PRINCIPIOS DE TRANSPARENCIA Y BUEN GOBIERNO UNA GUIA PARA EL SECTOR FUNDACIONAL www.fundacioncompromisoempresarial.com 1 La misión de la Fundación Compromiso Empresarial es fortalecer el liderazgo del sector social impulsando el buen gobierno, la innovación y el impacto de las organizaciones 2 1. INTRODUCCIÓN Resulta difícil sobrevalorar la contribución social que el sector fundacional ha prestado a lo largo de todos estos años. Con sus iniciativas han iluminado campos y actividades a los que nadie hasta entonces había prestado atención, han prestado auxilio a colectivos tradicionalmente olvidados y han ensayado nuevas propuestas para resolver los grandes problemas que aquejan a importantes sectores de la humanidad. Sería injusto negar el reconocimiento debido a todas estas iniciativas y proyectos que han puesto en marcha las fundaciones empresariales. Sin embargo, este meritorio trabajo no siempre ha venido acompañado de un similar esfuerzo por impulsar mejores prácticas en el área del buen gobierno y la rendición de cuentas de sus actividades. Al no hacerlo así, las fundaciones corren el riesgo de que su reputación resulte cuestionada y termine afectando al futuro de la organización. En efecto, uno de los elementos más importantes para asegurar la sostenibilidad de las organizaciones, más allá de los programas y actividades concretas que llevan a cabo, es contar con buenas prácticas de gobierno, entendiendo por éstas no solo las exigidas legalmente, sino todas aquellas prácticas voluntarias que contribuyan a fortalecer la confianza de la sociedad en la organización. La misión de las fundaciones tiene una extraordinaria importancia. Es tanta su importancia, que estas entidades no pueden permitirse el lujo de fracasar. Tampoco es bueno que la empresa no alcance sus metas, pero lo que la sociedad confía a las fundaciones tiene una enorme relevancia e importancia: educar nuestras mentes, procurarnos la salud física o espiritual, canalizar nuestras buenas intenciones, etc. La apreciación que la sociedad tiene por estas entidades es muy elevada, precisamente porque comercian con bienes de altísimo valor. Esta circunstancia les permite disfrutar de un régimen jurídico particular y recaudar ingentes sumas de dinero para cumplir su misión, a la vez que les obliga a ser exquisitamente escrupulosas en el cumplimiento de la misma. El creciente peso de las fundaciones unido a las importantes actividades sociales y culturales que estas instituciones desempeñan, con el concurso y ayuda de cientos de miles de personas –se trate de personas particulares, grupos empresariales o patrimonios personales-, aconseja examinar las prácticas de buen gobierno. Se sigue así el ejemplo de otras iniciativas semejantes que han surgido en otros ámbitos geográficos con la intención de formular un conjunto de recomendaciones que sinteticen las mejores prácticas de transparencia y buen gobierno. Las recomendaciones de esta Guía se han dividido en cuatro grandes capítulos: 1) Transparencia y rendición de cuentas: se trata de orientaciones dirigidas a facilitar la obligación de las fundaciones de rendir cuentas a la sociedad y hacer accesible la información relevante a sus diferentes grupos de interés. 2) Funcionamiento del órgano de gobierno: los principios de esta sección se centran en recomendaciones para mejorar el desempeño y el funcionamiento del patronato o junta directiva, como principal órgano de gobierno de las fundaciones. 3 3) Recaudación de fondos responsables y derechos de los donantes: las recomendaciones de esta sección van dirigidas especialmente a aquellas fundaciones que recaudan recursos del público en general. La intención que persiguen es impulsar la transparencia de las actividades de recaudación (fundraising), así como la protección de la voluntad y derechos de información de los donantes 4) Control y supervisión financiera: se recogen prácticas tendentes a facilitar una mayor claridad y transparencia en la información económico-financiera, así como un control más riguroso de la actividad económica de la fundación que contribuya a garantizar su sostenibilidad futura Se trata de recomendaciones que se caracterizan porque: a) Su ámbito de aplicación se extiende todo el sector fundacional. Las recomendaciones comprenden a todas las fundaciones sin importar el sector de actividad, su mayor o menor dimensión o el diferente origen de sus fondos. b) Su cumplimiento es voluntario. Las recomendaciones no pretenden desarrollar obligaciones jurídicas o preceptos legales imperativos sino extender buenas prácticas en el ámbito de la transparencia y el buen gobierno. c) Están dirigidas de manera principal a los patronatos y juntas directivas. Todas las orientaciones que se han elaborado van dirigidas al patronato o junta directiva, que por ley tiene encomendadas las funciones de gobierno de las fundaciones. d) Formulan principios generales. No es intención de la Guía detallar con minuciosidad reglas y comportamientos, sino ofrecer una orientación general que sirva a cada fundación para concluir por sí sola las reglas más acordes de acuerdo con su naturaleza y circunstancias. Algunas fundaciones pueden optar por desarrollar su propio código de buen gobierno, otras por redactar un reglamento de funcionamiento del patronato/junta directiva o por incluir algunas de las recomendaciones en los estatutos. No existe una alternativa única para aplicar las recomendaciones a cada fundación. e) Incentivan la rendición de cuentas del cumplimiento de las recomendaciones. Siguiendo la práctica de algunos códigos de buen gobierno corporativo, se sugiere a las fundaciones informar en su memoria o informe anual cómo están cumpliendo las recomendaciones de esta Guía. Animamos a todos los patronatos/juntas directivas y directivos de las fundaciones a examinar con detalle estas recomendaciones y determinar como pueden aplicarse a sus organizaciones. Ciertas fundaciones encontrarán que ya cumplen muchas de estas recomendaciones, otras identificarán posibles áreas de mejora y, por último, puede que haya algunas que estimen que muchas de las recomendaciones no son de aplicación a su organización. En cualquier caso, nuestra intención al elaborar esta Guía ha sido ayudar a que las fundaciones den un paso importante en su compromiso por mejorar el gobierno y la transparencia de sus actividades, lo que redundará en un mejor servicio a los colectivos y comunidades beneficiarias de sus servicios y a la sociedad en su conjunto. 4 2. TRANSPARENCIA Y RENDICION DE CUENTAS Por transparencia y rendición de cuentas entendemos “el esfuerzo publicar y diseminar la información relevante de la organización haciéndola accesible a los diferentes grupos de interés (stakeholders) en forma permanente y actualizada” Sin perjuicio de la autonomía de las fundaciones y el agradecimiento que la sociedad debe tributar a todos los que han decidido – personas individuales e instituciones – desprenderse voluntariamente de sus bienes en favor de los demás, es preciso reconocer que la transparencia constituye un bien público esencial que es necesario defender si queremos aumentar la confianza de la sociedad en el sector fundacional. A nadie se le escapa que la credibilidad de las instituciones –incluida la de las organizaciones no lucrativas – no ha hecho más que disminuir en los últimos años. Esa falta de confianza se ha incrementado, en gran medida, debido a los recientes escándalos aireados por los medios de comunicación, que han puesto de manifiesto la falta de transparencia de algunas instituciones, así como la carencia de unos mínimos mecanismos de control por parte del órgano de gobierno. Además, la falta de transparencia y rendición de cuentas parece aceptar implícitamente la premisa de que las fundaciones están exentas de someterse al escrutinio público. Sostener que las fundaciones están excusadas de rendir cuentas a la sociedad constituye un grave error que al final termina afectando a la credibilidad y reputación de todo el sector. Toda fundación disfruta de determinadas exenciones fiscales y por el mero hecho de beneficiarse de ese régimen fiscal, más allá de la obligación legal de informar anualmente al Protectorado, tiene el compromiso ético de demostrar a la sociedad que la confianza depositada en ella está siendo bien administrada. Adicionalmente, la ausencia de rendición de cuentas priva al órgano de gobierno de la posibilidad de comparar el desempeño de la institución con las mejores prácticas del sector despreciando así un importante incentivo para la mejora continua. Rendición de cuentas e información relevante 1. Independientemente de la obligación de rendición de cuentas al Protectorado o a la autoridad legal correspondiente en cada país, las fundaciones, con el fin de contribuir a proteger la credibilidad del sector fundacional, deben hacer accesible al público en general una información que sea relevante, actualizada y veraz sobre la organización. Esta información incluirá, como mínimo, datos sobre la misión, la estructura directiva y de gobierno, los estados financieros y el resultado de sus actividades. Si no resulta sencillo seleccionar la información relevante que deben proporcionar las empresas lucrativas, la tarea reviste mucha más dificultad en el caso de las fundaciones, en donde los indicadores cuantitativos no tienen el mismo peso que en aquellas. De hecho, uno de los problemas más importantes relacionados con la transparencia de las fundaciones es precisamente la ausencia de indicadores claros y aceptados por la mayoría de las organizaciones para evaluar su desempeño. De ahí que la tarea de definir 5 y unificar esos criterios constituya, sin duda alguna, una de las prioridades más importantes en los esfuerzos por desarrollar y fortalecer el sector. La información relevante que las fundaciones han de comunicar a sus diferentes grupos de interés debe centrarse en rendir cuentas del cumplimiento de su misión y, por consiguiente, responder a las siguientes preguntas: 1. ¿Cuál es la misión de la organización? La misión de la fundación constituye su principal razón de ser. Los miembros fundadores la crearon con un propósito concreto, ese propósito las hizo merecedoras de un régimen jurídico particular y del apoyo de muchos donantes particulares e instituciones. De ahí, que la principal obligación de la fundación sea hacer explicita su misión o los fines de la misma. 2. ¿Qué programas/actividades se llevan a cabo para cumplir la misión? La única forma de verificar si la fundación es fiel a su misión es comprobando si sus actividades y programas son coherentes con la misma. No es inusual encontrarse con fundaciones que pierden el foco original tentadas por los recursos de un nuevo donante o los caprichos de un patrono. Uno de los grandes enemigos de las organizaciones sin ánimo de lucro es la falta de foco, querer abordar demasiadas áreas y no renunciar a ninguna. La experiencia muestra que cuesta mucho abandonar una actividad que lleva en funcionamiento bastante tiempo. Cuando se abandona suele ser porque no se consiguen los recursos y no porque haya desaparecido la necesidad, y si se mantiene es porque hay recursos y no tanto porque la actividad o programa sea coherente con la misión. Por eso, la fundación debe hacer pública una información básica sobre sus principales programas y actividades. 3. ¿Quiénes son los principales responsables de llevar a cabo la misión de la organización? Los miembros del patronato son los garantes de la misión y sus ejecutivos los responsables de llevarla a cabo. Han sido elegidos para garantizar que la organización cumple los fines para las que fue creada y evitar posibles desviaciones de la misma. Proporcionar información de los patronos y principales directivos es una obligación ineludible 4. ¿Cómo estoy utilizando los recursos para cumplir la misión? La dotación patrimonial de la fundación y los ingresos que esta pueda obtener por diversas vías (donaciones de particulares, subvenciones, rendimientos patrimoniales, etc.) no son recursos que la organización puede emplear a su antojo, sino que están afectos al cumplimiento de la misión y, en algunas ocasiones, a la voluntad de determinados donantes que han decidido realizar una contribución para ayudar a un fin o programa muy concreto. Proporcionar una información económica detallada (estados financieros, memoria explicativa de los mismos e informe del auditor) constituye igualmente una obligación de inexcusable cumplimiento. 5. ¿Cuáles son mis resultados? El gran reto de la mayoría de las fundaciones consiste en transformar su misión en resultados, concretos y verificables. Una misión sin resultados no puede merecer la consideración de tal. No entramos en qué se debe entender por resultados. Esa reflexión corresponde a cada organización y dependerá de muchas variables. Algunas entenderán por resultados el número de beneficiarios atendidos, otras, las 6 más exigentes, desarrollarán otros indicadores, cuantitativos y cualitativos, que muestren el cambio operado por la acción de la organización. Los indicadores serán diferentes según nos enfrentemos con un proyecto de creación de infraestructuras, prestación de servicios o sensibilización de la opinión pública. Lo que importa subrayar aquí es que la organización debe ofrecer información sobre los resultados a sus grupos de interés y que éstos van a constituir un “test” importante del grado de cumplimiento de la misión. Memoria o informe anual 2. Las fundaciones que opten por publicar un informe o memoria anual escrita procurarán seguir los estándares aprobados por el propio sector o, en su defecto, las recomendaciones internacionales más ampliamente aceptadas. El sector fundacional está todavía muy lejos de disponer de una metodología en la elaboración de sus informes similar a la existente actualmente en el sector empresarial. La práctica totalidad de las empresas siguen hoy en día una serie de criterios homogéneos a la hora de informar de sus resultados. No nos referimos exclusivamente a la información económico-financiera. La información puramente cuantitativa de las empresas se ha enriquecido en los últimos años con los llamados informes de sostenibilidad o triple botton line que han ampliado el concepto de relevancia para incluir información de carácter social y medioambiental. El Global Reporting Initiative (GRI) es la institución que actualmente ha avanzado más en el desarrollo de un sistema de informe anual para las organizaciones del Tercer Sector. En España un grupo de fundaciones y empresas, entre las que se encuentra la Fundación Telefónica, la Fundación Compromiso Empresarial, KPMG e Indrá, vienen trabajando también desde hace tiempo en un modelo de informe anual aplicable a las fundaciones. La información en la Web 3. La información relevante de las fundaciones deberá estar accesible a través de la Web y ser fácilmente localizable. Al margen de la obligación de informar al Protectorado, la rendición de cuentas debe extenderse a la sociedad en su conjunto, y la manera más eficaz de hacerlo es a través de la información proporcionada en la WEB. Entendemos que hoy en día no se puede sostener seriamente que exista un compromiso real por ser transparente si la información no está disponible a través de la WEB. 7 Información sobre el buen gobierno 4. Las fundaciones deberán informar en su memoria o informe anual del grado de cumplimiento de las recomendaciones de buen gobierno contenidas en esta Guía. Los esfuerzos por impulsar las prácticas de transparencia y buen gobierno resultarían baldíos si las empresas no dieran cuenta de los avances por cumplir las recomendaciones de este documento, de ahí que se incluya como recomendación la necesidad de rendir cuentas anualmente a través del informe o memoria anual. Se sigue así la práctica existente en el sector empresarial que obliga a las compañías que cotizan en bolsa a dar cuenta del cumplimiento de las recomendaciones de buen gobierno. 1. FUNCIONAMIENTO DEL ORGANO DE GOBIERNO Como consecuencia de los escándalos financieros en que se vieron envueltas importantes empresas (Enron, Arthur&Anderesen, Parmalat) en los últimos años, los textos y recomendaciones sobre el buen gobierno en el sector empresarial multiplicaron, lo que nos ha permitido contar con propuestas de gran calidad. Basta pensar en los informes Cadbury y Vienot en Inglaterra y Francia, o los informes Olivencia, Aldama y Conthe en nuestro país, así como toda la literatura producida a raíz de los mismos. En la elaboración de las recomendaciones de esta sección se han tenido muy en cuenta la experiencia de los códigos regulativos del sector empresarial, por su indudable flexibilidad y eficacia práctica, procurando adaptar los mismos a la distinta naturaleza y características del sector no lucrativo. No obstante, como principal material de referencia hemos utilizado la riquísima experiencia que nos ofrece el mundo anglosajón (en especial los Estados Unidos) en el ámbito del gobierno corporativo del sector no lucrativo (nonprofit). Las recomendaciones de esta sección, la más extensa de todas, se estructuran en siete capítulos que abordan las principales problemáticas relacionadas con la naturaleza y el funcionamiento del órgano de gobierno. 1. Las responsabilidades del Patronato 5. La determinación de las responsabilidades básicas del patronato, entre las que destaca la formulación y revisión de la misión, la aprobación de la estrategia y la supervisión y control de la dirección, constituye el primer paso para distinguir cuál ha de ser la aportación esencial de los órganos de gobierno y diferenciarlas del ámbito propio de la gestión ordinaria llevada a cabo por el director ejecutivo. El buen gobierno en las organizaciones no lucrativas se caracteriza por la estricta separación entre las funciones de gobierno (governance) y las de gestión (management). El “gobierno” es un concepto más amplio que el de gestión, y consiste en el conjunto de decisiones y acciones relacionadas con la definición de la misión de la organización, la formulación de sus políticas y el desarrollo de los mecanismos de control que se usaran 8 para distribuir el poder, establecer los procesos de toma de decisiones y los procedimientos para la realización de tareas concretas. Conviene pues que las fundaciones detallen cuáles son las responsabilidades básicas del patronato y así identifiquen con precisión el aporte específico que este órgano va a realizar a la organización, al tiempo que deslindan el mismo del que corresponde a la gerencia o dirección ejecutiva. Entre las responsabilidades más importantes del patronato se suelen incluir las siguientes: • Determinar la misión y objetivos de la organización La definición de la misión de la fundación habrá de establecer sus objetivos, medios y beneficiarios principales. El patronato deberá formular la misión y revisarla periódicamente, de forma que mantenga su validez y veracidad. Todos y cada uno de los miembros del patronato deberán comprenderla en su totalidad y apoyarla. • Seleccionar al director ejecutivo El patronato deberá definir el cometido del director ejecutivo, estableciendo las funciones y responsabilidades de dicho cargo. El patronato o la comisión designada para ello deberán llevar a cabo un minucioso proceso de selección, que permita presentar al patronato las propuestas oportunas para la selección del candidato más cualificado para ocupar el puesto. • Apoyar al director ejecutivo y revisar su trabajo El patronato se asegurará de prestar apoyo moral y profesional al director ejecutivo para la consecución de los objetivos de la organización. El patronato deberá evaluar periódicamente el desempeño del cargo de su directivo principal. • Asegurar una planificación efectiva de las actividades Como administradores de la entidad, los patronos deben garantizar la existencia de una planificación de las actividades de la fundación y ayudar en la consecución de los objetivos de la misma. • Asegurar la disponibilidad de recursos necesarios Una de las responsabilidades principales del patronato es asegurar que la organización cuente con los recursos adecuados para el cumplimiento de su misión. Los patronos deben trabajar en la captación de fondos y recursos para la organización, junto con el director ejecutivo y los responsables de captación de fondos de la institución. • Gestionar de manera eficiente los recursos disponibles Para mantener el cumplimiento de sus obligaciones con los donantes y salvaguardar su derecho de exención fiscal, el patronato debe participar en la elaboración del presupuesto anual, decidir su aprobación y asegurar que existen mecanismos de control financiero efectivos. • Determinar y dar seguimiento a los programas y servicios de la organización 9 El patronato debe determinar qué programas son más idóneos respecto de la misión de la organización y dar seguimiento a los mismos. • Realzar la imagen pública de la organización El patronato constituye el principal medio de comunicación de la fundación con sus beneficiarios, el público, y los medios de comunicación. Para que sea efectivo, los patronos desplegarán una estrategia clara de relaciones públicas, que tendrá como elementos principales la difusión y explicación de la misión y de los resultados obtenidos, así como el apoyo de personas, medios o instituciones importantes o significativas de la sociedad. • Política de personal La institución deberá tener una política de personal clara y sólida; delegando en el director ejecutivo la gestión, selección y despido de personal. Para facilitar la resolución de posibles conflictos, el director ejecutivo podrá someter sus eventuales desacuerdos con el presidente ante el patronato, y el resto del personal podrá hacerlo ante el presidente. • Evaluar su propio desempeño Sólo mediante la evaluación de su propio desempeño podrá el patronato reconocer sus logros y alcanzar consenso sobre las áreas que deban mejorarse. Las discusiones sobre los resultados de la autoevaluación podrán ayudar en la elaboración de un plan a largo plazo. 2. Los deberes de diligencia y lealtad de los patronos 6. El carácter genérico de los deberes de lealtad y diligencia de los patronos aconseja que la fundación recoja con detalle las principales obligaciones que dimanan de estos deberes generales, de este modo se estimulará a que los patronos tomen conciencia de los compromisos que contraen al asumir el cargo y, además, facilitará la valoración de su actuación. Las organizaciones no lucrativas corren el riesgo de que muchos de sus patronos no terminen de asumir con seriedad las responsabilidades de su cargo al tratarse de puestos no remunerados, que pueden ser erróneamente percibidos como encargos menos exigentes que los puestos remunerados en el sector empresarial, de ahí la conveniencia de subrayar los deberes que conlleva la aceptación del cargo de patrono. Dentro de los deberes cobra especial atención la obligación de asistencia a las reuniones, así como las de mantenerse convenientemente informado y las de confidencialidad. A continuación se detalla un posible catálogo de deberes de diligencia y lealtad de los patronos: 1. Asistir a las reuniones del patronato, comités y demás eventos que se lleven a cabo dentro de la actividad de la organización. 10 2. Mantenerse informado acerca de la misión de la organización, sus políticas y programas. 3. Estudiar el orden del día y el material de apoyo disponible antes de asistir a las reuniones del patronato o comités. 4. Asumir compromisos de actuación, así como la realización de tareas especiales. 5. Realizar periódicamente, si así lo acordase el patronato, una contribución financiera a título personal a la organización. 6. Informar a otros sobre la labor de la organización. 7. Mantenerse actualizado en los temas referentes al ámbito de actuación de la fundación. 8. Cumplir con las políticas de conflicto de intereses y confidencialidad. 9. Contribuir a que el patronato cumpla sus responsabilidades fiduciarias, analizando y revisando los estados financieros de la entidad. 3. El conflicto de intereses 7. La organización debe establecer un procedimiento para resolver los posibles conflictos de intereses que se puedan originar entre sus miembros, identificando los más comunes y el órgano competente para resolverlos. Los conflictos de intereses son inherentes a cualquier actividad profesional. No es función de las fundaciones tratar de evitarlos, sino procurar resolverlos de modo y manera que no pongan en riesgo la reputación de la organización. En relación con algunos conflictos de intereses, las organizaciones no lucrativas tienen que tratar de conciliar dos realidades que no siempre van de la mano. De una parte la conveniencia de ser extremadamente ejemplares en estos temas: si siempre es necesario salvaguardar la reputación de las organizaciones y evitar situaciones que puedan poner en entredicho la misma, esta exigencia es, si cabe, aun más grande entre las organizaciones no lucrativas por administrar bienes de altísimo valor que les son confiados por muchas personas. Esta exigencia, sin embargo, hay que tratar de conjugarla con la necesidad de administrar con eficiencia unos recursos que siempre son escasos. De ahí que si bien en el sector empresarial se recomiende sin excepciones evitar las relaciones y operaciones comerciales entre la fundación y los miembros del patronato, en el caso de una organización no lucrativa nos podemos encontrar que esa relación comercial entre la fundación y uno de sus patronos puede no sólo ser muy ventajosa en términos económicos para la fundación sino la forma en que algún patrono ha decidido hacer efectiva su aportación. Por tanto, más que prohibir con carácter absoluto ese tipo de transacciones, la fundación debe asegurarse de que las mismas no pongan en riesgo la reputación de la organización. Para evitar ese riesgo resulta conveniente que sean aprobadas por el patronato, o el órgano designado, y se proporcione la conveniente información sobre las mismas. 11 4. Selección, renovación y cese de patronos 8. La selección, renovación y cese de los patronos constituye una de las decisiones más críticas de la fundación. El patronato deberá estar especialmente atento para que el proceso de selección sea objetivo y riguroso, se prioricen, en los criterios de selección, las capacidades y talentos, se evite la perpetuación en los cargos y se promueva una selección en el órgano de gobierno que refleje la diversidad de conocimientos, de genero y de experiencia adecuada para desempeñar las funciones con eficacia, objetividad e independencia El nombramiento de los candidatos al órgano de gobierno corresponde siempre al patronato. Este podrá encomendar el proceso de selección a varios de sus miembros e incluso proponer la constitución de una comisión de nombramientos cuya función será seleccionar a los candidatos y proponerlos a la Junta para su nombramiento. El patronato, los miembros designados para cumplir esta función o la comisión de nombramientos deberán velar para que el proceso de selección de los candidatos sea absolutamente riguroso. Es importante que el patronato promueva la diversidad entre sus miembros favoreciendo la pluralidad de talentos y perspectivas y evitando de este modo la endogamia del órgano de gobierno. Esta recomendación es especialmente aplicable a las fundaciones familiares que tengan un número importante de miembros de la familia en el órgano de gobierno, así como a las fundaciones empresariales cuando la mayoría de sus patronos pertenezcan a la compañía. Todas las fundaciones, y de manera especial las fundaciones públicas, deben evitar que la mayoría de los integrantes de su patronato estén designados en función del cargo que desempeñan y no en atención a sus competencias y capacidades personales. Aunque los estatutos de la fundación establezcan un término para los mandatos, no es infrecuente que, una vez cumplido, los patronos sean automáticamente reelegidos convirtiendo de hecho el nombramiento en un cargo vitalicio. La experiencia demuestra que los patronatos más eficaces son aquellos que establecen un plazo de mandato y lo cumplen. El patrono sabe así que dispone de un periodo de tiempo para mostrar su rendimiento. Algunas organizaciones establecen la posibilidad de reelección de los miembros, pero siempre es conveniente proponerla después de haber evaluado el desempeño del candidato. Otras fundaciones excluyen expresamente la reelección, les importa más asegurar “sangre nueva” en la institución que retener a los buenos patronos. Hay, por último, algunas organizaciones que exigen un periodo de vacancia antes de poder ser reelegido. Sea cual sea la alternativa que se adopte, es conveniente vincular la continuidad al correcto desempeño en el cargo. Si los patronos saben que serán reelegidos con independencia de su desempeño, no se tomarán en serio su cargo ni se esforzarán por rendir resultados. Es aconsejable que reelección para los cargos tenga un carácter restrictivo. 12 La decisión de cese de los patronos deberá ser adoptada formalmente por la Junta del Patronato (separación) o por el propio patrono (dimisión), con independencia de las causas legales o estatutarias de cese automático. Los deberes de lealtad que pesan sobre el patrono le obligarán a dimitir siempre y cuando su permanencia pueda poner en riesgo los intereses de la fundación. 5. Estructura del Patronato Presidente 9. A la cabeza de la junta del patronato y, en su caso, del comité ejecutivo se encuentra el presidente. Este no sólo ha de ocuparse de convocar la junta del patronato, formular el orden del día y dirigir las reuniones, sino que también ha de velar para que los miembros del patronato y, en su caso, del comité reciban la información necesaria, participen de manera activa y se comprometan en sus tareas. La misión principal del presidente no consiste tanto en participar activamente en los debates y deliberaciones como en asegurarse de que participen activamente todos los patronos y no quede nadie excluido. Sobre el pesa especialmente la responsabilidad de mantener la naturaleza colegiada del órgano de gobierno evitando concentrar en su persona un poder excesivo. Vicepresidente 10. No hay inconveniente en que la fundación cree el cargo de vicepresidente cuya función consistirá en sustituir al presidente en los casos de vacante, enfermedad o ausencia del mismo. Si la fundación no ha previsto la creación de ese cargo conviene que determine el proceso o criterio que se seguirá (v.g. el patrono de mayor edad) para nombrar a la persona que sustituirá interinamente al presidente. El cargo de vicepresidente no es una posición que requiera toda fundación. La recomendación general aconseja no crear puestos o funciones innecesarias. No obstante, la figura del vicepresidente o presidente en funciones resulta muy útil en situaciones en las que el cargo de presidente se encuentra transitoriamente vacante por renuncia, enfermedad o ausencia. Comité Ejecutivo 11. El tamaño del patronato puede hacer aconsejable la existencia de un órgano más operativo, comité ejecutivo, que pueda reunirse con la periodicidad adecuada y realizar una supervisión y seguimiento 13 más continuados de la marcha de la fundación. La existencia del comité ejecutivo no reduce ni releva de responsabilidades a la junta del patronato y a cada uno de sus miembros. La existencia de comités ejecutivos no es infrecuente en las fundaciones. A diferencia de los consejos de administración, cuya dimensión no suele ser muy grande, los patronatos de algunas fundaciones suelen tener una tamaño que puede aconsejar la conveniencia de crear un órgano más operativo y fácil de convocar. En estos casos el presidente del patronato ha de velar porque el comité ejecutivo no termine privando al patronato de sus responsabilidades básicas. Secretario 12. El Secretario debe facilitar el buen desarrollo de las sesiones de la Junta del Patronato, ocupándose muy especialmente de prestar a los patronos el asesoramiento y la información necesarios, de conservar la documentación, de dejar constancia en los libros de actas del desarrollo de las sesiones y de dar fe de sus resoluciones. Al mismo tiempo, debe velar por la legalidad formal y material de las actuaciones de la junta para garantizar que sus procedimientos y reglas de gobierno son respetados y regularmente revisados. El puesto de secretario como garante de la legalidad de los acuerdos y procedimientos es una figura que queda reforzada con la instauración de estas recomendaciones de buen gobierno. El patronato debe estar especialmente atento para que el nombramiento para desempeñar estas funciones recaiga en una persona con conocimientos legales suficientes. No es necesario que la persona elegida forme parte del patronato, aunque por la importancia del cargo se recomienda que su nombramiento y cese se lo reserve el patronato. Comisiones 13. El ejercicio de las funciones del patronato puede aconsejar la creación de otros órganos delegados. La función de supervisión del patronato depende en buena medida de la creación de ciertos órganos de apoyo a los que confiar el examen y seguimiento permanente en algunas áreas de especial relevancia para el buen gobierno de la fundación: información y control contable; selección de patronos y altos directivos; determinación y revisión de la política de personal y de retribuciones; impulso de las actividades de recaudación de fondos; y evaluación del sistema de gobierno y de la observancia de sus reglas. 14 Por esta razón, puede ser conveniente según las circunstancias crear las correspondientes Comisiones. La determinación de la dependencia, funciones y competencias de cada una de las comisiones corresponde al patronato como órgano de representación supremo, sin perjuicio de que la propuesta de crear las comisiones pueda surgir, en su caso, del comité ejecutivo. No hay inconveniente en proponer que una comisión cubra varías áreas (v.g comisión de nombramientos y retribuciones o comisión auditoria-control y cumplimiento). Parece oportuno señalar cuáles podrían ser los cometidos básicos de las comisiones más frecuentes: 1. Los de la comisión de auditoria y control consisten fundamentalmente en evaluar el sistema de verificación contable de la sociedad, velar por la independencia del auditor externo y revisar el sistema de control interno. 2. La función principal de la comisión de nombramientos es cuidar la integridad del proceso de selección de los patronos y altos directivos de la fundación, procurando que las candidaturas recaigan sobre personas que se ajusten al perfil del cargo. 3. La responsabilidad básica de la comisión de retribuciones consiste en auxiliar al patronato en la determinación y supervisión de la política de personal y de remuneración de los principales directivos de la Fundación. 4. La misión fundamental de la comisión de cumplimiento es vigilar la observancia de las reglas que componen el sistema de gobierno de la fundación, revisar periódicamente sus resultados y elevar al comité las propuestas de reforma. 5. La finalidad de la comisión de captación de fondos o de desarrollo es coordinar y canalizar la contribución del patronato en las actividades de recaudación de fondos de la fundación. Consejo Asesor 14. En ocasiones puede resultar conveniente la creación de un consejo asesor cuyo cometido será fundamentalmente informativo y consultivo. Su función principal es suministrar a los miembros del patronato una opinión externa y especialmente cualificada para que éstos puedan desempeñar con efectividad su función de supervisión y gobierno Los consejos asesores no forman parte estrictamente del patronato de la fundación ni tienen funciones de gobierno. Son órganos consultivos caracterizados por la cualificación técnica de sus miembros que pueden prestar a la fundación un 15 valioso asesoramiento en diferentes áreas y que también contribuyen a enriquecer muchos patronatos (especialmente en las fundaciones empresariales y familiares constituidas por mayoría de miembros de la compañía o de la familia) con una opinión externa más independiente 5. Funcionamiento del Patronato Frecuencia y asistencia a las reuniones. 15. El Patronato debe reunirse con la periodicidad necesaria para poder desempeñar con eficacia sus funciones. Las inasistencias de los patronos a las reuniones tendrán carácter extraordinario. Corresponde al presidente recordar a cada uno de los miembros del patronato la importancia de no faltar a ninguna de las reuniones y sugerir, si estas son reiteradas, la conveniencia de que el ausente renuncie voluntariamente al cargo de patrono. No es un secreto que la ausencia de los patronos a las reuniones del patronato se ha convertido en una costumbre tácitamente aceptada en muchas organizaciones. Es preciso cortar de raíz esa corruptela que se ha ido introduciendo paulatinamente en el sector. Los deberes de diligencia asociados al cargo de patrono y los bienes administrados por las fundaciones, con el concurso y la colaboración de muchas personas, exigen un extremado celo en el cumplimiento de las responsabilidades. Al presidente del patronato le cumple, como primus inter pares, recordar este deber a sus colegas e instar, si fuera conveniente, la renuncia al cargo de los incumplidores contumaces. Preparación de las sesiones 16. Los miembros del patronato deben recibir la información necesaria con la antelación suficiente para poder estudiarla. Todos los patronos pueden hacer efectivo el derecho a recabar la información adicional que juzguen precisa sobre asuntos de la competencia del patronato. Salvo que los estatutos establezcan otra cosa, deben dirigir su requerimiento al presidente o al secretario del patronato. Cualquier miembro del patronato podrá proponer al presidente la inclusión de otros puntos en el orden del día. Para poder desempeñar con eficacia las funciones de gobierno todos los patronos necesitan estar debidamente informados y con la antelación necesaria como para poder formarse un juicio. Resulta conveniente que el presidente, con ayuda del director ejecutivo, elabore un cronograma de reuniones y asuntos a tratar a lo largo de todo el año, así como un cuadro de control que permita a los patronos supervisar los indicadores básicos de desempeño de la fundación. 16 Desarrollo de las sesiones 17. La eficacia de las reuniones del patronato depende de la riqueza de puntos de vista y de la vitalidad del proceso de deliberación. En este sentido, corresponde al presidente facilitar la asistencia de todos los miembros a las reuniones y su participación activa en los asuntos objeto de estudio y discusión. Como se ha comentado con anterioridad, la función del presidente consiste en conseguir el compromiso y la participación de todos los miembros del patronato más que en acaparar las intervenciones e iniciativas. El presidente se cuidará de que las deliberaciones reflejen la pluralidad y riqueza de los diferentes puntos de vista que deben estar siempre presentas en la discusión y estudio de asuntos que por naturaleza son opinables. Las Actas del Comité 18. Como todos los órganos colegiados, el patronato tiene la obligación legal de reflejar adecuadamente en acta sus deliberaciones y decisiones. Las actas del patronato deberán reflejar con claridad los asuntos propuestos para su aprobación y cuál ha sido el resultado de la votación. Las actas deben recoger fielmente lo tratado y acordado en las reuniones. Si bien no existe un método o procedimiento estándar para la redacción de las actas, si es conveniente recordar que las actas deben: a) Incluir la fecha, la hora y el lugar. b) Incluir los nombres de los asistentes a la reunión, la mención de los ausentes y el cumplimiento o no del quórum exigido en cada caso c) Recoger las delegaciones de voto d) Redactar los puntos en el orden en que se debatieron dando a cada punto un encabezamiento por separado. e) Redactarse en forma concisa y pertinente. No es necesario escribir cada detalle de cada discusión; tampoco lo es registrar asuntos irrelevantes con respecto a los temas en cuestión. f) Recoger expresamente y por separado los acuerdos g) Anotar el lugar, la hora y la fecha de la próxima reunión para que todos los miembros estén informados por adelantado. 6. Evaluación del Patronato 17 19. El patronato debe evaluar su contribución a la fundación, como grupo e individualmente, con cierta periodicidad y, al menos, una vez cada tres años. La evaluación de los patronatos constituye uno de los retos más importantes del sector fundacional. Pese al recelo inicial que los miembros del órgano de gobierno puedan tener a la hora de someterse a una evaluación, la experiencia demuestra que cuando el proceso se ha planificado y ejecutado con las necesarias garantías el resultado final es siempre muy positivo. Planificar y entender los beneficios de una autoevaluación constituye una condición necesaria para asegurar su éxito. Son variadas las razones que aconsejan que los órganos de gobierno se sometan a una evaluación periódica (cada dos o tres años): - Reflexionar sobre sus responsabilidades colectivas e individuales. Identificar áreas de mejora. Focalizar la atención en los objetivos prioritarios. Aclarar las competencias con los directivos de la organización. Revisar el funcionamiento y la naturaleza de las diferentes Comisiones. Mejorar el trabajo en equipo y el conocimiento mutuo de los patronos. Mostrar que la organización rinde cuentas y se preocupa de la mejora continua. 7. Relación con la dirección ejecutiva 20. La elección del primer ejecutivo es una decisión indelegable del patronato. Este deberá velar para que el proceso de selección sea lo más riguroso y objetivo posible. Para ello se asegurará de que con carácter previo a la elección: 1) Se haya realizado un diagnóstico de las necesidades de la organización. 2) Se haya definido con claridad el perfil, las condiciones del candidato y el paquete de compensación 3) Se haya fijado el procedimiento de búsqueda de candidatos, el órgano competente para realizarla y los criterios de selección. No podemos estar completamente seguros de acertar en la selección del director ejecutivo, pero si se pueden minimizar los riesgos de errar si se cuidan una serie de elementos críticos en el proceso de selección de los posibles candidatos. La primera tarea que debe emprender el patronato es determinar que necesidades y objetivos de futuro tiene la organización. Nunca se insistirá lo suficiente en la necesidad de realizar un diagnostico de la organización como garantía para determinar el perfil 18 más idóneo del futuro candidato a director. Aunque parezca una obviedad, en la práctica son muy pocas las organizaciones que llevan a cabo esta tarea con rigor y objetividad. Por otra parte, aunque las responsabilidades del director ejecutivo son comunes a todas las organizaciones las competencias y talentos requeridos para desempeñar el puesto son diferentes en cada organización y varían en función de las circunstancias concretas (cultura, sector, ciclo de vida de la organización, etc.) y los retos identificados para afrontar el futuro inmediato, de ahí la conveniencia de definir el perfil idóneo del candidato junto con las condiciones del puesto. Por último, el proceso de la búsqueda del candidato debe estar convenientemente pactado (quién hará la búsqueda, quienes pueden proponer candidatos, a través de qué canales, cuantos candidatos deben seleccionarse, quien debe realizar las entrevistas, etc.) para evitar arbitrariedades y personalismos en la elección. 21. El patronato evaluará anualmente el desempeño del director ejecutivo para lo cual previamente deberá haber fijado sus objetivos. La evaluación deberá realizarse con anterioridad a cualquier cambio en las condiciones salariales, salvo que el cambio consista en ajustes rutinarios debidos a la inflación o el aumento del coste de la vida La evaluación del director ejecutivo es una práctica inexcusable por varias razones: a) Para evitar que su continuidad este sometida a decisiones subjetivas y arbitrarias. b) Para identificar áreas de mejora que le ayuden a desempeñar con mayor eficacia sus funciones. c) Para mejorar la comunicación entre el director y el patronato en relación con los objetivos de la organización. d) Para establecer una forma objetiva de reconocer y remunerar los logros. 22. El patronato debe contar siempre con un plan de sucesión del primer ejecutivo que, en el caso de producirse, pueda facilitar una transición eficaz y ejemplar para toda la organización. Resulta llamativo constatar como la mayoría de los patronatos no cuentan ni han previsto un plan de sucesión ordenado para el puesto del primer directivo. Se cuentan con los dedos de una mano las fundaciones que han sabido planificar con éxito la sucesión de su director. Planificar con éxito la sucesión del director ejecutivo es, probablemente, una de las mejores pruebas del buen gobierno de una institución. Como es natural el proceso sucesorio no tiene los mismos riesgos ni exige el mismo grado de implicación del patronato en el caso de que aquel se haya planificado con la suficiente antelación (sucesión planificada) que en el supuesto de que la salida del director haya tomado por sorpresa al patronato (sucesión de emergencia). Aunque la organización no haya previsto la salida del director con antelación, debe contar con un conjunto de prácticas que le ayuden a gestionar los riesgos de la salida imprevista del director ejecutivo. Cuando el principal ejecutivo deja la organización ésta 19 sufre una inicial falta de liderazgo y empuje. Estas prácticas, precisamente, tratan precisamente de minimizar esa carencia asegurando que el liderazgo y los talentos de la fundación estén convenientemente repartidos, y la visión sea compartida por toda la organización. Entre las prácticas más importantes se encuentran las siguientes: Contar con un plan estratégico de la organización y unos objetivos anuales claros y definidos. Es evidente que si la organización cuenta con un plan y unos objetivos claros la sucesión del director será mucho más sencilla porque la organización cuanta ya con una dirección y el perfil del futuro candidato será más claro de identificar. Que el director ejecutivo anterior haya sido sometido a evaluaciones anuales. Si la organización viene practicando evaluaciones anuales a su director cuenta con una información muy valiosa sobre los talentos y capacidades que el nuevo director requerirá para impulsar los objetivos organizacionales Que el patronato conozca a los directivos de la organización que cuentan con mayores capacidades y talentos. Aunque el rol del director ejecutivo es crítico para impulsar la organización y éste es el principal interlocutor del patronato, los patronos deben conocer que otros directivos de la organización tienen potencial para eventualmente cubrir ese puesto o actuar como directores interinos hasta que el patronato designe al nuevo director. Que el patronato se someta a una autoevaluación anual El patronato debe examinarse anualmente de cómo está cumpliendo sus responsabilidades básicas: planificación estratégica, supervisión y apoyo al director, control económico financiero, etc. Que en la organización exista una cultura de liderazgo compartido Impulsar el trabajo en equipo, la toma de decisiones colegiada, la delegación de responsabilidades y la formación de los directivos en la institución son prácticas que contribuyen a compartir el liderazgo en toda la organización, evitando los riesgos de una dirección excesivamente personalista y controladora. Evitar que las relaciones con los principales grupos de interés recaigan exclusivamente en el director 20 Conviene que las relaciones con los principales donantes y otros stakeholders importantes para la organización sean compartidas entre el director y otro miembro del patronato o del equipo directivo Que el patronato reciba información periódica sobre los principales indicadores de la organización Contar con sistema formalizado mediante el cual el patronato está permanentemente informado sobre los principales indicadores de desempeño de la institución contribuye a disminuir los riesgos y sorpresas de la organización Que los directivos principales de la organización tienen definidas y escritas sus responsabilidades básicas Si todo el personal directivo conoce sus funciones y responsabilidades la marcha del director no paralizará las operaciones ordinarias ni generará confusión en las responsabilidades de cada uno 2. CAPTACION DE FONDOS RESPONSABLES 23. La fundación se asegurará de no aceptar ningún donativo o ayuda que pueda poner en riesgo el cumplimiento de su misión o afectar a la reputación de la institución. Una de las principales diferencias de las organizaciones no lucrativas (ONL) respecto de las instituciones lucrativas consiste precisamente en la naturaleza peculiar de sus fuentes de financiación. En una empresa lucrativa la única fuente de ingreso es la que procede del pago de los bienes y servicios consumidos por el cliente. En las organizaciones no lucrativas el que paga por los bienes y servicios habitualmente no es el mismo que los consume. Las ONL actúan como intermediarias entre un cliente que paga un servicio o producto (donante) y un tercero (beneficiario) que va a consumirlo o disfrutarlo. Esto no significa que los donativos sean la única fuente de ingresos de las organizaciones no lucrativas, sino que éstas son las únicas organizaciones que reciben ese tipo de ingresos. La mayoría de las ONL gestionan una cesta de ingresos económicos de diferente naturaleza: subvenciones, donativos, pago por servicios, préstamos, etc. No existen ingresos mejores que otros. La selección adecuada de éstos dependerá de múltiples factores: la causa elegida, la población atendida, el tipo de servicios prestados, etc. Lo que resulta crítico es conocer la naturaleza y características de cada una de las fuentes de ingresos, para decidir en qué medida y proporción pueden contribuir a hacer económicamente viable a la organización sin desviarla de su misión original. 24. Las fundaciones que capten dinero del público deberán ofrecer información precisa y veraz a sus donantes sobre el destino de los 21 fondos, distinguiendo con claridad las cantidades directamente aplicadas a la financiación de los programas de las destinadas a financiar los gastos administrativos y las actividades de captación de fondos La información sobre el destino de los fondos constituye una obligación esencial de cualquier fundación y uno de los bienes que más protección requiere por parte del patronato. La proporción de fondos destinados a los programas y el porcentaje destinado a soportar los gastos de estructura de la organización constituye un indicador importante sobre el cumplimiento de la misión en relación con los recursos disponibles. No es posible ofrecer cifras mágicas sobre esta cuestión. Como ocurre con todos los “ratios”, la utilización de los mismos debe ser prudente. Comparar magnitudes nunca es fácil; no sólo hay que tener en cuenta las diferentes circunstancias de la organización (edad, tamaño, volumen de reservas, crecimiento, servicio ofrecido, etc.) para que las valoraciones sean correctas sino también comparar esas cifras con otros aspectos de la organización y, de manera principal, con los resultados de la misma. 25. La fundación respetará el derecho de confidencialidad de sus donantes sin revelar información alguna sobre el mismo salvo autorización expresa y dejando siempre a salvo el cumplimiento de las obligaciones legales. Proteger la confianza y el apoyo de los donantes requiere que la información proporcionada por éstos sea manejada con el respeto y confidencialidad máximo exigido por la ley. La organización no podrá utilizar los nombres de sus donantes bajo ninguna circunstancia sin autorización expresa de los mismos, aunque sea para reconocer y agradecer su contribución. 26. La fundación respetará escrupulosamente la voluntad de sus donantes sin que pueda modificar o aplicar los fondos a un destino distinto al manifestado explicita o tácitamente por aquellos sin contar con autorización expresa Cuando una persona realiza una donación espera que su contribución sea destinada al fin elegido, sin que la organización pueda modificar o variar el mismo sin su consentimiento expreso. La organización debe ser muy clara y precisa en su solicitud de fondos evitando dar lugar a equívocos o confusiones. El material que se utilice o cualquier acción que se lleve a cabo para solicitar fondos deben indicar con claridad si los fondos solicitados serán usados para financiar un determinado programa, varios o si la organización tiene libertad para decidir el destino de los mismos. Tanto en el supuesto de que la organización no haya conseguido suficientes recursos para acometer el proyecto, como si la recaudación de los recursos ha excedido el objetivo previsto deberá solicitar a sus donantes autorización para destinar los fondos a otra finalidad o proceder a la devolución de los mismos. 22 27. La fundación deberá proporcionar a sus donantes un certificado que acredite la donación realizada y le permita cumplir con los requerimientos de las obligaciones fiscales El reconocimiento de la contribución realizada por los donantes es importante no sólo para que éstos puedan certificar la donación ante las autoridades de Hacienda en el momento de cumplimentar su declaración, sino también para fortalecer la confianza de los mismos en la organización y servir de estímulo y emulación a otras personas. Aunque las donaciones no sean fiscalmente deducibles (como puede ocurrir en algunos casos de donaciones de bienes o servicios), la fundación debe reconocer, si así se lo solicita el donante, la contribución realizada por el mismo. 28. Las fundaciones procurarán dar una respuesta pronta, clara y veraz a las demandas de información solicitadas por sus donantes. El patronato deberá ser informado de inmediato de cualquier reclamación o queja que proceda de un donante por uso indebido de fondos o por cualquier otra actuación que pueda poner en peligro la integridad de la organización. Resulta difícil encontrar una relación que esté más basada en la confianza que la que se establece entre un donante y la organización donataria. Si esa relación se daña no sólo se verá afectada la organización en cuestión sino toda la sociedad. Asegurarse, por tanto, de que la organización mantiene una comunicación transparente y leal con los donantes, y responde con rapidez a las solicitudes de éstos, constituye una obligación esencial del órgano de gobierno. Algunas organizaciones han elaborado y publicado un catálogo de derechos de los donantes en el que se recogen los principales deberes de información de la organización con sus grupos de interés. Es esta una práctica muy recomendable que ayudará a incrementar la confianza en la organización de uno de sus principales grupos de interés. En todo caso, es deber principalísimo del patronato velar activamente porque la imagen pública de la organización no sea dañada por actuaciones fraudulentas o inapropiadas. Ante cualquier actuación que pueda remotamente perjudicar a la institución, el patronato deberá actuar con diligencia y firmeza. 3. CONTROL Y SUPERVISIÓN FINANCIERA 29. La fundación debe mantener un registro adecuado de su actividad económica. Su patronato recibirá información periódica de la situación financiera y se asegurará, cuando así lo exijan las leyes, que ésta sea auditada anualmente por un experto externo independiente. 23 Disponer de información económico-financiera actual en los estándares universalmente aceptados (Balance de Situación y Cuenta de Pérdidas y Ganancias) es una condición esencial para que el patronato pueda cumplir sus obligaciones de control y supervisión de la organización. No es necesario que todos los patronos tengan un conocimiento profundo en temas contables y financieros, pero si es conveniente que el patronato cuente entre sus miembros con una o varias personas con esta preparación técnica para poder ejercer con propiedad sus obligaciones fiduciarias. Las fundaciones que no estén obligadas por ley a realizar una auditoría externa deberán asegurarse por otros procedimientos que sus estados financieros reflejan fielmente la situación financiera y patrimonial de la fundación. Sería conveniente que las fundaciones que por ley deban someterse a una auditoría externa constituyan dentro de su patronato una comisión de auditoria integrada por personas con conocimientos contables y financieros básicos. Se sugiere que el patrono que presida esa comisión tenga conocimientos especializados en esas materias. 30. La fundación debe desarrollar políticas y procesos tendentes a asegurar que su patrimonio no pierda valor y sus fondos sean invertidos de manera responsable de acuerdo con los requerimientos legales. Aquellas fundaciones con un patrimonio importante (superior al millón de euros) redactarán un documento sobre política de inversiones detallando el retorno esperado, los requerimientos de liquidez, la tolerancia de riesgos, las obligaciones fiscales y legales y cualquier otra circunstancia relevante. Muchas fundaciones cuentan con un patrimonio importante vinculado al cumplimiento de la misión de la organización, de ahí que la preservación del capital fundacional constituya una de las obligaciones fiduciarias más críticas del patronato. Las fundaciones no pueden permitirse la descapitalización paulatina de su patrimonio derivada de una defectuosa política de inversión, de permitir constantes pérdidas en sus operaciones ordinarias o de una combinación de las dos anteriores. Las recetas para corregir estas patologías son diferentes en uno y otro caso. En el primer caso habrá que revisar la política actual de inversiones y examinar si la cartera invertida ha ponderado correctamente el riesgo y está suficientemente diversificada. Las normas de buen gobierno aconsejan que los criterios de inversión del patrimonio estén formulados explícitamente en un documento (Política de inversión del patrimonio) y sean aprobados por el patronato. La comisión de auditoría y finanzas suele ser la responsable de elaborar el borrador del documento que posteriormente debería ser sometido a la aprobación del patronato. En el segundo caso, se trata de revisar todas las operaciones ordinarias, analizando la estructura global de ingresos y gastos de la organización para ajustarla adecuadamente y evitar pérdidas futuras que comprometan el patrimonio de la fundación. 31. Las fundaciones cuidarán de invertir un porcentaje significativo de su presupuesto anual en la financiación de sus programas y actividades. La posible constitución de reservas para atender contingencias deberá estar debidamente justificada y no exceder los límites razonables. 24 Es importante también que el patronato examine si la fundación está destinando suficientes recursos al cumplimiento de su misión sin detraerlos para capitalizarse excesivamente o constituir reservas desproporcionadas. Las fundaciones tienen obligación legal de destinar un porcentaje de su patrimonio al cumplimiento de sus fines, si no lo hacen corren el riesgo de perder su naturaleza de entidad exenta al no cumplir la misión para la que fueron constituidas. 32. Las fundaciones que no cuenten con ingresos suficientes y estables procedentes de las rentas de su capital fundacional procurarán diversificar el origen de sus recursos evitando depender en exceso de una sola fuente de ingresos. La diversificación es un criterio que nos ayudará a evaluar la carga de dependencia que la organización tiene respecto de sus fuentes de recursos. Es obvio que la pluralidad en las fuentes de financiación disminuye el riesgo de dependencia y aumenta la autonomía de la organización en la toma de decisiones. Si la entidad tiene concentrados la mayoría de sus ingresos en unas pocas fuentes, en el caso de que éstas fallen pueden poner en peligro la continuidad de la organización. Únicamente las fundaciones con una dotación patrimonial importante pueden permitirse el lujo de depender exclusivamente de sus rendimientos financieros, y, aun estos casos, la prudencia aconseja, como hemos señalado, diversificar las inversiones del patrimonio en diferentes instrumentos financieros para disminuir el riesgo. Cómo es evidente contar con una pluralidad de fuentes de recursos requiere también contar con capacidades y habilidades diferentes para captarlos. Las capacidades que se requieren para captar donantes individuales no son las mismas que se necesitan para construir una alianza estable con una empresa o para obtener fondos de una administración pública. Por consiguiente, si la organización quiere diversificar sus fuentes de financiación tendrá que invertir para desarrollar internamente las capacidades necesarias que le permitan conseguirlo. 33. En ningún caso la fundación podrá otorgar préstamos (o realizar operaciones análogas, como actuar como garante, transferir la propiedad de una residencia u oficina, saldar una deuda, etc.) en favor de sus patronos o directivos. La fundación debe ser extremadamente rigurosa para evitar cualquier operación entre la organización y sus miembros, se trate de personal contratado o patronos, que pueda dar pie a un trato de favor, generar indebidamente un conflicto de intereses o poner en riesgo la imagen y reputación de la entidad. 34. El patronato deberá aprobar la política general de compensación de los altos directivos de la organización, cuidando que estos gastos salariales sean acordes con el mercado La compensación a los altos ejecutivos constituye una de las áreas más sensibles del gobierno de las organizaciones no lucrativas. Corresponde al patronato determinar la 25 política general en relación con los sueldos de los principales directivos procurando que éstos sean acordes con las prácticas del mercado. No corresponde aquí pronunciarse sobre qué se considera una remuneración acorde con el mercado, pero si llamar la atención del órgano de gobierno sobre esta importante cuestión. 35. La fundación debe establecer unas políticas claras y escritas sobre el reembolso y la justificación de cualesquiera gastos en los que hayan podido incurrir los patronos en el cumplimiento de sus responsabilidades como integrantes del órgano de gobierno. Esas políticas fijarán que los viajes realizados en nombre de la organización se llevarán a cabo siguiendo criterios de austeridad. En ningún caso la fundación reembolsará los gastos de los familiares que acompañen a los patronos en alguna actividad relacionada con asuntos de la organización, salvo que su presencia sea necesaria para llevar a buen término alguna encomienda. La Ley 50/2002 de 26 de diciembre de Fundaciones española permite que los patronos sean reembolsados de los gastos en que hayan incurrido siempre que estos estén debidamente justificados y se hayan realizado en el ejercicio de la función de patronos (art 15). Como es natural la ley no estable que criterios deben tenerse en cuenta para estimar qué gastos pueden considerarse razonables y cuáles deben ser los procedimientos de justificación admitidos, de ahí la conveniencia de que se detallen estas políticas y orientaciones, teniendo siempre en cuenta la austeridad como criterio y el mejor cumplimiento de los fines de la organización. 26