CONVIVENCIA VOCACIONAL LA RESPUESTA A LA LLAMADA TEMA 3 Si el Señor te llama, debes responder. No responder es también una respuesta, aunque de carácter negativo. Para hacerlo, es preciso que poseas la suficiente libertad para decidir, libertad que debe estar, a su vez, adecuadamente motivada. La transcendencia de estos aspectos nos llevan a detenernos a reflexionar en ellos. 1. SER LIBRES PARA TOMAR DECISIONES La libertad no es hacer lo que te dé la gana. En muchos ambientes el que más libertad dice tener, a veces, es el que más burradas hace. Hay decisiones que, aunque estén tomadas libremente, acaban esclavizando a la persona y no le dejan ser libre. Se trata de que seas libre para lo que debes hacer. Eres muy importante para Dios. Puedes hacer con tu vida lo que quieras. Dios jamás te anulará. El amor de Dios deja libre al ser que ha creado. No puedes seguir a Dios a la fuerza ni hacer el bien de manera obligada. Dios ha puesto en ti la libertad para hacer el bien o el mal. El criterio de la libertad es que te sirvas de las personas y de las cosas en tanto cuanto te ayudan a servir más y mejor a Dios y a los demás. Por eso se trata de ver a cada persona como Dios la ve y de usar de las cosas según el plan de Dios. Porque hay personas o cosas que, de hecho, te quitan la libertad. Debes buscar con todas las ganas la voluntad de Dios y cumplirla. Es el Aatajo@ para ser libre; porque Dios quiere que seas feliz. A partir de ahí te haces disponible ante su llamada. Debes, para ello, cuidar de que lo que te guste sea lo que le gusta a Dios. La obediencia en cristiano sólo se puede entender desde la libertad y el amor. La vocación es el tesoro escondido. Sólo si amas a Dios de corazón y con fuerza, de verdad puedes ser libre y darle a Dios lo que Él te pide. Para ser libre en tu vocación has de trabajar en amar a Dios y a los hombres. Como el hombre que vendió todo lo que tenia para comprar el campo donde estaba encerrado el tesoro. Si ves el tesoro en el campo es inútil que trabajes y compres el campo como obligado y a la fuerza. No te servirá. Por eso Jesús, debe ser para ti la verdadera libertad. La libertad se manifiesta en las decisiones. Para determinar el grado de libertad que tienes deberás analizar tus decisiones. )Las tomas? )Cómo las haces? )Desde qué móviles o intereses? La decisión es esencial en la vida, porque vivir no es otra cosa que ir dando una serie ininterrumpida de respuestas a las circunstancias que se van presentando. También en la vocación. La trama de la vida la construyes a medida que vas tomando o dejando de tomar las decisiones que se te plantean cada día. Hay decisiones que afectan, de modo muy importante a tu futuro personal; otras, al futuro de los 1 demás. Saber decidir, poder decidir, es importante para forjarse una vida con sentido, con interés y con cometidos. En qué consiste la decisión. Decidir no es como resolver un problema matemático, ni mucho menos deshojar una margarita. Es algo muchísimo más complejo. La decisión siempre es provocada por una situación. Se llega a ella a través de un proceso de elección. El proceso es culminado por un acto de voluntad que opta por una alternativa y asume sus consecuencias. La calidad de la decisión depende de los valores a los que sirve y de las consecuencias. La vocación es una decisión ante algo que se interpreta como una intervención de Dios en la propia vida. La decisión vocacional está avalada, sustentada y empujada por una gran experiencia de gracia. Dios toma en serio a la persona y no la abruma, ni la subyuga con su gracia. La seduce. 2. ENFERMEDADES DE LA DECISIÓN Sabemos que hay personas enfermos de decisión. Decidir requiere para ellas un doble esfuerzo: de orden intelectual, para sopesar las alternativas a elegir; de orden voluntario, para pasar a la acción. Abstenerse es la solución más cómoda. Así evitan la responsabilidad y el riesgo. Decidir es arriesgar. Sobre todo en las decisiones que determinan la vida de una manera definitiva, irreversible. Eso ocurre con las decisiones vocacionales. Les resulta difícil decidir a personas muy intelectuales. Analizan demasiado las alternativas. Su propia lucidez es su peor enemigo, porque ven pros y contras por todas partes. Por eso, se inhiben, se refugian en su dudas y se convierten en unos inseguros permanentes.. La fobia a la decisión paraliza totalmente a quienes solo prevén riesgos y dificultades. Para compensar su falta de decisión, se refugian en comportamientos culturales, éticos o religiosos, o siguen las costumbres tradicionales. De esa manera diluyen sus propias responsabilidades. Por ello se detecta con frecuencia una patología de la decisión que hay que sanar. Se manifiesta en estos tipos enfermizos: a. Los que posponen la decisión. Así se defienden de ella. Todo lo remiten al mañana por miedo al riesgo. Así se produce un bloqueo que impide avanzar. b. Los que se angustian. Se aterrorizan y se bloquean ante una decisión arriesgada. Bajo el pánico adoptan soluciones disparatadas, porque se toman de manera impulsiva o al azar o tras un planteamiento muy superficial. c. Los que repiten clisés de comportamiento. Esos se adhieren a un tipo de respuesta ya experimentada -por sí mismos o por otros- evitando elaborar una respuesta personal, nueva. 2 d. Los que se dejan absorber por modas y costumbres. Siguen a la mayoría en su manera de actuar, vestir, pensar, hablar, reaccionar, desear... Su personalidad queda anulada por la masa. Hay personas para quienes decidir es una actividad plenificante. Son las personas decididas. Son quienes saben elegir y tiene coraje y fuerza para elegir un camino en la encrucijada. La decisión es un poder de creación, una fuerza generadora de posibilidades nuevas. Esa mezcla de poder y de riesgo, que implica la actividad de decidir, fascina a algunas personas. 3. LAS MOTIVACIONES EN LA DECISIÓN VOCACIONAL Toda decisión requiere una motivación. Para decidirte has de estar motivado. La motivación es aquel conjunto de razones, conscientes o inconscientes, que te mueven a tomar tus decisiones. Es la intención real que mueve tu comportamiento. Teniendo en cuenta los engaños del inconsciente, debes procurar penetrar en el fondo de tu conciencia para conocer las verdaderas motivaciones que empujan hacia cada elección. La recta intención. Se dice de una persona que tiene Arecta intención@ cuando conoce y expresa con realismo que el motivo que le impulsa a obrar es el más adecuado, excluyendo toda intención de engañarse a sí mismo y a los demás. Para decidir tu vocación deberás ser recto en tus intenciones. Características de las motivaciones. En el nacimiento y desarrollo de tu vocación debes distinguir tus motivos auténticos y válidos de los que no lo son. Si las actitudes requieren esfuerzo para crearlas y desarrollarlas; las motivaciones, que se sitúan a un nivel mucho más profundo, requieren una atención y cuidado más particular. Para ello, destaquemos algunos de sus rasgos más significativos: 1. La motivación es un conjunto de fuerzas que empujan a actuar. Suelen concurrir diversas motivaciones en una misma conducta. Se las reconoce en la respuesta al porqué de lo que se hace. Una persona puede estar motivada por: * Fuerzas externas: Por ejemplo, una recompensa inmediata (un regalo, ser bien visto...). * Fuerzas internas: Impulsos, costumbres, necesidades, instintos, caprichos, tendencias, egoísmos... (hábitos, hobbies, apetencias inmediatas, deseos, ideales, pasiones...) 2. La motivación se orienta a la consecución de un fin, de un objetivo. Es expresión de la responsabilidad y de la libertad de la persona. Esta no es un robot de instintos. Actúa motivada por unos fines y por unas razones. Como no siempre son las correctas, ha de irse liberando externa e internamente de toda intencionalidad inadecuada. Se trata de 3 conocer a fondo las propias motivaciones y ser responsables del propio comportamiento. 3. Las motivaciones están ligadas a la historia y al ideal de cada persona. Es necesario descubrirlas en la trayectoria de la historia personal y en el ideal de vida. Desde ahí impulsan o atraen, actuando como potente imán. Hay que llegar a detectarlas y reconocerlas para mantenerlas, corregirlas o potenciarlas según la orientación hacia donde arrastren. 4. Hay que evitar las motivaciones insuficientes o inadecuadas para optar a la vida misionera, como pueden ser: * Motivaciones infantiles: Se dan en aquellos en cuya conducta se observa la primacía del gusto, del capricho, del Ame apetece@. Sus motivaciones son egocéntricas: buscan para sí mismo, evitan cosas... o dicen sí a cosas parciales en la vida misionera: el gusto por la aventura, el deseo de triunfar,... * Motivaciones utilitarias: Centradas preponderantemente en la conveniencia. La persona actúa por lo que le conviene, le aprovecha. En el fondo es una búsqueda de prestigio personal, de autoafirmación. Suelen ser también egocéntricas. * Motivaciones imperativas: Suelen ser ambiguas. La persona vive la sensación de actuar por imposiciones externas, de Aestar predestinada a@, de haber sido programada de antemano. No logra fácilmente saber cuáles son sus motivos verdaderos, confundiéndolos con la sana obediencia. Suelen darse en personas herméticas y poco expresivas. A veces, esas motivaciones pueden esconder necesidades inconscientes de purificación, de autocastigo, de reparación. Mantenerse en estado permanente de purificación de las motivaciones. Para orientar adecuadamente las motivaciones de manera que respondan a la naturaleza y finalidad de la vocación, pueden ayudar los siguientes recursos: 1. Ser muy sinceros consigo mismos y estar abiertos a la verdad. 2. Confrontarse con la Palabra de Dios, mediante el ejercicio diario de la lectio divina. 3. Conocer suficientemente y con realismo lo que implica ser misionero, superando concepciones equivocadas, ingenuas, idealistas o pesimistas. 4. Jerarquizar las motivaciones con el compromiso de asumir prioritariamente los motivos primeros, que dicen relación a la voluntad de Dios. 5. Eliminar aquellos motivos negativos que se dan también en el comportamiento vocacional. 4 6. Descubrir y desactivar los mecanismos de defensa que esconden o impiden conocer las verdaderas razones de la propia conducta. PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE Y PONER EN COMÚN 1. Señala los 5 puntos del tema que más te hayan llamado la atención. Razona cuál de ellos es el más importante. 2. )Te sientes libre? Al tomar la decisión vocacional )hay algo (personas, cosas, situaciones,..) que frenan tu libertad? 3. )Por qué quieres ser misionero? Indica las razones positivas y negativas que te han llevado a planteártelo. A la luz de ellas, saca tus propias reflexiones. 4. Haz un rato de oración con el texto de la petición de Santiago y Juan (Marcos 10,3545) ORACIÓN Señor, enséñanos a no amarnos sólo a nosotros mismos, a no amar solamente a nuestros amigos, a no amar sólo a aquellos que nos aman. Enséñanos a pensar en los otros y a amar, sobre todo, a aquellos a quienes nadie ama. Concédenos la gracia de comprender que, mientras nosotros vivimos una vida demasiado feliz, hay millones de seres humanos, que son también hijos tuyos y hermanos nuestros, que mueren de hambre sin haber merecido morir de hambre, que mueren de frío sin haber merecido morir de frío... Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo. Y no permitas, Señor, que nosotros vivamos felices en solitario. Haznos sentir la angustia de la miseria universal y líbranos de nuestro egoísmo. 5