Oraciones y poemas - web asociación de amigos de la virgen de

ORACIONES, POEMAS, CANTICOS
- Oraciones y poemas:
Los “Gozos de Ntra. Sra. figuran en todos los novenarios
publicados y quizás también les hayas oído cantar. Son los siguientes:
GOZOS DE NTRA. SRA.
Pues para nuestro remedio
Estáis aquí colocada:
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
1
Creemos por tradiciones
que tu Imagen es hechura
de Nicodemus que apura
del arte las perfecciones,
de apostólicos varones,
a España sois transportada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
2
Las Andalucías fueron
las primeras que os gozaron
hasta aquel tiempo en que entraron
los moros que os perdieron.
Capitanes os trajeron a Castilla afortunada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
3
En los campos de Carrión
jurisdicción de Arconada
os dejaron encerrada
y con Vos su corazón.
Casi cuatro siglos son
los que estuviste ocultada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
4
Por dar a todos salud,
vuestra Imagen se aparece,
en el mil ciento con trece
por medio de hermosa luz.
En vez del trono andaluz,
escogisteis Arconada.
Amparad a vuestros hijos
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Madre y Virgen de Alconada.
5
En esta villa fue donde
ciento seis años estáis,
hasta que determináis
huir de un furioso Conde.
Feliz Ampudia ya esconde
a vuestra Imagen sagrada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
6
De vuestro Hijo y Señor
como fiel imitadora
os aparecéis Señora
a Marcos, pobre pastor.
El dichoso embajador,
a Ampudia trae la embajada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
7
La primera vez que ha ido
no lo creyeron y así
vuelve luego a darte a Ti
parte de lo sucedido.
Para que fuese creído
le dais la vista doblada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
8
A vista de tal portento
luego al punto le creyeron
y a buscaros con él fueron
el Clero y Ayuntamiento.
En la piedra que es cimiento
de vuestro altar sois hallada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
9
A nuestra villa os trajeron,
los de Arconada clamaron
y aunque acá el pleito ganaron
en el cielo lo perdieron.
Tristes todos se volvieron
quedando Ampudia alegrada.
Amparad a vuestros hijos
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Madre y Virgen de Alconada.
10
Aquí estáis por protectora,
por Madre y por Abogada,
para Ampudia y Arconada
y para todos Señora.
Ea, pues, en cualquier hora
oídnos siendo invocada.
Amparad a vuestros hijos
Madre y Virgen de Alconada.
También de sus novenarios, hemos sacado esta poesía que, bajo el
título de “Mi Virgen” firma un tal A.M.D.G.
Guardo en mi pecho una flor,
que el sol no agosta ni daña.
Flor que cultivo con maña
en el jardín del amor
. Con esta flor no hay dolor
para el alma sosegada
. ¿Qué cual joya es tan preciada?
Si es que en Ampudia has nacido,
habrás de cierto aprendido
que es la Virgen de Alconada.
Jesús Frontera Martín, fervoroso devoto de la Virgen tras su inexplicable
curación de sus problemas de vista (ver apartado “Recuerdos viejos”), nos
pasa esta poesía escrita por él mismo:
Qué solitas se quedaron
después de la Romería,
la Virgen en su aposento
y la ermita aquí en Castilla.
Por su dulce y grata vera
, pasaba por la mañana
y había en la pradera
olor a moza ampudiana,
olor a quemada cera,
y unas huellas diminutas
por toda la carretera.
Mudo estaba el campanillo
que invitaba a la plegaria
cerradas las viejas puertas
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de esta ermita de Arconada
y hasta la Virgen excelsa
que en el interior había
parecía que a esa hora
divinamente dormía.
Dormir no.
Soñaba con las promesas fervientes
de un pueblo con entusiasmo
y de un pueblo con creyentes.
De buena gana quisiera,
yo que siempre estoy sediento
de esos amores que saben
hacer del placer tormento,
entrar a darle postrado
un besito en las mejillas
que nunca es más grande el hombre
que cuando está de rodillas.
Más, quién interrumpe el sueño
de esa Mujer cual ninguna,
que es la bella entre las bellas
que se calza de la luna,
que se corona de estrellas
y que en cualquier momento
viste por manto divino
la gota del firmamento.
Praderita de Arconada
que al son de esta flauta
y al son del aire que venga
todos los años consigues
acribillarte de huellas
de estas personas de Ampudia
y de otras personas de fuera.
Fronda de nuestros pinares
laderas que hay en la orilla,
pájaros que sin pesares
voláis en las Quemadillas.
Vosotros que estáis tan cerca
de esta Virgen de Arconada
decidla que esta mañana
pasé por la carretera
y el alma se me afligía
al verla tan triste y sola
después de la Romería.
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Siempre fuiste Madre mía,
¡Oh Virgen Inmaculada!,
la reina de mis amores,
la antorcha de mi esperanza,
la segura mediadora
de las salvadoras gracias.
En tu Imagen milagrosa
bajo el nombre de Alconada,
quiero invocarte Señora
con ferviente confianza.
Admiro en tu santo templo
las bellezas que entusiasman,
el trono donde reposas,
mansión dulcísima y grata.
Tú que siempre socorriste
a los que con fe te invocan,
no desoigas madre mía,
dulce Virgen del Alconada
que hoy a tus fieles devotos
que de hinojos a tus plantas,
rezan el Santo Rosario,
tu hermosísima plegaria.
Para que reines Tú siempre
en la región castellana,
impere la fe de Cristo
y la caridad cristiana.
1
Alégrate Ampudia
con santa emoción.
Y entona a la Virgen
ferviente oración.
2
La Reina del cielo
ardiendo de amor
a Ampudia su pueblo
graciosa miró.
3
El campo de Ampudia
no envidia ya al sol
que en él la gran Reina
su planta asentó.
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4
Dejando Arconada,
a Ampudia llegó
y el noble ampudiano
de gozo tembló.
5
¿Qué quieres, Señora?
La villa exclamó.
Y afable la Virgen,
así respondió:
6
“Levanta aquí”, dice,
un templo en mi honor
que quiero en Ampudia
reinar siempre yo.
7
Seré yo tu amparo,
tu escudo y blasón.
Al par que mis glorias
propaga su ardor.
8
Así habló la Virgen,
Ampudia la oyó.
Y Ampudia enarbola
un mensaje de amor.
9
Que ¡Viva la Virgen!,
así proclamó.
¡Morir por mi Virgen!
Juró por su honor.
10
Será nuestro honor
morir a su amparo,
la gloria mayor,
la gloria mayor.
11
Resuene en los aires
la alegre canción,
que canta a su Madre
de Ampudia el amor.
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La villa de Ampudia
oculta dos joyas,
a cual más preciosa
y de gran valor.
Es una la torre,
por su gran altura.
Y por su estructura
figura también.
Pero hay otra joya,
aún más preciosa.
Es como la rosa
que adorna el jardín.
Es Nuestra Señora,
la Virgen amada,
la de Arconada,
nuestra protectora.
Dios te salve, Virgen de Alconada.
¡Oh Madre celestial!
Volved nuestros ojos
¡Oh Reina piadosa!
sobre este pueblo leal.
Sois Vos, vida y esperanza
de los que anhelan el bien.
A Vos ruega y suspira confiado
todo este pueblo con fe.
Por nos a Dios rogad
¡Oh Virgen santa!
Pura estrella matinal.
Que su gracia derrame abundante
sobre este pueblo leal.
Santuario de la Virgen,
bajo el nombre de Alconada.
Recinto maravilloso,
mansión bellísima y santa
cuyos rasgos de hermosura
que cautivan y entusiasman
son como visión del cielo
que engendra dulce esperanza.
Es el altar de la Virgen
purísima de Alconada,
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joya de simpar belleza,
imán que atrae y encanta,
por su sin igual belleza,
por su inspiración cristiana
donde se demuestra el arte,
al alma piadosa y grata.
En él la Virgen bendita
tiene su trono y alcázar,
donde recibe amorosa
a cuantos Madre la llaman.
A cuantos con fe la imploran
con sus devotas plegarias.
Las mocitas de este pueblo
son tan puras y tan bellas
porque llevan en su frente
el candor de las estrellas.
Los jóvenes de Ampudia
de valientes tienen fama
porque llevan en su pecho
a la Virgen de Alconada.
El siguiente verso, fechado el 8 de septiembre de 1956 es obra
del poeta vallisoletano Esteban Clemente Romeo y puede contemplarse,
enmarcado en un humilde cuadro en el Santuario de nuestra Patrona.
Dios te salve, María de Alconada,
Solariega de Campos y Señora
de este fiel peregrino que te adora
puesto su corazón en tu mirada.
Reina y Madre, tu solio es la dorada
llanura de Castilla, en ella mora
tu Majestad excelsa y redentora
por el amor de Hijo iluminada.
Oh Virgen de Alconada, Madre mía,
donde buscan mis penas su consuelo
y el corazón tu paz, que es su alegría.
Escucha mi plegaria que es mi anhelo
vivir mi vida en Ti, Virgen María,
hasta alcanzar la gloria de tu cielo.
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También nuestro querido párroco durante tantos años D.
Valeriano Antolino, quiso dejar su rastro devocional a la figura de la Virgen de
Alconada escribiendo estos bonitos versos:
1
Entre miedos y temores
de este mundo enloquecido
buscamos cual marinero
una estrella en el camino.
2
El sol ya no da su luz…
Es de noche y hace frío.
La tormenta se levanta
y el mar está embravecido.
3
La angustia nos estremece,
la muerte da escalofríos.
La vida se vuelve frágil
en un mar enfurecido.
4
¿Dónde estará ese lucero
de fuego y luz encendido,
que en la noche tenebrosa
senderos marque al navío?
5
¿Dónde encontrar el refugio
que nos libre del peligro
de una muerte inevitable
cuando el barco se ha perdido?
6
Virgen Santa de Alconada,
Patrona que a Ti acudimos,
Tú eres ese lucero
que marcas rumbo al navío.
7
Tú eres nuestra esperanza
en este valle que gemimos.
Tú eres la vida y dulzura
del cristiano peregrino.
8
Eres inmenso refugio
de tristes y de afligidos.
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Eres el norte y la estrella
de los que el rumbo han perdido.
9
Luz…Vida…Refugio…Norte.
Qué piropos más bonitos,
ampudiano que la invocas
y la llamas en tu auxilio.
10
Rézala mucho y constante,
Ella marca tu destino:
Amar a Dios en la tierra
y gozarle en el cielo empíreo.
1
Señora de los alcores,
Virgen de Alconada;
pastora de los pastores,
Reina y Madre venerada.
2
Desde Écija a Carrión
viene por posada:
templo, culto y devoción
encuentras en Arconada.
3
Con el Niño siempre en brazos,
Virgen peregrina,
hasta los campos de Ampudia
tu protección se encamina.
4 Allá tuviste la ermita
de los labradores;
Monasterio Cisterciense
acá, para tus loores.
5
Vuelve, Virgen de Alconada
tus ojos alcores
a tus monjas cuidadoras
y al pueblo de tus amores.
6
Las de tu Hijo son manos,
de Hacedor de bienes;
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de ternura y de servicio
Madre, son las que tienes.
7
Queremos, en el camino,
sentir tus amparos,
y en la hora de la muerte
vernos en tus ojos claros.
Con alegría, recibimos por correo electrónico esta poesía remitida por un
visitante de nuestra página web, natural de Ampudia. Según nos cuenta, está
dedicada, a D.Pedro García Sacerdote ampudiano, y fue escrita por su amigo Máximo
Mansilla Rodriguez en Puente Duero el 23-03-06. La poesía anda ya colgada en la
Red, por lo que suponemos que su autor no tendrá ningún inconveniente en que la
hagamos aquí también pública. Dice así:
De las tierras de Palencia
del pueblo, que es Arconada
te trasladas hasta Ampudia
y te llaman, de Alconada.
Según cuenta la leyenda
te apareces a un pastor
en la vega, en la pradera
Tú, le pides un favor.
Qué allí, se haga un santuario
para Tú, veneración
que lo cuente al municipio
aquella Tú, aparición.
El pastor un poco rudo
y con un defecto físico
le trataron de tarado
nadie le puso atención.
Por segunda vez, la Virgen
repite su aparición
le comunica de nuevo
y le reitera el favor.
Como el pastor era tuerto
la Virgen, le hizo el milagro
que recobrara la vista
como muestra, al desagravio.
Con el hecho fehaciente
se personó en la alcaldía
entonces ya le creyeron
y se contruye , la ermita.
Una imagen se venera
pequeñita, de escayola
pues la verdadera talla
es de madera y romana.
Hoy la llaman, de Alconada
por ser tierras, del Alcor
cada ocho de septiembre
la rienden, admiración.
Con una gran romería
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se expone en el santuario
y cuando pasa la fiesta
retorna, al museo de arte sacro.
O, Virgen de la Alconada
yo te quisiera pedir
que cuides a tus vecinos
y a los que vamos allí.