erradicar_los_estereotipos

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NECESIDAD DE ERRADICAR LOS ESTEREOTIPOS
Los
estereotipos
refieren
a
una
idea
aceptada
comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.
Ellos prescriben identidades, como en el caso de las
mujeres, de las que se espera cierto tipo de conducta, al señalar que
tienen que cumplir el rol de madres o amas de casa y cuando no lo
hacen se exponen al castigo de la sociedad. A su vez, los hombres
también se exponen al mismo tratamiento cuando no actúan de
acuerdo con el canon de ser los proveedores del sustento en el hogar;
por ejemplo si desean quedarse en casa y cuidar de los niños.
Es decir, que cuando se actúa en sentido inverso a las
normas de género, surge una reprobación social por ese tipo de
conducta.
Se establecen estereotipos para describir, para prescribir y
también para etiquetar a las personas, todo ello destinado a señalarlos
como “otros”; cuando la gente es diferente, lo que hacemos es marcar
su “otredad”. Los mismos acarrean consecuencias cuando imponen
una carga o niegan algún beneficio; se trata entonces de formas de
discriminación que la sociedad tiene la obligación de remediar.
En el marco del convenio internacional que determinó la
necesidad de la eliminación de todas las formas de discriminación
contra las mujeres1, que el Estado Argentino ha ratificado se fija la
1
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW) Aprobada por
Naciones Unidas el 18/12/1979, suscripta por la República Argentina el 17 de julio de 1980, aprobada según la ley 23.179
obligación de eliminar los estereotipos negativos que imponen una
carga sobre las mujeres o le niegan beneficios.
La
reconocida
especialista
en
derechos
humanos
internacionales y cuestiones de género, Rebecca Cook2, elaboró un
exhaustivo análisis de los estereotipos que imponen cargas morales a
las personas o les niegan beneficios sociales, en el mismo describe la
naturaleza de los prejuicios más comunes: prescriptivos, restrictivos o
negativos, y sugiere las formas idóneas de eliminarlos con el fin de
erradicar las prácticas discriminatorias que padecen diversos sectores
de la sociedad, particularmente las mujeres y las minorías sexuales.
Esta autora señala que, entre los diversos tipos de
estereotipos que existen en la sociedad, figuran los prescriptivos que
requieren que los miembros de la misma actúen de cierta manera. Y
en lo que se refiere a las mujeres, cada sociedad determina códigos de
modestia, castidad y obediencia, entre muchos otros.
Algunos de estos códigos son sutiles, otros son más
explícitos. Por ejemplo, existen culturas que exigen que las mujeres se
cubran la cabeza con un velo, otras que alientan que la mujer lleve
zapatos de tacón alto. En ambos casos puede verse una relación con la
sexualidad, transformada en un estereotipo conforme lo que en cada
sociedad se espera que sea el comportamiento de la mujer. Estos
varían según se trate de mujeres jóvenes o ancianas, pobres o ricas,
(B.O. 3/6/1985) integra los instrumentos internacionales de derechos humanos jerarquizados por el art. 75 inc. 22 de la
Constitución Nacional conformando el Bloque Constitucional.
2
Rebecca J. Cook: Miembro del Colegio de Abogados de Washington, DC, preside el área de Derecho Internacional de los
Derechos Humanos de la facultad de Derecho de la Universidad de Toronto y es codirectora del Programa Internacional de
Derecho en Salud Sexual y Reproductiva de esta Universidad.-
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adolescentes o maduras. Hay también, por supuesto, muchos tipos de
estereotipos compuestos.
Los medios de comunicación juegan un factor muy
importante para el mantenimiento de los estereotipos. Dado la enorme
influencia que tienen resultaría importante que promovieran la
tolerancia, la dignidad, y una ética de respeto hacia las personas, y
también que identifiquen los estereotipos negativos para mostrar de
qué manera se llega a etiquetar y marginar a las personas y como ello
promueve prácticas discriminatorias. Podrían colaborar mostrando
cómo hombres y mujeres, o subgrupos, son tan humanos unos como
otros. Cuando los medios muestran, en cambio, formas de violencia
física e intelectual contra las mujeres colaboran a perpetuar los
estereotipos.
La Corte Interamericana de los Derechos Humanos en el
caso conocido como “Campo Algodonero”3 señaló que, ante la
denuncia de desaparición de varias mujeres, cuando sus madres
solicitaron justicia se les respondió en forma estereotipada, de modo
negativo. El Tribunal identificó los estereotipos negativos que manejó
la policía cuando rechazó las quejas de las madres diciendo que dos de
las tres mujeres desaparecidas y asesinadas en el campo algodonero
actuaban de manera promiscua y por ello decidió no investigar. Señaló
que, en ese caso, la situación de las mujeres podía asociarse con
prácticas basadas en la persistencia de estereotipos de género, que se
exacerbaban al incidir, implícita o explícitamente, en las políticas y
prácticas de la policía. En este caso, se consideró acreditado que los
Corte IDH, Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México (Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas), Sentencia del 16 de noviembre de 2009, serie C, núm. 205, párr. 143.
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estereotipos negativos impiden y obstaculizan el acceso de la mujer,
sobretodo de las mujeres pobres, a la justicia.
La discriminación persiste y debe hacerse mucho aún
para eliminar los estereotipos negativos, básicamente a través de la
educación que es lo que permite incrementar nuestra conciencia
respecto a su existencia. Es preciso nombrarlos e identificar sus
consecuencias, tanto en la familia como en el sector educativo.
En el ámbito local recientemente el Tribunal Superior de
Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, rechazó el recurso de
inconstitucionalidad4 interpuesto contra un fallo de Cámara que
ratificó la condena a seis meses de prisión de ejecución en suspenso de
un imputado y al hacerlo entre otros conceptos, en uno de los votos se
sostuvo que: “… la óptica del sentido común introducida por la
defensa para descalificar las amenazas proferidas por el imputado en
el marco de un conflicto entre dos personas que fueron pareja y tienen
un hijo en común. No podría prosperar porque el ‘sentido común’ al
que recurre la Defensa no solo es insuficiente a efectos de fundar un
reclamo en términos constitucionales, sino que además es
improponible por remitir a prejuicios y estereotipos prohibidos por
los estándares internacionales vigentes en la materia. Este
planteo evoca la falsa dicotomía entre la esfera pública y la esfera
privada según la cual, a la justicia penal no le correspondería
inmiscuirse en los ‘asuntos de pareja’. La caracterización de la
violencia como un rasgo propio de los vínculos familiares
Expte. N° 8796/12 “Ministerio Público —Defensoría General de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires— s/ queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en ‘Legajo de requerimiento de
elevación a juicio en autos N.G., G. E. s/ inf. Art. 149 bis CP’” voto de la Dra. Alicia E. C. Ruiz.4
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disfuncionales, desconoce la interpretación consagrada por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos según la cual, la violencia de
género constituye una violación de derechos humanos derivada de
una desigualdad social de tipo estructural”.
Concluyó que: “… el valor probatorio del testimonio de
la víctima en casos donde por su especial modo de comisión no
puedan ser corroborados por otros medios, no puede ser soslayado o
descalificado dado que ello constituiría una forma de violencia
institucional
revictimizante
contraria
a
los
parámetros
internacionales en la materia”.
La Cámara5, a su turno, sostuvo que: “… La amenaza
debe tener idoneidad para vulnerar el ánimo de la víctima, por eso es
relevante entender que es la situación de subordinación y desigualdad
de poder entre las partes la que hace que deba mensurarse la
idoneidad de las amenazas respecto de la mujer que refiere que las
percibe en el contexto en que lo hace. Por ello yerra la defensa al
considerar que el contexto modifica aquello que debe valorarse, que
es el hecho y su subsunción legal en el tipo penal concretamente
imputado pues el contexto permite inferir la idoneidad de la amenaza.
Es correcto evaluar el hecho de este modo, pues la amenaza vertida
podría resultar inidónea respecto de otros individuos, pero debe
analizarse y corroborarse respecto de la víctima en la concreta
situación que ella narra haber vivido... 11) Al haberse acreditado el
contexto resulta válido el acogimiento del testimonio único que se
evaluó. Por ello la afirmación de la recurrente en el sentido que se
Causa N° 8796/12 CPCyF, Sala III ‘G.E.,N.G.s/ inf. Art. 149 bis CP’ voto de la Dra. Marta Paz,
con adhesión de los Dres. Jorge A. Franza y Silvina Manes.5
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habrían conculcado derechos de su parte al impedirle defenderse de
estos extremos no ha de tener acogida favorable...”.
Desterrar los estereotipos hace a la vigencia de los
derechos humanos que son universales y a la innata dignidad humana.
Su violación nos afecta a todos y requiere un esfuerzo concertado por
parte de la sociedad en su conjunto.
Asimismo, se debe fortalecer el sistema de justicia y
capacitar a la policía para eliminar los estereotipos y los prejuicios
hacia la mujer, mejorar los servicios de apoyo a las víctimas y a sus
familias, y dedicar planes y presupuestos para prevenir la violencia
contra las mujeres y las niñas.
Resulta primordial fomentar cambios en las actitudes, en
las creencias y en los comportamientos que consienten o que
perpetúan la violencia, con el fin de prevenir la violencia que tenga
lugar.
La Convención de Estambul pone un énfasis especial en
la importancia de la prevención temprana, por la que también aboga
ONU Mujeres, lo que resalta que el mejor modo de poner fin a la
violencia es previniéndola.
Para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas
se debe educar a mujeres y hombres cambiando los estereotipos
relacionados con el género, las actitudes y las creencias que toleran la
violencia y los ideales nocivos que existen en torno a la femineidad y
a la masculinidad. Se deben promover normas y comportamientos a
favor de la igualdad de género y la participación de las mujeres en la
toma de decisiones e impulsar los esfuerzos para prevenir la violencia
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de género y complementarlo con un mayor acceso a la justicia, así
como con procesos de reparación y el acceso a servicios integrales, el
empoderamiento de las mujeres y las niñas y la erradicación de la
estigmatización de las victimas.
MARTA PAZ Y SILVIA M. OCAMPO
Bibliografía:
-Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Aprobada por Naciones
Unidas el 18/12/1979, suscripta por la República Argentina el 17 de
julio de 1980, aprobada según la ley 23.179 (B.O. 3/6/1985) integra
los instrumentos internacionales de derechos humanos jerarquizados
por el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional conformando el
Bloque Constitucional.
-Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra la Mujer, adoptado por la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 6 de
octubre de 1999. Aprobado por la ley 26.171 sancionada el
15/11/2006, promulgada el 6/12/2006 (B.O. 11/12/2006). Instrumento
de ratificación publicado en el B.O. del 9/3/2007.
-Rebecca J. Cook: Miembro del Colegio de Abogados de Washington,
DC, preside el área de Derecho Internacional de los Derechos
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Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Toronto y es
codirectora del Programa Internacional de Derecho en Salud Sexual y
Reproductiva de esta Universidad. Autora del libro Gender
Stereotyping: Transnational Legal Perspectives (2009), en coautoría
con Simone Cusack, entre otros.
-“Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer", (Belem do Pará, Brasil) ratificada por la
Argentina a través de la Ley Nº 24.632. El artículo 1 de la CBDP
define la violencia contra las mujeres como “cualquier acción o
conducta, basada en su género, que causa muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o sicológico a la mujer, tanto en su ámbito público como
en el privado”
-Corte IDH, Caso González y otras (Campo Algodonero) vs. México
(Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas), Sentencia del
16 de noviembre de 2009, serie C, núm. 205, párr. 143.
- Convención del Consejo de Europa sobre la prevención y la lucha
contra la violencia sobre las mujeres y la violencia doméstica, llamada
Convención de Estambul. Abierto a la firma en mayo en 2011.
-Expte. N° 8796/12 “Ministerio Público —Defensoría General de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires— s/ queja por recurso de
inconstitucionalidad denegado en ‘Legajo de requerimiento de
elevación a juicio en autos N.G., G. E. s/ inf. Art. 149 bis CP’”.
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