Orugas en soja... Duras de matar? Aunque se piense que

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Orugas en soja... Duras de matar?
Aunque se piense que cada campaña es similar a la anterior, cada año es
distinto respecto al manejo de problemas fitosanitarios. Con plagas animales,
como las orugas y las chinches , viene sucediendo un fenómeno que cuesta
entender desde hace ya más de 5 años. Los tratamientos no tienen la
efectividad que tenían antes. Y las protestas por ineficiencias se centran en dos
opiniones generalizadas : a) que los insectos han adquirido resistencia, ó b)
que los productos no son de buena calidad.
Sabido es que la resistencia genética de plagas a insecticidas es un fenómeno
acumulativo de selección (especialmente por aplicación de sub-dosis) a partir
de aplicar siempre el mismo tipo de productos activos que inciden en el sistema
nervioso de los insectos. Este proceso es lento y no cabe esperar que las
orugas que eran bien controladas el año anterior hayan creado resistencia al
año siguiente. Aplicar permanentemente la misma droga activa y en dosis
menores a las que realmente afectan al grueso de la población va
seleccionando individuos que poseen mayor capacidad para detoxificar el
producto, y estos dejan descendencia que conllevan esta característica.
En Argentina hay cuatro productos (cipermetrina, clorpirifos, endosulfan y
metamidofos) que son aplicados en el 80 % de las situaciones de control de
plagas en cultivos extensivos. Esto ya es de por si un alerta que indica la
posibilidad en el mediano plazo de ocurrencia de resistencia. Pero la mayor
preocupación es la subdosificación que ocurre sobre los insectos tratados.
Los piretroides sintéticos son afectados por las altas temperaturas. Ocurre que
un producto aplicado a una dosis de 200 centímetros cúbicos por hectárea, con
altas temperaturas, tiene al día siguiente una efectividad del 60% o menor
según se trate de isómeros puros o mezclas de isómeros. Es decir, las altas
temperaturas inactivan una gran parte del producto, y el efecto final sobre los
insectos que no fueron tocados durante el tratamiento y que mueren por
ingestión de las hojas que tienen el insecticida es muy lento y muchas veces no
alcanza. Los isómeros puros o depurados tienen, en casos de condiciones
extremas de temperaturas como las que ocurrieron en la campaña 2003-2004,
mayor persistencia y menos desactivación que las mezclas de isómeros
(cipermetrina). Los piretroides tienen en su composición química una serie de
productos diferentes en cuanto actividad pero con la misma fórmula química.
Estos son los llamados isómeros, la misma droga dispuesta dentro de la
formulación espacialmente de manera diferente. Los productos mezclas de
isómeros tienen algunos activos para producir mortalidad sobre los insectos y
otros que no producen ningún o poco efecto sobre los mismos.
En un envase de cipermetrina hay 6 isómeros de los cuales hay dos altamente
activos, uno relativamente activo y tres con nula acción sobre el sistema
nervioso de los insectos. Alfametrina es un isómero de la cipermetrina de
máxima actividad. Los productos comerciales a base de cipermetrina alfa
depurada son más estables a las altas temperaturas y la actividad por contacto
o ingestión asegura que todas las gotas pulverizadas contengan una
concentración capaz de matar al insecto blanco.
Un problema adicional que se traduce en sub dosificaciones de los productos
es la calidad de aplicación. Muchas veces influida por las condiciones
ambientales, especialmente la baja humedad relativa del ambiente, que hace
que las gotas mas chicas pulverizadas tengan una vida más corta y no lleguen
al sitio donde producen su efecto.
Las dosis de los marbetes de los productos provienen de ensayos efectuados
en condiciones óptimas. Cuando estas condiciones cambian, deberán ajustarse
para que produzcan el mismo efecto que bajo condiciones extremas
ambientales.
El tamaño de la población de insectos y su ubicación en la planta es el último
factor de influencia sobre la falsa percepción del control y la opinión adelantada
de que los productos no son buenos o de que se generó resistencia de un año
para el otro.
Cuando los inviernos no son muy fríos hay especies, como la isoca medidora,
que transcurren como pupa en la superficie de los lotes (sin enterrarse como
otras orugas para pasar la estación desfavorable), que sobreviven en grandes
cantidades.
Esto provoca un aumento de la población inicial que se traduce en grandes
ataques a mitad de la temporada.
La calidad de los tratamientos, mal que nos pese, es muy deficiente en nuestro
país. La media de los tratamientos indican como normal una eficiencia no
mayor al 60% en condiciones normales.
Menos efectivos aún cuando el insecto a controlar se ubica en la parte media y
del lado de debajo de las hojas (como la medidora en la última campaña o la
chinche Piezodorus).
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Entonces la percepción del control comparando un año normal con otro de
características especiales en cuanto a la abundancia de la plaga son
diferentes:
Campaña agrícola
Orugas por metro lineal
Eficiencia del control
Quedan vivas
Percepción del control
2003
8
60%
3,2 por meros lineal
Anduvo muy bien
2004
30
60%
12 por metro lineal
Falló el producto.
Hay Resistencia
Cuando a la abundancia de la plaga se le suman los factores ambientales, la
eficiencia del control es más baja aún y la percepción más empecinada en
fallas de los productos o fenómenos de resistencia.
En términos generales, los productos de las empresas de prestigio son de
excelente calidad y han pasado pruebas muy exhaustivas para poder ser
registrados. Lo que puede influir son las condiciones ambientales especiales de
cada temporada y la subdosificación producto de deficientes aplicaciones.
Cada año es distinto. Los mejores productos pueden fallar si no se tienen en
cuenta los aspectos climáticos, de densidad de la plaga y de aplicación. Y los
productos de baja calidad pueden tener éxito si son ajustados los parámetros
que influyen sobre su actividad biológica. Pero la elección de productos a base
de isómeros puros es un primer seguro que debe tomarse, entendiendo que
son más costosos por la tecnología que llevan implícitos en cuanto a la
depuración de su componente más activo. Este costo adicional es siempre más
rentable que la reiteración del tratamiento.
Ing. Agr. Daniel Igarzábal.
Coordinador general Serviagro
Empresa de Monitoreo de Plagas.
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