: primero sobre los órganos que son los competentes para la celebración y en su caso, derogación, modificación, suspensión y denuncia; y segundo, la recepción de las normas convencionales en los ordenamientos jurídicos internos de los Estados partes. Esta última cuestión, a su vez, suscita algunos problemas, a tomar en cuenta: la recepción de las normas contenidas en los tratados en el derecho nacional de los Estados partes, la jerarquía de las normas convencionales en el ordenamiento jurídico interno, y finalmente, la aplicación de los tratados por tribunales y autoridades internas”. 38 CARRILLO SALCEDO, José Antonio, op. cit., p. 128 48 2.3. Disposiciones constitucionales que hacen referencia a las fuentes del Derecho Internacional y de forma especial a los tratados internacionales Tal como hemos venido exponiendo el ordenamiento jurídico nicaragüense, entiéndase principalmente la Constitución Política, reconoce en diferentes disposiciones el respeto irrestricto de las normas emanadas del Derecho Internacional. Esto lo podemos visualizar, en el Artículo 3 referido a los principios fundamentales del Estado, determinando que “son compromisos irrenunciables de la nación la lucha por la paz y por el establecimiento de un orden internacional justo”. De igual manera, se dispone que es principio de la nación la libre cooperación internacional y el respeto a la libre autodeterminación de los pueblos, en el Artículo 5 párrafo primero, parte infine; “Nicaragua fundamenta sus relaciones internacionales en la amistad y solidaridad entre los pueblos y la reciprocidad entre los Estados; proscribe la intervención en los asuntos internos de otros Estados; según el párrafo 5 del mismo artículo y reconoce el principio de solución pacífica de controversias internacionales”, mismos que emanan de la Carta de las Naciones Unidas de la que Nicaragua es Estado parte. El párrafo siguiente del mismo artículo es muy ilustrativo y particularizado, puesto que se preceptúa que nuestro Estado se adhiere a los principios que conforman el Derecho Internacional americano reconocido y ratificado soberanamente. Podemos entender en este sentido que son los que provienen de la Carta de la Organización de Estados Americanos, que sin duda alguna 49 coinciden con los principios que se consignan por la Carta de las Nacionales Unidas. Nuestro Estado es miembro tanto de las Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos, al haber aceptado y ratificado sus Cartas o Actas constitutivas. Este artículo termina con pronunciarse a favor de la integración regional, objetivos que se complementan con lo dispuesto en el artículo 9 de la Constitución Política, al enunciar que: “Nicaragua defiende firmemente la unidad centroamericana, apoya y promueve todos los esfuerzos para lograr la integración política y económica y la cooperación en América Central, cuyo fin se logra a través de instrumentos internacionales, partiendo de los tratados y otras fuentes del derecho de integración”. Frente a estas disposiciones no podemos obviar que estos principios de la nación o del Estado, se consideran de igual manera principios de la Comunidad Internacional, en su conjunto. Importante mencionar que la Constitución Política de Nicaragua remite a la regulación internacional, en conjunto con las normas internas determinados temas. Especialmente remite a la regulación por tratados internacionales. Según el mismo principio mencionado en el artículo 9, al expresar en su último párrafo que: “este principio se regulará por la legislación y los tratados respectivos”. Igual remisión se hace en lo que concierne a la delimitación territorial del Estado. Basta dar lectura al artículo 10 de la Constitución, el que en su parte conducente dispone que: … “las aguas interiores, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva y el espacio aéreo correspondiente, de conformidad con la ley y las normas de Derecho Internacional”. 50 Cabe hacer mencionar en este caso que Nicaragua ha suscrito y ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar desde 1999, que regula lo pertinente a la delimitación de esas zonas marítimas reconocidas hoy día por dicho instrumento multilateral. Así como la Convención de Chicago, que es la atinente a la delimitación del espacio aéreo. Nicaragua es Estado parte, en esta última, desde 1945. Habría que decir también que las delimitaciones terrestres, marítima y aérea han estado sujetas a tratados bilaterales suscritos y ratificados con las repúblicas vecinas, así como por sentencias emanadas de tribunales internacionales. Siempre refiriéndonos al artículo 10 de la Constitución este dispone en su segundo párrafo que: “Nicaragua únicamente reconoce obligaciones internacionales sobre su territorio que hayan sido libremente consentidas y de conformidad con la Constitución Política y con las normas de Derecho Internacional. No acepta los tratados suscritos por otros países en los cuales Nicaragua no sea Parte Contratante”. Este artículo nuestro determina que Nicaragua no reconoce tratados debidamente concertados, habrá que exponer de igual manera lo que determina el artículo 34 de la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados: Un tratado no crea obligaciones ni derechos para un tercer Estado sin su consentimiento”. Dicho lo anterior y es en aplicación de un principio del efecto relativo de los tratados, existen sin embargo tratados multilaterales cuyo alcance jurídico va 51 más allá del circulo de Estados partes en los mismos, bien porque sean tratados normativos generales, de carácter abierto, universal, que intentan alcanzar objetivos propuestos por la comunidad internacional, o porque se trata de acuerdos internacionales que establecen regímenes jurídicos objetivos. Ambos pueden implicar derogaciones del principio del efecto relativo de los tratados: los segundos porque los terceros Estados tienen el deber jurídico de respetar las situaciones convencionales válidas que no les afecten jurídicamente; los primeros, si sus normas llegan a ser reconocidas y aceptadas por la comunidad internacional de Estados en su conjunto, cuando estas se transforman en costumbre internacional y reconocidas como tal, solo véase el artículo 38 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados. Como podemos, observar términos tales como consentimiento de normas, suscripción de tratados y el ser parte contratantes, nos lleva a la conclusión de que Nicaragua es conteste con las obligaciones emanadas de los instrumentos internacionales, que ha aceptado voluntariamente y cumpliendo con lo preceptuado al respecto por el Derecho Internacional, así también somete a regulación por medio de tratados internacionales, aspectos vinculantes con las relaciones internacionales entre Estados. En el capítulo correspondiente a la nacionalidad nicaragüense, en el Artículo 22 de la Constitución, dispone lo pertinente al régimen de la doble nacionalidad, por lo que se procederá conforme los tratados y el principio de reciprocidad. Igualmente en el caso del otorgamiento del asilo y del refugio, disponiendo en el capítulo sobre los derechos individuales, artículo 42, párrafo segundo que la ley determinará la condición de asilado y refugiado político, de 52 acuerdo con los convenios internacionales ratificados por Nicaragua. Por su parte el artículo 43, en cuanto a la extradición por delitos comunes está regulada por la ley y los tratados internacionales, entiéndase debidamente aceptado, por ratificación o adhesión de los mismos. En el caso del artículo 46, en su totalidad y parte infine del párrafo segundo del artículo 71 serán analizados posteriormente, dada sus particularidades. 2.4. Proceso de formación de los Tratados Internacionales de conformidad al Derecho Internacional y al Ordenamiento Jurídico nicaragüense En aplicación de las normas internacionales, especialmente basadas en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 y 198439, y la práctica generalizada de los Estados, la celebración de un tratado, requiere necesariamente al menos de dos fases: primero la elaboración material de este, cuyas etapas son negociación, adopción y autenticación del texto, y en segundo lugar, la expresión del consentimiento del Estado en obligarse por un tratado. La Constitución Política de Nicaragua no contiene regulación sustantiva al respecto, por lo que hemos de atender lo preceptuado en el numeral 8 del Artículo 150 de la Constitución. Asimismo, la negociación, adopción y autenticación del texto de un tratado es competencia del Presidente de la República, que es el Jefe de Estado y de Gobierno. Respecto de la prestación 39 Se hace referencia a las Convenciones de Viena sobre Derecho de los Tratados, entre Estados y entre Estados y Organismos Internacionales. 53 del consentimiento del Estado en obligarse, nuestra Constitución no expresa de manera determinante, la facultad que tiene de ratificar o adherirse a un Tratado Internacional, sin embargo es el Presidente de la República el que conduce las relaciones internacionales y el único que ha de determinar el consentimiento en obligarse por un tratado, si nos atenemos a lo dispuesto en la misma Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 196940 y en la misma práctica generalizada de los Estados. 2.4.1. Negociación de los tratados en el caso de Nicaragua Aquí habrá que determinar la diferencia entre la negociación de un tratado bilateral o multilateral. En el primero, como expresan los autores, tales como Diez de Velasco,41 la negociación es quizás más sencilla, no así en los llamados tratados multilaterales, sean estos generales o particulares. La proliferación de estos últimos, tiene varias explicaciones. En primer lugar el aumento de los Estados como consecuencia del proceso de descolonización y de la universalización de la sociedad internacional; las exigencias de la cooperación en un mundo progresivamente interdependiente; las necesidades de la vida internacional contemporánea y la progresiva toma de consciencia de los intereses comunes de la comunidad internacional en su conjunto; 40 Nicaragua no es Estado parte de esta Convención, sin embargo por ser miembro de Naciones Unidas negocia sus tratados internacionales de conformidad a lo preceptuado en esta Convención y en el Manuel de Tratados, preparado por la Sección de Tratados de la Oficina de Asuntos Jurídicos de Naciones Unidas y puesta a disposición de los Estados, en última versión en el 2001. Tiene por objeto contribuir a los esfuerzos de las Naciones Unidas para ayudar a los Estados allegar a ser partes en la estructura de los tratados internacionales. El Manual, escrito en un estilo sencillo, examina con la ayuda de diagramas e instrucciones graduales muchos aspectos del derecho y la práctica de los tratados y está destinado a su utilización por los Estados, las organizaciones internacionales y otras entidades. En particular, pretende ayudar a los Estados con escasos recursos y limitada pericia técnica en materia del derecho y la práctica de los tratados a participar plenamente en el marco de los tratados multilaterales. 41 DIEZ DE VELASCO, Manuel. Las instituciones de Derecho Internacional Público. Décimo séptima Ed., Madrid, Edit. Tecnos, 2009, p. 606. 54 finalmente, el esfuerzo de codificación y desarrollo progresivo del Derecho Internacional, en el seno de las Organizaciones Internacionales. La negociación, adopción y autenticación de un tratado internacional de carácter general se negocian y se adoptan en un medio colectivo, que puede ser una conferencia diplomática, en ocasiones institucionalizadas, como puede ser la Asamblea General de las Naciones Unidas y responden a una necesidad de la comunidad internacional de encontrar el sustituto más cercano a la idea una legislación internacional imprescindible para la adecuada regulación de intereses comunes. En este sentido es menester traer a colación lo preceptuado en el artículo 9 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, que dispone: “La adopción del texto de un tratado se efectuara por consentimiento de todos los Estados participantes en su elaboración; la adopción del texto de un tratado en una conferencia internacional se efectuara por mayoría de dos tercios de los Estados presentes y votantes, a menos que esos Estados decidan por igual mayoría aplicar una regla diferente”, al igual que otras normas de adopción de decisiones que se regulen en los acuerdos fundaciones de los organismos internacionales de que se trate. Las formas de manifestar el consentimiento en obligarse por el Tratado podrá ser la ratificación, firma, el canje de instrumentos que constituyan un tratado, la aceptación, la aprobación o la adhesión, o en cualquier otra forma que se hubiese convenido. 55 En contexto cabe mencionar que Nicaragua no cuenta con una norma escrita que determine la forma en la que se ha de negociar un tratado, ya sea bilateral o multilateral y aplica las normas internacionales. En este sentido hemos de decir inicialmente que se entiende por tratado internacional, de acuerdo con lo que determina el Articulo 2.1 a ) de la Convención de Viena y a efectos de la misma, “por tratado un acuerdo internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos y cualquiera que sea su denominación particular”42. La negociación no es otra cosa que el debate que se lleva a cabo entre los sujetos interesados y facultados en celebrar un tratado internacional a fin de ponerse de acuerdo en el contenido del mismo. En ese debate, quienes lo mantienen, intercambian propuestas y contrapropuestas con el objetivo de llegar a un ajuste de las posiciones de partida de cada una de ellas, que por lo común no suelen precisamente ser idénticas, y hacer converger así en un texto que todos ellos acuerden o al menos un porcentaje de los negociadores, que pueden ser mayoría simple, calificado o incluso por consenso, lo que está en dependencia de lo que decidan los negociadores. Pareciera que la negociación de un tratado bilateral no suele plantear grandes problemas en general. La participación limitada de los negociadores facilita el proceso negociador. Los representantes de ambas partes encargadas en la negociación pueden realizarla a través, por ejemplo, de misiones diplomáticas 42 Al respecto hemos de decir que se han utilizado numerosos términos como sinónimo de tratado, o para tipos particulares de tratados. He encontrado una lista completa de términos equivalentes. Tratado es el término general utilizado para abarcar: convención / acuerdo / pacto / acto / arreglo / protocolo / carta / estatuto / convenio / declaración / compromiso / acuerdo amistoso / concertación / reglamento / disposición / canje de notas / modus vivendi / memorando. 56 en el territorio de cualquiera de los negociadores, o por el envío recíproco de misiones especiales encargadas de negociar con los representantes designados por la otra parte. Sin embargo el tema a negociar puede ser tanto o más complejo que el de algunos otros tratados bilaterales, es decir que la complejidad técnica del tema, el componente político del acuerdo y otros factores pueden hacer de la negociación, entre dos sujetos del Derecho Internacional, bastante complicado, lento y difícil, según lo que podemos observar. La complejidad de la fase negociadora en el caso de los tratados multilaterales es mucho mayor. Los intereses divergentes son más numerosos, de un lado, y su ajuste por consiguiente es más difícil; pero de otro, nacen otros problemas conectados con la organización y reglamento que es necesario efectuar de los debates. Se debe de tomar en cuenta, incluso, la pluralidad de lenguas de los negociadores, la presencia de condicionamientos previos, a los que tienen que responder, entre otras cosas. Todo indica y así lo plantean algunos autores que la cuestión de la negociación de un tratado se ha convertido en un problema para el Derecho Internacional. Sin embargo, en la práctica se ha procedido de la siguiente manera: se suelo llevar, la negociación de un Tratado Multilateral, por medio de dos cauces: la celebración de una Conferencia Internacional o en el seno de una Organización Internacional. La Conferencia reunida con la finalidad de celebrar un tratado internacional, son convocadas por uno o varios Estados implicados o a iniciativa de una 57 Organización Internacional. El funcionamiento de estas se rige por el Reglamento de régimen interno que se adopte. Facilita la situación, que en la mayoría de casos se inicia con la discusión de un Proyecto de Convenio que presentan uno o varios de los Estados convocados o un órgano de la Organización Internacional, que en su caso convoca a la Conferencia. En el caso de que la negociación se dé en el ámbito de las Organizaciones Internacionales y así sucede, ya que ciertos organismos internacionales intergubernamentales pueden, según sus respectivos tratados constitutivos, elaborar propuestas de tratados internacionales. En un marco universal, podemos citar a las Naciones Unidas, la que participa en la elaboración proyectos de tratados, ya sea por medio de la misma Asamblea General o bien a través de sus órganos técnicos y jurídicos, como por ejemplo la Comisión de Derecho Internacional (CDI), e incluso la de los Fondos Marino, sin embargo tiene que estar previamente mandato, actuando de hecho, como una conferencia diplomática, discute y adopta un tratado que aneja a una resolución. En definitiva las normas que regulan la negociación de un tratado, a parte de las Convención de Viene sobre Derecho de los Tratados de 1969 y la de 1986, son de índole consuetudinaria, y se obliga a comportarse de buena fe. Aunque la negociación es una fase muy fluida en la que no se ha llegado a un acuerdo sobre el contenido concreto del tratado. La práctica del Estado de Nicaragua, podemos decir que sigue la tónica de lo dispuesto en las Convenciones de Viena antes citada y en la aplicación de los Manuales elaborados por los Organismos Internacionales, tales como 58 Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, el Sistema de Integración Centroamericana, la Organización Mundial de Comercio, la Organización Internacional del Trabajo y otros organismos internacionales cuando se refiere a los acuerdos multilaterales. En el caso de los bilaterales, se realiza a través del intercambio de notas o la propuesta del Estado de Nicaragua a otros o viceversa, especialmente aquellos acuerdos de cooperación, culturales, etc. 43 2.4.2. Adopción del texto de los tratados En los tratados bilaterales, la adopción del texto de un tratado, es un acto formal mediante el cual las partes negociadoras establecen su forma y contenido, así lo dispone la misma Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados. Por medio de este acto específico, los Estados participantes en la negociación dan por concluida la misma, expresando su voluntad con la rúbrica de todas sus páginas o con la firma de un acta o memorando para tal efecto. Este procedimiento se utiliza en tratados bilaterales o regionales. En el caso de los tratados multilaterales y en tratados regionales, se negocian en el seno de organizaciones internacionales. Inicialmente el texto es adoptado por un grupo de trabajo creado para tal efecto. Luego, las partes o miembros de la organización, adoptan el texto del tratado, mediante una resolución del órgano representativo de la organización. Por ejemplo, los tratados negociados con los auspicios de las Naciones Unidas, o de alguno de sus organismos, se adoptan mediante una resolución de la Asamblea General de la ONU, por ejemplo. 43 Según información proporcionada por funcionarios de la Cancillería y del MIFIC, a través de entrevistas y se ha proporcionado documentación sin autoría. 59 Cuando una conferencia internacional se convoca específicamente con objeto de adoptar un tratado, puede hacerlo con el voto favorable de dos tercios de los Estados presentes y votantes, a menos que hayan decidido por la misma mayoría aplicar una norma diferente.44 2.4.3. Firma y período de apertura a firma de los tratados En los tratados bilaterales, cuando su negociación ha concluido positivamente, el texto de un tratado es adoptado entre dos Estados, o entre dos o más Estados, y posteriormente se define de común acuerdo el lugar y fecha de su suscripción, así como el nivel de los funcionarios que procederán a su firma. El acto de la firma expresa simplemente la “intención” del Estado de obligarse por medio del tratado internacional. No obstante, este acto no implica el consentimiento definitivo del Estado, pues debido al equilibrio de poderes, todo tratado firmado por el Poder Ejecutivo debe ser aprobado o rechazado por el Poder Legislativo, así ha quedado dispuesto en la Constitución Política de la República. El Estado no ha expresado su consentimiento en obligarse por el tratado hasta que lo aprueba y ratifica. En ese caso, un Estado que firma un tratado está obligado a abstenerse, de buena fe, de actos que sean incompatibles con el 44 Este dato lo exponemos, según la información que nos proporcionaran funcionarios de la Cancillería de la República y del MIFIC, a través de intercambio de ideas, entre la sustentante de esta Tesis y dichos funcionarios. Cabe mencionar que para obtención de estos puntos de vista no se utilizó la metodología propia de la entrevistas, por no considerarlo necesario. 60 objeto y el fin del tratado. La firma sola no impone al Estado obligaciones en virtud del tratado. Luego que un tratado multilateral es adoptado por resolución de su respectiva organización, éste se abre a firma de los Estados negociadores, por un período determinado y en una sede específica. Vencido el plazo la firma ya no será posible. Por ejemplo, una Convención se abre a firma en la sede de una Conferencia Internacional hasta una fecha determinada y después en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Durante el período de apertura a firma, los Estados negociadores tienen la opción de suscribirlo y posteriormente someterlo a su proceso interno de ratificación. Una vez que un tratado se cierra para la firma, los Estados que no lo hayan firmado, pueden llegar a convertirse en Estado Parte de él solamente mediante el procedimiento de la adhesión. Algunos tratados multilaterales están abiertos para su firma indefinidamente. 2.4.4. Aprobación por la Asamblea Nacional, ratificación o adhesión por el Presidente de la República Luego del acto de firma de un tratado internacional: bilateral, regional o multilateral, nuestra legislación interna exige, para su entrada en vigor, la realización de otros tres actos: aprobación por Decreto del Poder Legislativo, según el artículo 138 numeral 12 de la Constitución y Artículo el 90 de Ley 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo; ratificación por Decreto del Poder Ejecutivo, de acuerdo al Artículo 150, numeral 8 de la Constitución Política; y 61 emisión del correspondiente instrumento de ratificación por el Presidente. Los decretos mencionados se publican en La Gaceta, Diario Oficial. Cabe mencionar que no se manda a publicar el texto del tratado, acuerdo, convenio, protocolo, etc., con lo que está en cuestionamiento el principio de publicidad. En el caso de que Nicaragua no firmó un tratado multilateral en el plazo de su apertura a firma, solamente le resta expresar su intención por medio del procedimiento de la adhesión y de conformidad con la práctica también se dan los mismos tres acto: adhesión al tratado por Decreto Ejecutivo; aprobación de la adhesión al tratado por Decreto Legislativo; emisión del correspondiente instrumento de adhesión por el Presidente e igualmente los decretos referidos se publican en La Gaceta, Diario Oficial, pero tampoco se mandan a publicar el texto de estos instrumentos. Generalmente el Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería) inicia el trámite ante la Presidencia de la República y ésta lo continúa ante la Asamblea Nacional, terminando también con un acto ejecutivo. Estas actuaciones se hacen amparadas en las disposiciones constitucionales y legales, pero se utiliza la práctica, que depende del tipo de gobierno y de política de Estado. En acápite posterior desarrollaremos con más detalle el proceso negociación, ratificación o adhesión de los tratados internacionales hecho por el Presidente de la República y de aprobación por la Asamblea Nacional y su práctica generalizada. 62 2.4.5. Depósito de instrumentos de ratificación y adhesión Este trámite o fases del procedimiento de crear un acuerdo internacional, se hace a nivel internacional. En los tratados bilaterales los procedimientos de aprobación y ratificación, en el plano nacional, son insuficientes para establecer el consentimiento del Estado en obligarse en el plano internacional. Por consiguiente, cumplidos los procedimientos constitucionales internos, la ratificación, en el plano internacional, representa un acto mediante el cual el Estado nicaragüense expresa su consentimiento, en forma clara y definitiva, de obligarse por un tratado. Este acto se realiza de dos formas: En tratados bilaterales, por notificación o canje de ratificaciones; en tratados regionales o multilaterales, con el depósito del instrumento de ratificación, por parte del Representante Permanente de Nicaragua, ante la Secretaría General o Dirección Ejecutiva de la organización internacional de que se trate. En los tratados multilaterales y el caso del procedimiento interno de la adhesión, tampoco es suficiente para manifestar la voluntad, inequívoca, del Estado para obligarse por medio de un tratado. Por tanto, la adhesión en el plano internacional, surte efecto depositando “el respectivo instrumento de adhesión” a un tratado. La adhesión tiene los mismos efectos jurídicos que la ratificación. Las condiciones en que puede realizarse la adhesión y el procedimiento correspondiente dependen de las disposiciones del tratado pertinente. Cabe 63 señalar que muchos tratados multilaterales modernos prevén la adhesión incluso durante el período en que el tratado está abierto para su firma. Esto debe estar debidamente reflejado en las disposiciones del tratado. 2.4.6. Entrada en vigor y seguimiento a la aplicación de los tratados La entrada en vigor definitiva de un tratado bilateral, es el momento en que el tratado mismo cobra vigencia y a la vez se convierte en jurídicamente vinculante para ambas partes en él. En los tratados multilaterales y regionales no siempre coincide la entrada en vigor del tratado mismo con la entrada en vigor para cada parte contratante. En los tratados bilaterales las disposiciones del tratado determinan el momento de su entrada en vigor. Ese momento puede ser una fecha especificada en el tratado. En el caso de los multilaterales y regionales, la entrada en vigor “definitiva” de un tratado, determina la fecha a partir de la cual es de obligatorio cumplimiento para los Estados que lo hayan ratificado o adherido. Las mismas disposiciones determinan la fecha de la entrada en vigor del tratado mismo: cuando reúne un número especificado de ratificaciones, aprobaciones, aceptaciones o adhesiones que hayan sido depositados en poder del depositario, de conformidad con lo dispuesto en el mismo tratado. Un tratado que ya ha entrado en vigor, puede entrar en vigor de un modo especificado en él para un Estado o una organización internacional que haya expresado su consentimiento en obligarse por él después de su entrada en vigor. 64 En algunos tratados bilaterales el seguimiento a su implementación es realizado a nivel político en el plano diplomático. En estos casos, las Embajadas y Cancillerías promueven encuentros y diálogos para impulsar su debido cumplimiento. En otros tratados, su misma normativa contempla la creación de comisiones mixtas de alto nivel, comisiones técnicas, comités de trabajo u otro tipo de instancias para impulsar, desarrollar y evaluar la aplicación de los tratados. En el caso de los tratados multilaterales y regionales, los tratados mismos establecen en sus disposiciones, la creación de foros de diálogo, en donde las partes intercambian opiniones y experiencias con el fin de impulsar la aplicación del tratado. En algunos tratados se dispone la creación de Conferencias de Estados Parte para el examen de la aplicación, avances y evolución del mismo. En otros, se crean órganos encargados de examinar informes periódicos que deben presentar los Estados Partes, acerca de los avances y obstáculos en el cumplimiento del tratado. 2.5. Actuación del Presidente de la República en la negociación, adopción, firma, ratificación y adhesión de los instrumentos internacionales de conformidad con la Constitución Política de Nicaragua 2.5.1. Antecedentes constitucionales La Constitución de 1893, preceptúa en el acápite sobre deberes y atribuciones del Poder Ejecutivo, Articulo 100, numeral 11 el de celebrar tratados y 65 cualesquiera otras negociaciones diplomáticas, sometiéndolas a la ratificación de la legislatura en las próximas sesiones; dirigir las relaciones exteriores, nombrar Agentes Diplomáticos y Consulares de la República, recibir a los Ministros y admitir los Cónsules de las naciones extranjeras, igualmente la regula la Constitución de 1905. La Constitución de 1911, se pronuncia y regula en los mismos términos sobre las atribuciones del Poder Ejecutivo en materia de tratados. En estas constituciones podemos observar disposiciones tales como la que preceptúa en su artículo 2. “La soberanía es una, inalienable e imprescriptible, y reside esencialmente en el pueblo, de quien derivan sus facultades los funcionarios que la Constitución y las leyes establecen. En consecuencia, no se podrá celebrar pactos o tratados que se opongan a la independencia e integridad de la Nación, o que afecten de algún modo su soberanía, salvo aquellos que tiendan a la unión con una o más de las Repúblicas de Centro América”. En la Constitución de 1939, se dispone que le corresponde al Presidente de la República en relación con el Poder Legislativo: Presentar, por medio de los Secretarios de Estado, iniciativas de leyes y someter los tratados y contratos que necesiten aprobación legislativa, Artículo 215 y le corresponde al Presidente de la República como suprema autoridad administrativa: dirigir relaciones exteriores, nombrar agentes diplomáticos y cónsules de la República; recibir a los agentes diplomáticos y admitir a los cónsules de otras naciones; celebrar tratados y cualesquiera otras negociaciones diplomáticas y ratificarlos, previa aprobación del Poder Legislativo. Las mismas disposiciones se trasladan en la Constitución de 1948 y de 1950. 66 En la de 1950 se expresa en el Artículo 6 que la soberanía y el territorio son indivisibles e inalienables. Sin embargo, podrán celebrarse tratados que tiendan a la unión con una o varias repúblicas de la América Central; o que tengan por objeto la construcción, saneamiento, operación y defensa de un canal interoceánico a través del territorio nacional. Los tratados o pactos a que se refiere la parte final del Artículo 2, serán ratificados por dos tercios de votos de cada Cámara y por este hecho se tendrá como reformada la Constitución, no obstante lo establecido en este Título. La Constitución de 1974, acarrea varias disposiciones que de alguna forma se consideran más específicas en esta materia, como son la que dispone que el Gobierno del Estado queda autorizado a celebrar Tratados para la utilización de sus recursos naturales y geográficos, en beneficio del pueblo y para el uso temporal de una parte del territorio nicaragüense, siempre que sea para fines exclusivos de defensa nacional o continental y se respete, en ambos casos, la soberanía e integridad territoriales. Determinaba también que la reconstrucción de la Patria Centroamericana es aspiración permanente del pueblo exclusivo del Gobierno de Nicaragua. Para ese fin podrán concluirse Tratados que propugnen a la unión total de Centroamérica o su progresiva integración política, jurídica, social, cultural y económica. 2.5.2. La actual Constitución Política de 1987 Tal como se ha dicho en ocasiones anteriores, de acuerdo a lo preceptuado en el Artículo 150 constitucional que regula las atribuciones del Presidente de la República en su numeral 8 dispone que: “dirige las relaciones internacionales de la República, negocia, celebra y firma los tratados, convenios o acuerdos y 67 demás instrumentos que establece el inciso 12, del Artículo 138 de la Constitución Política para ser aprobados por la Asamblea Nacional. El que abordaremos en párrafos seguidos”. Es decir que corresponde al Poder Ejecutivo, cargo del Presidente de la República, quien es Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, Artículo 144 constitucional, por ende en el ámbito del Derecho Internacional es el que ostenta los plenos poderes para suscribir, ratificar o adherirse, comprometiendo al Estado a cumplir los instrumentos de los que es parte. Puede delegar dicha facultad, hasta antes de la firma del mismo en otros funcionarios o persona, a quien ha de otorgarle el pleno poder para hacerlo. 45 2.5.2.1. Otras disposiciones legales que regulan el actuar del Poder Ejecutivo en el proceso de formación de los tratados internacionales En su importante y ardua tarea que el Poder Ejecutivo tiene en el proceso de negociación, suscripción y ratificación o adhesión, el Presidente de la República se auxilia de determinadas instancias del Poder Ejecutivo en este proceso, así vemos que de acuerdo a la Ley 411, Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República46, se dispone que son atribuciones de la Procuraduría General de la República las siguientes: Emitir dictamen previo sobre los contratos o convenios internacionales que el Poder Ejecutivo 45 De acuerdo a la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, los jefes de Estado, Jefe de Gobierno y Ministro de Relaciones Exteriores cuentan con Plenos Poderes per se para celebrar y suscribir un tratado internacional (ver Articulo 7 numeral 2) 46 La Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República (Ley No. 411), es aprobada el 04 de Diciembre del 2001 y publicado en la Gaceta No. 244 del 24 de Diciembre del 2001 68 proyecte celebrar, cuando la Constitución Política requiera la aprobación del Poder Legislativo (artículo 2 numeral 15), en el entendido que con las reformas constitucionales todos los instrumentos han de someterse a la aprobación del Poder Legislativo. Esto permite que se realice una revisión previa para verificar la congruencia del instrumento internacional con la Constitución Política, previo a ser sometido a la Asamblea Nacional y sobre todo antes de expresar el consentimiento en obligarse por el tratado. Pero de manera más estrecha el Presidente de la República se auxilia del Ministerio de Relaciones Exteriores que de conformidad con la Ley 290, Ley de Organización Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo47, a este Ministerio le corresponde, entre otras funciones, la de negociar y suscribir por delegación expresa del Presidente de la República, aquellos instrumentos jurídicos internacionales que esta misma Ley no atribuya al Ministerio de Fomento, Industria y Comercio; de Hacienda y Crédito Público y en su caso depositar los instrumentos de ratificación o adhesión correspondiente. En este mismo contexto, de acuerdo al Decreto No. 118 – 2001, de Reformas e Incorporaciones al Reglamento de la precitada Ley No. 29048, Dirección y General de Soberanía, Territorios Asuntos a la Jurídicos 47 La ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo (Ley No. 290), es aprobada el 27 de Marzo de 1998 y publicada en La Gaceta No. 102 del 3 de Junio de 1998, la que ha sido reformada mediante las leyes No. 499, 601, 620, 678, 737, 804 y por la 832. 48 La Ley 290, es reglamentada por el Decreto No. 71-98, aprobado el 30 de Octubre de 1998 y publicado en Las Gacetas Nos. 205 y 206 del 30 y 31 de Octubre de 1998. Este ha sido reformado, entre otros, mediante leyes y Decretos Ejecutivos Nos. Ley No. 499, Decreto No. 73-2000, Ley No. 601, por el Decreto No. 032007, Decreto Ejecutivo No. 70-2001, Decreto Ejecutivo No. 95-2001, Ley No. 339, Ley Creadora de la Dirección General de Servicios Aduaneros y de Reforma a la Ley Creadora de la Dirección General de Ingresos; Decreto Ejecutivo No. 58-99, Decreto Ejecutivo No. 60-99, Decreto Ejecutivo No. 126-99, Decreto Ejecutivo No. 82-98, Decreto Ejecutivo No. 90-2000,RDecreto Ejecutivo No. 100-2000, Decreto Ejecutivo No. 99-2000, Decreto Ejecutivo No. 118-2001, Decreto Ejecutivo No. 19-2004, Decreto Ejecutivo No. 692005, Decreto Ejecutivo No. 25-2006, Decreto Ejecutivo No. 03-2007, Decreto Ejecutivo No. 6-2007, Decreto Ejecutivo No. 20-2007, Decreto Ejecutivo No. 21-2007, Decreto Ejecutivo No. 25-2007, Decreto Ejecutivo No. 111-2007, Decreto Ejecutivo No. 21-2008, Decreto Ejecutivo No. 24-2008. 69 Internacionales le corresponde, entre otros, apoyar y asistir los procesos de negociación, suscripción, ratificación y adhesión de los tratados internacionales, lo mismo que brindar asesoría jurídica en general, en asuntos relacionados con el Derecho Internacional Público y Privado, coordinar y dirigir las comisiones interinstitucionales en los procesos de negociación de estos, formular y proponer los instrumentos de ratificación o adhesión de los tratados y convenios internacionales aprobados y proceder a su depósito o canje, conforme se indique en los mismos, formular y proponer los plenos poderes a los funcionarios diplomáticos o del Estado para que firmen acuerdos o convenios internacionales en nombre del Gobierno de Nicaragua. En este mismo Ministerio, a la Dirección de Tratados le corresponde, celebrar tratados internacionales que sean de interés para el Estado de acuerdo a lo dispuesto en la legislación vigente, tramitar con la Presidencia de la República la aprobación de tratados y demás diligencias relativas a la entrada en vigor de los mismos y mantener registro de la situación actual de los convenios o tratados internacionales suscrito por Nicaragua. En correspondencia con esta misma Ley 290, al Ministerio de Fomento, Industria y Comercio le corresponde, entre otros asuntos el de promover el acceso a mercados externos y una mejor inserción en la economía internacional, a través de la negociación y administración de convenios internacionales, en el ámbito de comercio e inversión; De acuerdo al Reglamento a la Ley 290 y a través de la Dirección General de Comercio Exterior, al MIFIC le compete, en materia de negociación de tratados, coordinar las negociaciones de comercio internacional a nivel 70 bilateral y multilateral y velar por el cumplimiento de los compromisos adquiridos; coordinar y dar seguimiento a la ratificación e implementación de los convenios, acuerdos y tratados comerciales suscritos por Nicaragua; coordinar e impulsar el proceso de la Integración Económica Centroamericana, analizando y proponiendo iniciativas que coadyuven al desarrollo del proceso; verificando su coherencia con el orden jurídico nacional, regional e internacional. A la Dirección de Integración y Administración de Tratados le corresponde administrar los diferentes compromisos asumidos a través de los Convenios, Acuerdos y Tratados Internacionales suscritos por Nicaragua, asegurar la coherencia con el orden jurídico nacional, regional e internacional y la mayor coordinación de todas las decisiones que influyen en el proceso de integración; coadyuvar a la reestructuración y fortalecimiento del proceso de integración económica centroamericana, presentando propuestas que permitan la elaboración de nuevos instrumentos de integración que contribuyan al desarrollo de los sectores productivos del país; apoyar en los procesos de negociación de convenios, acuerdos y tratados comerciales Internacionales, principalmente en los temas relacionados con prácticas desleales de comercio, reglas de origen, salvaguardias y solución de controversias. De manera específica, dentro de la estructura del MIFIC, se cuenta con la Dirección de Negociaciones Comerciales Internacionales, la que tiene a su cargo la coordinación y conducción a nivel técnico las negociaciones internacionales de carácter bilateral y multilateral en temas de comercio e inversión; coordinar el trabajo técnico de los diferentes equipos de negociación ad hoc, realizar reuniones de coordinación, e informar los 71 resultados y compromisos derivados de las reuniones de alto nivel; elaborar informes sobre el estado de las negociaciones y presentar recomendaciones; informar sobre los compromisos adquiridos por Nicaragua como resultado de las negociaciones; organizar y dirigir el proceso de consulta con el sector privado, a fin de propiciar su participación en las negociaciones comerciales internacionales, desarrollar las actividades relativas al proceso de ratificación e implementación inicial de los tratados suscritos. Quizás sea importante mencionar que desde el punto de vista legal, las disposiciones enunciadas anteriormente hacen mención al Ministerio de Relaciones Exteriores y al Ministerio de Fomento, Industria y Comercio, como las instancias que colaboran de manera más estrecha en el proceso de negociación, firma y ratificación o adhesión de los instrumentos internacionales, cada uno de ellos desde su propia competencia, sin embargo la práctica del Poder Ejecutivo es constituir grupos negociadores tomando en cuenta la materia que se esté negociando y por lo tanto podrá delegar en otra instancia, ministerio o funcionario que considere oportuno, tomando en consideración el tema a regularse por acuerdos o tratados internacionales. En este sentido y con el fin de hacer partícipe a las organizaciones, instancias y personas naturales o jurídicas del proceso de consulta durante la negociación de los tratados internacionales, en materia comercial, el MIFIC, emite un Acuerdo Ministerial No. 055-200749, sobre el procedimiento de consulta y participación sobre los acuerdos comerciales internacionales en sus diferentes fases, que tiene su fundamento en la precitada Ley No. 290. 49 Este Acuerdo Ministerial es publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 223 del 20 de Noviembre del 2007 y tiene precedente, en el Acuerdo Ministerial No. 055-2001, aprobado el 04 de octubre del 2001. 72 2.6. La Asamblea Nacional y la aprobación de los Instrumentos Internacionales de conformidad con la Constitución Política 2.6.1. Antecedentes constitucionales sobre las atribuciones de la Asamblea Nacional Tal como se expresa, de las disposiciones de las diferentes constituciones políticas que han regido la vida jurídica de la República de Nicaragua le han otorgado la facultad a los Poderes Ejecutivos y Legislativos, en el ámbito de sus respectivas competencias la suscripción y aprobación de los tratados internacionales, que desde la Constitución de 1858, siendo esta la primera, que de manera clara disponía que dentro de las atribuciones del Poder Ejecutivo está la de dirigir las relaciones exteriores, nombrar ministros diplomáticos, agentes y cónsules cerca de los demás gobiernos y admitir los nombrados por éstos y celebrar Concordatos y toda clase de tratados y contratos, sujetos a la ratificación del Poder Legislativo. El Artículo 82, numeral 22 de la Constitución de 1893, con las reformas de 1896 disponía que el Poder legislativo, entre sus atribuciones tenía el de aprobar, modificar o improbar los tratados celebrados con las naciones extranjeras. En el mismo sentido se pronunciaba la Constitución de 1905. La de 1911 que tenía el sistema bicameral disponía como atribución del Congreso en Cámara separada, aprobar, modificar o desechar los tratados celebrados con las naciones extranjeras. 73 En la Constitución de 1939, se preceptúa que le corresponde, al Poder Legislativo en Cámaras separadas las siguientes atribuciones aprobar o desechar los tratados celebrados con naciones extranjeras. Los tratados a que se refiere el artículo 4 necesitarán para su aprobación de los dos tercios de votos de los miembros de cada una de las Cámaras, Artículo 4 estaba relacionado con la suscripción de tratados vinculados con la soberanía. Igual disposición esta plasmas en la de 1948 y en la de 1950. Finalmente la Constitución de 1974, dispone, de la misma manera que las anteriores, que le corresponde al Congreso en Cámaras separadas: aprobar o no los Tratados celebrados con Naciones extranjeras. 2.6.2. Disposiciones de la Constitución de 1987 y sus reformas en la aprobación o rechazo de los tratados internacionales La actual Constitución Política en su artículo 138, inciso 12, referido a las atribuciones de la Asamblea Nacional, determina que: “aprueba o rechaza los instrumentos internacionales celebrados con países u organismos sujetos de Derecho Internacional. Dichos instrumentos internacionales solamente podrán ser dictaminados, debatidos, aprobados o rechazados en lo general, sin poder hacerles cambios o agregados a su texto. La aprobación legislativa les conferirá efectos legales, dentro y fuera de Nicaragua una vez que hayan entrado en vigencia internacionalmente, mediante depósito o intercambio de ratificaciones o cumplimiento de los requisitos o plazos, previstos en el texto del tratado o instrumento internacional”. 74 En este sentido la disposición es clara al referirse a esta facultad, producto de una reforma constitucional que entra en vigor en junio del 2004, bastante oportuna por cierto, que determina la atribución legislativa y además se excluye o deroga el plazo de sesenta días que la Constitución otorgaba a la Asamblea Nacional para que se pronunciara sobre su aprobación o rechazo y de no hacerlo en este plazo se tendría por aprobada para todos los efectos. Basta revisar los considerandos de la Ley que Reforma parcialmente el artículo 138, inciso 12 Constitucional, para darnos cuenta de las circunstancias que el legislador tuvo para reformar este numeral. Al respecto hacemos alusión a lo que exponen Álvarez Arguello y Vintro Castells, 50La reforma del inciso 12 del artículo 138, se realiza a través de la Ley 490, de reforma constitucional, tramitada de conformidad con los procedimientos de reforma parcial a la constitución, en relación a las atribuciones de la Asamblea Nacional, en materia de aprobación de instrumentos internacionales, cuyo artículo original (de 1987)51, se reforma en segunda legislatura, a mediados del 2004. A través de esta reforma se elimina la previsión relativa a la necesidad de que fueran aprobados o rechazados con un determinado contenido material. En 50 ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel y Vintro Castells, Joan. Evolución Constitucional cambios institucionales en Nicaragua (1987-2007), visto en Nicaragua y el FSLN (1979-2009). ¿Qué queda de la revolución?. Salvador Martí i Puig y David Close (eds). Edic. Bellaterra, 2009. 51 El texto original de 1987 decía lo siguiente: Artículo 138. Son atribuciones de la Asamblea Nacional: ... Inc 11 “Aprobar o desaprobar los tratados internacionales”. Este artículo fue reformado en 1995 y pasó a formar parte del inciso 12 del mismo artículo. La redacción fue la siguiente: “Aprobar o rechazar los tratados, convenios, pactos, acuerdos y contratos internacionales: el carácter económico; de comercio internacional; de integración regional; de defensa y de seguridad; los que aumenten el endeudamiento externo o comprometan el crédito de la nación; y los que vinculan el ordenamiento jurídico del Estado. Dichos instrumentos deberán ser presentados a la Asamblea Nacional en un plazo de quince días a partir de su suscripción; solamente podrán ser dictaminados y debatidos en lo general y deberán ser aprobados o rechazados en un plazo no mayor de sesenta días a partir de su presentación en la Asamblea Nacional. Vencido el plazo, se tendrá por aprobado para todos los efectos legales”. 75 este sentido todos los instrumentos internacionales cualesquiera que sean las materias que se traten, tendrán que ser aprobados o rechazados. Se suprime el plazo de 15 días a partir de su suscripción que tenía el Presidente de la República para presentar el instrumento internacional. De igual forma se pronuncia la reforma sobre lo que algunos autores como Álvarez Arguello y Vintró Castells denomina “silencio legislativo positivo”52. En este sentido los 60 días con los que contaba para que la Asamblea Nacional se pronunciara, aprobando o rechazando el instrumento deja de tenerse como plazo fatal, por lo que esta atribución se materializará, con el pronunciamiento de la Asamblea, independientemente del tiempo que haya transcurrido, recibido el instrumento para su aprobación en cualquier momento y su silencio en ese plazo no produce ningún efecto jurídico en relación al instrumento. En la aprobación o rechazo de estos instrumentos no cabe hacerle modificación alguna, no podrá hacerle agregado o cambios. Esto se fundamenta en el hecho de que el instrumento ya fue negociado, adoptado y autenticado por los Estados que participaron en su proceso de formación. Cabe sin embargo, desde mi punto de vista proponerle al Presidente de la República reservas, con el fin de que las presente al momento de la firma, ratificación o adhesión, siempre y cuando el tratado permita las reservas. Esta posibilidad no está prohibida por ningún precepto constitucional ni legal y estará sujeto a lo que determine el Presidente de la República al momento de depositar su instrumento de ratificación o adhesión. La Asamblea Nacional, en su práctica legislativa, no suele rechazar los instrumentos que el Presidente de la República le someta para su aprobación o 52 ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel y VINTRO CASTELLS, Joan, op. cit. p. 200. 76 rechazo. Si bien es cierto que tiene la facultad para hacerlo, en todo caso espera el momento oportuno para hacerlo. 2.6.3. El proceso de aprobación de los tratados internacionales de conformidad con la Ley 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua En relación a la materialización de la disposición constitucional que determina la atribución de la Asamblea Nacional en materia de tratado, la Ley No. 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua53, ubica en la parte de Casos Especiales, en el Capítulo V lo dedica a la aprobación de los Instrumentos Internacionales. Así, el Artículo 126 dispone que: “en el caso de los tratados, convenios o acuerdos y demás instrumentos internacionales celebrados con países u organismos sujetos de Derecho Internacional, a que se refiere el numeral 8 del Artículo 150 de la Constitución y que, de conformidad con el numeral 12 del Artículo 138 de la misma, deben ser sometidos al Plenario de la Asamblea Nacional”. Estos tratados se aprobarán o rechazaran de conformidad con el siguiente procedimiento: a) el Presidente de la República enviará a la Asamblea Nacional el Instrumento Internacional, acompañado de su exposición de motivos y de las reservas y/o declaraciones del Gobierno, cuando las hubiere; b) el Presidente de la Asamblea Nacional lo remitirá a la Comisión 53 La Ley Orgánica del Poder Legislativo, es publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 26 del 6 de Febrero del 2007, reformada mediante Ley No. 824, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 245 del 21 de diciembre del 2012. Se publica en La Gaceta No. 16 del 28 de Enero del 2013, el Texto de la Ley No. 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua y sus reformas incorporadas. 77 correspondiente para el Proceso de la consulta y dictamen. Los miembros de la Comisión podrán invitar a los representantes de las instituciones ejecutoras del Instrumento Internacional para conocer de su aplicabilidad. Si el Presidente de la República lo enviare sin las reservas y/o declaraciones, éstas se incluirán en el Informe de consulta y dictamen si se consideran necesarias; c) el Informe de la consulta y dictamen de la Comisión pasará a conocimiento del Plenario para su discusión en lo general, a fin de ser aprobado o rechazado; d) Los Diputados podrán hacer sus observaciones, únicamente a efectos de sustentar su posición de aprobación o de rechazo en lo general, sin poder hacerles cambios o agregados a su texto; e) aprobado el tratado, o instrumento internacional, se mandará el Decreto Legislativo aprobatorio al Presidente de la República, para su publicación en La Gaceta, Diario Oficial, incluyendo en él la fecha o mecanismo de entrada en vigencia, tal a como lo establece el instrumento internacional. La aprobación legislativa les conferirá efectos legales, dentro y fuera de Nicaragua una vez que hayan entrado en vigencia internacionalmente, mediante depósito o intercambio de ratificaciones o cumplimiento de los requisitos o plazos, previstos en el texto del tratado o instrumento internacional. Cabe aclarar al respecto que en este caso y aunque no lo exprese la Constitución ni la Ley Orgánica, de manera taxativa, se desprende que el Presidente de la República es el único que tiene derecho de iniciativa para enviar a la Asamblea el Proyecto de Decreto para la aprobación del instrumento o bien que se dictamine su rechazo. 78 Es decir que la aprobación de un instrumento internacional, en aplicación de las disposiciones constitucionales y de la Ley Orgánica del Poder Legislativo sigue el mismo proceso de formación que tiene cualquier proyecto de ley u otra norma legislativa, que para su aprobación se aplica las reglas del proceso de formación de ley. Es importante exponer que las comisiones parlamentarias que tienen competencia para dictaminar sobre la aprobación o rechazo de un instrumento internacional, de manera específica y de conformidad con sus propias competencias en razón de la materia son las de Asuntos Exteriores (Artículo 65 numeral 1 y 9, la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Artículo 70, numeral 8), la de Producción, Economía y Presupuesto (Artículo 68, numeral 4) y la de Turismo (artículo 75. numeral 4), todos de la Ley Orgánica. De igual manera puede conocer y dictaminar cualquiera otra Comisión que sus competencias estén relacionadas con la materia que es objeto de regulación por el instrumento internacional, siempre y cuando así lo decida el Plenario de la Asamblea Nacional. Es decir que el Artículo 126 de la precitada Ley Orgánica, determina el procedimiento que debe seguirse. Se ha de acompañar los Tratados Internacionales con la exposición de motivos, las reservas e interpretaciones que se hiciere del mismo, también se refiere al procedimiento interno que debe seguir en Comisión correspondiente, una vez emitido el dictamen se mandará a Plenario para aprobar o rechazar dicho instrumento. 79 Cabe señalar que cuando se refiere a la publicación, se dispone que ha de ser el Decreto Legislativo aprobatorio, aunque se debió de establecer la publicación del Instrumento, las reservas e interpretaciones, lo que en la actualidad no se suele hacer. Es decir que no se publica el contenido del tratado, o instrumento internacional aprobado ni en el momento de ser ratificado por el Presidente de la República. De este tema ya me nos hemos referido anteriormente, pero es importante recalcarlo. La aprobación tanto del tratado suscrito como de la adhesión al mismo, se realiza mediante un decreto legislativo y así lo dispone el artículo 8954, de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, siendo materia de estos, entre otros, “la aprobación o rechazo de los instrumentos Internacionales suscritos por el Poder Ejecutivo con organismos sujetos de Derecho Internacional”. Aunque este artículo hace mención únicamente a la suscripción de los instrumentos ha de entenderse, pues así es en la práctica generalizada, que opera también en el caso de la adhesión al instrumento en cuestión. Estos decretos son definidos en párrafo quinto de este mismo artículo, determinando que “los decretos legislativos, son aquellos acuerdos tomados por la Asamblea Nacional realizando su actividad legislativa que contiene disposiciones de carácter particular y su vigencia está limitada en espacio, tiempo, lugares, asociaciones, establecimientos y personas. No requieren sanción del Poder Ejecutivo y se podrán enviar directamente a La Gaceta, Diario Oficial para su publicación”. 54 El texto de la reforma a la Ley No. 606, Ley de Orgánica al Poder Legislativo, se determina que los tratados se aprobaran en la Asamblea Nacional mediante Decreto Legislativo, sin embargo y por error en la publicación se disponía que será mediante ley, por lo que se manda a publicar en fe de errata la aclaración, es decir que se aprobará mediante Decreto Legislativo, tal como está estipulado antes de la Reforma a la Ley No. 606. Esta fe de errata es publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 19 del 31 de Enero del 2013. 80 Es menester mencionar, como una novedad en la legislación nacional, el Artículo 181 de la misma Ley Orgánica del Poder Legislativo, que regula lo pertinente al Digesto Legislativo nicaragüense, en su contenido se enuncia el registro de Convenios, Tratados, Contratos Internacionales, de los cuales Nicaragua forme parte y que hayan sido ratificados conforme a los procedimientos de nuestra legislación y la atribución de recopilar todos los convenios y acuerdos internacionales que Nicaragua hubiere suscrito, ratificado, y aprobado que cobren validez en la República, para conformar un archivo legal físico y digital, de acuerdo al Artículo 182 de la misma Ley Orgánica. 2.7. Supremacía constitucional frente a los instrumentos internacionales en las constituciones políticas de Nicaragua Todo indica que las Constitución Política de la República de Nicaragua de 1939 es la primera que enuncia la supremacía de la Constitución, expresando que: “la Constitución es la Ley Suprema de la República. No tendrán valor alguno las leyes, decretos, reglamentos, órdenes, disposiciones, pactos o tratados públicos que se opusieren a ella, o alteraren de cualquier modo sus prescripciones”. Este precepto muy importante por cierto se regula en el mismo sentido, en las constituciones posteriores de 1948, 1950 y 1974. En la que se determina, además de la supremacía constitucional las fuentes del derecho en el ordenamiento jurídico nacional. De igual forma la Constitución que actualmente tenemos en aplicación, en el Artículo 182 que se enmarca en el Titulo X sobre la supremacía constitucional, dispone que la Constitución Política es la carta fundamental de 81 la República; las demás leyes están subordinadas a ellas. No tendrán valor alguno las leyes, tratados, órdenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus disposiciones. De acuerdo a lo que plantean García Palacios, Castro Rivera y Calderón Marenco; Álvarez Arguello55, entre otros tratadistas, este Artículo establece el sistema de fuentes del Derecho en Nicaragua, de lo que se puede destacar la preeminencia de la Constitución Política, por lo que hablamos de jerarquía de normas, la misma es la ley suprema y cualquier norma que la contradiga no tienen valor. La nulidad interna debe promoverse por medio del Recurso de Inconstitucionalidad que resuelve la Corte Suprema de Justicia. Es menester dejar planteado nada más que existe una discusión doctrinaria en los tratadistas nicaragüenses si un tratado o instrumento internacional que se contrapone a la Constitución y que ha sido aprobado y ratificado o bien operado la adhesión del mismo es objeto del recurso de inconstitucionalidad o de amparo, puesto que la aprobación del mismo y la ratificación se da por medio de decreto legislativo y ejecutivo respectivamente. Remiro al igual que otros autores, 56hace alusión en relación a los tratados y Constitución: “Está clara la subordinación de los tratados a la Constitución en el orden interno, los tratados se subordinan a las normas constitucionales. Hay Constituciones que así lo proclaman de manera expresa, (en América 55. GARCIA PALACIOS, op. cit. P. 88; CASTRO RIVERA, Edwin y CALDERON MARENCO, Olga Margine. Derecho Constitucional Nicaragüense. Ed. Calderón-Castro. Facultad de Ciencias Jurídicas (UCA), 2007, p. 67 y ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel.: La Ley en la Constitución nicaragüense (tesis doctoral), Barcelona, 1996., p. 116 56 REMIRO BROTÒNS, Antonio. Derecho Internacional. Ed. Tirant lo Blanch. Madrid, 2007, p 54. 82 Latina, las de Argentina, art. 27, Ecuador, art. 162, El Salvador, art. 145, Nicaragua, art. 182, Paraguay, art. 137, Perú, art. 57)”. Esta supremacía constitucional que es la que nos indica la tendencia a la doctrina dualista en la relación entre el Derecho internacional y el derecho interno, en el caso de Nicaragua, como en muchos otros ha sido abordada abundantemente en páginas anteriores. Escobar Fornos 57, cuando aborda a los tratados internacionales y el Derecho Interno en Nicaragua señala: “En principio, los tratados no tienen igual valor que la Constitución ni prelación sobre las leyes ordinarias. Esta situación permite soluciones antitéticas, a saber: puede sostenerse que el tratado es una ley ordinaria, y así se lo ha considerado por costumbre, la doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, aunque se tramita como ley y se aprueba por decreto, y como tal puede derogar a la ley ordinaria anterior que se le oponga, y a su vez puede ser derogado o modificado por ley ordinaria posterior”. 2.8. Opinión de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua en relación con el tratamiento dado a los tratados internacionales Siguiendo la línea expuesta por Escobar Fornos58, expresa que la Corte Suprema de Justicia considera que el tratado ratificado es ley de la República 57 ESCOBAR FORNOS, Iván, Constitución y Derechos Humanos. Ed. Universidad Centroamericana (UCA), Managua, 1996, p. 8. 58 Idem, p. 9. 83 y puede derogar las leyes anteriores que se le opongan. Estima que los tratados son semejantes a los contratos civiles y no pueden ser modificados. En relación a la jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia, tal como veremos en el Capítulo siguiente, se ha pronunciado sobre la supremacía constitucional en relación a los tratados de derechos humanos y en un caso vinculado con el Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, quedando claro que si bien es cierto los Instrumentos Internacionales, de cualquier naturaleza y contenido están supeditados a la Constitución, están en un rango igual al de la ley. Es importante mencionar que la Corte Suprema de Justicia se pronunció en relación a la situación de los tratados, en una Opinión Consultiva del 4 de marzo de 195359 (momento en el que ni siguiera se había suscrito la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados de 1969), por única vez sobre el tema de los tratados y su ubicación en el ordenamiento jurídico nacional. Así las cosas la Secretaria de la Corte recibió el Oficio del 31 de Enero de ese año, acompañando traducción del Memorandum que con fecha 26 de Marzo la Embajada de los Estados Unidos de América tuvo a bien enviar al Ministerio de Relaciones Exteriores y este solicita al Tribunal que se le suministrara información refiriéndose al contenido de dicho Memorandum. 59 Se puede ver esta Opinión Consultiva evacuada por la Corte Suprema de Justicia en Boletín Judicial, pagina 16742. 84 La Corte evacua la consulta, opinando en los siguientes términos: 1. Después de celebrado un tratado internacional por los respectivos plenipotenciarios, el Poder Ejecutivo lo acepta y lo somete a su vez a la aprobación del Poder Legislativo, obtenida esta aprobación en Cámaras separadas, el Poder Ejecutivo debe de ratificarlo expedir el instrumento de ratificación para proceder al canje de ratificación o deposito del tratado, según sea el método escogido. El Poder Ejecutivo encargo de dirigir las relaciones exteriores como suprema autoridad administrativa, puede celebrar convenios que no alcanzan la categoría de tratado, ni necesitan aprobación del Legislativo, ni obligan al Estado, pero que se pueden observar en virtud de su manifiesta utilidad. 2. Ratificado un tratado internacional es ley de la República. Tal como lo mencioné anteriormente, esta ha sido la única ocasión en la que el Tribunal se ha pronunciado sobre el reconocimiento de un tratado como ley de la República, puesto que ni el artículo 182 de la Constitución vigente es claro al respecto. No obstante y por la importancia de los Tratados no podemos asumir que está por debajo de una ley, además que así se ha demostrado por la práctica generalizada de las autoridades del Estado nicaragüense y por otro lado avalado por la doctrina mayoritaria. 3. El punto tercero de la Opinión de la Corte se expresa que: “para que un convenio internacional tenga fuerza de ley, es menester la aprobación del Poder Legislativo”. Es decir que se confirma lo antes expuesto y además hace necesario que el Poder Legislativo apruebe dicho instrumento. 4. Un aspecto sumamente importante, más aún si nos retrotraemos al momento histórico es que en el punto cuatro se expone que “Siempre 85 que un tratado internacional contenga disposiciones que se opongan a las leyes vigentes, pero no a la Constitución, tales leyes quedan tácitamente derogadas desde la publicación en La Gaceta del Tratado ratificado. 5. Todo tratado internacional se aplica desde su publicación, a menos que dada la naturaleza de este, sea indispensable su reglamentación para que pueda ser aplicado. Hemos de aprovechar la ocasión para referimos a la necesaria publicación de los Instrumentos Internacionales, ya que desde que se promulga la Constitución de 1987, el texto de dichos instrumentos no se manda a publicar.60 Es decir que una vez se envía a la Asamblea Nacional por el Presidente de la República para su aprobación, lo único que se manda a publicar es el Decreto Legislativo que aprueba el tratado en cuestión o bien su adhesión, pero no el contenido del tratado, lo que desde nuestra perspectiva vulnera el principio de publicidad, ya que por medio del Decreto Legislativo se considera que forma parte del ordenamiento jurídico y por ende debemos de darlo a conocer a la población. Una vez aprobado dicho instrumento el Presidente de la República en uso de sus facultades lo ratifica o se adhiere a él, por medio de un Decreto Ejecutivo pero tampoco manda a publicar el texto del Tratado aprobado y ratificado. Como sostiene la doctrina, generalmente, para que un tratado que establece obligaciones para las instituciones del Estado, para las mismas personas 60 Desde que se aprueba el primer tratado internacional por la Asamblea Legislativa, según información obtenida en el Digesto Jurídico Nicaragüense, todos los tratados se mandaban a publicar en la Gaceta, en su contenido íntegro. Cabe mencionar que el primer tratado es el de Amistad, Comercio y Navegación, entre las Repúblicas de Nicaragua y Guatemala, en 1899, publicado en La Gaceta No. 918 del 4 de noviembre de 1899. 86 naturales o jurídicas (por ejemplo los tratados de derechos humanos), que no sea el Estado mismo, se requiere de su publicación en el diario oficial del Estado en cuestión, sobre todo cuando estos tienen aplicación y efectos directos. Aunque desde nuestra opinión debe de cumplirse con el principio de publicación pues irradia derechos y obligaciones, siendo parte del ordenamiento jurídico nacional. Desde 1988 no se continúa la publicación del contenido del Tratado aprobado, ratificado o a este adherido. Según información del Digesto Jurídico Nicaragüense de la Asamblea Nacional, en los últimos 27 años se han aprobado alrededor de 550 acuerdos internacionales de toda naturaleza, quizás muchos de ellos ya cumplieron el objetivo para el que fue suscrito. De esta cantidad de tratados en los que Nicaragua es o ha sido Estado parte 523 no han sido publicados. Esto nos indica que a la población nicaragüense no se le ha dado a conocer los derechos, obligaciones otras circunstancias que fueron reguladas por estos tratados. 6. Finalmente en la última parte de la Opinión de la Corte, es sumamente importante mencionar que según el alto Tribunal “cuando un tratado sea contrario a la Constitución, para que tenga valor en Nicaragua, se necesita reformar la Carta Fundamental, a menos que se trate de cuestiones en que la misma Constitución permita celebrarlos, como son los que indica el artículo 6 Constitucional”. La Constitución Política vigente al momento de emitirse esta Opinión era la de 1950, aprobado 01 de Noviembre de 1950 Publicado en La Gaceta No. 235 del 06 de Noviembre de 1950, la que en su artículo 6: “La soberanía y el territorio son indivisibles e inalienables. Sin embargo, podrán celebrarse 87 tratados que tiendan a la unión con una o varias repúblicas de la América Central; o que tengan por objeto la construcción, saneamiento, operación y defensa de un canal interoceánico a través del territorio nacional. También podrán concertarse acuerdos que permitan a una potencia americana el uso temporal de parte del territorio nacional, exclusivamente para la defensa continental. En todo caso, este uso queda restringido al tiempo absolutamente indispensable”. Expuesto lo anterior, hemos de decir que la claridad de la Opinión Consultiva emitida desde 1953, por la Corte Suprema de Justicia no ha tenido una posición en contraria ni ha variado en jurisprudencia posterior. En este sentido, quizás es necesario decir que, desde nuestro punto de vista, la Constitución Política de Nicaragua, no establece con claridad meridiana el sistema de fuentes que ha de determinar el ordenamiento jurídico nacional, sin duda está clara y evidente la supremacía constitucional, según lo plantea el Artículo 182 y que no existen más leyes ni normas constitucionales que las reconocidas en el Artículo 184 de la misma Carta Magna61. No así determina en ninguna de sus disposiciones la jerarquía supra, intra o legal de los tratados internacionales, por lo que hemos de auxiliarnos de la doctrina y la jurisprudencia nacional a fin de darle a los tratados internacionales, la ubicación o nivel legal, dada la importancia que estos tienen para determinar las relaciones entre Estados y otros sujetos del Derecho Internacional, pudiendo, el tratado reformar o derogar las leyes y por ende las normas de inferior rango, si entran en contradicción y es esta nuestra posición. 61 El Articulo 184, constitucional dispone que “son leyes constitucionales: la Ley Electoral, la Ley de Emergencia y la Ley de Amparo que se dicten bajo la vigencia de la Constitución Política de Nicaragua” 88 Sin embargo también propugnamos y somos contestes con el Derecho Internacional, en el sentido de los Estados, incluyendo por supuesto el nuestro, están en la obligación de tomar todas las medidas posibles para cumplir las normas internacionales, sin que esto signifique poner en peligro el ordenamiento interno, pero tampoco podemos alegarlo para incumplir estos compromisos internacionales. Queda entonces claro que es necesario coordinar y complementar tanto las normas nacionales como las internacionales. 89 CAPITULO III ANALISIS ESPECIAL A DETERMINADOS TRATADOS INTERNACIONALES En este último Capítulo se pretende exponer, a rasgos generales, el tratamiento que la Constitución Política le da a ciertos instrumentos de derechos humanos consignados en el artículo 46 y en el segundo párrafo del artículo 71. De igual manera se aborda el tratamiento especial que tienen los instrumentos regionales que regulan el proceso de integración regional centroamericano, que si bien no existe disposición constitucional especial para ellos, la doctrina y los mismos compromisos que el Derecho de Integración o Comunitario imponen a los Estados partes y que de manera voluntaria suscriben y aceptan. 3.1. Instrumentos internacionales de derechos humanos enunciados en la Constitución Política de Nicaragua Dispone el artículo 46 constitucional que: “en el territorio nacional toda persona goza de la protección estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes a la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y protección de los derechos humanos y de la plena vigencia de los derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas; y en la Convención Americana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos”. 90 Este artículo tiene su precedente en el Estatuto Fundamental de Derechos y Garantías del Pueblo Nicaragüense, aprobado, como dijimos en algún momento en 1979, que preceptúa como principios fundamentales, en el artículo 6, que se garantiza la plena vigencia de los Derechos Humanos consignados en la Declaración Universal, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, y en la Declaración Americana de Derechos y Deberes de Hombre de la Organización de Estados Americanos, en la forma establecida en el Estatuto sobre Derechos y Garantías de los nicaragüenses que se dicte simultáneamente con el presente. Hemos de notar que esta disposición de traslada de manera literal al artículo 46 de la Constitución de 1987, artículo que no ha sido objeto de cambio en ninguno de los momentos en los que la Constitución ha sido reformada. Desde el punto de vista de muchos autores y así ha quedado expuesto por la jurisprudencia de los últimos tiempos de la Corte Suprema de Justicia los tratados internacionales enunciados en este artículo no tienen el mismo valor que los demás instrumentos internacionales, sin embargo otra de las discusiones de los tratadistas nacionales y de la misma jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, que dicho sea de paso ha sido contradictoria entre determinar la constitucionalidad de los instrumentos o de los derechos consignados en ellos, (me refiero a los del artículo 46), ya que según lo dispuesto por el artículo se está reconociendo la plena validez a los derechos consignados en dichos instrumentos, tendencia a la que la que nos circunscribimos, lo que no significa restarle mérito al valor de los instrumentos internacionales de derechos humanos, puesto que los enunciados 91 y otros más forman hoy en día el llamado corpus iure del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Así ha sido aceptado por la comunidad internacional y especialmente defendida por los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, es decir la Comisión y la Corte Interamericana. Este corpus iures es precisamente un aporte que esta Instancia jurisdiccional en materia de Derechos Humanos da a la doctrina Internacional y que emana de su Opinión Consultiva OC-16/1999 en la que este Tribunal manifestó que: “el corpus iure del Derecho Internacional de los Derechos Humanos está formada por un conjunto de instrumentos internacionales de contenido y efectos variados (tratados, convenios, resoluciones y declaraciones), visto en el párrafo 115 de dicha Opinión62. 3.1.1. Posición de la doctrina nicaragüense en relación al tratamiento de los Artículos 46 y 71 de la Constitución Serrano Caldera63, se pronuncia sobre el contenido del artículo 46, en las líneas siguientes: “En nuestro país estos instrumentos internacionales tienen plena vigencia jurídica y rango constitucional, por lo que están por encima de cualquier ley ordinaria interna y pueden ser invocados en juicios desde 62 Esta Opinión Consultiva es emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 1 de Octubre de 1999, solicitada por los Estados Unidos Mexicano, la que puede verse en www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_16_esp.pd 63 SERRANO CALDERA, Alejandro. Estado de Derecho y Derechos Humanos. Ed. Hispamer. Managua, 2004, p. 74 y 75. 92 la posición privilegiada que les corresponde, de acuerdo al principio de supremacía de la Constitución en el orden jerárquico de la ley”. Acorde con el planteamiento anterior, el autor expresa que: “Conviene resaltar el artículo 46 de la Constitución que enumera los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, ratificados por Nicaragua, y los que, a mi juicio, por estar enumerados en la Constitución adquieren el rango de ley constitucional”. Si bien es cierto que esta posición está dirigida a favorecer los derechos humanos consignados en dichos instrumentos, hemos de seguir manifestando que la Constitución, ha establecido en su contenido mismo las leyes que considera constitucionales y no precisamente están incluidos en ese apartado ni el artículo 46 es claro al pronunciarse sobre la clara constitucionalidad, pero también es claro decir que la norma fundamental le concede un estatus diferente a los derechos consignados en dichos tratados internacionales, sobre todo tomando en cuenta que al momento de considerarse con plena vigencia estos instrumentos ya el Estado de Nicaragua había manifestado su consentimiento en obligarse a cumplir estos instrumentos internacionales, mediante la aprobación y ratificación o adhesión. En el caso de la Convención Americana de Derechos Humanos, con fecha 22 de noviembre de 1969, el Gobierno de Nicaragua la suscribió en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, celebrada en San José, Costa Rica. Posteriormente la Junta de Gobierno la aprueba y ratifica mediante el Decreto No. 55 del 25 de septiembre de 1979. 93 Los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y el de Derechos Económicos Sociales y Culturales, ambos suscritos en el seno de las Naciones Unidas, en el año de 1974, fueron aprobados y a los cuales se adhiere mediante Decreto No. 255 del 08 de enero de 1980, expidiendo el instrumento correspondiente de adhesión en esa misma fecha. En cuanto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, suscrita en la Asamblea General de Naciones Unidas, mediante Resolución 217 (III) y la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en el seno de la Organización de Estados Americanos, aprobada durante la IX Conferencia Internacional Americana realizada en Bogotá en 1948, fueron aprobadas y firmadas en su momento por los representantes del Estado de Nicaragua. En el caso del párrafo segundo del Artículo 71 de la Constitución Política que preceptúa: “La niñez goza de protección especial y de todos los derechos que su condición requiere, por lo cual tiene plena vigencia la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la Niña”. Hemos de mencionar que este artículo, tal como está redactado es producto de las reformas constitucionales de 1995, pues el texto original disponía que: “Es derecho de los nicaragüenses constituir una familia. La ley regulará y protegerá este derecho. De manera escueta solo el referido al tema del párrafo primero de esta disposición”. Este instrumento, denominada “Convención sobre Derechos del niño” que fuera adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su Resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989, fue aprobada por la 94 Asamblea Nacional de acuerdo al Decreto A.N. No. 324 el 18 de Abril de 1990 y mandada a publicar por el Presidente de la República. Entró en vigor el 2 de septiembre de ese mismo año. Por lo que al momento de reformarse este artículo ya la Convención tenía plena vigencia, tanto en el ámbito nacional como internacionalmente, siguiendo lo dispuesto en su contenido. Escobar Fornos64 es uno de los tratadistas del derecho constitucional nicaragüense que incluye al Artículo 46 y el 71 párrafo segundo de la Constitución por lo que hace referencia a la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la Niña, señala lo siguiente: “Los tratados enumerados en los arts. 46 y 71 de la Constitución tienen jerarquía constitucional y la violación de los derechos consignados en los mismos pueden dar lugar a los recursos de inconstitucionalidad de la ley (decreto o reglamento) o amparo. Estos derechos complementan y no derogan los establecidos en la Constitución”. Continúa expresando el autor que: “Los derechos consagrados en tales tratados fueron incorporados por el legislador constituyente y, como consecuencia, no se derogan ni contradicen entre sí con las normas del resto de la Constitución que se refiere a los derechos humanos”. Al respecto Carmona65, en Comentarios a la Constitución, nos expresa en relación al artículo 46: “Que además de tener una importancia en la sistematización, la declaración de este artículo cumple otros fines no menos importantes: 64 ESCOBAR FORNOS, Iván, op. cit., p. 34 CARMONA, Marcos, Comentarios a la Constitución Política. Parte Dogmática. Managua, Ed. Centro de Derecho Constitucional, 1994, p. 305 65 95 Tiene, en primer lugar, un valor didáctico, en cuanto señala cuál es el fundamento del orden jurídico y político nicaragüense. Tiene, también, un alto valor interpretativo. Como se ha señalado de la declaración similar que encabeza la Ley Fundamental de Bonn, el reconocimiento de la existencia de derechos inherentes a la persona humana (previos, pues, a todo reconocimiento estatal) y el compromiso de “irrestricto respeto, promoción y protección” de tales derechos, tiene un alcance supra legal como “afirmaciones valorativas que iluminan todo el texto constitucional”, cuyos preceptos han de interpretarse, por tanto, en el sentido más favorable a este compromiso. Dota de fuerza expansiva al sistema de derechos del hombre, en cuanto que el Estado no sólo se compromete a respetarlos, sino también a su “promoción”, esto es, a emprender acciones positivas tendientes a la profundización de los derechos y a la remoción de los obstáculos que se oponen a su efectivo disfrute por todos los ciudadanos”. En correspondencia con lo anterior y respetando lo dispuesto en el Artículo 182, que determina la supremacía constitucional, los instrumentos internacionales que suscriba y ratifique o al que se adhiera el Estado de Nicaragua tienen la misma jerarquía, tomando en consideración que para algunos tratadistas, con los que comparte su posición, estos tratados se equipara a la ley, aunque se aprueben y ratifiquen por medio de decretos legislativos y ejecutivos. 96 Para finalizar este apartado me permito coincidir con Cárdenas66 , al expresar que: “En el ordenamiento jurídico de Nicaragua no se especifica la jerarquía normativa de los instrumentos internacionales, mucho menos hace una distinción de las normas internacionales incorporadas. Sin embargo, es posible distinguir dos grupos de tratados a partir de la más reciente jurisprudencia constitucional: los de los artículos 46 y 71 y los del artículo 182. Los primeros serian aquellos relaticos a la protección del ser humano y los segundos los que regulan las relaciones interestatales o asuntos propios del Derecho Internacional Clásico”. En cuanto a los instrumentos del 46 y 71, la jurisprudencia constitucional “les ha reconocido con rango constitucional, en virtud de su incorporación en la Norma Fundamental, no obstante, sin hacer mención de la situación jerárquica de los tratados excluidos del texto constitucional. Por lo cual, en la actualidad aquella cuestión constitucional sigue inconclusa e indefectiblemente difusa para los sistemas internos de tutela de derechos”, con lo que estamos totalmente de acuerdo”. No cabe duda que para el desarrollo del Derecho Internacional es importante el enunciado del Articulo 46 y el del 71, especialmente por tratarse de la promoción y protección de los derechos humanos, pero no podemos dejar de tener la duda que si el Estado de Nicaragua, con ello y sin revisar el contenido de dichas disposiciones no está jerarquizando los derechos consignados en 66 CÁRDENAS, Byron. La Jerarquía normativa de los tratados sobre Derechos Humanos en la Constitución y la jurisprudencia de Nicaragua. Managua: Revista de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas Universidad Centroamericana (UCA) No. 15, Managua, 2011, p. 92. 97 dichos instrumentos, dejando por fuera otros muchos que igualmente han sido aprobados, ratificados o a los cuales se ha adherido el Estado nicaragüense y por ende está obligado a cumplirlos. No olvidemos en la actualidad los instrumentos de derechos humanos son vastos y todos ellos igualmente aplicables e importantes y que su incumplimiento acarreará responsabilidad internacional en contra del Estado, además de tomar en consideración las características de los derechos humanos desarrolladas abundantemente, como por ejemplo, se consideran indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizados, es decir que están relacionados entre sí y no puede hacerse ninguna separación ni pensar que unos son más importantes que otros. Para fundamenta lo dicho anteriormente hacemos uso de la idea planteada por Dulitzky67, que en materia de derechos humanos y en el caso de Nicaragua, Artículo 46 de la Constitución, expresa que: “la solución nicaragüense, en lugar de otorgar una jerarquía normativa especial a los tratados de derechos humanos ratificados, lo que hace es asignar jerarquía constitucional a los derechos consagrados en los instrumentos enumerados”. Igual caso sucede en lo que respecta a la Convención Internacional sobre los Derechos del niño, enunciado en el segundo párrafo del precitado Articulo 71 de la Constitución Política. 67 DULITZKY, Ariel E. La aplicación de los Tratados Internacionales por los Tribunales Locales: Estudio Comparado. Ed. Centro de Estudios Legales y Sociales, Universidad de Texas, Escuela de Derecho, Texas, Estados Unidos, 2007, p. 49 . 98 3.1.2. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia en materia de Derechos Humanos Hemos hecho mención anterior acerca de las decisiones del más alto Tribunal, encargado de la justicia constitucional, es decir la Corte Suprema de Justicia, que en materia de tratados ha pronunciado, especialmente, a partir de la promulgación de la actual Constitución Política de 1987 y sus posteriores Reformas y Adiciones. En este sentido se ha pronunciado en dos vertientes, incluso contradictorias; por un lado, ha reconocido, en relación al Artículo 46 y posteriormente, el párrafo segundo del 71, que son los derechos consignados en los instrumentos mencionados en ellos los que se han reconocido como constitucionalizados, por otro lado ha dicho, en sus últimas sentencias, que son los instrumentos enunciados los que tienen reconocimiento constitucional. Así, por ejemplo, la Corte Suprema ha emitido las sentencias No. 98 del 17 de Agosto del 2001 y de su lectura podríamos decir que no habría ningún problema para que se pueda promoverse un recurso de inconstitucionalidad contra un tratado internacional, entendiéndolo enmarcado en el ordenamiento jurídico nacional, ya que dicho recurso se opone en contra de toda ley, decreto o reglamento. La Corte antes de esta Sentencia, se pronunció en la No. 125 del 20 de Diciembre de 1993, hace referencia a las leyes constitucionales, siendo estas las dispuestas en el Artículo 184 de la Constitución. En Sentencia No. 103 del 8 de noviembre del 2002, sobre la Ley Electoral (No. 331). De igual manera 99 se emite la Sentencia No. 59 de la Sala Constitucional, del 7 de mayo del 2004, sobre el Dictamen de Minoría de la Ley de Carrera Judicial. Al respecto Cuarezma Terán y el mismo Escobar Fornos68 han sostenido que: ”las normas susceptibles de revisión por la Corte Suprema de Justicia en cuanto a su adecuación a la Constitución son muy amplias. Ello incluye tanto normas legales, gubernamentales y parlamentarias y las disposiciones reglamentarias, municipales y tratados internacionales a los que la Asamblea Nacional haya determinado su aprobación podrán ser sometidos a revisión ante la Corte Suprema de Justicia mediante el recurso de inconstitucionalidad para que ésta se pronuncie sobre su concordancia con los mandatos constitucionales”. No ahondaremos en el tema del recurso de inconstitucionalidad por no ser objeto de nuestro estudio, si es necesario que nos pronunciemos brevemente sobre la ubicación y jerarquía de los tratados de derechos humanos, de acuerdo al orden jurisprudencial de Nicaragua, al menos en términos generales. Por ello, es necesario mencionar que en la citada Sentencia No. 125 se estipula que la Convención Americana sobre Derechos Humanos conocida como Pacto de San José, es ley constitucional, sin embargo no lo determina así en el artículo 46, al menos desde nuestro punto de vista, disponiendo que: ”en el territorio nacional toda persona goza de la plena vigencia de los derechos consignados en los instrumentos que se mencionan en dicho artículo, 68 ORDOÑEZ REYNA, Aylín Brizelda, op. cit, p. 442 100 entre los cuales se encuentra el Pacto de San José, pero no se establece que dichas declaraciones, pactos o convenciones, sean leyes constitucionales”. En la Sentencia No. 103, la Corte se refiere en casi los mismos términos aunque no en forma delimitada en cuanto a la Convención o Pacto de San José se refiere, haciendo mención a la ideología proclamada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, instrumento internacional que es reconocida por nuestra Constitución Política en el citado Artículo 46 de la Constitución. Como podemos observar la Corte al referirse a los tratados enunciados en este Artículo pero no reconoce que los tratados prevalecen sobre el ordenamiento interno que se encuentran supeditado a la Constitución y ni por supuesto que le reconozca un rango constitucional. No cabe duda que la Corte al pronunciarse sobre los derechos humanos, tanto los que reconoce nuestra Constitución, como los plasmados en los instrumentos internacionales en esta materia se visualiza el reconocimiento que hace de estos, sobre todo ante su vulnerabilidad o violación. Finalmente, en la Sentencia No. 59 la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, ciertos ciudadanos alegan violación de sus derechos, de cara al Dictamen de Moría sobre el Proyecto de Ley de Carrera Judicial y la Sala en sus consideraciones expresa que: “al violarse el principio de irretroactividad de la ley, la garantía del debido proceso y el principio de igualdad, se ha violado de manera concomitante el artículo 46 Cn.”. 101 Podemos observar, en este sentido, que el Tribunal hace referencia en sus decisiones (en las que se alegan instrumentos internacionales de derechos humanos) de forma directa a derechos consignados en los tratados internacionales de derechos humanos, sin embargo no expresa de forma específica que se le reconozca rango constitucional ni que posean rango supra legal. Finalmente hemos de decir, al darle lectura y análisis a Sentencias emanadas del alto Tribunal, en las que se ha alegado normas del Derecho Internacional general ha considera que siendo la Constitución Política la Carta Fundamental de la República, las demás leyes están subordinadas a ella y no tienen ningún valor las leyes, tratados, órdenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus disposiciones. Nuestros tratadistas han expresado, al respecto de las decisiones de la Corte Suprema de Justicia, que los tratados internacionales tienen un valor infra constitucional, reiterándose exactamente el contenido de la norma constitucional. Este criterio se ha sostenido de manera reiterada en los diferentes fallos de la jurisprudencia constitucional y el cual comparto plenamente, que dicho sea de paso el derecho internacional, no se ha desarrollado de manera amplia siendo poca la jurisprudencia que desarrolle el valor con el que se reciben los tratados internacionales en el ordenamiento jurídico nicaragüense. Sin obviar la importante Opinión Consultiva del Tribunal, emitida en 1953 y de la que hemos comentado en apartado anterior, ya hubiésemos deseado que dicha Opinión se hubiese sostenido y reafirmado mediante sentencia. 102 3.2. El tratamiento de los tratados internacionales en materia de integración en el ordenamiento jurídico nicaragüense, en el marco del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) Además del análisis realizado al tratamiento que nuestra legislación le otorga, al menos en discusión, a determinados tratados de derechos humanos, consideramos oportuno en esta Tesis, traer a colación el tema o la discusión de los tratados de integración, que si bien es cierto, nuestra Constitución no hace alusión de manera específica, los propios principios de este tipo de acuerdos regionales, nos obliga a revisarlos, especialmente por lo consignado en los principios de primacía y aplicación directa de los tratados pertenecientes al llamado Derecho comunitario en el ámbito de la Integración centroamericana. En este sentido es necesario hacer un recorrido bastante general sobre la normativa comunitaria que regula el proceso integracionista de nuestra Región. 3.2.1. El Derecho Comunitario en los procesos de integración Es indiscutible que se han presentado una serie de planteamientos acerca del llamado derecho comunitario, en el contexto de los proceso de integración que se conocen, iniciado por el europeo, sin obviar el que se ha venido desarrollando en Latinoamérica, mayoritariamente en la Comunidad Andina y en la Comunidad Centroamericana, a partir de la suscripción y puesta en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa de 1991. 103 No obstante en cada uno de los procesos y dada la naturaleza con la que surge el derecho comunitario tiene sus elementos diferenciadores, inclusive al momento de conceptualizarlo. Basándonos en lo planteado por Acevedo Peralta: 69“las normas comunitarias son las disposiciones legales emitidas legítimamente por las instituciones del Sistema de Integración en sus diferentes grados y niveles, que conforman el ordenamiento jurídico comunitario”. Como podemos observar, este concepto facilitado por el autor, hace referencia a las normas comunitarias y las erige sobre la base del actuar de los órganos e instituciones del Sistema de Integración, a lo que en otro orden de ideas se les llama derecho derivado, parece que excluye al derecho denominado originario o fundacional (es decir los tratados que crean tanto al Sistema como a los otros órganos, instituciones y otros aspectos de la integración Subregional, también llamados tratados marcos). Miranda70 , acuña un concepto de Derecho Comunitario Centroamericano, con elementos comunes al planteado en párrafo anterior y en este mismo orden lo expone Salazar Grande y Ulate Chacón71. En este sentido el autor expresa: “El derecho comunitario de Centroamérica se puede definir como el conjunto de normas jurídicas adoptadas por los órganos del sistema de integración regional que hace posible la consecución de los objetivos 69 ACEVEDO PERALTA, Ricardo. Aplicación de las Normas Comunitarias Centroamericanas en los Estados Miembros del SICA. Corte Centroamericana de Justicia. Managua, 2011, p.6. 70 MIRANDA, Otilio. Derecho Comunitario de América Central. Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Centroamericana (UCA), Managua, 2010, p. 34 71 SALAZAR GRANDE, César, y ULATE CHACÓN, Enrique. Manual de Derecho Comunitario Centroamericano. Ed. Corte Centroamericana de Justicia. Managua, 2009. 104 planteados en el Protocolo de Tegucigalpa. Se caracteriza por tratarse de un orden jurídico sui generis, diferenciado del derecho internacional y del derecho de integración así como del orden jurídico interno de los estados miembros. Tiene sus propios principios, características, fuentes y procedimientos de formación”. Por su parte y refiriéndose a la integración europea, Isaac, 72expresa que: “El derecho comunitario es un conjunto organizado y estructurado de normas jurídicas que dispone de: a) fuentes propias, b) órganos de producción normativa también propios, sujetos a procedimientos y esquemas de relaciones reglados y c) un sistema judicial de garantía de su aplicación e interpretación uniforme”. Guerrero Mayorga73, en base a una serie de elementos que extrae de conceptos dado tanto por estudiosos de la integración región centroamericana como de Europa integrada, expresa que, como una disciplina del derecho lo concibe de la manera que sigue: “El derecho comunitario es el complejo de normas jurídicas que regulan las relaciones de las comunidades de Estado con otros sujetos de derecho, entre los que se encuentran no solo los Estados y las organizaciones internacionales, sino también los órganos, organismos e instituciones comunitarias y los particulares, sean éstos personas físicas o jurídicas, públicas y privadas, capaces de ser sujetos de derecho y obligaciones que las instituyen como organizaciones internacionales de ISAAC, Guy. Manual de Derecho Comunitario General. Ariel, Barcelona. 1997, p. 102 GUERRERO MAYORGA, Orlando. El Derecho Comunitario: concepto, naturaleza y características. En Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM, México, 2005, p. 6 72 73 105 carácter supranacional sui generis, dando origen a un sistema jurídicoinstitucional u ordenamiento jurídico nuevo, cuyo común denominador o ius propriumse basa en las relaciones de integración regional y un sistema judicial de garantía de su aplicación e interpretación uniforme”. Desde mi punto de vista no es lo mismo hablar de una comunidad basado en un derecho propio que abordar lo relativo al derecho comunitario, este es un derecho común para todos, estableciendo de manera igual para todos los miembros de esa comunidad las mismas normas. No cabe duda que en el caso de Centroamérica, en base al Protocolo de Tegucigalpa y demás instrumentos regionales es una verdadera comunidad, pero tengo mis reservas en relación a determinar categóricamente la existencia del derecho comunitario, si partimos de las premisas dada en base al ordenamiento jurídico de Europa, iniciado en las Comunidades Europeas y trasladada, con mayor claridad a la Unión Europea, a través del desarrollo y reconocimiento jurisprudencial del Tribunal de la Unión Europea, pero también incorporados en sus tratados constitutivos, ya reformados a los originarios. Independientemente de este cuestionamiento que se hace, no es en este estudio que se profundizará en este tema más allá de lo necesario, aunque no dejo de preguntarme si pueden o no coexistir tantos derechos comunitarios como procesos de integración se presenten. Se ha manifestado por un sector doctrinario que, se puede abordar el concepto de derecho comunitario y derecho de integración como sinónimos pero 106 también como dos disciplinas diferenciadas, cuestión que no comparto en su totalidad, ya que al revisar sus conceptos o rasgos y características no se visualizan como totalmente separadas. Veremos entonces que en este sentido se entiende como derecho de integración aquel conjunto de normas jurídicas contenidos en los tratados, convenios, protocolos y acuerdos, suscritos por los Estados con el propósito de integrarse, creando instituciones supranacionales con poder normativo y vida propia independiente para ese objetivo, refuerzan y coordinan la cooperación intergubernamental ya existente y, eventualmente, lograr la unificación jurídica, económica, política y social de una región Por su parte el derecho comunitario se entiende como un conjunto organizado y estructurado de normas jurídicas, que posee sus propias fuentes, está dotado de órganos y procedimientos adecuados para emitirlas, interpretarlas, aplicarlas y hacerlas saber; de esta forma este derecho promueve la integración de los Estados involucrados, conformándose así un nuevo orden jurídico internacional el cual goza de independencia y primacía, así como aplicación inmediata y efectos directos, características esenciales para su existencia y desarrollo. De igual manera se dice que el derecho comunitario en sentido estricto, está conformado por las fuentes primarias o derecho originario, así como las normas contenidas en los actos adoptados por las instituciones en aplicación de los tratados, llamadas derecho derivado. Por tanto se considera que el Derecho Comunitario, en términos generales se constituye como el conjunto de normas de Derecho aplicables en el ordenamiento jurídico comunitario, 107 incluyéndose normas no escritas, como serían los principios generales del Derecho de integración, la jurisprudencia de la Corte Centroamericana de Justicia y la Costumbre. También se incluyen normas cuyo origen es exterior al ordenamiento jurídico comunitario, como sería el derecho surgido de las relaciones exteriores del Sistema de la Integración Centroamericana, es decir el denomina derecho complementario, el cual nace de los actos convencionales celebrados entre los Estados miembros para la aplicación de los tratados. Volveremos sobre las fuentes más adelante. 3.2.2. Principios del Derecho Comunitario Centroamericano Muchos autores exponen diferentes principios, comunes de los procesos de integración, otros extraídos de los mismos instrumentos regionales, especialmente del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), en vigor desde el 23 de Julio de 1992. Tomando en cuenta este planteamiento expongo cada uno de los principios del proceso de integración más reconocidos, considerando que varias son las enumeraciones que sobre los principios se han planteado. En consideración al hecho de que el Protocolo de Tegucigalpa es la Carta fundamental de la Integración Centroamericana, es necesario, desde mi punto de vista exponer los principios que de él emanan, de acuerdo a lo dicho en el artículo 4, exponiendo que para la realización de los propósitos citados el Sistema de la Integración Centroamericana y sus Miembros procederán de acuerdo a los principios fundamentales siguientes: la tutela, respeto y promoción de los Derechos Humanos que constituyen la base fundamental del SICA; paz, democracia, desarrollo y libertad, son un todo armónico e 108 indivisible que orientará las actuaciones de los países miembros; la identidad centroamericana como manifestación activa de los intereses regionales y de la voluntad de participar en la consolidación de la integración de la Región; la solidaridad centroamericana como expresión de su profunda interdependencia, origen y destino común; la gradualidad, especificidad y progresividad del proceso de integración económica, sustentado en el desarrollo regional armónico y equilibrado; y el tratamiento especial a países miembros de menor desarrollo relativo; la equidad y reciprocidad; y la Cláusula Centroamericana de Excepción; la globalidad del proceso de integración y la participación democrática, en el mismo, de todos los sectores sociales. Otros de los principios emanados de este importante Instrumento serán la seguridad jurídica de las relaciones entre los Estados miembros y la solución pacífica de sus controversias y la buena fe en el cumplimiento de sus obligaciones, absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea contraria a las disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema o la consecución de sus objetivos. No obstante la importancia de fortalecer el proceso regional, se establece el respeto a los principios y normas de las Cartas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), y las Declaraciones emitidas en las Reuniones Presidenciales centroamericanas desde mayo de 1986. Estos principios han sido desarrollados ampliamente por estudios de esta materia y por la jurisprudencia de la Corte Centroamericana de Justicia. Se 109 trasladan a esas páginas las líneas de pensamiento de algunos de los pensadores, tomando en consideración que los mismos han expuesto otros principios emanados de la doctrina y de otros instrumentos o normas de la integración centroamericana. Así por ejemplo, Acevedo Peralta74, califica como parte de las características y efectos de las normas comunitarias del Proceso de Integración, el principio de jerarquía, de aplicación inmediata, el de efecto directo y el de responsabilidad. Expone que el principio de jerarquía “implica que las normas comunitarias, en su nivel y área correspondiente, se aplica con prioridad a las normas locales”, el de aplicación inmediata, diciendo que “esta surte efectos y es aplicable desde la fecha de su entrada en vigor, de acuerdo con la ley, creando derechos y obligaciones a partir de ese momento. De otra manera no se podría concebir el estado de derecho ni la seguridad jurídica del ordenamiento comunitario”. En cuanto al efecto directo, el autor lo relaciona indivisiblemente con el de aplicación inmediata, expone que: “Esto se produce en dos ámbitos: en el marco del ordenamiento interno de los Estados, en donde opera como una norma interna de carácter preferencial (desplazando y complementando al ordenamiento interno) y en el ámbito de los derechos y obligaciones que crea para los destinatarios de la misma, los que están obligados a cumplirla, no solo de inmediato, sino con todos sus efectos: derechos, garantías, obligaciones, que se retrotraen, en su caso, a la fecha de entrada en vigor de la susodicha norma comunitario”. 74 ACEVEDO PERALTA, Ricardo, op. cit. p. 7-8. 110 En principio de responsabilidad, implica, según el autor, que los sujetos destinatarios de las normas comunitarias, así como de las resoluciones y sentencias legítimamente dictadas por el Órgano judicial comunitario (que son todas las instancias judiciales nacionales y regionales), están obligados a cumplirlas y que en caso de no hacerlo, por acción u omisión, son responsables por los daños que ocasionen a las partes o a los terceros. Como hemos de observar este principio acarrea, indiscutiblemente una relación armónica entre los órganos jurisdiccionales nacionales de los Estados miembros del SICA y la Corte Centroamericana de Justicia, cuestión que desde mi punto de vista no está bien determinado jurídicamente hablando, por lo que hemos de poner atención a esta cuestión, partiendo de los avances planteado por la jurisprudencia de la misma Corte regional, por supuesto que no es objeto de este Trabajo investigativo. Por otro lado, Miranda,75 al abordar los principios del llamado derecho comunitario, hace hincapié, punto que comparto, en el sentido de que los estudiosos o doctrinarios exponen diversas clasificaciones sobre los principios y otros como el autor mencionado anteriormente, no se refiere a clasificación sino a los principios de manera llana. En este sentido expone dos categorías de principios, se refiere a los constitutivos y aquellos que se consideran rectores del proceso de integración y de la normativa jurídica aplicable a los Estados Miembros del Sistema. El autor expresa que los principios constitutivos son los que informan el derecho comunitario, con base en el carácter funcional que preside el sistema 75 MIRANDA, op. cit. p. 28. 111 de normas y actos de la Comunidad Centroamericana y se extraen de los tratados constitutivos de la Integración y los principios rectores serán complementarios de los anteriores. Los principios constitutivos serán, entonces, según el autor los principios de atribución de competencia, de irreversibilidad, de proporcionalidad, de subsidiariedad y el de lealtad. No es objeto de la presente Tesis, por lo tanto no se desarrollarán de manera exhaustiva. 3.2.3. Relación entre derecho internacional general, derechos internos de los Estados miembros y derecho comunitario centroamericano Debo decir que este acápite requiere, como se puede observar de muchos elementos de discusión, sin embargo el objetivo de abordarlo es exponer aspectos muy generales, sin entrar a profundizar en ellos para poner en perspectiva la dificultad que encierra la necesaria relación entre estos tres cuerpos de normas. Por un lado el derecho internacional general, el derecho interno de cada uno de los Estados miembros del proceso de integración de que se trate y el mismo derecho comunitario respectivo. Tomando en cuenta lo anterior y como se ha dicho, de cierta manera, en líneas anteriores, el derecho de integración y derecho comunitario, se consideran el conjunto u ordenamiento jurídico que regula las actuaciones de los organismos regionales, a quienes se les dota de cierto grado de supranacionalidad en las áreas cedidas por los Estados miembros del proceso de integración correspondiente, que cuentan con características, principios y elementos especiales o particulares. 112 Hemos de decir, junto con Sáchica76 que: “La tendencia mundial hacia la integración de los Estados ha venido estructurando un sistema de relaciones entre los sujetos participantes de los procesos de integración, relaciones que, según el entender de algunos autores, escapan a las regulaciones del Derecho internacional y, por ende, requieren de un ordenamiento jurídico propio y especializado que algunos llaman Derecho de la integración y otros Derecho comunitario”. Este conjunto de normas que conforman el Derecho comunitario, tiene una íntima relación con el derecho internacional general, especialmente en materia de tratados internacionales, ya que los Estados que conforman o llegan a conformar la Comunidad regional o Subregional, crean entre otras cosas órganos e instancias igualmente regionales y a las que se les dota de cierto grado de supranacionalidad, lo hacen a través de la suscripción de los instrumentos internacionales, que de una forma u otra deben de incorporarse al derecho interno de los estados miembros. La incorporación de las normas que conforman el derecho comunitario en los ordenamientos jurídicos internos de los Estados, lo hace de acuerdo a lo que preceptúan las normas constitucionales y los mismos tratados de integración, sin obviar que un Estado que ha contraído una obligación internacional y con mayor razón una obligación comunitaria esa obligado a introducir en su legislación las modificaciones que sean necesarias para asegurar la ejecución 76 SÁCHICA, Luis. El ordenamiento jurídico andino y su Tribunal de Justicia. Instituto para la Integración de América Latina (INTAL). Ed. El Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, Bogotá, 1985, p.7 113 de los compromisos asumidos, pero además no puede invocar respecto de otro Estado su propia Constitución para sustraerse a las obligaciones que le impone el derecho internacional y el mismo derecho comunitario, tal como lo hemos dejado sentado al abordar la relación entre Derecho Internacional y Derecho interno. Cabe mencionar que los tratados que dan vida al proceso de integración están sujetos en su formalización y efectos a las reglas del Derecho de los tratados. No obstante lo anterior, queda claro que el Derecho de la integración, según lo expresa Andueza Acuña: 77 “no es un Derecho extranjero en los países miembros. El Derecho de la integración es un Derecho común a las partes, dictado para proteger y desarrollar la comunidad de intereses representada por la organización internacional por lo que no se le puede dar el mismo tratamiento que se le da al Derecho extranjero”. El Derecho comunitario es supranacional, y la supranacionalidad es el núcleo del Derecho de la integración ya que es el rasgo que produce la ruptura y diferencia con el Derecho internacional común.78 La relación entre el Derecho Internacional y el Derecho interno de los Estados, se basan fundamentalmente en las disposiciones emanadas de sus ordenamientos internos sobre la recepción de las normas internacionales, dando cabida a ordenamientos jurídicos dualistas y monitas. Tal como lo expusimos al inicio de esta Trabajo. 77 ANDUEZA ACUÑA, José Guillermo. El Tribunal del Pacto Andino. Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena. Quito, 1986, p. 85. 78 ORTIZ AHLF, Loretta. “Derecho comunitario y derecho internacional”. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, en Revista de Derecho, México, 2002, p. 11-23. 114 Lo interesante del caso es que la doctrina generalizada expresa que el derecho internacional no se pronuncia ni por el postulado dualista ni monista, sino que deja tal cuestión a los derechos internos, en tanto la necesidad de un acto de recepción, la relación misma entre ambos cuerpos normativos y la situación de la jerarquía en caso de contradicción entre una y otra. Habría que decir que las normas constitucionales de los Estados hacen referencia, en la mayoría de los casos a las normas convencionales y muy pocas veces hace alusión a los principios del derecho internacional y casi nunca a las otras fuentes de este derecho. Por otro lado, en cuanto a la relación entre el Derecho comunitario y los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros, según Mangas Martín y Liñán Nogueras79, nos ofrecen unas características nuevas y distintas de la tradicional relación entre el Derecho internacional público y los Derechos internos. Así, el Derecho comunitario europeo es directamente aplicable en la esfera interna de los Estados miembros sin necesidad de ningún acto de recepción por parte de éstos: las normas jurídicas comunitarias no sólo obligan a los órganos comunitarios y a los Estados miembros, sino también a los ciudadanos, sin necesidad de ningún acto de incorporación estatal. Andueza 80 al referirse a las relaciones entre el Derecho interno y el Derecho comunitario, expone que: “El Derecho comunitario y el Derecho interno coexisten en un mismo territorio, suelen recaer sobre los mismos destinatarios y regulan las materias que los respectivos ordenamientos jurídicos se han reservado. Hay una yuxtaposición normativa que debe ser coordinada”. 79 MANGAS MARTÍN, Aracely y LIÑÁN NOGUERAS, Diego. Instituciones y Derecho de la Unión Europea. 2ª. Edic., McGraw‐Hill. Madrid, 1999, p. 99. 80 ANDUEZA ACUÑA, José Guillermo, op. cit, p. 83 115 Molina del Pozo81, por su parte, sostiene que el derecho comunitario es distinto del orden jurídico internacional en dos aspectos esenciales: En primer lugar, el orden jurídico internacional es un orden basado fundamentalmente sobre la idea de cooperación, mientras que el orden jurídico comunitario es un orden destinado a desarrollar un proceso de integración. En segundo lugar, el Derecho internacional es esencialmente un derecho convencional, mientras que el derecho comunitario, si bien tiene su origen en los tratados fundacionales, es desarrollado por las instituciones comunitarias, que crean el derecho comunitario derivado. En cuanto a la diferencia entre derecho comunitario y derecho interno de los Estados miembros la autonomía de que goza el comunitario, es consecuencia de la transferencia de competencias consentidas por aquellos a las instituciones de la Comunidad. No obstante, afirma este jurista, que la autonomía del Derecho comunitario en relación al Derecho nacional no es absoluta, puesto que los Estados miembros han aceptado que el Derecho comunitario formara parte integrante de su orden jurídico y así lo reconoció el Tribunal de Justicia de la Comunidad al afirmar que, el Tratado de la Comunidad Económica Europea ha instituido un orden jurídico propio integrado al sistema jurídico de los Estados miembros, que se impone, a sus jurisdicciones, a sus nacionales y a los mismos Estados. El fenómeno que caracteriza a los procesos de integración de transferir responsabilidades nacionales a órganos comunitarios, ya sean supranacionales o intergubernamentales, establece una diferencia con los tratados internacionales ordinarios, y es que la integración genera un ordenamiento 81 MOLINA DEL POZO, Carlos Francisco. Manual de Derecho de la Comunidad Europea. Ed. Trivium, Madrid, 1990, p. 1-6 116 jurídico propio, que ingresa en el sistema jurídico de los Estados miembros a partir de la entrada en vigor y se impone a sus jurisdicciones como derecho aplicable tanto a sus nacionales como a ellos mismos. Además la creación de las normas particulares del derecho comunitario tiene su razón de ser en los tratados constitutivos de las comunidades europeas y en los procedimientos de elaboración normativa previstos en los mismos y reflejan la expansión y diversificación, pues desde el plano de la sectorialización operada en este último. Finalmente el autor expresa que este derecho es una rama específica del Derecho Internacional Público, posición que asumo y comparto. En este sentido hemos de llamar la atención a la existencia de la Carta de la Organización de Naciones Unidas y a las normas calificadas como ius cogens, mismas que han de respetarse por encima, diría yo del mismo Derecho comunitario, en el caso de contradicción, aunque no es lógico que esto ocurra. Lo expuesto anteriormente tiene plena cabida, desde mi óptica al ámbito del derecho comunitario centroamericano, dada la similitud con el sistema de integración que se ha venido desarrollando en el Continente europeo, no obstante que estemos claros de las diferencias que opera en todos los procesos dada su naturaleza. 117 3.2.4. Disposiciones Constitucionales, en relación con las norma del Derecho de Integración y del reconocimiento y jerarquía de los Tratados de Integración Acorde con lo planteado por diversos juristas que han abordado el tema de las Constituciones frente a los tratados de integración, considero que los ordenamientos constitucionales de los Estados Centroamericanos no regulan de manera particular lo concerniente al valor y aplicación de los tratados de integración, por lo tanto el principio de primacía y aplicación directa, entre otros, que son propios del derecho comunitario, no se conciben en dicho ordenamiento, pues las disposiciones constitucionales regulan la materia de los tratados de manera general, equiparando a estas normas convencionales dentro del marco del derecho internacional general y no comunitario o de integración regional. Frente a esta situación, uno de los problemas que se puede presentar es al momento de darse una contradicción entre la norma suprema de los Estados (Constituciones) y lo establecido en los tratados de integración. Cabe mencionar además que según lo plantean estudios de la materia, entre otros Miranda y García Palacios82, en menor o mayor grado, las Constituciones de la Región, reconocen o al menos mencionan de diversa manera la importancia que para sus pueblos tiene la integración centroamericana, sin embargo en este acápite se hará alusión, única y 82 MIRANDA, op. cit y GARCÍA PALACIOS, Omar. Regulación Constitucional de los Estados miembros y proceso de formación de los actos normativos del Sistema de Integración Centroamericana. En MIRANDA, Otilio y otros. “Situación y perspectiva del proceso de integración centroamericana como marco para el desarrollo de la región: Una aproximación interuniversitaria”. UCA, San Salvador, 2011, p. 137. 118 exclusivamente a las disposiciones constitucionales que regulan el tratamiento jurídico a los tratados, incluyendo la jerarquía al momento de conflicto entre una y otra norma, ya sea en general o específicamente a los de integración, según sea el caso. 3.2.4.1. La Constitución Política de Nicaragua y los tratados de integración El tema de los tratados y de otras normas regionales o internacionales en nuestro sistema constitucional, es bastante escueto y general, tal como hemos apuntalado en líneas anteriores. En cuanto a los tratados internacionales, sin distinción alguna ha de pasar por la aprobación de la Asamblea Nacional, todo acuerdo internacional que haya sido suscrito o del que se haya adherido el Presidente de la República, para su aprobación o rechazo, siendo facultad del Presidente de la República, de acuerdo a los artículos 138, numeral 12 y 150, numeral 8 de la Constitución y que hemos desarrollado con anterioridad. Este procedimiento aplicable es sin distinción alguna, para los instrumentos internacionales y para el caso de los tratados de integración. Por otro lado, en cuanto a la jerarquía de estos instrumentos, según lo dispone el artículo 182, están por debajo de la Constitución. Este Artículo preceptúa que: “La Constitución Política es la carta fundamental de la República; las demás leyes, tratados, decretos, reglamentos, órdenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus disposiciones”. También abordados este aspecto en el apartado correspondiente. 119 Esta disposición es taxativa y no requiere de interpretación, claro está en caso de que exista contradicción entre ambas normas (Constitución y Tratado), sin embargo esto no excluye al Estado de Nicaragua, ni a ningún otro a obviar las obligaciones que nacen de los tratados internacionales alegando su derecho interno, como ya hemos apuntado y en el caso de los tratados de integración, o pertenecientes al Derecho comunitario, la responsabilidad de los Estados o el incumplimiento de las normas comunitarias, incluso pueden poner en riesgo la misma integración regional. 3.2.4.2. Compromisos de Nicaragua como Estado parte de los Tratados pertenecientes al Derecho de Comunitario de Centroamérica Nicaragua, al igual que los demás países de la Región pertenecen al Sistema de Integración Centroamericana (SICA), Sistema que está regulado jurídicamente por una serie de instrumentos regionales, que pudiendo tener sus antecedentes en los años 50, se abordarán en este estudio a partir de la suscripción del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericano (ODECA), sin obviar, por supuesto el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y de otras Instituciones Políticas, suscrito unos años antes del Protocolo de Tegucigalpa. Por otro lado es menester expresar que además del Protocolo de Tegucigalpa se cuentan con otros tratados los que podemos citar:, el Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia (1992), el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano (1987) y sus cuatro Protocolos reformatorios, el Tratado de la Integración Social Centroamericana (1995). En 1997 se suscribió por los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Honduras y 120 Nicaragua una Declaración manifestando la intención política de constituir la Unión Centroamericana, conocida como la Declaración de Managua, la cual plasma una gran tendencia, según la posición de algunos autores de corte federalista, presente en multiplicidad de normas en las que se observa la intención de llegar a constituir un Estado Federal entre los países centroamericanos, proyecto que cuenta con el antecedente histórico de la fallida federación centroamericana, pero no es de aplicabilidad, en la realidad que vivimos, por tanto la defensa de sus soberanías, se mantiene hasta donde sea necesario. 3.2.5. Valor jurídico de los tratados y protocolos constitutivos del SICA Debemos de reconocer que en realidad el proceso de integración centroamericana, tiene sus antecedentes en el mismo decenio que las Comunidades Europeas del Carbón y del Acero, de la Energía Atómica y de la Comunidad Económica Europea (CECA, EURATON y CEE) de los años 50, pues a finales de este periodo se aprueba la primera Carta de la Organización de Estados Centroamericano (ODECA), aunque como se observa en la Unión Europea de manera continua se fue perfeccionando (por así decirlo), como una Comunidad. En Centroamérica y por diversas razones el proceso tuvo sus frutos durante los años sesenta y parte de los setenta pero fue hasta en los acuerdos de Paz, conocido como Esquipulas I y II y sobre todo con la suscripción del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA), que se retoma el Proyecto integracionista, razón por la cual, me parece que la formación del Derecho comunitario de Centroamérica se ha 121 nutrido en la mayoría de los casos del Derecho comunitario europeo. En este ámbito hemos visto desarrollarse un nuevo Derecho, el llamado Comunitario, que como hemos dicho anteriormente tiene sus propias características, principios y efectos. De acuerdo a lo expresado por Giammattei Avilés: 83 “En el camino de la integración, son los Estados que la desean, quienes deciden ejercer conjuntamente algunas de sus facultades soberanas, por medio de entes supranacionales creados al efecto, con un orden jurídico autónomo y novedoso, y un Tribunal de Justicia propio para garantizar el respeto de esa nueva normativa”. Estas comunidades de Estados conllevan necesariamente a establecer mecanismos institucionales más complejos, en vista de que los Estados, al ceder soberanía a órganos e instituciones comunitarias, para alcanzar fines o propósitos comunes a la integración, requieren de algún modo garantizar su participación en las decisiones propias de la Comunidad. De acuerdo a Salazar Grande y Ulate Chacòn84: “Dentro de estas comunidades se presentan órganos propiamente comunitarios y órganos conformados mediante una estructura intergubernamental (representantes de cada Estado miembro), pero que pese a ella, al reunirse en cuerpo colegiado y tomar decisiones lo hacen en nombre de esa Comunidad de Estados. Es decir coexisten órganos conformados por representantes gubernamentales, pero con 83 GIAMMATEI AVILÉS, Jorge Antonio. “Proceso y futuro de la integración de Centroamérica”, en Revista de Derecho No. 8, San Salvador. 2004, p. 77. 84 SALAZAR GRANDE, César y ULATE CHACON, Enrique, op. cit, p. 113 122 competencias comunitarias, con los órganos a los cuales los tratados les asignan características de supranacionalidad”. Se trata sin lugar a dudas de un proceso de integración, basado en la libre voluntad de los Estados, estos se expresan mediante acuerdos que determinan el esquema en que ha de encuadrarse la integración y, además, esos acuerdos constituyen la formulación jurídica del proyecto interestatal, que se ha de desarrollar en el tiempo, en función de un modelo valorado por los países para regir sus relaciones. Ese acuerdo marco jurídico, que se compone de los tratados fundacionales o derecho originario hasta el derecho derivado y complementario determina la generación de un nuevo ordenamiento jurídico, derivado del acuerdo, que se irá desarrollando con el transcurso de los acontecimientos, conforme al plan contenido en aquel, y por acción de los órganos supranacionales o intergubernamentales, creados con el objeto de manifestar la voluntad de las partes. Hemos de analizar en este acápite el valor jurídico de los actos emanados de la Reunión de Presidentes del SICA. De acuerdo a lo preceptuado en el artículo 13 del Protocolo de Tegucigalpa, la Reunión de Presidentes es el órgano supremo del Sistema de Integración Centroamericana, por tanto es de esperarse que en la esfera de adopción de decisiones por parte de este órgano opere un sistema de consenso o unanimidad por parte de todos los partícipes, con el fin de cumplir con los objetivos integracionistas fijados por el mismo 123 tratado constitutivo. Sin embargo, según Salazar Grande y Ulate Chacón85 la doctrina y otros medios han criticado muy fuertemente muchas decisiones presidenciales, donde los Presidentes no actúan como miembros de un órgano oficial del SICA, sino como Jefes de Estado, representando intereses meramente nacionales, lo que ha permitido que se produzcan deformaciones y desnaturalizaciones en el proceso integracionista, según lo plantea Giammattei Avilés86. Por ello coincidimos con Salazar Grande y Ulate Chacón que, en la medida en la cual los Presidentes y demás representantes de los Estados tomen conciencia de la naturaleza jurídica del Derecho comunitario y de la Comunidad centroamericana como proceso de integración regional, y respeten los principios integracionistas, se podrá avanzar más rápidamente y con mayor seguridad jurídica en la Integración Centroamericana. Pese a la intención con la que los presidentes de cada Estado adoptan los actos normativos que emanan como resultado de las funciones asignadas por el artículo 15 del Protocolo de Tegucigalpa y ejercidas por la Reunión de Presidentes, podemos concluir que dichos actos se clasifican y definen (conforme lo estipulado en el Reglamento de Actos Normativos del Sistema de Integración Centroamericana, mencionado anteriormente) de la siguiente forma: Declaraciones; Acuerdos; Decisiones y Resoluciones. 85 86 SALAZAR GRANDE, César y ULATE CHACÓN, Enrique, op. cit., p. 165 GIAMMATTEI AVILÉS, op. cit, p. 28 124 3.2.6. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua y de la Corte Centroamericana de Justicia Nicaragua, no cabe duda es proclive a la integración centroamericana e incluso latinoamericana, así lo dispone la Constitución Política, sin embargo no hace referencia alguna al tratamiento jurídico que han de tener las normas comunitarias, ni siquiera de los tratados, puesto que la supremacía constitucional está bien determinada. 3.2.6.1. Posición jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia Ahora bien, en el ámbito jurisprudencia, la Corte Suprema de Justicia o la Sala Constitucional ha discutido el tema de los tratados internacionales, mayoritariamente en materia de derechos humanos, su producción jurisprudencial es sobre la base del artículo 46 y segundo párrafo del artículo 71, que se refieren a determinados instrumentos de derechos humanos, Por otro lado, ha de mencionarse que han sido varias las sentencias emitidas por la Corte Suprema de Justicia, en las que se reconoce el principio de supremacía constitucional, en aplicación al artículo 182 de la Constitución, como lo dejamos plasmado anteriormente. En el tema de las normas comunitarias, de su jerarquía, de la trasmisión de soberanía a favor de órganos o instituciones supranacionales, no ha sido abordado tan ampliamente por la Corte Suprema de Justicia. Esto no significa que no se tengan conflictos entre normas, ni mucho menos, sin embargo se han resuelto por otras vías o bien haciendo uso de la Corte Centroamericana de Justicia, que en varias ocasiones se ha pronunciado diciendo que: “el 125 Estado de Nicaragua se ha sometido al control jurisdiccional de éste Órgano comunitario, que ha declarado la inaplicabilidad de normas internas contrarias al Derecho comunitario centroamericano, que tienen supremacía sobre el derecho interno incluyendo la misma Constitución del Estado miembro”, y cuyo incumplimiento hacen incurrir a dicho Estado en responsabilidad, ejemplo de ello es la presentación por parte del Presidente de la República en la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley para derogar la Ley del 35%, que es totalmente inaplicable a la luz del derecho comunitario.87 Desde nuestro punto de vista es un aspecto, sin precedente que la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua dictó una sentencia, en marzo del año dos mil cinco en la cual declara inconstitucional parcialmente el inciso f) del artículo 22 del Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, argumentando que el actuar de este Tribunal entró en contradicción con el artículo 164, numeral 12 de la Constitución Política, pues es atribución de la Corte Suprema de Justicia conocer y resolver los conflictos de competencia y constitucionalidad entre poderes del Estado. Hemos de decir, que este artículo dispone que la Corte Centroamericana de Justicia tiene, entre otras, la atribución de: inciso f: “conocer y resolver a solicitud del agraviado de conflictos que puedan surgir entre los poderes u Órganos fundamentalmente de los Estados, y cuando de hecho no se respeten los fallos judiciales”. 87 Según lo plantea ULATE CHACON, Enrique, op. cit p.5. 126 Si bien es cierto que esta Sentencia no aborda el tema en cuestión, es decir la primacía de la norma constitucional o la proveniente de los tratados consideré oportuna traerla a colación con el único fin de que se visualice la importancia de determinar, desde la norma constitucional el valor jurídico de las fuentes (nos referimos a los tratados reguladores y constitutivos), al menos las originarias, Del derecho comunitario. 3.2.6.2. Posición jurisprudencial de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) En cuanto al actuar de la Corte Centroamericana de Justicia, ha mantenido en sus diferentes sentencias la primacía y aplicación directa de las normas comunitarias de Centroamérica. El artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) establece que: “forma parte del Sistema de Integración Centroamericana, entre otros órganos la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) que garantizara el respeto del derecho en la interpretación y ejecución del Protocolo antes citado y los instrumentos complementarios o actos que se deriven del mismo. En cuanto a la organización y regulación de La Corte hay que señalar que en Diciembre de 1992, en la XIII Cumbre de Presidentes de Centroamérica fue suscrito el Convenio de Estatuto de La Corte Centroamericana de Justicia con el propósito de darle cumplimiento al artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa”. La Corte Centroamericana de Justicia es el órgano judicial principal y permanente del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), su 127 jurisdicción y competencias regionales son propias y de carácter obligatorio para los Estados miembros. La Corte está integrada por dos Magistrados Titulares por cada uno de los Estados que suscribieron el convenio de Estatuto de la misma y para quienes se encuentre vigente, teniendo cada Magistrado titular su correspondiente suplente. Por la amplia competencia otorgada a la Corte en el Convenio de Estatuto es posible establecer dos criterios de clasificación: a) La competencia material (de integración, internacional, administrativa y constitucional); b) la competencia funcional jurisdiccional (contenciosa, de interpretación, consultiva y arbitral) y c) otras competencias específicas. El artículo 22 del Convenio de Estatuto de la Corte,88 establece efectivamente un elenco de acciones relacionadas con tales materias. Pero las mismas no agotan la posibilidad de que pueda conocer de otras posibles materias, conforme lo determine el ordenamiento jurídico comunitario. Conforme a dichos criterios, la Corte tiene facultad para determinar su competencia en cada caso concreto, interpretando los tratados o convenciones pertinentes al asunto en disputa y aplicando los principios de Derecho de Integración y del Derecho Internacional. Hasta ahora, la materia de derechos humanos resulta excluida de la competencia de la Corte, por disposición expresa del artículo 25 del Estatuto, 88 El Convenio de Estatuto de la CCJ, fue suscrito en la Ciudad de Panamá, el 10 de Diciembre de 1992 y fue debidamente aprobado mediante Decreto Legislativo No. 647 del 3 de Noviembre de 1993, ratificado por el Estado de Nicaragua, mediante Decreto Ejecutivo No. 54-93, publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 233 del 9 de Diciembre de 1993 y como todos los tratados de integración no admite reserva alguna, de igual manera depositó su instrumento de ratificación inicialmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador y posteriormente en la Secretaria General del SICA Nicaragua es Estado Sede de este Tribunal Regional. . 128 que remite a la competencia exclusiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Según lo expone la misma Corte, su jurisdicción y competencia regional son de carácter obligatorio para los Estados. Su Normativa Jurídica interna, forma parte del derecho comunitario Centroamericano. Pese a que el Convenio de Estatuto de La Corte, no ha sido aún ratificado por todos los países miembros del SICA, no significa que sus actos no sean de carácter obligatorio y vinculante para los mismos Estados, quienes en su totalidad sí son signatarios del Protocolo de Tegucigalpa, instrumento que designo a La Corte, como el órgano jurisdiccional competente para conocer de los conflictos que surgen entre los Estados. Es importante insistir en el hecho de que la Corte vela por la recta aplicación y adecuada interpretación del Derecho comunitario de Centroamérica, originario y derivado, es la guardiana (como dirían los miembros de la hoy Unión Europea) de las normas comunitarias que regulan el proceso de integración, su jurisprudencia debe de reflejar no solo la interpretación dogmática, sino además las interpreta y aplica a la luz de los objetivos y principios del derecho comunitario, por ello en la mayoría de las resoluciones de este Órgano supranacional, tanto en sus sentencias como en sus opiniones consultivas dejan claro los principios, características (claro está el de primacía y aplicación directa), objetivos y fines que persiguen los miembros de este proceso integrador. En relación con lo anterior en Resolución de las 10 horas del 13 de diciembre de 1996, la Corte ha plasmado como principios del derecho comunitario, su 129 carácter vinculante y de aplicación directa, afirmando su primacía frente al derecho interno de los Estados. Por medio de las Resoluciones del 24 de mayo de 1996, la Corte al referirse al Protocolo de Tegucigalpa de 1991 expresa que es el tratado constitutivo marco de la integración centroamericana y por tanto el de mayor jerarquía y base fundamental de cualquier otra normativa centroamericana sean éstos, Tratados, Convenios, Protocolos, Acuerdos u otros actos jurídicos vinculatorios, anteriores o posteriores a la entrada en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa, prevalencia sobre cualquier otro Convenio, Acuerdo o Protocolo suscritos bilateral o multilateralmente en materias relacionadas con la integración centroamericana. En el mismo sentido se pronuncia en su Opinión Consultiva a solicitud de la Secretaría General del SICA, sobre el Reglamento para actos normativos que se adoptó posteriormente en diciembre del 2005. En el caso Nicaragua contra Honduras, la Corte dicta la Resolución de las 11 horas del 27 de agosto del año 2001, disponiendo que las normas comunitarias tienen mayor jerarquía que las normas de Derecho interno, y por tanto prevalecen, en su aplicación, sobre cualquier Tratado internacional de normas convencionales, y por ende sobre cualquier Tratado que los Estados miembros suscriban, por decisión unilateral, con terceros Estados, en detrimento de los intereses de la Comunidad. En Opinión Consultiva expresada a solicitud de la Secretaría de la Integración Económica (SIECA), sobre la obligatoriedad de aplicar el derecho 130 comunitario en el derecho interno, y la prohibición de los Estados de emitir leyes contrarias al mismo, la Corte en Resolución de las 11:30 de la mañana del 5 de agosto de 1997, determina que los Poderes Legislativos (refiriéndose a los Estados miembros del SICA), no pueden emitir leyes para desconocer el carácter obligatorio de los actos jurídicos válidos realizados por los Órganos y Organismos de la Integración Centroamericana, que han ejercido las facultades conferidas por Convenios y Tratados vigentes. Desde nuestro punto de vista, gran relevancia tiene la Resolución de las 11 horas del 27 de noviembre del 2001, por medio de la cual La Corte hace suyos como principios fundamentales del derecho comunitario y que además determina el contenido de los mismos, siendo estos: Autonomía: en cuanto tiene su propio ordenamiento normativo. Aplicabilidad inmediata: En cuanto se convierte automáticamente en forma clara, precisa e incondicional, en normas de derecho interno de los Estados Miembros, sin necesidad de que éstos realicen acto alguno para incorporar las normas comunitarias a su derecho, sin que se confundan con éste último y que las autoridades nacionales tienen que aplicarlo obligatoriamente. Efecto o aplicabilidad directa: en cuanto las normas comunitarias pueden crear por sí mismas derechos y obligaciones para los particulares, o imponer a los Estados Miembros su concreción y desarrollo para quesean plenamente eficaces. Continúa disponiendo la Corte que las resoluciones y actos derivados de los órganos comunitarios, entran en vigencia treinta días después de aprobadas por el Órgano Regional competente, plazo dentro del cual los poderes ejecutivos de los Estados miembros deben emitir el respectivo acuerdo de aprobación. Primacía o prevalencia: ya que las normas comunitarias ocupan 131 un lugar prioritario con respecto a las normas nacionales, dado que su aplicación es preferente o prioritaria respecto al Derecho interno de los Estados Miembros, primacía de carácter absoluto incluso respecto de las normas constitucionales, ya que no tendría sentido que sus efectos pudieran ser anulados o eludidos por los Estados. Responsabilidad: Los Estados están obligados a reparar los daños causados como consecuencia de la violación de las normas comunitarias.89 Esta posición jurisprudencial y en las opiniones consultivas evacuadas ha sido en la misma línea en los años que lleva la Corte en el ejercicio de sus atribuciones como guardiana del derecho comunitario de Centroamérica, reconociendo entre otras, la supremacía y aplicación directa de estas normas. Por otro lado y como lo observamos en la Opinión Consultiva del 5 de Agosto de 1997, formulada ante la Corte Centroamericana de Justicia por el Secretario General de la SIECA, la Corte se ha pronunciado en los términos que siguen: En cuanto a las Resoluciones aprobadas por el COMIECO no se requiere la ratificación legislativa, porque ellas son producto de la aplicación del Convenio ya ratificado por los Poderes Legislativos, han pasado a formar parte del Derecho Comunitario Centroamericano, y sería un contrasentido exigir que las resoluciones fuesen ratificadas, puesto que a los Órganos y Organismos de la Integración se les han conferido facultades para que las ejerzan y toda normativa jurídica contenida en los Convenios debe ser aplicada por ellos. Esta es la razón por la cual lo único que se necesita es la 89 ULATE CHACON, Enrique, op. cit. 173 132 aprobación mediante un acuerdo del Poder Ejecutivo, que debe ser emitido dentro del plazo establecido en el instrumento correspondiente. Los Estados deberán de cumplir sus obligaciones internacionales de buena fe, de conformidad con el principio universalmente reconocido “pacta sunt servanda” los tratados, convenios y acuerdos mediante las resoluciones que emitan, los Estados deben respetarlas y cumplirlas; no tienen la potestad de evadir su cumplimiento con modificaciones hechas en forma unilateral o irregular. Las relaciones entre las disposiciones contenidas en los Convenios Centroamericanos de Integración, en el Derecho Comunitario Centroamericano y en el Derecho Interno de cada Estado, son jerárquicas, prevaleciendo las de los dos primeros sobre las de este último, en caso de conflicto entre ellos. Los Convenios de Integración son de la naturaleza ya indicada, su ámbito de aplicación es el territorio de los Estados que los han suscrito y ratificado, con aplicación uniforme, directa e inmediata. El Derecho comunitario deriva de la aplicación de los Convenios de Integración y está constituido además por los instrumentos complementarios y actos derivados y, de manera particular, en nuestro sistema de integración, por la doctrina y la jurisprudencia emanada de la Corte Centroamericana de Justicia. Entre el Derecho de Integración, el Derecho Comunitario y las leyes nacionales debe existir armonía, ya que el Derecho es un todo que debe ser analizado principalmente en forma sintética y teleológica, como un solo cuerpo normativo. 133 Las leyes nacionales no pueden tergiversar, modificar ni sustituir las disposiciones de los tratados vigentes, Reglamentos y Resoluciones adoptadas conforme Derecho por los Órganos regionales competentes, por las siguientes razones: las leyes nacionales no pueden de manera unilateral dejar sin efecto disposiciones de los tratados regionales, salvo los casos exceptuados especialmente. Los Estados miembros en el ejercicio de su soberanía ya han decidido ejercerla conjuntamente en propósitos de bien común de una comunidad y le han delegado determinadas funciones a los Órganos y Organismos de la integración y en esos tratados está expresado el libre consentimiento de dichos Estados como esencial para la validez de los mismos; por este motivo se afirma que los Tratados y Convenios internacionales son la principal fuente del Derecho Internacional, del Derecho de Integración y del Derecho Comunitario. Las sentencias, disposiciones interpretativas, opiniones consultivas de la Corte y, en general, todos aquellos actos mediante los cuales exprese sus decisiones sobre asuntos de la integración económica, constituyen precedentes y fuentes de Derecho que pueden invocarse en las cuestiones jurídicas de carácter regional. Deben asumirse en la interpretación y ejecución de las normas del Derecho de Integración aun cuando solo tres Estados, de los que suscribieron su Estatuto, formen por ahora parte de dicho Órgano. La recepción del Derecho de la Integración Económica en el ordenamiento jurídico nacional ha dado lugar, en la mayoría de los Estados miembros, a que las autoridades judiciales nacionales conozcan casos relacionados con la 134 aplicación de dicho ordenamiento. Esta jurisprudencia es sumamente valiosa para el proceso Integracionista en el campo económico, sobre todo por ser evidencia clara de su vigencia en los países y de su aplicación como un todo armónico en la vida de la Comunidad Centroamericana. Puede invocarse desde luego como un precedente o fuente adicional, cuando de interpretar las normas sobre la materia se trate. 90 Por ejemplo, ha dicho la misma Corte que las Resoluciones del Consejo de Ministros de Integración Económica son actos administrativos de obligatorio cumplimiento para los Estados Parte, entran en vigor en la fecha en que se adopten, salvo que en las mismas se establezca otra fecha y su validez no está condicionada a la publicación, la que, en todo caso, deberá efectuarse, según los Instrumentos citados, lo cual constituye una obligación para los Estados. Como podemos observar, una vez hecho este breve y general recorrido del proceso de integración, del Derecho comunitarios, conformado, entre otros por los tratados (normas originarias) de integración, el tratamiento que nuestro ordenamiento constitucional le ofrece a estos tratados de integración, enmarcado en los principios de primacía y aplicación directa de estos y sobre todo la relación entre dichos tratados y el ordenamiento jurídico, podemos decir que el Estado de Nicaragua, al igual que los otros Estados que conforman el proceso de integración de Centroamérica, tienen que valorar el hecho de incorporar en la Constitución Política, como norma suprema, lo pertinente a la aplicación directa e incluso primacía de estos tratados, al menos frente a las normas de rango inferior a la Constitución, respetando en primera 90 SIECA. Repertorio de Interpretación del Derecho de Integración Económica Centroamericana. Jurisprudencia de las Cortes de Centroamérica. Ed. SIECA Guatemala, 2005, p. 187. 135 fase la supremacía constitucional e ir paulatinamente avanzando al estado que sobre supremacía del Derecho comunitario ha alcanzado la Unión Europea. La cuestión estriba en que el orden constitucional de los Estados y de manera particular Nicaragua, no regula ni prevé la posibilidad siquiera de darle un tratamiento especial a los tratados que regulan el proceso de integración, centroamericana, amén de ser Estado parte de los principales tratados en esta materia, mismos que no admiten reserva, ni posibilidad de denunciarlo, al menos desde el punto de vista formal. 136 CONCLUSIONES Al finalizar de hacer este esfuerzo investigativo me ha quedado la sensación de haber dejado muchos temas sin tratarlos suficientemente, más sin embargo han quedado enunciados de alguna forma. Esto nos lleva al reto de continuar trabajando en ello y que este trabajo sea solamente el inicio. No obstante de lo expuesto en páginas anteriores hemos de dejar sentado algunos aspectos que aunque básicos, son necesarios mencionar. 1. Como hemos de observar en todos los estudios del tema –relación Derecho interno y Derecho internacional, coincidente en el hecho de que son las doctrinas que sobre la materia surgieron en el siglo XIX, nos referimos a las clásicas doctrinas monistas y dualistas, siguen siendo un referente para abordar y explicar esa relación entre los dos cuerpos normativos. 2. En la mayoría de los Estados, la relación entre el Derecho internacional y su Derecho interno, podríamos decir que es una ficción, dado que no es todo el ordenamiento jurídico de uno u otro los que se relación, sino más que son las normas constitucionales con los tratados o instrumentos internacionales, con algunas excepciones, como por ejemplo cuando la Constitución de determinado Estado se pronuncia sobre los principios generales del Derecho internacional. 3. La Constitución Política de la República de Nicaragua, determina la atribución de dirigir las relaciones internacionales, al Poder Ejecutivo, ejercido por el Presidente de la República, a quien le corresponde negociar, 137 celebrar y firmar tratados internacionales. A la Asamblea Nacional le corresponde la aprobación o rechazo del instrumento. 4. Es oportuno mencionar que uno de los aspectos característicos de la teoría dualista es que, para que una norma internacional forme parte del ordenamiento jurídico de los Estados se necesita de un acto de recepción. Al respecto nuestra Constitución dispone en su artículo 138 numeral 12, referido a las atribuciones de la Asamblea Nacional: aprobar o rechazar los instrumentos internacionales celebrados con países u organismos sujetos de Derecho Internacional. 5. La Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua regula el procedimiento para la aprobación o rechazo de los Tratados Internacionales por la Asamblea Nacional, indicando la publicación del Decreto de aprobación, no obstante, tal como se manifestó, consideramos que debió establecer la obligación de publicar el instrumento aprobado, sus reservas, declaraciones de interpretación, con el fin de cumplir con el principio de publicidad, dándole a conocer a la población el contenido de lo negociado y aceptado. 6. El Presidente de la República, podrá suscribir los tratados internacionales y posteriormente los ratificará previa aprobación del Poder Legislativo. Es de observar que la manifestación del consentimiento en obligarse por un tratado, es por medio de la firma, aprobación, ratificación y adhesión, en dependencia de lo que se exprese en el mismo tratado o instrumento internacional y que en el caso del inciso 8 del anteriormente 138 citado artículo 150, no otorga, al menos de manera específica, ni la atribución de ratificar o de adherirse, aunque en aplicación de la costumbre internacional así lo hace de hecho el Presidente de la República, en su calidad de Jefe de Estado y/o Jefe de Gobierno y la máxima autoridad reconocida internacionalmente, con capacidad para comprometerse en obligarse por un tratado. 7. Revisamos de igual manera lo dispuesto en el citado artículo 182 de la Constitución, determinando que esta es la carta fundamental de la República; las demás leyes están subordinadas a ella. No tendrán valor alguno las leyes, tratados, ordenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus disposiciones”. Esta disposición es acorde con los elementos o características de la teoría dualista, supeditando el Derecho Internacional al Derecho interno, requiriendo un acto de recepción. 8. No existe disposición alguna de carácter constitucional relativa a la jerarquía de las normas internacionales en el ordenamiento jurídico interno. Sin embargos la Corte Suprema han resuelto la prevalencia del orden constitucional interno por sobre la normativa internacional, una interpretación contraria permitiría la reforma de la Constitución por un medio distinto al establecido en su articulado generando de esta manera, a la luz de la normativa constitucional, una situación inaceptable, basta observar el artículo 182 constitucional. Sin embargo no está claro el hecho de que instrumentos internacionales son jerárquicamente superiores o inferior a la ley y en caso de conflicto cual prevalece. 139 9. Desde nuestro punto de vista los tratados internacionales tienen el mismo rango jerárquico que las leyes, sin tener relevancia el hecho de que sea aprobado, tanto la suscripción como la adhesión a un tratado, por medio de decreto legislativo y que la manifestación de consentimiento en obligarse por este instrumento, acto que realiza el Jefe de Estado y de Gobierno, se haga mediante decreto ejecutivo. El tratado internacional tiene su propia vida, desde el punto de vista jurídico y solo cabe determinar su jerarquía, en caso de conflicto entre la norma interna y la internacional. Por supuesto que una vez sea el Estado, Parte de dicho instrumento. 10. Si bien la regla general es la supremacía de la Constitución, el legislador al momento de aprobarle le quiso dar un valor diferente a lo regulado en los instrumentos internacionales enunciados en el artículo 46 y 71, segundo párrafo. Habrá que tomar en cuenta que estos instrumentos no son todos los que hoy conforman el corpus iures del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y que atendiendo a lo preceptuado en dichas disposiciones, según nuestra apreciación, no determina una jerarquía superior de estos tratados frente a otros de esta misma naturaleza, ni a ningún otro. La plena vigencia reconocida a los instrumentos determinados en estos artículos no significa dotarlos de nivel constitucional. Las leyes constitucionales están bien definidas en el Artículo 184 de la Constitución Política. 11. Independientemente de lo dispuesto en los artículos 46 y 71 de la Constitución, por estar estos instrumentos internacionales debidamente ratificados por Nicaragua, es decir, al ser Estado Parte se compromete en 140 obligarse por este, en observancia de norma pacta sunt servanda y al principio de buena fe que debe primar en las relaciones entre los Estados. 12. En el ámbito del proceso de integración de Centroamérica las disposiciones constitucionales, en la mayoría de los casos disponen que la supremacía de normas recaen en la Constitución, determinando que los Tratados, de cualquier naturaleza, incluyendo los de integración se encuentran por debajo, jerárquicamente hablando de la Constitución. 13. Cabe mencionar que el principio de primacía del Derecho comunitario surge inicialmente por una producción jurisprudencial, pues el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas tenían el objetivo de garantizar la autonomía y unidad del Derecho comunitario ante los Derechos de los Estados miembros. Esta primacía finalmente se ha visto institucionalizada a nivel normativo al ser incluido en el Artículo I.6 del Tratado de la Comunidad Europea de los años 50`s. Como consecuencia ha requerido reformas constitucionales de los Estados miembros de la Comunidad Europea, en el sentido de determinar la primacía del Derecho Comunitario, frente al derecho interno de los Estados, lo que no ha sucedido, lastimosamente en nuestra realidad centroamericana, con la excepción de las Opiniones y Decisiones emanadas de la Corte Centroamericana de Justicia. 14. En lo concerniente al principio de primacía y aplicación directa existe una discusión doctrinaria e incluso jurisprudencia, entre los teóricos 141 constitucionalistas, la jurisprudencia nacional de los Estados, especialmente la de Costa Rica y la Corte Centroamericana de Justicia, sin obviar la Sentencia emitida por la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, ante la Sentencia emitida por la Corte Centroamericana de Justicia, del 2005, referida al conflicto de poderes entre el Poder Legislativo y Ejecutivo. Esta situación solo es un ejemplo que justifica la importancia de determinar con claridad la regulación constitucional sobre la materia de tratados de integración, en dos aspectos fundamentales; en primer lugar un tratamiento especial, tomando en cuenta las características de los procesos integracionistas; y, en segundo lugar la ubicación jerárquica de los mismos, sobre cuando se presentan conflictos entre normas internas y el tratado en cuestión. 15. La doctrina europea, que es el referente para todos los procesos de integración que hasta hoy existen, ha considerado que el Derecho comunitario presupone una serie de principios fundamentales dentro de los que se destaca el principio de primacía que supone que las normas de derecho comunitario originario y derivado, se presuponen frente a las normas de derecho interno, a fin de garantizar una aplicación uniforme, incluso en el ámbito administrativo y judicial nacional. De no exponerse de manera clara esta supremacía sobre el derecho nacional, se consentiría a cada Estado miembro la posibilidad de sustraerse caso por caso a las normas del derecho aplicable en el proceso de integración. 16. Considero que el abordaje de estos preceptos, principios o características, especialmente la primacía y aplicación directa de los tratados 142 de integración, ha de hacerse en el seno de la máxima autoridad ejecutiva del Sistema de Integración Centroamericana, con el fin de dar seguridad jurídica al mismo Derecho de integración, asegurar el respeto al Estado de Derecho y diferenciar las normas de integración con el derecho internacional general, lo que no significa que ha de estar divorciado o contravenir los compromisos asumidos en el ámbito internacional. 17. De igual manera es importante establecer reglas claras para determinar, desde el punto de vista constitucional el rango jerárquico de estas normas, especialmente en caso de conflicto entre ella y el derecho interno de los Estado y `los límites a la primacía, siendo necesario determinar cuáles son y cómo ha de resolverse. En este sentido los nuevos problemas de articulación entre ordenamientos jurídicos de diferente naturaleza no pueden ser resueltos sobre la base de los métodos tradicionales de recepción del Derecho Internacional en el orden interno. 18. En general, las leyes nacionales no pueden tergiversar, modificar, ni sustituir las disposiciones de los tratados vigentes, reglamentos y resoluciones adoptados conforme a derecho por los órganos regionales competentes, estableciéndose la imposibilidad de las leyes nacionales para dejar sin efecto de manera unilateral, disposiciones de los tratados regionales sobre los casos exceptuados especialmente, puesto que los Estados miembros en el ejercicio de su soberanía, han decidido ejercerlo conjuntamente en propósitos de bien común de la comunidad y le han delegado determinadas funciones a los órganos y organismos de la integración y en esos tratados está plasmado el 143 libre consentimiento de dichos Estados como elemento esencial para la validez de los mismos. De no ser así, jurídica y políticamente, la superioridad jerárquica del Derecho Comunitario carecería de fundamento sólido. El mejor ejemplo es el artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa, siendo este el fundamento de la validez y jerarquía del Derecho comunitario con respecto a instrumentos adoptados por los Estados miembros en cuanto a la materia de integración centroamericana, y se aprecia claramente la naturaleza y el alcance de las competencias atribuidas a los órganos regionales, lo que deja claro la jerarquía de estos actos realizados en virtud de estas competencias. Estas disposiciones establecen la supremacía del acto comunitario respecto al Derecho Interno, pero, a nuestro pesar no es acorde con las disposiciones constitucionales de los Estados miembros del Sistema. 19. La jerarquía reconocida al Derecho Comunitario no se basa únicamente en el carácter internacional de los instrumentos, sino, además, en la naturaleza comunitaria del ordenamiento jurídico normativo que se establece. Por lo tanto en caso de conflicto entre una norma de este ordenamiento jurídico y una norma interna de los Estados miembros, prevalece aquella sobre ésta. Tampoco importa la circunstancia de que la norma interna incompatible sea anterior o posterior. 20. En cuanto a la jerarquía del Derecho Comunitario, en relación con las Constituciones de los Estados miembros, la Corte Centroamericana de Justicia en su jurisprudencia, ha manifestado la superioridad jerárquica del primero 144 con respecto a las normas constitucionales, considerando que las modificaciones de la Carta Magna, posteriores a la vigencia de convenios de integración, no tienen ningún efecto, debido a que el Derecho Interno no puede prevalecer sobre el Derecho de integración. 21. En definitiva el Estado de Nicaragua, al igual que los demás Estados de la Comunidad Internacional asume una serie de compromisos, teniendo la obligación de respetar y hacer cumplir con las normas internacionales de derechos fundamentales contenidas en los tratados en los que sean parte y que sean incorporadas al derecho interno. Por otro lado se ha de tomar en consideración las características de los tratados de integración, que presuponen obligaciones inequívocas a los Estados miembros y en el caso de Centroamérica, Nicaragua es parte de este proceso. 22. Por último deseamos mencionar, aunque no por ello menos importante, la necesidad de que los legisladores aborden este tema con mayor detalle y que sea objeto de discusión, por el interés que acarrea, tanto al Poder Legislativo como al Ejecutivo. Seguimos manteniendo la posición de la necesidad de que además de la discusión en estos dos Poderes del Estado, se apruebe una ley que regule lo pertinente al proceso de negociación, suscripción e incorporación al Derecho interno de los tratados o instrumentos internacionales, teniendo como punto de partida que se debe de propugnar por el cumplimiento de las normas del Derecho internacional legítimamente consentidas por el Estado de Nicaragua. 145 Al respecto es menester expresar que estamos conscientes del cumplimiento de las normas internacionales, sin embargo y por el bien de la seguridad jurídica, considero necesario discutir si es necesaria una reforma constitucional al respecto. A nosotros nos parece que no, pero sí una ley especial sobre esta materia. 146 BIBLIOGRAFIA Libros ACEVEDO E. Domingo. “Relación entre Derecho Internacional y Derecho Interno”. En Revista del Instituto de Derechos Humanos. V. 16, San José, Costa Rica, 1992, págs. 133-161. ACEVEDO PERALTA, Ricardo. 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Recuperada el 21 de Noviembre del 2013 de http://www.aloj.us.es/eulalia/derecho%20internacional/materiales%20d pto/resolucion2625.htm Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras instancias políticas, suscrito el 15 de Octubre de 1987 en la Ciudad de Guatemala. Tratado de la Unión Europea, Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, Tratado de Derechos Fundamentales, Versión consolidada, publicada en El Diario Oficial de la Unión Europea C 326, del 26 de octubre del 2012. 55o. año. Edición en español. Luxemburgo: Oficina de Publicación de la Unión Europea, 403 págs. Consultas en línea Revisión de sentencias en página web de la Corte Internacional de Justicia, visto en www.icj-cij.org Revisión de leyes, decretos e instrumentos internacionales en página web de la Asamblea Nacional. www.asamblea.gob.ni Revisión de Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua en: www.poderjudicial.gob.ni. 161 ANEXO 162 LISTA DE ANEXOS ANEXO I EJEMPLOS DE PLENOS PODERES OTORGADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICADE NICARAGUA ANEXO II EJEMPLOS DE DECRETO DE APROBACIÓN DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL, EN VIGOR LA CONSTITUCION DE 1987 ANEXO III EJEMPLOS DE DECRETO DE RATIFICACION DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL ANEXO IV EJEMPOS DE DECRETO MEDIANTE EL CUAL EL ESTADO DE NICARAGUA SE ADHIERE A UN INSTRUMENTO INTERNACIONAL ANEXO V MODELO DE INSTRUMENTO PLENOS PODERES FACILITADO EN EL MANUAL DE TRATADOS DE LA OFICINA DE ASUNTOS JURIDICOS DE LAS NACIONES UNIDAS (P. 42) ANEXO VI EJEMPLO DE ACTA DE CANJE DE NOTAS ANEXP VII ACTA DE DEPÓSITO (PROCÉS-VERBAL) 163 ANEXO VIII OPINIÒN CONSULTIVA DE 1953 DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SOBRE LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURÌDICO NICARAGUENSE. ANEXO IX PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS COMERCIALES INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES. ACUERDO MINISTERIAL NO. 055-2007 ANEXO VX EJEMPLO DE PUBLICACION EN LA GACETA, DIARIO OFICIAL DE UN INSTRUMENTO INTERNACIONAL: PACTO DE DERECHOS ECONOMICOS SOCIALES Y CULTURALES; PACTO DE AMISTAD ENTRE LOS GOBIERNOS DE LA REPÙBLICA DE COSTA RICA Y NICARAGUA Y LA CARTA DE LA ORGANIZACIÒN DE ESTADOS CENTROAMÈRICANOS (ODECA) 164 ANEXO I EJEMPLO DE PLENOS PODERES OTORGADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICADE NICARAGUA Ejemplo 1 (FIRMA DE LA “CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD”) ACUERDO PRESIDENCIAL No. 180-2007, Aprobado el 28 de Marzo del 2007 Publicado en La Gaceta No. 83 del 04 de Mayo del 2007 EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política ACUERDA Artículo 1.- Otorgar Plenos Poderes al Señor Mario H. Castellón Duarte, Embajador, Representante Permanente Alterno de Nicaragua ante la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, para que en dicha calidad y en nombre del Gobierno de la República de Nicaragua firme la “Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, el treinta de marzo del año dos mil siete ante la Sección de Tratados, Oficina de Asuntos Legales de la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas con sede en Nueva York, Estados Unidos de América. Artículo 2.- La Trascripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente al Señor Mario H. Castellón Duarte, para proceder de conformidad. Artículo 3.- El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha. Publíquese en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la ciudad de Managua, Casa de Gobierno, a los veintiocho días del mes de marzo del año dos mil siete. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República de Nicaragua. Ejemplo 2 (OTORGAMIENTO DE PLENOS PODERES) 165 ACUERDO PRESIDENCIAL No. 140-2004, Aprobado el 19 de Abril del 2004 Publicado en La Gaceta No 79 del 23 de Abril del 2004 EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política ACUERDA Artículo 1.- Otorgar Plenos Poderes al Licenciado Sergio Mario Blandón Lanzas, Viceministro de Relaciones Exteriores, para que en dicha calidad y en nombre del Gobierno de la República de Nicaragua, suscriba el Memorando de Entendimiento entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de la República de China para la Supresión de Visas en Pasaportes Diplomáticos, Oficiales o de Servicio. Artículo 2.- La transcripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente al Licenciado Sergio Mario Blandón Lanzas, para proceder de conformidad. Artículo 3.- El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha. Publíquese en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la ciudad de Managua, Casa Presidencial, el diecinueve de abril del año dos mil cuatro. ENRIQUE BOLAÑOS GEYER, Presidente de la República de Nicaragua. Ejemplo 3 (SE NOMBRAN REPRESENTANTES PARA QUE EN NOMBRE Y REPRESENTACIÓN DE NICARAGUA FIRMEN ACUERDO DE ASOCIACIÓN CENTROAMERICANA-UNIÓN EUROPEA, EN LA CIUDAD DE TEGUCIGALPA, REPÚBLICA DE HONDURAS) ACUERDO PRESIDENCIAL No. 125-2012, Aprobado el 27 de Junio de 2012 Publicado en La Gaceta No. 122 del 29 de Junio de 2012 El Presidente de la República de Nicaragua Comandante Daniel Ortega Saavedra En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política ACUERDA Artículo 1. Otorgar Plenos Poderes a la Compañera Msc. Gilda María Bolt González, en calidad de 166 Embajadora en Misión Especial, para que en nombre y representación del Gobierno de la República de Nicaragua, firme el Acuerdo de Asociación Centroamérica – Unión Europea, el veintinueve de junio del presente año, en la ciudad de Tegucigalpa, República de Honduras. Artículo 2. La transcripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente a la Compañera Msc. Gilda María Bolt González, para acreditar la representación de Nicaragua en la firma del Acuerdo relacionado en el artículo anterior, cuyos términos han sido previamente acordados. Artículo 3. El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha, sin perjuicio de su posterior publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la Ciudad de Managua, Casa de Gobierno, República de Nicaragua, a los veintisiete días del mes de Junio del año dos mil doce. Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la República de Nicaragua. Paul Oquist Kelley, Secretario Privado para Políticas Nacionales. 167 ANEXO II EJEMPLO DE DECRETO DE APROBACIÓN DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL, EN VIGOR LA CONSTITUCION DE 1987 Ejemplo 1 APROBACION AL PROTOCOLO DEL TRATADO CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO Y OTRAS INSTANCIAS POLÍTICAS DECRETO A. N. No. 184. Aprobado el 27 de Marzo de 1990. Publicado en La Gaceta No. 68 del 5 de Abril de 1990. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Hace saber al pueblo nicaragüense que: LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA En uso de sus facultades, HA DICTADO El siguiente: DECRETO: Artículo 1.- Apruébese el Protocolo del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras Instancias Políticas, suscrito por el Presidente de la República de Nicaragua el 9 de Diciembre de 1989, y por los Presidentes de las Repúblicas de Guatemala, Costa Rica, Honduras, y El Salvador, los días 15 y 29 de Septiembre, 6 de Noviembre y 9 de Diciembre de 1989, respectivamente. Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación por cualquier medio de comunicación social, sin perjuicio de su posterior publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial. Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional, a los veintisiete dí ;as del mes de Marzo de mil novecientos noventa, “Año de la Paz y la Reconstrucción”. CARLOS NÚÑEZ TÉLLEZ, Presidente de la Asamblea Nacional. RAFAEL SOLÍS CERDA, Secretario de la Asamblea Nacional. Por tanto publíquese y ejecútese. Managua, veintiocho de Marzo de mil novecientos noventa, “Año de la Paz y la Reconstrucción”. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República. Ejemplo 2 APROBACION DE LA CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS ANEXOS 168 DECRETO A.N. No. 2374, Aprobada el 16 de Octubre de 1999 Publicada en La Gaceta No.204 del 26 de Octubre de 1999 EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA Hace saber al pueblo nicaragüense que: LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA CONSIDERANDO I Que la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se inició en Nueva York, Estados Unidos en Diciembre de 1973 y finalizó el 10 de Diciembre de 1982, habiéndose abierto a la firma la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. II Que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar entró en vigor el 16 de Noviembre de 1994 y que el Acuerdo relativo a la aplicación de la Parte XI de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar del 10 de Diciembre de 1982 con fecha 17 de Agosto de 1994 garantiza la participación Universal de la Convención. III Que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, con el debido respeto de la soberanía de todos los Estados, establece un orden para los mares y océanos que facilite la comunicación internacional y promueva los usos con fines pacíficos de los mares y océanos, la utilización equitativa y eficiente de sus recursos, el estudio, la protección y preservación del medio marino y la conservación de sus recursos vivos. En uso de sus facultades; HA DICTADO El siguiente: DECRETO 169 DE APROBACION DE LA CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS ANEXOS Artículo 1.- Apruébese la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus Anexos del 10 de Diciembre de 1982, suscrito por Nicaragua el 9 de Diciembre de 1984. Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la ciudad de Managua, en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional, a los seis días del mes de Octubre de mil novecientos noventa y nueve. IVAN ESCOBAR FORNOS. Presidente de la Asamblea Nacional. VICTOR MANUEL TALAVERA HUETE. Secretario de la Asamblea Nacional . Publíquese y Ejecútese. Managua, catorce de octubre de mil novecientos noventa y nueve.- ARNOLDO ALEMAN LACAYO, Presidente de la República de Nicaragua. Ejemplo 3 DECRETO DE APROBACIÓN DEL PROTOCOLO MODIFICATORIO DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Y EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DECRETO LEGISLATIVO No. 5876 Aprobado el 4 de Noviembre del 2009 Publicado en La Gaceta No. 225 del 26 de Noviembre del 2009 LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA CONSIDERANDO I Que por Acuerdo Presidencial Nº. 120-2009 de fecha quince de mayo del año dos mil nueve, publicado en La Gaceta, Diario Oficial Nº. 97 del veintisiete de mayo del presente año, el Presidente de la República, otorgó plenos poderes al Ministro de Fomento, Industria y Comercio para suscribir en nombre y representación del Gobierno de la República de Nicaragua, el Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos. II Que el Ministro de Fomento, Industria y Comercio, suscribió en nombre del Gobierno de la República de Nicaragua, el Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio entre el Gobierno de la República de 170 Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, el día martes 14 de julio del año dos mil nueve, en la ciudad de Managua, República de Nicaragua. POR TANTO En uso de sus Facultades; HA DICTADO El siguiente DECRETO DE APROBACIÓN DEL “PROTOCOLO MODIFICATORIO DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Y EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Artículo 1 Apruébese el Protocolo Modificatorio del Tratado de Libre Comercio entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, hecho el 30 de junio de 2009 y suscrito por el Gobierno de la República de Nicaragua en fecha 14 de julio del 2009 en la ciudad de Managua, República de Nicaragua. Art.2 Esta aprobación le conferirá efectos legales, dentro y fuera de Nicaragua, una vez que haya entrado en vigencia internacionalmente, mediante su depósito, conforme se establece en el instrumento internacional. El texto “Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio Entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos”, forma parte integrante de este Decreto. Art. 3 El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Por Tanto publíquese. Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional. Managua, a los cuatro días del mes de noviembre del año dos mil nueve. Ing. René Núñez Téllez, Presidente de la Asamblea Nacional. Dr. Wilfredo Navarro Moreira, Secretario de la Asamblea Nacional. 171 ANEXO III EJEMPLO DE DECRETO DE RATIFICACION DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL RATIFICACIÓN DE CONVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS ANEXOS) DECRETO No. 14-2000, Aprobado el 7 de Febrero del 2000 Publicado en La Gaceta No. 30 del 11 de Febrero del 2000 El Presidente de la República de Nicaragua CONSIDERANDO I Que Nicaragua suscribió el 9 de Diciembre de 1984, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus Anexos. II Que la Asamblea Nacional aprobó la mencionada Convención por Decreto Número 2374, publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 204 del 26 de Octubre de mil novecientos noventa y nueve. En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política, HA DICTADO El siguiente: DECRETO Artículo 1.- Ratificar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus Anexos, suscrita por Nicaragua, el 9 de Diciembre de 1984. Artículo 2.- Expedir el Instrumento de Ratificación para su depósito en el Organismo correspondiente. Artículo 3.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la ciudad de Managua, Casa Presidencial, el siete de Febrero del año dos mil.- ARNOLDO ALEMAN LACAYO, Presidente de la República de Nicaragua 172 ANEXO IV EJEMPLO DE DECRETO MEDIANTE EL CUAL EL ESTADO DE NICARAGUA SE ADHIERE A UN INSTRUMENTO INTERNACIONAL Ejemplo 1 DE APROBACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE COMPLEMENTA LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL DECRETO A. N. No. 4967, Aprobado el 12 de Diciembre del 2006 Publicado en La Gaceta No. 13 del 18 de Enero del 2007 EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Hace saber al pueblo nicaragüense que: LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA En uso de sus facultades; HA DICTADO El siguiente: DECRETO DE APROBACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE COMPLEMENTA LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL Artículo 1.- Aprobar la Adhesión al Protocolo Contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa la Convención de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizadas Transnacional, adoptado mediante Resolución número A/RES/255 del 31 de mayo 173 del año 2001 en la 55ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y abierto a firma en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York hasta el 12 de diciembre del año 2002. Artículo 2.- El presente Decreto es de orden público y entrará en vigencia a partir de la fecha de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional, a los doce días del mes de diciembre del año dos mil seis. ING. EDUARDO GÓMEZ LÓPEZ, Presidente Asamblea Nacional. DRA. MARÍA AUXILIADORA ALEMÁN ZEAS, Secretaria de la Asamblea Nacional. Por tanto: Publíquese y Ejecútese. Managua, veintiuno de diciembre del año dos mil seis. ENRIQUE BOLAÑOS GEYER, Presidente de la República de Nicaragua. Ejemplo 2 DE RATIFICACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE COMPLEMENTA A LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL DECRETO No. 34-2007, Aprobado el 02 de Mayo del 2007 Publicado en La Gaceta No. 90 del 15 de Mayo del 2007 EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA, CONSIDERANDO I Que el 31 de mayo del año 2001, fue adoptado en la 55 ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas la Resolución AG/RES/55/255 y abierto a firma en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York hasta el día 12 de diciembre del 2002, el Protocolo Contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. II 174 Que el Poder Ejecutivo se adhirió al Protocolo mediante Decreto No. 65-2004, del 24 de junio del 2004, publicado en La Gacela, Diario Oficial No. 134 del 9 de julio del 2004. III Que la Asamblea Nacional aprobó la Adhesión al Protocolo, mediante el Decreto A.N. 4967 del 12 de diciembre del 2006, promulgado el 21 de diciembre del 2006 y publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 13 el 18 de enero del 2007. En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política, HA DICTADO El siguiente: DECRETO DE RATIFICACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE COMPLEMENTA A LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL Artículo 1.- Ratificar la “Adhesión al Protocolo contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa a la Convención de Las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional”, adoptado mediante Resolución número AG/RES/55/255 del 31 de mayo del año 2001 en la 55 ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Dado en la ciudad de Managua, Casa de Gobierno, a los dos días del mes de mayo del año dos mil siete. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República de Nicaragua 175 ANEXO V MODELO DE INSTRUMENTO PLENOS PODERES FACILITADO EN EL MANUAL DE TRATADOS DE LA OFICINA DE ASUNTOS JURIDICOS DE LAS NACIONES UNIDAS (P. 42) (Para la firma por el Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno o el Ministro de Relaciones Exteriores) PLENOS PODERES Yo, [nombre y título del Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno o el Ministro de Relaciones Exteriores], AUTORIZO POR EL PRESENTE INSTRUMENTO A [nombre y título] a [firmar, ratificar, denunciar, efectuar la siguiente declaración respecto de, etcétera] el [título y fecha del tratado, convención, acuerdo, etcétera] en nombre del Gobierno de [nombre de un Estado]. HECHO EN [lugar], el [fecha]. FIRMA 176 ANEXO VI EJEMPLO DE ACTA DE CANJE DE NOTAS 177 178 179 180 ANEXP VII ACTA DE DEPÓSITO (PROCÉS-VERBAL) 181 ANEXO VIII OPINIÒN CONSULTIVA DE 1953, DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SOBRE TRATADOS INTERNACIONALES Y EL ORDENAMIENTO NACIONAL 182 183 ANEXO IX PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS COMERCIALES INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES. ACUERDO MINISTERIAL NO. 055-2007, Aprobado el 1 de Noviembre del 2007. Publicado en La Gaceta No. 223 del 20 de Noviembre del 2007. EL MINISTRO DE FOMENTO, INDUSTRIA Y COMERCIO CONSIDERANDO I Que el artículo 22 de la Ley 290, “Ley de Organización ,Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo”, establece que el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio debe promover el acceso a los mercados externos y una mejor inserción en la economía internacional, a través de la negociación, implementación y administración de acuerdos comerciales internacionales. II Que el progreso socioeconómico de la nación requiere que la sociedad nicaragüense participe efectivamente en la construcción de una sólida visión del desarrollo nacional, mediante la creación formal de espacios amplios y democráticos de coordinación entre el sector público, sector privado y organizaciones sociales. III Que las solicitudes y demandas de participación han sobrepasado la capacidad de acción del Foro de Consulta creado y reglamentado mediante Acuerdo Ministerial No. 055-2001 de fecha cuatro de octubre del año dos mil uno, por lo que se requiere ampliar la participación ciudadana en los procesos de negociación y aplicación de acuerdos comerciales internacionales, reformando los mecanismos previamente establecidos a fin de que los mismos permitan una mejor interacción entre las instituciones de gobierno encargadas de la negociación, sector privado y organizaciones sociales. IV Que el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, tiene el firme propósito de establecer procedimientos y mecanismos que permitan una participación directa de las distintas organizaciones sociales, especialmente las interesadas en aquellos procesos de negociación y aplicación de los acuerdos comerciales internacionales. 184 V Que el proceso de participación ciudadana es un derecho fundamental reconocido en la Constitución Política de la República y corresponde al Estado de Nicaragua la creación y operación de mecanismos institucionales que permitan la interacción con los ciudadanos organizados. POR TANTO En uso de las facultades que le confiere la Ley 290, “Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo”, su Reglamento y Reformas; ACUERDA: PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS COMERCIALES INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES. Artículo 1. Se establece el presente procedimiento de consulta y participación de las distintas organizaciones de la sociedad civil y los grupos de interés, especialmente los relacionados con los acuerdos comerciales internacionales, incluidos aquellos vinculados al proceso de integración centroamericana y la Organización Mundial de Comercio (OMC). Artículo 2. La participación ciudadana se realizará mediante dos mecanismos: 1- Consulta pública; y 2- Grupos nacionales de trabajo. Artículo 3. La consulta pública tiene como objetivo asegurar que la sociedad civil en general y las organizaciones relacionadas y grupos de interés, en particular, participen en los procesos de negociación y aplicación de acuerdos comerciales internacionales, para optimizar las oportunidades del comercio internacional en beneficio del desarrollo económico y social de Nicaragua. Artículo 4. La consulta pública se regirá por el siguiente procedimiento: a)- Apertura de Consulta: podrá participar toda persona natural o jurídica establecida en Nicaragua, interesada en presentar aportes de manera constructiva sobre asuntos relacionados al comercio internacional que sean relevantes al proceso de negociación y aplicación de acuerdos comerciales. Durante la fase inicial de consulta pública, también se recibirán aportes de otras entidades gubernamentales interesadas en un determinado proceso de negociación. 185 La Información sobre el inicio de un proceso de negociación de acuerdos comerciales, se divulgará a través de convocatorias en los medios de comunicación para conocimiento de los sectores empresariales, las PYMEs las organizaciones sociales en particular los grupos de interés; b)- Utilización de Formatos: para un mejor seguimiento, todo aporte deberá ser presentado a través del formato que para tal efecto el MIFIC, pondrá a disposición del público en su página web. Los formatos también estarán disponibles en las oficinas del Centro de Información y Consulta Comercial (CICC) del MIFIC. c)- Recepción de aportes: el MIFIC, para facilitar el proceso de recepción de aportes, pondrá a disposición espacio en su página web, dará a conocer el apartado postal, la dirección física, número de fax y dirección electrónica para la recepción de los mismos. d)- Plazo de recepción: la recepción de los aportes en la etapa inicial de las negociaciones deberán presentarse dentro de los 30 días calendarios, a partir de la publicación de la convocatoria en cualquier medio de comunicación; podrán presentarse propuestas adicionales a los largo de todo el proceso de negociación o aplicación del acuerdo comercial, utilizando el mismo formato. e)- Seguimiento y retroalimentación: los aportes serán consolidados por temas de negociación o aplicación, según el caso; y los mismos podrán ser objeto de retroalimentación conjunta entre el Coordinador del tema y la persona interesada. Artículo 5. Se válida para efectos de la negociación del Acuerdo de Negociación entre Centroamérica y la Unión Europea el formato publicado en el sitio www.mific.gob.ni y en EL Nuevo Diario de fecha 11 de octubre de 2007. Artículo 6. Designar como Punto de Contrato Permanente para la recepción de aportes, una vez concluido el plazo para la fase inicial establecido en la consulta pública, al jefe del CICC de la Dirección de Política Comercial de la Dirección General de Comercio Exterior del MIFIC. Artículo 7. Se crean los siguientes Grupos nacionales de trabajo, por temas de negociación y aplicación, conformados por funcionarios de la Dirección General de Comercio Exterior, otras Dirección del MIFIC e instituciones del Estado involucradas en el proceso: 1- Acceso a marcados 2- Reglas de origen, procedimientos aduaneros y facilitación del comercio 3- Obstáculos técnicos al comercio 186 4- Medidas sanitarias y fitosanitarias 5- Defensa comercial 6- Políticas de competencia 7- Propiedad intelectual 8- Servicios e inversiones 9- Compras de gobierno 10- Medio ambiente, laboral y desarrollo sostenible 11- Solución de controversias, temas institucionales y acuerdos regionales 12- Cooperación El MIFIC podrá modificar o crear nuevos grupos nacionales de trabajo en caso necesario. Artículo 8. Los Grupos nacionales de trabajo tendrán las siguientes funciones: a)- Revisar y analizar los aportes recibidos; b)- Formular propuestas y recomendaciones para efectos de la negociación y aplicación de acuerdos comerciales internacionales; c)- Establecer sus propias agendas de trabajo conforme los requerimientos del proceso de negociación definidos por el MIFIC; d)- Las demás funciones que apruebe el MIFIC. Artículo 9. El coordinador de cada Grupo será el ( la) negociador(a) del tema respectivo, quien convocará de acuerdo a la agenda, a los representantes de la sociedad civil, particularmente a los grupos de interés, sectores económicos y sociales vinculados al tema en cuestión, y será el responsable de preparar la agenda de las reuniones de conformidad con los requerimientos del proceso de negociación o aplicación de tratados en que se encuentren involucrados; informará sobre los avances que se tengan a la fecha y conducirá la reunión con vistas a conformar los intereses del país, alrededor del tema. 187 Artículo 10. La conducción y supervisión de estos grupos estará a cargo, en primera instancia, por los Directores Específicos de la Dirección General de Comercio Exteriores (DGCE), del Ministerio de Fomentos Industria y Comercio. Las propuestas y recomendaciones emitidas por los Grupos nacionales de trabajo serán adoptadas por consenso. En caso de no lograrse consenso con respecto a una propuesta o recomendación, los Directores Específicos de la DGCE estarán facultados para adoptarla, rechazarla o bien elevarla al Director General de Comercio Exterior para su consideración. Las propuestas y recomendaciones elaboradas por los Grupos nacionales de trabajo serán remitidas al Viceministro del MIFIC por medio del Director General de Comercio Exterior, quien las evaluará y posteriormente las presentará junto con sus observaciones, si existieran, al Ministro del MIFIC para su aprobación. Artículo 11. La documentación relativa a los procesos de negociación tendrá el carácter de información pública reservada, en virtud del artículo 15, numeral d) de la Ley 621, publicada en La Gaceta, Diario Oficial, No. 118 del 22 de Junio del 2007, una vez entre en vigencia la citada ley. Artículo 12. Se deroga el Acuerdo Ministerial No 055-2001 de fecha cuatro de octubre del año dos mil uno. Artículo 13. El presente Acuerdo Ministerial entrara en vigencia a partir de esta fecha, sin perjuicio de su posterior publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial. Dado en la Cuidad de Managua, el día uno del mes de noviembre del año dos mil siete. Orlando Solórzano Delgadillo, Ministro. 188 ANEXO X EJEMPLO DE PUBLICACION EN LA GACETA, DIARIO OFICIAL DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES: INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS CENTROAMERICANOS (ODECA) Y DEL PACTO DE AMISTAD ENTRE LOS GOBIERNOS DE LAS REPÚBLICAS DE COSTA RICA Y NICARAGUA 189