Galería silvestre Hide-and-Seek Hide-and-Seek

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Galería silvestre
C/ Doctor Fourquet 39. 28012 Madrid
Teléfono / Tel. no.: 977591836
[email protected]
www.galeriasilvestre.com
Hide-and-Seek
Comisariada por / Curated by
Directores / Managers:
Pep Anton Clua Monreal / Vanessa H. Sánchez
Nerea Ubieto
Martes – viernes / Tuesday – Friday:
16.30 – 20.30 h.
Sábado / Saturday: 11 – 14.30 h.
Artistas / Artists
Irene González
Iker Lemos
Miguel Marina
11/04 > 17/05/2015
Hide-and-Seek
Nerea Ubieto
La búsqueda de un espacio en el que sentirnos cómodos es una constante en la
vida de todo ser humano. Necesitamos unas paredes que nos acojan, un ambiente
que nos inspire, un contexto propicio para forjar nuestra identidad y favorecer la
realización de metas propias. Encontrar estas burbujas externas que nos reconcilian con la interioridad no es fácil, algunos nunca dejan de buscarlas; quizá porque
para ellos la estabilidad exige ser móvil y una vez se han adaptado a un lugar concreto, urgen resetear. Otros sin embargo, se aferran a ciertos emplazamientos para
que el resto de sus parcelas vitales funcionen, la casa se convierte en refugio, una
circunstancia que puede tornarse peligrosa si la trinchera es permanente.
De igual forma, los aislamientos mentales también pueden resultar un lastre. Acudir una y otra vez a los mismos escenarios que un día fueron significativos o traumáticos supone un claro recorte de la libertad del momento. El pasado nos
marca de manera inevitable, pero debemos controlar la constancia de su reverberación para permitir el flujo natural del presente. Dicho de otra manera, los escondites -espaciales y mentales- necesarios para la reflexión y el despliegue de
la intimidad, no tienen que impedirnos seguir buscando, por muy ventajoso que
parezca quedarse donde se está.
un rincón alejado, una ventana, un paradero al aire libre, una habitación…La cuestión es encontrarse a uno mismo para poder proyectar hacia el exterior.
En su serie de pinturas en blanco y negro En la caverna de la infancia seguimos
aterrados, Irene González representa espacios de la niñez que todavía seguimos
visitando a menudo. Las jóvenes protagonistas habitan estancias, en ocasiones de
apariencia indefinida, que pertenecen a un supuesto hogar. En la primera etapa de
nuestra vida, la vivienda constituye un microclima en el que nos sentimos a salvo.
El requerimiento de cambiar de ciudad en un periodo de tiempo bastante reducido es la razón que impulsa a Iker Lemos a plantear la necesidad metafórica de
poseer un espacio portátil para poder transportarlo de un lugar a otro. Su obra
Construcción nómada es una suerte de caseta efímera que el artista identifica
con su espacio personal. No importan las mudanzas que podamos experimentar,
hay algo que siempre nos llevamos con nosotros: la intimidad de los ambientes.
Llegar al domicilio familiar significa encontrarse en un lugar seguro, placentero,
alejado de la extrañeza y la inestabilidad del colegio. En él aprendemos a conocernos, generamos mundos propios e imaginamos otros muchos posibles.
Teniendo en cuenta estos presupuestos, la casa en la obra de la artista es entendida como un espacio peculiar regido por sus propias reglas, donde las cosas
suceden con un ritmo determinado y atienden a un porqué. El término caverna
remite a lo íntimo y profundo de nuestro ser, pero también está relacionado con
lo oscuro e inaccesible.
El sitio que un día fue centro de juegos y sorpresas, también lo fue de miedos.
Por eso, no solo volvemos a él para avivar los recuerdos, sino también cuando
inconscientemente emergen nuestros temores.
En aras de incrementar y predisponer nuevas experiencias es recomendable continuar a la caza de espacios de recogimiento o incluso de edificarlos con nuestros propios medios. Esta es la propuesta de Miguel Marina en su trabajo La cabaña, inspirado en el libro del filósofo inglés Henri David Thoreau, Walden. En el
ensayo, Thoreau narra los dos años, dos meses y dos días que vivió en una cabaña construida por él mismo, cercana al lago que le da nombre al relato. Este
proyecto de vida solitaria en el bosque, en el que es necesario reinventarse para
sobrevivir, lleva a Marina a reflexionar sobre la necesidad de disponer de un lugar
para la creación. El retiro propicia la meditación y por ende la apertura espiritual
que alimenta nuestras ideas.
La representación de la cabaña en sí, es tan solo una de las soluciones formales
por las que ha optado el artista, pero en realidad el concepto está ligado a cualquier
tipo de espacio que podamos considerar nuestro pequeño templo de pensamiento:
La imagen está teñida de tintes idílicos e incluso podría situarse en una ensoñación geográfica. Lo de menos es dónde esté ubicado este habitáculo, podría
estar flotando en la nada porque lo relevante es su consistencia y adaptabilidad.
Las moradas tienen que proporcionarnos ese equilibrio interno en el que podernos refugiar a pesar del afuera; una reflexión implícita en el paisaje de Irene González perteneciente a su serie Espacios en espera. En el cuadro, una arquitectura
geométrica surge de la niebla con firmeza y nos sugiere un resguardo seguro
dentro de un mar de invisibilidad.
Las obras muestran paraderos transitorios, escondites, como alude el título de
la exposición. Sin embargo, se ha optado por el término del pasatiempo infantil
en inglés, hide-and-seek, porque subraya la dualidad implícita en el juego de la
vida, siempre pivotando entre la reflexión y la creación, la búsqueda y el encierro,
la exploración y la espera.
Por otro lado, los tres artistas comparten una preocupación por interrogar a la imagen a través de la pintura. Iker Lemos en Construcción nómada II deconstruye el
tenderete previo en tres partes que, sin embargo, no se corresponden con la representación original. Irene González pinta habitaciones de la infancia, dotándolas
de unos fondos negros casi abstractos, que cuestionan el recuerdo feliz que guardamos de ellos. Por último, el bosque que Miguel Marina titula Catedral, plantea
hasta dónde puede llegar nuestra mente cuando observa algo que no se corresponde con lo que nos dicen. Las lecturas que proporciona la pintura van mucho
más allá de la representación que reconocemos inmediatamente. Puede que estén
escondidas, pero es nuestro deber no rendirnos y rastrearlas.
Irene González. En la caverna de la infancia, 2014
Irene González. En la caverna de la infancia, 2014
Conté sobre pape!, 76 x 76 cm
Conté sobre pape!, 76 x 76 cm
Miguel Marina. Catedral I, 2014
Miguel Marina. Catedral II, 2014
Óleo sobre lino, 100 x 72 cm
Óleo sobre lino, 100 x 72 cm
Iker Lemos. S/T (En construcción), 2015
Óleo y esmalte sobre tela, 35 x 27 cm
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