Miércoles 27.11.13 EL DIARIO VASCO 8 INNOVA+ Iker Hernández, a la izquierda, con miembros de su equipo en la sede de Enigmedia. :: LOBO ALTUNA Matemáticas contra el imperio de los espías La empresa donostiarra Enigmedia desarrolla un sistema para proteger las comunicaciones telefónicas y por internet de ataques a la privacidad JAVIER GUILLENEA SAN SEBASTIÁN. Gerard Vidal freía aceite en un laboratorio y al estudiar cómo se dispersaban las gotas tras saltar del recipiente se topó con nuevas ecuaciones matemáticas. Fue el comienzo de una aventura que emprendió con dos compañeros de estudios, Iker Hernández y Carlos Tomás Moro, con quienes en 2011 fundó en San Sebastián Enigmedia. Aquellas tres personas son ahora catorce. Conforman un equipo integrado por científicos, hackers e ingenieros que ha desarrollado un nuevo algoritmo de cifrado para blindar las telecomunicaciones digitales de los espionajes tan de moda en los últimos tiempos. Desde su creación, la empresa ha trabajado para poner a punto tecnología de cifrado basada en la teoría del caos que permite ofrecer a sus clientes «un nivel de seguridad equiparable a la criptografía cuántica». Tras mucha investigación y varias patentes, Enigmedia está preparada para ofrecer su producto. «Es un sistema que permite hacer llamadas y videollamadas de forma segura», explica Iker Hernández, gerente de la joven compañía. En términos más estrictos, se trata de «un skype seguro, un sistema plataforma de videoconferencia a través de internet en alta definición para smartphone, tablet, PC y TV» que permite establecer comunicaciones con total seguridad y confidencialidad. El producto está a disposición tanto de particulares como del mundo de los negocios. Los primeros podrán descargar en sus móviles una aplicación que garantiza la protección de sus comunicaciones y de la persona a la que se llame. Por su parte, las empresas recibirán un kit de desarrollo de software y Enigmedia se encargará de su mantenimiento. Desde su nacimiento, la empresa no ha dejado de acumular premios. Ha ganado varios concursos de emprendedores, el pasado mes de mayo recibió el Premio Toribio Echeverria en la categoría de nue- va empresa y en junio se hizo con el premio Emprendedor XXI en Euskadi. Pero el mayor regalo lo ha recibido de forma inesperada con la decisión del exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU Edward Snowden de revelar las prácticas de espionaje de su gobierno. Gobiernos y empresas El 6 de junio aparecieron las primeras informaciones que desvelaban que los servicios de información estadounidenses han espiado masivamente durante años las comunicaciones telefónicas y mensajes vía internet de miles de personas, entre ellas mandatarios de la Unión Europea. «Un día después –recuerda Iker Hernández– se duplicaron las entradas en nuestra web, la mayor parte de fuera de España». Las filtraciones de Snowden pusieron de relieve que nadie en este planeta está a salvo de pinchazos telefónicos, como bien se apresuraron a comprender quienes comenzaron a llamar a las puertas de Enigmedia. «Nos han llegado peticiones de varios gobiernos latinoamerica- nos a través de consultoras y en las empresas españolas ha aumentado mucho el interés por la criptografía», afirma Iker Hernández, que se niega a aportar más detalles sobre la identidad de sus potenciales clientes. «Hay cosas que no puedo decir», responde. Enigmedia debe su nombre a la máquina Enigma, utilizada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial para enviar mensajes en clave. Los códigos fueron descifrados por Alan Turing, un genial mate- EN DATOS 14 personas forman parte de la plantilla de Enigmedia. Entre ellos hay científicos, hackers e ingenieros que han sometido a prueba el sistema durante meses hasta comprobar que «es el más seguro» de los que existen en la actualidad. mático que, según Iker, «no podría romper» las claves que utiliza la empresa donostiarra. Setecientos cerrojos «Durante meses hemos puesto a prueba el sistema y hemos comprobado la resistencia de nuestro cifrado. Hoy por hoy –sostiene el gerente de Enigmedia– no existe ningún método matemático que sirva para romper nuestras claves; el único ataque posible es la fuerza bruta y tardarían veinte años». El problema es que si hoy no existe ningún método matemático sí que puede existir mañana, y de eso son conscientes los responsables de la empresa, que no ofrecen una seguridad al cien por cien y que se ven obligados a evolucionar constantemente. «No nos centramos en decir que nuestro producto es el más seguro del mundo, sino que es el más seguro posible y además es sencillo a la hora de ser utilizado. Las medidas de seguridad tienen que ser lógicas sin caer en la paranoia porque puedes poner setecientos cerrojos en una puerta pero al final acabas usando solo uno por comodidad». ¿Y de qué nos podemos proteger? Iker Hernández distingue entre cuatro tipos de espionaje. Está el de los gobiernos, «el menos grave de todos porque, aunque afecta a la moral de la población, no te causa daños económicos a no ser que seas una empresa grande». Algo más cercano es el espionaje entre empresas o el que realiza una compañía a sus propios empleados con el sencillo sistema de pincharles las llamadas. En tercer lugar Iker sitúa a las empresas que espían a particulares, como el periódico sensacionalista británico News of the World, que en el juicio al que se vio sometido por espionaje llegó a interceptar los móviles de los testigos. Por último, añade el gerente de Enigmedia, «está el mercado negro de sistemas de espionaje entre particulares. La mayor parte son virus, pero otros funcionan de verdad». Este breve listado demuestra que, en el fondo, el mundo está lleno de espías y que es cierta esa leyenda que atribuye a las paredes la facultad de escuchar. Como dice Iker Hernández, «todos quieren saber lo que hacen los demás».