20 LATERCERA Jueves 25 de julio de 2013 Mundo RR El Papa saluda durante su visita de ayer en la Basílica de Aparecida. FOTO: AP Papa llama a jóvenes a no dejarse seducir por el dinero y promete nueva visita a Brasil para 2017 R El Pontífice realizó ayer su primera misa en Brasil, en el Santuario de Aparecida. Lucía Magi Enviada especial a Río de Janeiro En su primera misa en Brasil, el Papa Francisco se mostró tal cual es : la mirada concentrada durante el rezo y los ojos que se levantan del texto preparado para buscar a los fieles durante la homilía. La determinación de su retórica lo obliga a mover las manos, las hojas oscilan en el aire y la voz subraya algunos puntos clave. La nave y la plaza rebosan de fieles, peregrinos y habitantes locales: sin importar la lluvia ni el viento, llegaron en cientos de miles para verlo en Aparecida, el más grande y famoso santuario mariano de Brasil, cerca de Sao Paulo. Y él les habló de la importancia de la fe: “El cristiano no conoce el pesimismo. No puede tener cara de luto”, porque conoce el amor de Dios, señaló. Antes de celebrar la misa, se paró a rezar en la Capilla de los 12 Apóstoles, donde se custodia la estatua de la patrona nacional de Brasil. Según la prensa local, unas 150 mil per- sonas asistieron a la misa. Bergoglio se quitó los lentes y quedó de pie frente al ícono, de 40 centímetros. La pequeña Virgen negra -según la leyenda- fue hallada a principios del siglo XVIII por tres pescadores en el río Paraiba: era oscura como la piel de los esclavos y estaba rota en tres trozos, como sus vidas oprimidas. El Pontífice quiso añadir esta etapa a su viaje y es el primer acto que preside en esta edición de la Jornada Mundial de la Juventud. En la homilía, Francisco volvió sobre sus temas preferidos, sugiriendo “tres simples posturas” a las que debe ceñirse el cristiano. Primero, “hay que mantener la esperanza. ¡Cuántas dificultades se encuentran en la vida de cada uno! Aunque parezcan enormes, Dios no deja que nos sometan. Los jóvenes sienten atracción por otros ídolos que parecen regalar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Pero son compensaciones para cuidar un sentido de soledad y de vacío”. “En cambio, hay que apoyar R Además, se manifestó contrario a la liberalización del consumo de drogas para reducir el número de adictos. la generosidad de los jóvenes, acompañarlos para que se hagan protagonistas en la construcción de un mundo mejor: son un motor potente de la Iglesia y la sociedad. No sólo necesitan cosas, sino sobre todo valores, que son el corazón espiritual y la memoria de un pueblo”, añadió. En segundo término, el Papa -que, a la manera de la meditación jesuita, a menudo organiza sus discursos en tres puntos- dijo que “hay que dejarse sorprender por Dios: los pescadores que no lograban atrapar peces acabaron pescando la estatua de la Virgen que acá adoramos. Dios siempre nos guarda lo mejor”. Tercero, algo que repitió y ejemplifica en todas sus salidas públicas: “Vivir en la alegría. El cristiano tiene el corazón encendido por el amor de Dios, no puede ser pesimista o ir con cara de luto”. Antes y después de la misa, el Papa Francisco se dio dos buenos baños de muchedumbre. Dos hileras de peregrinos ondeaban banderas y carteles de saludo y afecto, saltaban y lo llamaban. El mismo entusiasmo que se notó en Río el lunes, pero esta vez la gente llevaba parkas y paraguas y las vallas cumplieron con su tarea de mantener despejado el camino del papamóvil. Fue el Pontífice quien se paró y se acercó a saludar. Tras visitar la basílica, señaló que volvería a Brasil en 2017, cuando se cumplen, según la tradición católica, 300 años de la aparición de la Virgen en el lugar. Por la tarde, Jorge Bergoglio visitó un hospital de Río de Janeiro, donde se manifestó contrario a la liberalización del consumo de drogas como una forma de reducir el número de dependientes. Tras visitar un ala que atiende a consumidores de drogas en el nosocomio, afirmó que “la plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor, requiere un acto de valor de toda la sociedad”. “No es la liberalización del consumo, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la influencia de la dependencia química”, dijo.b Misa especial para los peregrinos chilenos En la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en el Centro de Río, no cabía ni un alfiler. A las cuatro de la tarde de ayer se citaron aquí los más de nueve mil peregrinos chilenos que participan en la Jornada Mundial de la Juventud. La invitación -que circulaba en Facebook y con el boca a boca- sólo decía: lleven su bandera. El llamamiento dio en la diana: los jóvenes invadieron el templo, la entrada y hasta las escaleras que suben hasta el ingreso. Rostros felices y algo cansados. “No importa, lo que es importante es compartir la experiencia”, comenta Catalina Ramírez, de 19 años, de Antofagasta. “Fue muy duro llegar hasta aquí y tengo que apro- RR Un grupo de jóvenes chilenos a la salida de la Iglesia donde se realizó la misa. FOTO: LUCIA MAGI vechar hasta la última gota de energía para vivirlo. Mis padres, junto a los otros de la parroquia, organizaron sesiones de bingo, rifas, completadas para recaudar el dinero que nos permitiera viajar”, dice. Finalmente, pudieron llegar 21. Cada uno gastó unos 700.000 pesos. Samantha Aguña, enfundada en un impermeable y casi afónica “por tanto cantar, no por el tiempo”, llega desde Llayllay. “Tardamos cuatro días en bus. Llegamos destrozados y tuvimos que andar mucho hasta la escuela donde nos quedamos. Está siendo complicado desplazarse por la ciudad”. Bajo una bandera ya empapada, se eleva un coro: “Chi chi chi, le le le...”. “Somos los jóvenes del Movimiento Apostólico Manquehue, de Santiago, la delegación más numerosa de chilenos aquí, somos 150”, dicen hablando el uno encima de l otro con orgullo y entusiasmo. Tienen entre 17 y 18 años. “El ambiente es fantástico, hay una energía que contagia, estamos encantados”, dice Nicola Oats. “Tanta gente reunida compartiendo el mismo espíritu, es algo que te da fuerza y alegría”, señala Cristián Infante. En cuanto se nombra al Papa, las exclamaciones de afecto son unánimes: “Es humilde, no mira con superioridad, es uno de nosotros”, comentan al mismo tiempo.b