Transcripciones - tú si que Valdés

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RECOGIDA DE CUENTOS POPULARES
Y
OTROS MATERIALES DE TRADICIÓN ORAL
DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
IES “CARMEN Y SEVERO OCHOA” – LUARCA (ASTURIAS)
2011-2012
CURSO: 3º ESO - C
PASCUALÍN Y EL LOBO
Esto era un muchacho que se llamaba Pascualín –a mí este cuento ya me lo
contaron mis bisabuelas y fue pasando de boca en boca- y… tenía un rebaño de ovejas.
Y subió a la cúpula de una montaña, donde había mucho peligro, un oquedal y allí
pastaron las ovejas, pero un día vio que se aburría… o no sé lo que se le pasó…, pero se
le ocurrió la idea de que… de engañar a los vecinos y decirles que venía el lobo, y
empezó:
- ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Ayuda, ayuda!
¡Socorro!
Y entonces, pues todos los vecinos empezaron a subir: uno con una guadaña,
otro con una hoz, otro con un palo, con todos los utensilios y aperos que tenían por ahí,
y fueron poco a poco subiendo hasta que llegaron arriba, y vieron que… que era
mentira, ¿no?, vieron que todo lo que les decía Pascualín no era verdad.
Entonces, pues… nada, bajaron para abajo diciendo que nunca más le iban a
volver a hacer caso, porque encima se reía de ellos y se burlaba, y que la próxima vez
se tendría que arreglar él como pudiese.
Bueno, Pascualina bajó ese día con sus ovejas para abajo, y un buen día también subió,
pero bueno, era un día desapacible, un día posiblemente hambriento para los lobos,
que… ese día sí que se acercaron, y él empezó con:
- ¡Socorro, socorro, socorro! ¡Ayudadme, ayudadme!
Pero, ¿qué pasa? Que nadie subió. Entonces el lobo le mató todas las ovejas,
incluso su perro y él bajo todo… todo el tiempo lamentándose que nadie le había
ayudado y cuando llegó al pueblo vieron que era verdad y él dijo que por favor, que le
socorrieran, que le ayudaran, que cómo iba a hacer pa recuperar otra vez sus ovejas, y al
final le ayudaron a recuperar las sus ovejas.
Todos pusieron una cantidad de dinero y fueron recuperando otra vez el rebaño,
pero aún seguían desconfiando de él. Y él, pues cuando subió luego con sus nuevas
ovejas se daba cuenta de que había aprendido una lección de aquello, ¿no?, había
aprendido una lección… esto, claro, tiene una moraleja: que no se pueden decir
mentiras, porque luego, cuando en realidad digas algo importante y de trascendencia, no
te van a creer, pero aún así él estaba muy satisfecho porque los vecinos le habían
ayudado a recuperar… ¿eh?, con su aportación parte de su ganado.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Grabado por: Ángel Fernández (3º ESO-C) Abril 2012
FÁBULA DE UN HOMBRE Y UNA CULEBRA
Ésta es la fábula de un hombre y la culebra.
Un hombre, paseando por el monte, encontró una culebra que ciertos pastores
habían atado al tronco de un árbol, y compadeciéndose de ella, la soltó y calentó.
Recobrada su fuerza y libertad, la culebra se volvió contra el hombre y se enroscó
fuertemente en su cuello.
El hombre, sorprendido, le preguntó:
- ¿Qué haces? ¿Por qué me tratas así? ¿Por qué me pagas tan mal?
La culebra le respondió:
- No sigo sino obedecer lo que mi instinto me dicta.
Entretanto pasó una raposa, a los cuales avisaron y eligieron por un juez.
- Mal podría juzgar –exclamó la zorra- lo que mis ojos no vieron desde el
principio. Hay que reconstruir los hechos.
Entonces el hombre ató a la serpiente, y la zorra, después de comprobar lo
sucedido, pronunció su fallo:
- Ahora tú –dirigiéndose al hombre- no te dejes llevar por corazonadas; y tú –
dirigiéndose a la culebra-, si puedes escapar, vete.
Atajar al principio el mal procura,
Si llega a echar raíz, tarde se cura.
Grabado por Emilio José, (3º ESO-C) Mayo 2012
LA VENGANZA DEL MUERTO
Una madre le da dinero a su hija y le dice que vaya a comprar carne. Pero la niña
se olvida, y pierde el dinero, así que se va a un cementerio y coge a un muerto que
acababan de enterrar.
Por la noche, cenan, y cuando se va a la cama, oye la puerta, y dice la niña:
- ¡Ay, mamía mía mía! ¿quién será?
- ¡Calla, hijita mía, que ya se irá!
Y, detrás de la puerta, siente:
- ¡Noooo, no me iré, que en la escalera estoy, y os cogeré!
Al poco rato, vuelve a sonar la puerta, y la niña dice:
- ¡Ay, mamía mía mía! ¿quién será?
- ¡Calla, hijita mía, que ya se irá!
- ¡No me iré, no! –se siente con una voz grave- que en el pasillo estoy, y os
cogeré!
Al poco rato, vuelve a sonar la puerta, y la niña vuelve a gritar:
- ¡Ay, mamía mía mía! ¿quién será?
- ¡Calla, hijita mía mía, que ya se irá!
- ¡No, no me iré, no, que debajo de la cama estoy, y os cogeré!
- ¡Ay, mamía mía mía mía! ¿quién será?
- ¡Calla, hijita mía, que ya se irá!
- ¡No me iré, no, que aquí justo estoy, y os mataréeee!
Grabado por Hugo Pérez Botas, (3º ESO-C) Mayo 2012
EL SUEÑO DEL CALDERERO
Había una vez un calderero muy pobre, que vivía con su mujer y sus cuatro hijos
en una humilde casa de aldea de Valdés, y en un rincón del huerto tenía un cepo. El
calderero lo usaba como yunque para elaborar los cacharros.
Pero una noche soñó que debajo de un puente de Valdés había una bolsa de
monedas de oro. Ni corto ni perezoso, al día siguiente despidióse de la mujer y de los
fíos, y emprendió el viaje a Valdés. Al cabo de dos horas llegó a Luarca, y tuvo mirando
debajo de todos los rincones del puente de piedra.
Durante varios días tuvo buscando y buscando, pero no encontró nada. Hasta
que, a los cuatro días, un vendedor que siempre montaba su tienda cerca del puente le
preguntó qué hacía allí. Y entonces el calderero díjo-y de que… le contó el sueño. Y el
vendedor le dijo:
- Anda, hombre, tas loco. Yo sueño todas las noches con una bolsa de monedas
de oro que ta enterrada debajo del cepo del huerto.
Y entonces el calderero, descorazonao, volvió pa casa, y ni corto ni perezoso,
empezó a cavar debajo del cepo que tenía donde él trabajaba la calderería, y encontró la
bolsa llena de monedas de oro, con lasque vivió sin preocupación su familia el resto de
su vida.
Grabado por Lidia Suárez, (3º ESO-C) Mayo 2012
EL ORIGEN DE LOS SAUCES LLORONES
Había una vez un campamento indio cerca de un río, el cual estaba cubierto de
sauces.
Y aquí voy a contar por qué los sauces se llaman sauces llorones. Porque
antiguamente estaban con sus ramas hacia arriba, como todos los árboles.
Pues, ese día, una joven madre india se fue al río a lavar la ropa y llevó consigo
a una niña pequeñina que tenía. La niña llevaba una muñequita de trapo, y con ella se
puso a jugar a la orilla del río al lado de su mamá.
La madre se descuidó un poco, y en ese pequeño descuido, la muñequita le cayó
al agua, y la niña, intentando cogerla, se la llevó el río. Se cayó al agua y se la llevó el
río. La madre quiso sacar a su niña del agua, pero le fue imposible, al corriente se la
llevó a mucha velocidad.
La madre se puso a llorar a gritos. Lloraba tanto, tanto… las lágrimas… Y en ese
momento, las ramas de los sauces llorones –que luego se llamaron así- empezaron a
caer como si fueran lágrimas.
Este es el cuento de por qué se llaman sauces llorones. Desde entonces, nunca
más este árbol volvió a tirar hacia arriba.
Grabado por Lorenzo, (3º ESO-C) Mayo 2012
LA CRIÁ DE LA VIRGEN
Al llegar las Navidades, mi madre siempre me recitaba esta poesía que a ella le
habían enseñado en la escuela. Se llama “La criá de la Virgen”:
Con San José y la Virgen
el neñu Jesús está,
echadín en unes payes
allí en aquel portal.
La Madre ya anduvo mucho,
y debe de estar cansá;
voy a ver si me quier
unos días de criá.
Yo ya sé cocer les fabes,
y echayos el azafrán,
coser, toavía nun sé,
nun sé mas que afilvanar.
Y entretener al Neñu,
cuando le dé por despertar,
ya veréis qué bien lo fago,
pues xuegos sé la mar.
Sé el cascayu, y la peonza,
y a la comba sé saltar,
y todo esto enseguida
al Neñu le voy a enseñar.
Voy a querelo mucho mucho,
hasta que nun pueda más,
para que Él después me dé
la gloria y la eternidá.
Con que adiós, que tengo prisa,
voy corriendo al portal,
a ver si la Virgen quier
que me quede de criá.
Grabado por Marta Asenjo, (3º ESO-C) Mayo 2012
ROMANCE DEL CONDE OLINOS
Madrugaba el conde Olinos
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo,
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe,
se oye un hermoso cantar,
las aves que iban volando,
se paraban a escuchar.
- Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre del mal,
de los vientos de la tierra,
y de las furias del mar.
Desde las torres más altas,
la reina le oyó cantar.
- Mira, hija, cómo canta,
la sirenita del mar.
- No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
- Si es la voz del conde Olinos
yo le mandaré matar,
que para casar cntigo,
le falta sangre real.
- No le mande matar, madre,
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos,
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar,
él murió a la medianoche,
y ella a los gallos cantar.
Grabado por María Jesús López Martín, (3º ESO-C) Mayo 2012
A LOS QUINCE AÑOS YO TUVE UN NOVIO
A los quince años yo tuve un novio,
que lo quería más que al vivir,
pero mis padres no le quisieron
y yo le tuve que despedir.
Una mañana muy tempranito,
muy tempranito me levanté,
abrí la puerta con picardía,
le hice una seña y me fui con él.
Allí arribita en la montaña,
donde mi amante hicimos el amor,
pasamos juntos una semana,
pero a la otra me abandonó.
Como bien sabes, yo tuve un hijo,
y como madre cuidé de él,
maldigo al padre que tenga un hijo
y no lo sepa reconocer.
- Ven, hijo mío, ven con tu padre,
deja a tu madre, ven junto a mí.
- Yo a mi madre no la abandono,
porque fue ella quien me crió a mí.
Si soy pequeño, ya me haré grande,
me haré grande y trabajaré,
trabajaré de día y de noche,
pero a mi madre yo cuidaré.
Grabado por María Jesús López Martín, (3º ESO-C) Mayo 2012
LA RANA Y EL SAPO
Taba la rana
Sentada en un suco,
Veo el sapo
Y pegou-y un chucho.
Dijo-y el sapo:
- Voy a Madrid.
Dijo la rana:
- Tráeme un mandil.
Dijo-y el sapo:
- Nun tengo dinero.
Dijo la rana:
- Téngolo yo.
Dijo-y el sapo:
- Tráelo pa aquí.
Dijo la rana:
- Tururú [que te vi].
La parte entre corchetes no se escucha porque se corta la grabación.
Grabado por María Jesús López Martín, (3º ESO-C) Mayo 2012
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