CESIÓN DE DERECHOS HEREDITARIOS. INTERPRETACIÓN DE

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Esc. Blanca Olmos
Informante
La Comisión de Derecho Notarial, integrada por los Escs. Blanca Olmos,
Mirta Sosa, Claudia Santo, Gabriela Bouvier, Alfredo de Souza, Adriana
Sosa y Susana Chao, aprueba el informe que antecede.
Esc. Susana Chao
Coordinadora
CESIÓN DE DERECHOS HEREDITARIOS.
INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS
Informe: Civil
Resumen
La cesión de derechos hereditarios comprendió solo los derechos en las sucesiones
de los padres y hermanos del excónyuge de la cedente. No comprendió el inmueble
que motiva la consulta. La situación no es observable.
I.
Hechos
Año 1940. Compraventa. Según escritura autorizada en Montevideo el 15
de enero de 1940, AM, casado en primeras nupcias con MAV, enajenó por
título compraventa y modo tradición a JDL, casado en únicas nupcias con
BP, el inmueble objeto de la presente consulta (en adelante, el inmueble),
cuya primera copia fue inscripta en el Registro de Traslaciones de Dominio
de Montevideo el 18 de enero de 1940.
Revista de la Asociación de Escribanos del Uruguay, tomo 98, ene. - dic. , 2012 — Consultas técnicas
(Aprobado por la Comisión Directiva Nacional de la aeu
el 14 de agosto de 2012, expediente 1199/2012.)
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Año 1945. Sucesión. JDL falleció en Montevideo el 1 de agosto de 1945,
casado en únicas nupcias con BP. Su sucesión fue tramitada ante el Juzgado
Letrado de Primera Instancia en lo Civil de 2.o Turno, en autos caratulados «JDL - Sucesión». Por decreto del 27 de agosto de 1945 se declaró la
apertura judicial, se efectuaron las publicaciones legales y por resolución
del 13 de mayo de 1949 fue declarada heredera la cónyuge supérstite BP,
sin perjuicio de los derechos de esta por sus gananciales.
Año 1950. Cesión de derechos hereditarios. Según escritura autorizada
en Montevideo el 6 de diciembre de 1950, BP otorgó un contrato titulado
«Cesión de derechos hereditarios» con los hermanos de su marido. En la
cláusula primera del contrato se estableció que BP «cede, enajena, renuncia y transfiere, por partes iguales, en favor de PL, JL y ML y estos
aceptan, todos los derechos y acciones, sin excepción alguna, que a título
de gananciales o por herencia de su finado esposo JDL o a cualquier otro
título, le corresponden en las sucesiones de los padres del mismo, BL y JL,
y de sus hermanos CL y TL».
Año 1953. Hipoteca. Según escritura autorizada en Montevideo el 25 de
febrero, BP constituyó hipoteca sobre el inmueble a favor del Banco Hipotecario del Uruguay (bhu), cuya primera copia fue inscripta en el Registro
de Hipotecas de la Primera Sección el 27 de febrero de 1953.
La referida hipoteca fue cancelada por escritura de cancelación de hipoteca autorizada en Montevideo el 16 de julio de 1969, la que fue inscripta
en el Registro de Hipotecas el 15 de agosto de 1969.
Año 1991. Compraventa. Según escritura autorizada, el 29 de noviembre
de 1991 BP enajenó el inmueble por título compraventa y modo tradición
a C SA, cuya primera copia fue inscripta en el Registro de la Propiedad
Inmueble de Montevideo el 5 de diciembre de 1991.
Año 2011. Compraventa. C SA acuerda la enajenación del inmueble a
A SA. Al momento de otorgarse la compraventa, la escribana de uno de los
accionistas de A SA observa el título por entender que el inmueble quedó
incluido en la cesión de derechos hereditarios y, en consecuencia, los derechos sobre este se habrían transferido en 1950 a PL, JL y ML.
II.Consulta
Se consulta acerca de si la cesión de derechos hereditarios otorgada por
BP en 1950:
– tuvo como objeto únicamente los derechos que, como única heredera
de su cónyuge, le pudieran corresponder en las sucesiones de BL y
JL (padres del cónyuge, que murieron antes que este) y de CL y TL
(hermanos del cónyuge que murieron antes que este), en cuyo caso el
inmueble se encontraba en su patrimonio al momento de enajenarlo
a C SA, o si, por el contrario,
– los derechos sobre el inmueble quedaron comprendidos en dicha cesión, lo que supone interpretar que quedaron abarcados por la cesión
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de derechos hereditarios de todos los derechos que le correspondían
a BP en la sucesión de su esposo JDL.
Asimismo, en caso de entender que en la cesión quedaron comprendidos todos los derechos de BP en la sucesión de JDL, se consulta respecto
del alcance de dicha cesión en lo que respecta a la mitad indivisa que le
correspondía a BP por ser el inmueble de naturaleza ganancial.
III.Opinión de la consultante
1. Interpretación gramatical de la cláusula primera
Si analizamos los elementos que componen la oración, vemos que lo primero
que aparece es el sujeto: BP. Esta es la persona que realiza la acción principal, que se describe con los siguientes verbos: «cede, enajena, renuncia
y transfiere». El último elemento de la oración es el objeto afectado por
estos verbos. Aquí es donde se plantea el problema de interpretación. En
mi opinión, el objeto del contrato son todos los derechos y acciones que a BP
le correspondían en la sucesión de los padres y hermanos de su marido, y
ello surge de la frase: «le corresponden en las sucesiones de…». Esta frase
calificaría a todo el objeto del contrato, de modo que lo cedido sería todos
los derechos que «a título de gananciales», «por herencia» o «a cualquier
otro título» le correspondían a BP en la sucesión de los padres y hermanos
de su marido fallecido.
Según esta interpretación, la cesión de derechos hereditarios no alcanzó
a todos los derechos hereditarios de BP en la sucesión de su marido, sino
solo a aquellos derechos que ingresaron al patrimonio de su marido por
modo sucesión en su carácter de heredero de sus padres y hermanos. Por
tanto, no quedó abarcada por la cesión de derechos hereditarios la cuota
que le pertenecía a JDL en los bienes gananciales ni la cuota de gananciales de BP. En consecuencia, BP continuó siendo la propietaria plena
del inmueble.
La interpretación contraria se basa en que la frase «le corresponden en
la sucesión de los padres…» no estaría calificando a los derechos que BP
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Entiendo que la cesión de derechos hereditarios no afectó al inmueble. El
objeto de la cesión quedó circunscripto a los derechos sucesorios que tenía
JDL en la sucesión de sus padres y hermanos y que BP heredó con la muerte
de este. Esta interpretación se basa en los siguientes argumentos:
a. surge de la correcta interpretación gramatical de la cláusula primera
(artículo 1297 del Código Civil);
b. surge también de la interpretación contextual del contrato (artículo 1299 del Código Civil), y
c. se reafirma por la conducta de los contrayentes posterior al contrato
(artículo 1301 del Código Civil).
Paso a exponer los tres argumentos a continuación.
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tuviera «a título de gananciales» o «por herencia». De este modo, la cesión
abarcaría los siguientes bienes: 1) la cuota de gananciales de BP («a título
de gananciales»); 2) todos sus derechos hereditarios en la sucesión de su
marido («de herencia»), y 3) los derechos que a cualquier otro título le correspondieran en la sucesión de los padres y hermanos de su marido.
El argumento para apoyar esta interpretación sería que no existe ningún derecho que BP pudiera tener a «título de gananciales» en la sucesión
de los padres y hermanos de su marido. Ello demuestra que los derechos
que tenía BP a «título de gananciales» fueron un objeto autónomo de la
cesión, junto a los que tenía «por herencia» de su marido o a «cualquier
otro título».
Si bien es correcto que no existen derechos que pudiera tener BP en la
sucesión de los padres y hermanos de su marido a «título de gananciales»,
entiendo que la referencia no es más que un error del redactor del contrato,
que buscó establecer una cláusula lo más amplia posible para descartar
cualquier tipo de reclamo de BP en la sucesión de los padres y hermanos
de su marido. Es lo mismo que explica la inclusión del listado de verbos:
«cede, enajena, renuncia y transfiere», los cuales se superponen de forma
innecesaria y poco técnica.
A su vez, considero que esta interpretación gramatical amplia es incorrecta por las siguientes razones:
Primero, si la frase «le corresponden en la sucesión de los padres…»
no califica a los derechos que BP tuviera a «título de gananciales» o «por
herencia» (lo que supone que estos serían dos objetos autónomos de la cesión), entonces el contrato debería poder leerse sin esa frase y mantener
un correcto sentido gramatical. Y no sucede así. Si eliminamos la frase,
la oración quedaría: «La señora BP cede, enajena, renuncia y transfiere
todos los derechos y acciones que a título de gananciales o por herencia
de su finado esposo don JDL…». Es claro que la oración queda cortada. La
frase: «le corresponden en la sucesión de los padres…» es imprescindible
tanto desde el punto de vista semántico como sintáctico; sin ella el remanente no alcanza para conformar una oración correctamente construida.
Ello evidencia que es un calificativo de todos los derechos mencionados,
es decir, de los que BP tuviera a título de «gananciales», «por herencia» o
a «cualquier otro título».
Segundo, la interpretación de la escribana que observó el título implica
que la referida frase sea redundante. Si se considera que hay una cesión
de todos los derechos hereditarios de BP en la sucesión de su marido, entonces va de suyo que esta también abarca a los derechos que hubieran
ingresado al patrimonio del marido en su calidad de sucesor de sus padres
o hermanos.
Tercero, la mención de «a cualquier otro título» sí está claro que refiere
a los derechos que le correspondan a BP en la sucesión de los padres y hermanos de su marido. La palabra «otro» vincula esta referencia a los «otros»
títulos mencionados («gananciales» y «herencia»), y ello denota que todos
están alcanzados por la calificación: «le correspondan en la sucesión…». Si
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se hubiera querido construir un objeto autónomo de cesión no se tendría
que haber empleado la palabra «otro» y, en su lugar, haberse dicho que se
cedían los derechos que «a cualquier título» tuviera BP en la sucesión de
los padres y hermanos de su marido.
2. Interpretación contextual de la cláusula primera
3. La conducta de las partes posterior al contrato
Luego de la cesión de derechos hereditarios, BP continuó con la posesión
del inmueble. Los beneficiarios de la cesión de derechos hereditarios
nunca reclamaron ningún derecho sobre este. Tampoco se presentaron
en la sucesión de JDL en calidad de cesionarios de todos los derechos del
causante. En suma, y de acuerdo con el artículo 1301 del Código Civil,
surge de los hechos posteriores de las partes que estas interpretaron que
la cesión derechos hereditarios estaba limitada a los derechos de JDL en
la sucesión de sus padres y hermanos.
Asimismo, la cesión parcial de los derechos originados en estas sucesiones se explica por la intención de las partes de excluir a BP de los bienes
que pertenecían al patrimonio de la familia L. Si bien no existen pruebas
directas de esta «intención común» de las partes (artículo 1298), surge de
la sucesión de JDL la existencia de un conflicto entre BP y la familia de su
marido. Por tanto, es razonable suponer que la cesión de derechos hereditarios responda a una transacción entre las partes donde BP, reteniendo
los derechos sobre los bienes comprados por su marido durante el matrimonio, renunció a cambio de un precio a los bienes que eran propiedad de
los padres y hermanos de este.
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Hay varios datos en otras cláusulas del contrato que demuestran que la
cesión quedó restringida a los derechos de BP en la sucesión de los padres
y hermanos de su marido. Al menos, entiendo que sí descartan con claridad
que haya quedado incluida en la cesión la cuota de derechos de BP sobre
los bienes gananciales.
En primer lugar, el contrato se tituló «Cesión de derechos hereditarios».
Ahora bien, si entendemos que en la cláusula primera BP cedió su cuota
de bienes gananciales, el contrato tendría un objeto más amplio. La mitad
indivisa de los bienes gananciales le correspondían a BP más allá de su
calidad de heredera de su marido. Es decir, este derecho, que nació por
el régimen de la sociedad conyugal, no es de ninguna manera un derecho
hereditario.
En segundo lugar, la cláusula tercera establece que en el mismo acto se
efectuó la tradición de los derechos cedidos y especifica que estos derechos
son los que tenía BP en «las referidas sucesiones». Y, bien, las únicas sucesiones mencionadas son las de los padres y hermanos de JDL.
A su vez, con esto se termina de descartar que la cesión refiera a la cuota
que le correspondía a BP sobre los bienes de naturaleza ganancial.
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Informe de la Comisión de Derecho Civil
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Se consulta si a través de la cesión de derechos hereditarios otorgada en
1950 se cedieron únicamente los derechos en las sucesiones de BL y JL
(padres del cónyuge, que murieron antes que este) y de CL y TL (hermanos
del cónyuge que murieron antes que este) o esa cesión comprendió también
los derechos hereditarios de BP en la sucesión de su excónyuge y, en consecuencia, comprendió el inmueble que este había adquirido en 1940.
El motivo que genera las discrepancias entre los escribanos actuantes
y las diferentes interpretaciones entre ellos se centra en la redacción dada
a la cláusula de objeto.
La cláusula dice que BP «cede, enajena, renuncia y transfiere, por partes iguales, a favor de PL, JL y MML y estos aceptan, todos los derechos y
acciones, sin excepción alguna, que a título de gananciales o por herencia
de su finado esposo JDL o a cualquier otro título, le correspondan en las sucesiones de los padres del mismo, BL y JL y de sus hermanos CL y TL».
A mi entender, surge claramente de dicha cláusula que BP cede todos
los derechos y acciones que le corresponden en las sucesiones de los padres
y hermanos del excónyuge. En ningún momento menciona que ceda los
derechos hereditarios en la sucesión de su excónyuge.
La expresión «que a título de gananciales o por herencia de su finado
esposo JDL o a cualquier otro título, le correspondan en las sucesiones de
los padres del mismo […]» refiere, sin dudas, a la forma en que pudo haber
adquirido los derechos en las sucesiones de los padres y de los hermanos
del excónyuge.
Una hipótesis eventual, en la cual le habrían correspondido derechos
en las sucesiones de los padres o hermanos de su excónyuge «a título de
gananciales», para utilizar su expresión, se daría si la cedente o su excónyuge hubieran adquirido derechos hereditarios en esas sucesiones a título
oneroso durante la vigencia de la sociedad conyugal.
Una hipótesis en la cual le habrían correspondido derechos en las sucesiones de los padres o hermanos de su excónyuge «por herencia de su finado
esposo JDL» se daría si la cedente hubiera adquirido derechos hereditarios
en esas sucesiones a través de la sucesión de su excónyuge.
Una hipótesis en la cual le habrían correspondido derechos en las
sucesiones de los padres o hermanos de su excónyuge «a cualquier otro
título» se daría, por ejemplo, si la cedente hubiera adquirido derecho en
esas sucesiones a título de donación o que por cualquier otro motivo no
hayan sido gananciales.
Hay una intención, a mi juicio innecesaria, de especificar todas las maneras a través de las cuales eventualmente pudo haber adquirido derechos
en las sucesiones de los padres y de los hermanos del excónyuge, pero de
ningún modo se produce una extensión del objeto cedido.
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Esc. Juan Pablo Villar
Informante
La Comisión aprueba este informe, en el entendido de que la cesión de
derechos otorgada en 1950 no comprendió el inmueble que motiva la consulta y por lo tanto la situación no es observable.
Al no estar comprendido el inmueble en la cesión realizada, esta Comisión no procede a analizar y, por lo tanto, no se manifiesta en cuanto
a la bondad o no de la mencionada cesión, respecto a los bienes que pudo
haber comprendido, por exceder el objeto de la consulta.
La Comisión de Derecho Civil, integrada por los Escs. Fernando Alonso,
Cristina Amorín, Enrique Arezo, María Inés Casatroja, Mariana González,
Carlos Groisman, Adriana Inciarte, Rossana Ivanier, Mónica Jover, Joaquina Machado, Laura Parnás, Margarita Puertollano, Estela Sarachu,
Adriana Silva, Beatriz Vázquez Sepúlveda y Juan Pablo Villar, aprueba
el informe que antecede.
Escs. Enrique Arezo y Roque Molla
Coordinadores alternos
(Aprobado por la Comisión Directiva Nacional de la aeu
el 14 de agosto de 2012, expediente 1196/2012.)
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El objeto es claro: los derechos hereditarios que a la cedente le corresponden en las sucesiones de los padres y hermanos de su excónyuge; no los
derechos hereditarios en la sucesión de su excónyuge. Esta última sucesión
pudo haber sido un modo de adquirir los derechos en las sucesiones que
se ceden, pero no el objeto cedido.
El inmueble que motiva la consulta lo hubo, según la relación de hechos
presentada, JDL, casado en únicas nupcias con BP (la cedente).
Luego JDL falleció, siendo casado en únicas nupcias con BP, habiendo
sido declarada heredera BP.
En 1991 BP enajenó el inmueble.
Surge de los hechos que el inmueble nunca integró las sucesiones de los
padres y hermanos del excónyuge de la cedente; por lo tanto, el inmueble
no fue transferido mediante dicha cesión.
Conclusión: La cesión de derechos hereditarios comprendió solo los
derechos en las sucesiones de los padres y hermanos del excónyuge de la
cedente. No comprendió el inmueble que motiva la consulta. La situación
no es observable.
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