La hazaña de la Operación Carlota

Anuncio
04
NACIONAL
por LUIS HERNÁNDEZ SERRANO
[email protected]
LOS lazos amistosos entre la Revolución Cubana y el Movimiento
Popular para la Liberación de Angola (MPLA) tenían raíces históricas, surgidas desde que el Che,
en 1965, en nombre de la dirección del Partido y del Gobierno de
nuestra Patria, estableció los primeros contactos con ese movimiento revolucionario y con su máximo jefe y líder africano, el Doctor
Agostinho Neto.
Luego de la denominada Revolución de los Claveles en Portugal,
en 1974, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), algunos países de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los propios colonialistas portugueses, intentaron
apoderarse de Angola (recuérdese
que Portugal ya había perdido esta
posesión). Simultáneamente, los
principales aliados del imperialismo
en la vecindad de ese inmenso
territorio empezaron a moverse
amenazadoramente.
En los primeros días de octubre
de 1975 tropas de los racistas surafricanos ocuparon Cunene en la
frontera sur, mientras que por el
norte las fuerzas del régimen de
Zaire y bandas de mercenarios
reclutados en países de Europa y
EE.UU. penetraron y avanzaron hacia Luanda, la capital angolana.
Además, las principales organizaciones títeres, la llamada Unión
para la Independencia Total de Angola (Unita), dirigida por Jonas Savimbi, y el titulado Frente Nacional
de Liberación de Angola (FNLA), encabezado por Holden Roberto, recibían millones de dólares en armas
y financiamiento de todo tipo, de
Estados Unidos y sus aliados.
En esas circunstancias, Neto y
el MPLA piden a Cuba cierta cantidad de armas y un número de instructores para adiestrar en su empleo a los combatientes angolanos.
El 23 de octubre, desde sus bases en Cunene y la ocupada Namibia, fuerzas surafricanas lanzan una
invasión a gran escala contra el territorio de Angola, y avanzan rápidamente hacia Luanda, a razón de 60
o 70 kilómetros por día. Al mismo
tiempo, partiendo del norte, las tropas regulares del régimen del
corrupto Mobutu Sese Zeko, dueño
de Zaire, y mercenarios blancos se
colocan a 25 kilómetros de la capital angolana.
JUEVES
06 DE NOVIEMBRE DE 2014
juventud rebelde
La hazaña de la Operación Carlota
Más de 300 000 combatientes cubanos y miles de hermanos
africanos escribieron una página de heroísmo al incorporarse
a la lucha por la libertad de Angola
Combatientes cubanos en Cuito Cuanavale. Foto: Tomada de Cubadebate
Los primeros instructores cubanos caen en combate contra los
racistas el 3 de noviembre, cerca
de Benguele, junto a sus alumnos
angolanos de una escuela militar.
El 5 de noviembre, a solicitud
del MPLA, el Gobierno cubano decide apoyar de modo directo a los
patriotas angolanos, enfrentados a
un peligro mortal. Un batallón de
Tropas Especiales del Ministerio
del Interior (Minint) es la primera
unidad enviada a participar en un
teatro de operaciones situado a
una enorme distancia de Cuba.
Los invasores que avanzaban
desde el norte sufrieron la primera
derrota en Quifangondo, a las puertas de Luanda. Igualmente son rechazados en Cabinda, y el avance
de los racistas surafricanos también es contenido en el sur. Los
planes imperialistas se vienen al
suelo y el 11 de noviembre de
1975, Agostinho Neto proclama la
independencia de Angola y se convierte en el primer Presidente del
nuevo Estado africano.
TROPAS CUBANAS EN ACCIÓN
Tras la primera unidad, fuerzas
regulares cubanas comienzan a llegar a Angola.
«Sin vacilar —declararía Fidel en
sus conversaciones con el periodista Ignacio Ramonet— aceptamos el reto de enviar refuerzos a
Angola. Nuestros instructores no
serían abandonados a su suerte,ni
tampoco los abnegados combatientes angolanos, y mucho menos
la independencia de su patria, tras
más de 20 años de heroica lucha.
En coordinación con Neto, se
decidió el envío de tropas especiales del Minint y unidades regulares
de las FAR en completa disposición
combativa, trasladadas rápidamente por aire y mar para enfrentar la
agresión del apartheid.
Tropas cubanas herederas del
glorioso Ejército Rebelde entraban
en combate contra los ejércitos de
Sudáfrica, la mayor potencia en ese
continente, y contra Zaire, entonces
el más rico y bien armado títere de
Europa y Estados Unidos allí.
«Se inició —diría Fidel— lo que
se dio en llamarse Operación Carlota, nombre en clave de la más
justa, prolongada, masiva y exitosa
campaña militar internacionalista
de nuestro país.
«En ella —argumentó Fidel— se
forjaron mujeres de la talla de Carlota, una negra lucumí de la dotación del ingenio Triunvirato, en la
actual provincia cubana de Matanzas, que en 1843 encabezó uno de
los muchos alzamientos contra el
terrible estigma de la esclavitud y
ofrendó la vida en el empeño». Por
esa Operación, el imperio no pudo
alcanzar sus fines de escamotear
la independencia de Angola.
Unidades de tanques, abundante artillería terrestre y antiaérea,
unidades de infantería blindada
transportadas por buques de la marina mercante, se acumularon rápidamente en Angola, donde 36 000
soldados cubanos y miles de angolanos iniciaron una fulminante ofensiva hasta las fronteras del poderoso Estado del apartheid.
Allí, cuando se inició aquella ofensiva
contra los surafricanos, «(...) nuestros pilotos —precisó el Comandante en Jefe— volaban aviones de
combate de las fuerzas angolanas.
Cuando se avanzó sobre el puente
del río Queve y se cruzó al otro lado,
se emplearon contra los surafricanos aquellos Mig-21, casi al límite
de sus posibilidades».
Añadió Fidel que «atacando por
el sur al enemigo principal, lo hicieron retroceder más de mil kilómetros hasta su punto de partida en la
frontera de Angola y Namibia, enclave colonial de los racistas (...) Se
obligó a Mobutu a retirar su relativamente débil ejército algunos kilómetros, pero se atacó de inmediato al enemigo principal, que eran
los surafricanos. El 27 de marzo de
1976, el último soldado de Suráfrica abandonó el territorio angolano».
Sostuvo el Comandante en Jefe
a Ramonet que «la decisión de
enviar las fuerzas necesarias se
tomó en la noche del 4 de noviembre y ya en marzo habían viajado
todas las tropas.
«En la dirección norte, en pocas
semanas y con un número de fuerzas, las tropas regulares de Mobutu y los mercenarios fueron lanzados al otro lado de la frontera de
Zaire. Fue fulminante también»,
contó Fidel.
La victoria cubano-angolana y
también de combatientes namibios
no dejó satisfechos a los surafricanos y mucho menos a los norteamericanos, quienes se confabularon de nuevo e hicieron necesario,
en los años 80, brindar de nuevo
nuestro apoyo directo al pueblo angolano durante más de 15 años,
pese a lo acordado en el primer cronograma de honrosa retirada.
Según el propio Jefe de la Revolución, «muy pocos creyeron que
resistiríamos firmemente tantos
años. Más de 300 000 ciudadanos cubanos se ofrecieron como
voluntarios al iniciarse aquella
lucha».
También por solicitud del Gobierno angolano, nuestra patria repitió
la gran proeza de 1975. Un río de
unidades y medios de combate cruzaron rápidamente el Atlántico y desembarcaron en la costa sur de Angola para atacar al enemigo por el
sudoeste, en dirección a Namibia.
Cuba pidió al presidente José
Eduardo Dos Santos el mando de
las tropas angolanas del Frente
Sur, diría Fidel a Ramonet.
Y esta vez se habían reunido
55 000 soldados en Angola. Mientras en Cuito Cuanavale las tropas
surafricanas eran desangradas, por
el suroeste 40 000 soldados cubanos, 30 000 angolanos y unos
3 000 guerrilleros namibios de la
Swapo (Organización Popular para
la Liberación del África Suroccidental), apoyados por 600 tanques,
cientos de piezas de artillería, mil
armas antiaéreas y los Mig-23 que
se apoderaron del dominio del cielo, avanzaron hacia la frontera de
Namibia dispuestos a barrer literalmente las fuerzas surafricanas
acuarteladas en aquella dirección.
El aporte de la Operación Carlota fue decisivo para consolidar la
independencia de Angola y alcanzar la de Namibia en marzo de
1990. Fue, además, una contribución significativa a la liberación de
Zimbabwe y también a la desaparición del odioso régimen del apartheid en Suráfrica.
En fin, en Angola cumplieron misión en 15 años más de 300 000
combatientes y cerca de 50 000
colaboradores civiles cubanos.
«Fue —relataría Fidel— una extraordinaria hazaña de nuestro pueblo,muy especialmente de la juventud. A África llegaron los combatientes cubanos con la fuerza multiplicada de la Revolución,a defender
a un pueblo agredido por los mismos enemigos. Allí cayeron 2 077
compatriotas».
Así se cumplió la operación que
llevó el nombre de la negra esclava
Carlota, descuartizada por sus verdugos por el único delito de querer
ser libre.
Fuentes: Capítulo 15 de Cien horas
con Fidel. Conversaciones con Ignacio
Ramonet,, Oficina de Publicaciones del
Consejo de Estado, 2006; y La Revolución Cubana. 45 grandes momentos,,
Ocean Press, 2005.
Felicita el Partido en Villa Clara
a Telecubanacán
por NELSON GARCÍA SANTOS
SANTA CLARA, VILLA CLARA.— Los trabajadores de Telecubanacán recibieron la víspera la felicitación del Buró Provincial del Partido en ocasión del aniversario 30 de su fundación, ocurrida el 5 de noviembre de 1984.
En sus inicios fue centro regional de televisión que realizaba las transmisiones para esta provincia, Sancti Spíritus
y Cienfuegos.
Luego, en esos dos últimos territorios se crearon los
telecentros, a partir de las experiencias y la cooperación
del canal de televisión villaclareño.
El mensaje del Buró Provincial del Partido reconoce el
trabajo sobresaliente y la profesionalidad con que realizan la difusión del acontecer del territorio, y destacó que
en todos los momentos su señal acompaña a los villaclareños.
Igualmente los exhortan a continuar trabajando con calidad, sin descuidar la superación y enrumbando a los más
jóvenes trabajadores del canal por la senda del buen quehacer televisivo.
Telecubanacán ha sabido cubrir con su programación,
en gran medida, las necesidades informativas, educativas,
culturales y de entretenimiento de los televidentes.
Los trabajadores de Telecubanacán han realizado un trabajo
sobresaliente y profesional para difundir el acontecer del territorio villaclareño. Foto: Galería de Telecubanacán en Flickr
Descargar