Noticias acerca de la pervivencia de la población árabe

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DIVERSIDAD
JUNIO 2012
#4, AÑO 3
ISSN 2250-5792
Noticias acerca de la pervivencia de la
población árabe-hablante en la España
de los siglos XVI y XVII a través de la
mirada de los viajeros extranjeros
Dr. Arq. FERNANDO MARTÍNEZ NESPRAL
UNTREF
[email protected]
Resumen
El presente trabajo se propone aportar una nueva herramienta tendiente a la reinterpretación del papel de la población árabe-hablante
en la España de los siglos XVI y XVII, utilizando como fuente las
impresiones sobre la temática en los textos de viajeros extranjeros
que recorrieron la Península durante el período en cuestión.
La mirada de los extranjeros, que por su natural alteridad tienden a
señalar lo diferente, resulta un atractivo “revelador” que con singular
interés detecta y destaca todos los rasgos característicos de la cultura
hispanoárabe como la pervivencia de su arte, creencias y costumbres entre los hispano-hablantes1, pero con mayor énfasis aún, los
viajeros señalan la presencia de comunidades árabe-hablantes como
singular marca de lo diverso en un territorio mayoritariamente occidentalizado.
Más allá de que la existencia de estas comunidades es conocida y
se encuentra ampliamente estudiada en la historiografía, entendemos como propusimos al inicio, que las revelaciones de la fuente de
viajeros nos permitirán advertir de manera más evidente la enorme
trascendencia que representaron los árabe-hablantes en la España de
Cervantes.
Palabras clave: Árabe-hablantes, España, Siglos XVI-XVII, Viajeros
A esta temática he dedicado la mayor parte de mi carrera, véase como síntesis
la publicación surgida a partir de mi tesis doctoral: Fernando Martínez Nespral;
Un juego de espejos, rasgos mudéjares de la arquitectura y el habitar en la España de los siglos XVI-XVII; Nobuko, Buenos Aires, 2007.
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News about the Arabic-speaking
population survival in Spain during
the centuries XVI and XVII through de
foreign travelers view
Dr. Arq. FERNANDO MARTÍNEZ NESPRAL
UNTREF
[email protected]
Abstract
This work proposes to bring a new tool tending to a re interpretation
of the Arabic speaking population´s role in Spain during centuries
XVI and XVII, using as a source the foreign travelers texts which
went round the Peninsula during the period we are working on.
The foreigners´ view, which its nature tends to point the different,
results a revealing attractive which a particular interest detects and
flashlights all its characteristic features about the Hispanic Arabic
culture as its art´s survival, believes and customs between the Hispanic speakers2, but with strong emphasis, still in the travelers who point the presence of the Arabic speaking communities as a particular
otherness sign in its territory mainly turned into the West.
Beyond the existence of these communities the historiography is
well known and it´s enlarged studied, we understand as we said at
the beginning of this abstract, that the revelations of the travelers
sources will allow us to warn in a more evident way the thoughtful
measure of the huge significance that the Arabic speakers represented in Cervantes´Spain.
Keywords: Arabic speakers, Spain, Centuries XVI- XVII, Travelers
I have dedicated most part of my career to this topic, see as a summary the
publication emerged from mi doctoral thesis: Fernando Martínez Nespral : A
game of mirrors, Mudejar features in the architecture and the living in Spain
during centuries XVI- XVII; Nobuko, Buenos Aires, 2007.
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Introducción
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Si bien en términos político-militares la guerra entre los reinos cristianos y musulmanes de la península ibérica estaba concluida a favor
de los primeros ya en el siglo XIII, la población hispana árabe-hablante, primero musulmana en las comunidades mudéjares, y luego
cristiana nueva tras su conversión por la que fueron denominados
“moriscos”, subsistió casi cuatro siglos más hasta su expulsión en la
primera mitad del XVII (1609-1615), expulsión que por otra parte
no fue plenamente efectiva.
Como muestra al respecto, Jordi Nadal3 rescata que aún en 1567 se
dio a conocer una pragmática actualizando órdenes anteriores sobre
la ilicitud del uso de la lengua y la vestimenta árabe. La sola necesidad de las actualizaciones en la normativa relativa a estas prohibiciones muy anteriores demuestra su ineficiencia y por ende la pervivencia de tales costumbres. Recordemos también que esos mismos
grupos que hablaban y vestían como árabes fueron los moriscos que
se revelaron en las Alpujarras en 1568-70.
No es lógico no advertir un componente tan vigente de la sociedad
española del momento, y no fue así para los viajeros quienes con
especial énfasis lo señalan.
Los árabe-hablantes españoles en el siglo XVI
Siguiendo un trabajo relativamente reciente pero ya clásico como
la “Historia de los moriscos” de A. Domínguez Ortiz y B. Vincent,
podremos ver como las singularidades propias de la comunidad árabe-hablante en la España del XVI eran causales de su alto grado de
exposición pública y por ende de una especial “visibilidad” de los
extranjeros.
“Su infidelidad era notoria; también su negativa a la integración.
Ningún peligro corría quien los vituperase de tener encuentros fastidiosos con autoridades oficiales o poderosos señores.”4
Este tema cobra especial valor cuando observamos los relatos referidos a los inicios del siglo XVI donde son abundantes las referencias
al uso cotidiano de la lengua árabe a un nivel masivo en comunidades recientemente reconquistadas.
Jordi Nadal; España en su cenit (1516-1598); Crítica; Barcelona; 2001; pág.
129
3
Antonio Domínguez Ortiz, y Bernard Vincent; Historia de los moriscos;
Alianza, Madrid, 1984.
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Sirvan a estos efectos la siguiente cita de Lalaing (1501) en el reino
de Granada:
“Pero no encontraron allí ni hombre ni mujer que supiesen hablar
sino moro.”5
Y de Navagero (1523) en la misma región:
“Los moriscos hablan su antigua y nativa lengua.”6
Más sorprendente aún es encontrar este tipo de aseveraciones en el
relato de Cock (1585) ya de finales del XVI, sobre una villa cercana
a Villareal, luego de las Alpujarras y en pleno reinado del Rey Prudente:
“Son todos los moradores de este valle moros, que aún usan su lengua, costumbres y doctrina y tienen grandísimo odio a los cristianos, de tal manera que viendo algunas veces galeras de moros a la
costa, osan cometer cualquier hecho, y se saben muy claramente
que muchas veces han sido partes en saquear lugares comarcanos y
perder la campaña y rescatar la gente cristiana.”7
Como hemos visto, numerosos viajeros señalan la abundancia de
población morisca, y estas observaciones que contrastan con las muy
limitadas sobre otro grupo contemporáneo como el de los judeoconversos, pues como explica el ya citado Domínguez Ortiz:
“Los descendientes de judíos trataron de pasar desapercibidos, trataron de fundirse con la masa mayoritaria y acabaron cumpliendo
su objetivo. Por otra parte, entre ellos había familias notables, gentes encumbradas. Sacar a la luz sus vergüenzas tenía que parecer un
gesto de mal gusto, incluso un delito...”8
Los árabe-hablantes españoles en el siglo XVII
Encontrar multitudes de árabe-hablantes en la España del XVI, pareciera comprensible, al fin y al cabo, más allá de las persecuciones
como el uso obligatorio de distintivos en la indumentaria, el encierro
en guetos y la estricta fiscalización del cumplimiento de sus prácti-
Antonio de Lalaing; “Primer viaje de Felipe el Hermoso a España en 1501”;
en J. García Mercadal; Viajes de extranjeros por España y Portugal, Junta de
Castilla y León, Salamanca, 1999, Tomo 1, pág 445
5
Andrés Navagero; “Viaje por España”, en J. García Mercadal; Op. Cit., Tomo
2, pág 31
6 Enrique Cock; “Anales del año ochenta y cinco” en J. García Mercadal; Op.
Cit.; Tomo 2; pág 554
7 Antonio Domínguez Ortiz, y Bernard Vincent; Historia de los moriscos;
Alianza, Madrid, 1984.
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cas religiosas como cristianos nuevos, la expulsión de los moriscos
tuvo lugar recién a principios del XVII.
Por ello merecen atención las siguientes tres citas de Joly (16031604), pues dan cuenta de una muy significativa presencia de árabehablantes en una época distante más de un siglo de la toma de Granada, posterior al sofocamiento de la revuelta de las Alpujarras y casi
en vísperas de los decretos de expulsión:
“Casi todos sus súbditos eran moriscos, de los que veréis aquí su
antiguo origen.”9
“Me aseguraron que en el reino de Valencia había setenta mil casas
de moros.”10
“Allí supe que en todo Aragón hay veinticinco mil familias de
moriscos.”11
Reflejando cómo tal situación afectaba diversas regiones y en absoluta coincidencia en cuanto a las estimaciones de los estudios históricos actuales que sitúan también a Valencia con algo más del doble
de moriscos que Aragón12. Recordemos que hacia fines de XVI y
principios del XVII la población morisca era mayoría en los reinos
de Granada y Valencia y una minoría significativa en Aragón.
Pero es si ya muy llamativo que a fines del XVII, en un momento
en que ya no quedaban árabe-hablantes ni moriscos declarados, se
pueda seguir rastreando su presencia.
Y es justamente un viajero árabe quien reconoce entre los súbditos
españoles de Jerez a descendientes de los moriscos que se intentara
expulsar:
“La mayor parte de su población trae su origen de los andalus (musulmanes de España) y de sus notables que se hicieron cristianos;
son cultivadores y labradores.”13
Esto se debe a que fueron más que frecuentes diversas y reiteradas
maniobras encubiertas para permitir la continuidad de familias moriscas más allá de las limitaciones legales y los controles de limpieza
de sangre, siendo causales muchas veces de la existencia de “secretos a voces” por los cuales los árabe-hablantes y sus descendientes
Bartolomé Joly; “Viaje hecho por M. Bartolomé Joly” en: J. García Mercadal; Op. Cit.; tomo 2; p. 715
9
10
11
Bartolomé Joly; “Op. Cit”; en: J. García Mercadal; Op. Cit.; tomo 2; p. 717
Bartolomé Joly; “Op. Cit”; en: J. García Mercadal; Op. Cit.; tomo 2; p. 720
Antonio Domínguez Ortiz, y Bernard Vincent; Historia de los moriscos;
Alianza, Madrid, 1984.
12
Un Embajador marroquí; “Del Puerto de la montaña de Tarec” en; J. García
Mercadal; Op. Cit.; tomo 4; p. 289
13
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permanecieron en la Península mucho más allá de lo permitido por
la normativa.
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Ello fue incluso tomado en broma en la impagable carta de Conrado
de Bemelberg titulada sugestivamente: “Las doce particularidades
de España” y fechada en 1599, pocos años antes de la expulsión:
Dr. Arq. FERNANDO MARTÍNEZ NESPRAL
“La décima, todos en España son cristianos viejos, sin los moriscos,
quorum non est numerus.”14
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Y el mismo autor suma una muy expresiva apreciación de carácter
étnico que define a las claras la España matizada de la que hablara
Juan Goytisolo:
“Hay lindos caballeros, aunque un poco morenitos.”15
A manera de conclusión
Para concluir con estas observaciones, presentaremos dos citas de
Brunel (1665), seleccionadas de entre muchas otras de diversos autores, que ponen de manifiesto cómo aún contemporáneamente a los
hechos, por lo menos los extranjeros tenían plena conciencia de las
consecuencias negativas para la sociedad española en su conjunto
que tuviera la expulsión de los moriscos españoles tantas veces denunciada en la actualidad por numerosos historiadores entre otros
aspectos por sus irreversibles consecuencias económicas16:
“Pero lo que remató su desolación fue la expulsión general de los
moriscos.”
“Por eso es seguro que ese edicto privó al rey de España de multitud
de buenos y ricos súbditos que no tenían el espíritu turbulento y que
habrían podido, con el tiempo, llegar al conocimiento y a la profesión del cristianismo.”17
Todo lo antedicho demuestra que la presencia de árabe-hablantes
en el entorno cultural de los siglos XVI y XVII representaba mucho
más que la influencia de un agente externo o pasado, sino que más
bien conforma un rasgo notorio de una sociedad integrada por un
Conrado de Bemelberg; “Carta de un alemán” en: J. García Mercadal; Op.
Cit.; tomo 2; p. 656
14
Conrado de Bemelberg; “Carta de un alemán” en: J. García Mercadal; Op.
Cit.; tomo 2; p. 655
15
“La expulsión de los moriscos produjo la disminución casi por completo de
la producción de seda que representaba, a la vez, la materia prima de la industria
más desarrollada y el producto de exportación de mayor valor”. Bartolomé Bennassar; La España del siglo de oro; Crítica; Barcelona; 1994; pág. 182
16
Antonio de Brunel; “Viaje de España” en: J. García Mercadal; Op. Cit.; tomo
3; p. 273
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colectivo social hispano-árabe presente y vigente, un hecho que los
estudios sobre la época no pueden ni deben soslayar.
Fecha de recepción: Mayo de 2012
Fecha de aceptación: Junio de 2012
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