Desacuerdo legítimo y enunciados objetivos - FES Acatlán

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Desacuerdo legítimo
y enunciados objetivos
Legitimate disagreement and objective sentences
María Esperanza Rodríguez Zaragoza
[email protected]
Resumen:
D
esde una perspectiva filosófica, la pregunta por la objetividad de los enunciados, entraña cuestiones de
índole epistémico, metafísico y de filosofía del lenguaje, cuyo punto de contacto es cómo establecemos
la verdad de aquello que expresamos a través de éstos. El proceso de determinación de verdad tiene como
antesala la problemática de cómo fijamos el significado de términos y enunciados. Lo cual está ligado a la
manera en que el sujeto se explica y relaciona con el mundo a través del lenguaje. Por ello, en el escrito, lo
anterior se analizará desde una perspectiva de filosofía del lenguaje, colindando en los campos metafísico
y epistemológico. Se hace un análisis detallado acerca de lo que ocurre en los desacuerdos, tomando como
eje rector, el discernir cuándo realmente hay un desacuerdo y cuándo el desacuerdo se pierde. Haciendo
este análisis, podemos vislumbrar algunas de las condiciones que los enunciados en los que el desacuerdo
se basa, deben de cumplir para que puedan ser calificados como objetivos. La propuesta es que sólo aquellos desacuerdos que sean caracterizados como desacuerdos legítimos, son los que se dan con base en
enunciados que expresan estados factuales, esto es, enunciados objetivos.
Palabras clave:
Objetividad, lógica, filosofía del lenguaje,
realismo, desacuerdo.
Abstract:
From a philosophical perspective, the question
about the objectivity in sentences poses questions
of epistemic nature, metaphysical, and of language philosophy; in which the contact point is how
we establish the truth of what we express through
them. The process for determining the truth has the
prelude of the problems of how we fix the meaning
or terminology and sentences; which is linked to the
way in which the subject explains and relates himself to the world through language. For that, in this
text, the aforementioned will be analyzed from a
language philosophy perspective, bordering in the
metaphysical and epistemological fields. A detailed
núm. 11, 2012, pp. 77-96
analysis is made about what happens in disagreements, taking as its axis, discriminating when there
really is disagreement and when disagreement is
lost. In the midst of this analysis, we can see some
of the conditions that the sentences, in which the
disagreement is based, have to follow to be qualified as objective. The proposal is that only those
disagreements that are distinguished as legitimate
disagreements, are the ones that are based on sentences that convey factual states, that is, objective
sentences.
Keywords:
Objectivity, logic, language philosophy, realism,
disagreement.
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RodríguezGarcía
Zaragoza
Gabino
Eduardo Castrejón
...often in philosophy, it is more instructive
to travel than to get anywhere.
L
Crispin Wright
a cuestión de la verdad es un aspecto central en las investigaciones filosóficas, que
puede abordarse desde una perspectiva metafísica, epistemológica, absoluta, relativa,
lingüística, lógica, etc. El no discernir desde qué punto se aborda, provoca los conflictos y malentendidos más enraizados en la historia actual de la filosofía, específicamente
algunas contraposiciones que se dan entre filosofía del lenguaje, lógica y metafísica.
Este artículo pretende enfocarse en el tratamiento de la verdad desde una perspectiva
de filosofía del lenguaje y metafísica, ya que, como Wright sostiene, la verdad es una función del significado1, ya que en este último se fijan las condiciones para aquélla. Aunado
a esto, mi perspectiva es que, a través de un análisis del lenguaje, podemos vislumbrar la
naturaleza de la verdad; en tanto que el lenguaje es el vehículo que nos transporta hacia
ella, y el puente que nos relaciona con el mundo. Ahora, el tratamiento de la verdad puede
esclarecerse a través del análisis de problemáticas paralelas. Una de ellas es la pregunta por la
objetividad, que surge en el análisis del proceso de determinación de verdad de enunciados.
La pregunta por la objetividad de enunciados, específicamente aquellos involucrados en desacuerdos, será el eje rector de este artículo. Cabe aclarar que, la noción de objetividad que
se propone es la tiene que ver con cómo es el mundo2, y no con la objetividad entendida
como una noción epistémica (acuerdo intersubjetivo). La noción de objetividad planteada
aquí pretende ser independiente de los sujetos. Tal tarea nos simula un sinuoso camino,
aparentemente. Actualmente, la mayoría de las investigaciones en filosofía han optado por
bajar los brazos, debido a la complejidad del camino que la búsqueda por la objetividad
plantea. Empero, tal complejidad sirve de motivación para esta investigación. Aunque no
podamos ver con claridad, en primera instancia, si el objetivo es plausible o no, no por ello
es una investigación estéril, ya que lo aportado en el “viaje”, como dice Wright, será un gran
avance, ya que nos dará luz en partes intrincadas del camino.
Abordaremos el problema realizando una propuesta en la que se analice lo que pasa en
los desacuerdos, ya que al estudiar los enunciados que dan pie a éstos, podremos vislumbrar
condiciones para que éstos puedan ser calificados como objetivos. Para esto, se toman como
base, principalmente, los textos de Lasersohn (2005), Kaplan (1989), Wright (1986) y
McFarlane (2007). Como se verá, lo que se pretende es, a través del análisis de elementos
epistemológicos, tratar de resolver una cuestión metafísica: cuando lo que decimos del
mundo es tal cual el mundo es, esto es, cuando lo que decimos es verdadero. Como podrá
intuirse, el análisis epistemológico se hace con base en teorías que pertenecen al ámbito de
filosofía del lenguaje.
Cfr., Wright C., Saving the differences. Essays on Themes from Truth and Objectivity, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, Inglaterra, 2003, p. 6.
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Por mundo se entiende aquello que es como es sin la intervención del sujeto; desde esta postura, el sujeto mismo está incluido en lo que
se entiende como mundo. Podría decirse que mundo es, desde esta propuesta, aquello que es dado por naturaleza. Como puede percatarse
el lector, esta noción de mundo trae como consecuencia que la noción de objetividad que de ella se desprende, sea apegada a un realismo
fuerte, en el que el sujeto no intervine como creador de la realidad, sino que, se concibe a este como, parcialmente, parte de la misma.
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Ahora bien, ¿Por qué es importante analizar los desacuerdos? Primeramente, porque en
ellos podemos acceder a enunciados que, en primera instancia, tienen ya un tópico (subject
matter) determinado, es decir, siempre se discute sobre algo. Segundo, porque a través de los
desacuerdos podemos indagar de modo más específico por la objetividad, al preguntarnos
si aquello que sobre lo que se está en desacuerdo es algo que tiene que ver con cómo es el
mundo, o si depende del punto de vista de los sujetos involucrados en él. Para poder trazar
más nítidamente la línea entre estos dos campos, objetividad-subjetividad, en el artículo se
analizarán desacuerdos que involucren juicios de gusto por parte de los sujetos. Así paralelamente, como se dijo, se va desenmarañando la pregunta por la naturaleza de la verdad, ya
que ésta tendrá que ver con cómo son las cosas en el mundo, de ahí que digamos que nuestra
investigación también comprende el ámbito metafísico. Tercero, porque en el discurso del
desacuerdo examinamos la relación sujeto-lenguaje-mundo, ya que, vemos que en el lenguaje
se establecen las condiciones de verdad de las entidades lingüísticas (significado), y, luego, en
un ámbito no-lingüístico, se constata si estas condiciones son satisfechas, ya sea por el sujeto
o ya sea por el mundo (teoría de la correspondencia). Respecto a esto último, compartimos la
postura de Wright de que lo verdadero es aquello que corresponde con los hechos, esto es, con
cómo es el mundo. La intuición que se tiene es que la pregunta por la objetividad no debe
resolverse con un círculo vicioso, esto es, que la respuesta no sea “esto es objetivo porque
corresponde con hechos y corresponde con hechos porque es objetivo”.
Primero se analizarán algunas nociones en las que se fundamenta la investigación.
En ellas primero se examinan los elementos que componen un desacuerdo. Después se
establece la relación de la verdad con objetividad y subjetividad, esto se hace mediante
el desarrollo de un modelo de determinación de verdad que será probado en enunciados
objetivos y subjetivos. Luego, en la segunda sección del artículo, se conectan estas nociones
con la condición de desacuerdo legítimo. En esta última se analiza lo que ocurre en los
desacuerdos y se muestra cómo este análisis contribuye a complementar la determinación
de un enunciado como objetivo o como subjetivo.
Pasemos, pues, a aclarar las nociones fundamentales que el lector tiene que tener en
cuenta para entender de qué manera se abordará el problema, y cómo se está entendiendo
el mismo.
A) Nociones fundamentales
1. Componentes elementales propios de los desacuerdos
En esta sección se establece qué componentes elementales deben presentarse para que
pueda darse un desacuerdo, ya que, como se dijo, es a través del análisis de los desacuerdos
donde encontraremos luz sobre la cuestión de la naturaleza de la verdad. Se postula que
los desacuerdos presentan tres componentes elementales:
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(i) Las partes disputantes. Éstas están conformadas por los agentes que están en desacuerdo.
Cada uno de ellos sostiene un argumento contrario al del otro.
(ii) El argumento en disputa, que es lo que da pie al desacuerdo. Este argumento es
representado por un enunciado asertivo, proferido por los agentes involucrados en el desacuerdo.
Ahora bien, el enunciado expresa una proposición, la cual es entendida como una entidad estructurada; esto es, que a cada término del enunciado le corresponde un componente proposicional.
Para que realmente haya un desacuerdo, los agentes deben proferir enunciados que expresen
proposiciones que se contrapongan entre sí, es decir, en un desacuerdo están en conflicto un
contenido (proposición p) y su negación (proposición –p). Se entiende proposición como un
complejo, cuyos términos ingredientes se homogeneízan por composición lógica.
(iii) Los argumentos que sostienen el argumento en disputa (ii). Estos argumentos son
los conjuntos de información y sistemas de creencias a los que tienen acceso los agentes para
sostener el argumento en disputa. Estos argumentos también pueden ser representados como
enunciados asertivos y, por ende, en proposiciones.
Por ejemplo, supongamos que Fari afirma lo siguiente:
1) ‘Jugar X-box es divertido.’
Y Joao le responde:
2) ‘¡Claro que no! Jugar X-box no es divertido.’
Como podemos ver, en principio, Fari y Joao están en desacuerdo3, ya que, tienen
opiniones contrarias sobre el mismo asunto. Así, Fari y Joao serían el componente (i) del
desacuerdo arriba planteado. Ahora bien, los enunciados 1 y 2 representan lo afirmado por
cada uno de los sujetos, y, cada enunciado expresa una proposición que es contraria a la otra;
esto sería el argumento en disputa, componente (ii). Por último (iii) serían los sistemas de
creencias y conjuntos de información a los que cada sujeto tiene acceso, y, que le sirven para
sostener sus argumentos 1 y 2.
Como puede verse, en los componentes i y iii podemos ubicar nociones y elementos
de índole epistemológica, mientras que en el componente ii podemos ubicar nociones y
elementos de índole metafísica. Esto se clarificará, más adelante, cuando se explique la distinción entre desacuerdos legítimos y desacuerdos perdidos. Distinción en la cual el lector
debe de tener presente los tres componentes arriba mencionados.
Pasemos pues, a establecer nociones fundamentales que nos servirán en el análisis de la
verdad, particularmente en la determinación de verdad de elemento (ii).
2) Verdad y objetividad-subjetividad
En este apartado se desarrollan las nociones que fungen como el corazón de la propuesta, ya que, sostienen el proceso de determinación de verdad y lo relacionan con el análisis de los desacuerdos. Se estudia cómo se determina la verdad de aquello que, a primera
instancia, puede parecernos objetivo o subjetivo.
Cabe aclarar que aquí no estamos analizando si el desacuerdo entre Fari y Joao es legítimo o no, sino que, en esta parte, sólo utilizamos
el ejemplo, con la finalidad de instanciar lo dicho sobre los componentes del desacuerdo.
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Atendiendo a los componentes del desacuerdo, en esta sección nos concentraremos en
(ii) el argumento en disputa, ya que es este el que se caracterizará como objetivo o subjetivo.
Humanidades
Lo objetivo es aquello cuyo ser y modo de ser no depende en nada del sujeto; como se
apuntaba, se sostiene que el mundo, la realidad, es naturalmente como es. Su constitución
y orden es independiente de la mente, esto es, en ello no encontramos ninguna influencia
o construcción psicológica. Por ende, al corresponder lo que decimos con esta realidad, se
caracterizará como objetivo.
Por su parte, lo subjetivo lo identificamos como aquello cuyo ser y modo de ser depende
por completo del sujeto; es aquello que se sostiene en el punto de vista particular del sujeto,
y no con base en cómo es el mundo.
Como podemos ver, tal clasificación responde al tipo de relación que establezcamos
entre lenguaje-sujeto-mundo4, y somos nosotros, los sujetos cognoscentes, los que llevamos
a cabo esta clasificación. Esto, en principio, parece claro, pero entraña la causa de muchos
malentendidos, ya que, por un lado, si es una clasificación que nosotros llevamos a cabo,
entonces podría parecer, a primera instancia algo subjetivo. La siguiente explicación pretende mostrar que no es así. Se ha dicho que lo objetivo y lo subjetivo se da de acuerdo a
la relación que establezcamos entre el mundo, el lenguaje y nosotros, y lo que está detrás de
dicha relación es el modo como determinamos la verdad, esto es, cuando decimos que algo
es verdadero y cuándo decimos que no lo es.
Para explicar esto, se ha desarrollado un modelo a través del cual se puede ver la
relación arriba planteada, dicho modelo sirve para entender cómo la pregunta por la
objetividad se relaciona directamente con la pregunta sobre la verdad. El modelo lo he
trabajado desde mi tesis de Maestría, la cual tiene como objetivo dar condiciones para
mostrar la objetividad de las nociones lógicas; en este artículo, el modelo servirá para
clarificar cómo podemos rastrear la objetividad de los enunciados, y, particularmente, de
aquellos que intervienen en los desacuerdos.
3) Modelo de determinación de verdad
El proceso de determinación de verdad consta de dos niveles: el primero, que corresponde al lenguaje (tomando a este último como el vehículo del pensamiento), ya que, a
través de éste es como discurrimos y conocemos; y, el segundo, un plano no-lingüístico,
que tiene que ver con cómo son las cosas, ya sea con la realidad, el mundo, (el campo de los
hechos5), o ya sea con cómo son las cosas para el sujeto. Es a través del lenguaje que el sujeto
conoce el mundo, lo clasifica, lo encasilla, lo determina, esto no quiere decir que determine
al mundo en sí. En este primer nivel lingüístico es en donde se establecen las condiciones
La explicación que doy a continuación la tomo del trabajo desarrollado en mi tesis de maestría.
Como se anticipó, por realidad se entiende el mundo, que está conformado por hechos. No se limita la extensión del concepto ‘realidad’ a las
cosas concretas, existentes en el mundo material, sino que podemos hablar de ‘realidades’ que carezcan de materialidad -en sentido literal-,
por ejemplo, los números. Como se dijo, en el artículo se defiende lo que en filosofía contemporánea se ha denominado: un realismo fuerte.
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de verdad de lo afirmado, de lo dicho, de lo discurrido6. Aquí tenemos una identificación
del significado con las condiciones de verdad, ya que es en éste donde se establecen tales
condiciones. Ahora, en el segundo nivel, se muestra si estas condiciones se cumplen o no,
si lo establecido en el nivel lingüístico corresponde o con la realidad (el mundo), o con
lo que es de acuerdo al sujeto. El establecimiento de las condiciones de verdad requiere
que sepamos el significado de la expresión (ver nota 5) en cuestión7. Para establecer las
condiciones de verdad sabemos cuál es la proposición expresada por el enunciado. En el
segundo nivel, se verifica si hay una correspondencia entre dicha proposición, ya sea con
los hechos, o bien con cómo son las cosas para el sujeto, o si no existe tal correspondencia.
En el primer caso, las condiciones de verdad establecidas se cumplen, ya que existe algo que
corresponde a lo expresado en el enunciado; por ello podemos decir que lo expresado es
verdadero. En el segundo caso, no hay correspondencia, por ello decimos que lo expresado
es falso. Esto concuerda con la teoría minimalista de la verdad de Wright, la cual a grandes
rasgos versa así:
“Es necesario y suficiente, para que un predicado sea verdadero, que satisfaga cada uno
de los requerimientos siguientes:
•
El afirmar una declaración es presentarla como verdadera.
•
‘S’ es verdadero si y sólo si es el caso que S.
•
Los enunciados aptos para ser verdaderos tienen negaciones que son del mismo modo.
•
La verdad es una cosa, la justificación otra.
•
El ser verdadero, es corresponder a los hechos.
Respecto a condiciones de verdad, Wright sostiene:
I. Cualquier discurso asertórico permitirá la definición de sus enunciados a partir de un
predicado que califique como verdadero a la luz de la propuesta minimalista de la verdad.
II. Ese discurso será considerado asertórico solo en el caso que sus enunciados ingredientes
se sujeten a restricciones mínimas de sintaxis (negación, condicional, actitudes proposicionales)
y de disciplina: su uso tiene que estar regido por estándares de garantía acordados.
Mientras más se satisfagan los estándares disciplinarios propios del discurso, más podrá
titularse como verdadero.”8
Así, lo dicho hasta aquí, se esquematiza mediante el siguiente modelo:
Cabe aclarar que no nos limitamos a un tipo de lenguaje, sino que por “lenguaje” se entiende todo aquello que permite clasificar al mundo, distinguir las cosas, desde afirmaciones, oraciones, formalizaciones lógicas, etiquetas mentales, etc. Por eso se sostiene que es a través
del lenguaje como se discurre, esto es, “etiquetar” al mundo.
7
En adelante, las expresiones que se tomarán como prototipo serán los enunciados asertivos.
8
Cfr. Wright C., 2003, Saving the differences. Essays on Themes from Truth and Objectivity, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts,
Inglaterra, p. 4-5.
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ESTADO
p: Portador de verdad (entidad del lenguaje)
ej.: Enunciado asertivo
Nivel 1)
LENGUAJE
↓
Establecimiento de las condiciones de verdad
Significado de p
Proposición
Humanidades
Nivel 2)
Plano No Lingüístico
↓
Cumplimiento o incumplimiento de las condiciones de
verdad de p
Correspondencia con
Hechos-Sujeto
Ahora bien, lo que hace que algo sea objetivo o subjetivo, es la manera en que dicho
proceso se lleva a cabo. A continuación aplicaremos el modelo de determinación de verdad
a instancias de enunciados objetivos y subjetivos.
3.1) Determinación de enunciados objetivos
Un enunciado asertivo p es objetivamente verdadero si y sólo si el significado (lingüístico)
de las palabras expresan la proposición p, y los hechos no-lingüísticos garantizan por sí mismos
que p es verdadera. Esto es, que corresponda lo expresado en p con cómo es el mundo. Analicemos esto con mayor detalle.
Primero, el significado de un enunciado asertivo, está determinado cuando se cumple:
i) que los sujetos involucrados en una conversación (hablantes competentes del
lenguaje en situaciones normales) saben lo que significan las palabras involucradas, saben
gramática y saben cómo se combinan los significados de las palabras. Esto es, tienen el significado lingüístico de las expresiones involucradas en la conversación. Además, ven dichas
expresiones dentro de un contexto determinado.
Podemos ver que (i) corresponde sólo al nivel del lenguaje, donde ubicamos el establecimiento de las condiciones de verdad de los enunciados. En el caso de un enunciado
objetivo, la proposición expresada tendrá que ver con cómo son las cosas en realidad, esto
es, el contenido proposicional apuntará a hechos. Debido a que las proposiciones apuntan
a hechos, debemos avanzar del plano del lenguaje, ya que la objetividad es independiente
del mismo. Luego, para que por la proposición expresada en p sea verdadera, y el proceso de
determinación de verdad se complete, además de (i) debe cumplirse lo siguiente:
ii) la verdad de las afirmaciones de enunciado estará determinada por la correspondencia
con los hechos no lingüísticos que dicha afirmación indica.
Así, vemos cómo lo expresado por los enunciados será verdadero si y sólo si de hecho
es el caso que en el mundo ocurre lo expresado por el enunciado; en cambio, si no es el caso
que el hecho ocurra, entonces el enunciado será falso.
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Vemos aquí que la determinación de verdad es directa, ya que sólo se pasa de las condiciones de verdad de las expresiones, al mundo, que ya está de antemano determinado.
Así, la correspondencia con los hechos, el mundo, no depende de ningún punto de vista
particular o intervención por parte de los sujetos, ya que se da de manera directa.
Ahora bien, siguiendo las condiciones de determinación arriba planteadas (i y ii), al
representar en el modelo las expresiones objetivas que son verdaderas se obtiene lo siguiente:
P
Enunciado que contiene
nociones acerca del mundo
↓
Establecimiento de las condiciones de verdad.
Significado de p
Proposición
↓
Hecho no lingüístico
Hecho en el mundo
Cumplimiento o incumplimiento de las condiciones de verdad de p
Veamos cómo se da este proceso a través de un ejemplo. Supongamos que el sujeto T
hace la afirmación representada en el siguiente enunciado:
(p) ‘el argumento h es lógicamente válido’.
El argumento h que al que el sujeto T se refiere es el siguiente:
(h) s → n
q→l
____________
(s V q) → (n V l)
De acuerdo a lo establecido, para que p sea verdadero es necesario que, primero T sepa
lo que los términos ingredientes de p significan. Los términos que encontramos en p están
determinados, esto es, su significado no es vago y no depende del punto de vista particular de
T, ergo son acerca del mundo9. Se sostiene esto por la noción de lógicamente válido presente
en el enunciado, que corresponden a cómo es el mundo. Esto tiene que ver con la relación de
consecuencia lógica implícita en p: X es consecuencia lógica del conjunto K, si y sólo si en toda
circunstancia, mundo posible o caso en que K sea verdadero, X también -necesidad lógica- es
verdadero. Para corroborar esto podemos realizar la prueba de validez del argumento h. Así,
podemos decir que p es verdadero.
El lector no debe perder de vista que nos referimos al enunciado p y no al argumento h, ya que podría haber confusión acerca de que
lo dicho en h no está determinado, como sí lo está lo dicho en p. Otra objeción que puede hacerse a esto es que la validez lógica de h es
posible desde un sistema de lógica clásica y no desde sistemas de lógicas no-clásicas. La postura que se toma es que las lógicas no-clásicas
se desarrollan a partir de sistemas clásicos, incluso la mayoría de las nociones de aquéllas son fundamentadas en nociones de éstas. Por
ello, la validez de la que se habla en el ejemplo tiene que ver con el razonamiento que lleva a cabo el sujeto de acuerdo con la forma en
que el mundo está organizado, en cómo se dan las relaciones en el mismo, de manera natural, y no, con una noción que se limite sólo a un
sistema de lógica clásica.
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Otros ejemplos de enunciados objetivos serían los siguientes:
p1) la altura de la Torre Eiffel es de 324 metros10.
p2) la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta (dentro de un sistema
euclidiano).
Humanidades
p3) la fuerza que ejerce una partícula puntual con masa m1 sobre otra con masa m2 es directamente proporcional al producto de las masas, e inversamente proporcional al cuadrado
de la distancia que las separa.
Todos estos enunciados expresan algo que se refiere a cómo es el mundo. Ahora, veamos qué pasa con enunciados que en principio nos parecen subjetivos.
3.2 Determinación de enunciados subjetivos
Un enunciado asertivo pe es objetivamente verdadero si y sólo si el significado (lingüístico) de las palabras expresan la proposición pe, y algo no-lingüísticos garantizan por sí
mismos que p es verdadera. A diferencia del apartado anterior, no podemos decir con seguridad que lo expresado en pe corresponda con un hecho, ya que no se tiene la seguridad
de que cómo son las cosas para el sujeto sean hechos, pero sí de que sean algo. Por tanto,
en este tipo de enunciados debe corresponder lo expresado en pe con cómo son las cosas
para el sujeto. Examinemos esto mediante el siguiente ejemplo, en el que suponemos
que el enunciado es subjetivo, ya que, en principio, no se refiere a cómo es el mundo en
sí, sino a cómo es el mundo para el sujeto. Supongamos que el profesor Willo hace una
afirmación que es representada en el siguiente enunciado:
(pe) ‘el pulque de jitomate es delicioso.’
Igual que en el caso anterior, primero deben establecerse las condiciones de verdad de
la afirmación pe. Para ello debe cumplirse la condición i) anteriormente expuesta. De este
modo, de acuerdo al modelo, podemos ver que el cumplimiento con el nivel lingüístico se
da directamente, esto es:
pe: el pulque de jitomate es delicioso
Enunciado
↓
Establecimiento de las condiciones de verdad
Significado de pe.
Proposición
Se da directamente porque el profesor Willo sabe a lo que se está refiriendo cuando
afirma pe. Aún cuando no sepamos exactamente lo que el profesor Willo quiere decir con
“delicioso”, podemos entenderlo y podemos aseverar que él sí sabe determinadamente lo
que quiere decir “delicioso”, así como también nosotros sabemos lo que es “lo delicioso”
Lo que es objetivo en este ejemplo es la altura de la torre Eiffel en sí mismo y no la medida de 324 metros, esto es, lo objetivo es la altura
de la torre, mida ésta lo que mida. Este ejemplo se parece al que Saul Kripke cita en El Nombrar y la Necesidad, sobre el metro de la barra de
París. Ver Kripke Saul, 2005, El Nombrar y la Necesidad, Universidad Nacional Autónoma de México, IIF, México, p.56-59.
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para nosotros. Así, aun cuando “delicioso” es un predicado de gusto personal (subjetivo), el
significado del término, y, por ende el componente proposicional, se encuentra determinado. Por tanto, el establecimiento de las condiciones de verdad de pe se da de modo directo.
Ahora, para que pe sea verdadero necesita cumplir además de (i) lo siguiente:
ii) la verdad de las afirmaciones de enunciado está determinada por la correspondencia
con elementos no lingüísticos que dicha afirmación indica.
Es en este paso en donde se da la diferencia entre objetividad y subjetividad, ya que,
como vimos en el apartado anterior, lo que proveía de verdad a p eran los hechos dados en el
mundo, en cambio, lo que provee de verdad a pe es cómo son las cosas para el sujeto. Debido
a que pe es una afirmación de enunciado subjetiva, su verdad o falsedad depende completamente del sujeto, en nuestro caso, del gusto del profesor Willo. Es por esto, que respecto al
segundo nivel del modelo del proceso de determinación de verdad tenemos lo siguiente:
Establecimiento de las condiciones de verdad
Significado de pe.
Proposición
↓
Gusto del sujeto
Cumplimiento o incumplimiento de las condiciones de verdad de pe.
Respecto a la condición ii, lo que cambia es que la verdad o falsedad de lo expresado en
el enunciado se da de acuerdo a cómo son las cosas para el sujeto y no con base en cómo
son las cosas en el campo de los hechos independientes de él. No obstante, sí podemos
entender lo que el profesor Willo quiere decir con la afirmación de enunciado pe, ya que
nosotros también sabemos lo que es delicioso, pero el problema es que dicha ‘delicia’ es para
nosotros y no tenemos forma de decidir si es exactamente el mismo tipo de delicia que la
del profesor.
De esta manera se ha mostrado la principal distinción entre objetividad y subjetividad,
sirviéndonos del modelo de determinación de verdad. Ahora, nos resta ver cómo a través
del análisis de los desacuerdos se refuerza esta distinción y se aluza la problemática sobre la
naturaleza de la verdad.
B) Desacuerdo legítimo y desacuerdo perdido
Con base en los autores siguientes, se desarrollan las nociones que me sirven tanto
para poder caracterizar la clasificación entre ambos tipos de desacuerdos, como para
explicar cuándo, en un desacuerdo, hay una verdadera oposición entre los contenidos
de los argumentos en disputa (ii)11: Crispin Wright (1986), David Kaplan (1989), Peter
Lasersohn (2005) y McFarlane (2007). Antes se vio que lo que caracteriza a un enunciado objetivo es el modo como se determina su verdad, pues bien, en este apartado se
añade a tal propiedad, la condición de que un enunciado objetivo es aquel que da pie a
En este apartado, el lector tiene que recordar los componentes de un desacuerdo: (i) agentes involucrados, (ii) argumento en disputa y
(iii) argumentos que sostienen al argumento en disputa.
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desacuerdos legítimos12. Con ello se pretende completar el objetivo del artículo: mostrar
la objetividad de cierto tipo de enunciados para dar luz sobre la naturaleza de la verdad.
Humanidades
Ahora bien, en el análisis de los desacuerdos, es dónde podemos indagar por la delimitación entre objetividad y subjetividad, ya que, como se verá, los enunciados que dan pie a
desacuerdos legítimos (ii) expresan cómo son las cosas en realidad, es decir, cómo es el mundo
independientemente del sujeto. En pocas palabras, sobre lo que se está en desacuerdo es sobre
un aspecto de la realidad. De ahí que más arriba se mencionara que en el componente ii del
desacuerdo, podríamos ubicar nociones y elementos de índole metafísica, esto es, términos
que refieran directamente a individuos (objetos) sin que una interpretación por parte del
sujeto sea necesaria; no obstante, esto no quiere decir que no exista tal interpretación.
La distinción entre un desacuerdo legítimo y uno que no o es, se hace mediante el
análisis del argumento que da pie al desacuerdo (ii), y, para llevar a cabo esto, tenemos que
analizar aquello que hace que tal argumento pueda sostenerse, esto es, las fuentes que dan
pie al desacuerdo, que son sistemas de creencias y conjuntos de información por parte de
los agentes que están involucrados en dicho desacuerdo (iii). Por lo general, cuando se da
un desacuerdo es porque no compartimos la misma opinión, el mismo punto de vista, esto
se debe a que diferimos con el otro en algún punto en nuestro sistema de creencias. Como
veremos, esto corresponde a un estado epistémico y no metafísico.
En su propuesta, Wright pretende13 caracterizar la distinción entre enunciados genuinos, enunciados declarativos cuyo valor de verdad (verdadero o falso) es conferido por las
propiedades de un tópico -subject matter- real, idóneos para expresar conocimiento genuino; y el resto de los enunciados declarativos que tienen la sintaxis de enunciados genuinos,
pero que no remiten a cómo las cosas son respecto a un hecho dado. El interés principal
de Wright es poder quitar cualquier tipo de contaminación subjetiva de los enunciados.
Vemos que esto se empareja con su propuesta sobre la verdad y la correspondencia. Según
él, la cuestión de la cognición es relacional, tiene que ver con cómo adquirimos creencias
(de modo apropiado) y cómo las relacionamos de acuerdo al modo como las cosas son;
esto último puede verse desde dos perspectivas: 1) como las cosas son de acuerdo a las
opiniones del sujeto, y 2) como las cosas son de acuerdo a los hechos; tanto en 1 como en 2,
encontramos tópicos, y, en ambos casos, siguiendo la teoría de la correspondencia, la verdad
de lo que expresamos dependerá de cómo las cosas son ya sea en el sentido de 1 o de 2.
Esta investigación es sobre el segundo modo: cuando lo que “decimos” (en sentido amplio)
corresponde con la manera en que el mundo es. Respecto a esto, Wright nos sugiere que
el conocimiento es una cuestión desapasionada, esto es, cuando conocemos la verdad de
un enunciado factual, lo hacemos independientemente a nuestra respuesta emocional o
afectiva que tengamos acerca del hecho. También nos dice que la verdad es coercitiva cuando
Para la explicación del desacuerdo se toman en cuenta principalmente los escritos de Wright (1986) y McFarlane (2007). Cabe aclarar
que Wright no utiliza el término ‘desacuerdo legítimo’, en ninguno de los textos mencionados en la bibliografía, sin embargo, la noción de
desacuerdo legítimo la utilizo para referirme a un desacuerdo basado en fuentes de diferencia de opinión objetivas (más adelante trataré este
punto), esto es, desacuerdos en los que podemos asir objetividad.
13
En el tercer apartado de <<Inventing Logical Necessity>>, en J. Butterfield ed., Language, Mind and Logic, Cambridge University Press,
1986, p. 195-202.
12
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María Esperanza
RodríguezGarcía
Zaragoza
Gabino
Eduardo Castrejón
el enunciado expresa cuestiones de hecho, es decir, la verdad se da de modo forzado debido
a que los hechos no cambian aún con la intervención o la no intervención del sujeto. Esto
tiene que ver con la concepción minimalista de la verdad y de las condiciones de verdad
expuesta por Wright.
Recordemos que uno de los componentes del desacuerdo es aquello sobre lo que se está
en desacuerdo, lo cual como se dijo, puede expresarse mediante un enunciado. Pues bien,
supongamos que tenemos el enunciado p y queremos saber si lo expresado en el enunciado
puede catalogarse como genuino. Para “ver” (en sentido amplio) lo expresado en p no se apela
a planos lingüísticos privados. Esto es, nuestros sujetos involucrados comparten el mismo
lenguaje, entienden las palabras integrantes del enunciado p. Punto fundamental de nuestro
análisis es distinguir entre a) lo que se afirma o se niega en p, y b) el hecho al que p me remite.
Aún no sabemos si lo que p refiere, tiene que ver con cómo las cosas son respecto a los sentidos
1 (sujeto), o 2 (mundo) antes expuestos; y, sólo si p tiene que ver con 2 (de acuerdo a como
las cosas son en el campo de los hechos) podremos calificarlo como un enunciado genuino.
Luego, si surge un desacuerdo respecto a p, veremos que éste depende de las fuentes de
diferencia de opinión, las cuáles las ubicamos en la información y creencias que poseen los
disputantes en ese momento, esto es, en los estados de información. Lo que se entenderá
aquí por estado de información es la suma total de información a la que un sujeto tiene
acceso y posee (la sabe –creencia-) en un momento determinado. De los estados de información que se posean depende el que se asiente o se niegue algo, ya que de ahí provendrán
las fuentes de diferencia de opinión en las que se basa el desacuerdo. Ahora bien, podemos
tomar como componentes de un estado de información el lenguaje que comparten los disputantes, el vocabulario, el que compartan significados, información que haya obtenido de
los demás, explicaciones, conjuntos de creencias, etc. Si se pone atención a esto, podemos
ver que los estados de información son de un estatus epistémico, mientras que el enunciado
genuino pertenece más bien a un estatus metafísico. La estrategia de Wright es caracterizar
a los enunciados genuinos (objetivos) a partir de los estados de información de los sujetos.
Como se dijo, en estos últimos encontramos las fuentes que dan pie a los desacuerdos. Ahora
bien, podemos encontrar que la información puede ser “pública” o “privada”. Información
“pública” sería aquella a la que todos tenemos acceso, por lo menos en principio. Ésta no
depende únicamente del sujeto, por ejemplo: la información que recibimos del entorno. Por
otro lado, está aquella información que sólo es accesible de modo privado por el sujeto que la
posee. Esta información es “privada”. Por último, hay quien sostiene que existe información
que no es accesible para nadie, pero que sin embargo existe, cosa que no trataremos aquí.14
Si el enunciado p es genuino, expresa cuestiones objetivas–factuales. Si p no es genuino, entonces su rechazo o aceptación se deberá a factores no compartidos en los estados
de información de los sujetos. Así, un enunciado genuino será aquel en el que los sujetos racionales ideales no pueden estar en desacuerdo legítimo acerca de su aceptabilidad en ningún
estado de información posible. Así, podremos saber si el enunciado en desacuerdo es genuino,
Para ampliar más al respecto ver Skidelsky Liza, <<La distinción doxástico-subdoxástico>>, Crítica, Revista Hispanoamericana de
Filosofía, vol. 39, No. 115, abril 2007, p. 31-60.
14
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DESACUERDO
LEGÍTIMO
Y ENUNCIADOS
LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL
DELOBJETIVOS
ESTADO
sólo si el desacuerdo se da con base en diferencias de opinión que no estén contaminadas
de subjetividad, esto es, que no recaigan en el punto de vista particular de los sujetos
involucrados.
Humanidades
Por ende, se deben analizar los estados de información de las partes disputantes, y,
aquí es donde ubicamos las fuentes de diferencia de opinión que provocan el desacuerdo
(iii). Al igual que el enunciado en desacuerdo (ii), estas últimas también son objetivas
cuando son acerca de un estado factual, acerca de un hecho en el mundo; por otro lado,
también pueden ser subjetivas, cuando el desacuerdo se basa en fuentes que dependen de
algún punto de vista particular de los sujetos involucrados en él. Con base en esta distinción se determinará si el enunciado en disputa es objetivo, esto se define en el rango
de po sibles fuentes de diferencia de opinión factuales; así el desacuerdo será respecto a un
estado factual15, y nos encontraremos ante un desacuerdo legítimo. En el tipo de fuentes
de diferencia de opinión podemos identificar los tópicos -subject matters- de la disputa. Esto
está relacionado con los estados de información de los sujetos disputantes. Si las fuentes
de diferencia de opinión son fácticas, esto es, son respecto a un estado factual ubicado en
los estados de información de los sujetos, entonces el desacuerdo calificará como legítimo.
Por otro lado, si éstas no dependen de algún hecho, sino que se dan con base en algún tipo
de información subjetiva, no hay desacuerdo, nos encontramos ante un desacuerdo perdido. Ocurre siempre, en los desacuerdos legítimos, que una de las partes disputantes esté
equivocada y otra esté en lo correcto. En el segundo caso, el desacuerdo se pierde porque
lo que está en discusión son puntos de vista de los sujetos acerca de cómo son las cosas para
ellos mismos, por tanto no existe algo en común en tal desacuerdo, incluso tampoco podría
haber un acuerdo legítimo entre los sujetos.
A continuación se expone la clasificación que hace Wright sobre las fuentes de diferencia de opinión: error, ignorancia y prejuicio. Cabe señalar, que faltaría la fuente de
vaguedad material, la cual no incluyo ya que el propósito del escrito es poder discernir entre
enunciados objetivos y subjetivos.
Fuentes de diferencia de
opinión
Error Material del lado de
alguna de las partes que participan en el desacuerdo. Las
partes están representadas por
los sujetos T y W.
Se considera factual (material)
cuando
No debe considerarse factual
(material) cuando
El error es independiente de
cualquier punto de vista acerca
de la opinión en disputa. Tiene
que ver con cualquier tipo de
mal funcionamiento, perceptual,
de recolección, intelectual, etc.
La atribución del error está
basada en el punto de vista de
alguno de los sujetos partícipes
del desacuerdo.
Ej. Error de cálculo
Sujeto T: el resultado de 70
veces 7 es 490.
Sujeto W: No, el resultado de
70x7 es 150.
Ej. Sujeto T: El pulque de
jitomate es delicioso.
Sujeto W: No, te equivocas, el
pulque de jitomate no es
delicioso, es asqueroso.
Cabe aclarar que el adjetivo que Wright le da a estas fuentes, es el de “material”. No tiene que ver completamente con la realidad
empírica, sino que creo que por “material” entiende que las fuentes tienen que ser “objetivas” en el sentido en que no tiene que haber
contaminación subjetiva.
15
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RodríguezGarcía
Zaragoza
Gabino
Eduardo Castrejón
Fuentes de diferencia de
opinión
Ignorancia Material del lado
de alguna de las partes que
participan en el desacuerdo.
En este caso, el que esto sea un
error no depende del punto de
vista de alguno de los sujetos que
toman parte en el desacuerdo.
También cuenta como error
material cuando la lectura de un
dato no se realiza correctamente.
En este caso el error que W
atribuye a la parte disputante
se basa en el particular punto
de vista de W.
Se considera factual (material)
cuando
No debe considerarse factual
(material) cuando
Es identificable de modo independiente de la visión subjetiva
de la afirmación en disputa;
cuando no se puede evitar que
alguno de los sujetos integrantes
del desacuerdo ignore el valor de
verdad del enunciado. También
tiene lugar cuando aquello que
se ignora es el hecho al que
apunta la afirmación en disputa.
La atribución de ignorancia en
el fondo dice que el sujeto no
tiene cierta visión particular del
enunciado.
Ej. T: La Tierra gira alrededor
del sol.
W: No, eres un ignorante, es el
sol el que gira alrededor de la
Tierra.
En este caso la ignorancia achacada por T depende de la visión
subjetiva de la afirmación y no
de una ignorancia material.
Como hemos visto, el gusto es
una cuestión subjetiva.
En este caso tenemos que el
estatus del enunciado16 de T es
ignorado por W y viceversa.
Ej. W: Bach es malísimo, aburre
y apesta.
T: Bach es muy buen músico, sus
composiciones son excelentes. Lo
niegas porque eres un ignorante.
Aquí, qué astro gire alrededor
de qué otro astro, no es una
cuestión que se base en el punto
de vista particular de T o W, el
desacuerdo se da en base a que
ambos ignoran las teorías que
hacen verdaderas cada una de las
opiniones discrepantes.
Se considera factual (material)
cuando
Se considera factual (material)
cuando
Prejuicio Material del lado de
alguna de las partes que participan en el desacuerdo.
Se está de acuerdo respecto al
material y datos informativos
vistos como evidencia del
enunciado, pero no se está de
acuerdo respecto a la fuerza de
soporte que evidencia da al
enunciado.
Ej. T: Para que el experimento
tenga éxito, el agua tiene que
El cuerpo de evidencia, el material y los datos informativos,
no son compartidos, ni siquiera
una de las partes del desacuerdo
muestra interés por saberlos.
Ej. GV: A los lógicos no les
gusta la poesía ni la entienden,
porque no está en números.
E: ¿Vas a clase?
El estatus del enunciado está directamente relacionado con la información a la que tienen acceso los sujetos disputantes. Más precisamente, el estatus del enunciado obedece al estado de información en el que se encuentra cada uno de los sujetos integrantes de la disputa;
recordemos que el estado de información es la suma total de información a la que tiene acceso un sujeto en un momento determinado.
Los estados de información de un sujeto a otro varían, de ahí que la fuente de diferencia de opinión se dé cuando se ignora el estatus del
enunciado debido a que los estados de información no son compartidos.
16
90
No debe considerarse factual
(material) cuando
DESACUERDO
LEGÍTIMO
Y ENUNCIADOS
LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL
DELOBJETIVOS
ESTADO
estar a 777°C para poder diluir
el sólido. El número 7 es de
buena suerte.
W: No, el sólido puede arrojarse cuando el agua esté entre 770
y 780°C. La suerte no tiene que
ver en esto.
Humanidades
T y W comparten el cuerpo
de evidencia, sin embargo, T
de manera irracional le asigna
mayor fuerza de soporte a la
creencia de que el éxito del experimento depende del número
de grados y no de la temperatura establecida.
Aunque esta fuente no queda
del todo clara, veamos otro
ejemplo: supongamos que Pedro y Juan (ambos epistemólogos dedicados) están de acuerdo
en que conocimiento es aquella
creencia verdadera y justificada,
pero difieren en lo que debe tomarse como garantía de éste; el
primero de ellos es un empirista
consagrado, el segundo es un
racionalista aferrado, aun cuando ninguno tenga una garantía
fundamentada. En este ejemplo
podemos ver que lo que origina
el desacuerdo son las diferentes
teorías que cada uno acepta
como válidas (empirismo y
racionalismo); y, podemos ver
que el origen del desacuerdo
no radica en algo que dependa
completamente del sujeto, sino
que es algo externo a él, en
nuestro caso, las diversas teorías
que sostienen y el prejuicio con
el cada uno se explica el mundo.
Así pues, una de las condiciones que debe cumplir un desacuerdo para calificar como
legítimo es que las fuentes de diferencia de opinión que dan pie a éste sean factuales, esto es,
que las fuentes de la diferencia de opinión de las partes en disputa no dependan de factores
subjetivos. Una vez que se haya mostrado esto, puede sostenerse que el enunciado que da
pie al desacuerdo es genuino, objetivo. En un desacuerdo no es necesario ubicar todas las
fuentes de diferencia de opinión arriba expuestas, basta con que encontremos una de ellas.
Por último, si las partes en disputa logran llegar a un acuerdo, el acuerdo entre las partes
debe también ser legítimo.
Ahora, someteremos a desacuerdo los enunciados cuya verdad determinamos usando
el modelo de determinación de verdad. Con esto se quiere mostrar que el análisis de los
91
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enunciados en desacuerdo, contribuye a que fijemos si éstos son objetivos o subjetivos; y si es el
primer caso, ahondar el proceso de determinación de verdad de los mismos.
1) Desacuerdo legítimo y afirmaciones de enunciado subjetivas
Primero analizaremos el caso del enunciado subjetivo (pe) ‘el pulque de jitomate es delicioso’. Veamos qué pasa cuando con base en este enunciado tenemos el siguiente desacuerdo:
Sujeto T: (pe) ‘El pulque de jitomate es delicioso.’
Sujeto W: (-pe) ‘No, el pulque de jitomate no es delicioso.’
Sabemos que el enunciado que pronuncia T es subjetivo porque, como se mostró
mediante el modelo de determinación de verdad, la verdad de lo expresado depende del
gusto del sujeto. Esto se debe a que la delicia adjudicada al pulque de jitomate no apunta a
algún hecho que se dé de acuerdo a cómo las cosas son en realidad, en el campo de los hechos, sino que apunta a cómo las cosas son de acuerdo a las opiniones del sujeto. También
podemos pensar que tanto T como W comparten la misma información acerca de lo que
es el pulque de jitomate, pero difieren respecto a la delicia del pulque, esto es, comparten,
parcialmente, estados de información. Ahora, analizaremos pe (ii) a partir de las fuentes
que detonan el desacuerdo (iii). Recordemos que el enunciado en disputa (ii), será genuino
–objetivo- si las fuentes que provocan el desacuerdo son factuales (materiales), en el sentido
arriba expuesto.
Por un lado, W no puede decir que T está en un error material porque la adjudicación
del error se basa en el punto de vista particular de W. Tampoco puede decir que T se encuentra en ignorancia material respecto a la ‘delicia’ del pulque, ya que, por un lado, T tiene
acceso a degustar el pulque de jitomate, y por otro, T no ignora el estatus del enunciado
pe. Ahora, respecto a la fuente de prejuicio material nos encontramos que alguien puede
pensar que T y W están de acuerdo respecto al material y datos informativos vistos como
evidencia del enunciado, ambos toman y degustan el pulque. Lo que tenemos que ver es
la posibilidad en que T y W difieran en la fuerza de soporte de pe, si este fuese el caso, entonces el desacuerdo respecto a pe tiene como fuente de diferencia de opinión un prejuicio
material, y por tanto podemos decir que el desacuerdo sí apunta a un cierto estado factual.
Podemos ver que nuestros sujetos no difieren respecto al peso que le dan a cualquier pieza
de evidencia involucrada, ambos tienen acceso a la misma base de evidencia y ambos dan el
mismo valor a la fuerza de soporte, a saber: cómo sabe el pulque de jitomate. Por otro lado,
podemos pensar que no podemos encontrar fácilmente, en el desacuerdo planteado, si el
gusto o el no gusto del pulque por parte de los sujetos se deban a un prejuicio. Necesitamos
más información para ver en qué se basa el que T afirme pe y W lo niegue, para poder ubicar
si existe prejuicio o no. En este caso la fuente de prejuicio material no es ubicable con la
información que se tiene. El que no podamos establecer parámetros que fijen sin duda el
significado de lo expresado, es un problema característico de los enunciados objetivos. No
92
DESACUERDO
LEGÍTIMO
Y ENUNCIADOS
LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL
DELOBJETIVOS
ESTADO
Humanidades
obstante, tal problema no será tratado aquí17, ya que el propósito es mostrar cómo analizar
los enunciados que provocan desacuerdos. Así, se ha mostrado que el desacuerdo entre T
y W no puede ser calificado como desacuerdo legítimo, ya que las fuentes de diferencia de
opinión que encontramos (error e ignorancia) no corresponden a un estado factual, sino
que dependen del punto de vista particular de los sujetos involucrados, y no hay suficiente
información para decidir sobre la de prejuicio. Por tanto, no podemos ubicar ninguna
fuente de diferencia de opinión material en el desacuerdo. Así que podemos concluir desacuerdos que se den con base en enunciados tipo pe, no serán legítimos, ya que no se dan
respecto alguna cuestión factual (material); y, por ende, el enunciado en disputa no es
genuino, objetivo.
2) Desacuerdo legítimo y afirmaciones de enunciado objetivas
Ahora veamos qué pasa cuando un desacuerdo se da con base en un enunciado, en
principio, objetivo. Digo que es “en principio” objetivo, ya que, aunque lo hemos sometido
al modelo de determinación de verdad, la cuestión es si éste da pie a un desacuerdo legítimo, para que así sea completamente objetivo. Aquí el sujeto T afirma:
(p) ‘el argumento h es lógicamente válido.’
Por su parte el sujeto W afirma:
(-p) ‘No, el argumento h no es lógicamente válido.’
Recordemos que por argumento h tomamos lo siguiente:
P1) s→n
P2) q→l
⊦----
C) (sVq) → (nVl)
Vemos que el argumento h consta de dos premisas y una conclusión que se deriva de
ellas. Recordemos que la noción de consecuencia lógica implícita en h, es la noción semántica intuitiva: “X es consecuencia lógica del conjunto K, si y sólo si en toda circunstancia,
mundo posible o caso en que K sea verdadero, X también -necesidad lógica- es verdadero.”
Recordemos también que basta con que tomemos a los componentes X y K de dicha noción
como portadores de verdad. Pues bien, podemos ver que la relación de consecuencia lógica
está presente en el argumento h debido a que C es consecuencia lógica de las premisas P1 y
P2, ya que siempre que éstas son verdaderas C también lo es -por necesidad lógica-. Dicho
de otro modo, no es posible que algún argumento, con la misma forma que h, tenga en
algún caso premisas verdaderas y conclusión falsa.18
Lasersohn, P., 2005, <<Context Dependence, Disagreement, and Predicates of Personal Taste>>, Linguistics and Philosophy, 28, pp. 643-86.
Basta con esta definición simple de consecuencia lógica. No es mi objetivo profundizar en el debate de si la definición de consecuencia
lógica debe ser modal o formal, basta lo arriba dicho para poder ubicar el hecho al que nos remite esta noción.
17
18
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Zaragoza
Gabino
Eduardo Castrejón
Para probar la objetividad del enunciado (p), necesitamos probar la objetividad de la
noción de consecuencia lógica presente en el argumento h. Esto debido a que cuando un argumento es lógicamente válido, es porque es un hecho que su conclusión se siga lógicamente
de las premisas. Como puede apreciarse, aquí se hace patente el realismo que se sostiene en
la investigación; en él se incluye la posibilidad de una realidad lógica, en la cual encontramos
hechos lógicos. Pues bien, el lector no debe perder de vista que la objetividad de la noción
de consecuencia lógica, se ubica en la forma del argumento h y no en los relata del mismo.
Ahora, para mostrar que el enunciado (p) califica como un enunciado genuino, esto
es, objetivo, tenemos que lo que da pie a un desacuerdo respecto a éste es, o un error
material, o ignorancia material, o un prejuicio material. Al hacer esto mostramos que la
verdad de lo expresado en el enunciado (p) no depende de algún tipo de factor subjetivo,
y que ésta es acerca de cuestiones de hecho, particularmente, al hecho al que apunta la
relación de consecuencia lógica.
Siguiendo con nuestro ejemplo, supongamos que ambos sujetos, T y W, realizaron la
prueba de validez del argumento h, y ambos sustentan sus afirmaciones en esto. Veamos el
tipo de prueba que realizaron cada uno. La prueba de validez de T es la siguiente:
P1) s→n,
P2) q→l ⊦
C) (s∨q) → (n∨l)
1. ~s⋁n implicación material P1.
2. (~s⋁n) ⋁ l Adición 1.
3. ~s⋁(n ⋁ l) Asociación 2.
4. (n ⋁ l) ⋁ ~ s Conmutación 3.
5. ~q ⋁ l Implicación material P2.
6. (~q⋁l)⋁ n Adición 5.
7. ~q⋁(l⋁ n) Asociación 6.
8. ~q⋁(n⋁l) Conmutación 7.
9. (n ⋁ l) ⋁ ~q Conmutación 7.
10. {(n ⋁ l) ⋁ ~s} ⋀ {(n ⋁ l) ⋁ ~q} Conjunción 4 y 9.
11. (n ⋁ l) ⋁ (~s ⋀ ~q) Distribución 10.
12. (n v l) v ~(s v q) Teorema de Morgan 11.
13. ~(s ⋁q) ⋁ (n ⋁ l) Conmutación 12.
14. (s∨q) → (n∨l) Implicación Material 13.
Por su lado W ha realizado la siguiente prueba:
P1) s→n,P2) q→l ⊦
1. ~ s∨n implicación material P1.
2. ~q ∨ l implicación material P2.
3. (~ s∨n) ∨ l adición 1.
4. (~q∨l)∨ n adición 2.
5. ~ s∨(n ∨ l) asociación 3.
6. (n ∨ l) ∨ ~ s conmutación 5.
94
C) (s∨q) → (n∨l)
DESACUERDO
LEGÍTIMO
Y ENUNCIADOS
LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL
DELOBJETIVOS
ESTADO
~q⋁(l⋁ n) asociación 4.
(n ⋁ l) ∨ ~q conmutación 7.
{(n ∨ l) ∨ ~s} ∨ {(n ∨ l) ∨ ~q} conjunción 6 y 8.
(n ∨ l) ∨ (~s ∨ ~q) distribución 9.
(n v l) v ~(s v ~q) Teorema de Morgan 10.
~(s ∨~q) ∨ (n ∨ l) conmutación 11.
(s∨~q) ∨ (n∨l) implicación Mat. 12.
No hay conclusión del argumento.
Humanidades
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
Lo que tenemos que hacer es indagar si, con base en las pruebas de validez, podemos
encontrar algún tipo de error, ignorancia o prejuicio materiales. Podemos ver que en lo que
difieren nuestros sujetos es en el resultado que obtienen al aplicar el teorema de Morgan en
los renglones 12 y 11 respectivamente. Esto nos lleva a pensar que uno de nuestros sujetos
debe estar equivocado, ya que, el teorema de Morgan no depende de la interpretación de
los sujetos. Al ubicar la fuente de diferencia de opinión, lo que nos resta es verificar si esta
diferencia se da con base en cuestiones factuales. Con base en lo que establece el teorema de
Morgan podemos ver, claramente, que el sujeto W está equivocado, ya que aplicó incorrectamente la regla. Este error puede compararse con un error de cálculo, lo que lo provoca no
es ningún tipo de vista particular del sujeto W, o algún tipo de factor subjetivo; luego, el
error es material (factual), es acerca de cuestiones de hecho. Como se dijo, basta con ubicar
que una sola de las fuentes de diferencia de opinión es factual, para decir que el enunciado
respecto al cual se da el desacuerdo es genuino o no. Por tanto, en este caso podemos decir
que el desacuerdo entre T y W califica como un desacuerdo legítimo, ya que una de las
fuentes del mismo es factual: error material.
Ahora veamos un ejemplo respecto a cómo podemos ubicar ignorancia material en el
desacuerdo sostenido en relación a (p). Sigamos con nuestro ejemplo, y supongamos que la
prueba de validez sigue reforzando lo afirmado por T y W. Después de que ambos sujetos
se dan cuenta de que aplican el Teorema de Morgan de modo diferente, sigue la discusión.
Ahora bien, pensemos que el sujeto T tomó clases de lógica impartidas por especialistas en
el tema; por otro lado, el sujeto W tuvo malos maestros de lógica y su formación en esta
materia es deficiente. Para W 18 de las reglas son iguales a las que se manejan en lógica
clásica, pero el Teorema de Morgan lo toman del siguiente modo:
Teorema de Morgan: ~p ⋀ ~q ≡ ~ (p v ~q)
Podemos ver que el sujeto W aplica correctamente esta regla cuando realiza la prueba de validez del ejercicio (pasos 10 y 11 de la prueba de W). Recordando a Wright, un
desacuerdo con base en ignorancia material es aquel en el que es inevitable que alguno de
los sujetos integrantes del desacuerdo ignore el valor de verdad del enunciado, esto es, que
ignore lo que éste significa. En nuestro ejemplo, dadas las condiciones arriba expuestas, no
podemos evitar que W ignore lo que realmente es el Teorema de Morgan. W cree que está
95
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aplicando la regla de sustitución correcta, de hecho lo hace correctamente, pero la regla
aplicada no es la que corresponde al Teorema de Morgan. Esto último es, lo que W ignora.
El que W ignore cómo es realmente el Teorema de Morgan no depende de algún factor
subjetivo, como el punto de vista de W, su estado de ánimo, etc. La ignorancia de W radica
en un factor ajeno a él, la mala enseñanza de los profesores. Por tanto, podemos decir que
lo que da pie al desacuerdo es la ignorancia de W. Así ubicamos la fuente de ignorancia
material en el desacuerdo planteado de enunciado p.
De este modo, se ha mostrado que al indagar por la naturaleza de las fuentes de diferencia
de opinión que dan pie a un desacuerdo, podemos indagar por la naturaleza del enunciado en
disputa. Con ello, se complementa lo establecido en el modelo de determinación de verdad,
debido a que, analizando los enunciados en desacuerdo, damos luz sobre el carácter objetivo o
subjetivo de éstos. Por lo anterior, se ha podido vislumbrar, en última instancia, la naturaleza
de la verdad, ya que, lo objetivamente verdadero es dónde ésta se instancia.
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MARÍA ESPERANZA RODRÍGUEZ ZARAGOZA es Doctorante en el Programa de Maestría y Doctorado en Filosofía de la Ciencia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestra en Filosofía en el área de Lógica, Filosofía del Lenguaje y Filosofía de la Mente por la FFyL de la UNAM.
Licenciada en Filosofía por parte de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán UNAM. Profesora
de la Licenciatura en Filosofía de la FES Acatlán de 2005 a la fecha. Responsable del Seminario
de Investigación I Teorías Filosóficas “Filosofía de la Lógica”. Coordinadora del Seminario Permanente de Investigación “Lógica en Acatlán” de 2007 a la fecha. Participación en el Proyecto
PAPIME PE400709 y PAPIME PE400211.
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