hacienda, la estancia y las plantaciones

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FUNDACIÓN EDUCATIVA MONTELÍBANO
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
DOCENTE: JAZMÍN ESCORCIA [email protected]
Geografía – Séptimo grado
HACIENDA, LA ESTANCIA Y LAS PLANTACIONES
Junto a los primeros conquistadores llegaron al continente varias especies de animales
domésticos desconocidas hasta ese momento en América, como por ejemplo caballos, vacas,
ovejas, puercos, etc.
Además, se introdujeron nuevas especies vegetales como el trigo, las hortalizas, la vid, y
varios árboles frutales. Estos productos nuevos sumandos a los autóctonos proporcionaban
una dieta relativamente rica que permitía la satisfacción de las necesidades de consumo
básico de la población local, e incluso un pequeño excedente de vino, trigo, cueros y frutas
secas se destinaba para la exportación hacia el mercado peruano.
LA HACIENDA
En parte debido al declive de la actividad minera generado por la guerra contra la población
local y la correspondiente baja en la cantidad de mano de obra disponible, las actividades
agropecuarias experimentaron un progresivo crecimiento motivado por la mezcla de las
técnicas agrícolas europeas y autóctonas.
Hacia fines del siglo XVI se inició la exportación de cereales, cueros, sebos, frutas secas,
charqui y otros productos, los que estaban dirigidos para el mercado peruano; esta situación
se reforzó con la caída de la producción triguera del Perú, lo que desde 1678 en adelante
convirtió a la colonia chilena como la principal proveedora de cereales del virreinato peruano.
El aumento de las exportaciones de trigo desde la segunda mitad del siglo XVII en adelante,
fomentó una extensiva explotación de las tierras que trajo consigo el surgimiento de las
grandes propiedades o haciendas. Las ganancias generadas por las exportaciones eran
reinvertidas en la adquisición de manufacturas y otros productos que se importaban desde
Perú; en este periodo los hacendados se transformaron en el principal sector de la sociedad
colonial, y algunos de ellos llegaron a ostentar títulos nobiliarios y mayorazgos.
La hacienda se convirtió en el eje de las actividades agropecuarias e, incluso, llegaron a ser
independientes ya que en ellas se producían todos los productos que se requer ían para
satisfacer las necesidades básicas de la población. En efecto, las haciendas no sólo poseían
peones que realizaban las labores agrícolas, sino que además en ellas estaban asentados
una serie de artesanos que fabricaban los productos derivados de la ganadería, como los
cordobanes o el charqui. Junto a ellos, en las haciendas también habitaban los denominados
inquilinos, que estaban encargados de custodiar los límites de las tierras incluidas en las
haciendas.
Los propietarios de las haciendas eran considerados dueños de la voluntad de sus peones, y
debido a la inexistencia o a la poca presencia de las autoridades, en la práctica el poder que
ejercían no conocía censura. Por esta razón, la mayoría de las ciudades que se fundaron en
el siglo XVIII fueron ubicadas en las cercanías de las haciendas con el objetivo de que las
autoridades oficiales controlaran los excesos de los hacendados.
LA ESTANCIA
Se denomina estancia a los grandes establecimientos rurales del Cono Sur, especialmente a
los destinados a la cría extensiva de hacienda vacuna o lanar. Suelen caracterizar a las
estancias la existencia de «cascos», es decir un centro edilicio que incluye viviendas,
silos, establos, caballerizas o harás, bodegas, etc. Durante la colonización española, se
denominó inicialmente «estancia» al lugar que servía de asentamiento -por ejemplo
campamento- para los conquistadores.
La estancia del periodo colonial abarca una extensión de terreno de dimensiones variables,
que pueden hallarse en el orden de mil hectáreas .Se apoya en un curso de agua,
indispensable, que le sirve de limite por uno de los lados, los restantes son fijados con
las correspondientes mediciones y señalados mediante mojones de madera o
piedra, montículos de tierra, etc.
Las viviendas primeramente fueron de barro, después de ladrillo, de forma rectangular;
poseen tres o cuatro habitaciones: la sala, un dormitorio para la familia, otro para el
administrador o huéspedes la cocina y más allá las viviendas de los peones y esclavos
Las haciendas y las estancias coloniales
Las haciendas se caracterizaron por su gran extensión y volumen de producción. En ellas se
producían cereales como el trigo y el maíz, además de cultivos de vid, frutales y caña de
azúcar. Los españoles introdujeron instrumentos de trabajo como el arado y criaron caballos,
vacas, ovejas y mulas. Del ganado vacuno obtenían leche, cuero, carne y sebo. Las mulas, se
usaban para el transporte y eran objeto de comercialización importante.
Los dueños de las haciendas vivían en las ciudades y dejaban la producción en manos de
capataces. Para trabajarlas, los hacendados requerían de abundante mano de obra que no
siempre se conseguía fácilmente. En un principio, los indígenas trabajaron en ellas para pagar
sus tributos, pero la disminución de esta población obligó a los hacendados a contratar
peones asalariados.
Las estancias estaban especializadas en la producción de ganado, sobre todo vacuno. A
diferencia de las haciendas, no eran siempre de grandes dimensiones y, a menudo, contaban
con algún espacio para desarrollar actividades agrícolas complementarias. La carne obtenida
se vendía en la ciudad, mientras que los cueros comenzaron a exportarse en el siglo S, XVIII.
A finales de ese siglo, gracias a la difusión de la técnica del salado, también pudo venderse
en el exterior parte de la carne que se producía.
Entre los trabajadores de las estancias había esclavos y hombres libres que cobraban un
salario. En las estancias administradas por los jesuitas, por ejemplo, había gran cantidad de
esclavos, algunos de los cuales solían dirigir las tareas de los peones cumpliendo la función
del capataz.
LAS PLANTACIONES
La economía de plantación fue característica de las zonas de clima cálido, que formaban parte
de distintos imperios coloniales. En las Antillas, en Venezuela, en las costas de Brasil y luego
en Cuba se cultivaron caña azúcar, cacao, tabaco y algodón en un sistema que combinaba
la gran propiedad y el empleo de mano de obra esclava.
Otra característica central de la plantación era el monocultivo o especialización en un único
producto, que se exportaba en su totalidad. Por eso, y para abaratar los costos de transporte,
las plantaciones solían localizarse cerca de los puertos.
La plantación era una empresa de bastante complejidad. Requiere inversiones de importancia,
en esclavos y en maquinarias, al punto que a menudo se necesitaba la asociación de varios
inversores. La clave de la producción estaba en la administración y la coordinación de las
tareas, para aprovechar al máximo el trabajo de los esclavos. Debido a la alta mortalidad y a
la baja reproducción natural de éstos –en parte porque se compraban pocas mujeres- los
propietarios estaban obligados a reponerlos continuamente. El trato que los señores de
ingenio o sus capataces daban a los esclavos era muy duro, y, en consecuencia, era muy
común que éstos se escaparan. A veces, los fugitivos formaban pequeñas comunidades
o quilombos. Esta situación dio origen a una nueva actividad: la captura de esclavos fugados.
Fuente:
http://www.escolares.net/historia-de-chile/la-economia-colonial/
http://www.escolares.net/historia-de-chile/la-hacienda-colonial/
https://sites.google.com/site/260americacolonial/la-economia-colonial/actividadeshttp://es.wikipedia.org/wiki/Estancia
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