TEMA 17 PERSPECTIVAS DEL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE LA UNIÓN BANCARIA EUROPEA 1. INTRODUCCIÓN 3 2. DESARROLLO 5 2.1 LA UNIÓN BANCARIA EUROPEA 5 2.1.1 Introducción 5 2.1.2 El single rule book 6 2.1.3 Mecanismo Único de Supervisión 8 2.1.4 Mecanismo Único de Regulación 10 2.1.5 Sistema de garantía de depósitos 13 2.2 ESPAÑA 14 2.2.1 Introducción 14 2.2.2 El impacto de la crisis 15 2.2.3 Las respuestas a la crisis 16 2.2.4 El sector bancario ante la UB 18 3. CONCLUSIONES Y RETOS 19 PENDIENTES 4. BIBLIOGRAFÍA 21 2 T. 17 PERSPECTIVAS DEL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE LA UNIÓN BANCARIA EUROPEA 1. INTRODUCCIÓN: la Unión Bancaria como nuevo marco competitivo La crisis financiera iniciada en 2007-2008 supuso un cambio de perspectiva en cuanto a la necesidad de establecer una nueva concepción respecto de una de las situaciones no resueltas en el ámbito de la UE durante los años de bonanza: la creación de una Unión Bancaria (UB de aquí en adelante) a nivel europeo. A partir de la intervención política de los distintos países europeos y de la propia UE con el objetivo de evitar el desmoronamiento financiero a nivel internacional, se comenzó a cuestionar la necesidad de establecer una UB que presentara como objetivo final la creación de un marco financiero integrado para salvaguardar la estabilidad financiera y minimizar los costes de las quiebras bancarias. Así pues la exigencia se hizo realidad cuando el 30 de mayo de 2012 la Comisión Europea promueve el proceso hacia una supervisión financiera integrada para restablecer la confianza en las entidades de crédito y en el euro mediante la creación de la UB. Este primer paso se ve reforzado por la presión en su demanda por parte de otras instituciones europeas en los siguientes meses: en junio de 2012 el Consejo Europeo propone en un informe la creación de esta Unión; el 29 de junio de 2012 los jefes de Estado y de Gobierno deciden crear un Mecanismo Único de Supervisión (MUS de aquí en adelante) para entidades de crédito; el 12 de septiembre de 2012 se presentan distintas propuestas por parte de la Comisión, etc. Todo ello hasta llegar a la adopción por parte del Consejo del Reglamento sobre el mecanismo único de supervisión con entrada en vigor el 3 de noviembre de 2013. Este proceso transcurre de manera paralela con las desastrosas noticias y desafiantes retos a los que se enfrenta la economía de la Zona Euro en estos meses. Contextualizando un poco más en detalle, dichas acciones transcurrieron mientras el mundo situaba a Europa en el ojo del huracán: España e Italia en el punto de mira de todos los agentes económicos a nivel mundial por sus graves déficits y alto coste de financiación; la constante presión de la crisis financiera griega desde 2010; la gravedad de la crisis financiera portuguesa a partir de 2011; el lastre de la crisis financiera irlandesa desde el estallido de su burbuja inmobiliaria en 2008; y por último en ese mismo año 2012, el alboroto político derivado de la solicitud de rescate del gobierno chipriota en junio de 2012. 3 4 Por tanto, en el contexto de la mayor crisis de la unión monetaria europea (UEM), con varios episodios que han puesto en serio peligro su propia supervivencia durante el último año y medio, pocas dudas existen respecto al papel que debe jugar la unión bancaria (UB) como uno de los pilares básicos de reforzamiento de la UEM, y del mercado único en general. Y si esencial se considera la UB para la supervivencia y reforzamiento del proyecto de integración europea, en el caso español cobra una especial relevancia como mecanismo imprescindible para romper el círculo vicioso que la crisis actual ha provocado entre los riesgos soberanos y los riesgos bancarios. Por ello, a nivel nacional, una vez concluido el proceso de saneamiento del sistema bancario español en el marco del programa de asistencia financiera firmado en junio de 2012, el principal reto a que el mismo deberá enfrentarse en 2014 es la efectiva entrada en funcionamiento de la Unión Bancaria (UB). Pese a que la credibilidad de la UB podría quedar en entredicho sin el desarrollo completo de los distintos elementos, lo que está fuera de toda duda es la voluntad de avance hacia la misma, lo que le otorga un carácter irreversible y debe ser tenido en cuenta por las entidades financieras españolas a la hora de formular sus planes estratégicos, en tanto en cuanto el marco de actuación para las mismas pasa a adquirir una dimensión europea. Esa dimensión no se refiere sólo a los mecanismos básicos que configuran la UB –regulación, supervisión, resolución-, sino al marco competitivo que de los mismos se va a derivar. Con esos tres mecanismos se pretende conseguir una verdadera unión bancaria, que permita una auténtica integración financiera europea en la que los agentes económicos, especialmente los más dependientes de la financiación bancaria -familias y PYMEs de forma particularmente intensa-, se puedan financiar en igualdad de condiciones, con independencia del país en que se encuentren. Actualmente, estos agentes se encuentran con unas condiciones de financiación muy diferentes entre países en la medida en que la deuda pública de cada uno de ellos actúa como “suelo” a los costes financieros de los bancos de cada país, quienes a su vez trasladan a familias y empresas esos mayores costes de financiación. Pensemos en el caso de España, muy diferente al de Alemania, cuyo bono a 10 años llegó a situarse en un interés del 7.610 el 24 de julio de 2012. 5 En palabras de nuestro Ministro de Economía, Luis de Guindos, incluso sin haberse producido la crisis financiera a nivel mundial, la UB es totalmente necesaria en el contexto europeo puesto que la mera coordinación entre supervisores y reguladores, como se ha demostrado, ha resultado insuficiente para garantizar la integración económica y financiera. La UB responde pues a una demanda tanto económica como social de los ciudadanos que necesitan desenvolver su actividad económica en un marco financiero estable, donde se prohíban las malas prácticas que provocaron el desastre financiero años atrás y evitan en el futuro que el contribuyente vuelva a pagar futuras crisis. 2. DESARROLLO 2.1. LA UNIÓN BANCARIA EUROPEA 2.1.1. Introducción Como señalamos, la UB no solo trata de resolver los problemas económicos y financieros que ha puesto de manifiesto la crisis actual, sino que forma parte de un proceso más amplio en busca de solución a las deficiencias estructurales de la Unión Económica y Monetaria (UEM). En concreto, la UB surge como una vía de solución a los siguientes dos problemas: ● La retroalimentación entre los riesgos soberanos y bancarios, que afecta fundamentalmente a las economías periféricas cuya situación financiera es débil y, por tanto, son penalizadas por los mercados. ● La fragmentación que se produce en el mercado interbancario y el mercado de capitales y que, en ambos casos, afecta a la eficacia de la política monetaria: las diferentes condiciones de coste y la reducción de las transacciones transfronterizas. Un objetivo adicional de la UB, en el que España ha tenido especial interés, era que se permitiera la capitalización directa de los bancos en crisis por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), de forma que el mismo no pasara por el Estado y no supusiera un aumento de la deuda pública. En este sentido, hemos de precisar que, de acuerdo a las instrucciones del Consejo Europeo, en el caso de que los recursos públicos no sean suficientes, se podrá proceder por medio del MEDE a la inyección directa de capital en las entidades que así lo requieran. 6 7 De momento, la resistencia de los países financiadores ha hecho que esta posibilidad sólo pueda aplicarse en el futuro, una vez que esté debidamente reglamentada. Aunque no todo el mundo maneja los mismos componentes, podemos decir que la UB tiene tres componentes básicos, distinguiendo de mayor a menor grado de desarrollo: ● El mecanismo único de supervisión (MUS), por el cual todas las entidades estén sujetas al mismo tipo de vigilancia. ● Un mecanismo único de resolución (MUR) de crisis bancarias, con su correspondiente fondo de resolución, que dicte cómo proceder con las entidades en dificultades. ● Un sistema de garantía de depósitos común, que garantice por igual los depósitos de cualquier entidad con independencia de su país de procedencia. Aunque es discutible que sea un componente de la UB como tal, pues existía previamente a las consideraciones iniciales sobre la UB, también resulta absolutamente imprescindible una unificación de la regulación bancaria en la Unión Europea (single rule book). Naturalmente, actúa como condición previa el hecho de que las normas que los citados mecanismos exijan cumplir sean las mismas en todos los Estados miembros. Cabe destacar que para que sea una auténtica unión bancaria, es decir, un entorno en el que la confianza en los depósitos sea independiente del país en el que estén ubicados, los tres mecanismos deben estar presentes. Si bien se están haciendo progresos en relación con el MUS, no cabe duda de que el MUR es su complemento indispensable y, por tanto, los dos deberían desarrollarse en paralelo. Pueden ser complementados más adelante por un sistema de protección de depósitos, pero finalmente los tres mecanismos han de estar en pie para que el sistema bancario sea verdaderamente uno. 8 2.1.2. El single rule book Como ya hemos tenido oportunidad de comentar, a la hora de configurar una verdadera unión bancaria se hace imprescindible una regulación supranacional que vertebre los principios básicos por los que se ha de regir el sector bancario europeo. En este sentido, el single rule book pretende garantizar una aplicación homogénea de Basilea III a los países de la UE, aunque permitiendo que cada estado aplique una regulación más estricta en aquellas situaciones donde se estime necesario en atención a la apreciación de perfiles de riesgo que requieran un tratamiento especial. Por lo tanto, si bien la regulación se define como única, es patente que se abre un abanico diferencial dentro del que los estados miembros pueden moverse, lo cual puede llevar a una posibilidad de arbitraje regulatoria. Por ejemplo, si un estado decidiese aumentar los requerimientos de capital para sus instituciones domésticas , las entidades de los restante estados estarían actuando en el mercado con unos requerimientos más laxos, de modo que las sucursales internacionales podrían seguir importando riesgo. Dicho lo anterior, y avanzando hacía la esencia de la regulación única, las principales consecuencias que acarreará la misma serían (i) un mayor énfasis en la calidad del capital y un aumento del capital requerido, y (ii) la introducción de nuevos colchones de capital (conservación, contracíclico y sistémico). Así pues, se produce un refuerzo del capital Tier 1 que asciende al 6% frente al 4% de Basilea II, por lo que si bien es cierto que el capital de Basile III sigue al mismo nivel que Basilea II (8%), la calidad de capital exigida es mayor. Con carácter aditivo a estos componentes, se añaden otra serie de colchones de capital, en particular, de conservación, anticíclico y sistémico. El colchón de capital de conservación consiste en capital ordinario de nivel 1 y tiene por objetivo absorber pérdidas en periodos de estrés que duren varios años. El colchón anticíclico, también capital ordinario de nivel 1, tiene por objeto proteger al sistema bancario en caso de shock relacionado con la evolución de los ciclo económicos. Por último, los colchones de riesgo sistémico, para aquellas entidades que presenten un perfil de riesgo de marcada exposición sistémica. Finalmente, citar la introducción de tres nuevas ratios regulatorias; (i) Liquidity Coverage Ratio (LCR), que garantice la cobertura frente a crisis de liquidez a corto plazo; (ii) Net 9 Stable Funding Ratio (NEFR) para la cobertura a largo plazo; y (iii) Leverage Ratio (LR) para evitar el exceso de apalancamiento con respecto del capital Tier 1. 2.1.3. Mecanismo Único de Supervisión (MUS) El día 12 de septiembre de 2013, el Parlamento Europeo dio luz verde al Mecanismo Único de Supervisión bancaria, en virtud del cual se encomiendo al Banco Central Europeo la supervisión centralizada e integral de todos los bancos que operan en la eurozona. Está previsto que la asunción de la supervisión única tenga pleno efecto en el mes de noviembre de 2014, momento en el que el BCE asumirá la supervisión directa de 130 entidades, consideradas como sistémicas a nivel europeo, e indirecta de 6.000 entidades de menor tamaño. Mientras tanto, el BCE ha iniciado un exhaustivo examen de los balances de aquellas entidades que presentan un mayor riesgo sistémico para la eurozona, y que tiene por objetivo (i) analizar el riesgo bancario de cada entidad a través del estudio de los niveles de apalancamiento, liquidez y estructura financiera; (ii) determinar cuál sea la calidad de los activos que conforman el balance de estas entidades; y (iii) someter a dichas entidades a un test de estrés en el que se disecciona tres aspectos fundamentales: la ratio de capital resultante, la exposición a la deuda soberana, y el impacto que conlleva una excesiva dependencia a la financiación de tipos bajos ofrecida por el BCE. Dotando de más profundidad su entendimiento, las ventajas que plantea el MUS son evidentes. Así, por ejemplo, se podría evitar que las autoridades nacionales incentiven a los bancos a mantener la liquidez dentro de sus fronteras a través de la adquisición deuda pública, aumentando así el riesgo en la cartera de los bancos. A su vez, es una realidad la existencia de bancos que operan en múltiples países de la Unión Europea y que por tanto pueden llegar a ser demasiado grandes para la intervención o supervisión nacional. De otra parte, puede entenderse que la supranacionalidad del BCE favorece su independencia a posibles presiones nacionales. No debemos olvidar tampoco que el MUS implica la fusión de las labores de gestión de política monetaria y de supervisión, lo cual puede reportar ventajas en el sentido de aumentar los niveles de información del BCE. No obstante, no cabe duda de que dicha fusión de actividades también puede conllevar serios riesgos y por lo tanto se entiende que ambas funciones y sus instrumentos de ejecución deberían estar separadas. 10 De otra parte, cuando hablamos de mecanismo de supervisión única, no hemos de entender que se produce una unificación sin más de los supervisores previos, sino que lo que se establece es un sistema integrado de supervisión que se desarrolla en dos niveles, en paralelo a lo que ocurre con la política monetaria de la eurozona: (y) un nivel central a cargo del BCE, y (ii) un nivel nacional que corresponderá a las autoridades supervisoras nacionales, que en el caso de España es el Banco de España. El BCE será el responsable de coordinar el sistema, y las autoridades supervisoras a nivel nacional deberán acatar sus órdenes en el ámbito del MUS. En el ejercicio de sus funciones supervisoras, el BCE será considerado como autoridad competente en los estados miembros de acuerdo con el derecho de la UE. ¿Cuáles son las funciones del MUS? En su papel como responsable del MUS a nivel central, el BCE asume funciones de supervisión en su doble ámbito, macroprudencial y macroprudencial, que en todo caso no son independientes. A nivel micro prudencial, las funciones del MUS tienen que ver con la solidez financiera de las entidades de crédito, su expansión dentro del mercado único, la adecuación de su propiedad y su buen gobierno, incluyendo la gestión de riesgos. También abarcará la intervención en las primeras fases de crisis, pero no su resolución (que corresponde al MUR). De forma sucinta, podemos decir que dichas funciones son (i) la autorización de entidades de crédito; (ii) o la revocación de la misma; (iii) ejercer de autoridad competente de un estado miembro para el establecimiento de sucursales financiera en un estado miembro no participante; (iv) evaluar la adquisición de participaciones cualificadas; (v) velar por el cumplimiento de los requisitos de liquidez, apalancamiento, fondos propios, etc.; (vi) garantizar el cumplimiento de los requisitos de gestión de riesgos, gobierno, etc.; (vii) supervisión y adopción de medidas para preservar el equilibrio y la seguridad del sistema financiero analizando entidades individuales, conglomerados financieros y matrices; y (viii) supervisión de los planes de recuperación y la intervención temprana cuando se prevea el incumplimiento de los requisitos prudenciales. 11 A nivel macroprudencial, las funciones encomendadas tienen que ver con la estabilidad financiera. Por ejemplo, se podría poner freno a un crecimiento excesivo del crédito bancario en un país. El BCE podrá oponerse razonadamente a las medidas destinadas a subsanar los riesgos sistémicos o macroprudenciales que impongan las autoridades competentes de los estados miembros, o también imponer requisitos más elevados que los aplicados por la autoridades, y aplicar medidas más rigurosas para subsanar riesgos sistémicos o macroprudenciales al nivel de la entidades. Visto lo anterior, cabe preguntarse por el alcance del MUS. Si bien es cierto que toda la dirección corresponde al BCE, el MUS implica dividir la banca en dos grupos; de una parte aquellas entidades consideradas como significativas, que estarán bajo supervisión directa del BCE, y de otra parte el resto de entidades, que estarán supervisadas por la autoridad supervisora nacional, bajo las instrucciones del BCE. Serán entidades significativas aquellas de mayor impacto económico (activos superiores a 30 mil millones de euros, o que la proporción de activos totales sobre el PIB del estado de origen sea superior al 20%), aquellas que tengan actividad transfronteriza, las tres más grandes de cada estado, y aquellas que hayan recibido ayuda pública del FEEF al MEDE. Por lo tanto, en España entorno al 70% del activo, estará directamente controlado por el BCE, debido a las ayuda recibas para la reestructuración del sector. Por último, y al hilo de la función de supervisión, aunque en directa conexión con el MUR, como ya adelantamos más arriba, el 20 de junio de 2013, el Eurogrupo aprobó el instrumento de recapitalización directa de los bancos, el cual empezará a funcionar en el momento en que el BCE asuma su papel de supervisor único, lo que está previsto que ocurra en Noviembre de 2014. El objetivo es eliminar el riesgo de contagio del sector financiero por parte de la deuda soberana mediante recapitalización directa de los bancos. Para que dicha recapitalización directa se pueda llevar a cabo, deberán concurrir las siguientes circunstancias: (i) el banco debe ser sistémico, o genera riesgo para la estabilidad de la zona euro; (ii) el estado miembro es incapaz de proporcionar asistencia financiera sin poner en peligro su posición financiera; (iii) la entidad financiera incumple con los requisitos de capital y no es capaz de atraer capital privado; y (iv) la viabilidad de la entidad puede garantizarse a partir de la inyección de capital y un plan de recapitalización. El límite de la inyección será de 60 mil millones de euros, ampliable si los consejeros del BCE lo estiman oportuno. La recapitalización se hará 12 por medio de un subsidiaria propiedad al 100% del ESM (Mecanismo de Estabilidad Europeo). 2.1.4. Mecanismo Único de Resolución (MUR) Puesto en marcha el MUS, el MUR se convierte en otro pilar básico de la unión bancaria, principalmente por sus consecuencias presupuestarias. La crisis financiera de 2008 ha obligado a los Estados a hacer frente a los agujeros en los balances de las entidades de crédito. En este sentido, el MUR pretende traspasar estos costes de los contribuyentes a los acreedores subordinados y accionistas de las entidad financieras. El MUR ha sido regulado muy recientemente en la Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria y entrará en vigor en 2015. La necesidad de un MUR ha surgido a consecuencia de la actual crisis financiera, que ha evidenciado la necesidad de articular herramientas eficaces que permitan prevenir la insolvencia, o en caso de que llegue a materializarse, permitan minimizar el impacto de sus efectos. Actualmente, las herramientas que emplean los estados miembros para evitar la insolvencia bancaria se caracterizan porque: - No hay armonización de procedimientos a nivel Europeo - Existen procedimientos para prevenir y controlar la insolvencia que se han demostrado ineficientes. Por ello, el objetivo del MUR es crear un marco que permita que cualquier tipo de institución pueda ver gestionada su caída sin riesgo para la estabilidad financiera ni coste para el contribuyente. En cuanto al ámbito de aplicación, el MUR alcanzará a bancos y empresas de inversión establecidos en la UE (incluidas las sucursales de terceros estados), con sus respectivos grupos. Para la implementación del MUR, se nombrarán Autoridades de resolución que serán designadas por cada Estado Miembro con carácter administrativo (no judicial). El papel de la EBA (European Banking Authority) consistirá en el desarrollo legislativo, coordinación, mediación y adopción de decisiones vinculantes. 13 En el esquema del MUR podemos diferenciar tres tipos de herramientas: I. Medidas preparatorias y de prevención Las entidades deben elaborar planes de recuperación mientras que las autoridades deben elaborar planes de resolución tras consultar a los supervisores. Una evaluación negativa de cualquiera de los planes anteriores daría derecho a las autoridades a solicitar diversas medidas que incluyen un posible requerimiento de modificación de la estructura legal o de emisión de pasivos elegibles. II. Medidas de intervención temprana (primeros requerimientos) Esta herramienta implica una ampliación de los poderes supervisores. Para el empleo de estas herramientas bastará con acreditar un probable incumplimiento de cualquier requisito de las directivas de adecuación de capital, ejercicio de actividad o MiFID. La intervención temprana produce el cese de la totalidad de los administradores y su sustitución por el supervisor. En caso de deterioro significativo de la situación financiera de la entidad o violaciones relevantes de la normativa se prevén fórmulas muy flexibles a caballo entre la intervención y sustitución de administradores, pudiendo o no hacerse pública. No elimina los derechos políticos de los accionistas. III. Herramientas de resolución (de una entidad no viable) Esta herramienta se concibe como una alternativa en vía administrativa a los procesos de insolvencia judicial, para lo que deben darse 3 circunstancias: - Que el supervisor presuma que la entidad no es o no va a ser viable. - Test de utilidad pública. - Que no existan otras posibilidades de recuperación (incluido el Write Down of Capital Instruments). 14 Cuando se lleve a cabo una resolución deberá buscarse la protección de las funciones esenciales, evitar impactos en la estabilidad financiera y una minimización de los costes de resolución. Los costes deben atribuirse a accionistas en primer lugar y a acreedores de forma complementaria, protegiendo los recursos públicos y a los depositantes y clientes. En cuanto a las herramientas de resolución a disposición de la autoridad de resolución, destaca la figura del administrador especial que tendría todos los poderes en la entidad, incluidos poderes para: - la venta de la entidad en conjunto o por partes, - la creación de un “banco puente” o de separar del proceso activos o grupos de activos singulares que serían administrados por un “banco malo”, y - la obligación de hacer bail-in a acreedores (que es una armonización obligatoria de la jerarquía de pasivos en resolución). Asimismo se permite el empleo de herramientas de estabilización gubernamentales (aportaciones a capital o toma de control del capital) condicionadas a episodios de crisis sistémicas y cumpliendo con el mínimo b-i del 8% y las reglas de ayudas de estado. 2.1.5. S i s t e m a d e G a r 15 antía de Depósitos En el marco de la crisis global que hemos venido atravesando a lo largo de los últimos años, los estados han considerado necesario conceder a los bancos un gran volumen de ayudas para salvaguardar la estabilidad financiera y evitar una salida masiva de depósitos que supusiese el colapso del sistema. Los gobiernos han concedido a sus bancos grandes cantidades de liquidez, garantías estatales sobre depósitos, otros pasivos e instrumentos de capital. Por todo, el proceso de intermediación financiera requiere mecanismos sólidos que garanticen a los depositantes sus ahorros, eviten los riesgos de contagio y permitan además preservar funciones básicas para la económica cuando una entidad entra en resolución. Hasta ahora, todos esos mecanismos de garantía han sido nacionales, sin embargo su capacidad es limitada, de modo que en situaciones de crisis sistémica como la actual, se pueden requerir fondos adicionales para garantizar los ahorros de los depositantes y las funciones esenciales de los bancos. No cabe duda de que cuando un estado ha generado dudas entre los inversores en cuanto a la solidez de los mecanismos de garantía, los bancos han sufrido graves problemas en forma de fuga de depósitos o imposibilidad de financiarse en los mercados de capital. A los efectos de reducir el círculo vicioso entre bancos y estados de origen, se hace necesaria la estructuración de mecanismo comunes, entre lo que se encuentran (i) el MEDE, (ii) Fondos de Resolución Bancos, (iii) Fondo de Garantía de Depósitos y (iv) Prestamista Último. En relación al MEDE, como ya hemos tenido ocasión de ver se abre la posibilidad de la recapitalización directa de entidades de crédito. Por lo que se refiere al Fondo de Resolución, tiene por objetivo aportar los fondos necesarios para resolver de forma ordenada las entidades insolventes, siendo financiado por las propias entidades financieras. No hay que olvidar que el MEDE está pensado para entidades viables, mientras que el Fondo de Resolución para aquellas entidades que no lo son, optándose por su resolución ordenada. El Fondo de Garantía de Depósitos es la garantía más importante, y permite evitar situaciones dramáticas como lo ocurrido en Chipre. Un Fondo de Garantía de Depósitos Europeo sería el último mecanismo de la unión bancaria, sin embargo, actualmente no está en la agenda políticas, siendo su ausencia sustituida por una armonización de las reglas de gobierno de los fondos de garantía nacionales asegurando que los mismos tengan el mismo nivel de capitalización, y todos los ciudadanos europeos tengan la misma protección. Cabe la 16 posibilidad de que el estado acuda al MEDE para capitalizar su Fondo de Garantía de Depósitos. 2.2. ESPAÑA 2.2.1. Introducción La evaluación efectuada por parte de la CE dentro del denominado semestre europeo constató varios desequilibrios importantes en España que debían ser corregidos, entre ellos el citado déficit público excesivo, pero sobre todo un elevado desempleo que no tiene precedentes y cuya solución ha de compaginarse en políticas compatibles con la reducción del déficit. Si bien el país no fue intervenido, sí lo ha sido su sistema bancario, de modo que existen una serie de compromisos condicionantes de la política económica: ● Un objetivo de déficit público del 4,2% para 2015 y 2,8 para 2016. ● Aumento de la transparencia en el proceso presupuestario: Creación de un Consejo Fiscal independiente. ● Medidas con respecto al creciente déficit estructural de la Seguridad Social. ● Saneamiento que propicie el crecimiento, como ya se comentará en el siguiente apartado. ● Otras reformas propuestas, todavía pendientes para España de aplicar en el 2014 como son: el sistema tributario, grandes partidas de gasto, asistencia sanitaria, alquiler de viviendas y la reforma estructural relativa a los atrasos de las AA.PP. Así, el entorno económico subyacente muestra un marco regulador de la actividad económica que va a sufrir importantes cambios en poco tiempo, en principio con el objetivo de impulsar el crecimiento y, al mismo tiempo, corregir los desequilibrios, sin garantías claras en uno u otro sentido. Esto puede hacer el negocio bancario más arriesgado, pero también le puede implicar muy directamente en el proceso de reformas atendiendo a la financiación de los nuevos negocios que surjan o de la ampliación o reconversión de los ya existentes. En este sentido, encontramos tanto amenazas como oportunidades. 17 2.2.2. El impacto de la crisis en el sector bancario español La crisis ha originado una importante concentración bancaria en España, pasando de que las 15 entidades mayores del sistema representaran el 75% del mismo en el año 2007 a que actualmente representen el 88%. Este proceso de concentración ha tenido su mayor exponente en el caso de las cajas de ahorro, integradas y transformadas en su mayoría en entidades bancarias, quedando actualmente 12 cajas de las que 45 que existían en 2007. La aludida concentración bancaria ha llevado a reducir el número de empleados y oficinas, muy sobredimensionados por el elevado crecimiento del crédito en España en los años anteriores a la crisis. Por otro lado, el sistema bancario español muestra en la actualidad una menor dependencia de la financiación mayorista con respecto a la que tenían nuestros bancos cuando comenzó la crisis. Así pues, durante los años previos a la crisis el porcentaje de depósitos minoristas disminuyó de manera progresiva, llegando al 70% al final del año 2007. A día de hoy este porcentaje se ha recuperado hasta llegar al 81%, valor similar al del año 2003. La transformación del sector bancario español a lo largo de la crisis ha sido muy significativa. Desde enero de 2008 hasta finales de 2012 el conjunto del sistema español reconoció y asumió pérdidas por un valor equivalente al 16% del PIB español (160.000 millones de euros). Además, las recapitalizaciones llevadas a cabo por los bancos españoles a lo largo de estos años han ascendido aproximadamente a unos 30.000 millones de euros. En la actualidad, el nivel de solvencia del conjunto del sistema se encuentra en torno al 10,5%, en términos de capital principal. 18 2.2.3. Las respuestas a la crisis en el sistema bancario español En el año 2008, la desconfianza de los mercados financieros sobre la situación de las entidades financieras lleva a la promulgación del Real Decreto-ley 7/2008, de 13 de octubre, que autoriza al gobierno español a apoyar la liquidez de las entidades de crédito mediante la compra de activos financieros de alta calidad, a través del Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF), y a prestar garantías públicas a las emisiones de deuda de los bancos. Un año más tarde, el Real Decreto-ley 9/2009, de 26 de junio de 2009, sobre reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito, crea el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), al que se le asigna una doble función: a) ser mecanismo de resolución de entidades no viables; y b) servir de apoyo a los procesos de integración de entidades viables. En el año 2010 se aprueba el Real Decreto-ley 11/2010, de 9 de julio, de reforma de la Ley de Cajas con el objetivo de que estas entidades de crédito alcancen una mayor profesionalización de su administración y dirección y sobre todo, permitirles el ejercicio de la actividad bancaria a través de sociedades anónimas (bancos). Ese mismo año, el 90 por 100 del sistema bancario español fue sometido al primer ejercicio de estrés de la EBA, mostrando que las entidades de crédito mayoritariamente se encontraban en ese momento en una buena posición. No obstante, el aumento de la prima de riesgo de la deuda pública española evidenciaba que tales medidas no resultaban suficientes. Por ello, y para fortalecer el sistema financiero, poco después se aprobó el Real Decreto-ley 2/2011, de 18 de febrero, que buscaba reforzar el nivel de solvencia de las entidades de crédito y acelerar los procesos de reestructuración de las entidades con problemas. Con este objetivo se estableció un mínimo de capital principal, similar a la definición de capital de máxima calificación de Basilea III (core Tier 1) del 8%. A pesar de todos estos esfuerzos, en el año 2012 los problemas de confianza en relación al valor de los activos relacionados con el sector inmobiliario persisten. De ahí la promulgación de los Reales Decreto-ley 2/2012, de 3 de febrero, de saneamiento del sistema financiero, y 18/2012, de 11 de mayo, sobre saneamiento y venta de activos inmobiliarios del sector financiero. 19 Sin embargo, los nuevos requerimientos de saneamientos complican la situación para determinadas entidades que no pueden hacer frente por sí solas a las necesidades de capital resultantes. Por ello, y con el objetivo de facilitar esta nueva recapitalización, el 25 de junio de 2012 el gobierno español solicita la asistencia financiera a la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF) y el 23 de julio de ese mismo año se firma el Memorando de Entendimiento (MoU) sobre las condiciones que debe cumplir España para recibir esta asistencia financiera, que se cuantifica en un máximo de 100.000 millones de euros. El marco legal para el proceso de recapitalización vino de la mano del la Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de crédito, que permitió que antes de finales de 2012 se procediera a la recapitalización, la reestructuración o a la resolución ordenada de los bancos no viables. En el primer trimestre de 2013 se formaliza la segregación de los activos vinculados al sector inmobiliario de los bancos que recibieron apoyo público y su transferencia a una entidad externa, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB). En el momento presente nos encontramos cerca del final del programa de asistencia financiera. El 2 de septiembre el Banco de España publicó la cuantía de las ayudas financieras públicas en el proceso de recapitalización del sistema bancario español desde que comenzó la crisis, ascendiendo éstas a un total de 61.366 millones de euros. 2.2.4. El sector bancario español ante la Unión Bancaria Las perspectivas del sistema bancario español ante la UB están condicionadas por la evolución económica y financiera de nuestro país que, pese a las mejoras recientes, sigue siendo incierta en la medida en que (i) cuenta con una tasa de paro que se constituye en principal amenaza para los activos bancarios, y (ii) se encuentra ahogada en su capacidad de crecimiento por la escasez de financiación en los sectores productivos más dinámicos y potencialmente generadores de empleo. A pesar de que la situación del sistema bancario español ha mejorado de forma muy significativa en los últimos años, no deja de ser complicada y las entidades financieras requieren de un entorno de crecimiento económico positivo y estable que favorezca su rentabilidad y solvencia. Para ello, la puesta en marcha del MUS resulta clave. 20 Tal y como está concebida actualmente, la UB llega tarde para España, que inicialmente había apostado porque se le permitiera recibir la ayuda del MEDE para sus entidades bancarias en crisis directamente por éstas, sin pasar por el Estado y, por tanto, sin aumentar su deuda pública. Frente a esa pretensión española, la reestructuración bancaria va a descansar en el sector público español (a través del FROB) como garante final de todos los fondos recibidos de Europa en concepto de asistencia financiera para la reestructuración bancaria. Por ello, hay que tener en cuenta que una buena parte del sistema bancario español se encuentra bajo la tutela del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) o ha sido recapitalizada por este organismo. Dicho en otras palabras, la UB, en su versión más completa e integradora de los sistemas bancarios europeos, sólo será relevante para el futuro, pero no para digerir los problemas heredados (“legacy assets”) de la crisis actual. El MUS es el único elemento de la UBE puesto en marcha en el corto plazo. Por ello es importante mencionar su alcance en nuestro país: A España le conviene más un MUS lo más amplio posible, en el que, sin descartar su aplicación progresiva, acaben entrando todas las entidades de crédito del área euro, además de los países de la UE de fuera de la misma que quieran voluntariamente adherirse. La segmentación del sistema bancario español por supervisor podría tener consecuencias distorsionadoras de la competencia a favor de las entidades supervisadas por el BCE, en base a su mayor credibilidad, lo que, unido al mayor tamaño de las mismas, podría aumentar todavía más su ventaja comercial y reforzar sus ratios. El reto más importante para España en estos momentos es la superación definitiva de la crisis en que se halla inmerso su sistema bancario totalmente dependiente del entorno en el que tiene lugar, y que se estabilicen las sucesivas reformas normativas del mismo, como paso previo para la normalización de la función básica de concesión de crédito y reactivación de la economía de nuestro país. 21 Así pues, la UB y el MUS específicamente deben ser contemplados como elementos que ayudan a aumentar la confianza en el sistema bancario español y como potenciador de su papel clave de reactivador del crédito a una economía local basada predominantemente en la creación de riqueza de las PYMES. En 2014 las mayores entidades del país se someterán a un nuevo ejercicio de valoración de activos (AQR) y a un posterior ejercicio de estrés. Aunque el objetivo es que todas las entidades europeas significativas accedan a la supervisión directa del BCE, existen todavía muchos interrogantes sobre los detalles prácticos de estos ejercicios. 3. CONCLUSIONES Y RETOS PENDIENTES A continuación destacamos algunos de los retos principales más inmediatos que se derivan de este proceso, así como los riesgos que habrían de paliarse: ➢ El riesgo de una unión bancaria incompleta, no coordinada o poco homogénea. ➢ Conflictos entre la política monetaria y la supervisión bancaria, argumento que fue recurrente en el pasado para mantener dichas funciones separadas. ➢ Gestión del riesgo de bancos más grandes y con mayor presencia transfronteriza ➢ Extensión de la unión bancaria más allá de la zona euro. ➢ Armonizar criterios y normas de supervisión para todos los bancos bajo la tutela del supervisor único. ➢ Integrar la supervisión macroprudencial y microprudencial. De hecho, la falta de una verdadera política macroprudencial impide anticipar y alertar sobre desequilibrios en el sistema financiero que posteriormente se extienden a la economía. Con todo, las pymes serían las más necesitadas de financiación y, por tanto, las más beneficiadas por las medidas que ampliasen sus posibilidades en esa dirección. Sin embargo, en España la financiación específica para pymes, como el capital- riesgo, los segundos mercados, incluyendo el MAB, o los instrumentos de ayuda a la misma, como la garantía recíproca, no han sido históricamente muy efectivos, por lo que se dispone de una oportunidad de que acaben siéndolo en beneficio de la economía y de las finanzas de nuestro país. 22 Por ello, también se buscan vías para incrementar la financiación no bancaria que permita o incentive el flujo de crédito hacia la economía real - pymes -, algunas de ellas señaladas en el anteproyecto de ley de fomento de la financiación empresarial: ➢ Un sistema de preaviso ➢ Mejora del funcionamiento de las Sociedades de Garantía Recíproca ➢ Régimen jurídico específico para los establecimientos financieros de crédito ➢ Mejora de la regulación de las titulizaciones en España ➢ Potenciar el funcionamiento del Mercado Alternativo Bursátil (MAB). ➢ Mejora del régimen de emisión de obligaciones ➢ Regulación del crowdfunding, basado en plataformas electrónicas que contactan directamente inversores con proyectos. El objetivo es impulsar una nueva herramienta de financiación directa de proyectos empresariales en sus fases iniciales de desarrollo, al tiempo que se protege a los inversores. 23 4. BIBLIOGRAFÍA SERRANO GARCÍA, Juan B. "El sector bancario español en el contexto de la unión bancaria". Papeles de economía española. Nº 137 (noviembre 2013) p. 718. BENZO, Álvaro. "Construir una unión bancaria". Papeles de economía española. Nº 137 (noviembre 2013) p. 28-42. GARCÍA MONTALVO, José. "La unión bancaria y el modelo de negocio de los bancos europeos". Papeles de economía española. Nº 137 (noviembre 2013) p. 57-78. CORTINA, Antonio; MARTÍN, David; RIESTRA, Tomás. "La unión bancaria desde la perspectiva de las entidades". Papeles de economía española. Nº 137 (noviembre 2013) p. 80-90. BERGES, Ángel; ONTIVEROS, Emilio; VALERO, Francisco José. "La hoja de ruta del sistema bancario español ante la unión bancaria europea". Papeles de economía española. Nº 137 (noviembre 2013) p. 122-136. 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