ciencia //T15 TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 5 de octubre de 2013 Merrick permanece en el mismo hospital donde murió a los 27 años, en abril de 1890, tras haberse dislocado el cuello por el peso de su cabeza. El esqueleto se mantiene bajo llave en un pequeño museo en la escuela de medicina del Royal London Hospital. Desentrañando los secretos del hombre elefante El hombre elefante, Joseph Merrick, fue objeto de curiosidad y ridículo durante su vida, la que fue estudiada, espoleada y examinada por el orden médico victoriano. Ahora, 123 años después de su muerte, los científicos creen que sus huesos contienen secretos sobre su condición, que podrían beneficiar a la ciencia. TEXTO: Andrew Bomford/BBC J OSEPH MERRICK comenzó a desarrollarse anormalmente desde una edad temprana; con el tiempo, fue embaucado por circenses victorianos y examinado por médicos inquisitivos. La causa de su cabeza malformada, de su columna curvada, de su piel “abultada” y de su brazo y mano derechos excesivamente crecidos nunca ha sido explicada. Irónicamente, fue la preservación de su esqueleto la que ahora está causando los mayores problemas para desentrañar los secretos de su cuerpo. “El esqueleto, que ahora tiene más de cien años, está en realidad muy limpio”, dice el profesor Richard Trembath, subdirector de salud en la Universidad Queen Mary de Londres y custodio del cuerpo de Merrick. “Esto representa un problema significativo. El esqueleto se suele blanquear durante el proceso de conservación y la lejía no es un buen químico para que el ADN se exponga. Esto nos da un problema adicional, al tratar de extraer cantidades suficientes de ADN para llevar a cabo la secuenciación”, agrega. La esperanza es, sin embargo, que el ADN se pueda extraer, lo que determinará de una vez por todas exactamente cuál era la condición genética que sufría Merrick. Ha habido varias teorías. Durante muchos años se pensó que sufría de neurofibromatosis tipo 1, pero en los últimos años los médicos han llegado a creer que tenía una condición conocida como síndrome de Proteus o, probablemente, una combinación de ambas enfermedades. Un equipo de genetistas de la Universidad Queen Mary de Londres, el Kings Co- llege de Londres y el Museo de Historia Natural está trabajando en nuevas técnicas para extraer ADN de osamentas de edades similares, que también fueron blanqueadas, antes de comenzar a trabajar en el esqueleto de Merrick. Están ansiosos por mantener al mínimo cualquier daño adicional a los huesos. En ocasiones, la lejía es usada en los laboratorios para eliminar trazas de ADN, por lo que en muchos sentidos es lo peor que se les puede hacer a los huesos, si el objetivo es extraer información genética. La condición genética de los restos de Ricardo III -enterrado durante cientos de años bajo de un estacionamiento en Leicester- está de hecho en mejores condiciones que la de los restos de Merrick. Su extrema deformidad se ve claramente en su esqueleto, pero está confinada a ciertas partes del cuerpo. Su cráneo tiene grandes protuberancias óseas en la parte frontal de la sien y en el lado derecho. El brazo y la mano derechos son mucho más grandes que el izquierdo, lo que parece normal, y su fémur derecho (hueso superior de la pierna) es mucho más grande y más grueso que el izquierdo. Su columna vertebral está muy curvada, causando que todo el cuerpo esté encorvado. “Cuando Merrick se estaba formando en el vientre de su madre, es muy probable que se haya producido una alteración genética, pero no hasta después de que el espermatozoide y el óvulo se hayan unido; probablemente en una etapa en que había sólo un cierto número de células, algunas de las cuales deben haber contribuido a sus problemas”, dice Trembath. El esqueleto se mantiene bajo llave en un pequeño museo en la escuela de medicina del Royal London Hospital y normalmente no está en exposición pública. Es el mismo hospital donde Merrick pasó sus últimos años, como amigo y paciente del prominente cirujano victoriano Frederick Treves, y es el lugar donde murió a los 27 años, en abril de 1890. De acuerdo a Treves, Merrick murió por haberse dislocado el cuello, al acostarse a dormir, debido al enorme peso de su cabeza. Su genética El equipo de genetistas que busca extraer su ADN es liderado por el doctor Michael Simpson, del King’s College de Londres. En su laboratorio, él ha estado trabajando en segmentos óseos para desarrollar nuevas técnicas de obtención de información genética a partir de fragmentos gravemente blanqueados. El equipo ha tenido éxito en la obtención de ADN, pero sigue trabajando en métodos para “limpiar” suficientemente el material genético dañado, para así obtener una secuencia genética completa. Esto es importante para ver exactamente dónde aparecen las mutaciones en el código genético de Merrick. Para complicar aún más las cosas, Simpson cree que los huesos además fueron encerados, lo que también podría haber afectado al ADN. “Habrá algunos desafíos”, admite Simpson, en una especie de eufemismo, “pero con un poco más de optimización, estoy seguro de que tendremos éxito. Deberíamos tener una buena oportunidad de secuenciar el genoma”. La técnica implica la perforación y la obtención de una pequeña cantidad de polvo óseo, tratarlo con detergentes y enzimas para extraer la proteína, y luego retirarle el ADN. Cuando el trabajo comience en el esqueleto de Merrick, la intención es hacer comparaciones entre el ADN de las zonas óseas distorsionadas y el material genético en los huesos normales. Se han identificado dos áreas principales para la perforación: el interior de su cráneo y la raíz de uno de sus dientes. Además de la curiosidad científica sobre la condición de Merrick, Trembath cree que los resultados podrían ayudar a la ciencia médica moderna y a su conocimiento sobre la división celular. “Este es un crecimiento de tejido muy significativo”, dice, mientras examina los tumores en el cráneo. “La comprensión de la regulación del crecimiento celular es una de las cosas más fundamentales que tenemos que entender. Se encuentra detrás del desarrollo de tumores y necesitamos entender más acerca de cómo éstos se desarrollan”. Trembath señala que el mismo Merrick estaba dispuesto a ayudar a los médicos victorianos con su investigación científica. Después de más de un siglo, el trabajo continúa. “Tengo la sensación de que él es un socio siempre dispuesto a tratar de ayudarnos a conseguirlo. Esta es una de las formas más extremas de crecimiento excesivo que alguna vez se haya visto, por lo que es una oportunidad única para obtener algunas ideas fundamentales sobre la biología humana, y Merrick sabía que estaba sentado sobre ese tipo de información”.T