STSJ Madrid 27-7-2015 - Contratos del Sector Público

Anuncio
TRIBUNAL SUPERIO DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Sentencia de fecha 27 de julio de 2015
N° de Recurso: 667/2014
N° de Resolución: 95/2015
En la ciudad de Madrid, a 27 de julio del año 2015, visto por la Sala el recurso arriba referido, interpuesto por
el Letrado de la Comunidad de Madrid, en nombre y representación del Servicio Madrileño de la Salud,
contra la Sentencia dictada en fecha 20 de junio de 2014 por el juzgado de lo contencioso administrativo n°
22 de esta capital.
Es ponente de esta Sentencia la Ilma. Sra. Doña Fátima Arana Azpitarte, que expresa el parecer de la
Sección.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Se interpuso recurso de apelación por el Letrado de la Comunidad de Madrid, en nombre y
representación del Servicio Madrileño de la Salud, solicitando la revocación de la Sentencia apelada.
SEGUNDO.- La parte apelada se opuso al recurso solicitando su desestimación.
TERCERO.- Elevadas las actuaciones a la Sala se señaló el día 15 de julio del año 2015 para deliberación,
votación y fallo del recurso.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO Se interpone el presente recurso de apelación contra la Sentencia dictada en fecha 20 de junio de
2014 por el juzgado de lo contencioso administrativo n° 22 de esta capital que estimó el recurso contencioso
administrativo interpuesto por el procurador Don Joaquín Fanjul de Antonio en nombre y representación de
FERROVIAL AGROMAN SA., contra la desestimación presunta, en virtud de silencio administrativo, por la
Administración de la Comunidad de Madrid, de la solicitud de pago de principal e intereses de demora de la
factura n° 0701A102 de fecha 15 de enero de 2007, y de intereses de demora por abono tardío de las
certificaciones n° 2, 3, 8 y 10 , todas ellas emitidas por cuenta del contrato de Construcción del Centro de
Salud Peña Prieta Sierra de Filabres, reclamación deducida mediante escrito de 13 de marzo de 2013,
acordando:
1/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
Anular la citada actuación administrativa por no ser conforme a derecho.
Reconocer el derecho de la recurrente FERROVIAL AGROMAN SA. a que por la Administración de la
Comunidad de Madrid se le abone la suma de 177.049,83 euros en concepto de principal de la factura n°
0701A102 de fecha 15 de enero de 2007 emitida por cuenta de dicho contrato; la suma de 95.999,81 euros
en concepto de intereses de demora por el pago tardío de dicha factura , correspondientes al periodo
comprendido entre la fecha de la misma y el 19 de marzo de 2014 fecha de la demanda, y a la suma que
corresponda a partir del 20 de marzo de 2014 hasta la fecha de su completo pago por el mismo concepto de
intereses de demora calculados en la forma prevista en la Ley 3/2004 cuyo importe se determinará en su
caso en ejecución de esta Sentencia.
Reconocer el derecho de la recurrente FERROVIAL AGROMAN SA. a que por la Administración de la
Comunidad de Madrid se le abone la suma de 4.417,83 euros en concepto de intereses de demora por el
pago tardío de las certificaciones n°2, 3, 8 y 10 todas ellas emitidas por cuenta del contrato de “Construcción
del Centro de Salud Peña Prieta Sierra de Filabres.
Reconocer el derecho de la recurrente FERROVIAL AGROMAN SA. al abono por la Administración
demandada de intereses legales de las anteriores sumas líquidas desde el 10 de diciembre de 2013 hasta la
fecha en que le sea notificada la Sentencia.
Todo ello con expresa imposición de costas a la Administración recurrida.
SEGUNDO.- El recurso de apelación lo interpone el Letrado de la Comunidad de Madrid, en nombre y
representación del Servicio Madrileño de la Salud, por los siguientes motivos: 1°.- infracción del art 42 de la
Ley 9/90 de 8 de noviembre , alegando que la certificación por importe de 177.049,83 euros está prescrita
porque ,aunque se entendiera que dicha certificación es un pago a cuenta, el dies a quo del cómputo de la
prescripción debe ser el pago de la certificación final de la obra y la certificación final se abonó el 30.3.2007,
por lo que en la fecha de la solicitud administrativa (1 3.03.2013) había prescrito el principal de dicha
certificación e intereses, estando también prescritos los intereses de las demás certificaciones anteriores a la
final, es decir, toda la reclamación; 2°.- infracción del art. 99.4 de la Ley de Contratos , entendiendo que no
proceden intereses sobre la anterior factura por tratarse de obras fuera de contrato, con cita de diversas
Sentencias del Tribunal Supremo y de esta Sala y Sección según las cuales los intereses solo corren desde
la convalidación del gasto fuera de contrato si procede esta convalidación, ó por no estarse ante una
cantidad líquida y 3°.- por infracción del art. 1109 del Código Civil entendiendo que no procede la condena al
anatocismo por concederse sobre una cantidad ilíquida.
El apelado, FERROVIAL AGROMAN S.A., opone a la prosperabilidad del recurso que éste no realiza una
crítica de los fundamentos y razonamientos de la Sentencia, que el recurso es inadmisible por razón de la
cuantía respecto de los intereses de las certificaciones n°2, 3, 8 y 10, que el inicio del plazo de prescripción
es la liquidación del contrato y la devolución de avales prevista en el art. 147.3 del TRLCAP, que la
reclamación que nos ocupa fue previamente formulada el 27 de julio de 2010 por lo que en cualquier caso se
habría interrumpido el plazo de prescripción , que la Administración no ha realizado ni un solo trámite relativo
2/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
a los que la Administración debe hacer ó ya ha hecho para proceder al pago de la factura y que procede el
devengo de intereses sobre la factura , alegando finalmente que procede el pago de intereses anatocísticos
al ser líquida y cierta toda la cantidad para cuya determinación basta una mera operación matemática.
TERCERO.- Hemos de examinar ,en primer lugar, la posible inadmisibilidad parcial del presente recurso de
apelación, al no superar el importe de los intereses de demora por el pago tardío de las certificaciones n°2, 3,
8 y 10 la cuantía de 30.000 euros a que se refiere el artículo 81.1.a) de la Ley 29/1998, de 13 de julio,
reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (en adelante LRJCA), en concordancia con el
artículo 41 .3 de la Ley mencionada , el examen de dicha causa de inadmisibilidad es obligado para esta
Sala, toda vez que el control por los Tribunales, incluso de oficio, de los presupuestos de admisibilidad del
Recurso de apelación compete a los Tribunales con independencia de las alegaciones de las partes, ya que
estamos ante una materia de orden público procesal, de la que nadie, ni siquiera el propio Tribunal, puede
disponer.
En el presente caso el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo fijó la cuantía del Recurso contenciosoadministrativo en la cantidad de 277.467,47 euros, que es la suma total de los importes reclamados en
concepto de factura n° 0701A102 e intereses de demora e intereses de demora de las certificaciones n° 2, 3,
8 y 10, no obstante, de manera uniforme tiene declarado el Tribunal Supremo al examinar la admisibilidad de
los Recursos de casación que se interponen contra las Sentencias de las Salas de lo ContenciosoAdministrativo, que aunque dichas Salas hayan fijado la cuantía del Recurso contencioso-administrativo que
ante ellas se siguió en un importe superior al límite cuantitativo del Recurso de casación, y por tanto hayan
admitido la preparación de dicho Recurso, tales declaraciones de las Salas de instancia no sujetan al
Tribunal Supremo a los efectos de determinar si la casación es admisible por su cuantía, pues de otra
manera se sustraería al Tribunal de casación el control de la admisibilidad por la cuantía que por Ley le
corresponde, dejando la admisibilidad de la casación por razón de la cuantía en las Salas de instancia, lo que
no es de recibo, pues como ya se ha dicho al ser la cuantía de los Recursos, de apelación y de casación,
una cuestión de orden público procesal, no queda su fijación a disposición de las partes y ni siquiera de los
propios Tribunales de instancia y apelación o casación, que han de determinar la cuantía del proceso a los
efectos del Recurso que han de conocer con estricta sujeción a las normas que sobre la materia fijan las
Leyes procesales y sin necesidad de que se alegue la inadmisión por la cuantía por las partes.
De otra parte es conveniente dejar claro que el derecho a la segunda instancia no es más que un derecho de
configuración legal, sometido por tanto a los requisitos y condiciones que la Ley y la Jurisprudencia del
Tribunal Supremo que la aplica e interpreta, establecen, de modo que el derecho a la tutela judicial efectiva
se ve satisfecho con la Resolución dictada en única instancia aunque contra ella no quepa apelación, lo que
de ninguna manera es contrario al derecho a la tutela judicial efectiva recogido en la Constitución, tutela que
se cumple con el examen por el Juez en esa única instancia, al punto que sólo en el caso de la Jurisdicción
Penal, no en otras, se habla del derecho a la segunda instancia, y ello por imperativo de lo dispuesto en el art
2 del Protocolo Séptimo al Convenio Europeo de Derechos Humanos , y 14.5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos , y así lo ha proclamado el Tribunal Constitucional (vid Sentencias 89/1995 y
120/1996), que ha señalado que este principio de la doble instancia no es extrapolable al proceso
3/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
contencioso-administrativo, y que la verificación de los requisitos y presupuestos materiales y procesales
sobre el acceso a la segunda instancia es una cuestión de mera legalidad ordinaria que corresponde
exclusivamente a los Jueces y Tribunales siempre que la vía del recurso no se cierre arbitrariamente o intuitu
personae (vid. Sentencias del Tribunal Constitucional 36/1 997 , 42/1997, 125/1 997 y 147/1997).
En ocasiones la cuantía del recurso viene dada por la acumulación en un mismo acto administrativo de
diversas reclamaciones de deuda que son individualizables. Es esta cuantía, la de los distintos actos
administrativos, a la que debe atenderse a efectos de fijación de competencia, pues es necesario dejar bien
claro que cuantía del recurso y cuantía a efectos de recurribilidad en apelación, casación, o casación para
unificación de doctrina son conceptos distintos. En efecto, la cuantía del recurso, según establece el art. 41
de la LJCA de 1998, se fija atendiendo al valor económico de la pretensión, por lo que, de solicitarse la
anulación de un acto, habrá de atenderse al contenido económico del mismo y siempre depurando dicha
cuantía de elementos ajenos al débito principal, tales como recargos, costas o cualquier otra clase de
responsabilidad ( art. 42. 1.a LJCA ) salvo que los mismos fueran superiores al propio débito. Pero el propio
artículo 41.3 se encarga de precisar que en los casos de acumulación o ampliación del recurso, no se
comunicará la posibilidad de apelación o casación a las de cuantía inferior. Este criterio extiende sus efectos
desde luego a las acumulaciones o ampliaciones producidas en sede judicial, es decir, cuando el inicial litigio
se amplia a otros actos administrativos conexos ( art. 34 , 35 y 36 de la LJCA 1998 ), o cuando se acumulan
recursos inicialmente tramitados por separado ( art. 37.1 LJCA ) como se ha declarado reiteradamente por
una jurisprudencia no necesitada de cita, por invariable ya que cada una de las pretensiones acumuladas
conserva pese a la acumulación su propia individualidad cuantitativa respecto de la apelación,
independientemente del resultado que arroje la suma de las cuantías de cada una de las pretensiones,
siendo, en definitiva, la cuantía de cada una de éstas, aisladamente considerada, la que abre o cierra el
cauce de la apelación con independencia de la cifra que alcance la suma de las cuantías de las diferentes
pretensiones acumuladas.
Pues bien, en el caso presente de la demanda resulta con total claridad que el recurrente ejercitó tres
pretensiones acumuladas: 1a la de abono de la factura n° 0701A102 , 2°.- la de abono de sus intereses de
demora y 3°.- la de abono de los intereses de demora de las certificaciones n°2, 3, 8 y 10, pretensión esta
última que no alcanza la cuantía mínima para acceder a la apelación por lo que el recurso de apelación
interpuesto contra la concesión de tales intereses de demora así como de los intereses anatocísticos sobre
tales intereses deviene inadmisible por razón de la cuantía, a tenor de lo dispuesto en el artículo 81.1 .a) de
la LRJCA, por lo que debe declararse su inadmisión, que en fase de Recurso se torna en causa de
desestimación, de acuerdo a reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo.
CUARTO.- No podemos compartir la afirmación del apelado de que el apelante no realiza una verdadera
crítica de la Sentencia apelada, por cuanto que en el escrito del recurso de apelación se expresan con total
claridad los concretos extremos de la Sentencia apelada de que se discrepa, sin ser óbice para ello que los
argumentos jurídicos que la misma baraja sean sustancialmente los mismos que los que se adujeron en la
primera Instancia, pues los argumentos que en efecto se reiteran no fueron respaldados o aceptados, tal y
como se proponían, en la primera Instancia.
4/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
En relación con la factura 0701A102 por importe de 177.049,83 euros que la Sentencia concede, el apelante
alega que está prescrita porque, aunque se entendiera que dicha certificación es un pago a cuenta, el dies a
quo del cómputo de la prescripción debe ser el pago de la certificación final de la obra y la certificación final
se abonó el 30.3.2007, por lo que en la fecha de la solicitud 13.03.2013 había prescrito el principal de dicha
certificación.
El motivo no puede prosperar. Compartimos el criterio de la Sentencia apelada de que el dies a quo para el
inicio del cómputo del plazo de prescripción no debe de ser la fecha de la factura ni tampoco, en este caso, el
del pago de la certificación final, sino la fecha de la liquidación definitiva del contrato que en el caso presente
no se ha producido.
Así, es doctrina reiterada del Tribunal Supremo (Sentencias de 31 de enero de 2.003 y 14 de julio de
2003,entre otras) que el cómputo del plazo de prescripción de los intereses de demora por retraso en el pago
de las certificaciones no debe de realizarse desde la fecha de éstas, sino que empieza a computarse desde
que hubiera tenido lugar el último acto contractual, desde que concluyen las relaciones jurídicas derivadas
del contrato, no pudiendo beneficiar la prescripción a quien con su conducta impide que la relación jurídica
con los contratantes quede terminada, y que así actúa la Administración que no procede, como es su deber,
a la liquidación definitiva y a la cancelación de las fianzas prestadas, a que viene obligada en virtud de lo
dispuesto en los artículos 55 y 57 de la LCE.
Se dice también que aplicar en esta situación la prescripción comporta un trato profundamente
discriminatorio para ambas partes contratantes, pues mientras los derechos del contratista están
prescribiendo los de la Administración, derivados del contrato, se encuentran intactos y son ejercitables en
cualquier momento sin que la prescripción haya comenzado.
Esta doctrina consiste en definitiva en valorar, a los efectos del cómputo del plazo de prescripción, un sólo
contrato de obra, y en iniciar aquel cómputo, en todas las obligaciones parciales de ese único contrato,
desde su liquidación definitiva.
Tal doctrina es asimismo aplicable a supuestos como el presente en que se reclama el importe de obras
ejecutadas por el contratista como complementarias del proyecto principal, debiendo declarase que, a tales
efectos, la misma sustancia jurídica de obligación parcial corresponde a las certificaciones de obra que a la
reclamación del importe de las obras que hayan sido encargadas al mismo contratista como
complementarias de la obra inicialmente pactada como principal. Así lo han entendido las Sentencias del
Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 7), de 8julio 2004, Recurso de casación
para la unificación de doctrina núm. 185/2003, de 31 enero 2003, Recurso de casación para la unificación de
doctrina núm. 166/2002 y de 14julio 2003, Recurso de casación para la unificación de doctrina núm. 60/2003,
en supuestos muy parecidos al presente en que el Tribunal Supremo casa sendas Sentencias de la Sala de
lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que declararon prescrito el
plazo para el ejercicio del derecho al cobro de unas obras complementarias del proyecto principal por el
transcurso del plazo de cinco años contados desde la fecha de su terminación hasta la de su reclamación,
declarando el Tribunal Supremo que tal cómputo es erróneo y que el plazo de prescripción no debe de
5/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
computarse desde la fecha de finalización de las concretas obras, sino que integradas en un único contrato
el plazo debe de computarse desde que hubiera tenido lugar la liquidación definitiva del contrato.
En el caso presente, habiéndose producido la adjudicación del contrato en fecha 16 de septiembre de 2005,
resulta de aplicación ,por razones cronológicas, el Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. Conforme a lo
dispuesto en su art.147 y concordantes, a la terminación de las obras debe de producirse su recepción y
dentro del plazo de dos meses contados a partir de la recepción, el órgano de contratación deberá aprobar la
certificación final de las obras ejecutadas, que será abonada al contratista a cuenta de la liquidación del
contrato; tras la recepción comienza el plazo de garantía que no puede ser inferior a un año, salvo casos
especiales, y dentro del plazo de quince días anteriores al cumplimiento del plazo de garantía, el director
facultativo de la obra, de oficio o a instancia del contratista, redactará un informe sobre el estado de las
obras, si éste fuera favorable, el contratista quedará relevado de toda responsabilidad, salvo lo dispuesto en
el art. 148, procediéndose a la devolución o cancelación de la garantía, a la liquidación del contrato y, en su
caso, al pago de las obligaciones pendientes, aplicándose a este último lo dispuesto en el art. 99.4. Pues
bien, habiendo tenido lugar la recepción de las obras en fecha 5 de diciembre de 2006, es evidente que a la
fecha de abono de la certificación final ni siquiera había transcurrido el plazo de garantía por lo que mal
puede tomarse dicha fecha de inicio para el cómputo de la prescripción, siendo así que además, una vez
transcurrido el plazo de garantía, no consta que la Administración haya procedido a realizar la liquidación
definitiva del contrato ni a devolver las fianzas y que , es cierto, como afirma el apelado y acreditó en la
instancia, que el abono de la factura fue solicitado asimismo en una reclamación anterior de fecha 27 de julio
de 2010, por lo que habría interrumpido con tal reclamación el plazo de prescripción.
QUINTO.- El segundo motivo del recurso de apelación debe de prosperar.
La Sentencia apelada ha concedido la cantidad de 95.999,81 euros en concepto de intereses de demora por
el pago tardío de dicha factura, calculándolos desde su fecha de expedición hasta el 19 de marzo de 2014
fecha de la demanda, concediendo asimismo por tal concepto la suma que corresponda a partir del 20 de
marzo de 2014 hasta la fecha de su completo pago ,intereses de demora calculados en la forma prevista en
el TRLCAP y en la Ley 3/2004 cuyo importe se determinará en su caso en ejecución de Sentencia, es decir,
concede los intereses, conforme a lo solicitado por el recurrente, como si tal factura fuera una certificación
ordinaria de obra, criterio que no compartimos, por cuanto que no es de aplicación la regulación que sobre la
materia contiene la legislación de contratos, ya que el fundamento de la concesión de la factura es la teoría
del enriquecimiento injusto.
El Tribunal Supremo, en la sentencia de 2 de Julio del 2004 declara que “los intereses de las obras
realizadas fuera del contrato solo se podían devengar a partir de la convalidación definitiva de la obra, pues
hasta ese momento la Administración no podía abonar el importe de las mismas, y si bien es cierto que las
obras las había recibido con anterioridad, no cabe olvidar, que el contratista también sabia, que esas obras
realizadas fuera del contrato exigían los trámites oportunos, incluida su convalidación, y por tanto se puede
6/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
incluso presumir, que el contratista al realizar las obras, fuera del contrato, aceptaba que la obligación de la
Administración de abonarlas no surgía hasta que se cumplimentaran los trámites oportunos.
Conforme a la doctrina jurisprudencial expuesta no procede conceder los intereses de demora solicitados,
por cuanto que en el caso debatido, ni se ha expedido certificación por la Dirección Facultativa, ni se ha
tramitado ni aprobado en forma ningún proyecto modificado ni existe solicitud alguna de ello y tampoco ha
existido fiscalización previa ,por lo que era necesario someter a autorización y convalidación del Consejo de
Gobierno el gasto y las actuaciones administrativas del expediente, siendo así que en el caso presente al no
haber existido actuación administrativa alguna y concederse tal cantidad únicamente por aplicación de la
doctrina que prohíbe el enriquecimiento sin causa (al margen de la normativa y regulación de los contratos
administrativos), los únicos intereses que pueden ser concedidos son los intereses legales desde la fecha de
la reclamación administrativa (13 de marzo de 2013), así lo tiene reiteradamente declarado esta Sala y
Sección, entre otras en Sentencia de fecha 06/06/20 13, dictada en el recurso 1333/2011, de fecha 09/03/20
15 dictada en el recurso 849/2013 y de fecha 20/04/2015, dictada en el recurso 368/2013
Procede asimismo revocar la condena de intereses anatocísticos que realiza la Sentencia de instancia
respecto de los intereses devengados por el pago tardío de la factura 0701A102.
SEXTO.- Dada la estimación parcial que del recurso se realiza no procede realizar condena en costas
respecto de las causadas en esta segunda instancia (artículo 139.2 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso-administrativa).
Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Que estimando en parte el recurso de apelación interpuesto por el Letrado de la Comunidad de Madrid, en
nombre y representación del Servicio Madrileño de la Salud, contra la Sentencia dictada en fecha 20 de junio
de 2014 por el juzgado de lo contencioso administrativo n°22 de esta capital a que esta “litis” se refiere,
mantenemos el reconocimiento que realiza del derecho de la recurrente FERROVIAL AGROMAN S.A. a que
por la Administración de la Comunidad de Madrid se le abone la suma de 177.049,83 euros en concepto de
principal de la factura n° 0701A102 de fecha 15 de enero de 2007, así como el derecho de la recurrente a
que por la misma Administración se le abone la suma de 4.417,83 euros en concepto de intereses de demora
por el pago tardío de las certificaciones n°2, 3, 8 y 10 todas ellas emitidas por cuenta del contrato de
“Construcción del Centro de Salud Peña Prieta Sierra de Filabres” e intereses anatocísticos sobre dichos
intereses a que condena la Sentencia, revocándola en cuanto a la condena de abono de intereses de
demora que realiza por el pago tardío de la factura n° 0701A102 , que únicamente devengará el interés legal
desde la fecha de la reclamación administrativa (13 de marzo de 2013)y sin realizar condena en costas
respecto de las causadas en este recurso de apelación.
7/7
Proyecto CSP www.contratosdelsectorpúblico.es
Descargar