Tengo trastorno Bipolar y puedo decirles que quienes hemos sido

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Tengo trastorno Bipolar y puedo decirles que quienes hemos sido tocados por Ingenium, ¡ya no
somos los mismos!
Mi enfermedad empezó desde los 8 años, pero fui diagnosticada a los 26 y controlada a los 31.
He tomado más medicinas de las que puedo contar y visitado a cuanto doctor me recomendaban.
Asistí a varios grupos de personas con t. bipolar pero pronto se desintegraban por los altos
costos y nada nuevo aportaban a mi vida.
Para el 2005 Ingenium ya había puesto en marcha con gran éxito su primer programa que se
llama “De Familia a Familia que para ser sincera yo no entendía porque primero los familiares y
no nosotros quienes éramos los que cargábamos con la enfermedad, a mí esto me parecía muy
injusto. Pero como a mediados de año mi mamá me comenta que se va a abrir el primer grupo
de Colega a Colega. Me dijeron que el cupo iba a ser solo de 8 personas y que tenía que ser
bilingüe y pasar una entrevista con una psicóloga y ellos habrían de evaluar si estaba preparada
para el curso. Yo no pregunte más, a todo accedí solo quería ser aceptada, estaba realmente
nerviosa porque al ser el grupo tan pequeño sabía que mis probabilidades eran pocas, pero no sé
si fue mi insistencia, suerte o qué, pero fui aceptada.
No sabía muy bien a que iba, llegue con grandes expectativas pero a la vez con muchas ganas de
aprender y después poder ponerlo en práctica pero todas mis expectativas fueron rebasadas y
por mucho. La autora del programa de EEUU vino a Monterrey y nos fue llevando a todos por
el camino que cada uno necesitaba y salimos de ahí ocho amigos sabiendo que todos tenemos
algo muy grande en común: todos a pesar de nuestra enfermedad queremos una vida mejor.
También allí entendí por qué la importancia de que las familias se involucren para comprender y
apoyarnos mejor. Ahí vi como después de que mi mamá tomo el curso muchas situaciones se
arreglaron.
El programa De Colega a Colega fue para mí como si se me abriera el cielo. Una vez que lo
tome, aprendí a tomar responsabilidad de mi enfermedad, a no sentirme la víctima, descubrí
múltiples herramientas, desde cómo prevenir una recaída hasta como dar el próximo paso.
Cuando llegas ahí sabes que puedes hablar sin ser juzgado o sin que se rían de ti, te das cuenta
que no eres el único y que hay otros que pueden sufrir más que tú y siempre tienen una sonrisa
en sus labios y nunca se dan por vencidos.
Ingenium es el lugar donde te sientes como en casa y a mí el tomarlo me ha cambiado mi vida.
Así como a mí me transformo también he visto como otros se han transformado, personas que
llegaban y estaban en completa negación de su enfermedad, comenzaron a cambiar conforme el
programa iba avanzando. Ir viviendo esas transformaciones es algo indescriptible y los mayores
cambios se van viendo conforme pasa el tiempo. Es fascinante como todos vamos tomando las
riendas de nuestras vidas, algunos
por primera vez y otros después de muchos tiempo, son tantas historias que podría escribir un
libro.
Yo les puedo decir que cuando yo llegue a Ingenium era una persona sumamente insegura, llena
de complejos y miedos porque a mí siempre muchos doctores me dijeron que no iba a servir
para nada más que para ver la televisión y pues así como que medio me la creía, pero en el
fondo nunca me di por vencida, pero a la vez tampoco había encontrado eso que buscaba. al
llegar a Ingenium todos me brindaron una mano y ellos me ayudaron a sacar lo mejor de mí
para hacer una gran transformación, con los cursos que tome ahora soy una persona segura de
mi misma y sin miedos, realmente di un giro de 180 grados gracias a Ingenium.
Las personas como yo ahora podemos tener una vida mejor gracias al programa “De Colega a
Colega” pero para que este programa crezca necesita del apoyo económico de empresas e
instituciones y de toda persona u organización que esté dispuesta a ayudar.
Quiero decirles que todos los que hemos sido tocados por Ingenium ya no somos los mismos, de
una u otra manera nuestras vidas han cambiado. Por eso esta sociedad es muy afortunada porque
en ninguna debería de faltar una asociación como Ingenium. Nosotros nos sentimos muy
privilegiados por tener a Ingenium con nosotros, ahora tenemos que unir esfuerzos para que
podamos seguir adelante.
Gracias Ingenium por existir.
Lucia Sanjuán
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