lucha contra la impunidad y la corrupción

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Fascículo 9
acceso
a la
Justicia,
lucha contra la impunidad y
la corrupción
Proceso de Conformación Participativa de la Política Pública en
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
Secretaría Técnica:
PNUD
Gobierno Nacional:
Vicepresidente Angelino Garzón
Comisión Metodológica:
Programa Presidencial de Derechos Humanos
Embajada de Suiza
AECID
OACNUDH
Asamblea de la Sociedad Civil por la Paz
Unidad Administrativa de Atención a las Víctimas
Fundación Restrepo Barco
Federación Colombiana de Municipios
Alianza de Organizaciones Sociales
Coordinación Editorial:
Antonio Madariaga Reales
Textos:
Lida Núñez
Juan Camilo Acevedo
Antonio Madariaga Reales
Didactización:
Ana María Rodríguez
Esperanza Cerón Villaquirán
Jefferson Gallego Figueredo
Diseño y armada electrónica:
Álvaro Ortiz Ramos
Fotografías:
Archivo particular
Internet
Impresión:
Editorial El Globo – Diario La República
Esta publicación fue posible gracias al apoyo del pueblo Americano y el gobierno de Estados
Unidos, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Los contenidos
de este fascículo son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente
reflejan los puntos de vista de USAID ni del gobierno de los Estados Unidos.
Acceso a la justicia,
lucha contra la impunidad
y la corrupción
1
Presentación
El texto que se ofrece a continuación es uno de los productos del proceso Tripartito, (Estado,
Sociedad Civil y Comunidad Internacional), de Construcción Participativa de la Política Pública de
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario que hemos adelantado durante los dos
últimos años y que nos ha llevado por 26 departamentos del país, que los cubrirá a todos, que ha
estimulado la participación de más de 14.000 personas, más de 8.000 organizaciones sociales y de
cientos de funcionarios de gobierno y Estado y que incluyó la realización en diciembre de 2012 de
la Conferencia Nacional de Derechos Humanos a la que asistieron más de 2.000 personas.
Este proceso ha sido posible por el acompañamiento de la comunidad internacional, la orientación permanente de la Mesa de Firmantes con el liderazgo del Vicepresidente de la República y el
compromiso y esfuerzo de la Comisión Metodológica y sus integrantes.
Son múltiples los problemas de violación y/o desconocimiento de derechos que se han puesto en
evidencia; la desigualdad y la impunidad están al centro de muchos de ellos, aunque no expliquen
ni agrupen todos los problemas.
El conflicto armado interno se encuentra como uno de los factores de generación directa de vulneración de derechos o de favorecimiento de entornos o prácticas violatorias de derechos, por lo
que la construcción de la paz, según todos los participantes del proceso, es una condición indispensable para el logro de mejoras sustanciales en la situación de derechos humanos en Colombia.
Esta serie de fascículos, diez en total, serán herramientas pedagógicas no sólo para difundir los
elementos esenciales de diagnóstico y propuestas extraídos de la sistematización de la deliberación, sino que avanzan en brindar herramientas para contribuir a enfrentar uno de los más grandes
retos evidenciados en este proceso.
La necesidad de construir una cultura de Derechos Humanos en Colombia, que tenga como punto de partida la integralidad de los mismos.
Que logre, sin desconocer la urgencia e importancia de los Derechos Civiles y Políticos en el
contexto colombiano, poner los reflectores de la atención nacional en los Derechos Económicos,
Sociales, Culturales y Ambientales.
Que destaque el deber del Estado como garante de derechos y a los funcionarios públicos como
expresiones de esa condición de garantes.
Que aumente la construcción de ciudadanía como sujetos y sujetas de derechos.
Que contribuya a lograr que todas las políticas públicas sean con enfoque de derechos y enfoque
diferencial.
Que contribuya a hacer local, departamental y regional la presencia de los Derechos Humanos
como eje de la relación entre Estado y Ciudadanía.
En resumen: Que ayude a transitar hacia la promesa de la Constitución de 1991: Colombia, una
sociedad de los derechos
Bogotá, abril de 2013
3
Contenido
Pág.
I. ¿De qué estamos hablando?
5
Dimensiones del Derecho a la Justicia
6
1. El acceso a la justicia: brindar un recurso efectivo
6
2. Adelantar investigaciones rápidas, exhaustivas, independientes e imparciales
(adecuado funcionamiento de la justicia)
8
3. La obligación de lucha contra la impunidad, hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos
10
II. Problemática de la justicia en Colombia. Diagnóstico y contexto
13
1. Acceso a la justicia: Brindar un recurso efectivo
13
2. Adelantar investigaciones rápidas, exhaustivas, independientes e imparciales
(adecuado funcionamiento de la justicia)
14
3. La obligación de lucha contra la impunidad, hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos
15
III. Nuestras propuestas de agenda
16
1. Acceso a la justicia: Brindar un recurso efectivo
16
2. Adelantar investigaciones rápidas, exhaustivas, independientes e imparciales
(adecuado funcionamiento de la justicia)
17
3. La obligación de lucha contra la impunidad, hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos
18
4
I. ¿De qué estamos hablando?
Todos los Estados tienen la obligación internacional de respetar, asegurar y garantizar los derechos humanos de sus ciudadanos, de acuerdo con los artículos 2 y 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, la Observaciones generales N° 13 y 31 del Comité de Derechos Humanos de la ONU, los artículos 1, 2, 8 y 25 de la Convención Americana de Derechos del Hombre
o la numerosa jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En Colombia, son
los artículos 228 y 229 de la Constitución los que consagran dicho derecho.
El derecho a la justicia hace parte de ese deber de garantía de los derechos, como
aquel derecho que tienen todas las personas a que el Estado responda de manera
efectiva en casos de graves violaciones a los derechos humanos o infracciones
al derecho internacional humanitario, mediante un aparato de administración de
justicia que ofrezca un conjunto de medidas que permitan investigar lo sucedido
(y establecer la verdad de los hechos), identificar, procesar y sancionar a las y los
responsables, y ofrecer una adecuada reparación a las víctimas.
5
Dimensiones del Derecho a la Justicia
a) La prerrogativa que tiene cada persona de contar con mecanismos efectivos que permitan que
“se haga justicia” en casos concretos, y de poder acceder a ellos en cualquier momento.
b) La consecuente obligación del Estado de impartir justicia. Esto último significa no solamente
que el Estado ponga en marcha su aparato de justicia. También implica que ese aparato funcione
bien y ofrezca una apropiada protección en cada caso, y que el Estado se abstenga de adoptar
medidas que limiten su acción o la invaliden.
Esta doble dimensión se concreta en tres aspectos: 1. El acceso, o la obligación de brindar recursos efectivos y oportunos contra las violaciones a los derechos humanos, 2. La investigación
obligada y exhaustiva; y 3. La obligación luchar contra la impunidad, de hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos, y de no adoptar medidas que la favorezcan.
1. El acceso a la justicia:
brindar un recurso efectivo
Esta obligación está recogida en el artículo 2.3 del Pacto internacional de Derechos Civiles y políticos y en el artículo 25 de la Convención Americana, entre otros instrumentos internacionales, y
en el Conjunto de Principios y Directrices Básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones
manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones (en adelante Principios
sobre Reparaciones)1 y el artículo 229 de la Constitución colombiana2.
Asamblea General de Naciones Unidas, Resolución 67/147 del 16 de diciembre de 2005.
“Artículo 229. Se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la administración de justicia. La ley indicará en
qué casos podrá hacerlo sin la representación de abogado”.
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De acuerdo con esta obligación, el Estado tiene que adoptar todas las medidas necesarias (legislativas, administrativas y de otra índole) y organizar su aparato institucional para que toda persona
pueda reivindicar sus derechos ante un órgano o tribunal, con el objetivo de que se reconozca la
ocurrencia de una violación, se suspenda (si continúa ocurriendo) y se ofrezca una reparación.
Es decir que, además de existir los recursos, estos deben tener las siguientes características, y
las personas deben poder acceder a ellos:
a. Inderogables: el acceso a la justicia debe poder ocurrir en todo momento y lugar, en tiempos
de paz, en situaciones de conflicto armado o de guerra, e incluso bajo los estados de excepción3.
b. Deben poder interponerse ante autoridades o tribunales imparciales e independientes.
c. Rápidos y efectivos: deben ofrecer una respuesta rápida y oportuna a la situación que enfrentan, y no deben ser solamente teóricos ni ilusorios. Sobre esto la Corte Interamericana ha dicho
que “(…) debe subrayarse que, para que tal recurso exista, no basta con que esté previsto por la
Constitución o la ley o con que sea formalmente admisible, sino que se requiere que sea realmente
idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo
necesario para remediarla. No pueden considerarse efectivos aquellos recursos que, por las condiciones generales del país o incluso por las circunstancias particulares de un caso dado, resulten ilusorios. Ello puede ocurrir, por ejemplo, cuando su inutilidad haya quedado demostrada por la práctica, porque el Poder judicial carezca de la independencia necesaria para decidir con imparcialidad
o porque falten medios para ejecutar sus decisiones; por cualquier otra situación que configure un
cuadro de denegación de justicia, como cuando se incurre en un retardo injustificado en la decisión;
o, por cualquier causa, cuando no se permita al presunto lesionado el acceso al recurso judicial”4.
d. Accesibles: los recursos disponibles deben ser simples y sencillos en su comprensión y uso,
y deben incluir el acceso a asistencia y representación legal para quienes no tienen medios propios
para acceder a la justicia, así como la posibilidad de explicación en un idioma o medio comprensible
para todas las personas. Se debe tener en cuenta la vulnerabilidad especial de algunas poblaciones5, como es el caso de las mujeres, las niñas y los niños, las y los miembros de comunidades
indígenas y afrocolombianos, o las personas desplazadas o con discapacidad.
La legislación o las prácticas nacionales que niegan el derecho a un recurso, las que establecen
recursos meramente formales o las que impiden el acceso a la justicia, así como las que prolongan
injustificadamente en el tiempo la resolución del recurso, constituyen una violación internacional a
la obligación de brindar y garantizar un recurso efectivo.
Por su parte, la Corte Constitucional ha enfatizado en que “el derecho de acceder a la administración de justicia es un derecho fundamental, cuyo alcance no puede concebirse dentro de los
estrechos moldes de una posibilidad formal de llegar ante los jueces, o en la simple existencia de
una estructura judicial lista a atender las demandas de los asociados, puesto que su esencia reside
en la certidumbre de que, ante los estrados judiciales, serán surtidos los procesos a la luz del orden
Comité de Derechos Humanos, Observación general N° 29, Suspensión de obligaciones durante un estado de excepción (artículo 4), documento de Naciones Unidas CCPR/C/21/Rev.1/Add.11, 31 de agosto de 2001, párrafos 14 y 15.
4
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, sentencia del 29 de julio de
1988, serie C, N°4, párrafos 63, 64 y 66, y Garantías judiciales en Estados de Emergencia, Opinión Consultiva OC-9/87
del 6 de octubre de 1987, serie A, N°9, párrafo 24.
5
Comité de Derechos Humanos, Observación general N° 31, Naturaleza de la obligación jurídica general impuesta a los estados partes en el Pacto, en documento de Naciones Unidas CCPR/C/21/Rev.1/Add.13 de 26 de mayo de 2004, párrafo 15.
3
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jurídico aplicable, con la objetividad y la suficiencia probatoria que aseguren un real y ponderado
conocimiento del fallador acerca de los hechos materia de su decisión”6. Igualmente, la Corte ha
explicado que del derecho de acceso a la administración de justicia contemplado en el artículo 229
de la Constitución Política “se derivan garantías como la de contar con procedimientos idóneos y
efectivos para la determinación legal de los derechos y las obligaciones, la resolución de las controversias planteadas ante los jueces dentro de un término prudencial y sin dilaciones injustificadas,
la adopción de decisiones con el pleno respeto del debido proceso, así como la existencia de un
conjunto amplio y suficiente de mecanismos para el arreglo de controversias”7.
2. Adelantar investigaciones rápidas,
exhaustivas, independientes e imparciales8
(Adecuado funcionamiento de la justicia)
Esta es una de las principales obligaciones comprendidas en el deber de garantía de los derechos humanos por parte de los Estados. Está recogida por la gran mayoría de los tratados internacionales de derechos humanos, y ha sido ampliamente desarrollada por la jurisprudencia de los
órganos de vigilancia de tratados de la ONU y por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
También existen varios instrumentos declarativos internacionales que definen muchos de los elementos que deben tener las diferentes investigaciones en casos de diferentes tipos de violaciones
a los derechos humanos o al derecho humanitario9.
La obligación de investigar estos delitos es irrenunciable e indelegable. Se entiende cumplida
con el despliegue de las actividades necesarias para esclarecer los hechos e identificar y sancionar
Corte Constitucional, sentencia C-1027 del 2002.
Corte Constitucional, sentencia C-936 del 2010.
8
Comité de Derechos Humanos, ibídem.
9
Ver, entre otros, los Principios relativos a la investigación y a la documentación efectivas de la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes (2000); párrafo 62 de la Declaración y Programa de Acción de Viena (2003); artículo 13
de la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas; principio 9 de los Principios relativos a una eficaz prevención e investigación de las ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias; principios
7 y 34 del Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o
Prisión; regla 57 de las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de su libertad; principio
23 de los Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley; o artículo 9 (5) de la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones
de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos.
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a los autores, con independencia de que produzca un resultado (obligación de medio), pero siempre y cuando estas actividades de investigación se hayan adelantado de manera diligente y seria10.
Esto quiere decir que una investigación no se puede adelantar de cualquier manera: “el Estado
tiene la obligación de iniciar ex officio, sin dilación, una investigación seria, imparcial y efectiva, que
no se emprenda como una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa”11.
Las investigaciones deben cumplir con, entre otras, las siguientes características:
a. Ser iniciadas ex officio, es decir sin necesidad de que se presente una denuncia
previamente;
b. Ser rápidas, es decir iniciadas pronto y adelantadas dentro de un plazo razonable;
c. Ser exhaustivas, es decir orientadas al esclarecimiento de los hechos, la identificación y sanción de los responsables, y a la determinación de responsabilidad por
parte del Estado (si cabe);
d. Ser adelantadas ante órganos y funcionarios independientes, que no tengan
vínculos con las personas que investigan o los organismos a los que estas pertenecen, ni estén sometidos a subordinación o dependencia jerárquica o funcional por
parte de los investigados;
e. Ser imparciales, es decir con apego a las normas, como señalan los artículos
228 y 230 de la Constitución Política12, sin consideración de intereses particulares o
distintos a la administración de justicia; y
f. Ser efectivas, es decir orientadas a la garantía de los derechos de las víctimas
y a la administración de justicia y, además, adelantadas con todas las facultades y
recursos (humanos, físicos, técnicos y financieros) necesarios.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, op. cit., párrafo 174.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Masacres de Ituango vs. Colombia, sentencia del 1 de julio de 2006,
serie C, N° 48, párrafo 296; caso Masacre de Mapiripán vs. Colombia, sentencia del 15 de septiembre de 2005, serie C,
N° 134; caso Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia, sentencia de 31 de enero de 2006, serie C, N° 140, párrafo 143.
12
“Artículo 230. Los jueces, en sus providencias, sólo están sometidos al imperio de la ley. La equidad, la jurisprudencia,
los principios generales del derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial”. “Artículo 228. La Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales
se observarán con diligencia y su incumplimiento será sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y autónomo”.
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3. La obligación de lucha contra
la impunidad, hacer comparecer a
los responsables ante la justicia y
sancionarlos
Hacer comparecer a los responsables ante la justicia y sancionarlos es una obligación internacional complementaria de la anterior, que hace énfasis en la importancia de que los autores de los
delitos sean juzgados y castigados adecuadamente a la luz del derecho penal. El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha dicho que:
“(…) cuando funcionarios públicos o agentes del Estado han cometido [graves violaciones a los derechos humanos], los Estados partes no pueden eximir a los autores de su
responsabilidad personal, como ha ocurrido con determinadas amnistías […]. Además,
ninguna posición oficial justifica que personas que pueden ser acusadas de responsabilidad por esas violaciones queden inmunes de responsabilidad jurídica. Otros impedimentos
para el establecimiento de la responsabilidad jurídica deben igualmente eliminarse, como
la defensa de la obediencia a órdenes superiores o los períodos excesivamente breves de
prescripción en los casos en que esas limitaciones son aplicables”13.
Una vez más, la obligación de procesar y sancionar a los autores de las violaciones de derechos
humanos e infracciones al derecho humanitario es indelegable e irrenunciable, y hace referencia
a que el Estado se asegure que los procesos se lleven a término, luche contra la impunidad y no
adopte medidas que la favorezcan. Ello se concreta en:
13
Comité de Derechos Humanos, Observación general N° 31, op. cit., párrafo 18.
10
a. Materialización de la obligación de juzgamiento y sanción: Hacer realidad la comparecencia, juzgamiento y sanción de los autores de los delitos, con respeto al derecho a un juicio justo,
ante un tribunal independiente e imparcial establecido por la ley y con respeto de las garantías
judiciales propias del debido proceso. Lograr llevar la investigación a término y ejecutar el fallo.
b. Tipificar los comportamientos ilícitos en el derecho nacional: Aquellas conductas que son
criminales internacionalmente deben ser incorporadas a la normatividad nacional como ilícitos penales. En esa medida las conductas que se tipifiquen deben respetar el principio de legalidad, ser
definidas de manera muy concreta y sin ambigüedades y deben respetar, como mínimo, el estándar
que impone la regulación internacional (aunque se puede hacer una interna más protectora).
c. Imposición de penas proporcionales a la gravedad de los hechos: Las sanciones y penas
que impongan los tribunales deberán no pueden ser arbitrarias ni desproporcionadas frente a la
gravedad del delito. Imponer penas muy bajas, o irrisorias, o eximir de responsabilidad a quien la
tiene, constituye una forma de impunidad de facto y permite, a la luz del Estatuto de la Corte Penal
Internacional (art. 20), desconocer un fallo judicial nacional. Así mismo, el Conjunto de principios
para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad
(en adelante Principios de Lucha contra la Impunidad)14 considera la falta de penas apropiadas
como un elemento de la impunidad.
d. Lucha contra la impunidad: cuando se incumple la obligación de procesar, juzgar y castigar
a las personas responsables de violaciones a derechos humanos, también se compromete la responsabilidad del Estado. Este incumplimiento se conoce como denegación de justicia y constituye,
por lo tanto, impunidad15.
“Por impunidad se entiende la inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad
penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación,
detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, a condena a penas
apropiadas, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas”16.
De acuerdo con el primero de los Principios de Lucha contra la Impunidad, la impunidad constituye una violación a las obligaciones estatales de investigar las violaciones, adoptar medidas respecto de sus autores en materia de justicia, para que las personas sospechosas de responsabilidad
sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas, los derechos de las víctimas sean
garantizados. Todos los órganos, tratados y normas de derechos humanos, universales y regionales, consideran inadmisible la impunidad y establecen como una prioridad para cualquier Estado la
lucha contra ella.
Este fenómeno, que propicia la repetición de los crímenes, puede ocurrir por razones de derecho
(cuando la causa de la impunidad deriva directamente de la ley) o de hecho (cuando la causa es
cualquier otra diferente al derecho). Ejemplo de la primera son las amnistías o las causales de exoneración de responsabilidad penal por haber actuado en cumplimiento de órdenes superiores. De
la impunidad de hecho son causas: la negativa a acceder a un recurso efectivo, la complicidad de
los funcionarios, la pasividad de los investigadores, la persecución a sólo algunos de los autores,
Documento de Naciones Unidas E/CN.4/Sub.2/1997/20/Rev.1, anexo II, 2 de octubre de 1997.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, sentencia del 29 de julio de
1988, serie C, N°4, párrafo 176.
16
Conjunto de principios de lucha contra la impunidad, definición I.
14
15
11
el procesamiento por delitos menores y no por los graves, la parcialidad del tribunal, la intimidación
y/o la corrupción del Poder judicial, la renuncia a investigar y a determinar responsabilidades, o
cuando esto no se hace de manera efectiva y acorde con los estándares internacionales.
La Corte Constitucional, por su parte, ha definido la impunidad como “la inexistencia, de hecho
o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones de los derechos
humanos, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda
investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos
culpables, condena, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas”17. La Corte ha
sido insistente en la obligación que tiene el Estado de prevenir la impunidad y ha aclarado que “la
inactividad de la administración de justicia afecta a la sociedad ya que ésta tiene derecho a ver
protegidos sus intereses a través de la imposición de una pena en forma eficaz y oportuna. Por
ello, la impunidad deslegitima las instituciones” (resaltado fuera de texto)18. Igualmente, como eje
fundamental en la lucha contra la impunidad, la Corte ha destacado la necesidad de cumplir con los
derechos de justicia, verdad y reparación de las víctimas19.
Las obligaciones mencionadas, así como los elementos de las mismas que fueron identificados,
se refieren principalmente a violaciones a los derechos humanos o infracciones al derecho humanitario cometidas por agentes estatales. Sin embargo, todos los criterios y principios, así como las
posibilidades de responsabilidad del Estado, se aplican también para violaciones cometidas por
particulares y por actores armados ilegales.
Todas estas obligaciones que constituyen el derecho a la justicia y, en gran medida, el deber de
garantía del Estado en materia de derechos humanos, son interdependientes y complementarias,
y no son alternativas ni sustitutivas entre ellas.
Sentencia C-872/03, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
Sentencia C-416/02, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
19
Al respecto ha explicado que “nuestra historia como Nación, nos ha demostrado de manera permanentemente y dolorosa que el silencio y la impunidad […] han impedido a miles de víctimas del delito, conocer la verdad de los hechos,
recuperar su dignidad y sanar las heridas generadas por el crimen y la violencia”. Por ello, “(…) reconociendo que las
funciones y fines del derecho […] van más allá de la sanción al responsable, […] resulta fundamental para el restablecimiento de la dignidad de las víctimas, que a éstas se les permita el acceso a un recurso judicial efectivo a través del
cual satisfaga su derecho a conocer la verdad de lo ocurrido” (sentencia C-828/10, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto).
17
18
12
II. Problemática de la justicia en
Colombia, Diagnóstico y contexto
1. Acceso a la justicia:
Brindar un recurso efectivo
tera: la centralización de las instituciones judiciales y la falta de cobertura y presencia en los
territorios hace muy difícil el acceso a la justicia
de los habitantes de estas zonas.
q Insuficiente presencia de las instituciones
encargadas de administrar justicia en las regiones. La presencia de fiscales y jueces es insuficiente y escasa en muchos territorios, como
toda la presencia del Estado. Las personas
deben recorrer grandes distancias e invertir recursos que no tienen para poder presentar una
denuncia o seguir un proceso judicial.
q Existe mucho temor de las mujeres a denunciar. Hay discriminación por razones de género que dificultan el acceso a la justicia de las
mujeres, pues el comportamiento, la falta de discreción y el tratamiento que reciben por parte de
muchos funcionarios las disuade de denunciar.
q La población percibe que no hay compromiso por parte del Estado y los funcionarios judiciales con la administración de justicia.
q Los criterios y requisitos necesarios para
acreditar la condición de víctima no reconoce las
condiciones particulares o contextos de los que
provienen las víctimas afrocolombianas, indígenas, discapacitadas, o de la población LGBTI.
q Las reiteradas amenazas de grupos armados producen enormes dificultades para acceder
a la justicia, pues generan temor de denunciar.
q Hay un gran desconocimiento de la ciudadanía sobre las normas, procedimientos y rutas
de acceso a la justicia.
q No existen mecanismos adecuados de
atención y asistencia jurídica que respondan a
las necesidades de las diversas poblaciones.
q Particularidades de departamentos de fron-
13
2. Adelantar investigaciones rápidas,
exhaustivas, independientes e imparciales
(Adecuado funcionamiento de la justicia)
q Varios procedimientos judiciales resultan
desconsiderados y revictimizantes.
q La falta de resultados de la administración
de justicia produce que la confianza e interés de
las personas en denunciar disminuya.
q Hay deficiencias en la formación de los funcionarios judiciales y falta de preparación en enfoques diferenciales.
q Se evidencia que no existen criterios adecuados
y transparentes en torno al tema de asignación de recursos y procesos de contratación en la rama judicial.
q No se cuenta con recursos suficientes para
adelantar la búsqueda y exhumación de restos
de personas desaparecidas.
14
q Las instituciones de justicia no tienen presencia en todo el territorio, lo que limita la posibilidad de ejercer control sobre las acciones
de los miembros de la Fuerza pública en las
regiones.
q La presencia de actores armados obliga a
los funcionarios de la justicia a tener que realizar diligencias judiciales fuera de las cabeceras
municipales en compañía de miembros de la
Fuerza Pública.
q Los personeros tienen demasiadas funciones y pocos recursos, no dan abasto.
q Existen fallas y demoras para implementar
medidas de protección para víctimas, testigos y
funcionarios judiciales.
ante la vulneración a los derechos humanos en
las cárceles.
q Es generalizada la preocupación por la
falta de estrategias de protección para los reclamantes de tierras y los funcionarios públicos
que estén a cargo de los procesos judiciales de
restitución de tierras.
q Los mecanismos alternativos de resolución
de conflictos se consideran buenos pero insuficientes. No cuentan con recursos suficientes
para ser sostenibles y los jueces de paz trabajan en precarias condiciones laborales.
q No hay claridad sobre el significado de los
procesos y legislaciones en el marco de la Justicia transicional y su diferencia con los procesos
judiciales ordinarios.
q Hay falta de coordinación entre justicia ordinaria y justicias alternativas.
q Se denuncia la falta de investigaciones
3. La obligación de lucha contra la
impunidad, hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos
q Muchos de los casos que deberían ser
conocidos por la justicia ordinaria en lugares apartados, son conocidos por la justicia
penal militar.
q Se evidencia una clara impunidad en
los casos de crímenes cometidos por agentes del Estado.
q Hay prácticas corruptas en diferentes
sectores e instituciones del Estado, entre
ellos en los procesos administrativos, judiciales, de contratación y de destinación de
recursos.
q Existen fallas en los mecanismos de
selección de funcionarios; no están basados en méritos, lo que permite los nombramientos políticos y el clientelismo.
q La estructura económica existente posibilita y facilita la corrupción.
q Los personeros no hacen seguimiento
a la contratación pública.
q Los organismos de control no cumplen
su función de investigación y sanción a los
funcionarios corruptos en las regiones.
15
III. Nuestras propuestas de Agenda
1. Acceso a la justicia:
Brindar un recurso efectivo
Ante la baja presencia de instituciones
encargadas de administrar justicia en las
regiones, se plantea la necesidad de realizar procesos de descentralización de
los operadores de justicia para facilitar el
acceso a la justicia. Se pide que en cada
uno de los municipios exista una Fiscalía
que recoja las denuncias y adelante las
investigaciones. Mientras tanto habría
que crear comisiones judiciales periódicas
para las zonas aisladas. También se propone establecer subsidios o algún sistema
de transporte para el desplazamiento de
las víctimas a las instituciones judiciales.
rutas de atención por parte de las víctimas
y, en consecuencia, el acceso a la justicia.
Se debe mejorar el trato que los funcionarios dan a las víctimas que se acercan
a las instituciones y ofrecerles información y atención básica para que puedan
tramitar sus demandas.
Se señala la necesidad de mejorar la
formación de los funcionarios judiciales.
Se deben visibilizar los crímenes cometidos por agentes del Estado en el marco
del conflicto.
Se propone hacer mesas temáticas
para hacer seguimiento a los procesos
judiciales.
Se propone el establecimiento de mecanismos permanentes de interlocución
entre sociedad civil y los Gobiernos locales para poder plantear problemas en
derechos humanos.
Se deben implementar estrategias pedagógicas para facilitar el conocimiento de las
16
Se debe garantizar que las instituciones encargadas de administrar la Justicia cuenten con el personal idóneo y especializado y con recursos suficientes y
adecuados para prestar una atención con
enfoque diferencial.
Realizar programas de acompañamiento psicosocial a mujeres víctimas de trata
de personas y violencia sexual.
Se deben realizar acciones de capacitación a las comunidades sobre la normatividad y las rutas de acceso a la justicia, pero
con enfoques diferenciales para afrocolombianos, pueblos indígenas, personas discapacitadas y población LGBTI.
Se propone crear mecanismos de control y seguimiento a las Fuerzas Armadas
para impedir los vínculos y alianzas con
grupos armados al margen de la ley.
Se debe ofrecer el servicio de defensores
gratuitos para población más vulnerable.
Para mejorar el acceso a la justicia de las
mujeres es necesario realizar procesos de
capacitación a funcionarios públicos para
especializarse en atención de mujeres.
Se agrega además que el Estado debe
apoyar a las organizaciones que trabajan
con población discapacitada.
2. Adelantar investigaciones rápidas,
exhaustivas, independientes e imparciales
(Adecuado funcionamiento de la justicia)
Se insiste en que las investigaciones judiciales tengan continuidad y no se archiven.
Se debería crear un Sistema único de
información que registre y permita hacer
seguimiento de los procesos de justicia
en todo el territorio.
Es necesario destinar presupuesto suficiente para la investigación en los casos
de desaparición forzada.
Se deben adelantar investigaciones
sobre violaciones de derechos humanos
en las cárceles con el objetivo de lograr
mejores condiciones para la población
carcelaria.
Es necesario “humanizar” los procesos
de exhumaciones y levantamientos de
cuerpos.
En lo que respecta al tema de infraestructura, se plantea la necesidad de crear
nuevos institutos penitenciarios o renovar
17
los existentes para que cumplan con los
estándares mínimos de cupos y condiciones sanitarias.
blicos que estén a cargo de los procesos
judiciales.
Se deben fortalecer los mecanismos alternativos de resolución de conflictos.
Se debe garantizar el derecho al trabajo
y a los servicios de salud de los reclusos
del país.
Se deben mejorar las condiciones laborales de los jueces de paz.
Se considera que el Estado debe concentrar sus esfuerzos para lograr el esclarecimiento de los delitos cometidos
por agentes del Estado.
Se propone eliminar el voto en blanco
en los procesos de elección de los jueces
de paz.
Es necesario diseñar estrategias adecuadas de protección para los reclamantes de tierras, y para los funcionarios pú-
Se deben diseñar mecanismos para
mejorar la coordinación entre la justicia
ordinaria y los mecanismos alternativos.
3. La obligación de lucha contra la
impunidad, hacer comparecer a los
responsables ante la justicia y sancionarlos
La Fiscalía debería establecer mecanismos para recoger las denuncias de
violaciones a los derechos humanos que
ocurran en lugares apartados, así como
establecer un convenio de intercambio
de información con la justicia penal militar
para conocer los casos que aquella esté
conociendo y poder entablar conflictos de
competencias cuando corresponda.
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Las investigaciones de los delitos cometidos por agentes del Estado deben
ser tratadas con especial atención por
parte de la Fiscalía y los jueces, para garantizar que los casos se esclarezcan.
de control (Porcuraduría, Contraloría, Etc.)
hagan seguimiento serio al desempeño de
los funcionarios públicos que trabajan en
las instituciones judiciales.
Se deben fortalecer las veedurías e
implementar otras estrategias de control
que eviten la corrupción en las entidades.
Se deben fortalecer los mecanismos de
selección de funcionarios judiciales, para
impedir la politización de su nombramiento.
Se propone diseñar una estrategia de concientización con respecto a las elecciones.
Se debe supervisar que los organismos
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Fascículo 9
acceso
a la
Justicia,
lucha contra la impunidad y
la corrupción
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