Estudios Latinoamericanos 6, p. II (1980), pp. 35-38 La imagen de Venezuela en Alemania durante la intervención anglo-alemana en Venezuela, 1902/03. Horst Drechsler Es poco conocido que el imperialismo alemán e inglés intervinieron juntos en los años 1902-03 en Venezuela. Para exigir el pago de las deudas, Alemania e Inglaterra junto con Italia llevaron a cabo un bloqueo marítimo contra Venezuela. En esto fue el imperialismo alemán particularmente agresivo, hundiendo cañoneras venezolanas y bombardeando fortalezas. El significado de esta intervención estuvo en que como resultado de esta, por una parte, se separaron los caminos del imperialismo alemán e inglés definitivamente, y por otra parte, el nasciente imperialismo norteamericano consiguió aplicar la Doctrina Monroe frente a Inglaterra y Alemania. Entre las repercusiones de esta intervención se cuenta también el hecho de que el presidente Roosevelt a través del desacreditado corolario económico de la Doctrina Monroe formulara en 1904 la política de los EE.UU. en relación a América Latina, mientras que los países latinoamericanos intentaban ampararse en vano con la Doctrina Drago. Presidente de Venezuela entre los años 1899 y 1908 era Cipriano Castro, el primer andino en el poder que hicieron medio siglo de la historia venezolana1. No tengo la más mínima intención de idealizar de algún modo a este presidente. Pero es justo señalar que el se destacó de sus predecesores en varios aspectos: Castro estableció un 1 Cf. Domingo Alberto Rangel, Los andinos en el poder, Caracas 1974. fuerte gobierno centralizado2 y abogó decididamente por la soberanía nacional de su país3. Las clases dominantes de Alemania no tenían conocimiento, ni interés en Venezuela. Para ellas era suficiente el pago regular por parte de Venezuela. Cuando el presidente Castro enfrentó problemas económicos debido a la guerra civil en Venezuela y a consecuencia de ello tuvo finalmente que suspender el pago de la deuda externa, se llegó a conflicto con los acreedores europeos. Para intimidar a Venezuela la primera en enviar buques de guerra fue Alemania. Cuando se produjo un pequeño incidente entre marineros alemanes y policías venezolanos, el emperador Guillermo II estuvo inmediatamente por el bombardeo de Venezuela, diciendo lo siguiente: «El gobierno venezolano debe disculparse obligatoriamente y saludar eventualmente nuestro emblema con una salva de 21 cañonazos, en caso contrario yo los haré bombardear»4. La Sociedad Disconto, un gran banco alemán, por la parte alemana principal acreedor y al mismo tiempo principal instigador de una intervención alemana en Venezuela, propuso la creación de una administración internacional como la ya existente en Turquía5, para obligar a Venezuela a pagar. Igualmente los diplomáticos alemanes postulaban un control internacional según el modelo egipcíaco6. A ellos no les interesaba la soberanía de Venezuela: ellos querrían imponerle a Venezuela un status semicolonial. El odio de los imperialistas se concentró especialmente en el presidente Castro. El príncipe Bülow lo calificó como un «individuo extraordinariamente malvado»7. En libros alemanes el presidente venezolano era a menudo mencionado como «el violento Castro»8. 2 Cf. Winfield J. Burggraaff, The Venezuelan Armed Forces in Politics, 1935-1959, Columbia, Miss. 1972, p. 11. 3 Cf. Miriam Hood, Gunboat Diplomacy 1895-1905. Great Power Pressure in Venezuela, London 1975, p. 185. 4 Citado por: Alfred Vagts, Deutschland und die Vereinigten Staaten in der Weltpolitik, vol. II, New York 1935, p. 1537. 5 Op. cit., p. 1550. 6 Cf. D. C. M. Platt, The Allied Coercion of Venezuela, 1902-3. A Reassessment, en: «Inter-American Economic Affairs», Washington, D. C., vol. 15 (1962), no. 4, p. 4. 7 Bernhard Fürst van Bülow, Denkwürdigkeiten, vol. I, Berlin 1930, p. 558. 8 Cf. p. ej. Bruno Gebhardt, Handbuch der deutschen Geschichte, séptima edición, vol. II, Stuttgart 1931, p.637. Era mal considerado que Castro se defendiera de las constantes violaciones de la soberanía venezolana. Así informaba por ejemplo el ministro imperial residente en Caracas al Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania: «En los círculos políticos locales predomina en esto momento el vivo anhelo de poner a salvo al país contra cualquier intromisión externa»9. Por el contrario, el rival de Castro, el llamado «general» Matos, contaba con la plena simpatía y apoyo de todos los acreedores de Venezuela. Matos que acaudillaba una denominada revolución libertadora contra Castro, era un banquero. Es conocido que Matos era apoyado tanto por los monopolios norteamericanos como franceses. Con la sociedad alemana Disconto tenía estrechos contactos10. Matos fue tan lejos que se comprometió a pagar las deudas de Venezuela el día de su ascenso al poder11. Por eso se puede pensar que el gobierno alemán depositó toda su confianza en Matos. Eso explica la expresión en un libro de la época de que Castro «para sorpresa general»12 liquidó el levantamiento de Matos. Después de la derrota de Matos el gobierno alemán exigió inútilmente de Castro el pago de indemnizaciones por daños provocados supuestamente por Matos13. Después del bloqueo el presidente Castro caracterizó la intervención anglo-alemana en Venezuela en los siguientes términos: «La intervención europea fue realizada por gente que, incapaz de someter sus exigencias a la imparcialidad de los tribunales, recurren a la fuerza ante mi negativa a rendirme frente a las injustas exigencias de Inglaterra y Alemania. Ellos actuaron secretamente en colusión con Matos, para deshacerse de Castro. Después que la soberanía del país se mantuve incólume, entrego yo mi cargo. El congreso debe elegir a un sucesor que ningún venezolano necesite tener inclinación a los extranjeros que sin motivo alguno cayeron sobre el desgraciado país perjuicio de la civilización y de los logros del derecho. Yo deseo finalmente ver que Venezuela sea respetada y feliz»14. 9 Zentrales Staatsarchiv der DDR, Akten der Deutschen Gesandtschaft in Stockholm, no. 52, hoja 52. 10 Cf. A. Vagts, op. cit., p. 1541, nota 3. 11 Cf. Wilhelm Sievers, Venezuela und die deutschen Interessen, Halle 1903, p. 107. 12 Op. cit., p. 105. 13 Cf. D. C. M. Platt, op. cit., p. 17. 14 Schulthess' Europaischer Geschichtskalender, 1903, München 1904, p. 379. Dos días después, Castro a solicitud del Congreso resumió su cargo. Hubo, sin embargo, en Alemania un partido que no participó en la campaña chauvinista contra Venezuela: el partido socialdemócrata. Este calificó la intervención alemana simple y llanamente de «guerra de los banqueros en Venezuela»15 o «aquel affaire de las cobranzas». En uno de sus discursos ante el parlamento alemán August Bebel caracterizó la intervención alemana en los siguientes términos: «Como en todas partes, aquí también se trata de la defensa de los intereses capitalistas. Son las grandes sociedades financieras como la Disconto, el Banco Norddeutsche, la compañía Krupp, las que tienen participación en los ferrocarriles. Estas sociedades se sienten perjudicadas y el Reich está dispuesto a intervenir en el acto con brazo armado para socorrer a los grandes señores»16. La crítica socialdemócrata contra la intervención alemana en Venezuela entorpecía mucho a la política de los círculos dominantes de Alemania. Ello se desprende de un discurso del príncipe Bülow inculpando a los socialdemócratas de ponerse de lado del extranjero17. Refiriéndose a la impresión provocada en la Argentina por la intervención alemana en Venezuela, el ministro imperial en Buenos Aires habló de «un susto saludable que había estremecido a la gente de allá»18. Al mismo tiempo, el embajador alemán en Washington comunicaba que los ánimos en América Latina respecto a Alemania se habían deteriorado, lo cual tendría repercusiones en el comercio alemán con América Latina19. Resumiendo, la imagen de Venezuela en Alemania era muy parcial. Para las clases dominantes de Alemania, Venezuela era un simple objeto y nunca sujeto de las relaciones internacionales. En ese sentido la actitud alemana en nada se diferenciaba de la británica, francesa o norteamericana. Recién en nuestros días aquella situación se ha modificado radicalmente20. 15 «Vorwärts», 12. Dezember 1902. 16 «Reichstag», 23. Januar 1903. 17 Cf. W. F. P. von Massow (ed.), Fürst Bülows Reden in Auswahl, vol. II, Leipzig 1910, p. 196. 18 Zentrales Staatsarchiv der DDR, Akten der Deutschen Gesandtschaft in Stockholm, no. 52, hoja 19. 19 Cf. «Grosse Politik», vol. 17, Berlin 1924, p. 264. 20 Cf. Horst Drechsler, Neue Aspekte in den internationalen Beziehungen der Länder Lateinamerikas, en: «Asien-Afrika-Lateinamerika», 3/1973, p. 103 ff.