Reunión aportes para el discernimiento Político en tiempo electoral Objetivos Ayudar a los miembros de nuestra comunidad Cristiana a vivir con responsabilidad su ser ciudadano, su compromiso político. Aportar criterios claros para el discernimiento de nuestra posición política. Fortalecer mediante un clima de apertura y pluralidad la discusión sobre el país que soñamos, sus problemas y posibles soluciones, mirando al cristiano en una perspectiva más integrada a la realidad, donde el hecho electoral es una instancia más y no la única, de construcción de un país más justo, solidario y participativo. Lectura de la síntesis del Documento presentado por los obispos de la Conferencia Episcopal Uruguaya para el discernimiento político en el año electoral INTRODUCCIÓN 1. Nos dirigimos a todas las comunidades católicas del país y a todos los cristianos para compartir algunos criterios que ayuden a un discernimiento evangélico en orden a ejercer responsablemente nuestra ciudadanía en este año electoral. 2. En primer lugar queremos dar gracias al Señor por hacernos sujetos directos en la construcción de nuestras realidades sociales e históricas. Por ello, consideramos una bendición la posibilidad de asumir nuestras responsabilidades políticas, y lo hacemos como expresión de nuestra fe. 3. Es Cristo quien nos entrega la misión de ser fermento en la sociedad, anunciando y promoviendo el advenimiento pleno del Reino de Dios. Nuestra misión de cristianos abarca la totalidad de la realidad humana, pero se hace especialmente relevante en las instancias en que se define en gran medida el futuro de nuestro pueblo uruguayo. 5. Nuestra responsabilidad política como ciudadanos es permanente, ya que con nuestro actuar cotidiano también vamos definiendo la sociedad en la que vivimos. Sin embargo, hay momentos en que esa responsabilidad se hace especialmente presente en nuestras vidas, y el proceso electoral es una de ellas. 6. La pregunta a la que cada uno de nosotros debe responder en esta instancia no es principalmente “¿a quién voy a votar?”, sino “¿qué país quiero construir para el futuro?” El proceso eleccionario trasciende la elección de un gobierno, y supone un horizonte social que se quiere alcanzar. De este modo, es nuestra obligación ciudadana trascender lo puramente político partidario y la mera coyuntura electoral para buscar el bien común de nuestro pueblo a corto y a largo plazo. 7. Como Iglesia tenemos la responsabilidad de colaborar activamente en la construcción de una sociedad cada vez más humanizante. Esto exige de nosotros el empeño permanente de realizar una reflexión comunitaria, respetuosa y profunda, así como del discernimiento y compromiso personal en la toma de decisiones. I. NUESTRA MISIÓN DE CRISTIANOS 9. La misión de la Iglesia no se limita al discernimiento, sino que supone también un compromiso activo en la construcción de la sociedad. 12. Siendo muy importante el discernimiento comunitario, sin embargo, la Iglesia no realiza una propuesta política de tipo partidario, ni avala ninguna en especial. A partir de la reflexión y discernimiento que realizamos en Iglesia, corresponde a cada cristiano el deber ineludible de tomar en conciencia sus propias decisiones político-partidarias. II. EL NECESARIO ANÁLISIS DE LA REALIDAD SOCIAL “Como Pastores, hemos querido también abrir nuestros ojos, nuestros oídos y nuestro corazón para dejarnos interpelar por las situaciones que se dan en la vida de nuestro pueblo, para reconocer en ellas tanto los signos positivos como aquellos que son motivo de preocupación, para iluminarlos a la luz de la fe”. (Orientaciones Pastorales 20082013, Nº 4) 15. Los desafíos de la realidad de nuestro país y de las necesidades de nuestro pueblo, son el punto de partida del proceso del discernimiento que debemos realizar. Con la finalidad de aportar a una visión de conjunto, queremos recordar la lectura de la realidad que realizábamos en las Orientaciones Pastorales 2008-2013: 16. “El Uruguay, como integrante de América Latina, vive también este cambio de época generador de dificultades y al mismo tiempo de oportunidades, que es preciso discernir. Por eso, también nosotros miramos nuestra realidad, con los ojos de la fe.” 17.” En la situación de nuestro país, reconocemos algunos hechos positivos como: a nivel social: constatamos la implementación de programas de inclusión social que han logrado generar esperanza entre los pobres, favoreciendo la recuperación de su dignidad y autoestima. a nivel político: constatamos la búsqueda de la verdad para construir la reconciliación nacional; intento de reformas institucionales audaces; esfuerzo por lograr una mayor transparencia y honestidad. a nivel económico: constatamos una mayor estabilidad; esfuerzos por promover el “Uruguay productivo” y la búsqueda de nuevos mercados para nuestros productos. a nivel cultural: constatamos mayor interés y preocupación por la educación en valores; el reconocimiento de la dignidad y participación de la mujer en la construcción de una vida social más humana y en la edificación de la Iglesia; la creciente revalorización de las raíces culturales de nuestro pueblo. a nivel ecológico: constatamos la creciente toma de conciencia de la naturaleza como espacio de la convivencia humana y como responsabilidad del hombre. a nivel religioso: constatamos la búsqueda de respuesta a interrogantes y necesidades espirituales del hombre, manifestada, por ejemplo, en la adhesión a nuevos grupos religiosos y expresiones espontáneas de religiosidad popular. 18. “Sin embargo, al mirar nuestra realidad, también reconocemos algunas situaciones negativas como: a nivel social: el envejecimiento poblacional y una crisis demográfica de larga data, frente a la que no hay políticas de Estado; persistencia de la emigración; incertidumbre y desconcierto frente a los cambios; a pesar de los esfuerzos por la inclusión social, todavía no se llega a responder eficazmente a la magnitud del problema (niños y adolescentes en situación de calle, creciente violencia doméstica, aumento de la delincuencia y la criminalidad, violencia generalizada, drogas, inseguridad). a nivel político: un creciente clima de confrontación que impide ver lo positivo en el otro y que paraliza; desencanto ante la no realización de cambios prometidos; dificultad para distinguir políticas de Estado con políticas de gobierno; debilitamiento de los organismos de integración regional, conflictos binacionales. a nivel económico: precariedad laboral, influencia de las multinacionales que llevan a convertir el lucro en valor supremo; preocupación desmedida por tener, desplazando otras dimensiones importantes de la persona. a nivel cultural: constatamos la desvalorización de la vida (abortos, eutanasia, aumento de suicidios); continuo deterioro de la institución familia; incidencia de la ideología de género; atentados contra la dignidad de la mujer cuando se la convierte en objeto; falta de motivación y alto índice de deserción escolar; condicionamientos a la libertad de muchas familia para elegir la educación que desean para sus hijos; consumismo y materialismo; la implantación de la llamada “cultura de la deshonestidad”. a nivel ecológico: constatamos cómo la naturaleza se presenta frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. a nivel religioso: constatamos la preocupante presencia de propuestas religiosas distorsionantes y de una búsqueda religiosa individualista que selecciona a gusto elementos de diversas vertientes y se distancia de las religiones históricas.” 19. Será necesario complementar estos hechos con otros que han ocurrido en los últimos tiempos. Es positiva la continuidad del funcionamiento del poder legislativo como expresión del sistema democrático de gobierno, pero no así el impulso sistemático a leyes y proyectos de ley que atentan contra el derecho a la vida y el valor del matrimonio y la familia: Legalización de uniones concubinarias hetero y homosexuales; Ley de voluntad anticipada, que abre la puerta a la eutanasia; Ley de salud sexual y reproductiva, que atenta contra la patria potestad entre otros. Es responsabilidad de las comunidades y de cada uno de los cristianos procurar el más profundo análisis posible de la realidad concreta de la que son parte. 20. Especialmente queremos puntualizar nuestra preocupación por las consecuencias que la crisis económico-financiera internacional va teniendo en nuestro país, y de las medidas que puedan adoptarse para evitar que sus efectos negativos recaigan sobre los más pobres. 21. Asimismo queremos también señalar nuestra preocupación por el agravamiento de los atentados contra la dignidad de la vida desde su concepción, que se han dado en nuestro país. III. CRITERIOS PARA EL DISCERNIMIENTO 22. La responsabilidad política de los ciudadanos, y por lo tanto también de los cristianos, no se reduce a la elección de las autoridades de gobierno y tampoco termina con el acto eleccionario. La responsabilidad ciudadana es permanente, ya que la construcción del bien común de nuestro pueblo es una tarea cotidiana que nos implica a todos los que habitamos en este querido país. 24. La decisión electoral se ubica siempre en un “antes-durante-después” de la propia elección. A la hora de discernir nuestras decisiones, debemos tomar en cuenta los programas electorales y los candidatos, pero también es imprescindible considerar sus recorridos anteriores y valorar sus posibilidades reales de implementación de lo propuesto. 25. A partir de esa perspectiva, proponemos los siguientes criterios para el discernimiento: 1. La persona es lo prioritario. Criterio propuesto: El respeto por las personas debe ser siempre un criterio fundamental en nuestro actuar y en nuestro juicio, rechazando la tentación de justificar u obtener eficacia a cualquier precio. 2. Cuidado y defensa de la vida humana. Criterio propuesto: Juzgar con sentido crítico las políticas concretas por su manera de encarar el problema global de la vida humana en el Uruguay de hoy, atendiendo especialmente a la defensa del derecho de todo ser humano a la vida desde la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo, hasta la muerte natural. 3. Los pobres y los débiles. Criterio propuesto: En las decisiones, cuidar no sólo los propios intereses sino principalmente los intereses de los más vulnerables. 4. Apoyo prioritario a la familia. Criterio propuesto: Poner como condición necesaria de nuestro apoyo a las distintas propuestas la defensa de la familia basada en el matrimonio estable de un varón y una mujer y la coherencia de esas propuestas con la consecuente visión de la sexualidad humana y su significado. Reclamar la plena y real libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. 5. Justa distribución de la riqueza. Criterio propuesto: Frente a las propuestas económicas, debemos asumir las perspectivas que incluyan una creciente redistribución de la riqueza. 6. Vivir y defender un legítimo pluralismo. Criterio propuesto: En los programas, las prácticas y las expresiones de los partidos políticos y de cada uno de nosotros, debemos construir y defender el pluralismo, a la vez que defender y promover los valores básicos e irrenunciables de la persona humana. “Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales”. (DA 384) Preguntas para la discusión y el compartir de la comunidad ¿Cuáles son los criterios en que me baso para realizar mi discernimiento político? ¿Qué me parecen los sugeridos para las comunidades Cristianas? ¿lo que acabamos de leer aporta elementos nuevos elementos para este tiempo electoral? ¿La realidad política del país me es ajena, trato de mantenerme informado, soy participativo? ¿Qué está primero para mi, la afinidad política, o el libre discernimiento de las propuestas que conduzcan al modelo de país que soñamos? ¿Cuáles son para mi las principales dificultades que atraviesa el país y donde tendrían que poner el énfasis las propuestas partidarias? ¿Cómo vivo o me gustaría vivir, mi participación y compromiso en la construcción de una sociedad más justa y basada en los valores del evangelio?