El arte de escuchar - Recursos Escuela Sabática

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16 de noviembre
El arte de escuchar
Propósito del programa
Conocer la importancia de escuchar a los demás para, a su vez, poder dar un mejor
servicio a nuestros semejantes.
Al director
Este programa se puede realizar como un panel en el que interactúen los participantes
y a su vez, si así lo quiere el director, pueda involucrar en él a la congregación.
Recomendaciones
 Invitar un cantante o grupo especial.
 Hacer una sección de testimonios en la que se testifique cómo ha cambiado la vida
de alguien simplemente por haber sido escuchado.
«Entontes Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo:
—Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres
y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz»
Marcos 10:21
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Sábado 7 – El arte de escuchar • 205
Introducción
Proverbios 18: 13 dice: «Al que responde sin haber escuchado, la palabra le es fatuidad y vergüenza». Escuchar es un arte. ¡A veces no es fácil!
He escuchado esta frase: ¡Te oigo pero no te escucho!
Podemos definir la palabra escuchar como: prestar atención a lo que se oye (aplicar el oído para oír algo,
atender a un aviso, consejo o sugerencia).
C. Lawrence dijo: «La gente rara vez recordará su consejo, pero si recordará que usted la escuchó».
Mary Lou Casey, dijo: «Lo que la gente realmente necesita es un buen oyente». ¿Eres tú un buen oyente?
El hábito de escuchar nos lleva a tomar la decisión de prestar atención con los oídos, la mente, los ojos y
el cuerpo, a lo que otra persona dice, para que se sienta valorada por quien la escucha.
Yo solo necesito que usted me escuche
En un estudio que se llevó a cabo en San Francisco, California, se le preguntó a un grupo de niñas adolescentes que practicaban la prostitución: ¿Hay algo que ustedes necesitan, pero no pueden conseguir? La
respuesta que dieron con tristeza y lágrimas, fue unánime: «Lo que nosotras más necesitamos es alguien
que nos escuche. Alguien que se interese lo suficiente como para escuchamos».
Sean bienvenidos a la casa de Dios y a su programa EL ARTE DE ESCUCHAR.
En este programa tendremos a invitados muy especiales, algunos nos visitan desde lugares muy lejanos y
otros solo quieren dar su testimonio de cómo alguien que les escuchó cambio sus vidas, con ustedes nuestros panelistas.
(Pasan todos los participantes y se sientan en sus respectivos lugares en la mesa de participación.)
1er Participante (Oración)
Moderador: (Vestido con ropas normales.) Hola buenos días a todos los miembros de esta mesa y al público en general, que hoy nos acompaña para hablar de tan importante tema como es EL ARTE DE ESCUCHAR.
Quiero hablar de un personaje muy especial que supo aprovechar muy bien este arte.
Jesús nos mostró cómo escuchar, fue un consumado oidor. Y todavía lo es. Todavía continúa escuchando
las oraciones de millones de personas alrededor del mundo, las 24 horas de cada día de cada semana. Jesús escucha no solo con los oídos: también lo hace con los ojos, con la mente y con el cuerpo. Las personas
ahora reciben su completa atención, como lo hizo cuando estuvo en la tierra.
Hablemos con Aquel que nos escucha, oremos.
Moderador: Veamos, quién me habla de alguien que Jesús escuchó...
2do Participante (Lectura bíblica)
Testigo 1: (Vestido con ropas antiguas.) Jesús escuchó al joven rico: «Entonces Jesús, mirándolo, lo amó y le
dijo: —Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y
ven, sígueme, tomando tu cruz». (Marcos 10: 21).
Jesús miró intensamente los ojos de este joven, que trataba de encontrar un atajo (camino corto) hacia la
vida eterna. Jesús lo escuchó. El joven se fue sin alcanzar la salvación, sin embargo supo que había sido
escuchado.
Jesús escuchó a la mujer en el pozo
«Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: —Dame de beber—pues sus discípulos habían
ido a la ciudad a comprar alimentos—. La mujer samaritana le dijo: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides a
mí de beber, que soy mujer samaritana? —porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí» (Juan 4: 7-9).
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206 • PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
Jesús escuchó con amor y cuidado a esta mujer, que había sido usada y abusada por los hombres. El haber sido escuchada la llevó a recibir a Jesús como su Salvador personal. El mundo estará abierto al mensaje del evangelio si nosotros, primero, escuchamos con amor sus dolencias.
3er Participante (Himno)
Testigo 2: (Vestido con ropas antiguas.)
Jesús escuchó a la mujer sirofenicia
«Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entró en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. Una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, luego que oyó de él vino y
se postró a sus pies. La mujer era griega, sirofenicia de origen, y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio.
Pero Jesús le dijo: —Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perros.
Respondió ella y le dijo: —Sí, Señor; pero aún los perros, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: —Por causa de esta palabra, vete; el demonio ha salido de tu hija. Cuando la mujer llegó a su casa, halló a la hija acostada en la cama, y que el demonio había salido de ella» (Marcos 7: 24-30).
La hija de esta mujer estaba poseída por un demonio. Jesús tomó tiempo para oírla y echar fuera el demonio que atormentaba a su pequeña hija. Hay muchas personas heridas a nuestro alrededor. Un solo
oído atento puede hacer toda la diferencia. Dios puede colocarlo a usted en el lugar y el momento exacto
para escuchar a alguien.
Cantemos con mucha alegría el himno N° 563 (N° 447 del himnario antiguo).
4to Participante (Música especial)
Paralítico de Bethesda: (Vestido con ropas antiguas.) Yo había estado paralítico durante 38 años; Jesús se
detuvo, me escuchó cuando le dije: «Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el
agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo», Él me respondió: «Levántate, toma tu camilla y anda». Al instante fui sanado, tomé mi camilla y anduve, ese fue el mejor sábado de mi vida.
Hoy les aconsejo que escuchen a los demás como lo hizo Jesús conmigo, Nuestra manera de escuchar
puede traer sanidad a los que han sido heridos por otros.
Escuchemos una hermosa parte especial que traerá sanidad a nuestros corazones.
5to Participante (Misión)
Moderador: (Vestido con ropas normales.) Paul Tillich dijo: «La primera obligación del amor es escuchar».
Quiero contarles sobre Erik Weihenmayer, que a pesar de ser ciego, el 25 de mayo de 2001 llegó a la cima
del monte Everest, en Nepal. Debido a una enfermedad degenerativa de los ojos, perdió la vista cuando
tenía 13 años, pero esto no lo detuvo Erik escaló la montaña sabiendo que el 90% de los escaladores nunca
logra llegar a la cima; además sabía que 165 personas habían muerto en intento desde el año 1953. Erik lo
logró, en gran medida, porque supo escuchar. Escuchaba la pequeña campana atada a la espalda del alpinista que iba delante de él. De esa manera, podía saben en qué dirección tenía que caminar. Escuchaba
con atención la voz de sus compañeros de equipo, quienes podían advertirle: «Caída mortal, dos pies a tu
derecha». Erik escuchaba el sonido de su pico al clavarlo en el hielo, para saber dónde era más seguro
apoyarse y así avanzar.
Saber escuchar nos puede llevar a la cima más alta, al triunfo más pleno y a la mayor victoria; «la Canaán
Celestial».
Escuchemos el informe misionero. (Este puede ser un testimonio real de un hermano de la iglesia.)
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Sábado 7 – El arte de escuchar • 207
6to Participante (Marcando el Rumbo)
Participante 1: (Vestido con ropas normales.) Es importante escuchar a las personas, prestarle atención, pero también es importante aprender a escuchar a Dios, a fin de conocer cuáles son sus planes para nuestras
vidas, cuál es su propósito, cómo trabajar por la salvación de las almas y por la nuestra.
El Señor quiere guiarnos paso a paso a las maravillas que tiene reservadas para nosotros. Él se preocupa
por los más pequeños detalles de nuestras vidas. Se preocupa por los deseos de nuestro corazón y quiere
revelarnos la verdad que nos hará libre de cualquier miedo o preocupación, escuchémoslo.
(Aquí puede el panel abrirse a la congregación, para su participación y testimonios.)
7mo Participante (Informe secretarial)
(Entra sin anunciar.)
8vo Participante (División de clases)
Participante 2: (Vestido con ropas normales.) He aquí algunas citas bíblicas que nos deben motivar a escuchar, a Dios, a los amigos, a nuestros padres, al sabio etc.:
 Santiago 1: 19 «Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse».
 Isaías 32: 3 «No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes
escucharán con atención».
 Job 42: 4 «Escucha, te ruego, y hablaré. Te preguntaré y tú me enseñarás».
 Proverbios 1: 5 «El sabio los escucha y aumenta su saber, y el inteligente adquiere capacidad».
 Proverbios 1: 8 «Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu
madre».
 Proverbios 8: 34 «Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día,
guardando los postes de mis puertas».
 Proverbios 13: 1 «El hijo sabio recibe el consejo del padre, pero el insolente no escucha las reprensiones».
 Proverbios 18: 1.3 «Al que responde sin haber escuchado, la palabra le es fatuidad y vergüenza».
Escuchemos atentamente a nuestros maestros con la lección de esta semana.
Conclusión
Fórmese el hábito de escuchar
 Cuando esté con alguien, bríndale a esa persona su atención.
 Mire directamente a los ojos de la persona. Los ojos son las ventas al alma.
 No desvíe la mirada como si estuviera preocupado por otra cosa.
 Observe las expresiones faciales, el tono de la voz y el lenguaje corporal.
 Olvídese del teléfono por un momento.
 Ponga su cuerpo en una posición que diga: «estoy escuchando».
 No piense en lo que va a responder a lo que la persona está diciendo.
 Haga preguntas que sirvan para aclarar y orientar la conversación.
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208 • PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
 No juzgue o presuponga lo que la persona le va a decir antes de que lo diga.
 Escuche lo que no se dice, lo que calla la voz y dicen los ojos, el corazón y la mente.
Peter Druker dijo: «Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se ha dicho».
Lo que no se ha dicho puede decir mucho acerca de las necesidades y las actitudes de la persona que habla. Esto es escuchar con un tercer oído.
Recordemos que:
 Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de escuchar bien.
 Imitemos a Cristo Jesús en todo, y en todo nos irá bien.
Himno final
Finalicemos cantando el himno N° 561 (N° 441 del himnario antiguo).
Oración final
Material facilitado por RECURSOS ESCUELA SABATICA ©
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http://groups.google.com.ar/group/escuela–sabatica?hl=es
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