¡ Saludos ! Les paso un prólogo que me pidieron de favor que hiciera. El trabajo se llama "Trascendencia del movimiento estudiantil-popular en México en 19671968", de nivel medio superior para la materia de Introducción al Estudio de las Ciencias Sociales, Colegio Indoamericano. Quise hacer ver que el pasado es presente y que en consecuencia debemos actuar, para que no se repitan los errores ya cometidos. También que sí tenemos injerencia en los asuntos que incumben a todos. Javier PRÓLOGO Javier Trujillo Sotomayor Alumno de la Licenciatura en Economía por la UAM-A Agradezco a Maritza González Chávez, el haberme brindado la oportunidad de apoyarlos en este trabajo, pues el haber colaborado aquí, me ha hecho reflexionar sobre nuestro papel como estudiantes al analizar a las ciencias sociales. Hablar del movimiento estudiantil y social de 1968 en México no es hablar de un suceso arcaico y ajeno a nuestra actualidad. Es analizar un presente a resolver. Porque, aunque hay un México antes y un México después del 68, hay cosas que parecen permanecer igual que entonces. La petición de una apertura democrática incitaba a que la imaginación llegase al poder, como la frase del mayo francés dice. Por ello la postura ultraortodoxa que tuvo ese gobierno. Estamos como pueblo en espera de dicha apertura, tangible, del poder. La demanda de libertad política no era para que unos pocos partidos más estuvieran en el poder, sino para abrir la puerta a los logros revolucionarios y cardenistas, antes alcanzados. Estos últimos se habían estado borrando poco a poco. Aquel que protestara era acusado de comunista, de disidente social, aunque la esencia de la teoría de estas posturas había legitimado al régimen del PRI. Es decir, las conquistas sociales del pueblo. La revolución mexicana terminó de morir en Tlatelolco. La culminaron asesinando el gobierno reaccionario de Díaz Ordaz, los paramilitares y la colaboración de la CIA. El gobierno mexicano pretendió callar la voz de reclamo ante los atropellos de las autoridades como la agresión a la preparatoria 1 en San Idelfonso, la ocupación de CU y del Casco de Santo Tomás por parte del ejército, algo vigente aunque ahora en contra de otros supuestos enemigos. Se reprimió con un genocidio a una generación que pidió un cambio .En parte para aparentar ante el mundo, en los juegos olímpicos, que México estaba bien. La realidad es que el país padeció el abuso, la explotación y el silencio, en una palabra la desigualdad, en nombre del crecimiento económico vía proceso de industrialización por sustitución de importaciones y desarrollo estabilizador. Dichos problemas son más que difícil de ocultar, ayer y hoy. ¿Cómo explicar económicamente este proceso histórico? En el sistema capitalista mundial, la tasa media general de ganancia, que es el índice de rentabilidad promedio que obtienen los capitalistas, mostró un punto de inflexión. De una onda larga expansiva producto del auge de la economía de posguerra, se pasó a una onda larga de lento crecimiento, la cual sentimos hoy con mayor intensidad que siempre. Es decir, los años dorados del capitalismo se habían acabado. Esto debido a que el crecimiento expansivo había llegado a su propio límite. Recordemos que el límite del capital, es el propio capital. En consecuencia, en el mundo, empieza a entrar en crisis el sistema económico keynesiano y se empieza a gestar el modelo neoliberal. El materialismo histórico nos da la explicación de que el inicio de la caída tendencial de la tasa de ganancia iba a provocar cambios estructurales en la sociedad y en la política. Aunque muchas veces rechazados dichos cambios, ambas clases socioeconómicas, algunos dueños de los medios de producción y los dueños de su fuerza de trabajo exclusivamente, concibieron la posibilidad de una transformación de sus condiciones de vida. Es decir, existieron necesidades específicas para cada actor social, en los distintos movimientos sociales que hubo en el mundo en el contexto de 1968. Es decir, sanguinariamente se pretendió continuar con un sistema en crisis por la naturaleza de sus propias incoherencias. Se apreció con claridad la contradicción del estado benefactor. Se apoyó a incrementar la demanda como solución a la crisis económica del 29, pero dicho gasto al continuar incrementándose, afectó en el sentido distributivo del ingreso a quienes pagan los salarios. Son los años del crecimiento del salario mínimo real y del salario medio manufacturero real. En México dicha tendencia se sostiene hasta el auge fugaz petrolero del gobierno de López Portillo. En el mundo empezará un poco después de 1968 la serie de políticas capitalistas para reducir el valor de la fuerza de trabajo. Aunque en esos momentos hubo una mayor participación del producto por parte de la clase trabajadora, con el poder político mal distribuido se han ido desvaneciendo los logros alcanzados. Se quiso en 1968 evitar eso y otras injusticas. Un caso es la pérdida de la certidumbre de una buena remuneración al jubilarse, debido a la especulación financiera de los fondos de retiro. En el punto cronológico de 1968, en México y en el mundo se expresa intensamente la lucha de clases, ambos grandes sistemas económicos y políticos en el mundo, socialismo y capitalismo, se están enfrentando en el terreno ideológico. Es decir la Guerra Fría llega a un momento culminante. Por ende el activismo de las partes que pelean por conseguir los fines de cada modo de producción. De la conciencia de clase, hubo una revolución de conciencias. Es el contexto de la llegada del feminismo, del movimiento hippie, de la liberación sexual y cultural. Sintetizando, es la época en que muchísimos jóvenes creyeron que otro mundo era posible. En México podemos apreciar con claridad como el gobierno se negaba a aceptar cualquier tipo de cambio social, ya que ello implicaba un cambio en las condiciones económicas de la gente. Ya habían existido previamente movimientos sindicales que demandaban condiciones justas de trabajo, como lo fueron las movilizaciones de los ferrocarrileros, médicos, maestros, etc. Le tocará al estudiantado el papel de iniciar con mayor intensidad, otra etapa histórica en la que una mayor parte de la sociedad deseé más voluntad en las decisiones que le conciernen. La inquietud y rebeldía siguen siendo actitudes hacia un sistema, un mundo que no se quiere. Muchas veces incomprendidas dichas actitudes por algunas autoridades, como muchas veces lo llega a ser el hogar, el entorno cotidiano. Y sin embargo, es a los ilusos y a los utopistas de todos los tiempos a quienes debe su progreso la humanidad, diría Ricardo Flores Magón. Es lamentable que los asesinos del 68 no hayan sido juzgados, ni siquiera tarde como en Argentina o Chile. Todo lo contrario, en vez de ser castigados por traidores a la patria por masacrar a sus hijos, los involucrados en el acoso al movimiento y la matanza obtuvieron más poder del que ya tenían, como un beneficio por conservar la opulencia oligárquica. El ejemplo más conocido es el de Luis Echeverría quien en ese momento era secretario de Gobernación y después sería presidente para continuar con el jueves de Corpus y la guerra sucia. Otro caso poco conocido, pero no por ello menos relevante, es el del general de división retirado Luis Montiel López, involucrado tanto en los fúnebres acontecimientos ya mencionados, así como recientemente con el narcotráfico. Todo esto debido a la impunidad de las autoridades en todos los siguientes gobiernos. Hay tres tipos de personas para visualizar el fenómeno del 68. Aquellos que no lo conocen, los que lo callan y los que lo hicieron y siguen haciéndolo. Los que ignoran siquiera qué ocurrió en 1968 son víctimas de la censura del conocimiento histórico. El que no aprende de su historia, está condenado a repetirla, se dice. Para esto auxilia el sesgo informativo de los medios masivos de comunicación. Ahí encontramos a quienes se beneficiaron de los saldos rojos ocurridos y han sido quienes han querido que se calle lo que más se pueda, el conjunto de sus atrocidades. Ahora hablaré de quienes participaron en el movimiento y también de sus subsecuentes. Aunque seguramente hubo infiltrados y tintes de la élite política en el movimiento estudiantil, como un intento de corromper la organización, no menospreciemos por ello el valor y la trascendencia del 68. Quedémonos con el mensaje de los actores del movimiento. Con el ideario político de Heberto Castillo; con el mensaje del muralista David Alfaro Siqueiros; con los textos de José Agustín, todos ellos presos políticos. Con el espíritu de aquellos que no conocemos sus nombres, pero sabemos que estuvieron ahí, los cuales muchos ofrendaron su vida para tener un parcial avance en los posteriores movimientos sociales y políticos. Sean estos, luchas sindicales, indígenas o de la oposición. Porque quisieron libertad y prosperidad en vez de la productividad y competitividad capitalistas, como supremos valores a alcanzar como país. Confío en que la interpretación de este trabajo no sea para la obtención de una nota simplemente, sino que sea un estudio objetivo y analítico para los siguientes propósitos por los que decidí escribir esto. Éstos son el entender el rol que podemos llegar a desempeñar los jóvenes en la sociedad a la cual muchos pretendemos transformar porque no nos parece la realidad que vivimos. Ver que el pasado no es un hecho consumado, sino la explicación del presente. También observar que los hechos que dieron lugar al movimiento estudiantil siguen existiendo: falta de democracia, opresión como respuesta ante el reclamo de nuestros derechos sociales y la cancelación de estos. Si no comprendemos el impacto de un fenómeno histórico de lucha estudiantil y social impondrán con facilidad, por no hacer nada, más injusticias. Tales son los casos de la legalización de las condiciones precarias en los puestos de trabajo dirigidos a la población joven, así como un continuo avance en la privatización de la educación pública. Vemos, entonces, que la lucha por reclamar lo que debiese ser nuestro no ha quedado solamente en la letra, sino es algo que sigue y seguirá ahí, hasta no lograr sus objetivos. ¡ AHORA NOS TOCA LUCHAR A NOSOTROS ! ¡Para que no haya nunca más otro 68 represivo y sí un 68 como estado permanente de rebeldía constructiva para conquistar y preservar la justicia e igualdad social como formas de un nuevo sistema y de vida! ¡2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA!