Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego Señoras y señores, El agradecimiento eterno del Instituto Cultural Rubén Darío para los organizadores de esta Jornada Dariana UNAN-Managua, al poeta Francisco Martínez Báez y al Centro Universitario Regional Matagalpa especialmente a su director Msc. Víctor Gutiérrez Laguna por permitirme participar en esta tercera sesión en el Departamento de Matagalpa, al que pertenece la ciudad donde vio la luz Félix Rubén García Sarmiento, nuestro Darío. Soy la presidenta del Instituto Cultural Rubén Darío de Nicaragua y desde ya les extiendo la invitación cordial para que se incorporen al mismo y asistan a los Simposios que esta institución lleva a efecto año con año en enero, del 17 al 20. Este año celebramos en la ciudad de León el Sexto Simposio, y constituye el mayor de los homenajes nacionales en honor al gran renovador de la lengua española, quien hace cien años, en 1907, regresara triunfante a su Patria. En esa ocasión un grandioso homenaje tuvo lugar en el teatro Municipal de León a cargo de la Academia de las Bellas Artes, el 22 de diciembre de 1907, acto que para la ciudadanía de mi León significó la culminación del más alto gozo pues el más ilustre de sus hijos visitaba su amada ciudad cubierto de gloria, y con la mayor sencillez del mundo en ese escenario, en ese teatro que aún guarda el eco de su voz, exclamó: “Y León es hoy a mí, como Roma o París”, entregándole así a esta ciudad sus triunfos. Darío que desde niño penetró en la lectura de los grandes escritores y poetas griegos y romanos, franceses, españoles e italianos, que no se conformaba con la manera de escribir poesía de los poetas a quien la historia llama clásicos respeta a todos los del siglo de oro español, pero está consciente que el español en la literatura está decayendo, y decide investigar y esto lo lleva a la poesía francesa, “la lengua de Francia, muy civilizadora y mediadora da al poeta mucho más. A él le basta leerla para sentirse cosmopolita y muy antiguo y muy moderno, nos dice Ernesto Mejía Sánchez y encontró que se le podía utilizar en el español y apoyado por Francisco Gavidia investiga con este poeta a quien conoció en El Salvador; y sus ideas nuevas las utiliza ya en el libro Azul… publicado en Valparaíso, Chile en 1888, finales del siglo XIX; tenía 21 años y había llegado a ese país dos años antes, y este libro se convierte en obra fundamental tanto por su poesía como por su prosa. Y transforma la poesía en español. Realiza Darío una revolución literaria que se expandió en todo el continente americano, transformando los géneros literarios. Condujo la literatura española o escrita en lengua española a la modernidad, él creó la modernidad, al imprimirle las formas y los ideales y las ansiedades del parnasianismo y del simbolismo francés. Sólo Garcilaso en el siglo Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 1 Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego XVI y Darío en el siglo XX llevaron a efecto las más profundas revoluciones del verso castellano. Darío es traducido pocos años después de su muerte al inglés por Salomón de la Selva y fueron únicamente diez poemas. En el 2006 la editorial Penguin lanza una antología de nuestro Poeta. STEVEN WHITE, GREG SIMON, ANDREW HURLEY e ILAN STAVANS nos trajeron esa antología en que ellos trabajaron, presentándola en el simposio Dariano junto a Naohito Watanabe quien tradujo varias obras de nuestro Panida al japonés. Ya lo han traducido a muchos idiomas. Eso indica que Rubén es inevitable si los escritores, poetas y críticos quieren comprender el modernismo. Las polémicas que la obra de Darío han suscitado entre poetas, escritores y críticos son muchísimas, desde en vida del poeta, las saetas dolorosas de la envidia penetraron en su alma pero no desviaron ni cambiaron su meta, por eso dijo “yo he venido a la tierra a cumplir una misión” “Darío fue por excelencia el poeta de la lengua española y la primera figura literaria realmente célebre en la historia de las letras hispanas. Y según Gaspar Núñez de Arce: “Darío era el primer talento literario de la América”. “España y América reconocieron su voz poética como la más original y moderna surgida hasta entonces.” Nos dice Roberto González Echevarría. El progreso del mundo ayudó a que se conociera rápidamente la obra de Darío; el cable, los barcos, la facilidad de la comunicación, los viajes de nuestro Rubén, su amistad con los principales talentos de Europa y América, la facilidad de transporte de manera que sus libros fueron leídos en todo el mundo de habla hispana. Por eso en este último simposio hemos querido recordar esa llegada triunfal cuando fue recibido con los más altos honores. Por la exuberancia maravillosa de su verbo en 1907 ya era “luminosidad de nuestra lengua” Darío absorbía el arte y lo reprocesaba. Su obra es producto de una inteligente, prolija y voluntariosa hipercodificación, Se trata de arte que se apoya en el arte. Le impone lenguaje a las expresiones de la plástica y de la música. Su creación es un hacer dialógico con el arte universal. Combina las palabras provocando amalgamas inusitadas de ideas y sensaciones que repercuten en lo profundo de la sensibilidad. Creía en la armonía cósmica y consideraba también que había una melodía ideal en las palabras. El demostró su amor a América incorporándola a la modernidad, que fuera un americano quien fundara una nueva escuela; un indio americano nacido en Metapa, Nicaragua, quien renovara el idioma que estaba decadente. A cien años de su regreso a nuestra Patria en el apogeo de su gloria, en ese 1908, en la isla del Cardón, compuso su cuento en verso para complacer a una niña, musa viviente del poeta, hija de su dilecto amigo el Dr. Luis H. Debayle. La fantasía de Rubén en poco tiempo brindó ese incomparable poema “A Margarita Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 2 Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego Debayle”. Y es que Rubén nos señala dos elementos claves para despertar el espíritu infantil “la risa y el sueño” Profundos estudiosos del que marcó un nuevo rumbo en la poesía castellana, vierten sus diferentes opiniones sobre la obra gigantesca de nuestro Poeta, coincidiendo todos de que fue el padre del modernismo, el creador, el renovador y de quien García Sol nos dice: “ Rubén le dio nueva brillantez al castellano” y aunque Darío proclamó “no hay escuelas, sólo poetas” el mundo literario sostiene que existe un antes y un después de Rubén... pues proclamó una nueva belleza estética, nuevas formas y simbolismos. Darío en sus poemas fue escultor, pintor, asociaba los colores con sus palabras para lograr efectos cromáticos, un ejemplo: “el mar como un vasto cristal azogado. Que de críticas para quien expresó: “yo he venido desde lo alto para cumplir una misión” ¡Y qué misión señores!, el decadente lenguaje español toma vida, música, color, nueva dicción, nuevas palabras, nueva simbología y todo maravillosamente bien hilvanado. No existe equivocación, por eso se le atribuye con la más cabal justicia el designio misterioso de ser embajador de lo alto para realizar en América la misión de dignificar las letras, de renovar la belleza del idioma, de aristocratizar el arte de la palabra, de enriquecer el ritmo poético con inusitadas sonoridades, de ennoblecer el verso castellano, que hizo vibrar con sonoridades nunca oídas en la lengua castellana, pero preguntémonos ¿quién se cree este nicaragüense? A Darío sumido en su trabajo, no le afectan para seguir haciéndolo, claro, sufre mucho porque no sólo los que no le conocen lo critican, sino sus amigos, pero su camino lo abrió y logró terminar con la obra que se propuso. Aunque él mismo escribió: “con el montón de piedras que me han arrojado, pudiera bien construirse un rompe olas que retardase en lo posible la inevitable creciente del olvido...” lo cual no ha sucedido porque ha sido declarado con diversos adjetivos el poeta innovador de la métrica, la brillantez del idioma. Por eso Gutiérrez Nájera, en México, fundó la Revista Azul como claro homenaje a Darío. Influyó en los poetas de toda América, así como en España, lo que hizo que Don Juan Valera, leyera el libro que había recibido de Rubén “Azul” y rectificara su opinión sobre nuestro Panida. Fue el principal inspirador del grupo generación del 98 del que saldrían autores tan relevantes como Antonio Machado, Ramón del Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez, a quien le encarga la edición de Cantos de Vida y Esperanza, el Cisne y otros Poemas. En 1924, en su discurso de incorporación a la Real Academia de la Lengua Española, Enrique Diez -- Canedo exclamó: “Como Americano, cumplió Darío la misión que trajo al mundo y que implicaba la renovación de la poesía española. Con Rubén Darío viene a España un influjo directo de América” Cuba, América del Sur, Ecuador, Chile, Argentina, lo quieren para sí. Y amó a Cuba por Martí, a Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 3 Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego Chile, al Ecuador y a la Argentina con amor de patriota pues en esos países lo comprendieron plenamente. El movimiento que Darío inició era envolvente, acumulaba elementos de diversas procedencias y los hacía suyos, lo que no aceptaba era la vulgaridad, el prosaísmo, la rutina y el conformismo estético y adocenado. Por eso Darío exclama: “El verdadero artista comprende todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas”... y en el mismo prefacio El Canto errante, de Dilucidaciones expresa “La forma poética no está llamada a desaparecer, antes bien a extenderse, a modificarse, a seguir su desenvolvimiento en el eterno ritmo de los siglos”. Rubén Darío fue el renovador maravilloso del español, por eso fue maestro, mentor. En sus diferentes escritos periodísticos, en sus cuentos, sus poemas, su prosa, nos deja mensajes sobre moral, cívica, física, valores espirituales, por eso Pedro Salinas, nos explica que “su obra está impregnada de ideales y valores de los cuales es posible extraer todo un ideario “y eso que Darío no escribió precisamente para enseñarnos sino que lo hacía por placer íntimo, así lo expresa en la introducción de OPINIONES y lo reafirma en su prefacio de al Canto errante –ya citado-, Alfredo Marasso, nos explica para aclarar nuestras dudas que “Su lección fue de trabajo tenaz e inteligente...Rubén fue un creador dado al trabajo y al estudio que sorprende por la vastedad de su investigación tocada por el genio, a pesar de su existencia viajera” Darío, en sus escritos en el Correo de la tarde, alaba la creación de bibliotecas, y en el Diario de Centro América se reproduce una parte de su discurso en el cierre de año escolar en 1890 donde exclama: “¡Qué triunfo saber leer! Qué triunfo, conversar en los libros con los sabios de los tiempos antiguos, con los profetas que sintieron el soplo de la divinidad, con los poetas que escribieron los cantos de las batallas épicas a que asistían los dioses de las edades viejas! En los libros aprendéis a amar la belleza, resplandor extrahumano, la verdad, cadena de que prende el universo y el bien, azul del cielo y miel del mundo”, Darío es maestro cuando exclama: “un maestro de seco corazón no puede ejercer el magisterio, ni podrá ejercerlo tampoco si careciese de otras virtudes cardinales como el entusiasmo y la intención pura” Darío explica también que no todos vienen con la vena de poetas o escritores, y nos dice: “quien nazca con su brasa en el pecho sufra eternamente la quemadura,... la república tiene necesidad de otras energías más abundantes para felicidad positiva de la comunidad, energías florecientes... Hay campo para todas las condiciones del espíritu, vivimos sobre la tierra y de la tierra, que la mayoría inmensa se dedique, según las particularidades aptitudes, a las tareas de cultivar, de engrandecer, de fecundar nuestra tierra. Así tendrá el pueblo seguro Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 4 Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego su cotidiano pan, crezca nuestra labor agrícola, auméntese nuestra producción pecuaria, crezcan nuestra industria y el movimiento comercial, y que todo eso sea alabado por las nueve musas nicaragüenses en templo propio” Qué palabras las que después de la muerte de Darío expresara Don Miguel de Unamuno: “Era justo, capaz, muy capaz de comprender y de buscar las obras que más se apartaban del sentido y el tono de las suyas. Tenía una amplia universalidad, una profunda liberalidad de criterio. Era benévolo por grandeza de alma como lo fue antaño Cervantes. ....Era justo, esto es, comprensivo y tolerante, porque era bueno. “Aquel hombre de cuyos vicios tanto se habló y tanto más se fantaseó, era bueno, fundamentalmente bueno, entrañadamente bueno. Y era humilde, cordialmente humilde. Se conocía y ante Dios ¡y hay que saber lo que era Dios para aquella suprema flor espiritual de la indianidad!” Ciertamente, Darío logró que España viera a los americanos como iguales, el mestizaje deja de ser estigma y empieza a verse con orgullo. Pues en su canto es el indio el que canta con el canto del pájaro encantado. Voy a terminar con algunos comentarios de escritores exitosos que comprueban el porqué nuestro Rubén es luminosidad de nuestra lengua: Pedro Salinas nos señala que “no hay ninguno de los modos de sensibilidad social que no tenga representación en la lírica de Darío”. De Salomón de la Selva: “Es pasmoso, al releer a Darío atestiguar hasta qué punto estaba despierto su intelecto a las preocupaciones universales, a las inquietudes sociales, políticas y económicas, viéndolo y previéndolo todo con extraordinario acierto” Octavio Paz señala: “El lugar de Darío es central no es una influencia viva, sino un término de referencia, un punto de partida o de llegada, un límite que hay que alcanzar o traspasar. Ser o no ser como él, de ambas maneras, Darío está presente en el espíritu de los poetas contemporáneos. Es el fundador”. Enrique Anderson Imbert expresa: “Rubén Darío dejó la poesía diferente de cómo la había encontrado. No sólo desarrolló todas las posibilidades musicales de la palabra, sino que para cada estado de ánimo usó el instrumento adecuado. Leyéndolo uno educa el oído, al educarlo, más planos sonoros aparecen en el recitado. Por su técnica verbal Darío es uno de los más grandes poetas de todos los tiempos y en español su nombre divide la historia literaria en un antes y un después”. Y el gran Jorge Luis Borges nos dice: “todo lo renovó Darío: la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado ni cesará. Quienes alguna vez lo Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 5 Rubén Darío: Luminosidad de nuestra lengua María Manuela Sacasa de Prego combatimos, comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar libertador”. Y Joaquín Sacasa, mi padre, el alcalde que inició en el teatro municipal los homenajes al Panida, exclama: Padre Rubén que aún muerto prosigues todavía Siendo el primer panida del habla castellana, La gloria de tu verso, tu genial poesía, Perdurará lo mismo, ayer, hoy y mañana. El tiempo que destruye cuanto encuentra a su paso Consciente de su inútil fuerza ante ti se inclina Eres de aquellos astros que no tienen ocaso Porque Dios puso en tu alma su eterna luz divina. Cátedra • Facultad de Educación e Idiomas (UNAN-Managua) • N°14 • julio-diciembre 2010 Pág. 6