11212 entrevista p4-8 7/3/05 12:09 Página 4 elkarrizketa Texto: Nerea Haig. Fotos: Mikel Arrazola. Stephen Gliessman, profesor de la Universidad de Santa Cruz (California) 11212 entrevista p4-8 n, 7/3/05 12:09 Página 5 “Sin la agroecología no se puede concebir un desarrollo sostenible” Con estudios de postgrado de Botánica, Biología y Ecología en la universidad californiana de Santa Bárbara, el profesor Stephen R. Gliessman acumula más de un cuarto de siglo de docencia, investigación y experimentación en el campo de la producción agroecológica. Considerado una autoridad mundial, define esta disciplina como aquella que “desvela el funcionamiento ecológico para conseguir desarrollar una agricultura sostenible que no olvide el acceso igualitario de todos a los medios de vida” ¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de agroecología? La agroecología es sobre todo una forma de pensar. Es un enfoque sobre los factores necesarios para manejar y diseñar sistemas de producción que presenten todos los elementos de sostenibilidad. Es la utilización de los conocimientos ecológicos combinados con la aplicación de los recursos para mantener un crecimiento y desarrollo que no comprometa el futuro. De una manera más técnica, podríamos decir que la agroecología es aquella disciplina que sienta las bases científicas de una agricultura ecológica, mediante la conjugación de las aportaciones de diferentes disciplinas para, a través del análisis de todo tipo de procesos de la actividad agraria en su sentido más amplio, comprender el funcionamiento de los ciclos minerales, las transformaciones de energía, los cambios biológicos, y las relaciones socioeconómicas, como un todo. Es decir, tiene una dimensión amplia e integra. La agroecología, como sistema de análisis que es, desvela el funcionamiento ecológico para conseguir desarrollar una agricultura sostenible sin olvidar la equidad, es decir, el acceso igualitario de todas las personas a los medios de vida. ¿Es lo mismo que el concepto de desarrollo sostenible? No es exactamente lo mismo, aunque son elementos que van juntos, que se pueden combinar. Ambos son procesos paralelos, pero los fines de cada uno son distintos. El concepto de desarrollo sostenible tiene un componente más social. Hace sobre todo referencia al bienestar, los modos de vida, la cultura etc... podríamos decir que es un concepto más amplio, que incluiría a la agricultura ecológica sustrai 5 11212 entrevista p4-8 7/3/05 12:09 Página 6 elk. Stephen Gliessman. Hay que promover un cambio en los valores y las actitudes humanas, potenciando el sentido de integración con la tierra. La agroecología no es una simple técnica, es una manera de pensar. como un elemento más, imprescindible para garantizar un futuro en el que se cumplan todas esas expectativas. ¿Cúales son las bases, entonces, de una agricultura sostenible? Con nuestros conocimientos actuales, podemos definir como agricultura sostenible aquella que tenga el mínimo efecto sobre el medio ambiente, preserve la fertilidad del suelo, use ugua en forma tal que permita la recarga de los acuiferos, haga uso de los recursos dentro del agrosistema, incluyendo a las comunidades cercanas, valore y conserve la diversidad biológica y, por último, garantize la equidad en el acceso a las prácticas agrícolas apropiadas y permita el control local de los recursos agrícolas. ¿Es una disciplina que está “de moda”? Ciertamente, todo lo relacionado con la ecología ha experimentado un importante despegue en los últimos años, pero hablar de “moda” me suena como algo despectivo que hace referencia a una costumbre pasajera. Yo creo que, afortunadamente, esto no es así, porque ya llevamos muchos años investigando para sentar las bases sólidas de esta disciplina. ¿Cuándo y dónde se comenzaron a sentar esos principios? Con algunas excepciones importantes, el análisis ecológico de los sistemas agrícolas es muy reciente. Tradicionalmente, las dos ciencias que lo componen, agronomía y ecología, han tenido una relación distanciada, aunque a finales de los años veinte hubo un intento de combinarlas, dando origen a lo que se llamó “ecología de cultivos”. Pero hasta los años sesenta y setenta no hubo un verdadero interés. Un hito importante de ámbito mundial se dio en el año 1974 cuando, en el marco del Primer Congreso Internacional de Ecología, un grupo de participantes presentó el informe titulado “Análisis de Agroecosistemas”. El interés fue en aumento, de tal manera que a inicios de la década de los ochenta la agroecología ya emergió como una disciplina distin6 sustrai.71 ta y única para el estudio de los agrosistemas. Las primeras experiencias prácticas se dieron en México, dónde un grupo de expertos se propuso estudiar, conservar y promocionar los sistemas productivos tradicionales, mucho más respetuosos con el entorno. la producción de alimentos. En pocas palabras, la agricultura moderna es insostenible debido a que está erosionando las condiciones que la hacen posible y a largo plazo no tendrá potencial para producir el sufiente alimento para satisfacer la demanda de la población. La agricultura “convencional” tal como ahora la conocemos, ¿se encuentra en vías de extinción? No exactamente, pero desde luego necesita ir evolucionando para garantizar su propia supervivencia. Se encuentra en un proceso de erosión de las bases fundamentales que la sostienen. Estos sistemas poductivos han abusado y degradado los recursos naturales y han creado una gran dependencia en el uso de otros no renovables como el petróleo. Además, han formado un sistema que elimina la responsabilidad de los agricultores y de los trabajadores del campo en Esta situación ha sido creada por los países desarrollados, pero el esfuerzo para corregirla se está pidiendo también a los de zonas en desarrollo. ¿Hasta que punto es justo esto? Bueno, las primeras experiencias se han realizado en paises en vías de desarrollo por una razón muy sencilla: ellos conservaban aún los modos de producción tradicionales y una mentalidad más pegada a la tierra, lo que facilitaba considerablemente la implantación de sistemas de ecoagricultura. En los países desarrollados, con sus prácticas de agricultura convencional 11212 entrevista p4-8 7/3/05 12:09 Página 7 elk. Stephen Gliessman. Los productos ecológicos dejarán de ser caros si se propicia el contacto directo entre el agricultor y el consumidor, sin intermediarios. Hay que recuperar los pequeños mercados locales. tos y no han sido afectados por la acción externa. ¿Cuáles son sus características básicas? Principalmente, se caracterizan por la combinación de especies de buena calidad, la diversidad estructural y temporal, la utilización de ciclos de fertilizantes eficaces, y por la presencia de un intrincado complejo de interacción biológica. Hay muchos sistemas de cultivo dedicados a la salud ecológica que incluyen las siguientes condiciones: alternativa biológica, bajos costos externos, biodinámica, regeneración, organicidad, etc.. fuertemente implantadas, es más difícil realizar estas experiencias. Pero desde luego todos tienen que asumir la responsabilidad y aplicar los principios de la ecoagricultura a sus características peculiares. Los países desarrollados tendrán que hacer un mayor esfuerzo, pero hay que reconocer que también quizá han tenido mayor responsabilidad en la situación creada. De hecho, en algunos paises eropeos ha existido ya desde hace tiempo un fuerte interés por la agricultura orgánica, para reducir la dependencia de los insumos artificiales. Existen ya experiencias muy interesantes y totalmente viables en Gran Bretaña, Alemánia y algunas zonas de Andalucía, por citar sólo algunas pocas. Pero hay muchos mas ejemplos de sistemas tradicionales procedentes de Asia, África y América Latina ecologicamente sanos, especialmente aquellos que han permanecido intac- Desde su conocimiento del entramado agrícola del País Vasco, ¿cree que serán de facil aplicación los principios de la ecoagricultura? Las explotaciones de tamaño pequeño y mediano son ideales para la puesta en práctica de los principios de la ecoagricultura, ya que muchas mantienen parte de los elementos tradicionales, y pueden obtener mejoras en la calidad y la cantidad de la producción sin grandes esfuerzos. Aplicando los mismos conceptos a producciones de caracter extensivo, como la existentes en parte del territorio Alaves, veremos resultados más lentos y paulatinos pero también muy positivos, como un proceso de transición agroecológica que con el tiempo diversificará los sistemas. La cuestión es aplicar las mismas formas de pensar y los mismos conceptos tanto a las explotaciones familiares como a las de mayor tamaño, según las necesidades de cada una. ¿Cómo se puede abordar el diseño de un sistema sostenible? Es necesario un cambio en el bioconocimiento, los valores y las actitudes humanas, como también en el sentido de la integración con la tierra. Debe, por ejemplo, acentuarse la prevención de plagas de manera natural (mediante animales benéficos, productos naturales, combinación de plantas...). Las especies se deben seleccionar siempre en base a su adecuación a las condiciones locales de suelo, clima y mercado. La infraestructura debe ser diseñada para fomentar sistemas descentralizados, con circuitos que permitan utilizar de forma eficiente, sin desperdicios, la energía, los nutrrientes y otros recursos. A simple vista se puede pensar que este esfuerzo va a traer a corto plazo una disminución en la capacidad competitiva de los agricultores, que deberán vender sus productos más caros. Es un error muy corriente pensar que los productos ecológicos tienen que ser más caros, pero de ningún modo tiene que ser así, especialmente si la venta se realiza directamente del productor al consumidor, evitando intermediarios. Puede parecer utópico, pero no lo es. Por ejemplo, en los alrededores de la ciudad de Vitoria-Gasteiz existe ya un cordón de pequeñas huertas —lo que llamamos agricultura periurbana— cuya producción debería llegar directamente al consumidor. Hay que apoyarlo y mantenerlo a través de iniciativas asociacionistas, de formación, etc... Una labor muy importante es la de formar a los nuevos agricultores y reciclar a los existentes. Efectivamente, es algo primordial que debe iniciarse en la educación primaria, enseñando a los niños de forma sustrai 7 11212 entrevista p4-8 7/3/05 12:09 Página 8 elk. Stephen Gliessman. La agricultura sostenible debe, además de respetar el medio ambiente y hacer un uso racional de los recursos, garantizar la equidad en el acceso de todas las personas a los medios de vida. práctica los principios de la ecologia, y seguir en la secundaria y la universidad con programas específicos, como ya se hace en algunos campus del mundo. Existen experiencias que se pueden extrapolar. En cuanto al reciclaje de los trabajadores en activo, lo principal es que tengan claro que este es el camino para mejorar su entorno, su propia calidad de vida y la de la comunidad en general. Una vez esto claro, ya será labor de las instituciones publicas (gobiernos, ayuntamientos...) o privadas (asociaciones) facilitar el camino para que obtengan la formación adecuada, mediante acuerdos con otras zonas donde ya se haga, por ejemplo. ¿De qué otra manera pueden los organismos públicos contribuir al desarrollo de la ecoagricultura? Desde luego, las ayudas económicas directas son una alternativa y son siempre bien recibidas. Yo no soy muy partidario, pero en el caso de concederlas, se debería hacer a posteriori, es decir, como una recompensa a un trabajo bien hecho, y no como si fueran un simple subsidio. Otro punto básico es la creación de mercados o puntos de encuentro directo entre los productores y los consumidores. Sin olvidar, por supuesto, que las instituciones también tienen un trabajo importante que hacer en la concienciación del consumidor a través de campañas divulgativas. El Departamento de Agricultura del Gobierno Vasco pretende que en el año 2020 el veinte por ciento de los productos que se consuman en Euskadi sean ecológicos, ¿cree que es viable? Si se educa a los consumidores, es perfectamente posible. En California, por ejemplo, hemos observado en los ultimos tiempos un incremento importante en el consumo de este tipo de productos, especialmente entre los de primera necesidad, como pan, leche o fruta. No hay que esperar milagros, pero, poco a poco, lo conseguiremos. 8 sustrai.71 “Agricultor a tiempo parcial” Stephen Gliessman nació en California hace cincuenta y ocho años y en la actualidad es profesor de Agroecología en el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Santa Cruz (California). Sus experiencias internacionales —tanto en agricultura de zonas tropicales como templadas, con sistemas de fincas grandes y pequeñas, con manejo tradicional y convencional, con actividades académicas y de campo, con visión de producción orgánica o con uso de agroquímicos síntéticos— le dotan de una mezcla única de conocimientos heterogéneos y perspectivas diversas. Muchas de ellas se han visto reflejadas en su amplia producción bibliográfica, de la que destacamos un título básico: “Agroecología. Procesos Ecológicos en Agricultura Sostenible”. Asimismo, el profesor Gliessman es, como a él mismo le gusta decir, “agricultor a tiempo pacial”, ya que, junto con su familia, produce uvas y aceitunas en una finca orgánica situada en Santa Bárbara (California).