Poesía de Rubén Darío

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Poesía de Rubén Darío
La producción poética de Rubén Darío se inicia a edad temprana con
Epístolas y poemas (1885). En estos versos amonesta a la Iglesia y a la tiranía
e incita al progreso, a la unidad centroamericana y a la democracia. Aparecen
también sus dudas y miedos y el erotismo, tema recurrente en su poesía.
En Abrojos (1887) escribe coplas circunstanciales; pero ya en ese mismo
año compone Otoñales (Rimas), en cuyos versos imita a Bécquer.
4.1. Azul...
Rubén Darío
(1867-1916). Nació en Metapa (Nicaragua). Su verdadero nombre
era Félix Rubén García Sarmiento.
Poeta precoz, su vida transcurrió
entre el periodismo y la literatura.
Hombre cosmopolita y amante
del placer, sus viajes lo convirtieron en difusor del modernismo.
En 1893 viajó a Chile y a Buenos
Aires, donde trabajó en los periódicos La Nación y La Prensa y en
la revista El Mercurio de América.
Llegó a Madrid en 1899; allí conoció a Villaespesa, Valle-lnclán
y Juan Ramón Jiménez. Al año
siguiente se trasladó a París.
Volvió a España en 1908, como
ministro de su país. Debido a la
crisis nicaragüense, se marchó
de nuevo a París. A partir de 1912
viajó por Suramérica y Europa.
Murió en León (Nicaragua).
En 1888 se publica Azul..., que incluye cuentos breves («El rey burgués»,
«La ninfa», «El rubí», «El velo de la reina Mab»...) y unos pocos poemas. El
libro, producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de hadas,
princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico poblado de objetos exóticos,
la exquisitez aristocrática, el culto parnasiano de «el arte por el arte», implican
un rechazo de la realidad burguesa, en la que Darío no quiere integrarse.
De esta obra, llena de imágenes sorprendentes y adjetivos inesperados,
desconcertó sobre todo la prosa, más osada que el verso, pero también los
ritmos insólitos, el brillo de las palabras, el tono insolente y la sensualidad.
Desde el propio título, Azul... revela su filiación modernista en el uso del símbolo.
Entre los símbolos preferidos por Darío, destacan el color azul y el cisne:
■ El azul. En palabras de Darío, el color azul era «el color del ensueño, el
color del arte, un color helénico y homérico, oceánico y firmamental».
■ El cisne. En la poesía del nicaragüense, esta ave condensa ingredientes
paganos y sensuales (como mito griego del amor carnal) y sugiere el
encanto de lo caballeresco legendario (en la historia de Lohengrin 1)- Es
emblema de lo blanco, símbolo de la pureza, del ideal, y portento de aris
tocracia. La curva de su cuello es signo misterioso de interrogación.
Venus
En la tranquila noche mis nostalgias amargas sufría. En
busca de quietud bajé al fresco y callado jardín. En el
oscuro cielo Venus bella temblando lucía, como
incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
5
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín2, o que,
llevada en hombros, la profunda extensión recorría, triunfante y
luminosa, recostada sobre un palanquín3.
'Lohengrin: héroe germano que, llevado
por un cisne, liberó a una muchacha
de sus enemigos. Tras su matrimonio,
ella incumplió la promesa de no preguntarle por su origen, y Lohengrin
partió, conducido por el mismo cisne.
«¡Oh, reina rubia!, díjele, mi alma quiere dejar su crisálida4
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo 5 que derrama en tu frente pálida,
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y en siderales6 éxtasis no dejarte un momento de amar.» El
aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida. Venus,
desde el abismo, me miraba con triste mirar.
A C T I V I D A D E S
2
camarín: capilla pequeña.
^palanquín: andas usadas en Oriente
para llevara personas importantes.
* ¿Qué simboliza Venus en el poema? ¿Qué impresión produce en el yo poético?
* Explica cómo se va presentando la diosa ante los ojos del poeta.
* En el último terceto se produce un giro. Relaciónalo con el tema del texto.
"crisálida: ninfa de los lepidópteros.
5
nimbo: disco luminoso; aureola.
"sideral: relativo a las estrellas.
* Analiza el tipo de composición poética de que se trata, las im ágenes y la adjetivación utilizadas. ¿Observas algún tipo de innovación métrica? Señálala.
4.2. Prosas profanas
En 1896, Rubén Darío publicó en Buenos Aires
Prosas profanas, libro que deslumbre tanto por sus
innovaciones métricas como verbales.
La obra sorprendió ya desde el título por lo que
implicaba de confusión deliberada con el uso litúrgico
del vocablo prosas1. Constituía, además, un signo de
la alternativa fascinación y repulsa de la poesía
moderna hacia la religión tradicional. El propio Darío
reforzaba esta idea en las Palabras liminares que
funcionan a manera de prólogo: «Yo he dicho, en la
misa rosa de mi juventud, mis antífonas, mis
secuencias, mis profanas prosas».
Temas
Los cisnes, por Joseph Marius Avy.
El país del sol
El texto «El país del sol», incluido
en Prosas profanas, inaugura en la literatura en lengua española el poema
en prosa. El mismo Darío lo consideró
«un pequeño poema en prosa rimada».
(fragmento)
Junto al negro palacio del rey de la
isla de Hierro —(¡oh, cruel, horrible
destierro!)— ¿cómo es que tú, hermana
harmoniosa, haces cantar al cielo gris,
tu pajarera de ruiseñores, tu formidable
caja musical? ¿No te entristece recordar
la primavera en que oíste a un pájaro
divino y tornasol
en el país del sol?
En el jardín del rey de la isla de Oro
—(¡oh, mi ensueño que adoro!)— fuera
mejor que tú, harmoniosa hermana,
amaestrases tus aladas flautas, tus sonoras arpas; tú que naciste donde más
lindos nacen el clavel de sangre y la rosa
de arrebol,
¡en el país del sol!
O Intenta escribir las frases del texto
dispuestas como si fueran versos.
Por un lado, Prosas profanas continúa la línea de
evasión aristocrática de la realidad, y por otro, retoma la
preocupación social de la primera época. En sus versos, Darío
cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la
muerte, la religión, la creación poética...
Aparecen también temas españoles: la exaltación de lo andaluz en
«Elogio de la seguidilla» y las referencias a la épica medieval y al
mundo de los cancioneros del siglo XV en «Cosas del Cid» y
«Canciones y decires»; pero todavía las evocaciones de España no
tienen una finalidad concreta, aplicada a la situación que se vivía,
como sí sucederá en Cantos de vida y esperanza.
El tema por excelencia de Prosas profanas es el del placer erótico, que no excluye el
sacrificio y la pena.
En este poemario, la imagen femenina adquiere diversas formas
de la naturaleza: tigre, paloma, yedra, mar, colina...
Yo persigo una forma...
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa; se
anuncia con un beso que en mis labios se posa al
abrazo imposible de la Venus de Milo.
2
Adornan verdes palmas el blanco peristilo ;
los astros me han predicho la visión de la Diosa; y
en mi alma reposa la luz como reposa el ave de la
luna sobre un lago tranquilo.
Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;
5
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y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente, el
sollozo continuo del chorro de la fuente y el cuello
del gran cisne blanco que me interroga.
A C T I V I D A D E S _____________________________________________
* Relaciona el verso 1 con los versos 9 y 14 de este poema y establece conexiones
con lo que sabes acerca del simbolismo: sugerencia e insuficiencia de la palabra.
* ¿Con qué asocia la voz poética su búsqueda? Relaciónalo con el soneto de Azul... Q
'prosas: himnos que se cantan en misas
solemnes tras el Evangelio.
2
peristilo: galería de columnas que rodean un edificio o parte de él.
Explica qué sentimiento se manifiesta en los tercetos.
* A partir de lo que hayas contestado en las actividades anteriores, justifica por qué
este poema constituye un resumen de la estética rubendariana.
4.3. Cantos de vida y esperanza
Vendedoras de flores, por Alfredo
Ramos Martínez.
Otras obras en verso
La obra poética de Rubén Darío
se completa con otros dos títulos:
■ El canto errante (Madrid, 1907). Este
volumen reitera temas de libros an
teriores y acentúa la melancolía y la
nostalgia. En él se incluye la «Saluta
ción al águila», escrita en 1906 con
motivo de la Conferencia Panameri
cana de Río. Es un elogio del águila,
símbolo de EE UU, país al que reclama
ayuda para Hispanoamérica.
■ Canto a la Argentina y otros poemas
(Madrid, 1910). Incluye una extensa
composición dedicada al centenario
de la independencia argentina; en
sus versos recoge el sentimiento de
afecto y gratitud hacia el país que tan
bien lo había acogido.
En 1905 se publica en Madrid Cantos de vida y esperanza, que suma nuevos
temas a los de libros anteriores. En esta obra, Darío manifiesta una expresión
más sobria, aunque no elimina palabras brillantes ni innovaciones métricas.
En el Prefacio insiste en su respeto por la aristocracia de pensamiento y
por la nobleza del arte, y en su desdén por todo lo que implica mediocridad.
Se reconoce iniciador del modernismo: «El movimiento de libertad que me
tocó iniciar en América se propagó hasta España, y tanto aquí como allá el
triunfo está logrado». Pero frente a la voluntad elitista de obras anteriores,
expresa la novedad que significa salir de su «torre de marfil»: «Yo no soy un
poeta para muchedumbres, pero sé que indefectiblemente tengo que ir a ellas».
Su nueva misión será tratar asuntos políticos: «Si en estos cantos hay
política, es porque aparece unida a lo universal. Y si encontráis versos a un
presidente, es porque son ya un clamor continental».
Temas
Los temas fundamentales de Cantos de vida y esperanza son los problemas del
mundo hispánico y la reflexión existencial de la voz poética.
En España ahora no solo ve el pasado colonialista, sino un principio que
puede dar unidad a Hispanoamérica. Intenta revalidar la cultura hispánica en
poemas como Un soneto a Cervantes o Letanía de nuestro señor don Quijote.
También aborda temas de las civilizaciones precolombinas y del presente
americano. Mira con temor hacia el norte (EE UU), y pese a su admiración por
Edgar Alian Poe1 y Walt Whitman2, se niega a
admitir que su civilización sea superior a la hispana.
Frente a ella, propone la unión de los pueblos
americanos.
Algunas composiciones expresan la situación de
cansancio y amargura del poeta ante la vida
transcurrida. La reflexión estética y existencial de
los versos que inician la obra («Yo soy aquel que
ayer no más decía / el verso azul y la canción
profana») se torna profundamente pesimista en el
poema Lo fatal, que pone fin a este poemario:
Lo fatal
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra
dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande
que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida
consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto
seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la
sombra y por
'Edgar Alian Poe: (1809-1849). Poeta
y narrador estadounidense, célebre por
sus cuentos fantásticos.
lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la
carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba
que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adonde vamos,
ni de dónde venimos!...
a
Walt Whitman: (1819-1892). Poeta estadounidense; en su obra Hojas de
hierba (1855) incluye la célebre composición de exaltación panteísta titulada «Canto a mí mismo».
w
Muerte y vida, por Gustav Klimt.
A C T I V I D A D E S
JE ¿Qué sentimiento embarga al yo poético? ¿Qué tono predomina en el poema? ffl
Determina el tema del texto. Atiende especialmente a los dos versos finales. SE
Señala diferencias temáticas y formales entre este texto y los anteriores de Darío.
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