Investigación histórica del BCH - chapultepec.org.mx – Probosque

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“PROYECTO BOSQUE DE CHAPULTEPEC”
1ª. Sección
INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
ÁREAS A INTERVENIR
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Antiguo Acceso al Bosque (Casa del Guardabosque)
Alberca de Moctezuma
Acueducto de Chapultepec
Tribuna Monumental
Obelisco a los Niños Héroes
Fuente de la Templanza
Arq. Alfonso Hueytletl Torres
Lic. Sonia A. Gutiérrez Salinas
Ing. José Antonio Martínez Sánchez
Julio, 2004
INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
ÉPOCA PREHISPÁNICA Y COLONIAL
Antecedentes.Algunos autores coinciden en que los
primeros hombres que llegaron al cerro
de Chapultepec, buscaban una cueva
maravillosa
denominada
Cincalco.
Fray Diego Durán comenta que este
era un sitio: “muy ameno y recreable,
donde los hombres vivían siempre, sin
morir, y que, era el lugar de las aguas
muy cristalinas y claras y de mucha
fertilidad
de
todo
género
de
bastimentos y frescura de rosas y
Foto 1
flores.” 1
El Códice Antonio Techialoyan nos muestra un cerro cubierto por chapulines, lo
cual demuestra gráficamente el origen etimológico de la palabra Chapultepec. Sin
embargo, existen autores que defienden la tesis de que el nombre proviene de la
forma de un chapulín, un montículo de doble meseta con diferentes alturas.
Durante la etapa prehispánica, la importancia del
cerro de Chapultepec, no sólo
fue por considerarse una
residencia física sino además
religioso, lugar en el que
adoraban a sus dioses.
Gracias a los manantiales, fue
también una fuente de vida
para los primitivos mexicanos.
Foto 2
En cuanto a testimonios materiales o construcciones levantadas por los mexicas,
se tienen pocas noticias. El principal levantamiento arquitectónico fue el templo
1
también llamado teocalli, que coronaba la cúspide del cerro. Según algunas
fuentes históricas, fue construido durante el mandato de Huitzilihuitl, este templo
no sólo tenía una función sagrada, sino que también servía como fortaleza en
caso de ataque. Según Antonio de León y Gama, a finales de siglo XVIII, existían
restos de un observatorio ó meridiano solar en la parte alta del cerro.
A finales de 1428 Netzahualcóyotl, tras vencer al reino de Atzcapotzalco, decide
residir en Chapultepec, donde construye su palacio. Para la realización de esta
tarea recibió la colaboración de sus aliados los mexicas. Los historiadores le
atribuyen, a este rey, la canalización de las albercas y la construcción del primer
acueducto de piedra que llevó las aguas a la gran Tenochtítlan, actualmente
Ciudad de México, hasta la llegada de los españoles.
Los Acueductos.Algunos autores afirman que
en 1465, siendo rey de
México-Tenochtítlan, Axayácatl, principió la construcción
de un acueducto para llevar el
agua de las albercas de
Chapultepec a la ciudad, esta
obra duró aproximadamente
un año. Según algunos investigadores, el acueducto prehispánico era mayor que el
reconstruido por el virrey
Bucareli, del que aún podemos
apreciar veinte arcos de pie
sobre la avenida Chapultepec.
Foto 3
No solamente Axayácatl, los demás emperadores mexicanos también residieron
en Chapultepec. Para facilitar su traslado a la ciudad, trazaron y terraplenaron la
calzada que aún existe.
Este acueducto estaba compuesto por dos ductos de argamasa, por el primero
corría el agua, mientras que el segundo se reservaba para cuando el primero se
desazolvara. Otro acueducto fue edificado por Moctezuma II, ó Moctezuma
Xocoyotzin, el cual se encontraba todavía en pie a la llegada los españoles; este
partía de las albercas de Chapultepec y entraba a la ciudad por la arquería de la
Tlaxpana y San Cosme, del cual aún quedan vestigios. En el siglo XVII, el
Marqués de Montes Claros hizo construir también un acueducto en la calzada de
Chapultepec, el cual se terminó en 1620.
2
Según las leyendas, se le atribuye al rey Netzahualcóyotl, la plantación de una
extensa zona de ahuehuetes, así como la construcción de las albercas que
captaban el agua que brotaba de los manantiales del cerro.
En los Anales de Cuauhtitlán se menciona lo siguiente: “En el año calli (1465,
aproximadamente) se comenzó por primera vez la obra pública en Tenochtítlan
México. Se empezó a hacer el acueducto de Chapoltepec, que entra en
Tenochtítlan. El que reinaba en Tenochtítlan era Moteucomatzin el viejo; y quién
ayudó a la obra del acueducto fue Nezahualcoyotzin, Rey de Tetzcoco. ” 2 Según
las crónicas, las obras terminaron en el año 13 conejo, es decir 1466.
Según las palabras del historiador Clavijero, el día 26 de julio 1521, los españoles
marcharon rumbo al cerro de Chapultepec con el fin de cortar el paso de agua a la
ciudad. El plan de Cortés era dirigir tres columnas de choque por las principales
calzadas, conservando la comunicación entre los suyos por tierra y aislando a los
habitantes de Tenochtítlan por medio de bergantes y de la obstrucción de las
calzadas. Ante la necesidad del vital líquido, la Ciudad de Tenochtítlan, cayó el 13
de agosto del mismo año.
Una vez establecida la calma, se procedió a repartir los solares, Hernán Cortés
personalmente se adjudicó el bosque y el cerro de Chapultepec. Algunos autores
aseguran que construyó en la cima una fortaleza que después se convirtió en
fábrica de pólvora; sin embargo, no ha podido comprobarse si se llevó a cabo ó
no esta obra. El historiador Rubén Campos, afirma categóricamente que: “…una
vez dueño del bosque el Conquistador deliberó con Diego de Ordaz acerca de la
conveniencia de levantar en la cumbre del cerro una fortificación para defenderse
de los mexicanos, por si, aliados estos con otros pueblos circundantes de las
lagunas pretendían reconquistar la capital del Imperio, poco después se construyó
la fortificación.” 3 La parte norte del cerro fue cedida al capitán Julián Jaramillo,
más tarde marido de Marina (La Malinche).
La distribución de los solares, produjo un gran descontento entre los
conquistadores españoles, razón por la cual, el ayuntamiento de la Ciudad de
México, tomó cartas en el asunto, y obtuvo de Carlos V una Cédula Real,
expedida el 25 de junio de 1530, donde se manifestaba que el Bosque de
Chapultepec, desde ese momento y a perpetuidad, pasaría a ser propiedad de la
Ciudad de México como lugar de recreo y esparcimiento de sus habitantes, por lo
tanto quedaba automáticamente eliminado de la lista de propiedades de Don
Hernán Cortés.
En 1572 por disposiciones expresas del virrey Martín Enríquez de Almanza, se
hizo llegar el agua de Santa Fe hasta la falda norte del Cerro de Chapultepec y
desde ahí se repartió a los vecinos en canoas, no fue sino hasta medio siglo
después en que se terminó el acueducto.
Por un expediente del ramo Ríos y Acequias del A. G. N., se pudo saber que el
proyecto incluía, por una parte, la construcción de una pileta ó alberca para
3
represar el agua del manantial, y una atarjea a flor de tierra para conducir el
líquido desde su nacimiento, en Santa Fe, hasta el suroeste de Chapultepec. Por
otra parte, un segundo ducto sobre la arquería, que desde este punto seguía el
curso de la cerca que rodeaba a los manantiales del cerro, hasta el sitio donde
comenzaba el acueducto viejo, la obra no llegó concluirse, los trabajos se
suspendieron al llegar a los manantiales situados en la falda norte del cerro, punto
en donde se unían los dos acueductos.
El primer acueducto llamado de la Tlaxpana, se conocía también con los nombres
de Santa Fe ó el de La Verónica, este acueducto pasaba por Chapultepec y
seguía por la calzada de la Verónica, de ahí su nombre (hoy Avenida Melchor
Ocampo), hasta llegar a la calle que ahora conocemos como Calzada de Tacuba;
de ahí cambiaba su rumbo hacia el oriente, por la actual Avenida Hidalgo, hasta
llegar al puente de la Mariscala, en lo que hoy es la calle Ángela Peralta,
ubicándose en la esquina de esta calle y la Alameda Central. Sabemos que este
acueducto se componía por más de 1000 arcos.
Foto 4
Foto 5
El acueducto de Santa Fe corría de occidente a
oriente.
Su construcción se inició durante el
período del Virrey Juan de Mendoza y Luna,
Marqués de Monteclaros, quien gobernó de 1603 a
1607; comenzó edificándose una arquería de
mampostería que dicho virrey dejó terminada hasta
la altura del convento de San Cosme. La obra se
4
interrumpió en 1609, durante el gobierno del Virrey Diego Fernández de Córdoba,
Marqués de Guadalcázar. El acueducto tuvo un costo de cincuenta mil pesos.
El segundo acueducto era conocido como de Belem, llamado así porque en su
trayectoria pasaba frente al convento (recogimiento de mujeres) que ostentaba el
mismo nombre; se originaba en los manantiales que existieron al pie del cerro del
Chapulín, entraba por la parte meridional y recorría lo que es hoy la Ave.
Chapultepec hasta llegar a la Ciudad.
Foto 6
Esta importante obra hidráulica contaba con 904
arcos, de los cuales se conservan, hoy en día,
un tramo con más de 20 arcos en pie, ubicados
en Ave. Chapultepec; así como también se
conservan sus dos fuentes, la inicial y la
terminal, ubicado en la plaza del Salto del Agua.
Cuenta con una inscripción labrada donde
puede leerse que este acueducto fue concluido
bajo el gobierno del Virrey D. Antonio María de
Bucareli y Usúa el 20 de mayo de 1779. Cabe
aclarar que la fuente terminal que se encuentra
en esta plazuela, es una réplica, ya que la
original se encuentra ubicada en el Museo del
Virreinato en Tepotzotlán, Edo. de México.
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La trayectoria que seguía el acueducto de Belem, parece ser la misma del
acueducto prehispánico, construido por Netzahualcóyotl, puede decirse que
aunque su construcción (arcos y fuentes), data de la época colonial su traza es
mucho anterior. Como ya habíamos mencionado anteriormente, algunas fuentes
aseguran que el virrey Bucareli reconstruye el acueducto sobre los restos del
antiguo.
Las Albercas.Diversos investigadores, analizando documentos históricos como el Códice
Mexicanus y el Códice Azcatitlán, así como interpretaciones de otros autores,
como Domingo Francisco de San Antón Chimalpain, Rivera Cambas, Jesús
Romero Flores y Alfonso Teja Zabre, hacen referencia a los denominados Baños
de Moctezuma, cuya construcción fue realizada aprovechando el agua que
brotaba del subsuelo.
Gracias a estas fuentes naturales y a la llegada de los mexicas, se dan los
primeros trabajos del sistema hidráulico para la distribución del agua hacia la
ciudad de Tenochtítlan. Desde un principio, Chapultepec fue considerado un
jardín sagrado, así como un lugar de esparcimiento y recreo de gobernantes,
motivo por el cual se inicia la construcción de los estanques.
Los manantiales de Chapultepec estaban situados en la falda suroriente del cerro.
Algunas fuentes bibliográficas los llaman albercas ó estanques aludiendo a las
cajas de mampostería que recogían el agua.
Los historiadores y arqueólogos, comentan tres albercas principales: La Alberca
de Moctezuma, Los Baños de Moctezuma y la de Los Nadadores. Cada una fue
cambiando de nombre dependiendo de la época.
6
En el Códice Chapultepec se menciona cómo Moctezuma I, ó Moctezuma
Ilhuicamina, mandó construir su alberca conocida desde entonces como “de
Moctezuma o Alberca Chica” junto a lo que fuera su palacio. Se han encontrado
datos que demuestran la existencia de un acueducto edificado mucho antes del
reino de este monarca.
Al momento de la conquista, el agua de los manantiales de Santa Fe regaba la
parte occidental de Chapultepec, así lo declararon algunos indios a un funcionario
del Ayuntamiento de la Ciudad de México, quien a su vez informó al Cabildo el 28
de octubre de 1538.
Foto 13
Existen varios documentos gráficos que muestran la localización de los Baños de
Moctezuma ó Alberca Grande (no debe confundirse con la alberca de
Moctezuma), estos se denominaron de diversas maneras, así podemos mencionar
que en alguna época se conocieron como La Alberca del Licenciado de Espinoza
ó del Conde de Peñazco (siglo XVIII), ya que se encontraban dentro de su
propiedad. Por el aspecto característico del paisaje también se llamaron
Manantiales ó Alberca de los Llorones, debido a la gran cantidad de sauces
llorones que los delimitaban; o bien bajo el nombre de los gobernantes que los
disfrutaban se conocieron como Baños de Moctezuma ó Baños de Maximiliano
(siglo XIX).
La alberca llamada de Moctezuma, que administraba el agua gorda a la ciudad,
tenía treinta varas de perímetro y poco más de siete de profundidad; la alberca
grande medía cien varas, aproximadamente, de circunferencia. Por último, la
tercera alberca, donde se encontraban los baños que durante muchos años dieron
7
servicio al público, la más extensa, aunque de poca profundidad. Esta última era
conocida como de los Nadadores;
algunos autores afirman esta alberca se
ubica dentro de lo que conocemos
actualmente como la Col. Condesa. Los
manantiales de las tres albercas eran los
mismos. En 1870 se vació la alberca de
Moctezuma, que es la que estaba más
arriba de todas, como consecuencia bajó
mucho el nivel del agua en las otras dos y
brotó menos agua de los pozos
artesianos de la ciudad. Con ese hecho,
quedó comprobada la comunicación entre
las tres albercas.
Foto 14
Durante las excavaciones hechas por el Departamento del Distrito Federal, en
1974, realizadas con motivo de las obras de Circuito Interior y del Drenaje
Profundo de la Ciudad de México, se abrió una zanja a través del Bosque, la cual
lo cruzaba por el sector oriente en dirección norte-sur. En la exploración se
encontraron hallazgos arqueológicos importantes, como algunas manifestaciones
desde la época prehispánica hasta la colonial. En esta zona se localizó otra
alberca con características muy particulares, ya que contenía cinco más en su
interior, una dentro de la otra sucesivamente. La primera de ellas databa del siglo
XVI; de las cinco restantes, se desconoce la época en que fueron construidas.
Dentro de este perímetro, se encontraron numerosos fragmentos de tubería, gran
cantidad de cerámica tanto prehispánica como colonial, y algunas esculturas
prehispánicas de Dioses.
En un artículo informativo de 1976, los arqueólogos Rubén Cabrera, María
Antonieta Cervantes y Felipe Solís, indican que descubrieron seis cajas de agua,
que fueron construidas una dentro de otra conforme se reducía el caudal, de tal
manera que de la más antigua dicen no saber la forma que tenía porque estaba
muy destruida. Lo único que queda, reportaron, es un gran rectángulo con las
esquinas redondeadas de más ó menos 15 metros por lado y de 1.35 metros de
altura. El brocal estaba recubierto por lajas amarradas con fibra de mezcal. Los
antropólogos piensan que muchas de las lajas provienen seguramente de
estructuras prehispánicas; ellos mismos fechan la alberca en el siglo XVI.
José Mancebo Benfield, en su estudio sobre las lomas de Chapultepec, menciona
la existencia de otra posible ubicación de los famosos baños de Moctezuma, y nos
dice: tengo indicios importantes de que, en la plazoleta que se ha formado junto al
manantial de Santa Fe, existen enterradas las ruinas del baño del Emperador
Moctezuma, y valdría la pena hacer la búsqueda y el estudio de esos placeres que
han corrido el destino de los baños que el Emperador tenía en Chapultepec, baños
que conocí cuando era niño, y que han sido bárbaramente cegados para
establecer caballerizas. Según este autor los baños de Moctezuma se localizaban
8
en el espacio donde se encontraba el Molino de Belem, nos dice que en el año de
1955 fueron cubiertos para establecer las caballerizas de una academia militar
particular, y concluye que no existía un solo sitio de placer, sino de varios baños
para uso privado del emperador Moctezuma.
Francisco Javier Clavijero
nos comenta que en el lugar
donde los virreyes edificaron
su palacio se conservaban
dos piscinas construidas por
los mexicas en tiempo de
sus gobernantes; lo que nos
hace pensar que una de
estas pudiera corresponder a
los Baños de Moctezuma.
Como
se
mencionó
anteriormente, la mansión
fue construida en el sitio
donde se encontraba el
palacio de Netzahualcóyotl,
lo cual reafirma la teoría de
Foto 15
Clavijero.
Las excavaciones que pretendían encontrar el famoso tesoro de Moctezuma,
depositado en uno de los manantiales como ofrenda a sus dioses, hallaron
oposición, ya que se temía que se perdiera el agua de las albercas como en 1744,
yéndose por las grietas abiertas. Estas fueron suspendidas definitivamente en
1775. A pesar de estas medidas, las albercas fueron disminuyendo sus caudales
de agua hasta finales del siglo XIX, época en la que fue decretada la demolición
del acueducto de la calzada de Chapultepec, actualmente avenida Chapultepec,
por lo que fue preciso recurrir a otras fuentes más lejanas para el abastecimiento
del vital líquido a la ciudad.
Debido al descuido del bosque, ocasionado
principalmente por movimientos políticos y
falta de presupuesto, a mediados del siglo
XIX se descubrió que los cimientos de tres
paredes de la alberca de Moctezuma
amenazaban con desplomarse. Fue el
momento en que fue descubierta, en uno
de los cuartos subterráneos, la existencia
de una lápida esculpida en tezontle negro
con la siguiente inscripción: AÑO DE
MDLVII.
Foto 16
9
En su libro Manuel Rivera Cambas no dice que “en 1870, se hicieron trabajos en
la cimentación de la Alberca de Moctezuma, la cual se dice era la más alta, al
vaciar dicha alberca se observó que el nivel de agua en los baños bajo
considerablemente y en la alberca llamada de los Llorones quedo completamente
seca, por este hecho se determinó que los contenedores están comunicados entre
si.” 4 A su vez Alfonso Teja y Zabre refiere que “…hacia el sur está el manantial
llamado Baño de Moctezuma y también Baño de Maximiliano, rodeado por un
muro y una reja y las orillas cubiertas de flores.” 5
Por lo anterior podemos suponer que el muro y la
reja, forman parte de las remodelaciones que se
hicieron a principios del siglo XX, durante el
gobierno del General Porfirio Díaz, siendo
secretario el Lic. Ives Limantour, como parte de los
trabajos destinados al embellecimiento de los
alrededores de Chapultepec.
Foto 17
Las albercas de Chapultepec fueron
famosas durante cuatro siglos, ya que
ellas abastecían el agua a la ciudad de
México.
Hoy están clausuradas y
rodeadas por rejas de hierro, se
conservan como un recuerdo histórico.
En la alberca grande, que surtió durante
años una gran parte de la ciudad, fue
donde según la leyenda se depositaron
fabulosas riquezas.
Foto 18
El Bosque.Chapultepec fue siempre codiciado por sus aguas potables, independientemente
del carácter sagrado que estas tenían; esto puede deducirse cuando leemos a
Bernal Díaz del Castillo, ya que cuando este autor menciona algo sobre
Chapultepec, sus palabras están relacionadas siempre con sus aguas. Es
indudable que la importancia del contenido haya tenido como consecuencia la
construcción de las albercas y acueductos, y que estas sean de las obras más
trascendentes del bosque.
Una vez consumada la conquista, los españoles designaron al bosque de
Chapultepec como un sitio de recreo virreinal, como se mencionó, construyeron
una casa veraniega en el lugar donde se encontraba el antiguo Palacio de
Netzahualcóyotl, además sobre el adoratorio de la cumbre, edificaron una ermita
10
dedicada a San Francisco Xavier, esto, bajo lo que ahora se denomina El
Caballero Alto, localizado en el Alcazar del Castillo de Chapultepec.
Otros autores como Jesús Romero Flores y Miguel Ángel Fernández, no
concuerdan con esta teoría y afirman que el edificio que se construyó en la cima
del cerro fue una capilla dedicada a San Miguel Arcángel, y que se erigió sobre el
trazo que actualmente ocupa el tiro del elevador de acceso al Castillo. Los
documentos que se conservan no son suficientes para determinar si se trata de la
misma construcción, pero basándose en la ubicación puede suponerse que esta
fue rebautizada.
Por disposición del rey Carlos V, se creó el Virreinato de la Nueva España, el 15
de octubre de 1535 llegó a estas tierras D. Antonio de Mendoza, quien fue acogido
bajo el cargo de virrey, desempeñando sus funciones durante 15 años.
El segundo virrey fue D. Luis de Velasco, quien fue el primer gobernante que se
ocupó del Bosque de Chapultepec. Según algunos autores, dedicó el bosque al
emperador Carlos V, colocando una lápida sobre la puerta principal de acceso,
donde se podía leer lo siguiente: D. LUIS DE VELASCO, VIRREY DE ESTA
NUEVA ESPAÑA, DEDICA A SU SOBERANO ESTE BOSQUE, LUGAR DE
RECREO PUBLICO HERMOSO POR SU FRONDOSIDAD Y FÁBRICAS,
desafortunadamente se desconoce el paradero de esta placa.
En 1818, se trató de enajenar el bosque, sin embargo, la ciudad de México se
opuso, en virtud del inalienable derecho de propiedad que había adquirido.
La disposición anterior no fue acatada, los virreyes al igual que los emperadores
aztecas eligieron a Chapultepec como sitio de recreo, a pesar de que pertenecía
oficialmente a la Ciudad de México y a sus habitantes. El bosque fue cercado con
el pretexto de proteger los manantiales que surtían el agua a la Ciudad, además
para que los cazadores no tuvieran acceso al bosque, ya que la caza en el sitio
sólo era privilegio de los virreyes.
El deseo de los españoles de reemplazar lo autóctono por lo peninsular, llevó a
estos a continuar, de cierto modo, las tradiciones mexicas. Como es el caso de lo
expresado en el párrafo anterior, además, edificaron sus nuevas construcciones
sobre las ruinas, tal como ocurrió con el Antiguo Palacio de Netzahualcóyotl, que
fue sustituido por la mansión campestre, este conjunto fue completado por un
redondel taurino. En esa finca se llevaban a cabo lujosas fiestas para recibir a los
nuevos virreyes y presentarlos ante la corte. El derroche de recurso fue tal que la
Corona Española ordenó en 1739 la suspensión de dichos festejos.
Haciendo alusión a estos festejos, existe un biombo de madera, colección del
Banco Nacional de México, elaborado en la Nueva España y pintado por ambos
11
lados, en el que se representa
una de estas fiestas. Sobre la
cara anterior de la obra, las
figuras principales visten a
semejanza de la época de Luís
XIV y por el reverso se
encuentra
una
escena
típicamente mexicana.
El
conjunto representa el arribo
del trigésimo cuarto virrey de la
Nueva España, D. Francisco
Fernández de la Cueva, duque
de Alburquerque, el cual se
alojó en la mansión de Chapultepec, recibiendo todas las
atenciones, incluyendo una
corrida de toros, celebrada el
28 de noviembre.
Foto 19
Hacia 1766 el edificio se encontraba abandonado y prácticamente en ruinas. El
virrey Francisco de Croix solicitó al Rey de España, Carlos III, la autorización para
reparar la antigua mansión veraniega. Se calculó que el costo de la restauración
no excedería de doce mil pesos. Sin embargo, el permiso no llegó sino hasta
1771, cuando gobernaba ya Antonio María de Bucareli, este consideró que el
gasto de la reparación era excesivo, por lo cual negó la realización de los trabajos.
Así la construcción permaneció hasta su destrucción total en 1784, fecha en que
hizo explosión una fábrica de pólvora vecina.
Ese mismo año, el cuadragésimo octavo virrey de la Nueva España, Bucareli
declararía: “…varias veces he reconocido por mi el deplorable estado en que halla
la casa (al pie del cerro), cercas y bosque de Chapultepec: la primera inhabitable,
la segunda en el suelo y el tercero talado y destruido…”, 6 estas palabras fueron
la pauta para la petición que vendría años después por parte del virrey D. Matías
de Gálvez sobre la construcción de un edificio en la cima del cerro.
Hasta finales de la época virreinal, el bosque de Chapultepec se limitaba al norte
por la Hacienda de los Morales y los ranchos de Polanco y Anzures, los cuales se
encontraban separados por el camino que conducía hacia Cuajimalpa y por el que
también corría la arquería del acueducto de Santa Fe. Al oriente, se encontraba el
pueblo de San Miguel y sus ejidos, los cuales se ubican en lo que hoy es la
colonia Cuauhtémoc, limitado por la Calzada de la Verónica. Al sur, el bosque
estaba limitado por la Hacienda de la Condesa y el rancho de Cartagena, hasta la
calzada del Chivatito; y al poniente por el Molino del Rey.
12
Foto 20
SIGLOS XIX Y XX
Durante el siglo XIX se decretó la demolición del acueducto de la avenida
Chapultepec, esto trajo como consecuencia que las albercas, que se encontraban
fuera del bosque, quedaran exhaustas, por lo que tuvo que recurrirse a otros
medios para llevar agua a la Ciudad. Lo cual repercutió en la fisonomía del
bosque, ya que al desaparecer los manantiales y los cinco lagos, se provocó una
disminución de la humedad y un drástico cambio climático, ocasionando que la
vegetación existente perdiera altura, una de sus principales características.
En la actualidad podemos apreciar algunos árboles viejos con más de setecientos
años de antigüedad, los cuales nos dan una idea de cómo fue su desarrollo en
otras épocas. Dichos árboles llegaban a tener poco más de doce y medio metros
de perímetro, por aproximadamente cuatro metros de altura; un ejemplo de ellos
es el ahuehuete conocido como El Sargento (antes el Rey), que se localiza frente
a la Tribuna Monumental. Otro cambio registrado fue la desaparición de algunos
animales salvajes, otros se encuentran en vías de extinción.
Durante el gobierno del presidente Guadalupe Victoria, se inició la creación de un
jardín botánico, en el espacio que actualmente ocupa el Museo de Arte Moderno,
desafortunadamente por su alto costo no fue posible concluirlo.
Años después, se iniciaron obras de mejoramiento emprendidas por Maximiliano
de Habsburgo, no sólo destinadas a su residencia. A el se debe que en 1866, se
realizara la traza de la calzada que une en línea recta las puertas de Chapultepec
13
con el Palacio Nacional; esto fue ideado como consecuencia de los constantes
viajes que el emperador realizara en el cumplimiento de sus funciones. Para ello
se compraron varios terrenos entre la Alameda y el pie del cerro. Esta calzada
tenía en su primera glorieta la estatua de Carlos IV, mejor conocida como El
Caballito; esta avenida recibió el nombre de Paseo ó Calzada del Emperador, con
el triunfo de la República se le cambiaría el nombre por Paseo de la Reforma.
El gobernante, no se conformó con que el nuevo Paseo llegara sólo hasta al pie
del bosque, deseaba que se iniciara desde las puertas de su palacio. El ascenso
al edificio se hallaba por el lado sur,
por lo tanto, mandó construir una
rampa que circunda la ladera, de
manera que llegara hasta la
explanada superior por el lado
occidental, camino al que se le colocó
un empedrado y más de 30 elegantes
faroles de gas sobre columnas de
fierro (rampa que se usa actualmente
para que el visitante llegue al Castillo
de Chapultepec).
Foto 21
El archiduque Maximiliano quiso que Chapultepec fuera una residencia
verdaderamente señorial. Le encargó al Arq. mexicano Ramón Rodríguez
Arangoiti, un proyecto de reconstrucción que se cumplió casi en su totalidad,
desde entonces datan la mayor parte de las habitaciones que hoy existen, así
como los jardines aéreos.
Asimismo le encomendó un proyecto de
embellecimiento del bosque.
A partir de este momento se inicia la remodelación
del bosque; la zona abandonada que se encontraba
detrás de la casa fue limpiada.
Se abrieron
pequeñas calles y avenidas que facilitaban el
recorrido dentro del bosque. Maximiliano, que era
aficionado al estudio de los animales, mandó crear
un zoológico, una pajarera e hizo renovar la cueva
(túnel del elevador). En el zoológico habitaban
animales tales como venados, águilas, tigres,
tejones y cacomixtles. Como iniciativa de la
emperatriz Carlota se construyó una estrecha
escalinata de más de 100 gradas en el costado sur.
Foto 22
14
Al pie del cerro se ubicaban las habitaciones del la Guardia Imperial, los macheros
y las caballerizas. A su vez, en los límites del bosque, cerca del Molino del Rey,
se levantó una fundición adaptada para las necesidades del Imperio.
Durante el régimen de Porfirio Díaz, el bosque fue ampliado en su lado norte
adquiriendo nuevos terrenos, teniendo como límite la prolongación de la Avenida
Reforma hacia las Lomas. También se pavimentó la rampa de acceso y se
abrieron nuevas calles y calzadas entre la maleza (calzadas como la de los
artistas, de los filósofos, de los poetas, entre otras), se crearon lagos artificiales, y
se remodelo el zoológico, se reconstruyó la Casa del Guardabosque (ó antiguo
acceso) y el restaurante Chapultepec (ubicado en el lugar donde anteriormente se
ubicaba el Museo de la Flora y Fauna).
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En 1880, la Asociación del Colegio Militar, con el
patrocinio de los presidentes Díaz y Manuel González
G, encargó a Ramón Rodríguez Arangoiti el proyecto
y la construcción de un monumento para conmemorar
las gloriosas jornadas de Molino del Rey y de
Chapultepec. Manuel Francisco Álvarez lo describe
como un: “…artístico monumento erigido en
Chapultepec a la memoria de los alumnos del Colegio
Militar que murieron como héroes en la invasión
americana el 13 de septiembre de 1847…” 7, en esta
columna aparece el nombre de Arangoiti, ya que fue
alumno de esa institución durante esta invasión, en la cual resultó herido. Según
la descripción de Rubén Campos este monumento esta construido “…con piedra
Chiluca, tiene seis metros de altura y lo forma un zócalo de basalto, un pedestal
decorado con hojas de acanto y vástagos de encina y laurel, una columna
monolítica que tiene esculpidos los nombres de los alumnos muertos
15
heroicamente en el asalto del castillo, y está coronado por un cubo de piedra que
ostenta, en un alto relieve, las armas nacionales, dentro de coronas de ciprés y
laurel con águilas de oro. 8 (Foto 25)
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Foto 27
También en 1880 el bosque fue delimitado en
su lado sur, por medio de unas rejas de
hierro; se demolieron los dos acueductos
restantes, el de Chapultepec y el de Santa
Fe. Años más tarde fue construida la llamada
Tribuna Monumental, en lado sureste del
cerro, para conmemorar las acciones del
Molino del Rey y Chapultepec, actualmente Foto 28
destinada al servicio público.
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Durante esta etapa, fue edificada una residencia enclavada en la roca viva de la
colina en su parte sur-oriente, destinada para el Director del Colegio Militar. Hasta
el año 2002 esta construcción albergó a la Dirección de Estudios Históricos del
Instituto Nacional de Antropología e Historia. Actualmente se encuentra ocupada
por la Dirección del Museo Nacional de Historia, del INAH. También se realizó la
construcción de la Casa de Guardias, a la entrada a la rampa (conocida como
Casa de los Espejos).
En 1883, se eliminó el picadero como parte integral del antiguo Colegio Militar,
reubicándose en el lugar que hoy ocupa la Galería de Historia, conocido como
Museo del Caracol.
Durante el periodo de José Ives Limantour, como ministro de Gobernación, se
formó el lago artificial más grande con una fuente-surtidor en forma de roca y una
isla al centro, donde se colocó una réplica de la Victoria de Samotracia. En su
orilla occidental se construyó La Casa del Lago, finca de verano de los
presidentes, posteriormente Instituto de Biología, en la actualidad, Centro de
Difusión Cultural de la UNAM.
Algunas de las obras que no llegaron a realizarse en el bosque de Chapultepec
fueron: el proyecto para un Arco Monumental, cuyo autor fue Carl Gangolf,
elaborado en abril de 1866; otro fue un proyecto para la realización de una fuente
de estilo clásico, de autor desconocido; de ambos proyectos se cuenta con dibujos
y planos.
En 1916, el presidente Venustiano Carranza, encomendó al Arq. Antonio Rivas
Mercado, un proyecto para mejorar la distribución arquitectónica del Castillo, parte
del mismo fue la demolición del Anexo del Colegio Militar, localizada en el ala
poniente. Se hicieron numerosas obras de embellecimiento del bosque, se trazó
el jardín y las avenidas delimitándolas con palmeras, fuentes, arroyos y cascadas;
finalmente se construyó el magnífico pórtico que marca el acceso al bosque por el
Paseo de la Reforma, y que decoran dos leones de bronce, obra del escultor
francés Gardel, los cuales en un principio, estaban destinados a la escalera
monumental del Palacio Legislativo (actual Monumento a la Revolución), obra que
nunca llegó a concluirse.
Durante el periodo del presidente Álvaro Obregón, en el terreno ocupado por el
anexo del Colegio Militar, ordenó la colocación de dos grandes pérgolas, rodeadas
por un fastuoso jardín, frente a estas dos construcciones, mandó erigir un
monumento más en honor a los héroes de 1847, obra del escultor Ignacio
Asúnsolo, diseñado por el arquitecto Luis Mac Gregor. Igualmente se ordenó la
construcción de una escalera que uniera la terraza noroeste con la rampa y se
acordó el traslado de la fuente colonial (inicio del Acueducto), del sitio que
ocupaba en la glorieta sobre la intersección de Ave. Chapultepec y Calzada
Tacubaya, al que ocupa en la actualidad a la entrada sureste del parque.
17
Al presidente Pascual Ortiz Rubio, le correspondió inaugurar la escalera noroeste
del edificio, conocida como Escalera de Serpientes, proyectada y comenzada
durante el gobierno del General Obregón; así como La Gruta que se localiza en el
mismo lado.
La escultura de la Templanza fue realizada, en
1910, por el artista Enrique Guerra, nacido en
Jalapa, Ver. A iniciativa del Pres. Pascual Ortiz
Rubio, en noviembre de 1931, se colocó sobre un
pedestal, en el centro de la fuente, donde
actualmente puede apreciarse.
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Durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, se amplió el bosque en la
parte poniente del cerro, con la adquisición de los terrenos del antiguo rancho de
La Hormiga, ubicado a un costado del Molino del Rey.
El Castillo de Chapultepec es el más antiguo de los museos dentro del bosque.
“En 1939, por decreto del entonces presidente, General Lázaro Cárdenas, el
edificio que había ordenado levantar el Conde de Gálvez pasó a depender del
Instituto Nacional de Antropología e Historia. La vieja mansión virreinal quedó
destinada como sede del Museo Nacional de Historia. Un año más tarde, el 20 de
noviembre de 1940, se decretó que la parte del Alcázar debía conservar su
aspecto residencial, aún cuando la Residencia Oficial del Presidente de la
18
República se trasladaba a la casa llamada Los Pinos, antigua residencia solariega
de la familia Martínez del Río, que también era conocida como La Hormiga; en
este rancho de Tacubaya, ubicado junto al Molino del Rey, todavía en los predios
del bosque, había vivido entre 1920 y 1923 el entonces Secretario de Gobernación
General Plutarco Elías Calles con su numerosa familia.” 9
El bosque se ha enriquecido con diversos monumentos, fuentes (como la Fuente
Colonial ó del Quijote y la de la Templanza), estatuas, auditorios y museos, lo que
ha hecho que el bosque no sólo sea un parque recreativo sino además un espacio
cultural.
“En el Castillo de Chapultepec, los trabajos de planeación e instalación
museográficas demoraron varios años en llevarse a cabo, y no fue sino hasta el 27
de septiembre de 1944 cuando el presidente en turno, General Manuel Ávila
Camacho, pudo inaugurar este museo dedicado a difundir nuestra historia patria.”
10
Tres días después de la inauguración del Museo de Antropología e Historia, se
inaugura otra obra de Ramírez Vázquez El Museo de Arte Moderno, sitio
destinado al Museo de la Flora y la Fauna durante el porfiriato; cercano al
monumento más reciente consagrado a los Niños Héroes, diseñado por el Arq.
Enrique Aragón Echeagaray por el escultor Ernesto Tamariz, en 1952.
En 1960 se inaugura la Galería de Historia, localizada sobre la rampa que
conduce la Castillo. Este edificio fue construido sobre el antiguo picadero
perteneciente al Colegio Militar.
Además de los museos, el Bosque ofrece otras alternativas culturales, como el
Audiorama localizado en la parte trasera de la Tribuna Monumental y la Casa del
Lago, así como recreativas como el Zoológico, el Centro de Convivencia Infantil y
la Casa de los Espejos, entre otras.
EN LA ACTUALIDAD
Hoy en día, el acceso al Castillo, puede ser de dos formas, la primera por medio
de una rampa que parte de la ladera sur del bosque y ciñe en espiral a la colina,
llegando casi al ángulo sureste de la llamada Plaza de Armas. La segunda a
través de una escalinata de más de cien peraltes, conocida como Escalera de
Carlota, ubicada al pie del cerro, en su parte sureste, la cual fue una de las obras
realizadas durante el imperio de Maximiliano.
El paso de los años ha producido cambios notables, algunos de ellos originados
por la recesión del manto acuífero del Valle de México. Es indudable que el
Bosque de Chapultepec se encuentra en peligro de extinción. La concentración
de las multitudes, la mancha urbana que crece a su alrededor, el mal uso del
19
espacio y las continuas agresiones del hombre a su propio entorno, hacen que el
bosque de los ahuehuetes pierda notoriamente su equilibrio natural.
A lo anterior debe agregarse la insuficiente vegetación, la desaparición de muchas
especies de su variada fauna y a la ruina de sus árboles, debe además añadirse la
contaminación ambiental, la ausencia de viento suficiente, el reducido sistema de
riego, y la presencia de lluvia ácida en la ciudad de México.
No olvidemos que se trata de la supervivencia de un escenario ecológico, de valor
nacional y un punto de referencia histórico.
Miguel Ángel Fernández nos comenta que alguien escribió alguna vez: “…esa
zona desempeña una función importante al disminuir la contaminación del ruido,
pues las ondas de alta frecuencia son absorbidas, reflejadas y desviadas por las
hojas, ramas y troncos, y los sonidos de baja frecuencia son absorbidos por el
suelo, la tierra, la cubierta vegetal y el pasto.” 11
Es probable que el Bosque de Chapultepec pudiera recobrar su aspecto anterior si
se tomaran las medidas adecuadas, se podría comenzar, por ejemplo, con un
programa permanente de saneamiento del suelo y de conservación –que impulse
la optimización de la función ecológica–, una mejor selección de plantas más
resistentes, la ampliación de la vigilancia en el bosque, y un mejor control de
vendedores ambulantes.
En 1838, el conocido Calendario de Galván cuestionaba el misterioso pasado de
Chapultepec, y suplicaba una investigación sobre los orígenes de un sitio tan
especial:
“Cerca de una legua de distancia al Oeste de la ciudad de Mégico se
eleva majestuosamente una pequeña colina llamada Chapultepetl
(cerro del Chapulín o la langosta). En su cumbre descuella un
pequeño palacio, rodean su falda un espeso bosque de ahuehuetes
(Ahuehuetl, cupresus distica), un pequeño jardín de plantas exóticas
y tres albercas que fertilizan la llanura. Una reunión de objetos tan
interesantes a tan corta distancia de esta capital, hacen de
Chapultepetl un sitio de recreo bastante frecuentado y que excita en
muchos concurrentes el deseo de saber el origen de aquel palacio y
de las construcciones que le circundan, la antigüedad de aquellos
árboles gigantescos, la época del establecimiento del jardín
botánico, el destino de las aguas de sus manantiales, y todos los
objetos de aquel sitio encantador; mas las noticias de algunas de
estas cosas se han perdido en la oscuridad de los tiempos y dado
margen a tradiciones más o menos verosímiles, y aun a anécdotas
verdaderamente extrañas. Sensible es que a pesar de los esfuerzos
emprendidos hasta ahora con el objeto de investigar los documentos
relativos a la historia antigua y moderna de Chapultepetl, la pérdida o
extravió de ellos, no nos permita comunicar los datos más exactos y
20
los detalles más minuciosos que hemos tenido a la vista cuando
hemos dado la descripción de otros edificios principales en México;
sin embargo, no dudamos que se leerán con interés algunas ligeras
observaciones sobre los objetos que llaman más la atención
después de un rasgo histórico de este memorable sitio.” 12
21
RELACIÓN DE FOTOGRAFÍAS
Portada, Panorámica del Bosque de Chapultepec, López S., Eduardo, 2004
1. Detalle del mapa de Cuauhtinchan No. 2 donde la figura de la cueva de
Cincalco como muy cercana al cerro de Chapultepec. Al pie del cerro de
Chapultepec todavía existe una cueva que data de la época prehispánica
(actual entrada al ascensor). FERNÁNDEZ, M. A., Chapultepec: Historia y
Presencia, México, Edición Privada, 1988, p. 18
2. La llegada, derrota y expulsión de los mexicas en Chapultepec, según el
mapa de Sigüenza. Documento del siglo XVI donde destaca el cerro del
Chapulín. Sala de Testimonios Pictográficos de la Biblioteca “Eusebio
Dávalos” del INAH. Ibidem, p. 24.
3. Vista de una cañería de arcos que están haciendo los Yndios desde la
Alberca de Chapultepec a México. Durante siglos, Chapultepec fue
codiciado por las aguas de sus manantiales. Lámina 148 del volumen IV
del Códice Panes-Abellán. Ibidem, p. 30.
4. Forma y levantado de la Ciudad de México. Obra de Juan Gómez de
Trasmonte, en 1628. En el ángulo inferior derecho, aparece el Bosque de
Chapultepec, una construcción en la cima del Cerro, y los acueductos.
Cromolitografía de 1907 basada en el original. Ibidem, p. 54.
5. Fuente de la Tlaxpana, terminal del Acueducto Norte (principios del siglo
XIX. Vieja litografía). CAMPOS, R. M., Chapultepec: su Leyenda y su
Historia, México, Talleres Gráficos del Gobierno Nacional, 1922, p. 4.
6. El Acueducto, la Ciudad y los volcanes. (De un grabado antiguo). Ibidem,
p. 4.
7. Ruinas de la Arquería. Ibidem, p. 16.
8. Centro de la Fuente Colonial. Alfonso Teja Zabre, CHAPULTEPEC,
Publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Talleres de
Impresión de Estampillas y Valores, México, 1938. s/n página.
9. Restos del Acueducto construido por el virrey Bucareli, sobre avenida
Chapultepec, Hueytletl T., Alfonso, 2004
10. Fuente inicial del Acueducto construido por el virrey Bucareli, sobre avenida
Chapultepec, Ibidem, 2004
22
11. La fuente del Salto del Agua. Manuel Romero de Terreros afirmaba que la
fuente debía su nombre a la hermosa cascada en miniatura que formaba el
agua al caer al tazón de piedra. La fuente original se encuentra en la
huerta del Museo Nacional del Virreinato, litografía de Casimiro Castro.
Dibujo de L. Auda. Hacia 1855, Banco de México. Fernández, Op. Cit., p.
56.
12. Estado actual de la réplica de la fuente final del Acueducto de Chapultepec.
Hueytletl, Op. Cit., 2004.
13. Tenuxtitlan. Mapa atribuido a Alonso de Santa Cruz. Hacia 1555-1560.
detalle que muestra el Cerro de Chapultepec, la Ermita de San Miguel en lo
alto y otras construcciones. Biblioteca de la Universidad de Upsala, Suecia.
Fernández, Op. Cit., p. 44.
14. Chapultepec a mediados del siglo XIX. Los baños de la Alberca. (Litografía
de la época). Campos, Op. Cit., p. 3.
15. Plano de la antigua fábrica de Chapultepec, se trata de la antigua mansión
virreinal al pie del Cerro de Chapultepec, con la alberca chica o de
Moctezuma dentro de sus límites. Año de 1787. Archivo de Indias, Sevilla.
Fernández, Op. Cit., p. 53.
16. Vista de los contenedores de agua de época prehispánica y colonial, e
inicio del Acueducto de Chapultepec. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
17. La vieja alberca del Bosque. Campos, Op. Cit., p. 15
18. Baños de Moctezuma. Manantial prehispánico y arreglos durante la época
porfiriana. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
19. Biombo o mampara donde figura la antigua mansión virreinal en
Chapultepec. Conmemora los festejos que se celebraron en 1702 con
ocasión de la llegada del virrey Francisco Fernández de la Cuerva, duque
de Albuquerque. Óleo sobre tela. Colección Banco Nacional de México
(Detalle) Fernández, Op. Cit., p. 50.
20. Detalle del mapa de la época del virrey, Primer Conde de Revillagigedo (c.
1748).
Puede apreciarse la colina de Chapultepec, sus albercas,
acueductos, molinos, ranchos y haciendas cercanas. Óleo sobre papel.
Museo Nacional de Historia. Fernández, Ibidem, p. 50.
21. Casa del Guardabosque. Campos, Op. Cit., p. 8.
22. Una escalera del Castillo. Campos, Ibidem, p. 12
23
23. Vista de la fachada principal del antiguo acceso al Bosque. Hueytletl, Op.
Cit., 2004.
24. Entrada del antiguo acceso al Bosque. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
25. Monumento a los niños héroes de 1847. Campos, Op. Cit., p. 21
26. Estado actual del monumento a los Niños Héroes diseñado por el Arq.
Ramón Rodríguez Arangoiti. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
27. Columna en memoria de los Niños Héroes.
página.
Teja Zabre, Op. Cit., s/n
28. La Tribuna Monumental y el ahuehuete rey. Campos, Op. Cit., p. 16
29. Ahuehuete de Moctezuma (ó el “Sargento”) y Tribuna Monumental. Teja
Zabre, Op. Cit., s/n página.
30. Estado actual de la Tribuna Monumental, donde pueden observarse las
alteraciones realizadas por el Ejercito Mexicano, en homenaje al
“Escuadrón 201”. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
31. Tribuna de Honor de Chapultepec o Tribuna Monumental, con el ahuehuete
conocido como “El Sargento”. Óleo sobre tela pintado por Mateo Saldaña
(1875-1951). Colección Privada. Archivo Javier Pérez de Salazar.
Fernández, Op. Cit., p. 125
32. Fuente de la Templanza. Fernández, Ibidem, p. 193
33. Panorámica del estado actual de la Fuente de la Templanza, escultura
realizada por Enrique Guerra en 1910. Hueytletl, Op. Cit., 2004.
34. Detalle de la Fuente de la Templanza, la escultura fue reubicada en su sitio
actual, a instancia del Pres. Ortiz Rubio en 1931. Hueytletl, Ibidem, 2004.
24
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
1. FERNÁNDEZ, M. A., Chapultepec: Historia y Presencia, México, Edición
Privada, 1988, p. 15.
2. HIDALGO ROQUE, R. DEL C., El Castillo de Chapultepec: su Historia y su
Arquitectura, México, UNAM, p. 12
3. Ibidem, p. 26-27
4. ROMERO ÁLVAREZ, J. G., Ramón Rodríguez Arangoiti: Arquitecto del
Siglo XIX, México, Grupo Ed. Porrúa, 2000, p. 7
5. Ibidem, ROMERO ÁLVAREZ, J. G., p. 7
6. CAMPOS, R. M., Chapultepec: su Leyenda y su Historia, México, Talleres
Gráficos del Gobierno Nacional, 1922, p. 31
7. Op. Cit., ROMERO ÁLVAREZ, J. G. p. 91
8. Ibidem
9. Op. Cit., FERNÁNDEZ, M. A., , p. 171
10. Ibidem, p. 171-172
11. Ibidem, p. 196
12. Ibidem, p. 198-201
25
BIBLIOGRAFÍA
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CHAPULTEPEC: SU LEYENDA Y SU HISTORIA
Talleres de Gráficos del Gobierno Nacional
México, 1922
Chomel, Martine; Gómez, Amparo; Martínez, Rosalino; Meyer, Bárbara y Pavía,
Ma. Teresa
HISTORIA DE UN CASTILLO
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Castillo de Chapultepec
México, 1986
Fernández, Miguel Ángel
CHAPULTEPEC: HISTORIA Y PRESENCIA
Edición Privada
Smurfit, Cartón y Papel de México, S. A. de C. V.
1988
Hidalgo Roque, Reyna del Carmen
EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC: SU HISTORIA Y SU ARQUITECTURA
Pasante de Servicio Social
UNAM
Moreno Cabrera, María de la Luz
PROGRAMA DE TRABAJO: BAÑOS DE MOCTEZUMA
INAH, abril 2004
Romero Álvarez, Juan Guillermo
RAMÓN RODRÍGUEZ ARANGOITI: ARQUITECTO DEL SIGLO XIX
Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa
México, año 2000
Teja Zabre, Alfonso
CHAPULTEPEC
Publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Talleres de Impresión de Estampillas y Valores
México, 1938
26
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