Cómo evitar las complicaciones vasculares durante la

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Cómo evitar las complicaciones
vasculares durante la transición de
la cirugía endoscópica nasosinusal
hacia la base del cráneo
How to prevent vascular complications in the
transition between sinonasal endoscopic surgery
and skull base surgery
Alfredo Herrera, MD*, Paula Andrea Téllez Cortés, MD**, Javier Andrés Ospina Díaz, MD***
RESUMEN
La evolución de las técnicas endoscópicas transnasales ha permitido que hoy en día puedan manejarse
lesiones benignas y malignas de difícil acceso en la base del cráneo. Sin embargo, esta evolución hacia
cirugías mas complejas conlleva un mayor riesgo de lesión de estructuras neurovasculares. En este
artículo revisaremos las claves para evitar y manejar las complicaciones vasculares que se presentan
en la transición de cirugía endoscópica nasosinusal hacia la base del cráneo.
Correspondencia
*
**
***
Profesor asistente. Sección Cirugía Endoscópica Senos
Paranasales y Base de Cráneo. Unidad de Otorrinolaringología y
Cirugía de Cabeza y Cuello. Hospital Universitario San Ignacio.
Pontificia Universidad Javeriana.
Residente de III año Otorrinolaringología. Hospital Universitario
San Ignacio. Pontificia Universidad Javeriana.
Otorrinolaringólogo. Pontificia Universidad Javeriana.
Alfredo Herrera
Cra 16 No 84 A-09, Consultorio 315, Centro Médico Almirante Colón
Bogotá, Colombia.
[email protected]
Recibido: 15-I-2012
Aceptado: 22-II-2012
Suplemento, 137-144, marzo de 2012
marzo de 2012 - suplemento
Cómo evitar las complicaciones vasculares durante la transición de la cirugía endoscópica...
Palabras clave: Complicaciones intraoperatorias, cirugía endoscópica transnasal, lesión de la carótida
interna.
ABSTRACT
The evolution of the transnasal endoscopic techniques has allowed the management of malign and
benign lesions located in sites with difficult access at the skull base know days. However, this evolution
to more complex surgeries carries an increased risk of neurovascular injury. The purpose of this article
is to review the key aspects to prevent and manage with the vascular complications that occur in the
transition between sinonasal endoscopic surgeries to skull base surgery.
Key words: Intraoperative complications, transnasal endoscopic surgery, carotid artery injury.
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
Desde hace mas de 25 años la cirugía endoscópica
transnasal ha sido utilizada con éxito para el manejo de las
patologías inflamatorias de la nariz y los senos paranasales.
Gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, sistemas de
navegación intraquirúrgico y el conocimiento detallado de
la anatomía endoscópica transnasal, estos abordajes han
evolucionado de una manera muy importante. Esta evolución
nos tiene hoy en día realizando cirugías para resecar tumores
benignos y malignos en zonas de difícil acceso en la fosa
craneal anterior, media y posterior.
Hay reportes en la literatura que hablan de una tasa
de complicaciones vasculares en cirugía endoscópica
nasosinusal y en cirugía de base de cráneo menor del
1% (1, 2). Sin embargo, la prevalencia exacta de las
complicaciones vasculares en cirugía endoscópica de
senos paranasales y base de cráneo no está claramente
establecida, y probablemente esté subvalorada en los
reportes de la literatura mundial.
Como es de esperarse, esta transición entre la cirugía
endoscópica funcional de los senos paranasales hacia los
abordajes quirúrgicos de la base del cráneo conlleva un mayor
riesgo de lesión de estructuras neurovasculares, por lo cual es
indispensable conocer muy bien la anatomía de esta región y
los corredores quirúrgicos diseñados para realizar esta cirugía,
evitando lesionar estas estructuras para así realizar cirugías
mas seguras y efectivas.
Es imprescindible tener en cuenta que evitar este tipo
de complicaciones es mejor que tratarlas. La clave para
prevenirlas es respetar la curva de aprendizaje, tener un
claro entendimiento de la anatomía endoscópica transnasal,
revisar los posibles sitios de complicaciones vasculares en
los estudios prequirúrgicos, seleccionar adecuadamente a los
pacientes y trabajar en equipo utilizando una técnica de dos
cirujanos a 4 manos en todos los pasos de la cirugía.
En esta publicación revisaremos las claves para evitar
complicaciones vasculares durante la transición de cirugía
endoscópica nasosinusal hacia las cirugías mas complejas a
nivel de la base del cráneo. También revisaremos cuales son
las mejores alternativas de manejo actualmente disponibles,
en caso de presentarse estas complicaciones.
-138-
La lesión de la arteria carótida interna (ACI) durante
cirugía endoscópica de senos paranasales es bastante
infrecuente. May y cols. reportaron un solo caso en 4691
pacientes (1) mientras que una revisión reciente de la
literatura reporta un total de 28 casos (2).
De acuerdo a las revisiones de los grupos de base de
cráneo con mayor experiencia en cirugía endoscópica a
nivel mundial la incidencia de complicaciones vasculares
mayores en cirugía endoscópica es similar a la que se
presenta con los abordajes tradicionales.
Un estudio reciente realizado por el grupo de la
Universidad de Pittsburgh, que buscaba determinar la
incidencia de complicaciones en la cirugía endoscópica
de base de cráneo en un período de tiempo de 10 años
(en 800 pacientes con diferentes tipos de patologías),
encontró 7 pacientes con lesiones vasculares mayores
(0,9%), de los cuales solo 3 pacientes (0,4%) tuvieron
un déficit neurológico permanente. En esta revisión los
autores anotan que estas lesiones no se presentaron en
sus primeros casos, sino mas bien comenzaron a aparecer
en la medida que se comenzaron a hacer cirugías mas
complejas (3).
Alfredo Herrera, Paula Andrea Téllez Cortés, Javier Andrés Ospina Díaz
ANATOMÍA RELEVANTE
La mejor forma de evitar complicaciones vasculares en
esta cirugía, es conocer a fondo la anatomía de esta región,
vista desde una perspectiva endoscópica transnasal. A
continuación revisaremos de una manera muy práctica, los
puntos claves de la anatomía relevante que debe tenerse en
cuenta para evitar la lesión de las estructuras vasculares con
mayor riesgo de sangrado.
Acta de Otorrinolaringología &
Cirugía de Cabeza y Cuello
Otra forma de identificar la arteria etmoidal anterior es
buscarla en su porción orbitaria, luego de resecar la lámina
papirácea y siguiendo un plano subperióstico que siempre nos
lleva a las arterias etmoidales anterior y posterior. Cuando
se sigue este método se debe tener especial cuidado de no
lesionar la periórbita para evitar la extrusión de la grasa
orbitaria la cual obstruiría el campo quirúrgico. (Imagen 2).
Arterias etmoidales anteriores y posteriores:
Las arterias etmoidales, ramas de la arteria oftálmica,
son muy importantes en los abordajes de la base anterior del
cráneo, ya que puede comprometerse tanto en procedimientos
“menores” para patología inflamatoria, como en cirugías mas
complejas para patología tumoral.
En los casos de tumores de base anterior del cráneo, es
recomendable disecarlas y cauterizarlas para así disminuir la
suplencia vascular del tumor y también para evitar lesionarlas
inadvertidamente durante el procedimiento.
En los estudios imagenológicos prequirúrgicos es posible
identificar el curso de la arteria etmoidal anterior, las cuales
se ven en los cortes coronales tomados en el nivel donde se
aprecia el músculo oblicuo superior, y aparece como una
pequeña saliente ósea en la pared medial de la órbita. Para
la localización intraquirúrgica de las arterias etmoidales,
debemos abrir las celdas etmoidales hasta la base del cráneo
y exponer la lámina papirácea. Luego identificamos la región
del domo, cuyo límite anterior es la sinusotomía frontal y el
límite posterior es la arteria etmoidal anterior. (Imagen 1).
Imagen 1. Identificación del domo.
Identificación de la arteria etmoidal anterior ubicando el domo. En amarillo
domo. OF: ostium del seno frontal SO: Celdilla supraorbitaria. AEA: Arteria
etmoidal anterior.
Imagen 2. Identificación de arteria etmoidal anterior en tumores de la base de
cráneo anterior.
Imagen Intraquirúrgica de un paciente con un Estesioneuroblastoma. Se disecó la
Arteria Etmoidal Anterior que estaba nutriendo el Tumor para luego cauterizarla
con el objeto de disminuir el sangrado. Arteria Etmoidal Anterior (AEA), Tumor
(T) Perióstio (P).
La arteria etmoidal posterior se encuentra entre 10 a
14 mm por detrás de la arteria etmoidal anterior (4). Puede
identificarse justo por delante del esfenoides, casi en el límite
entre el planum esfenoidal y el techo del etmoides. Buscando
el periostio de la órbita puede llegar a identificarse también
la emergencia de la arteria, de la misma forma en que se
describió para la arteria etmoidal anterior. Es importante
recalcar la estrecha cercanía que existe entre esta arteria y el
nervio óptico, por lo cual recomendamos siempre disecar el
nervio en su porción orbitaria, lo cual se hace siguiendo el
plano subperióstico, justo detrás de la entrada de la arteria
etmoidal posterior. Las arterias se pueden cauterizar con
bipolar o se puede aplicar un clip vascular. (Imagen 3).
Debe tenerse en cuenta la posibilidad de que el paciente
tenga una arteria etmoidal media que contribuya con la
irrigación del tumor, ya que la presencia de esta arteria puede
ser causa de sangrados “inesperados”. En caso de que se
identifique, debe ligarse o cauterizarse.
-139-
marzo de 2012 - suplemento
Cómo evitar las complicaciones vasculares durante la transición de la cirugía endoscópica...
pterigomaxilar. La arteria maxilar interna debe cauterizarse
siempre lo mas lateral posible, manejando los sangrados de
lateral hacia medial, para ir controlando el sangrado de sus
diferentes ramas. Es importante recalcar que como esta arteria
es tortuosa y tiene muchas ramas, puede tener varios sitios
de sangrado, cada uno de los cuales debe irse controlando
paulatinamente.
- Artéria carótida interna (ACI)
Imagen 3. Identificación de arteria etmoidal anterior y posterior.
Imagen de disección en cadáver que demuestra la disección Subperóstica para
identificar las Arterias Etmoidales Anterior y Posterior izquierdas. Arteria
Etmoidal Anterior (AEA), Perióstio (P), Arteria Etmoidal Posterior (AEP).
- Arteria esfenopalatina y maxilar Interna
La arteria esfenopalatina, rama terminal de la arteria
maxilar interna, atraviesa el agujero esfenopalatino. Junto
con sus ramas septal posterior y nasales posteriores laterales,
la arteria esfenopatalatina es una fuente común de sangrado,
no solo al lesionarse directamente, sino también porque
muchos de los tumores nasosinusales, especialmente los
que se originan de la fosa pterigopalatina, se nutren de estas
arterias, por lo que es necesario identificarlas y cauterizarlas.
El punto de reparo que nosotros empleamos para
identificar la arteria esfenopalatina es la cola del cornete
medio. Para acceder a ella se confecciona un colgajo en
forma de palo de golf por debajo de la inserción de la cola
del cornete medio y por encima de la trompa de Eustaquio,
el cual debe ser lo suficientemente amplio para trabajar
cómodamente. Posteriormente se eleva la mucosa hasta
identificar la crista etmoidalis, la cual se diseca por encima y
por debajo. Inmediatamente posterior a la crista se encuentra
la arteria emergiendo del agujero esfenopalatino, donde una
vez identificada se cauteriza o liga.
Cuando es necesario cauterizar o ligar la arteria
maxilar interna se debe acceder a la fosa pterigopalatina e
infratemporal, realizando una maxilectomía medial, a través
de la cual se identifica la pared posterior del seno maxilar
que se fresa hasta llegar a identificar el contenido de la fosa
-140-
La arteria carótida interna es una de las arterias de
mayor tamaño que pueden comprometerse en este tipo de
intervenciones; la estrecha relación de las ACI con el seno
esfenoidal hace que esta estructura vascular sea susceptible
de lesionarse en este tipo de abordajes quirúrgicos. Se ha
encontrado que en 4 a 22% de las veces la ACI se encuentra
dehiscente en la pared lateral del seno esfenoidal, separándose
únicamente por duramadre y por la mucosa del seno, lo cual
hace mucho mas fácil su lesión. Así mismo, la pared ósea
que recubre la ACI no tiene un espesor mayor de 0.5 mm lo
que la hace insuficiente para protegerla (5).
La celdilla de Onodi es la celdilla etmoidal que se
neumatiza posterior, lateral y superior en el seno esfenoidal.
Se presenta en 9 a 12% de pacientes pero hay estudios
en cadáveres con una prevalencia hasta del 60% (6). Es
importante identificar esta variante anatómica porque tanto
el nervio óptico como la ACI pueden estar dehiscentes en el
interior de esta celdilla y lesionarse inadvertidamente durante
el procedimiento quirúrgico.
En un estudio realizado por Rhoton y cols. encontraron
que la ACI se encuentra protruyendo hacia el seno esfenoidal
en 71% de los casos, y puede llegar a estar cerca de la
línea media, a una distancia de tan solo a 4 mm (7). Estas
variaciones anatómicas son fundamentales ya que pueden ser
el punto clave para evitar un sangrado importante a este nivel.
Así mismo, es de vital importancia identificar en
TC prequirúrgico la relación de los septos intersinus
esfenoidales con el canal óseo de la carótida interna, porque
la manipulación de estos septos óseos sin la precaución
necesaria puede llegar a lesiones catastróficas. En una de
sus investigaciones Koitschev y cols. encontraron que el
septum óseo del esfenoides se inserta en el canal carotídeo en
16,3% de los pacientes (8). Por esta razón se recomienda la
utilización de un drill para disminuir el tamaño de los septos
en lugar del uso de pinzas convencionales para evitar así la
ruptura inadvertida de la carótida.
Otro aspecto relevante para los abordajes transesfenoidales
para la región selar es la distancia existente entre la carótida
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Cirugía de Cabeza y Cuello
Alfredo Herrera, Paula Andrea Téllez Cortés, Javier Andrés Ospina Díaz
interna en su segmento intracavernoso y la superficie lateral
de la hipófisis. En uno de cada 4 casos se ha encontrado la
carótida protruyendo hacia la superficie de la glándula y en
los casos restantes la distancia entre la arteria y la superficie
lateral de la hipófisis varía de 1 a 7 mm (promedio de 2.3
mm) haciéndola mas susceptible de lesionarse (9).
posterior de los senos cavernosos. Este seno es el mas grande
y constante que interconecta los senos cavernosos y es de
gran relevancia debido a que produce un sangrado profuso de
alto flujo pero de baja presión, que se puede lesionar en los
abordajes transclivales para acceder a la fosa posterior (7).
Dado que la ACI tiene un recorrido tortuoso a lo largo
de su trayecto por la base del cráneo y por lo tanto puede
lesionarse en diferentes niveles, se han descrito diferentes
raparos anatómicos para identificar sus diferentes segmentos
en cirugía endoscópica y así evitar lesionarla (10):
CLASIFICACIÓN
Las lesiones de estructuras vasculares pueden clasificarse
de acuerdo a las siguientes características (10):
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Paraselar
ACI vertical ACI horizontal
Canal carotídeo
ACI ascendente
Receso óptico-carotídeo medial
Pterigoides medial
Nervio vidiano
Trompa de Eustaquio
Trompa de Eustaquio
Tipo del vaso lesionado (Capilar, venoso, arterial)
Tamaño del vaso (Menor vs. mayor)
Flujo del vaso (Bajo flujo vs. Alto flujo)
Presión del vaso (Alta presión vs. baja presión)
Ubicación (Intracraneal o extracraneal)
Tiempo de aparición (intraoperatorio o posoperatorio)
Severidad de la complicación (Mayor o menor)
Identificación de los pacientes con mayor riesgo
MANEJO DEL SANGRADO
Se han identificado como principales factores de riesgo
para lesionar la ACI los siguientes (11):
-
-
-
-
-
-
-
-
Relaciones anatómicas
Dehiscencia de la carótida
Septum esfenoidal insertado en la ACI
ACI en la línea media
Cirugía revisional
Radioterapia previa
Tratamiento previo con bromocriptina
Acromegalia (estos pacientes tienden a tener arterias mas
tortuosas y ectásicas)
SENOS INTERCAVERNOSOS
Y SENO BASILAR
Los senos venosos que interconectan los senos cavernosos
son denominados de acuerdo a su ubicación con respecto a
la hipófisis. Los senos intercavernosos pueden existir en la
parte anterior, superior, inferior o posterior de la glándula
o incluso pueden llegar a ser inexistentes. Cuando existen
conexiones anteriores y posteriores a la glándula la estructura
completa se denomina seno circular. Es de especial relevancia
el seno intercavernoso superior el cual debe identificarse y
cauterizarse en los abordajes endoscópicos para la región
supraselar, para evitar el sangrado de los mismos.
Otra conexión venosa intercavernosa de vital importancia
es el seno basilar, el cual se encuentra ubicado posterior al
dorsum sellar y al clivus superior, conectando el aspecto
Antes de iniciar el procedimiento quirúrgico debe estar
disponible todo el equipo necesario para el manejo de
un sangrado importante antes que este se presente. Debe
disponerse de gasas suficientes, abundantes cotonoides,
doble succión independiente, electrocauterio mono y bipolar,
materiales hemostáticos y sistemas de navegación cuando
sea necesario.
La colaboración de otro cirujano es indispensable para
poder manejar de forma adecuada estos eventos indeseables.
La técnica quirúrgica de 2 cirujanos a 4 manos ha sido
utilizada por grupos de base de cráneo con gran experiencia
a nivel mundial demostrando que la colaboración de un
segundo cirujano durante todo el procedimiento ofrece
grandes ventajas: Mejora significativamente la visualización
del campo quirúrgico manteniendo una constante vigilancia
de la periferia, aumenta la eficacia del procedimiento, asiste
en la resolución de problemas durante la cirugía y provee
una segunda opinión necesaria en momentos difíciles (10).
En todos los casos es recomendable cauterizar
gradualmente las ramas y las arterias que se vayan encontrando
para disminuir el riesgo de sangrado, y adicionalmente, para
garantizar una adecuada visualización del campo operatorio.
Por otra parte, siempre debe tenerse un campo quirúrgico lo
suficientemente amplio que permita trabajar con comodidad y
acceder de forma fácil al sitio del sangrado para poder manejar
una eventual complicación. En los abordajes de patologías
de la fosa infratemporal y pterigopalatina recomendamos
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realizar una septectomía posterior o un abordaje transeptal
para mejorar el ángulo de visión del endoscopio y facilitar
el manejo del instrumental.
En casos seleccionados el paciente debe someterse a
embolización selectiva 48 horas antes del procedimiento
quirúrgico. Si existe una sospecha de compromiso de la ACI o
un alto riesgo de lesionarse durante la cirugía, es conveniente
realizar un test de oclusión carotídea preoperatorio para
determinar la posibilidad de sacrificar la arteria si llega a
ser necesario.
En relación con la resección de tumores de la base
del cráneo se debe mantener una técnica meticulosa y
depurada para evitar complicaciones vasculares mayores.
En la resección endoscópica se deben seguir los principios
de disección microquirúrgica, utilizando una técnica de
disección bimanual, haciendo un debulking del tumor en
forma centrífuga para permitir una disección extracapsular de
estructuras neurovasculares adyacentes, así como identificar
y cauterizar los vasos nutricios del tumor (3).
-
Sangrado venoso
Los sangrados venosos de bajo flujo usualmente
provienen de laceraciones de la mucosa y el hueso canceloso
que puede encontrarse al fresar el clivus. Este sangrado no
solo puede llegar a ser muy incómodo para continuar el
procedimiento quirúrgico, sino que también puede llegar a
comprometer hemodinámicamente al paciente y por lo tanto
se debe tratar de controlar antes de continuar la cirugía.
Existen diferentes métodos publicados para controlar
sangrados de bajo flujo. Todos ellos incluyen dos aspectos
importantes: Presión y Paciencia.
Para el manejo de estos sangrados se ha utilizado de forma
efectiva la irrigación con solución salina caliente, idealmente
a una temperatura de 40°, que es la que se ha determinado
como la ideal para promover la coagulación (12).
En general se utilizan materiales hemostáticos de forma
efectiva para el control de estos sangrados como Surgicel
®, Avitene® y Floseal®. Algunos autores avocan por el
uso de sanduches de Avitene® con un cotonoide, el cual se
intercambia de forma constante hasta lograr el control del
sangrado (12). En nuestro servicio utilizamos surgicel® con
cotonoides que se recambian de forma constante hasta lograr
el control del sangrado.
Para el sangrado de hueso canceloso es útil realizar
fresado con fresa diamantada sobre el hueso y utilizar cera
ósea ejerciendo presión con un cotonoide. También pueden
-142-
utilizarse materiales hemostáticos como los anteriormente
mencionados.
Los sangrados venosos de alto flujo se pueden encontrar
al lesionar los senos cavernosos o los senos intercavernosos.
Así mismo este tipo de sangrado venoso de alto flujo pero de
baja presión se puede encontrar al lesionar el plexo venoso
basilar en los abordajes transclivales. Para el manejo de
estos sangrados debe identificarse el sitio de sangrado y
cauterizarse con electrocauterio bipolar, manteniendo una
irrigación constante para evitar la dispersión de energía y el
daño de otros tejidos. En estos sangrados también es útil el
uso de materiales hemostáticos como Floseal® o Surgiflo®,
teniendo en cuenta siempre la clave: Presión y Paciencia.
- Sangrado arterial
Al lesionar arterias de pequeño calibre, como las arterias
perforantes, nos enfrentamos a sangrados arteriales de bajo
flujo, para los cuales deben utilizarse las mismas técnicas
descritas para el control del sangrado venoso de alto flujo.
Se recomienda el uso de electrocauterio, manteniendo
irrigación constante con solución salina para evitar lesión
por calor del tejido adyacente.
Algunos autores han descrito el uso de taponamiento
selectivo, el cual se recomienda en casos seleccionados,
por el riesgo de sangrado retrógrado. En los casos en los
que sea necesario realizar taponamiento, se sugiere realizar
un taponamiento focal que ejerza presión sobre el área de
sangrado, pero que a la vez permita la irrigación normal del
tejido adyacente (12).
Los sangrados arteriales de alto flujo provienen de arterias
de gran calibre. En estos casos debe tenerse en cuenta no
sacar la succión en ningún momento para evitar que la sangre
impida la visualización directa del sitio de la lesión, debe
disponerse de una segunda succión y tratar de identificar el
sitio exacto del sangrado para controlarlo con electrocauterio.
El uso de electrocauterio bipolar está recomendado en casos
de sangrados intracraneales o que se encuentren en relación
con estructuras nerviosas como es el caso de la arteria
etmoidal posterior (por el riesgo de lesión del nervio óptico)
como habíamos mencionado anteriormente.
El manejo de sangrado por lesión de la ACI merece
consideración especial. Cuando se presenta un sangrado
profuso de alta presión como este se recomienda tratar
de controlar el sangrado con electrocauterio bipolar en
el sitio de la lesión y, en caso de no ser posible, taponar
inmediatamente. El empaquetamiento debe ejercer la
presión suficiente para controlar el sangrado pero que
Alfredo Herrera, Paula Andrea Téllez Cortés, Javier Andrés Ospina Díaz
no logre ocluir el flujo vascular a través del vaso (2).
Durante estas maniobras es recomendable mantener al
paciente normotenso para garantizar la perfusión cerebral
contralateral (12).
Una vez el paciente se encuentre taponado, con control
parcial del sangrado, debe ser llevado inmediatamente a
radiología intervencionista para realizar una arteriografía y
realizar el manejo definitivo del sangrado con los diferentes
métodos disponibles; si es posible, se colocará un stent,
de lo contrario, se realizará oclusión permanente del vaso
sacrificándolo. Durante la exploración endovascular el
otorrinolaringólogo debe estar disponible para retirar el
taponamiento nasal, en caso de que este se encuentre con
demasiada presión dificultando la identificación del sitio
del sangrado.
En un estudio reciente realizado por Valentine y cols.
compararon la eficacia de la hemostasia de varios materiales
absorbibles en caso de lesión de la arteria carótida. Los
resultados demostraron que el parche con injerto de músculo
era el método mas efectivo con un tiempo promedio de 11
minutos y 25 segundos para lograr hemostasia (13).
Actualmente existen modelos de experimentación animal
para entrenamiento en manejo de sangrados de la ACI en
cirugía endoscópica. Valentine y Wormald desarrollaron
un modelo con cabezas de simulación SIMONT (Sinus
Model Otorhino Neuro Trainer, Prodelphus -Brasil) con
arterias carótidas de ovejas vivas para semejar un episodio
de sangrado por lesión de estas estructuras en cirugías de
base de cráneo. Utilizando este modelo realizaron un estudio
simulando 42 lesiones de carótida y 25 lesiones venosas,
y encontraron que la mejor forma de mantener un campo
quirúrgico adecuado para identificar y lograr controlar
adecuadamente el sangrado es con la colaboración de un
segundo cirujano, utilizando una succión gruesa (con un
calibre de 12 Fr o mayor), ubicar la succión en la fosa nasal
contralateral a la del endoscopio y evitar que la succión se
tape con la pared del vaso (13, 14).
En este estudio los autores hacen referencia a la
incomodidad que el colgajo septal puede representar durante
el control de un sangrado profuso, llegando incluso a obstruir
la succión por lo que recomiendan utilizar una succión para
empujar el colgajo hacia la nasofaringe mientras que se utiliza
la otra succión para limpiar el campo quirúrgico. En nuestra
opinión es mas fácil ocultar el colgajo en la nasofaringe con
una gasa de forma rutinaria después de ser confeccionado,
este sencillo procedimiento evita que se obstruya la succión
y permite que se tengan dos succiones disponibles para
mantener limpio el campo quirúrgico y así facilitar el
adecuado control del sangrado.
Acta de Otorrinolaringología &
Cirugía de Cabeza y Cuello
CASO CLÍNICO
En nuestra experiencia solo hemos tenido un caso
de lesión de la ACI. La complicación ocurrió durante
una resección endoscópica transnasal por un abordaje
transplanar-transtubercular-transelar de un paciente con un
macroadenoma hipofisiario con gran extensión supraselar.
(Imagen 4) Durante el procedimiento quirúrgico se realizó
una lesión puntiforme de la ACI paraselar obteniendo
un sangrado de alto flujo y alta presión, que se controló
con un taponamiento con gasas y presión digital en la
carótida cervical. El paciente fue llevado inmediatamente a
realización de arteriografía sin identificar sangrado activo y
el taponamiento se retiró 10 días después de la cirugía sin
presentar nuevos episodios de sangrado.
El paciente no presentó déficit neurológico posterior al
procedimiento y arteriografías posteriores no evidenciaron
resangrado ni formación de pseudoaneurismas (Imagen 5).
Imagen 4. Macroadenoma hipofisiario
TC en corte sagital de macroadenoma hipofisiario con gran extensión supraselar.
Imagen 5. Arteriografía posoperatoria
Arteriografía sin evidencia de sangrado. Adecuado flujo a través de la arteria
carótida interna. No se identifican pseudoaneurismas.
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CONCLUSIONES
En los últimos años la cirugía endoscópica transnasal
se ha convertido en una opción cada vez mas utilizada para
abordar patologías complejas de la base del cráneo. Esto
exige que los cirujanos tengan un profundo entendimiento
de la anatomía endoscópica y tengan la habilidad necesaria
para enfrentarse a posibles complicaciones asociada a estos
procedimientos. Algunas recomendaciones para disminuir el
riesgo de estas complicaciones son:
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-
Utilizar la técnica de 2 cirujanos a 4 manos en todos los
pasos de la cirugía.
6. -
La mejor alternativa para manejo del sangrado depende
de las características del mismo.
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-
Tomar cursos de disección endoscópica,
-
Respetar la curva de aprendizaje para abordar patologías
con mayor complejidad.
Aunque se han desarrollado nuevas tecnologías que
permiten disminuir el riesgo de estas complicaciones
como el neuronavegador intraquirúrgico, las imágenes
diagnósticas intraoperatorias y el aspirador ultrasónico, estas
son solo ayudas y, por lo tanto, sigue siendo indispensable
el conocimiento de la anatomía endoscópica, el desarrollo
de habilidades quirúrgicas y el adecuado conocimiento
del manejo de las posibles complicaciones que pueden
presentarse.
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