ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES MITRE Y LAS GLORIAS NAVALES Con motivo cumplirse 190 años del nacimiento de Bartolomé Mitre, hace unos días se realizó en su antigua casa, hoy Museo Mitre, un homenaje donde – junto a otros historiadores- el capitán de navío Guillermo Andrés Oyarzabal disertó sobre el pensamiento, la visión historiográfica del prócer, y su concepción sobre la Armada y sus héroes. En consideración a que el 1 de julio se conmemoró el día del historiador y que las palabras citadas del capitán Oyarzábal se relacionan con esta fecha, reproducimos parte de su conferencia: “Mitre concentra en sí mismo una multiplicidad de facetas; como político, periodista, militar e historiador fue testigo del deterioro y la degradación del país, cuando enfrentado, apenas reflejaba estancamiento y atraso; cuando el pasado, por encima de consideraciones históricas, sólo era evocado desde la memoria, que por parcial, emocional y jamás integradora, desplazaba la objetividad científica con la subjetividad de las pasiones. “Indudablemente si su tiempo necesitaba de la conciliación nacional para terminar con décadas de agravios, violencia y frustraciones y encontró en la historia como disciplina ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES las claves para que aquello fuera posible. Por eso la imagen del político halló, en la reflexión metódica sobre el pasado, los elementos articuladores que lo ubicaron en el lugar de estadista. “En su afán, eligió los episodios incuestionables de la guerra por la Independencia. Y por las virtudes que advirtió en las figuras de José de San Martín y Manuel Belgrano, exaltó sus nombres como los ejemplos más puros de nacionalidad. “A propósito dijo: la historia es la estatua de la imagen de la patria, necesitamos levantarla ancha como nuestro río, alta como el Aconquija “Con la obra sobre Belgrano, Mitre abrió el camino de la investigación histórica con base científica en nuestro país y aunque los estudios descubren su intencionalidad, es a la vez pretendidamente objetiva y esclarecedora. Por eso continúan han sido desde entonces y hasta hoy fuentes bibliográficas indispensables, tanto para gestar nuevo conocimiento como para comprender la compleja trama política y militar de aquellos años fundadores. “El Ejército Argentino, encontró en la inspiración del vencedor de Pavón, los argumentos para trazar la historia de sus horas más gloriosas, la Marina en cambio abrevó en las páginas escritas por otro de los miembros fundadores de la Junta de Numismática Americana, me refiero al doctor Ánjel Justiniano Carranza. “No resulta difícil imaginar las largas horas que los dos hombres deben haber dedicado a debatir e intercambiar opiniones sobre el papel de la Marina o el lugar reservado a sus héroes. En efecto el interés de Mitre por las glorias navales no puede ser minimizado. “Era un niño de casi seis años cuando presenció el frustrado ataque de las naves del imperio del Brasil sobre Carmen de Patagones. Luego, centrado en la visión geopolítica de los hombres de la generación del 37, habría de comprender la importancia de la ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES defensa de los ríos y los alcances de proyectar el interés de la Nación por los mares del mundo. “Mitre rescataría desde las efemérides del diario La Nación las gestas navales y especialmente las vastas empresas realizados por sus principales protagonistas. Conocía bien el tenor de aquellas campañas y comprendió su trascendencia. “A esto respondió la visita que hizo al viejo almirante Brown en 1855, cuando se hallaba retirado y sólo entretenido en la redacción de sus memorias. “Mitre, quien encontró un anciano de mayor lucidez del que esperaba, describió con manifiesta emoción las circunstancias que rodearon aquel día y la magnífica impresión provocada por la “risueña morada de Barracas”, según la distinguió. En efecto en un “albergue pintoresco y tranquilo”, el “audaz marino reposaba de sus fatigas en los mares procelosos del mundo”. Juntos pasearon por el jardín, mientras el anfitrión iba atemperando la enorme curiosidad de su interlocutor hablándole de las campañas marítimas, de sus compañeros de armas, de los elevados sentimientos de patriotismo que lo animaban, de sus árboles y de sus flores. Dice Mitre que escuchaba un lenguaje enérgico y sencillo, “como lo es siempre el de los hombres que han pasado su vida en medio de la acción”, y que encontraba en él “la elocuencia de los altos hechos que su presencia hacía recordar”. “La fidelidad del marino a Rosas no impidieron que Mitre promoviera su figura y en septiembre de 1856 desde el Instituto Histórico y Geográfico del Río de la Plata, en un periódico destinado a difundir la educación castrense reprodujo un “Ensayo biográfico sobre el almirante Guillermo Brown”, escrito por Tomás Guido. ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES “A la muerte del almirante en marzo de 1857, Mitre despidió sus restos con un memorable discurso: “Brown, en la vida, de pie sobre la popa de su bajel, valía para nosotros una flota. Brown en el sepulcro, simboliza con su nombre toda nuestra historia naval. Él, con solo su genio, con su audacia, con su inteligencia guerrera, con su infatigable perseverancia, nos ha legado la más brillante historia naval de la América del Sur. “En sus palabras observaba que después de las dos grandes guerras nacionales, su existencia había sido “la consagración a la religión sublime del deber, la fidelidad a la vieja bandera de su patria Su pluma recordó la trascendencia de aquel instante: “Me inclinaba con respeto ante aquel monumento vivo de nuestras glorias navales, y encontraba sublime de majestad aquella noble figura que se levanta plácida y serena después de tantas borrascas como lo habían agitado. Aquel reposo modesto del que pasó su vida entre el estruendo de los cañones, el rumor de las olas y el bramido de los huracanes; aquel amor candoroso y puro por las bellezas de la naturaleza; aquellos trabajos intelectuales, que reemplazaban para él los ásperos trabajos de la guerra; aquella serenidad de alma, sin ostentación, sin amarguras, sin pretensiones, me revelaba que tenía delante de mí algo más que un héroe; me revelaba que el Almirante era un corazón generoso, un alma formada para amar y comprender lo bello y lo bueno, y digna para atraer sobre su cabeza laureada las bendiciones del cielo a la par que la admiración y las bendiciones de la humanidad”. adoptiva, el culto del honor militar y la práctica de las virtudes públicas y privadas, que realzaban la magnitud de sus hazañas y la altura moral del héroe republicano”. Noble y digno elogio, cuando quien esto decía, estuvo durante todo ese período enfrentado ideológica y materialmente al gobierno que el almirante defendía. “Ya sobre los últimos años de su vida ofrecería una vívida monografía del crucero “La Argentina”, donde no sólo evocaba la figura de Hipólito Bouchard y su extensa campaña, por encima de esto intentaba mostrar la esencia de honor y sacrificio que identificaba a todos los marinos de la Patria. “Tal hombre y tales hechos –dijomerecían ser rememorados, sacándoles de la oscuridad en que yacían, cubiertos por el ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES polvo que ahora empieza a ser sacudido por los legítimos herederos de las glorias de la revolución argentina!” “Con el mismo espíritu que habían inspirado sus obras historiográficas fundamentales proyectó sobre el espíritu nacional el carácter de los hombres que desde el mar y nuestros ríos lucharon por la libertad de la Argentina. Convencido que –como en su oportunidad afirmara- la historia debe dar fundamentos racionales a la admiración por los hombres ilustres del pasado […] porque tiende a humanizar a los héroes, a estimar a los benefactores de la humanidad y a los libertadores de los pueblos. GUILLERMO ANDRÉS OYARZÁBAL CAPITÁN DE NAVÍO