La política económica - Departamento de Estructura e Historia

La formación de la política económica (Material elaborado a partir de: Arias, X.C (1996) La formación de la Política Económica, Ed. Civitas, Madrid). a) La política económica como proceso de adopción de decisiones. La política económica consiste en el uso ininterrumpido por parte de los poderes públicos de un mecanismo de asignación de los recursos, el cual puede hacerse operativo tanto a través de la actuación económica directa del Estado, como mediante su influencia sobre la actividad de los agentes privados. Este mecanismo de asignación requiere la adopción de decisiones y su posterior ejecución. De hecho el estado debe encarar en cada momento la resolución de los problemas que van apareciendo en la economía y ello les obliga a establecer prioridades entre las alternativas de intervención (este conjunto jerarquizado de cuestiones y problemas que se consideran prioritarios en un momento determinado es lo que llamamos: agenda político económica, la agenda de Keynes). b) La política como emanación del conocimiento económico. La necesidad de decidir, esto es, de elegir, constituye el elemento fundamental de la política económica pero: ¿de qué elección se trata? Según la interpretación más tradicional La política económica es “la vertiente normativa de la economía”. Es decir, la política económica es la traslación de las teorías económicas a medidas y programas de actuación concretos. Sin embargo, en la práctica, los programas de política económica rara vez responden a la lógica estricta del razonamiento económico sino que, lo más común, es que sean las circunstancias políticas, sociales y culturales del momento las que marcan el contenido de la política económica (lo que nos lleva a los dos puntos siguientes) c) El elemento político en la política económica Resulta mucho más realista considerar la formación de la política económica como una parte más del proceso general de elaboración de la política pública. Es más dentro de ésta ocupa un lugar central, dada la relevancia que las cuestiones económicas han adquirido en la evolución de las decisiones públicas: muchas veces el éxito de la política económica influye decisivamente sobre el resto de decisiones. Por tanto, es una lógica política, más que económica la que determina las pautas de decisión económica por parte de los órganos del Estado por lo que podemos hablar de un proceso político de formación de la política económica. Esto nos obliga a analizar las conductas esperables de los diferentes sujetos políticos, de sus interacciones y de las que se puedan establecer con el resto de participantes d) La política económica en un contexto de restricciones Así y todo, muchas veces no es suficiente con la voluntad política para introducir una determinada medida o programa de actuación. La mayoría de las veces existen una pluralidad de restricciones que condicionan severamente la dinámica de la toma de decisiones: la evolución económica general, la estructura del estado, la acción de grupos de interés y los condicionamientos internacionales. d.1) La evolución económica general Los resultados de la política económica dependen de que ésta sea capaz de influir significativamente en el comportamiento de los agentes. Así, la eficacia de una medida política dependerá en buena medida de que resulte creíble para los agentes económicos implicados (esto no solo requiere decisiones bien fundamentadas sino que también se necesitan señales que permitan a los agentes entender la intervención). Otro problema asociado a éste tiene que ver con la dimensión temporal de las políticas (es importante que se fije en el momento oportuno y que surta efecto lo más rápido posible). d.2) La estructura del Estado La estructura administrativa del Estado condiciona no sólo el estilo decisional, sino también el contenido de las disposiciones. Además, las estructuras estatales cran sus propias inercias, que son difíciles de erradicar por parte del poder político. d.3) La acción de grupos de interés Los políticos están en continua interacción con diversos grupos sociales y/o económicos. En este contexto, la política económica será el fruto de la contraposición de dos fuerzas: las presiones y líneas de influencia que emanan de los grupos de interés y la capacidad efectiva de los decisores para mantener un criterio propio. d.4) Los condicionamientos internacionales Esta restricción se ha hecho muy intensa en los últimos tiempos dada la tendencia a la internacionalización de las economías, que ha limitado la capacidad e respuesta autónoma de las autoridades de un país ante problemas que se inscriben en una dinámica global. En definitiva, la formación de la política económica se puede definir como: AQUEL PROCESO PÚBLICO DE ADOPCIÓN DE DECISIONES QUE, BASADAS EN RAZONAMIENTOS ECONÓMICOS, SE DISPONEN EN TORNO A UNA LÓGICA POLÍTICA Y ESTÁN SUJETAS A UN AMPLIO CONJUNTO DE RESTRICCIONES El proceso político‐económico de toma de decisiones Este cuadro muestra el conjunto de agentes que, dentro y fuera del Estado, intervienen en la formación de la política económica, así como las relaciones que mantienen entre sí En este esquema cabe señalar tres ámbitos perfectamente diferenciados: i)
Ámbito de generación de opciones Por una parte encontramos al cuerpo electoral que es donde se concretan las opciones básicas de la sociedad, la jerarquía de objetivos, etc. que son trasladadas al poder político a través de la participación electoral. Sin embargo, este proceso de se encuentra distorsionado por la acción de otros agentes (grupos de interés) que tratan de influir sobre el cuerpo electoral transmitiéndoles información sesgada hacia sus intereses. Por otra parte, las preferencias que dan lugar a las funciones de objetivos económicos surgen de grupos que van más allá del colectivo de votantes. ii)
Ámbito de decisión Este ámbito constituye el núcleo del proceso, por cuanto en él se resuelva la toma de decisiones. Esta capacidad decisoria le corresponde a los órganos del estado: el gobierno, en primer lugar, pero también el parlamento (que debe ratificar las normas del ejecutivo, pudiéndolas modificar) y, en cierta medida, el poder judicial (que es el responsable de dilucidar la legalidad de las decisiones adoptadas). Además, en un contexto de descentralización territorial, los órganos de poder regionales y locales también tienen cierta capacidad de decisión en materia político‐económica. Otros agentes con capacidad decisoria son los que constituyen el sistema burocrático. Aunque su tarea principal es preparar el dispositivo burocrático que permita la toma de decisiones y, posteriormente, ponerlas en funcionamiento, las burocracias tienden a participar de facto muy activamente en la toma de decisiones. ¿Por qué? Pueden señalarse al menos cuatro razones: a) El conocimiento en profundidad del tema (ventaja informativa) b) La tendencia a tecnificar la política Cada vez más hay una tendencia a considerar que las decisiones deben estar sustentadas en planteamientos técnicos que las alejen de influencias ideológicas y políticas que pueden mermar su eficacia. De este modo si la justificación de una medida está en su solvencia técnica es mucho más razonable que se asiente sobre la estable estructura jerárquica de la burocracia que sobre la voluble base de los conflictos de intereses políticos. c) La creciente complejidad de las tareas de decisión política provoca la delegación de funciones desde el gobierno a la alta administración. El gobierna fija unas directrices generales y los burócratas la desarrollan en los ámbitos específicos con normativas ad hoc. d) La debilidad de los gobiernos. En países donde se registra una debilidad crónica de los gobiernos y/o una duración escasa de los mismos, abre el camino para que el sistema burocrático, mucho más estables, defina la agenda político económica). Por último, existen diferentes tipos de organismos subordinados (agencias (CNMV) y empresas públicas, universidades...) que pueden llegar a actuar con amplios márgenes de autonomía por acuerdo constitucional o por decisión política iii)
Proyección de influencias En este ámbito aparecen numerosos agentes sociales y políticos que intentan influir y presionar desde fuera del aparato del Estado sobre las decisiones que éste va a adoptar.