Transgénicos: cruces entre distintos seres. ¿Monstruos o variedades superiores? Revista No. 73 En la antigüedad se creía que había un ser llamado centauro que era mitad hombre, mitad caballo. Sin embargo la ciencia logró explicar que cada ser, nace de otro ser del que hereda las mismas características. Por eso los hijos se parecen a sus padres, abuelos o parientes. Las características vienen en la herencia, en la sangre como decimos aquí. O como dicen los científicos: en los genes. Antes en la agricultura se hacían cruces entre variedades para mejorarlas. Así se han creado variedades híbridas. Con los injertos se mejoró la calidad de flores como las rosas que se lograron grandes y duraderas, o frutas como los aguacates, teniendo frutos más grandes, con cáscaras más duras, árboles que cosechan más jóvenes... Y en muchos viveros y jardines hay verdaderos expertos en injertos. Ahora la ciencia ha logrado cruzar en laboratorios seres que no son parientes, como plantas con partes de animales, o plantas con partes de microbios. A estos productos se les llama transgénicos. O sea organismos genéticamente modificados. En los países donde los producen la gente les llama productos Frankestein. Por la novela que cuenta cómo el doctor Franskestein creó en su laboratorio un monstruo con partes de delincuentes que habían muerto en la horca y que tuvo una naturaleza incontrolable. En laboratorios ya han podido cruzar... y no se rían que son informes serios. Chanchos con parte de células de gente, para lograr que la carne del chancho sea un poco más roja y con menos grasa. Una variedad de tomate, cruzada con un gen de pez, dio una variedad que resiste más días sin marchitarse. Se ha cruzado maíz con el gen de una bacteria que vive en el suelo, y se ha creado una variedad de maíz resistente a una plaga. Hay una soya modificada con el gen de un virus y el gen de una flor, esta variedad de soya es resistente a un tipo de herbicida. Hay otra variedad de soya que fue modificada con un gen de la nuez del Brasil que ha provocado reacciones alérgicas a personas que eran alérgicas a esta nuez. Por ahora no se sabe cómo el consumo de estos productos va a afectar la salud de las personas. Varios científicos dicen que pueden provocar el cáncer, desarrollar alergias, intoxicaciones, producir lesiones en los órganos y resistencia a los antibióticos o sea que ya no harán ningún efecto de cura a la persona. También afirman que existe el peligro de que estos cultivos en la naturaleza se vuelvan incontrolables como el monstruo de Frankestein. Se supone que los productos transgénicos son resistentes a las plagas, duran más tiempo sin marchitarse o tienen mejor apariencia. O que con estos productos habrá más alimento en el mundo y por lo tanto menos hambre. Sin embargo, los que están haciendo estos productos son las mismas compañías que fabrican los agroquímicos: venenos, fertilizantes y semillas mejoradas. Estas grandes compañías son la Monsanto, Du Pont. También están produciendo transgénicos la Bayer y la Pioneer pero estas compañias aparecen bajo otros nombres, porque están unidas a otras compañias. Están ofreciendo semillas transgénicas de plantas que resisten plagas y herbicidas, que dan mayor producción, son de mejor calidad. Aseguran que al cultivar estas semillas, se necesitan menos agroquímicos y por tanto suponen menos riesgo de contaminación para las personas y el ambiente. Pero... estas compañías hace 40 años ofrecieron agroquímicos con muchas ventajas para mejorar la producción, eliminar las plagas y tener más cosechas... Y el resultado después de años de uso, es que hay plagas muy resistentes, cada año mueren más personas intoxicadas o viven enfermas por usar estos productos. Los suelos y el agua están contaminados. Y los productores, año con año, tienen que comprar la semilla mejorada, perdiendo así la sabiduría de la producción de su propia semilla. Pero no piense que esto es cosa de otros países, y que no nos afecta a nosotros. Ya la mayoría de la soya y la mitad del maíz que se produce en el mundo, es de semillas transgénicas. Los países que más usan semillas transgénicas en sus cultivos, son Estados Unidos, Canadá y Argentina. La mayoría de países prohiben el uso de productos transgénicos; tres cuartas partes de los países del mundo no permiten su uso. Sin embargo hay 42 países que han firmado leyes que los autorizan. Entre esos países está Nicaragua, que en octubre del año pasado aprobó la ley número 318. Esta ley en su artículo primero, objeto de la ley, dice: “Se permite la introducción al país de variedades vegetales manipuladas genéticamente”. La Liga de Defensa del Consumidor Nicaragüense, LIDECONIC, presentó un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia, para pedir que esta ley no se aplique, mientras se estudia a fondo si esos productos causan daños a la salud o a la naturaleza. También se está pidiendo que se informe a la población cuáles de los productos que hay disponibles en el país, son de origen transgénico. Para que cada quién decida si los usa o no. Si usted está interesado en conocer más sobre este asunto, haga su enlace en Managua con LIDECONIC al teléfono 270 4626.