Los adolescentes guipuzcoanos se inician cada vez antes en

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DROGODEPENDENCIAS
Los adolescentes guipuzcoanos se inician cada
vez antes en el consumo de drogas
Agipad observa que suelen tener problemas con el cannabis y el alcohol, aunque
algunos jóvenes también lo mezclan con pastillas y cocaína. Padres y tutores
demandan también antes la ayuda profesional.
ANE URDANGARIN/
SAN SEBASTIÁN. DV. Los adolescentes cada
vez se inician antes en el consumo de drogas
pero, a su vez, también se adelantan las
consultas a los profesionales para tratar de frenar
este problema. Esta es una de las tendencias
que han detectado en los últimos ejercicios en la
Asociación Guipuzcoana de Investigación y
Prevención del Abuso de Drogas (Agipad), cuyos
diferentes servicios, integrados en la red de
Dirección de Derechos Humanos de la
Diputación, atendieron el año pasado a 609
drogodependientes guipuzcoanos. Lourdes
Ortigosa, psicóloga responsable de los
tratamientos ambulatorios, cifra en los 17-18
años la edad media de los jóvenes que acuden a
su consulta. «Pero es cierto que vemos casos
que no teníamos antes, de adolescentes de 13,
14 ó 15 años, aunque son los menos», matiza.
A pesar de que es imposible englobar a estos
toxic ómanos en un único perfil, desde Agipad
explican que muchos de estos jóvenes suelen
tener consumos problemáticos de alcohol y
cannabis. Hábitos diarios que pasan, por
ejemplo, por fumarse un canuto antes de ir a
clase. «Luego están apáticos en el aula, puede
haber disfunciones en el ámbito escolar y
presentan problemas de conducta», explica
Ortigosa. En los casos más extremos,
transgreden las normas no sólo dentro de clase,
sino también fuera, y llegan a consulta con
episodios delictivos de tráfico de drogas a
pequeña escala. Hay casos en los que el
trapicheo les proporciona un poder adquisitivo
inusual para su edad y pasan del cannabis a la
cocaína, una sustancia más cara. En Agipad, que
el año pasado fue reconocida con el premio
Gipuzkoako Giza Eskubideak, también están
atendiendo a familias con adolescentes «que
empiezan a hacer cócteles de fin de semana o
para irse de fiesta y en los que los riesgos
aumentan pues en ellos puede haber de todo:
pastillas, cannabis, alcohol...».
Estas situaciones de abuso de drogas pasan
cada vez menos inadvertidas para los mayores,
especialmente en los centros escolares. «Se ha
avanzado mucho», comenta no obstante Endika
Sánchez, director de la asociación. En los últimos
años, en coordinación y con el apoyo de la
Dirección de Drogodependencias del Gobierno
Vasco, el servicio de prevención de Agipad
amplió su intervención hasta alcanzar la cifra de
Los adolescentes guipuzcoanos
se inician cada vez antes en el
consumo de drogas
Lourdes Ortigosa y Endika S ánchez en la
sede de Agipad. [J. M. LÓPEZ]
AGIPAD EN 2005
Usuarios: En 2005 atendieron a 609
personas y dieron asistencia a 1.124
familiares. El servició de prevención alcanzó
a 1.877 personas.
Comunidad terapéutica: En total se atendió
a 144 drogodependientes en Haize Gain, un
caserío situado en la subida al alto de
Bianditz, en Oiartzun, que pusieron en
marcha en 1982.
Población reclusa: Agipad ha realizado
tratamiento con 256 presos de Martutene,
ampliando su intervención hacia políticas de
prevención, educación para la salud y
reducción de daños.
De la hero ína a la cocaína y al
alcohol
Agipad abrirá un centro para el
tratamiento de madres
drogodependientes con hijos
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1.877 personas, 617 más que en 2004. «Cada
vez son más los tutores o educadores de otro
tipo los que se ponen en contacto con nosotros.
Antes no había esa demanda pero, adem ás de
otras variables, el trabajo preventivo ha hecho
que acudan a servicios profesionalizados»,
comenta Ortigosa, a quien tampoco le sorprende
recibir a padres alarmados que han descubierto
consumos puntuales de sus hijos. Los
adolescentes no suelen dar el paso de pedir
ayuda. «Hay algún caso, pero es aislado y
generalmente son mayores de 18-19 años».
Sesiones con los padres
En Agipad, se realiza una intervención
personalizada con cada usuario. Ofrecen desde 22 plazas en Haize Gain, una
comunidad terapéutica que, con sus 25 años, es la más antigua de España, hasta
tratamientos ambulatorios. Y no sólo para los drogodependientes. En el caso de los
adolescentes, el trabajo no se centra sólo en las sesiones con el joven, sino que
siempre se tiene muy en cuenta a su entorno (centro escolar, una figura judicial o un
servicio social...) y, sobre todo, a su familia.
De hecho, la asociación oferta sesiones grupales psicoeducativas con padres de
adolescentes. Son reuniones abiertas, que se celebran durantes seis meses y en las
que se tratan distintos temas. «El objetivo es capacitar a los padres para afrontar esas
situaciones y que puedan ayudar al hijo», explica Sánchez, quien recuerda que a estos
encuentros no sólo acuden progenitores con hijos en tratamiento, «sino también los que
tienen algún hijo con problemas relacionados con el consumo pero que se resiste a
acudir al tratamiento. Los padres están sufriendo y se les enseña a afrontar la situación
lo mejor posible. Se sientan con otro grupo de padres y es como si fueran a verse en un
espejo. Comparten las experiencias ».
Desde Agipad aseguran que estos adolescentes no provienen siempre de ambientes
problemáticos, como se pudiera pensar erróneamente. «Son de familias de clase
media, sin conflictos. En algunos casos sí que los hay, pero no necesariamente »,
explica la psic óloga, quien recuerda que los padres «se han de ocupar siempre de lo
que les pasa a sus hijos». Reconoce que es más fácil despistarse si, por ejemplo, se
atraviesa una etapa estresante por motivos laborales o si el propio progenitor tuvo una
adolescencia difícil. «Hay que estar atento siempre, pero sobre todo en esos momentos
vitales de cambio, como la adolescencia. Hay que acostumbrarse a ver, acompañar,
atender y responder a las necesidades de los hijos. Y si uno está mirando y no ve nada
porque hay ocultación o conductas defensivas por parte del hijo, esa misma actitud ya
te está diciendo algo. Puede ser normal en una época de cambios, pero en otros casos
no. Lo importante es la atención constante, lo cual no significa que haya una vigilancia
constante».
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