las competencias básicas en los conservatorios de música: estudio

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 “LAS COMPETENCIAS BÁSICAS EN LOS
CONSERVATORIOS DE MÚSICA: ESTUDIO DE LA
COMPETENCIA LINGÜÍSTICA”
Introducción
Las competencias básicas, también llamadas competencias clave, son una
de las grandes novedades educativas de la Ley Orgánica de Educación. Las
actividades centradas en estas competencias están ampliamente desarrolladas
a lo largo y ancho de la enseñanza obligatoria, tanto en primaria como en
secundaria.
Pero en los conservatorios de música, que son enseñanzas no obligatorias
pero sí regladas, y pertenecen dentro del sistema educativo a las Enseñanzas
de Régimen Especial, a diferencia de otros aspectos que vienen proyectados
desde la normativa de la Enseñanza de Régimen General, como la
organización administrativa, los planes anuales de centro, las programaciones
didácticas, etc., las competencias básicas no se contemplan curricularmente de
ninguna manera.
En este trabajo de reflexión abordo, pues, las competencias básicas en los
conservatorios, proponiendo la tesis de que en nuestros centros sí que
desarrollamos estas actividades y de forma muy amplia y profunda, cubriendo
las ocho competencias que se describen.
Pero, ¿cómo digo que las realizamos si ni siquiera las conocemos? Si
echamos un vistazo a la definición de competencia básica quizás podamos
acercarnos a la propuesta que intento desarrollar.
Definición y descripción de las competencias básicas
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Según la Unión Europea, las competencias básicas o clave son una
“combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes y la
disposición de aprender, además del saber cómo. Las competencias
representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos,
destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y
desarrollo personal, inclusión y empleo, y deberían actuar como la base para
un posterior aprendizaje, como parte de un aprendizaje a lo largo de toda la
vida”.
Las ocho competencias básicas contempladas en la enseñanza obligatoria
de nuestro sistema educativo son las siguientes:
‐
Competencia en comunicación o lingüística, tanto en lengua castellana
como en lengua extranjera.
‐
Competencia matemática.
‐
Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
‐
Tratamiento de la información y competencia digital.
‐
Competencia social y ciudadana.
‐
Competencia artística y cultural.
‐
Competencia para aprender a aprender.
‐
Competencia de autonomía e iniciativa personal.
Precisamente las destrezas, los conocimientos, las aptitudes y las actitudes
son aspectos con los que trabajamos diariamente en las clases de instrumento
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en los conservatorios de música, donde la tarea del profesor-tutor en este
sentido es importantísima y fundamental.
De aquí parte, pues, este trabajo en el que desarrollo la competencia en
comunicación o lingüística, desde el punto de vista curricular de las
enseñanzas de música.
Competencia en comunicación o lingüística, tanto en lengua castellana
como en lengua extranjera
Es la competencia en comunicación, tanto en lengua castellana como en
lengua extranjera.
La música, por sí misma, es un lenguaje, teniendo los conservatorios en su
currículo una asignatura común a todos los alumnos llamada precisamente
Lenguaje Musical.
Éste lenguaje es un corpus de conocimientos que
configuran la relación entre los elementos de notación simbólica de la música y
su realidad sonora.
Los músicos utilizamos éste lenguaje musical para expresar sentimientos,
emociones y vivencias, pero no verbalmente sino a través de los instrumentos
de música y sus diferentes sonidos y timbres. Este aprendizaje del lenguaje
musical se manifiesta con el instrumento de forma simultánea con el mismo, a
diferencia del lenguaje oral y escrito de un idioma que se produce de forma
más desarrollada en el tiempo.
Es decir, un niño que comienza la Escuela Infantil con tres años no aprende
a leer y escribir hasta, más o menos, Primero de Primaria, tres años después.
Además está rodeado de un estímulo verbal constante que le ayuda a
conseguir la identificación y recreación simbólica del alfabeto, tanto escrita
como verbal. Pero los estudiantes de música aprenden a identificar los
símbolos musicales o solfísticos casi instantáneamente, actuando la
experiencia instrumental como un canal inmediato de ensayo-error-acierto.
Este sistema necesita, por parte del músico educando, así como del
profesorado, una gran dosis de constancia, paciencia, entusiasmo y fortaleza
intelectual y física que no siempre se tienen.
Este lenguaje implica, aparte de lo dicho instrumentalmente, otra
experiencia: el canto, tanto en su faceta coral que todos los alumnos aprenden,
como en la especialidad propiamente dicha.
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Pero además de todo ello, las partituras que leen los músicos están repletas
de palabras que, entre otras muchas cosas, indican el “tempo” que deben
seguir, y no precisamente en castellano sino en idiomas tan diferentes como el
italiano, el francés, el inglés, el alemán o incluso el latín, dependiendo del
compositor, de la época y de la pieza en cuestión. Es fundamental conocer
toda esta terminología para interpretar una partitura.
Sirva de muestra la siguiente lista:
Italiano:
Adagio - Andante - Allegro - Presto - Vivace - Crescendo - Rubato Rallentando - A piacere - Sensa vibrato - Dolce, etc.
Francés:
Assez vif - Élargir - Brusque - Un peu moins - Jusqu’á la fin - Très lent En vibrant - Animant - Cèdez - Sans presser, etc.
Inglés:
Flowing - Slowly - Much master - As at first - Gradually - Don´t hurry Relax the tempo - Vigorous - With charme - Poetic, etc.
Alemán:
Etwas - Dur - Durchführung - Schelss - Ab - Feierlich - Langsamer
Walter - Rezitation - Bewegt - FlieBende - Rasch, etc
Latín:
Ad libitum - Opus - Magnificat - Canon - Perpetuum - Per motum
contrarium - Quaerendo invenietis - Fuga canonica, etc
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Si hablamos de la especialidad de Canto, existen estudios de Italiano,
Inglés, Francés o Alemán en el currículo de los conservatorios profesionales y
superiores, recogidos en la asignatura de “Idiomas extranjeros aplicados al
canto”, impartidas por Licenciados en Filología, donde la pronunciación y la
articulación de las distintas lenguas son fundamentales para una buena
interpretación.
Conclusión
Gracias a todo lo expuesto, los alumnos de los conservatorios usan el
Lenguaje Musical para expresarse, para crear, para fomentar las relaciones
constructivas con los compañeros y con el entorno, para establecer lazos con
otras personas y otras culturas, para aprender a convivir con los demás y
sentirse bien con uno mismo y, por supuesto, como instrumento de aprendizaje
con proyección en múltiples contextos.
Se puede decir que la competencia lingüística es muy musical y, en este
sentido, potencia muchas habilidades, aptitudes y actitudes de manera positiva
en las personas, ayudando intensamente en cualquier proceso de enseñanzaaprendizaje.
Bibliografía
LOE, Ley Orgánica, 2/2006 de 3 de mayo, de Educación.
LEA, (17/2007). Ley de Educación de Andalucía.
Diccionario de Música. (1982) Madrid: Ediciones Generales Anaya.
Atlas de Música. (1994) Madrid: Alianza Atlas.
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Juan Domingo Ayala Pastora
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