¿Por qué cantan los gallos? - AMORC

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¿Por qué cantan los gallos?
Por H. Spencer Lewis, Ph.D., F.R.C.
Siempre ha habido discusiones científicas con respecto a este asunto,
y hay quienes sostienen que solo se trata de la reacción de la luz en los
ojos del gallo, que es lo que lo lleva a cantar al salir el sol. Se ha probado
encendiendo bruscamente una luz brillante en medio de un gallinero
oscuro, durante la noche, para ver si el gallo canta. En algunos casos el
gallo ha respondido a la luz y ha tratado de cantar como lo hace al alba,
pero lo ha hecho de una manera muy miserable e ingrata. Todo el que
conozca bien el verdadero canto de un gallo sabe que cuando lo hace a
mediodía, o a la luz de una linterna o luz eléctrica, solo hace una
imitación a la que algo le falta.
La maravillosa obra teatral Chantecler, nos demuestra que aunque el
gallo viejo y alegre crema que era él quien hacía salir el sol con su canto,
descubrió una vez, para gran desencanto suyo y deprimento de su
vanidad, que cierta mañana en que se quedo dormido el sol salió sin que
el gallo cantara, y desde entonces fue en el gallinero un rey destronado y
vencido, que había perdido todo el respeto y la admiración de sus
compañeras. Y, desde luego, hay hoy en el mundo quienes creen no
solamente que el sol sale porque así ellos lo disponen, sino que creen
que también ayudan a que el mundo siga dando vueltas, y algún día
tendrán la amarga y triste comprensión y desencanto que tuvo el gallo
de la célebre comedia.
La verdad de todo este asunto es que las sensitivas facultades
síquicas del gallo reciben la acción del efecto magnético del sol cuando
sale, y este efecto magnético no depende de los brillantes y gloriosos
rayos del sol, al surgir en el horizonte. En muchos experimentos de radio
y en pruebas eléctricas y magnéticas que hemos llevado a cabo en
nuestros laboratorios, lo mismo que en viajes en alta mar y en el
desierto, hemos comprobado que hay un efecto magnético en la
atmósfera y en la tierra en el distrito inmediato a la salida del sol, antes
de que éste sea visible por encima del horizonte, y antes de que el sol
haya en realidad teñido el cielo con su brillo. Son tan intensos estos
efectos magnéticos durante el alba, y también durante el ocaso, que los
estudiantes de sismología, al estudiar científicamente las causas de los
temblores de tierra, han observado que la mayoría, la inmensa mayoría
de los temblores, ocurren inmediatamente antes de la salida del sol, o en
el mismo momento de ella, o durante o después de la puesta del sol. Otro
gran periodo para los temblores de tierra es al mediodía o a la
medianoche, pero los efectos son menos frecuentes en esos momentos.
También sabemos que la recepción de radio desde largas distancias, o
desde distancias donde la buena recepción no es siempre posible,
mejora mucho y es mas fuerte inmediatamente antes de salir el sol, o en
el momento de salir, o en el momento de ponerse o inmediatamente
después. Por estos y muchos otros experimentos sabemos que estos
periodos tienen un efecto magnético en el estado de la tierra y en todas
las cosas vivientes, incluyendo la vida animal y vegetal. Ahora bien, el
gallo esta especialmente adaptado con respecto a la sensibilidad síquica
de cierta clase. Otras pruebas se han llevado a cabo, y yo, personalmente,
he hecho experimentos que demuestran que el gallo, lo mismo que otros
animales como gatos y perros, son muy susceptibles a las influencias
mentales, síquicas o de otra clase, siempre de índole intangible. Por eso
creemos, y nuestros experimentos nos han convencido de ello, que el
gallo canta a consecuencia de una reacción síquica de sus centros
síquicos, debida a la influencia de las radiaciones magnéticas del sol que
esta a punto de surgir en el horizonte. Dudamos que el gallo sepa que su
canto esta relacionado con la salida del sol, excepto en cuanto se refiere
a que la llegada de la luz lo hace sentir que es tiempo ya de levantarse; y
creo que eso es todo lo que él siente cuando alguna luz artificial lo
despierta del descanso, y en esas ocasiones trata de hacer lo que el acaso
piense que es su deber o lo natural, y por eso es que su canto parece
entonces ser artificial y completamente distinto al canto natural de la
salida del sol.
Influencias Intangibles.
Todo esto nos da algo en que pensar. Todo esto demuestra que somos
afectados por influencias intangibles del Cósmico, que pudiéramos
llamar de índole astral, en diversos momentos del día, de la semana y del
año, y que nuestras reacciones nerviosas y nuestras reacciones síquicas
y hasta nuestras reacciones físicas son muchas veces producidas por
esas influencias invisibles que no han sido analizadas tangiblemente ni
reveladas en nuestra instrucción materialista. Pero hay momentos en
que hombres y mujeres se ponen en armonía, en cualquier hora del día o
de la noche, con las influencias Cósmicas o con la Consciencia Cósmica,
de tal manera que sienten una influencia interna que los eleva, los
inspira y los despierta a reacciones que pueden serles útiles en la vida.
Hay muchos individuos en el mundo hoy que cacarean lo que hacen, pero
el verdadero místico se ocupa mas en lo que hace que en cacarearlo. El
verdadero místico debe sentir el impulso magnético o cósmico que lo
eleva y lo despierta, en más periodos que no sean solamente la aurora y
el ocaso. Las posibilidades están en su propio ser interior, y ante él están
los métodos que lo hacen comprender y le indican la práctica. Esto
constituye uno de los grandes beneficios que se obtienen con el estudio
de las leyes cósmicas y del grandioso plan de Dios para sus imágenes
vivientes sobre la tierra.
Este artículo fue publicado por primera vez en la revista "El Rosacruz"
Vol. II No.6 Editado en Julio de 1949
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