Las Ocasiones Especiales- Mayas (HA) En las ciudades-estado como Copán, situada en lo que actualmente es Honduras, los campesinos mayas vivían en chozas de una sola habitación construidas con palos entretejidos y cubiertas de barro seco. Varias casas familiares estaban a menudo agrupadas alrededor de un patio común. Una habitación separada que servía como cocina podía estar situada justo detrás de la casa principal. Las familias campesinas trabajaban muy duro, pero las ceremonias y los rituales les brindaban un descanso del trabajo y una oportunidad de celebrar sucesos importantes. Las familias mayas tenían muchas tareas cotidianas, incluyendo los tejidos, la cocina, el lavado de ropa, la pesca y el cultivo de la tierra. Las Obligaciones de los Miembros de la Familia La vida de las familias campesinas mayas no era fácil. Las mujeres mayas se levantaban antes del amanecer para encender el fuego de la chimenea. Con la ayuda de sus hijas, las mujeres mayas limpiaban el maíz que había sido hervido y puesto en remojo durante la noche para que se ablandara. Luego se ponían a trabajar con la piedra de moler, para preparar la comida a base de maíz. Con las manos formaba tortillas, que son como pequeños panes, o bien, tamales, y los cocinaban sobre el fuego. Éstos podrían servir de comida matutina o podrían guardarse para la cena. En días especiales, la familia también podría beber chocolate caliente, una bebida que los mayas preparaban a base de cacao. Durante el día, las mujeres y las niñas mayores cuidaban a los niños más pequeños y a los escasos animales de la familia, como patos y pavos. Barrían sus casas, cosechaban algodón, lo hilaban y tejían telas. Los padres mayas y sus hijos varones acababan rápidamente su comida matutina antes de salir a trabajar a los campos. Cuando no estaban ocupados con la cosecha, los hombres y los niños varones cazaban y atrapaban animales. Las Ocasiones Especiales Las familias mayas tenían un tiempo destinado a celebrar los sucesos importantes de sus vidas. El nacimiento de un niño era un momento de regocijo. Tan pronto como fuera posible después del nacimiento, la familia acudía a un sacerdote para que realizara una ceremonia muy similar al bautismo. El sacerdote predecía el futuro del bebé y ofrecía sus consejos como ayuda para guiar a los padres en la crianza del niño. A los tres meses de edad, las niñas pasaban por otra ceremonia. El número tres tenía un significado especial para las mujeres mayas porque representaba las tres piedras del hogar o chimenea. En la ceremonia de los tres meses, se presentaban ante la niña las herramientas que usaría a lo largo de su vida. Se colocaban sobre las manos de la niña pequeños artículos, como las herramientas para hilar y tejer, para cargar agua y cocinar, y para remojar y moler maíz. A los cuatro meses de edad, los niños varones experimentaban una ceremonia similar. El número cuatro era especial para los hombre mayas, pues representaba los cuatro lados del terreno donde el niño pasaría su vida. Al niño se le entregaban herramientas de labranza, como hachas y varas de siembra, además de las lanzas, los cuchillos y las trampas de todo cazador. Otra ceremonia importante en la vida de cada niño maya era la ceremonia de la mayoría de edad. Las niñas pasaban por esta ceremonia a los doce años y los niños a los catorce. La extensa ceremonia consistía en la confesión, la purificación con agua y la recitación de las reglas de comportamiento. Al final, el sacerdote cortaba un abalorio blanco del cabello de los niños y quitaba una sarta de caparazones de caracoles rojos de la cintura de las niñas. Los niños y las niñas habían usado estos símbolos de inocencia desde una edad muy temprana. The marriage ceremony was an important event in the life of a young Mayan. Costumbres Matrimoniales El siguiente momento trascendente de la vida de los jóvenes mayas era el matrimonio. Los hombres generalmente se casaban alrededor de los veinte años de edad. Las mujeres se casaban a partir de los catorce años de edad. Los novios no se escogían mutuamente. En lugar de ello, el atanzahab, es decir, el casamentero de la aldea negociaba los matrimonios. Las familias tenían que acordar la cantidad de comida y ropa que sería entregada a la familia de la novia. También tenían que llegar a un acuerdo con respecto a la cantidad de años que el joven trabajaría para la familia de su nueva esposa. Una vez resueltos los detalles del matrimonio, los aldeanos construían una choza para la pareja detrás de la casa de los padres de la novia. Cuando la vivienda estaba lista, el novio y la novia se vestían con ropa especialmente tejida para la ocasión. Después de que el sacerdote bendijera el matrimonio, los aldeanos celebraban. © 2014 Teachers' Curriculum Institute