Una página web cargada de esperanza Cuando una web no funciona el mensaje que aparece nos dice que está «en construcción». Bien, pues no creo que pueda existir una web más en construcción que esta que les invito a armar entre todos. No porque no funcione, sino porque sin ustedes no puede funcionar. Son ustedes los que la tienen que construir, los que la tienen que cargar. De momento la web solo tiene una partícula insignificante: yo. Yo, solo, no puedo hacer nada. Yo, solo, carezco de fuerza para cambiar las cosas. Estoy desarmado. Pero, si se unen a mí, entre todos podemos adquirir mucha fuerza. Muchísima. De lo que trata esta web en construcción es de lograr el voto igual en España. De lograr la representación de los ciudadanos y solo de los ciudadanos, sin manipulaciones ni mentiras. Hasta dónde yo sé, nadie puede oponerse a eso. Nadie puede estar en contra de la igualdad en el voto. Es la piedra de toque del edificio democrático. Y es, por ello, un ideal que puede unirnos a todos, por encima de partidos e ideologías. No se trata de decir qué se ha de hacer, se trata de decir que las cosas se han de hacer democráticamente. Se trata de exigir que se respeten los principios elementales de la democracia. ¿Cómo se arma esta peculiar web? En dos fases. La primera es una recogida de firmas por internet. La segunda –la web propiamente dicha– es, todavía, un secreto. Y tiene que serlo por algún tiempo. La recogida de firmas se lleva a cabo a través de la plataforma Change.org. Para firmar tienen que ir a www.20destellos.com, la web del libro. Por supuesto, una campaña de firmas tiene un alcance limitado. Supongamos que firma un montón de gente. No sé, soñemos: un millón de personas, algo que con total seguridad no va a ocurrir. Incluso entonces, ¿qué ocurriría? Nada. Todo seguiría igual. Las firmas son muy útiles para ciertas campañas, pero por sí mismas, en un terreno como este, en el que se ventila nada me- veinte destellos de ilustración eltoral nos que el reparto del poder del Estado entre las diferentes fuerzas políticas, no pueden conseguir gran cosa. Ahí interviene la segunda fase, la web propiamente dicha. La que, de momento, no puedo hacer pública… precisamente porque si lo hiciera desde los dos grandes partidos podrían modificar la ley en cierto sentido e impedirla. Lo único que les puedo adelantar al respecto es lo siguiente. Es algo novedoso, que creo que no se ha hecho nunca, en ningún país, hasta la fecha. Eso descarta varias cosas: no les voy a pedir tiempo, no les voy a pedir que salgan a la calle, no les voy a pedir que dejen de votar a su partido preferido y, por supuesto, no les voy a pedir dinero. Es algo perfectamente legal. De hecho, es algo que la propia constitución de 1978 posibilita abiertamente. Es sorprendente lo poco que utilizamos ciertos artículos de la constitución. La web configura una salida política. Eminentemente política y democrática. Porque, en su girar desenfrenado, la rueda no puede ver lo evidente: se está generando una ola antipolítica cuyos contornos, aunque difusos todavía, no pueden adivinarse más peligrosos. Y, aunque lo vea, la rueda no puede hacer nada, porque ella es en buena medida el motor que impulsa esa ola. Por eso tenemos que pararla, y lo tenemos que hacer política, pacífica y democráticamente. Porque nos merecemos una democracia mejor. No sé cuándo, no puedo saberlo todavía, probablemente tarde meses, quizás un año. Quizás más. Pero, después de un tiempo, la web se activará y se pondrá en contacto vía e-mail con quienes hayan firmado la petición de Change.org. Si nadie o muy pocos han firmado, les daré las gracias por su adhesión y por su disposición a cargar esta peculiar arma democrática, y no podrá pasar mucho más que eso. La web nunca llegará a existir, porque nunca se habrá cargado, pero al menos yo me quedaré con la conciencia tranquila por haberlo intentado, y estoy seguro de que ustedes también. Pero, si son muchos los que responden, si con cada uno de sus firmas y con cada una de sus adhesiones la web se carga de esperanzas, entonces les invitaré a intentar algo entre todos. Algo que no puedo desvelar, pero que esta cita de Antonio Muñoz Molina atrapa a la perfección: Hace falta una serena rebelión cívica que, a la manera del movimiento americano por los derechos civiles, utilice con inteligencia y astucia todos los recursos de las leyes y toda la fuerza de la movilización para rescatar los territorios de soberanía usurpados por la clase política. una página web cargada de esperanza Y lo siento mucho, pero hasta ahí puedo leer. Si creen el voto igual es un ideal por el que merece la pena hacer algo, firmen la petición, carguen el arma, construyan la web. Hagamos algo, por una vez, juntos, por encima y al margen de unos u otros partidos: ya solo eso merecerá la pena. Y, si me han seguido hasta aquí, mil gracias de veras. Pero háganme un último favor: busquen un libro o un autor que diga lo contrario a lo que digo yo. Y léanlo. Y comparen. Por favor, no me crean habiéndome leído solo a mí. Escuchen también a mis adversarios. Y fórmense entonces su propia opinión… sean ilustrados. Con eso siempre ganamos, todos.