La Plata, sábado 21 de septiembre de 2002 Justicia, Seguridad y Policía 3 CASO MELMANN Edificios en la mira de ladrones Hubo otro ataque en Capital. Tomaron como rehén al portero y le pidieron todas las llaves. Llegó la Policía y frustró la maniobra Cristales rotos. La Policía violentó la puerta para entrar al edificio Dos jóvenes ladrones armados tomaron ayer como rehén al portero de un exclusivo edificio de Barrio Parque, en Palermo, a quien pretendieron obligar a abrir las puertas de los departamentos para entrar a robar, aunque fueron detenidos por la policía antes de lograr su propósito. El episodio, que se suma a otro caso similar ocurrido hace pocos días en el barrio de Belgrano, refleja una nueva modalidad delictiva que consiste en asaltar edificios enteros. Las fuentes puntualizaron que el hecho que se investiga ocurrió alrededor de las 11 en el edificio de cuatro pisos situado en Coronado 3140, cuando el portero regresaba de realizar una compras y fue abordado por dos ladrones armados Los asaltantes, de 16 y 17 años, amenazaron al encargado cuando entraba por la puerta de servicio del edificio y lo obligaron a entrar. El portero fue llevado hasta el primer subsuelo, donde está el estacionamiento, y fue amenazado de muerte por los ladrones para que les entregara las llaves de los cuatro pisos de la edificación. El encargado les dijo que no tenía llaves, motivo por el cual los delincuentes le contestaron: “Peor para ellos, porque les vamos a reventar las puertas”. Pero antes de que eso ocurriera, la policía, que había sido alertada por un vecino, llegó al lugar y, al ver que nadie respondía al llamado en portería, rompió el vidrio de entrada al palier del edificio; localizaron a los asaltantes en el subsuelo y los apresaron, mientras que el portero, que estaba atado y amordazado, fue liberado. La amenazaban para que no abriera la boca Una menor reconoció que le envió una nota al padre de Natalia, pese a que estaba siendo amenazada por extraños. Señaló a Suárez y Echenique como autores del crimen Una adolescente de 14 años, familiar del imputado policía Ricardo Suárez, declaró ayer en el juicio por el crimen de Natalia Melmann, que le mandó una nota a Gustavo Melmann, padre de la víctima, en la que le indicaba que Suárez, Ricardo Echenique y otro suboficial de apellido Panadero, fueron los autores del crimen. La joven reconoció la nota como propia pero relató al Tribunal que la envió pese a que estaba siendo amenazada por personas que no puede identificar, las que a través de notas, que le dejaban en su bicicleta, le indicaban lo que debía contar. La adolescente, que declaró en forma reservada, dijo que también se entrevistó con Melmann y le comentó, siempre bajo amenazas de desconocidos, que se había enterado de quiénes eran los autores del crimen durante un asado, en el que además vio a Suárez con el torso desnudo, y que tenia arañazos. En tanto, Mercedes Cabrera, funcionaria de la Dirección del Menor de Miramar, dijo ayer que Sebastián Gómez, un joven que estaba alojado en un hogar de menores y cuyo paradero actualmente se desconoce, le manifestó a ella y a la Policía que vio cuando la quinceañera fue interceptada por una camioneta policial. En las primeras jornadas del juicio, otra testigo, Carlota del Valle Soria, conocida también como “Carla”, había manifestado que el mismo Gómez le dijo a ella que vio cómo Natalia era intro- Afuera. La falta de memoria del sargento Diez molestó al tribunal ducida de los pelos en una camioneta policial. Gómez estaba citado para la audiencia de esa mañana, pero hasta ayer no había podido ser ubicado para que compareciera. “Cuando surge que esta chica estaba desaparecida, Sebastián le contó a la encargada del hogar, a la asistente social y a mí, que vio que aquella mañana había sido interceptada por una camioneta policial blanca, con las luces del techo rotas”, dijo Cabrera, refiriéndose a las balizas azules características. Añadió que ante tales manifestaciones, lo acompañaron a la comisaría de Miramar, donde Gómez “relató lo que vio en una pequeña oficina interna, a un policía de civil que no sé cómo se llamaba ni qué grado tenía, y que nos dijo que ya tenían ese dato, por lo que no era necesario tomar su declaración”, señaló Cabrera. Ante una pregunta del tribunal, la mujer dijo que “ni a nosotras ni a la Policía, Sebastián nos mencionó que a la chica la hubieran obligado a subir a esa patrulla”. Cabrera también refirió que, unos días después de que Gómez fuera a la comisaría a contar lo que había visto, “dejaron en la puerta del hogar una esquela que decía ‘Melena (en alusión a Gómez), te tenemos fichado, sos boleta, andá rezando’”.