Artículo: Motos guerra especial Medio: Publimotos Redactor: Frank Rodríguez 26-12-13 Título Las motos en el arte de la guerra Desde su invención a finales del siglo XIX las motocicletas han generado pasión. No existe alguien que tenga una moto sin que de una u otra forma tenga una conexión especial con su máquina. Ya sea en la ciudad o en el campo, hombre y moto se vuelven uno solo. Esto también aplica en otras áreas en las cuales estos vehículos no solo representan diversión o movilidad sino un uso mucho más crucial. En la guerra, en donde la diferencia entre la vida y la muerte se encuentra en detalles muy pequeños, un soldado que se desplaza en una motocicleta depende del rendimiento de ella para preservar su vida y ayudar a la causa de su país. Si bien con el paso de los años el uso de automotores de dos ruedas ya no es tan común en el campo de batalla, antiguamente se utilizaban mucho. La Primera y la Segunda Guerra Mundial fueron dos ejemplos claros de esto. En el primer gran conflicto orbital -1914 a 1918- las motocicletas no tenían mucho tiempo rodando en el mundo y aún eran bastante ‘básicas’, sin embargo estuvieron presentes. Su uso era principalmente para mensajería. Las compañías que más construyeron modelos para esta guerra fueron las estadounidenses Indian y Harley Davidson y la inglesa Triumph. Además de esta última, es importante mencionar que por el lado británico también BSA, una empresa que construía rifles y proyectiles, brindó su ayuda con motocicletas para este conflicto. Ya en la Segunda Guerra Mundial las motos hicieron una aparición mucho más notoria. Había pasado poco más de medio siglo desde la creación de la primera motocicleta, de manera que la ingeniería había logrado grandes avances en estos vehículos. Su potencia, versatilidad y velocidad se habían incrementado mucho, además eran más grandes algo que las hacía más confiables. Por esta razón los ejércitos las veían como una muy buena opción para el combate. En este conflicto -a diferencia de lo que ocurría anteriormente-, debido a su envergadura, una motocicleta podía cargar con facilidad una pesada ametralladora lo cual las convertía en armas de cuidado. Mucho más ligeras que un pesado tanque eran óptimas para operaciones de reconocimiento y ataques sorpresa. Los nazis fueron quienes más aprovecharon las ventajas que estos vehículos brindaban. Modelos Una de las motos más famosas en la historia de las guerras es la BMW R75. Fabricada de 1941 a 1946, esta máquina llevó temor a los enemigos de los nazis a lo largo y ancho de los campos de batalla. Comandadas por el “Zorro del desierto” Erwin Rommel, las fuerzas alemanas usaron esta auténtica obra de arte de la ingeniería en el norte de África. Con 26 caballos de fuerza, 750 cc y pintada con color tierra para camuflarse en el desierto, esta máquina era verdaderamente imparable. Las Wehrmacht –fuerzas armadas alemanas- también la emplearon en la guerra con la Unión Soviética, sin embargo en el crudo invierno que azota cada fin de año a Europa Oriental la R75 tuvo algunos problemas para desplazarse en la nieve debido a su peso. No obstante a pesar de este problema no era raro ver muchas de ellas en los campamentos germanos. El Reich trató de solucionar este inconveniente y para ello desarrollo algunos modelos oruga, la Kettenkrad fue la que se usó más aunque vale la pena mencionar que si bien lucía como una motocicleta su comportamiento en el camino era similar al de un pequeño tractor. Su baja velocidad –solo alcanzaba los 70 kilómetros por hora- fue una de las razones por las cuales las Wehrmacht preferían usar la BMW R75. Además esta última venía acompañada por un side-car –la oruga no-, algo sumamente útil puesto que el conductor se concentraba en el camino y su acompañante disparaba. A pesar de que la R75 es la moto más famosa de la Segunda Guerra, no solo los alemanes fabricaron motocicletas para este conflicto; la famosa compañía estadounidense Indian también construyó bólidos de dos ruedas para el ejército, en este caso para los aliados. Los soviéticos por su parte -por orden expresa de Joseph Stalin-, en vista de que el ejército alemán avanzaba hacia su territorio decidieron responder a la R75 con una motocicleta construida exclusivamente para la guerra por la compañía IMZ-Ural: la M72. Lo curioso de dicha máquina es que estaba basada en un modelo que BMW desarrolló a finales de los años 30. La poderosa marca germana le obsequió esa tecnología a la Unión Soviética como parte del pacto de no agresión que ambas naciones habían firmado en 1939, pacto que solo duro un par de años y que posteriormente fue quebrantado. La benevolencia del Tercer Reich para con Stalin fue un grave error que al final de la guerra les costó mucho a los nazis. Enviada al campo de batalla en febrero de 1942, la M72 fue decisiva en el frente oriental de la segunda gran guerra. Un poco más grande que la BMW R75, esta moto podía trasladar no solo dos sino tres soldados, un detalle no pequeño ya que en caso de que el conductor o quien estaba encargado de la ametralladora recibiera un disparo, este tercer hombre era el encargado de reemplazarlo. Esto hacía de la M72 un arma difícil de contrarrestar. IMZ Ural construyó cientos de miles de estas motos. Vale la pena recordar que el ejército soviético estaba conformado principalmente por campesinos, hombres con muy poco entrenamiento militar. La idea de Stalin de enviarlos en motocicleta al campo de batalla los puso en una situación muy favorable, prácticamente de igual a igual con las Wehrmacht. Sin importar el avanzado entrenamiento militar que los nazis poseían, los rusos los superaban en número y sus ataques sorpresa a bordo de la M72 contra los campamentos alemanes fueron un arma letal. Además de su eficiencia y poderío estas motos serán recordadas por formar parte importante de la famosa batalla de Stalingrado- que duró más de 5 meses-, la primera gran victoria de los soviéticos en la guerra contra los nazis. Muchos consideran que este evento marcó el inicio del fin para la Alemania hitleriana. Guerreras de dos ruedas Las motos no son solo máquinas para desplazarse, literalmente se pueden convertir en armas y compañeras aún en las situaciones más extremas. Ya fuera en el crudo invierno ruso o el infernal calor del norte de África, las motocicletas en la historia de las guerras salvaron las vidas de muchos soldados y ayudaron a alcanzar objetivos militares. Fueron guerreras de dos ruedas que escribieron la historia avanzando metro a metro en el campo de batalla. Cuadro 1 Otro modelo de motocicleta famoso durante la Segunda Guerra Mundial fue la BMW R12. Producida de 1938 a 1941 fue muy popular en su momento, antes de que todos los esfuerzos de la marca se enfocaran en la producción de la R75. De estas máquinas se produjeron 38 mil ejemplares. Zündapp fue otra compañía encargada de proveer motos para la Alemania nazi, su modelo emblema fue la KS150, esta máquina fue empleada por las Wehrmacht en el frente oriental. Destacado 1 Las motos no son solo máquinas para desplazarse, literalmente se pueden convertir en armas y compañeras aún en las situaciones más extremas. Destacado 2 Con 26 caballos de fuerza y 750 cc, la BMW R75 era una obra maestra de la ingeniería de su época. Destacado 3 Las motocicletas de la Segunda Guerra Mundial no solo contaban con armas, tenían equipos de supervivencia y algunas estaban equipadas con radioteléfonos. Destacado 4 En el 2011 IMZ Ural produjo una motocicleta por el 70 aniversario de la M72, la compañía rusa la llamó la M70. Dos versiones se pusieron a disposición del público: una moto convencional y una con side-car.