¿Conocen y aprovechan las mujeres emprendedoras las

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¿Conocen y aprovechan las mujeres emprendedoras las iniciativas de apoyo
que brindan las instituciones sociales en Costa Rica?
Mariela Quirós Villalobos1, Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología
Agosto, 2011
Resumen
A lo largo de los años, el emprendimiento femenino en Costa Rica ha ido creciendo
a paso lento pero constante, dado que constituye una excelente oportunidad para que las
mujeres logren su empoderamiento económico. Muchas de estas mujeres se encuentran
en estratos pobres, por lo que establecer su propia empresa les significa la forma de sacar
adelante a sus familias y contribuir de alguna manera a la economía nacional. Por lo
anterior, esto constituye todo un reto para las políticas gubernamentales y las
instituciones sociales del país que le brindan algún tipo de apoyo a este sector. Es por esto
que, con esta investigación, se pretende acercar un poco más a la realidad de las mujeres
empresarias y lograr contestar la interrogante: ¿Conocen y aprovechan las mujeres
emprendedoras las iniciativas de apoyo que brindan las instituciones sociales en Costa
Rica? Para ello, se aplicó una encuesta a una muestra total de 53 emprendedoras
nacionales, en donde entre otras cosas se les consultó acerca de su experiencia y
limitaciones como emprendedoras, la percepción que tienen acerca de las iniciativas que
se desarrollan para el apoyo de su sector, si realmente conocían y aprovechaban dichas
actividades y el motivo por el cual no lo hacían, así como las principales áreas donde les
gustaría capacitarse. Los resultados obtenidos permitieron determinar el poco
aprovechamiento que estas le dan a este tipo de actividades, básicamente por la escasa
promoción que se realiza. En síntesis, la información obtenida es de sumo valor para las
instituciones relacionadas con el tema y sobre todo para tener en cuenta que se requiere
una mayor y mejor comunicación con las empresarias, para que realmente aprovechen los
esfuerzos que se realizan por su bienestar.
Abstract
Throughout the years Costa Rican female entrepreneurship has been growing in a
slow but constant way because it constitutes an excellent opportunity to women
economic empowerment. Many of those women are very poor so they establish their own
company to help their families and contribute somehow to the country economy. That’s
why this constitutes a challenge to the government policies and the social institutions that
offer some type of support to this sector. So we want to know a little bit more about the
1
Bachiller en administración de empresas de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y
Tecnología (ULACIT) y aspirante al grado de Licenciatura en Mercadeo.
Contacto:
[email protected]
reality of the entrepreneurship women, that’s why this investigation attempts to answer
the question: Did entrepreneurship women know and take advantage of the support
initiatives that the Costa Rican social institutions give to them? For which a survey was
launched to a total sample of 53 national female entrepreneurs. In it they were consulted,
among other things, about their experience and limitations they have had since they
found their own companies, their perception about these initiatives, if they knew and take
advantage of those activities, and some other facts like the main areas in which they want
to become qualified. The obtained results shows that women didn’t take a real advantage
of this activities basically because of the poor promotion institutions make of them. So in
synthesis, the obtained information is extremely valuable for the institutions involved with
this sector, and most important to consider that it´s necessary to maintain a better
communication with entrepreneurship women so that they really take advantage of the
efforts that are realized for their business well-being.
Introducción
Como resultado del cambio social y cultural que ocurrió con el decreto de la Ley de
Igualdad Real en 1990, la cual tiene como fin el reconocimiento de los derechos de las
féminas, las mujeres costarricenses decidieron incursionar en el mundo de los negocios
con el objetivo de aprovechar el sinfín de oportunidades que esto les significaba. Lo
anterior les ha permitido a las mujeres competir no solo por un puesto de trabajo, sino
que actualmente muchas de ellas se han convertido en creadoras de fuentes de empleo al
fundar sus propias empresas.
Algunas de estas mujeres emprendedoras son madres, otras hijas, esposas o
jóvenes profesionales que comparten la visión empresarial y que se sienten motivadas por
sus micro, pequeñas y medianas empresas; y que al mismo tiempo contribuyen a
incentivar día a día el desarrollo nacional en conjunto con el resto de empresas que
compiten en el mercado. Con relación a esto, el Instituto Nacional de las Mujeres afirma
que un porcentaje importante de empresarias se ubica en estratos pobres, muchas de las
cuales son jefas de hogar. Ellas invierten la mayor parte de sus ingresos en la familia, con
un efecto directo en la disminución de la pobreza (INAMU, 2007).
Por otra parte, estudios sobre la microempresa costarricense, que se han venido
efectuando desde los años 90, muestran la creciente importancia de las mujeres como
microempresarias en el país. De estos estudios se desprende que mientras la población
femenina ocupada del país representa el 35%, entre la población dedicada a actividades
no agrícolas ellas representan alrededor del 40% y componen el 38% de los micronegocios, pues han decidido entrar al mercado de trabajo mediante el desarrollo de una
empresa (Instituto Nacional de las Mujeres, 2010). Las actividades más frecuentes en las
que las mujeres microempresarias suelen desempeñarse corresponden al comercio
2
minorista, seguido por los servicios y la producción de bienes como alimentos y textiles.
(Trejos, 2000).
Como se aprecia, a pesar del crecimiento que ha venido experimentando este
sector, aún existen muchas mujeres emprendedoras que por falta de acceso a créditos,
tecnología, redes empresariales, baja escolaridad o escasa información ven limitada su
capacidad de competición. Para reducir esta brecha, instituciones como las universidades
públicas de nuestro país, incubadoras de empresas y otras organizaciones, se han dado a
la tarea de brindar apoyo y capacitación a las personas emprendedoras en áreas diversas
como comercio exterior, mercadeo, finanzas, recursos humanos y otras relacionadas con
la gestión eficiente de los negocios para que estas logren ser exitosas en el mercado. Pero
¿conocen las mujeres empresarias sobre este tipo de iniciativas? ¿Las aprovechan
realmente? ¿Qué buscan aprender en estas capacitaciones? Todas estas interrogantes y
algunas otras se procuran contestar a lo largo de la investigación, al mismo tiempo que se
define el concepto de mipyme, que es emprendedurismo y cuáles son sus características,
además de brindar estadísticas sobre la situación actual del sector de mujeres
generadoras de ingresos.
Por lo tanto, la importancia del estudio que se presenta a continuación radica en
que con base en los resultados obtenidos se puede determinar el alcance o impacto que
tienen las acciones realizadas por las instituciones sociales de Costa Rica en el desarrollo
de las mipymes lideradas por mujeres. De demostrarse que existe un escaso
aprovechamiento de este tipo de capacitaciones y talleres, se puede proceder a verificar
las estrategias actuales de promoción para proponer las recomendaciones pertinentes,
con el fin de ampliar el número de emprendedoras que logran mejorar su autonomía
económica. Asimismo, se obtendrá información valiosa acerca de las expectativas que
tienen las mujeres empresarias, cuáles son los problemas más comunes que enfrentan en
sus negocios y en cuáles áreas les gustaría recibir más apoyo profesional. En este
contexto, la presente investigación pretende identificar mediante una muestra
representativa del sector empresarial femenino, si estas verdaderamente conocen y
aprovechan las iniciativas de apoyo que se brindan en nuestro país por parte de las
instituciones sociales.
Revisión bibliográfica
A menudo se piensa que el espíritu emprendedor representa únicamente a
aquellas personas que crean y ponen en marcha nuevas empresas; sin embargo, no es así,
ya que el término emprendedor puede tener múltiples significados. Dependiendo del
contexto en que sea empleado, así será la connotación que se le adjudique. En el ámbito
de los negocios, se define al emprendedor como un empresario, el cual es propietario de
una empresa comercial con fines de lucro (Alcaraz, 2006). Dicho término igualmente es
3
utilizado para describir a cualquier miembro de la economía cuyas actividades son
novedosas de alguna forma. Aquí es donde el concepto permite expresar que existen los
emprendedores que crean por completo las empresas y que existen además los que
transforman o mejoran una ya existente. Al respecto Schnarch (2007) puntualiza la
actividad emprendedora como “la gestión del cambio radical y discontinuo, o renovación
estratégica sin importar si esta ocurre dentro o fuera de organizaciones existentes y si da
lugar o no a la creación de una nueva entidad de negocios”.
En general, los emprendedores suelen caracterizarse por tener iniciativa y
compromiso, ser perseverantes y creativos, tener la capacidad para alcanzar metas, ser
persistentes en la solución de problemas y sobre todo ser tomadores de riesgos. Estos a su
vez se pueden dividir en cinco tipos de personalidades que de acuerdo con Alcaraz (2006)
son: el emprendedor administrativo, el oportunista, el adquisitivo, el incubador y el
imitador. El primero de ellos corresponde a aquel que con base en previa investigación
genera y mejora las formas de hacer las cosas. El oportunista se mantiene al tanto de las
oportunidades que surgen en el mercado y las aprovecha; el emprendedor adquisitivo
está en una constante innovación para crecer y mejorar lo que hace. El incubador crea
nuevas unidades independientes de negocios y finalmente el emprendedor imitador
innova a partir de elementos ya existentes al mejorarlos (Alcaraz, 2006).
En el caso de las mujeres emprendedoras, su perfil se asemeja a lo antes descrito;
poseen las características propias de una persona emprendedora y se pueden clasificar de
acuerdo con los tipos de emprendedores existentes. Sin embargo, los negocios de las
mujeres empresarias suelen caracterizarse por otros elementos particulares; Lambing y
Kuehl en su obra Empresarios pequeños y medianos (1998), afirman que estos crecen con
más lentitud y obtienen menos ganancias que las compañías propiedad de los varones.
También contratan menor cantidad de empleados y obtienen menos capital externo que
los hombres. El principal causante de esta brecha lo constituyen las barreras relativas al
género femenino.
Y es que el sector de mujeres empresarias está comprendido ya sea por grupos de
mujeres que se unen y representan a una comunidad o por mujeres que por sí solas ven
en el establecimiento de un negocio propio la posibilidad de salir adelante. En ocasiones,
estas mujeres sufren pobreza, no tienen acceso a la educación y a su vez deben velar por
sus hijos; por lo que se les dificulta conseguir un trabajo remunerado en una empresa
pública o privada. Dada esta situación, el empleo independiente constituye la única
oportunidad para subsistir; lo que las hace incluso instaurar sus negocios en los hogares,
convirtiéndolos en sus unidades productivas. A este tipo de actividad económica se le
conoce como negocios de pequeña escala y/o de baja y mediana productividad, lo cual en
el mundo empresarial se denomina como mipymes (acrónimo de micro, pequeña y
mediana empresa). Para determinar cada tipo de empresa la Caja Costarricense del
4
Seguro Social utiliza la variable del empleo. Por lo que se considera microempresa a la
empresa que posee entre uno y cinco trabajadores, pequeña empresa a aquella que
emplea de seis a treinta personas y empresa mediana a la que tiene de treinta y uno a
cien empleados. (Observatorio de Mipymes, 2008)
Para comprender mejor el crecimiento que han experimentado las mipymes a
cargo de mujeres, Trejos (2000) indica que para 1998 unas 84 mil mujeres estaban al
frente de establecimientos productivos, 77 mil de ellas a cargo de micro negocios no
agrícolas. Por su parte, estadísticas del Instituto Nacional de Mujeres (2007) muestran
cómo se comportó la situación de las mujeres empresarias casi una década después:
Para el año 2007 en Costa Rica existían aproximadamente 252.000 mujeres
empresarias de la microempresa y del autoempleo. El 41% de ellas trabajaba en
autoempleos de baja productividad, y el 65% de las empresas se encontraba en el
nivel de subsistencia. El comercio minorista y los servicios personales fueron las
actividades que concentraron mayor presencia de mujeres. También había
establecimientos de alta tecnología y exitosa inserción en los mercados. Pero, sólo
una de cada cinco empresarias estaba al frente de establecimientos modernos o de
acumulación ampliada, mientras que el 63% estaba en el nivel de subsistencia.
(Sitio Web del INAMU)
Aquí es importante aclarar que en nuestro país existe un grave problema en cuanto
a la medición del trabajo femenino, dado el desconocimiento de las limitaciones que
afectan a los indicadores laborales que se utilizan con frecuencia. Al respecto
Trejos (2000) explica:
“Uno de ellos, como en el caso de Costa Rica, es la poca utilización de la
información proveniente de las encuestas de hogares. Las encuestas de hogares
recogen desde 1987, sin explotar adecuadamente, la información sobre
actividades laborales realizadas por personas que se califican como desempleadas
o inactivas y que se considera como el empleo oculto. La mayoría de estas
personas son mujeres, y el tipo de actividad que desarrollan puede asimilarse a
una forma de autoempleo, es decir, corresponde a las trabajadoras por cuenta
propia y que se les equipara a un establecimiento productivo o negocio”.
Por lo tanto, si se contempla el empleo oculto de las mujeres, se obtiene que para
1998 la cifra se duplicaría de 84 mil a 176 mil mujeres empresarias. Esta expansión
obedece a 76 mil mujeres que estaban en labores de autoconsumo y 16 mil que
desempeñaban actividades marginales (Trejos, 2000). Para entender mejor el tema es
importante explicar cada tipo de autoempleo. El autoempleo denominado autoconsumo
es en el cual las mujeres se declaran inactivas o desempleadas, pero a pesar de ello se
dedican a la producción de productos agrícolas, pesqueros, pecuarios y otros, para el
consumo propio de sus familias, sin destinar nada para la venta. Mientras que en el
5
autoempleo marginal que al igual que en el de autoconsumo, las personas de declaran
inactivas pero realizan actividades de producción y/o venta de bienes y servicios para
aportar un ingreso extra al hogar. Como se aprecia, las empresas a cargo de mujeres
suelen ser de pequeña dimensión y comúnmente se encuentran en mercados altamente
saturados. Sus negocios a menudo se basan en las destrezas femeninas tradicionales
como lo son la preparación de comida para la venta, la confección y reparación de ropa,
artesanías y manualidades, el lavado y planchado de ropa ajena, muebles, bisutería,
decoración, cuidado personal, organización de eventos, turismo y un sinfín de negocios
más.
Existe gran variedad de instituciones que tienen como fin contribuir al desarrollo
empresarial de las mujeres emprendedoras mediante capacitaciones, ferias, charlas y
otras iniciativas de apoyo social y profesional. Dentro de las organizaciones que apoyan a
este sector, se pueden citar las universidades públicas y privadas, la banca estatal y
privada, y las organizaciones no gubernamentales.
El Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) realiza periódicamente la Feria
Nacional de Mujeres Empresarias con el propósito de que estas expongan sus productos y
servicios, tengan la oportunidad de acceder a nuevos mercados, intercambien información
con otras empresarias y reciban asistencia técnica para aumentar la competitividad de sus
negocios (INAMU, 2009). La Cámara de Comercio de Costa Rica (COMEX) también posee
una iniciativa llamada Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria, que consiste
en talleres impartidos por profesionales a lo largo del territorio nacional para que las
mujeres empresarias fortalezcan sus procesos de toma de decisiones; los temas que se
tratan incluyen política empresarial, banca nacional, motivación, entre otros (COMEX,
2011). De acuerdo con la revista Eka empresarial, las universidad públicas a través de sus
fundaciones FUNDEVI (Universidad de Costa Rica), FUNDEPREDI (Universidad Estatal a
Distancia), FUNDAUNA (Universidad Nacional) y FUNDATEC (Instituto Tecnológico de
Costa Rica) impulsan a los emprendedores a llevar a cabo sus proyectos dándoles
asesorías técnicas gratuitas mediante las cuales les enseñan a realizar planes de negocios,
y se les ayuda con la promoción de sus comercios dentro y fuera del país (Eka, 2010).
El Observatorio de Mipymes es otra institución que apoya el emprendedurismo;
este nació como una iniciativa de la Universidad Estatal a Distancia. La labor que lleva a
cabo esta organización consiste en investigaciones acerca de la micro, pequeñas y
medianas empresas de Costa Rica, con el fin de llenar el vacío de información que existía
anteriormente en este sector y brindar estadísticas valiosas para la toma de decisiones
(Observatorio de Mipymes, 2011). El Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) ofrece una
plataforma virtual para que las pymes puedan obtener asesorías virtuales gratuitas (INA,
2011). FUNDES por su parte es una entidad internacional comprometida con el
6
fortalecimiento de las capacidades empresariales de las mipymes para mejorar su
inserción a los mercados (FUNDES, 2011)
Sin lugar a duda, el crecimiento que ha venido experimentando el sector
empresarial femenino significa un importante desafío para las políticas y programas que
apoyan a las mipymes dado el peso que estas tienen en la economía nacional. Por este
motivo, la información antes citada constituye un marco referencial para el desarrollo de
la presente investigación.
Metodología de la investigación
La presente investigación es de tipo cuantitativo dado que se recogieron y
analizaron a través de una encuesta acerca del conocimiento y aprovechamiento que les
dan las mujeres emprendedoras a las iniciativas de apoyo social que existen para las
mipymes costarricenses. Para llevarla a cabo se realizaron los siguientes pasos: en primera
instancia se planteó un problema social relacionado con el emprendimiento femenino.
Una vez que se delimitó el tema, se procedió a realizar una revisión literaria acerca de los
documentos existentes sobre el tópico. En este apartado se hizo uso de datos estadísticos
del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), así como información proveniente de la
Cámara de Comercio de Costa Rica, la revista virtual EKA, el Observatorio de Mipymes, e
instituciones que brindan su apoyo a las microempresas, como las universidades públicas
(UNA, UCR, TEC, UNED).
Posteriormente, se diseñó una herramienta para la obtención de datos de fuentes
primarias, la cual consistía en una encuesta de 9 preguntas diseñada de manera que los
temas fuesen entrelazados entre sí y cuyo tiempo de respuesta rondaba los 5 minutos. La
encuesta incluía 6 preguntas cerradas de alternativa múltiple, 2 preguntas cerradas de
alternativa simple y 1 pregunta en escala de Likert. Es importante mencionar que esta fue
enviada a un total de 75 mujeres, de las cuales sólo contestaron 53 mujeres empresarias
de la micro, pequeña y mediana empresa, que se encontraban registradas en DIGEPYME
del Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica y algunas otras que pertenecían al Foro
de Empresarias y Profesionales de Costa Rica.
Su aplicación se llevó a cabo durante julio del 2011 y para ello se enviaron correos
electrónicos, además de utilizarse Facebook y Survey Monkey para contactar a las mujeres
emprendedoras. De igual forma, se entrevistó de manera personal a algunas empresarias.
El nivel de confianza de la encuesta de acuerdo con el cálculo realizado en Raosoft
(herramienta en línea para calcular el tamaño de la muestra) fue de un 75%; mientras que
el margen de error calculado correspondió a un 8%, al utilizarse una muestra total de 53
mujeres. Lo cual indica que se posee un 75% de seguridad para generalizar los resultados
obtenidos con respecto a la realidad de la población estudiada.
7
En lo referente al pre testeo cognitivo, este se llevó a cabo con 10 personas sin
conocimientos en el área de estudio, con el fin de determinar si todos los conceptos se
entendían fácilmente. Como resultado se obtuvo que debían incluirse algunas otras
opciones de respuestas que no se habían tomado en cuenta; también se determinó que el
tiempo de respuesta requerido era menor y se modificó el orden de las preguntas para
lograr una herramienta óptima. Finalmente, durante el desarrollo de la investigación se
tuvieron algunas limitaciones; una de ellas fue la falta de información estadística que
estuviese actualizada sobre las mujeres microempresarias del país, ya que sólo se
obtuvieron datos del 2007 y años anteriores. De igual forma, la limitante de tiempo (1
cuatrimestre) y dinero, dificultaron la aplicación personal de las encuestas a más
empresarias, así como un posible análisis más profundo del tema.
8
Resultados
Gráfico 1
Principales limitaciones que han enfrentado las mujeres emprendedoras
encuestadas durante su trayectoria como empresarias
(Julio 2011 - Porcentaje de personas)
40%
35%
30%
25%
20%
34%
15%
22%
10%
16%
19%
5%
No ha tenido ninguna limitación
Asuntos familiares (cuido de los hijos, labores
domésticas, etc.)
Trabas gubernamentales
Falta de recursos económicos
Acceso a la educación
5%
4%
Discriminación de género
0%
Fuente: Elaboración propia
Sobre las principales limitaciones que han enfrentado las mujeres emprendedoras,
el 34% de las encuestadas coincidió en que la falta de recursos económicos ha sido la
limitante número uno en sus trayectorias. Como segunda limitante (22%) se hallan los
asuntos familiares que incluyen el cuido de los hijos y las labores domésticas. El 19% de las
mujeres manifestó no haber tenido ningún tipo de limitación, mientras que el 16% dijo
que las trabas gubernamentales han constituido un obstáculo en el desempeño de sus
negocios. Con un 5% se encuentra el acceso a la educación y, en última posición, con un
4% se halla la discriminación de género.
9
Gráfico 2
Evaluación global por parte de las encuestadas de las acciones que se
realizan en el país para apoyar a las mujeres emprendedoras
(Julio 2011 - Cantidad de personas)
30
25
20
15
10
5
0
25
18
6
2
Excelente
Bueno
Regular
Malo
1
1
Muy malo
Pregunta
omitida
Fuente: Elaboración propia
De acuerdo con lo manifestado, 25 de las encuestadas califica como regular las
acciones que se realizan en el país para apoyar a las mujeres emprendedoras; 18 de ellas
creen que estas son buenas, mientras que 6 mujeres opinan que las acciones son malas.
Solamente 2 encuestadas dijeron que las acciones que se realizan son excelentes y 1 dijo
que son muy malas. Una participante no contestó la pregunta.
Gráfico 3
¿Conoce usted una o más iniciativas de apoyo a las mujeres
emprendedoras que ofrecen las instituciones sociales en Costa Rica?
47%
Sí
No
53%
Fuente: Elaboración propia
10
El 53% de las mujeres encuestadas declaró conocer una o más iniciativas de apoyo
que ofrecen las instituciones sociales a las mujeres emprendedoras; mientras que el
restante 47% dijo no conocer ningún tipo de iniciativa.
Gráfico 4
¿De cuál (es) de las siguientes instituciones sociales conoce usted
alguna iniciativa de apoyo a las mujeres emprendedoras?
25
No conoce ninguna iniciativa
Universidades públicas (Universidad de Costa
Rica, Universidad Nacional, Instituto Tecnológico
de Costa Rica, Universidad Estatal a Distancia)
6
Observatorio de MYPIMES
6
11
Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU)
20
Instituto Nacional de Aprendizaje (INA)
4
FUNDES
9
Cámara de Comercio de Costa Rica (COMEX)
0
5
10
15
20
25
30
Fuente: Elaboración propia
De las instituciones sociales que brindan apoyo a las mujeres emprendedoras, 20
de las encuestadas conocen iniciativas del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), 11
mujeres saben de las actividades que promueve el Instituto Nacional de las Mujeres
(INAMU) y 9 mujeres conocen acerca de las acciones que lleva a cabo la Cámara de
Comercio de Costa Rica (COMEX). Con igual cantidad de respuestas (6 mujeres cada uno)
están el Observatorio de Mipymes y las universidades públicas; y por último 4
emprendedoras conocen las iniciativas de FUNDES. Es importante mencionar que 25 de
las encuestadas no conocía ninguna iniciativa.
11
Gráfico 5
¿Ha participado en alguna actividad que apoye y capacite a las
mujeres empresarias?
32%
SÍ
No
68%
Fuente: Elaboración propia
En lo que respecta a la participación en actividades que apoyan y capacitan a las
mujeres empresarias, el 32% de las encuestadas dijo haber asistido a alguna actividad
mientras que el 68% nunca ha participado en una de estas.
Gráfico 6
¿Por qué motivos usted no ha participado en las actividades de
apoyo a las mujeres emprendedoras?
Desconocimiento de las
actividades
20%
Disponibilidad de tiempo
2%
48%
6%
1%
Falta de interés
Lejanía del lugar donde se
realizan las actividades
23%
Motivos económicos
No aplica
Fuente: Elaboración propia
El principal motivo por el cual las encuestadas no han participado en actividades
que apoyan a las mujeres emprendedoras es el desconocimiento de dichas iniciativas
12
(48%), seguido por la poca disponibilidad de tiempo (23%), luego se encuentra la lejanía
del lugar donde se realizan las actividades (6%), los motivos económicos (2%) y en última
instancia la falta de interés (1%). El restante 20% no aplica debido a que constituye el
porcentaje de mujeres que sí han asistido a alguna actividad.
Gráfico 7
Áreas de capacitación según la relevancia que tiene cada una de ellas
para las mujeres emprendedoras encuestadas
1
1
Solución de conflictos
10
19
Mercadeo y promoción
0
0
0
22
17
0
Responsabilidad social
5
36
6
30
12
1
Planes de negocios
2
2
Manejo del estrés
Negociación
Liderazgo
Nada importante
0
0
4
3
18
11
28
18
19
1
3
17
32
2
4
Poco importante
14
Indiferente
33
Importante
Muy importante
Fuente: Elaboración propia
13
Según el gráfico anterior, en donde las encuestadas clasifican cada área de
capacitación de acuerdo con la relevancia que le significa a cada una de ellas, las mujeres
emprendedoras consideran muy importante recibir capacitaciones en áreas como
mercadeo y promoción (36 mujeres), liderazgo (33 mujeres), negociación (32 mujeres) y
planes de negocios (28 mujeres), debido a que estas áreas contribuyen directamente al
buen desarrollo de sus negocios a diferencia de las demás áreas que se relacionan más al
desarrollo personal.
Discusión de resultados
Los resultados obtenidos en la investigación muestran que la mayoría de las
mujeres encuestadas pertenecen al sector productivo denominado comercio minorista y
al sector alimentario, seguido por el sector de decoración, salud, belleza y textil
respectivamente. Lo que ratifica que estas son las actividades típicas en donde las
emprendedoras suelen establecer sus negocios, debido a que muchos de estos no
requieren preparación profesional y brindan cierta flexibilidad de horarios. Aun con ello,
estas áreas se encuentran altamente saturadas por lo que las mujeres sufren un
crecimiento más pausado de sus negocios. Otro dato importante que se obtuvo es que
estas mujeres poseen mayoritariamente entre 1 y 5 años de experiencia como
emprendedoras.
Al indagar sobre las limitaciones que han enfrentado las mujeres emprendedoras,
se obtuvo que la mayoría de las encuestadas perciben como su principal traba la falta de
recursos económicos con un 34%, por lo que el acceso a créditos se convierte en un
apoyo fundamental para salir adelante en sus actividades comerciales. De igual forma, los
asuntos familiares (22%) forman parte de las limitantes que afectan a las emprendedoras,
dado que deben repartir su tiempo entre el negocio, el cuido de los hijos y las labores
domésticas, entre otras actividades. Un 19% de las encuestadas dijo no haber tenido
ningún tipo de limitante en el desarrollo de su negocio, lo cual es bastante halagador para
este sector. Un 16% de las mujeres dijo haberse topado con excesivas trabas
gubernamentales, las cuales contrario a fomentar el emprendedurismo femenino,
ocasionan que las mujeres se desalienten. En este apartado es curioso observar que la
discriminación de género no constituye una limitante considerable en la trayectoria de las
mujeres emprendedoras, ya que obtuvo apenas un 4%. Lo cual viene a ser una
contradicción al planteamiento inicial de la investigación, en el que se señalaban las
barreras relativas al género femenino como una de las principales causantes de la brecha
que existe entre los negocios a cargo de los hombres y los negocios al mando de mujeres.
En lo que respecta a la percepción global que tienen las encuestadas acerca de las
acciones que se realizan en el país para apoyar a las mujeres emprendedoras, se obtuvo
que la mayoría de ellas, 25 mujeres, las consideran como regular y 18 encuestadas creen
que estas son buenas. Como se aprecia, las actividades que se llevan a cabo en pro del
14
emprendedurismo femenino no llenan por completo las expectativas del público meta, lo
que ocasiona que los niveles de satisfacción se encuentren a la mitad de la escala
conformada por cinco estados: excelente, bueno, regular, malo y muy malo. Lo anterior
influye directamente en el conocimiento que las emprendedoras tienen acerca de dichas
iniciativas, ya que en este apartado los resultados fueron bastante equitativos, teniendo
un 53% de las mujeres conocimiento sobre uno o más tipos de acciones para su sector,
mientras que el restante 47% indicó desconocer por completo de este tipo de iniciativas.
Continuando con este rubro, de las mujeres que indicaron estar al tanto de las
iniciativas de apoyo a las emprendedoras, la mayoría dijo conocer acerca de las acciones
que lleva a cabo el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) a través de sus asesorías
virtuales gratuitas, seguido por el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) que
periódicamente realiza ferias para fomentar el emprendimiento femenino. Luego
aparecen la Cámara de Comercio de Costa Rica (COMEX) con su programa para el
Desarrollo de la Mujer Empresaria, las Universidades públicas que impulsan a las
emprendedoras a través de las distintas fundaciones que poseen, el Observatorio de
Mipymes que se encarga de llevar a cabo investigaciones del sector y FUNDES, en ese
respectivo orden. Lo anterior no quiere decir que una entidad lleve a cabo más y/o
mejores acciones que otra en el área de emprendimiento femenino, sino que las
instituciones que se colocaron en los primeros lugares han sabido llegarle de manera
efectiva a su público meta, que bien podría deberse a una adecuada promoción de sus
actividades o a un contacto directo con las empresarias para mantenerlas al tanto de los
eventos. Cabe destacar que no se contemplaron las iniciativas financieras en esta
investigación, dado el enfoque social que se le brindó desde un inicio.
Ahora bien, dado que es distinto conocer acerca de las iniciativas de apoyo a las
mujeres empresarias y asistir a ellas, se les preguntó a las encuestadas si habían
participado alguna vez en al menos una actividad en pro del emprendedurismo femenino
y los resultados mostraron que únicamente el 32% de ellas sí lo había hecho, mientras que
el 68% nunca ha asistido a este tipo de iniciativas. Los principales motivos de por qué la
mayoría de encuestadas no han participado en las actividades de apoyo a las mujeres
emprendedoras fueron, en primera instancia, con un 48%, el desconocimiento de este
tipo de iniciativas, dado que no existe suficiente publicidad ni promoción por parte de las
instituciones organizadoras. El 23% justificó su ausencia a estas actividades debido a la
poca disponibilidad de tiempo que tienen, ya que en algunos casos la dueña del negocio
es la única empleada de este, por lo que no pueden dejar de laborar ningún día. Como
tercer motivo, las encuestadas manifestaron que la lejanía del lugar donde se realizan las
actividades con respecto al lugar donde tienen sus negocios dificulta la asistencia a los
eventos. Tan solo un 2% dijo no poder acudir por motivos económicos y un 1% admitió
que nunca ha participado de estas actividades por falta de interés.
15
Por último, se indagó acerca de las áreas en las cuales a las mujeres empresarias
les gustaría recibir capacitaciones y se les pidió calificaran cada área según el nivel de
relevancia que significa para su negocio. Se obtuvo, por lo tanto, que estas consideran
muy importante ampliar sus conocimientos en áreas como el mercadeo y la promoción, el
liderazgo, la negociación y el diseño de planes de negocios, ya que influyen directamente
sobre el desempeño de sus negocios y les permite mejorar su competitividad. Por su
parte, las áreas que calificaron como importantes fueron la responsabilidad social, la
solución de conflictos y el manejo de estrés. Contar con este tipo de información es
bastante útil para diseñar los programas de apoyo a las mipymes de mujeres, ya que las
organizaciones estarían asegurándose el interés de sus protagonistas.
Conclusiones
Una vez finalizada la investigación, se puede concluir que aunque un poco más de
la mitad de la población estudiada (53%) conoce una o más iniciativas de apoyo a las
mujeres emprendedoras, tan sólo el 32% de ellas ha asistido a alguna de estas actividades.
Como se aprecia, existe una diferencia considerable entre las mujeres que están al tanto
de estas actividades y las que verdaderamente las aprovechan. Al respecto y de acuerdo
con lo indagado, el principal motivo de que las emprendedoras no participen es el
desconocimiento de este tipo de iniciativas y no la falta de interés hacia estas, como se
podría creer. Por lo que se recomienda analizar si los métodos de promoción que
actualmente utilizan son los idóneos para comunicarse con este sector y, a su vez,
investigar cuáles son los medios por los cuales las emprendedoras preferirían recibir
información para asegurarse una comunicación efectiva.
Por otra parte, los resultados de la investigación arrojaron que la principal
limitación que han enfrentado las encuestadas durante su trayectoria como
emprendedoras ha sido la falta de recursos económicos; para lo cual si bien es cierto
existen diversos programas que facilitan el acceso a crédito a las mujeres, se sugiere la
creación de incubadoras de empresas que permitan la creación y gestación de nuevos
emprendimientos femeninos a través de capital semilla y apoyo técnico. Al contarse con
incubadoras, se podrán además transformar los emprendimientos que surgen por
necesidad hacia emprendimientos que aprovechan las ventanas de oportunidad. Por
ejemplo, las mujeres generadoras de empleo bien podrían aprovechar el creciente
número de oportunidades que han surgido con la apertura comercial y la globalización
económica que ha sufrido nuestro país; pero para ello es necesaria una mayor
capacitación en áreas como negociación, mercadeo y promoción, planes de negocios,
comercio internacional y liderazgo.
Realmente, el esfuerzo que hacen las instituciones sociales de nuestro país en pro
de las mujeres emprendedoras es evidente. Sin embargo, aún es necesario mejorar el
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proceso mediante el cual identifican las características de este tipo de población, que cabe
mencionar es bastante heterogénea, para poder diseñar programas más acordes con sus
necesidades, pero sobre todo para lograr que efectivamente los aprovechen. Igualmente
sería importante mantener actualizadas las estadísticas de las mujeres empresarias para
facilitar el proceso de toma de decisiones del gobierno y las instituciones que velan por el
buen desarrollo del sector. Recordemos que muchas de las mujeres empresarias
establecen sus negocios con el fin de sacar adelante a sus familias; por lo que contribuyen
directamente con la reducción de la pobreza en nuestro país. Esto significa que si se les
brinda un mayor apoyo, se estaría promoviendo la democratización económica; lo que
traería beneficios para la mayoría de la ciudadanía al generarse mayor empleo e
incrementarse la producción nacional.
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