Impunidad ambiental – 1999_tatiana

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Las empresas petroleras en los Llanos Orientales colombianos
(Casanare y Arauca). Los casos de Brithish Petroleum y la
Occidental
* Tatiana Roa
CENSAT Agua Viva – FoE (Colombia)
Guatemala, 25 y 26 de Noviembre de 1999
Seminario Latinoamericano: Impunidad Ambiental: Defendamos lo Nuestro
Uno de los tantos aspectos que sucumbieron con la conquista española, fue la cultura
del respeto a la naturaleza como forma de mantener condiciones favorables para el
bienestar del ser humano. Es claro que nuestros antepasados indígenas se adaptaron al
ambiente para efecto de obtener su sustento, vivienda y vestido, sin atentar ni
desconocer las disposiciones mínimas para que la naturaleza siga siendo productiva y se
renovara redundando en condiciones estables para la salud y existencia de la
humanidad.
Esta situación que desconocida por los españoles, quienes como se sabe solo se
preocuparon en explotar la naturaleza, extrayendo los recursos naturales, que
encontraron en estos países, sacando de manera descontrolada, minerales y desbastando
bosques, con el afán de riqueza.
De esta manera, solo algunas culturas indígenas sobrevivieron de la barbarie europea.
Con la llegada de la independencia y a su vez de un nuevo Estado, la situación no
mejoró por cuanto los gobiernos siguieron las políticas y sistemas de producción que
habían practicado los españoles, y posteriormente implantaron ciegamente las ideas que
trajeron e impusieron las nuevas potencias mundiales: Inglaterra y Estados Unidos de
América. Estos países se encargaron de imponer el sistema capitalista y hacerlo llegar a
la mayoría de los demás países, quienes básicamente aportaban sus recursos naturales
para las industrias de aquellos.
Nuestro país dada su variada riqueza natural resultó ser uno de los más afectados
dentro de dicho esquema.
Así advertida la situación es fácil entender porque, desde finales de siglo pasado, los
gobiernos de nuestro país han facilitado la inversión extranjera en detrimento de la
industria nacional, sin fijar además reglas definidas sobre las condiciones de la
explotación de nuestros recursos por parte del capital extranjero, lo cual ha generado
que se impacte gravemente e incluso destruyan ecosistemas importantes de nuestra
biodiversidad. Sin mencionar la explotación del trabajador colombiano, quien tampoco
desde sus comienzos ha contado con una legislación laboral que le protegiera.
En lo referente a la explotación petrolera la situación ha sido más aguda, debido a que
se ha desconocido de tal manera el hábitat y los pueblos indígenas que ancestralmente
se asentaron en Colombia, llegando incluso a la desaparición de culturas indígenas
como los Yariguies en Barrancabermeja, Santander en el Valle Medio del Magdalena, y
poniendo en peligro la existencia de pueblos indígenas como los Koffanes, en el
Putumayo, los Guahibos en Arauca y los Motilones - Barí en Norte de Santander.
Solo a partir de los movimientos ambientalistas suscitados en la terminación de los
grandes conflictos bélicos de este siglo y las advertencias hechas por los científicos
sobre los cambios climáticos y la perdida de grandes porciones de la Amazonía, nuestro
país empezó a preocuparse de manera tímida por el aspecto ecológico.
La explotación petrolera en Colombia y su impacto ambiental
Durante el presente siglo, la explotación petrolera en Colombia ha sido un factor de
gran importancia en la historia del país. En la raíz de los grandes conflictos sociales que
siguieron los años 20, estuvo el petróleo del Magdalena Medio. En los últimos quince
años, los campos petroleros Caño Limón en Arauca y Cusiana y Cupiaga en el Casanare
han sido piezas claves de la economía colombiana.
Si bien, la historia petrolera se ha investigado en profundidad en aspectos políticos y
económicos, poco lo ha sido la problemática ambiental relacionada con esta industria.
Han sido grandes los costos sociales y ambientales que las explotaciones petroleras
han ocasionado a las regiones y al país, ellos se reflejan en la contaminación de aguas
dulces, la colonización y destrucción de los bosques, la desecación de humedales, la
destrucción completa de ecosistemas base del sustento de poblaciones campesinas e
indígenas. Son varios los ejemplos de destrucción ambiental, social y cultural que la
industria petrolera ha ocasionado en el territorio colombiano.
Se podría iniciar contando la historia de la Tropical Oil Company, conocida como la
Troco, subsidiaria de la Standard Oil Company quien ocasionó la extinción de los
indígenas Yariguies, y la destrucción total de las selvas de esta región acompañada con
los procesos de colonización que conlleva este desarrollo industrial. En esta región se
destruyeron grandes ciénagas y humedales que hacían parte de la cuenca del Río
Magdalena.
Barrancabermeja es el reflejo de lo que es un poblado petrolero, esta ciudad que
surgió con el desarrollo petrolero y permaneció durante años con sus calles bañadas en
crudo; tiene hoy en su periferia una inmensa extensión de barrios tuguriales, con
construcciones de madera y latas de zinc. Un informe de la Presidencia de la República
concluyó que en las ultimas decenas, el crecimiento desbordado de la población ha
provocado que este puerto sobre el río Magdalena, tenga los mas grandes tugurios de la
cuenca . La mayor fuente de contaminación de esta ciudad sigue siendo el Complejo
Industrial de Barrancabermeja (CIB), actualmente a cargo de la estatal ECOPETROL.
El problema de contaminación atmosférica que ocasiona esta refinería ha sido estudiado
por varias entidades que demuestran que las emisiones de C02, CO y otros
contaminantes están generando en la población irritación de los ojos, infecciones
respiratorias e incremento en los riesgos para contraer cáncer. Así mismo, la lluvia ácida
provocada por la refinería esta provocando alteraciones del sistema nervioso, caída del
cabello y enfermedades en la piel en sus habitante.
Otros ejemplos de desastres ambientales han sido: Casabe (Antioquia) que en la
plenitud de su explotación llegó a producir 45000 barriles por día, con un contenido de
agua asociada del 20%, agua salada que ha sido vertida por décadas a las ciénagas de la
zona, alterando las características de los ecosistemas, Tibú (Norte de Santander) región
del Catatumbo, allí la explotación petrolera, impulsada por la Colpet Sago, generó un
proceso de colonización dando origen a varios pueblos y caseríos destruyendo el hábitat
de la comunidad Motilona Barí, llevándola casi a su desaparición.
A pesar de esto, nadie se ha responsabilizado del pasivo ambiental dejado por el
desarrollo petrolero, ni los gobiernos nacionales, ni las entidades gubernamentales
encargadas de hacer cumplir los requerimientos ambientales, anteriormente el Instituto
de Desarrollo de los Recursos Naturales, INDERENA y actualmente, el Ministerio del
Medio Ambiente y las Corporaciones autónomas, han exigido el cumplimiento
ambiental exigido en el Código de Recursos Naturales y hoy, en la Ley 99 de 1993.
Otra muestra de impunidad son los procesos de deterioro ambiental, en las regiones
del Magdalena Medio y la Amazonía ocasionados por la Texaco, que ha contado con la
complacencia de los gobiernos de turno. En Puerto Boyacá (Magdalena Medio), antes
de la explotación petrolera, la Texas explotó la madera de esta región selvática (décadas
40-50), arrasando con los bosques de la región. Solo un requerimiento de la
Procuraduría General de la Nación al Inderena y a la Alcaldía de Puerto Boyacá, puso
en evidencia el grave deterioro ambiental que esta empresa había ocasionado en los
suelos y en la Cienaga de Palagua y sus inmediaciones. Allí los vertimentos de aguas
industriales, asociadas a la explotación, presentan niveles superiores de salinidad de las
aguas marinas: 40000 partes por millón. El vertimento de estas agua alteró
irreversiblemente los ecosistemas acuáticos de la zona e inclusó provocó la salinización
de los suelos y contaminación de los acuiferos subterráneos. Así mismo, un estudio
realizado mostró como el fondo de a Cienaga de Palagua lo constituyen lodos altamente
contaminados por sustancias químicas tóxicas (metales pesados como estroncio, plomo,
mercurio, vanadio y otros como sales y óxidos) lo que ocasiona en épocas de alta
precipitación mortandad de los peces y en época de verano la alta demanda química de
oxigeno es critica en época de verano. A pesar, de las recientes exigencias de las
entidades estatales, la compañía Texaco no ha querido hacer uso de medidas correctivas.
El desarrollo industrial en los llanos orientales colombianos
En la región de los llanos orientales, ubicada al oriente del territorio nacional,
conocida como la región de la Orinoquia se han encontrado los mas grandes
descubrimientos de yacimientos petroleros colombianos: Caño Limón en Arauca y
Cusiana y Cupiaga en Casanare, solo comparables a el yacimiento de la Cira Infantas en
Barrancabermeja (Santander).
Durante décadas la atención petrolera estuvo concentrada en la cuenca Media y
Superior del Magdalena Medio y sólo desde los 80 la atención se desvió a Arauca y
Casanare, por el hallazgo de estos yacimientos, los cuales superan cada uno los 1000
millones de barriles de reserva.
Para facilitar las explotaciones petroleras en Caño Limon durante los años 1980
'1984, el Estado Colombiano, dejo en libertad a la Occidental de Colombia Inc., mas
conocida como OXY, para que ésta penetrara a su acomodo en Arauca¨
En la región de Arauca existió la Laguna de Lipa, el gran santuario del espacio
cósmico y centro de reproducción cultural y espiritual de los Guahibos, los
Macaguanes, los Betoyes y otros pueblos vecinos. Sobre este santuario, la compañía
Occidental y sus asociados, construyeron el Complejo petrolero Caño Limón originando
la destrucción de un gran patrimonio cultural y ecológico del país y el departamento de
Arauca.
La laguna de Lipa y sus alrededores se encontraban protegidas legalmente por el
status de Santurario de Fauna y Flora, sin embargo, el gobiernos de Belisario Betancur
mediante acuerdo No. 052 de septiembre 20 de 1983 de la junta directiva del Inderena
limitó el área a reserva forestal levantando y levantando el status de Santuario para que
la Oxy pudiera realizar allí sus actividades petroleras.
Los primeros años de producción petrolera estuvieron enmarcados por un agresivo
proceso de ocupación de los territorios y construcción de infraestructura por parte de la
petrolera, así la velocidad con la que se hizo el montaje de los pozos no se había dado
en la historia nacional, los permisos ambientales se solicitaban cuando ya se habían
iniciado las obras o incluso cuando ya habían concluido, de esta manera, la OXY, burló
toda la legislación ambiental, aprovechando la debilidad institucional y valiéndose de
presiones en los niveles regionales y nacionales, llegando incluso a la propia
Presidencia de la República
Hoy la OXY tiene el contrato del Bloque Samoré que pretende explorar y explotar
petróleo en el territorio ancestral de los U´was. Desde la firma del contrato en el año
1992, el gobierno nacional y la Occidental han desinformado y manipulado a la
comunidad, incluso queriendo propiciar su división. A pesar que la Constitución de
Colombia y el derecho internacional establecen el derecho de los pueblos indígenas a
ser consultados y a dar o no su consentimiento previo al desarrollo de proyectos que
puedan afectar sus derechos económicos, sociales y culturales, la Occidental y el
gobierno colombiano han desconocido sistemáticamente este derecho, han engañado a
la comunidad U´wa y al pueblo colombiano, queriendo mostrar reuniones informales
con algunos personas de la comunidad como si esto fuera un proceso de consulta.
A finales de la década de los ochenta se comenzó a especular de los grandes
yacimientos petroleros descubiertos por la Brithis Petroleum Company, mas conocida
como la BP, pero solo hasta inicios de los 90 se comienzan a perforar los primeros
pozos exploratorios. Las reservas estimadas de los campos de Cusiana y Cupiaga son de
1500 millones de barriles de petróleo.
BP inicia la perforación de pozos petroleros acompañada de graves denuncias
realizadas por la Secretaria de Salud del municipio de Yopal, quien previene sobre los
daños que la BP estaba ocasionando sobre los ríos y los caños donde se ubican las
instalaciones petroleras debido a la inadecuada disposición de las aguas industriales.
Estas denuncias hacen que las autoridades ambientales cierren el primer pozo petrolero
por causas ambientales: Pauto I, propiciando un interesante debate sobre la importancia
de un recurso como es el agua. Este hecho propicia una pequeña mejora en la gestión
ambiental en materia petrolera.
Si bien en Colombia a partir de la nueva constitución nacional, se crea un marco legal
favorable al mejoramiento de la gestión ambiental para la preservación y la
conservación de la naturaleza y leyes que propician espacios de participación ciudadana,
en la práctica, el país no cuenta con instituciones sólidas y con capacidad para
garantizar que los requerimientos ambientales exigidos a la industria petrolera se
cumplan y los mecanismos de participación ciudadana no han colmado las expectativas
de una sociedad con limitaciones para la participación y por el contrario, la misma no ha
servido sino para validar decisiones previamente definidas por los gobiernos.
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