SINOPSIS: ANÁLISIS:

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 SINOPSIS: “Las tres heridas” comienza narrando los primeros momentos de la Guerra Civil protagonizados por una pareja de recién casados que vive en un pequeño pueblo llamado Móstoles: Mercedes y Andrés y por una familia, los Cifuentes, que viven en un piso acomodado del paseo General Martínez Campos, en Madrid. En otro tiempo, en el 2.010 el escritor Ernesto Santamaría busca una buena historia con la que comenzar una novela y que le proporcione ese éxito que parece que no quiere llegar. Viudo desde hace cinco años, mitiga la soledad paseando por el rastro madrileño, comprando recuerdos de otras personas quizás en un intento desesperado de olvidarse de los suyos propios. En uno de estos paseos encuentra una antigua caja de latón que contiene la fotografía de una joven pareja, Mercedes y Andrés, junto con unas cartas de amor. Y se hace con ellas. A partir de este hecho comenzará a indagar en la historia de la pareja a través de los datos que obtiene de las cartas. Esto le llevará a un apasionante viaje por la España del antes y del después de la guerra civil. La intrigante imagen que aparece en la fotografía tomada el día que empezaba la guerra civil, y el posible destino de sus dos protagonistas le ayudarán a escribir su gran novela mientras se convierte en testigo de las heridas del amor, de la muerte y de la vida. ANÁLISIS: Quizás lo más destacable de esta novela aparte de la imparcialidad con la que la autora nos narra los hechos, es el bagaje de sentimientos y emociones que consigue despertar en el lector: amor, odio, rabia, impotencia, cariño,… En cuanto a la ambientación, tanto espacial como temporal, creo que ambas suponen un gran acierto por parte de la autora porque nos permiten, por una parte, ver el mismo hecho desde distintas ópticas a través de los diferentes personajes y por otra, logra agilizar la lectura con los saltos temporales y así encuadrar los hechos en dos enclaves tan cercanos y a la vez tan distintos entre sí. Ambientación temporal: Corresponde a dos tiempos: el presente narrado en primera persona por Ernesto Santamaría que gracias a su perseverancia logrará cumplir su sueño. A través de la investigación de Ernesto llegamos al 19 de julio de 1936, fecha en la que comienza la Guerra Civil, una contienda que durará más de lo que se esperaba provocando hambre, miedo, torturas y muchas injusticias y que nos llevará hasta 1939 donde la guerra toca a su fin pero siguen produciéndose muchas injusticias y muertes inexplicables. Ambientación espacial: La historia de la novela se desarrolla en dos escenarios de Madrid. El primero es en el pueblo de Móstoles de 1936, donde todo el mundo se conocía y el segundo es en la capital donde la gente iba más a su aire. Ese contraste entre la campechanía del pueblo y la frialdad de la ciudad es fácilmente comprobable a través de la figura de los médicos, Don Honorio en Móstoles un personaje cercano a la población, siempre atento a sus necesidades, y Don Eusebio Cifuentes en Madrid mucho más altivo y encasillado en su posición social. Este aspecto también queda patente en los dos personajes femeninos más fuertes de esta novela, por un lado Mercedes, la gran perdedora de esta historia una mujer que ansía encontrar a su marido y que no tiene fisuras en su amor, una mujer sencilla a la que le abruma el lujo de la casa en la que la acogen y los ademanes de marquesona de su dueña. Y Teresa una mujer con el corazón dividido, una mujer que tenía muy claro que ganara quien ganara la contienda, ella tenía las de perder. Una mujer marcada por un amor que no le conviene según su familia, pero que la hace feliz y al que no quiere renunciar. Esta herida del amor se hará cada vez más profunda. A través de los ojos de los mayores constatamos como ha cambiado Móstoles, pese a que ellos consideran que sigue siendo un pueblo pero con grandes edificios, lo que hoy llamamos una ciudad dormitorio. LOS PERSONAJES: EN MÓSTOLES: Andrés Abad: Con él comienza la novela, con sus recuerdos, con sus penalidades, con ese arriesgar la vida para poder ver a la mujer de su vida, un hombre cuya única ambición era labrar su tierra para poder alimentar a su mujer y al hijo que le venía en camino. Un hombre sencillo, trabajador, como muchos de su tiempo que querían a la mujer en su casa, porque creían que ese era su sitio. Los rencores de un hombre que le tenía en el punto de mira por haberse casado con Mercedes harán de su vida una pesadilla. El tío Manolo: La humanidad de este hombre de campo me ha abrumado en muchas ocasiones. Un hombre tosco que se desvivía por los suyos, que no dudó en hacer aquello que pensó que era más adecuado en cada momento. La guerra no iba con él y arriesgó su vida para salvar la de otros. Nicolasa: La madre de Mercedes y la suegra de Andrés, una gran mujer, más inteligente de lo que muchos podrían apreciar. Desaparece muy pronto de la historia y creo que habría podido dar muchísimo más juego. Mercedes: “La gran perdedora” de esta historia aún siendo una gran luchadora que a causa del rencor de un hombre, pierde a su marido; se ve obligada a abandonar su pueblo y acostumbrarse a la vida en una ciudad que no conoce y a refugiarse en una casa en la que no es bienvenida. El dolor se ceba con ella, las necesidades también, aún así no flaquea, su único deseo es reencontrarse con su marido. La vida no será justa con ella, sin embargo luchará hasta el límite de sus fuerzas. Don Honorio: Es el médico de Móstoles, un hombre muy cercano para desempeñar un cargo tan importante, carga sobre sus hombros el bienestar de Mercedes y sin saberlo la envía a un dolor seguro, a una vida injusta. La guerra tampoco va con él y como médico, siente que su deber es ayudar a todo el que lo necesite. Sin duda, otro personaje que derrocha una gran humanidad en un tiempo donde lo más fácil es perderla. EN MADRID: La familia Cifuentes: La protagonista en la capital, una familia burguesa acomodada, que vive en un piso muy bien situado gracias a la herencia de Doña Brígida, “la señora”. Defienden aquello que consideran suyo, su bienestar, su riqueza, su posición. Pero la guerra también viene a trastocar su mundo y sobre todo sus vidas. No quedarán al margen del dolor. Don Eusebio Cifuentes: Es el cabeza de familia, un hombre arisco, machista extremo, la mujer es un mal menor al que hay que tener amordazado y lo menos instruido que se pueda. Es tocólogo del Hospital la Princesa y con la guerra se ve desposeído de sus riquezas, de su trabajo y de su bienestar. Todo ello hará que se convierta en un hombre amargado. Doña Brígida: Es una mujer muy religiosa, un mueble para su marido que la humilla cada vez que puede, esa humillación que ella sufre de la mano de los hombres de la casa la traslada a las criadas Joaquina y Petra. Quizás es el personaje junto con su hija Charo que más antipatía me han causado. Mario: El mayor de los hijos del matrimonio. Un joven estudiante de derecho sin ideas políticas firmes. Es hecho prisionero el 19 de julio junto con otros amigos. Desde ese momento comienza un calvario que se ve mitigado en parte gracias a la benevolencia e intercesión de Arturo Erralde y Luisa Sola, ambos simpatizantes de izquierdas. Su cambio es tan drástico que la simpatía que sientes al principio por él terminará convirtiéndose en odio. Los gemelos Juan y Carlos: a pesar de ser mellizos no pueden ser más distintos entre sí. Juan es una persona altanera, maleducada, todo temperamento, el que siempre arrastra a Carlos en sus decisiones. Éste último es más dulce, apocado pero se ve arrastrado a una guerra que ni desea ni comprende y que sin quererlo le pasará una factura muy grande. Los sentimientos que despiertan son muy diferentes al igual que ellos. Finalmente Carlos queda como personaje más difuminado. Teresa: El alma de esta novela junto con Mercedes. Despreciada por su padre y por su madre. Teresa es una mujer con corazón, una chica de su tiempo que le interesa aquello que defiende la izquierda. Le gustaría ser tenida en cuenta pero como mujer su papel según su propia familia es dedicarse a los quehaceres de la casa pese a su lucha para que esto cambie. Teresa es una rebelde con el corazón y el alma divididos. Criada entre lujos no sabe muy bien si será capaz de afrontar el futuro que le espera si desobedece a sus padres y se casa con su novio, Arturo de clase social inferior. Pero al mismo tiempo es incapaz de renunciar a él. Y en una guerra en la que se encuentra entre ambos bandos ella es consciente de que gane quien gane la única perdedora será ella porque tendrá que sacrificar su felicidad. Charito: Es el personaje que menos simpático me ha parecido junto a su madre. Es malcriada, déspota, inhumana,.. En ella se conjugan muchas de las cosas que más odio en una persona, la hipocresía, la falsedad, la palabrería,.. Quizás por ese motivo no he sido capaz de verla con ojos benevolentes. Luisa Sola: Creo que esta mujer es uno de los personajes que más juego han dado en la novela. Miliciana porque no le gusta el mundo en el que vive. Quiere ser tenida en cuenta y no quiere vivir bajo la protección de un hombre. Actúa con el corazón y se la juega en varias ocasiones por humanidad y por amor. Sin embargo cuando las tornas se vuelven contra ella no encuentra ni un rayo de compasión en aquel por el que se jugó la vida en varias ocasiones. Sus reflexiones son muy jugosas. Arturo Erralde: Estudiante de Derecho no por vocación sino por cumplir una promesa. Amante de las Letras y de la Literatura cuyo sueño es ser escritor. Su ideología le acerca a la izquierda, sin embargo no es partidario de la guerra, ni está de acuerdo en cómo el Frente Popular está llevando las cosas. Por amor se juega su vida en varias ocasiones por personas que no le tienen ningún afecto, y que no moverán un dedo por salvarlo cuando él se encuentre en desventaja. Al personaje lo vemos evolucionar desde la esperanza al desaliento. Lo vemos codearse con escritores e intelectuales de la época. De su mano desfilan por la novela Miguel Hernández, Ramón J. Sénder y se mencionan a muchos más como Unamuno, Lorca... Manuela: Una niña peculiar, un tanto especial, capaz de prever los acontecimientos en la mirada de la gente. Me ha inspirado mucha ternura. Hay muchos más personajes, muchas individualidades dignas de ser comentadas y cado uno ellos aporta algo distinto a esta trama que sin duda es exquisita. En el presente destaca el personaje de Ernesto Santamaría, un hombre un tanto gris, de costumbres, que ha elegido la soledad como compañera desde que murió su esposa. Vive buscando una buena historia sobre la que escribir y así cumplir su sueño. Finalmente la termina encontrando en una caja de latón comprada en el Rastro. Su voz nos guía por toda la historia del presente y rescata personajes del pasado, como puede ser a Genoveva la hija de Don Honorio, Eugenio el enterrador del pueblo en los tiempos en que se sucede la trama, la misma Teresa Cifuentes, o Manuela la niña convertida en el presente en una anciana. Tanto Genoveva como el propio Eugenio son personajes que pese a su breve intervención consiguieron enternece al lector. Los secretos que a veces uno arrastra consigo a través de los años en ocasiones pesan como losas y a veces las circunstancias son sus fieles cómplices sobre todo cuando está la vida en juego. En resumen Paloma nos regala personajes bien dibujados y perfilados, humanos, con sus defectos y sus virtudes. No hay ninguno que resulte indiferente. Todos tienen un papel muy definido en esta historia. CONTRAPOSICIONES: “Las tres heridas” se convierte en una novela llena de contraposiciones. El frío que pasa Ernesto en sus investigaciones contrapuesto al calor del tórrido verano de 1936 que sufren Teresa y a Mercedes. Aparecen dos espacios temporales bien delimitados el presente donde destaca su protagonista masculino, Ernesto Santamaría y el pasado donde dos mujeres luchadoras son las que se enfrentan a las decisiones de los hombres pese a ser éstos los que llevan el peso de sus vidas. La historia de Teresa y Mercedes seguro que es la de muchas mujeres que tuvieron la desgracia de encontrarse en el fuego cruzado entre el amor y el odio. La autora contrapone también la sencillez de la vida de un pueblo de Madrid como es Móstoles con la vida en la capital, mucho menos cercana, más solitaria y en la que cada uno se procura su propio bienestar. También la realidad se codea con la ficción, y la fina línea que separa la realidad de la ficción en Ernesto Santamaría se diluye en muchas ocasiones, y gracias a esos momentos oníricos podemos avanzar en la historia de una forma agradable, y ágil en donde el diálogo adquiere mucha importancia. Y por último la mirada imparcial de la autora que contrapone lo que hicieron los republicanos con lo que hicieron los nacionales dejando al lector la interpretación de los hechos: “ni los buenos eran tan buenos y los malos eran tan malos” porque todos están en esa escala de grises en la que se mueve la realidad. CONCLUSIÓN: Paloma Sánchez‐Garnica logra mostrarnos el caos que reinó en la capital de España los días posteriores al alzamiento militar del 36 de una forma imparcial, elegante y muy trabajada. Muchas fueron las injusticias que se cometieron en ambos bandos y la crudeza de algunos de los que formaban parte de ellos ante los que ella se presenta imparcial dejando al lector la responsabilidad de posicionarse o al menos analizar la historia que ella presenta. La escritora crea la atmósfera adecuada para que el lector desee continuar leyendo. Las ganas de conocer qué le sucedió a la pareja de Móstoles aumentan a medida que la novela avanza. El desarrollo, así como los personajes, son los puntos fuertes de “Las tres heridas” cuando los destinos de los protagonistas comienzan a entrecruzarse y a partir de los cuales la historia va evolucionando con una movilidad sorprendente. La autora consigue acercarnos a cada uno de ellos de una forma muy real y creíble contando su historia con buen ritmo, capítulos cortos y dinámicos, una estructura muy sutil porque va alternando dos hilos temporales, el presente con el pasado obligando al lector a sumirse de lleno en la historia perfectamente perfilada y magistralmente desarrollada. A medida que la obra avanza, los misterios se multiplican manteniendo la intriga en todo momento y los tintes sobrenaturales que la autora introduce al final de la novela me parecen excelentes aportando si cabe mayor intriga. Lo único que me ha decepcionado de algún modo ha sido el desenlace del libro, me ha parecido demasiado precipitado, acelerado. La verdad es que me he quedado con ganas de más. 
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