El milagro del hijo de la viuda de Sarepta Uno de los más bellos

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El milagro del hijo de la viuda de Sarepta
Uno de los más bellos sucesos del antiguo testamento, es la historia de
la viuda de Sarepta. El hambre, la desolación y la muerte estaban a los
pies de esta viuda, que ve transformar su vida por la mano milagrosa
de Dios
Vivía en Sarepta, una región situada en Sidón, y rodeada por ciudades
como Tiro, Damasco, Siria, Amon y Palestina. La historia se desarrolla en
el antiguo testamento. Aquella viuda recibiría a un hombre enviado por
Dios, que le demostraría cuan grande era su poder. En aquellos tiempos la
idolatría hacia dioses como Baal y Aserá era común en aquellas tierras,
especialmente en Israel, gobernada por Acab, y Dios le había retirado su
ayuda por idolatras, convirtiendo toda esa región en tierras áridas, puesto
que no había llovido durante años. La viuda recogía leña cuando un hombre
la llamo y le dijo; por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para
beber. La viuda hizo lo que el hombre le pidió, pero mientras lo hacia
volvió a llamarla para pedirle también un pedazo de pan, porque tenia
hambre. Ella le dijo; ¡vive el Señor, tu Dios, que no tengo nada de pan
cocido; solo me queda un puñado de harina en una vasija y un poco de
aceite en una jarra! Precisamente estaba recogiendo un poco de leña para
preparar algo para mi hijo y para mí; lo comeremos y luego moriremos.
Elías resucitó al hijo de la viuda, quien dijo; ahora se que eres un
hombre de Dios
El hombre le dijo; no temas, ve a casa y haz lo que has dicho, pero antes
hazme a mí una pequeña porción de pan y tráemela. Para ti y para tu hijo la
harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel; no faltara harina en
la vasija ni aceite en la jarra hasta el día en que el señor haga caer la lluvia
sobre la tierra. La viuda fue e hizo lo que ese hombre le había pedido, y
tuvieron comida para él, para ella y para toda su familia durante mucho
tiempo. No faltó harina en la vasija ni aceite en la jarra, según la palabra
que el Señor pronunció por medio de este hombre, llamado Elías. Poco
tiempo después se enfermo el hijo de aquella viuda, y tan grave se puso que
finalmente murió. La viuda le reclamo a Elías diciéndole ¿Qué tienes
contra mi, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para recordarme mis
pecados y dar muerte a mi hijo? Elías le contesto; Dame a tu hijo. Y
arrebatándoselo del regazo, lo llevó al cuarto de arriba, donde estaba
alojado, y lo acostó en su propia cama. Entonces Elías clamo al Señor; Mi
Dios, ¿también a esta viuda, que me ha dado alojamiento, la haces sufrir
matándole a su hijo? Elías se tendió sobre el muchacho tres veces y clamo
al Señor; ¡Mi Dios, devuélvele la vida a este muchacho! El Señor escuchó
el clamor de Elías y el muchacho volvió a la vida. Elías tomo al muchacho
y lo llevo de su cuarto a la planta baja. Se lo entregó a su madre y le dijo;
¡tu hijo vive! ¡Aquí lo tienes! Entonces la viuda le dijo a Elías; ahora se que
eres un hombre de Dios, y que lo que sale de tu boca es realmente la
palabra del Señor.
Era una mujer pobre que no tenia para comer. ¿como iba a sustentar a
Elias?
Elías fue uno de los grandes profetas del antiguo testamento. Era oriundo
de Tishbé, en la región de Galaad, al oriente del río Jordán. En los tiempos
de este profeta, el pueblo Hebreo que habitaba en el reino de Israel,
comenzó a apartarse de la fe y a venerar a los dioses paganos como Baal y
Aserá. El profeta Elías fue enviado por Dios para prevenir a Acab, el
Gobernante, de que habría una gran sequía provocado por su idolatría. Pero
el rey Acab no le creé y decide matarlo; Dios previene a Elías y lo envía a
esconderse a un lugar llamado Querit, un arroyo situado al este del río
Jordán. Dios le había dicho a Elías que le enviaría comida con los cuervos
y que agua no le faltaría en este arroyo. Tiempo después el arroyo se seco.
Dios le dice a Elías; Ve ahora a Sarepta de Sidón y permanece allí. A una
viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer. Pero la viuda era una
mujer muy pobre, puesto que no tenía para comer más que un puñado de
harina y aceite. Elías pudo haber reclamado y decir; Dios ¿Por qué no me
enviaste con un hombre rico? Esta mujer era pobre ¿Cómo iba a
alimentarlo? Dios tenía sin duda un gran plan y Elías decide llevarlo a cabo
sin objeciones. La viuda por su lado hace lo mismo y obedece lo que Elías
le pide. La Biblia dice; y tal como la palabra del Señor lo había anunciado
por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabo el aceite
del jarro. Tuvieron comida para el, para ella y para su hijo durante mucho
tiempo. El plan de Dios no terminaba para la viuda dándole sustento a
Elías. La historia cuenta que su hijo murió y que la viuda, en su
desesperación, culpa a Elías de su muerte. De antemano Dios sabia que el
hijo de la viuda iba a morir. Lo que la viuda no sabia es que Elías estaría
con ella para realizar uno de los más bellos milagros del antiguo
testamento. La resurrección de su hijo.
Elías es considerado un gran profeta. Muchos creyeron que Juan el Bautista
fue el Elías que vino al mundo a preparar el camino de Jesucristo.
Malaquias lo anunció; He aquí, dice el Señor, yo envío mi mensajero, el
cual preparara el camino delante de mí. Y también dice; mirad, yo os envío
al profeta Elías, antes de que venga el grande y temible día del Señor. El
convertirá el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los
padres. No sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. La historia del
milagro del hijo de la viuda de Sarepta, nos da una gran lección; confiar
ciegamente en Dios, tal y como Elías lo hizo. Elías depositó toda su
confianza en Dios y sabia que le concedería lo que le había prometido. Y
Dios cumplió sus promesas.
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