memoria y globalizacion Ginzburg

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Historia, antropologia y fuentes orales
Memoria y globalización
Author(s): Carlo Ginzburg and Dolors Udina
Reviewed work(s):
Source: Historia, Antropología y Fuentes Orales, No. 32, Entre Fábula y Memoria (2004), pp.
29-40
Published by: Historia, antropologia y fuentes orales
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27753170 .
Accessed: 18/12/2011 14:49
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http://www.jstor.org
Memoria
c
;0
?
?
N
y globalizaci?n*
Carlo Clnzburg
o
(Roma, 23 de junio de 2004)
o
1. Memoria
y globalizaci?n:
ninguno
de los dos terminos es obvio. Empecemos
no
por el segundo. La globalizaci?n
deberia
como
contemplarse
un
aconteci
miento, sino como un proceso hist?rico a
largo plazo que asfalt? el Camino hacia el
mundo globalizado en el que vivimos: un
mundo en el que una reunion academica
en Roma se abre con un discurso pro
nunciado en un ingles con acento por un
historiador italiano que da clases en Los
Angeles. En cien anos, es posible que se
celebre
una
conferencia
como
esta
en
Londres y que comience con un discurso
pronunciado en mandarin por un histo
riador ingles que da clases en Beijing.
Como todos sabemos, durante las ulti
mas decadas el proceso hist?rico llama
do globalizaci?n ha iniciado una nueva
fase espectacular. Un simbolo de esta
evoluci?n reciente, y uno de sus agentes
principales, es una herramienta provista
de memoria: el ordenador. Aqui empeza
remis reflexiones sobre la memoria y la
globalizaci?n.
2. Quiero destacar
inmediatamente
no
neurocientifico
ni experto
soy
que
un
utilizo
ordenador
inform?tico, pero
sea
-aunque
personal
y me
analfabeto?
mente
interesa
2, 32, 2004
profesional
analizar
a nuestras
c?mo el presente afecta
del pasado y
percepciones
ordenador
-una
dida
que
sus matices
pasan
practicamente
ta nuestra
tan
expresion
del
exten
antropom?rficos
inadvertidos?
afec
idea de la memoria,
en sus
multiples
significados.
Porque la palabra memoria es ambigua.
Justo al principio de su breve y denso
libro Ricordi individually memorie collet
tive (Recuerdos individuals, memoria
colectiva), Alberto Oliverio, el distingui
do psicobi?logo, apunta que la distinci?n
entre memoria y recuerdo ya habia sido
en la doctrina de Piat?n del
avanzada
como
conocimiento
memoria.1
su doctrina del conoci
Piat?n expuso
miento en varios di?logos. Me centrare
en uno de los m?s celebres, el del Fedro.
Como se ver? inmediatamente en mi resu
men, el contenido del Fedro va mucho
m?s alia de su subtitulo tradicional: De
la belleza. Socrates y su joven amigo,
Fedro,
dan
un
paseo
por
el campo
cerca
un c?lido dia de verano. Los
dos hombres encuentran un lugar de
de Atenas
El presente texto es la version eserita y revisada de la confereneia inaugural
lnternaeional de Historia Oral, celebrada en Roma del 23 al 26 de junio de 2004.
1. A. Oliverio, Ricordi individuali,memorie collettive, Turin 1993, p. 4.
y Fuentes Orales,
verdadero
viceversa. Defendere que la memoria
*
Historia, Antropologia
como
?
L
o
E
o
X
29
de
la Xlll
Conferencia
Carlo
cerca de una fuente helada, a
la sombra de un ?rbol majestuoso, rode
descanso
estridente de las ciga
rras, cuyos origenes miticos son el tema
de una de las muchas digresiones que se
ados de la m?sica
permite Socrates en el curso del di?logo
Cuando
siguiente.
empieza
la conversa
un discurso de
tion,
tema del amor.
sobre
el
el
Lisias,
orador,
El argumento de Lisias tiene un elemen
to parad?jico:
los favores del amor
Fedro menciona
deben concederse
que
no
ama,
morado
La
mismo.
ya
nunca
no al amante
que
el que
est?
ena
el control de si
pierde
curiosidad
no
sino al
de
Socrates,
ape
nas oculta bajo la ironia acostumbrada
con la que cubre sus reacciones, se des
pierta al instante. Pero Fedro se niega a
hacer un resumen del discurso de Lisias
enriquecido con excelentes mecanismos
ret?ricos. Pero despues de ese discurso
hace otro, mucho mas largo, que ocupa
la mayor parte del di?logo. Aqiri Socrates
desarrolla un argumento sobre el amor
que es contrario al de Lisias: ?a traves de
esta demencia, que por cierto es un don
que los dioses otorgan, nos llegan gran
des bienes? (244 A 8-10). La description
que
nesi
me
voy
a
acordar
de
manera
digna de el? (228 A 1-3)2
La presunta superioridad de la escri
tura sobre la memoria se convierte en
el objetivo
de la ironia implacable
de S?crates. En cuanto Fedro termina de
leer el discurso de Lisias (que seguramen
te no es genuino sino una parodia inge
niosa escrita por Piat?n), S?crates hace
unas
se
cuantas
afirmaciones
desdefiosas:
considera que el enfoque de Lisias de ese
tema es bastante predecible. A continua
tion S?crates pronuncia su propio dis
curso, un eco del argumento de Lisias
amor
un
como
en una
inscribe
fre
represen
de vidas,
a veces
a veces
bestiales,
huma
nas, que durar?n diez mil anos. Gratias a
la belleza de los amados, el alma del
amante goza de un recuerdo del mundo
eterno, el mundo de las ideas:
Toda alma de hombre, por su propia
ha
a
visto
los
seres
verda
deros, o no habria llegado a ser el
viviente que es. Pero el acordarse de
ellos, por los de aqui, no es asunto f?cil
con
una
del
Socrates
divino
naturaleza,
<?Crees que yo, de todo lo que
cosas,
hace
tation mitica del alma como un ser alado
e inmortal, cuyo destino implica un ciclo
diciendo:
tiempo y sosiego compuso Lisias, el
m?s h?bil de los que ahora escriben,
siendo como soy profano en estas
Cinzburg
para todo elmundo. (249 E 5-250 A 2)
El verdadero
conocimiento
es, por
tanto, un recuerdo de realidad intempo
ral.
Debe
tenerse
presente
esta
doctrina,
que constituye el n?cleo de la filosofia
de Piat?n, para encontrar sentido a la
ultima parte del Fedro, a saber, la utiliza
tion de un mito supuestamente egipcio
para menospreciar la escritura, que pro
voca la queja en broma de Fedro: ?Que
bien se te da, Socrates, hacer discursos de
Egipto, o de cualquier otro pais que se te
antoje?. El mito es el siguiente: el dios
Theuth, tras inventar las letras, dice que
su invento ?har? m?s sabios a los egip
Fedro, tradueci?n al ingles de H. North Fowler, serie Loeb, Londres 1982 (todas las citas son de esta
tradueci?n, con cambios minimos). [Las citas en castellano son de la tradueci?n de F. Lled? de Fedro, Biblioteca
Cl?sica Gredos, Madrid 2000].
2. Piat?n,
30
HAFO,
2, 32, 2004
y globalizaci?n
Memoria
cios y m?s memoriosos,
pues se ha
inventado como f?rmaco [pharmakon] de
la memoria y de la sabiduria?.
Pero el rey Thamus muestra
su des
acuerdo:
lo que producir?n en las
almas de quienes las aprendan, al des
cuidar lamemoria, ya que, fi?ndose de
lo escrito, llegar?n al recuerdo desde
Es olvido
fuera,
a traves
de
caracteres
ajenos,
no
hacia
sometido
Gran
conocimientos,
siendo,
la mayoria
de
tienen muchos
al
contrario,
en
los casos,
totalmente
ignorantes,y dificiles, adem?s, de tratar
porque han acabado por convertirse en
sabios aparentes en lugar de sabios de
verdad. (275 A 2-B 3)
Esta expresi?n de profunda descon
fianza hacia
la escritura aparece casi al
final del Fedro, uno de los mayores
ejemplos del dominio de Piat?n de la
forma dialogistica. ^C?mo un artesano
tan poderoso de la palabra escrita podia
defender la incompatibilidad
intrinseca
entre sabiduria y escritura? A fin de
resolver
esta
contradiction,
academicos
han
temente un
controvertido
presentado
algunos
recien
argumento
que la palabra escrita de
ocultaba una doctrina esoterica
defendiendo
Piat?n
no escrita.3 En
pondre
lugar de comentarlo,
la actitud negativa de Piat?n
3. Piatone,
Fedro, ed. G. Reale,
Reale).
4. J. Goody, La domesticaci?n
HAFO,
2, 32, 2004
31
lVlil?n 2002, ps. 31-34
del pensamiento
a
un
escrutinio
o
franca
original. Citare un p?rrafo de la
conclusion de su libro La domestication
Goody-
que
la llamada Gran Dicotomia,
Division,
de
simple recordatorio. Apariencia
sabiduria es lo que proporcionas a tus
derlas, parecer?
perspectiva
amplia.
3. No es necesario recordar aqiri la
obra de Jack Goody sobre la interface
entre lo escrito y lo oral (parafraseando
el titulo de uno de sus libros). Desde
principios de los anos sesenta, Goody ha
mente
verdad. Porque
alumnos, que
habiendo oido muchas cosas sin apren
mas
comparativa
desde dentro, desde ellos mismos y por
si mismos. No es, pues, un f?rmaco de
lamemoria lo que has hallado, sino un
no
en una
la escritura
del pensamiento
tus
salvaje: ?Escribir ?seg?n
te permite hablar libremente de
Senala
pensamientos?.
ciones
sociales
en
que
la
est?ndar,
gente
situa
rara
mente escucha mon?logos
prolongados,
con la exception de los testimonios ofre
cidos en un juicio y las oraciones pro
nunciadas
junto
a una
tumba.
Pero
escri
bir, sigue Goody,
nos da la oportunidad de un mon?logo
de este tipo [...]. Permite al individuo
?expresar? largo y tendido sus pensa
mientos
sin
interruption,
con
correc
ciones y supresiones, y seg?n alguna
formula apropiada. Desde
luego, lo
necesario para este fin no es simple
mente un tipo de escritura, sino una
letra cursiva y el tipo de instrumentos
que permiten una grabaci?n r?pida.
Con el fin de registrar un discurso
interno o externo, los pensamientos o
el habla, es evidente que es mejor tener
l?piz y papel que una aguja y arcilla,
del mismo modo que la taquigrafia es
m?s eficiente que la escritura normal y
la m?quina de escribir electrica mejor
que
la manual...4
(eon refereneias bibliogr?ficas
salvaje, Akal, Madrid
1985.
a H. Kr?mer, K. Gaiser, G.
c
o
u
o
N
o
JQ
O
0)
>
0
"?
o
E
o
Carlo
Este p?rrafo fue escrito en 1977. Unos
anos despues, Goody habria puesto al dia
la lista subrayando la superioridad del
ordenador
los
sobre
instrumentos
pero, si se les pregunta algo, respon
den con el m?s altivo de los silen
ante
riores. Lo que yo quiero resaltar es dife
rente: todos los instrumentos de la lista
aproximadamente
3000 a.C? fue un momento
continua.
Esta
el ano
crucial en la
fuerte advertencia
tendencia
a centrarse
continuidad
contra
?una
la extendida
en acontecimientos
contempor?neos aislados?
explica por
que las reflexiones de Piat?n sobre lo oral
y lo escrito todavia son potencialmente
importantes para nosotros. Trabajando
desde una perspectiva diferente, Piat?n
abordaba realidades que no eran total
mente distintas de las nuestras. El mon?
logo silencioso que permite la escritura, y
que Goody elogiaba tanto, era una preo
cupaci?n de Piat?n. Veamos las quejas de
S?crates sobre este mon?logo:
Porque
es
que
es
impresionante,
Fedro, lo que pasa con la escritura, y
por lo que tanto se parece a la pin
tura. En efecto, sus v?stagos est?n
ante nosotros como si tuvieran vida;
mismo
con
pasa
a
llegar
las
creer
pala
como
si
cosa.
Pero,
eso
si, con
que
una
vez algo haya sido puesto por escri
to, las palabras ruedan por doquier,
igual entre los entendidos que como
a los que no les
aquellos
en
sin saber dis
absoluto,
importa
a
conviene
hablar y
tinguir
quienes
a quienes no...(275 D 4-13)
entre
historia porque ?el problema del almace
namiento de lamemoria dej? de dominar
la vida intelectual del hombre?.5 La evo
mente
Lo
Podrias
misma
en
lution del registro de datos durante los
cinco mil anos siguientes puede integrar
varios capitulos de una narration b?sica
cios.
bras.
lo que dicen fueran pens?ndolo;
pero si alguien pregunta, queriendo
aprender de lo que dicen, apuntan
a una y la
siempre y ?nicamente
citada (incluido el ordenador) implican
diferencias de grado, no de tipo. Como ha
subrayado Goody, la invenci?n de la
escritura -un acontecimiento que suele
fecharse
Ginzburg
La palabra escrita imita al original, es
decir, explica Socrates, la ?que se escribe
con ciencia en el alma del que aprende?.
?<?Terefieres a ese discurso Ueno de vida
y de alma, que tiene el que sabe y del que
el escrito se podria justamente decir que
es el reflejo [tidolon]??, se interroga
Fedro. ?Sin duda?, le responde Socrates.
Es decir, el original solo puede surgir del
intercambio dialectico ilustrado en los
di?logos de Piat?n: una forma de inter
action intelectual desconocida para las
culturas
orales
contrario
mera
de
tradicionales.6
pintar,
es
al
Escribir,
una
copia...
una
copia.7
4. ^Deberiamos considerar a Socrates
como el portavoz de Piat?n? Esta pre
gunta se ha formulado infinidad de oca
siones y ha generado interminables con
troversias
academicas.
Una
respuesta
5. J. Goody, La domesticacion...
6. G. Cambiano, Piatone e le tecniche, Turin 1971, p. 148.
7. En su proximo libro {SCHEMATA: Comunicazione non verbale nella Greeia antica, Pisa 2004), Maria Luisa Catoni
comenta este pasaje senalando la oposici?n, que se eonvirti? en un lugar eom?n ret?rico, entre escritura y pin
tura por un lado, y el discurso oral por el otro.
32
HAFO,
2, 32, 2004
Memoria
y clobalizaci?n
evasiva ?si
personaje
o no?
significa imagin?r un
(Socrates) dirigiendose aparen
cara
temente
a
cara
a
una
pequena
comunidad de amigos y conocidos en el
marco de una cantidad considerable de
escritas para una audiencia
palabras
amplia (aunque Piat?n no
pudiera prever las dimensiones de su
fama p?stuma). Adem?s, Piat?n articula
ba su desconflanza paradqjica hacia la
mucho
m?s
escritura desde una sociedad que hacia
un amplio uso de documentos escritos,
desde tratados hasta contratos p?blicos.8
La idea de que una utilization selectiva
de la escritura puede ser un arma contra
el olvido habia inspirado, entre otros, a
como muestra
la potente
Her?doto,
introduction de su obra:
son las investigaciones
Estas
de
Herodoto del Halicarnaso, que publi
ca
con
la esperanza
de
que
el recuer
do de lo que han hecho los hombres
no sea destruido por el tiempo, y de
que las grandes y maravillosas accio
nes de los griegos y los b?rbaros no
pierdan la fama que merecen.
Piat?n alude a la fuerza del olvido en
su Timeo (22 A-C), donde menciona
las
tradiciones olvidadas
sobre el pasado
en
griego que se habian conservado
Egipto. Pero no creia que escribir pudiera
ser ?til en casos asi. AI contrario, como
sabemos por el mito seudoegipcio narra
do al final de Fedro, los que confiamos en
la escritura estamos destinados al olvido,
porque
nuestra
memoria
se atrofia.
5. Podria pensarse que estos debates no
nos afectan. Hoy en dia muy poca gente
(si es que queda alguien) suscribe la doc
8. K. Thomas,
HAFO,
trina que fundamenta
el ataque
de
a
no
Piat?n
la palabra escrita, por
decir
que el mundo en que vivimos es muy
diferente del de Piat?n.
mentos
de Piat?n
introdujo su
entre
las
comparaci?n
palabas escritas y
las im?genes evocando a la gente senci
11a del pasado y su actitud sumisa hacia
las profecias expresadas por la encina en
nuestro
interior. Socrates
el templo de Zeus en Dodona
(275 B 6-C
4). Hoy en dia se formula un argumento
similar contra la television, aunque el
poder hipn?tico de las im?genes suele
oponerse a la actitud critica generada por
la palabra escrita. Todos estamos de
acuerdo en que la invention de la escri
tura ampli? en gran medida las posibili
de conocimiento. Pero tambien
creemos que ni la acumulaci?n de datos
dades
(tanto humanos como digitales) ni la
capacidad de recuperarlos es sin?nimo
de conocimiento. Seria tentador compa
rar la distinci?n de Piat?n entrememoria
y recuerdo, y su menosprecio del segun
do como actividad dependiente de es
critura, con nuestra distinci?n habitual
entre la information y la recuperation de
information de una base de datos. ^Tiene
sentido esta comparaci?n?
6. AI principio de mi conferencia, he
de la afirmaci?n de Alberto
Oliverio relacionando la distinci?n cru
hablado
cial entrememoria y recuerdo con la doc
trina del recuerdo de Piat?n. En mi
comentario de Piat?n he citado pasajes de
la traducci?n inglesa de Fedro publicada
en la serie Loeb. Pero, si examinamos los
terminos griegos utilizados por Piat?n en
Oral Tradition and Written Record in Classical Athens, Cambridge
2, 32, 2004
33
Pero los argu
resuenan en
todavia
1989.
c
o
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u
N
o
-Q
o
D1
>
o
"C
o
E
D
X
Carlo
su discusi?n
de la memoria y las ideas
relacionadas,
una
aparece
rente, m?s
realidad
dife
confusa.
Volvamos al mito seudoegipcio relata
do por Socrates hacia el final del di?lo
go. El dios Theuth se jacta de que su
la
invenci?n,
es
escritura,
?un
f?rmaco
de la memoria y de la sabiduria? [mne
mes te gar kai sophias pharmakon). El
rey Thamus replica que la escritura, al
no
contrario,
es
?un
f?rmaco
de
la
sino un simple recordatorio?
Las
(oukoun mnetnes alVupomneseos).
memoria,
dos
van
mneme
palabras,
del mismo
y upomnesis,
verbo,
mimnesko,
dar: pero la ultima va precedida
deri
recor
de la
preposici?n despectiva upo, que significa
abajo.9 La traducci?n de Loeb transmite
plenamente el significado de la fr?se: la
escritura tiene un papel decisivo en el
acto
de
inferior
es
recordar,
de memoria.
chamente
en una
forma
palabra
estre
decir,
Una
relacionada,
upomnema,
con
un
significado similar, surge en otro
pasaje de Fedro (276 D 3-4), donde
Socrates
los ?recordatorios
aprueba
escritos
[upomnemata]?
solo
para
?cuan
do llegue la edad del olvido?.10
La falta de una distinci?n clara entre
memoria
[mneme] y recuerdo [anamne
sis) surge en un pasaje del segundo dis
curso de S?crates sobre el amor. El verbo
anamimnesko se utiliza dos veces en el
mismo p?rrafo para transmitir el recuer
do de la verdadera belleza experimenta
da por el amante que percibe la belleza
terrenal.
que
S?crates
tengan
comenta:
?Pocas
suficiente memoria
Cinzburc
nies]? del ?sagrado espect?culo que otro
ra habian visto? (249 D 7 - 250 A 5).
Aqui podriamos haber esperado anamne
sis m?s que mnemes. En el Fedro, la opo
entre memoria y recuerdo, que
tenia un papel central en el pensamiento
de Piat?n, se transmite a traves de un
vocabulario amplio y flexible.
sici?n
7. En realidad, el lenguaje que utiliza
mos hoy para articular estos temas debe
m?s a Aristoteles que a Piat?n -o al
menos al Fedro de Piat?n?. En su breve
y densa obra De la memoria y el recuer
do (Peri mnemes kai anamnesis), Aris
toteles trazaba una distinci?n
clara,
tanto conceptual
entre
estas
dos
con un matiz
como
terminol?gica,
?afecciones
del
alma?,
decididamente
antiplat?
nico.11 El recuerdo {anamnesis) ?no es ni
la recuperaci?n ni la adquisici?n de la
memoria
?decia
Aristoteles?,
pues
cuando uno por primera vez aprende o
recibe una impresi?n sensible, no recu
(451 a 21-24).
pera ninguna memoria?
En el caso de la memoria
[mneme], la
actitud de Aristoteles hacia Piat?n era
m?s compleja. Aristoteles se preguntaba
c?mo alguien podia ?recordar algo que
no est? presente, puesto que solamente
presente la impresi?n, pero no
el hecho?. A fin de dar sentido a este
est?
la
fen?meno, Aristoteles
comparaba
memoria a ?una especie de grabado o
pintura [zographema]?; a continuaci?n
explicaba
hay
impresi?n
[mne
semejanza
?el estimulo produce la
[typon] de una especie de
que
de
lo percibido,
igual que
9. P. Ricceur, La memoire, I'histoire, I'oubli, Pans 2000, ps. 175-76.
10. En otro pasaje (Fedro, 249 C 5-8 ) upomnema tiene una connotaci?n
positiva.
11. Aristoteles, De la memoria y el recuerdo, Biblioteea de lniciaci?n Filos?fiea, Tradueci?n
Samaranch. Vease tambien R. Sorabji, Aristotle on Memory, Providence 1972.
34
de Francisco
HAFO,
de P.
2, 32, 2004
Memoria
y globalizaci?n
los hombres sellan algo con sus
anillos sellados? (450 a 30-32).12
Aristoteles se referia implicitamente a
un largo pasaje del Teeteto de Piat?n
(275 A 4). En su tratado
sobre la memoria y el recuerdo, Aris
toteles utiliz? el anillo sellado, un atajo a
cuando
de la memoria
los
(191-94). Alii Piat?n
comparaba
recuerdos de percepciones y pensamien
tos a las impresiones dejadas por un ani
llo sellado en la cera y las calificaba de
regalo que recibimos en nuestras almas
va,
de Mnemosine, la diosa de la memoria y
madre de las musas (191 ss.). Aristoteles
la
ignoraba la referenda a Mnemosine:
impresi?n se hacia ?en el alma, y en
la parte del cuerpo que contiene el alma?
(450 a 28-29). Tanto Piat?n como Aris
el anillo sellado como
relacionando la memoria con
toteles utilizaron
met?fora,
una experiencia
social generalizada que
abria un espacio de limitaciones y posi
bilidades cognitivas.13 El anillo sellado,
este objeto desconcertante colocado en la
interesecci?n entre im?genes y escritura,
entre presencia y ausencia, puede haber
tenido un papel importante en la emer
gencia de la escritura; en cualquier caso,
podria considerarse f?cilmente un arque
tipo de la escritura.14El profundo impac
to de la escritura en Piat?n y Aristoteles
queda reflejado en la palabra typos y
se le da:
el grupo de significados que
car?cter, impresi?n, imagen, copia. En el
Fedro, Piat?n habia expresado su des
conflanza en la escritura por producirse
?a
traves
de
caracteres
ajenos?
(up'allo
trion typon) porque conducia a la atrofia
como
la escritura,
una
demostrando
memoria
y
una
mo,
el
met?fora
c?mo
recuerdo...
experiencia
cogniti
funcionan
ya
que
la
el ulti
?implica la memoria, y va
acompanado de memoria? (451 B 5-6).
humana,
8. El lenguaje que empleamos hoy al
hablar de la memoria se basa en general
en las mismas met?foras utilizadas por
Piat?n y Aristoteles. Decimos, por ejem
del 11 de
una
marca
2001
de
septiembre
dejaron
imborrable en la memoria de cuantos los
plo, que
los acontecimientos
presenciaron.
ciar?,
damos
Y,
cuando
decimos
un
nuevo
significado
?presen
a una
palabra que durante mucho tiempo se
referia exclusivamente a la vision directa,
o autopsia, como lo llamaban los medicos
e historiadores
en la antigua Grecia.15
la
gran
Porque
mayoria de quienes, en
todo el mundo, presenciaron el ataque
contra las torres gemelas, lo vieron por la
pantalla de television: el medio propor
cion? un acceso universal simult?neo a
un
acontecimiento
sin precedentes
verda
deramete global. Nuestro lenguaje parece
ignorar que nuestra experiencia de reali
dad est? mediatizada, hasta un nivel que
ni Piat?n ni Aristoteles habrian podido
capaces de
imagin?r, por tecnologias
almacenar grandes vol?menes de im?ge
12. La traducci?n de Loeb dice: ?imprime una especie de pareeido?.
tambien D. F. Krell, ?Slabs ofWax: Aristotle and Plato on Memory, Reminiscence and Writing?, en
e Indianapolis
Of Memory, Reminiscence, and Writing, Bloomington
1990, ps. 13-50. En mi comentario de
Baxandall, Painting and Experience in Fifteenth Century Italy, Oxford
?experiencia social?, me he inspirado en 1V1.
1980.
1972; vease tambien G. Lakoff and M. Johnson, Metaphors We Live By, Chicago
de l'eeriture: Cuneiformes et hieroglyphes, Paris 1982 (cat?logo), ps.49-50.
15. A. lvlomigliano, ?History between Medicine
and Rhetoric?, en Ottavo contributo alia storia degli studi classi
ci e del mondo antico, Roma 1987, ps. 13-25, especialmente p. 13.
HAFO,
2, 32, 2004
35
o
JQ
o
exclusivamente
13. Vease
14. Naissance
c
o
u
u
N
o
E
o
X
Carlo
nes y palabras, algunas de las cuales son
difundidas
rescatadas y ampliamente
otras
mientras
en
ocultas
permanecen
el
digital. Pero, como argumente
antes, la diferencia entre, por un lado, los
caracteres e im?genes inmateriales pro
archivo
yectadas en las pantallas de nuestros
ordenadores y televisiones y, por otro, la
marca dejada por un anillo sellado o los
caracteres
inscritos
en una
de
tabla
cera,
es una diferencia de grado, no de tipo.
En los dias siguientes al 11 de septiembre,
se crearon treintamil p?ginas web
el
un
tema:
naba
archivo
information
que
almace
relatos
emocio
enorme,
factual,
fotografias, an?lisis
nales,
otros.
esta memoria
Pero
sobre
y
politicos
gigantesca
tam
era extremadamente
fragil. Como
las
web
tienen una
promedio,
p?ginas
vida effmera: sesenta dias, cien dias; solo
la mitad de ellas duran m?s de un ano.16
bien
Piat?n
recordar
el
menospreciaba
efectuado
por
acto
?caracteres
de
aje
nos?, en oposici?n a la sabiduria. Dado
el inmenso aparato recordatorio que
rodea a cada ciudadano del globo y el
incesante flujo de im?genes y palabras a
las que muchos est?n sometidos, es ten
tador
parafrasear
las
advertencias
de
<?Cu?l es el
preguntas:
impacto de estas im?genes y palabras?
<?Es superficial? <?Es profundo? <?Como
afecta a los individuos y sus elecciones
fundamentales? Estas preguntas no son
Piat?n
como
nuevas, desde luego, y se han propuesto
muchas respuestas. Pero, para irm?s alia
de estas especulaciones
superficiales,
necesitamos una arqueologia de la me
moria:
exploren
una
serie de monografias
las maneras
en que
que
las diferen
Cinzburc
tes capas de la memoria y la experiencia
interact?an con las vidas individuals
especificas, que son en simismas puntos
de intersection entre las diferentes con
sociales y culturales, tanto
figurations
presentes
como
pasadas.
9. Probablemente
muchos
historia
en
estar?n de acuerdo
la importancia de una arqueologia de la
dores
memoria.
orales
Pero
<?es la historia
el
instru
mas
apropiado para este proyec
to? ?No seria preferible la memoria? La
parecer
parad?jica;
pregunta
puede
desde mi punto de vista no lo es. Me
ment
refiero a dos fen?menos relativamente
recientes y en cierto modo relacionados:
(1) el enfasis generalizado en las implica
ciones polfticas y morales de la memoria;
(2) la tendencia a difuminar las fronteras
entre memoria e historia. Empezare con
unos comentarios sobre el primer fen?
meno, que evidentemente es familiar a
todos y mucho menos controvertido.
Para cualquier persona implicada en la
historia colonial, la memoria ha sido al
mismo tiempo un tema central y una
herramienta indispensable. En un terreno
hist?rico diferente, el fin del siglo xx
enfrent? a los academicos con la desapa
rici?n inminente de los Ultimos sobrevi
vientes de la Shoah, reforzando la impor
tancia ya asignada
al papel de la
memoria.
El
impulso
de
conservar
recuer
dos de un horror sin precedentes gener?
archivos,
museos
y
ceremonias
oflciales,
en Europa. Es
necesario explorar, grabar y difundir la
memoria porque ya es mucho lo que se
ha perdido en el olvido. Puede detectarse
como el Dia del Recuerdo
16. S. Vitali, Passato digitale. Le fonti dello storico nell'et? del computer, Milan
2004, p. 208 ss.
36
HAFO,
2, 32, 2004
y clobalizaci?n
Memoria
un sentimiento de obligaci?n moral hacia
las victimas en proyectos que se centran
tanto en los recuerdos de la Shoah como
en la historia de paises anteriormente
En ambos terrenos, la histo
ria ha proporcionado desde hace mucho
tiempo el marco que permite un examen
colonizados.
(asi como otros
el recuerdo con do
analitico de la memoria
temas): comparando
cumentos
escritos
o con
existentes,
docu
registrados especialmente para la
investigation, los investigadores evalua
ments
ban los recuerdos individuates.
Aqui podemos ver una intersection
dencia a absorber la historia dentro de la
memoria sobrevivir? a la desaparici?n
inminente (o no tan inminente) de las
modas
La
neoescepticas.
como
historia,
proyecto cognitivo y politico, ha sido
durante mucho tiempo parte de una tra
dition europea definida y agresiva. En
un mundo m?s globalizado, los esfuerzos
dirigidos a provincianizar Europa (para
fr?se de Dipesh
la acertada
utilizar
ceder
mayor peso a
Chakrabarty) puede
la memoria
memoria,
cida
por
que a la historia, ya que
u
de una
todas
las
otra
es
forma,
sociedades
la
cono
humanas.18
con el segundo fen?meno del que he
hablado antes: una tendencia a difumi
nar las fronteras entre memoria e histo
Es posible que la memoria herede algu
nas de las funciones civicas realizadas
por la historia en los dos Ultimos siglos;
ria, cambiando el equilibrio entre, por
ejemplo, documentos humanos emotio
mente a las ambiciones
este
pero
cambio
no
afectar?
cognitivas de la
nales (procedentes de los testigos, las
victimas o los perpetradores) y un enfo
que cienrifico impartial. Este ultimo se
historia,
que
personalmente
con
mis
fuerzas.
medida
intento
ha hecho cada vez m?s impopular en la
en que evidencia su incapacidad
de abordar las implicaciones morales y
politicas de nuestra relation con el pasa
do.
como
tanto profesionales
Para muchos,
no
la memoria
profesionales,
pare
ce hoy m?s apropiada que la historia
para ocuparse de la demanda de una
retribution simb?lica. El limitado poder
curativo de la historia ha sido utilizado
como
argumento
sus
contra
ambiciones
cognitivas: una actitud reforzada por los
enfoques neoescepticos de la historia, la
fllosofia y la literatura, que pueden
incluirse en general bajo
Pero
?posmodernismo?.17
la rubrica de
creo
que
la ten
todas
necesaria
comparto
sin embargo, el
momento,
m?s
aunque
significativo,
definitivamente no concluyente, de difu
10. De
la frontera entre la historia y la
procede de un pensador pro
fundamente arraigado en la tradition
intelectual europea: Paul Ricoeur. Su
minar
memoria
imponente libro, La memoire, Vhistoire,
l'oubli (traducido como La memoria, la
historia, el olvido) empieza con una lec
tura perspicaz de los textos con los que
he empezado yo: Fedro de Piat?n y De la
memoria y el recuerdo de Aristoteles.19
Ricoeur toma una frase del ultimo ??Pero
como lema
la memoria es del pasado??
de su investigation, destacando
el des
17. Tr?te este tema en mi libro History, Rhetoric, and Proof, Hanover y Londres, 1999.
?The Social Function of the Past: Some Questions?, Past and Present 55, mayo
18. E. Hobsbawm,
1972,
ps. 3-17. ?. Chakrabarty, Provincializing Europe. Postcolonial Thought and Historical Difference, Princeton 2000.
19. Paris 2000
HAFO,
(Traducci?n
2, 32, 2004
37
espanola,
lVladrid 2003).
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E
o
I
Carlo
truir un puente entre la memoria y la
historia a fin de fomentar las eondiciones
precio absoluto por parte de Piat?n de la
dimension temporal de la memoria. A
Ricoeur
continuaei?n,
las
observa
no
aflr
maeiones de Aristoteles sobre los recuer
dos como impresiones desde la position
por algunos
estrategica proporcionada
historiadores del siglo xx que reflexiona
ron sobre las impresiones y pistas.20
reux).25
con
tima palabra
esta
idea
constantemente
como
del
enfrenta
libro, cuando
de
con
pronto
el
otro
mezcla
toria y el olvido?.23
Ricoeur
enfoca
los
temas
relacionados
del perd?n y la mala memoria desde una
perspectiva politica. Se centra repetida
mente en el caso de Vichy y las diferen
tes maneras
en que
Francia
ha
abordado
este capitulo reprimido de su pasado his
t?rico.24
Parece
que
Ricoeur
quiere
cons
finalmente
es
se
Ricoeur
La
infranqueable.26
del
lo
ve
ul
libro de Ricoeur
es
inacabado.
de reflexion te?rica sostenida y
doloroso y esquivo. Pero su
tema principal ?la
va
ria?
alcanzando
polftica de la memo
vez
cada
m?s
rele
en nuestro mundo globalizado.
^C?mo deberia abordar un pais su pasa
do, especialmente cuando a menudo eso
significa abordarlo como una carga? En
vancia
se
surge el tema que unifica el libro de
Ricoeur: ?El olvido, si existe, es el hori
zonte compartido por la memoria, la his
?memo
autoan?lisis
?enigma?,
que tambien est? enterrado en el pasado:
la culpa. Con esta culpa sin especiflcar
una
11. La memoire, Vhistoire, Voubli es
obra altamente idiosincr?tica: una
?enig
lector
de
una
ma??21 lY por que se califlca de ?tormen
to??22 Una
respuesta posible, aunque
oblicua, a estas preguntas aparece al
final
general,
?inachevement?,
<?porque se etiqueta
Pero
Pero
la memoria
y
enterrados
acontecimientos
a nivel
obligado a admitir que ninguno de los
dos es posible. El vacio entre la historia
cerebro) como un puente entre la memo
ria y la historia. Una y otra vez Ricoeur
vuelve a las impresiones que est?n rela
cionadas
solo,
ria feliz? (memoire heureuse), sino tam
bien de un ?olvido feliz? (oubli heu
Ricoeur explora la posibilidad de inter
pretar la idea de las impresiones (en
pruebas documentales, en la psique en el
en el pasado.
Cinzburg
las ultimas decadas, esta pregunta se ha
formulado a muchos niveles diferentes
en todo el mundo. Empecemos por el
mundo academico. Recientemente, gran
cantidad
de
y revistas
monogr?ficas han producido innumera
bles articulos sobre la memoria y el olvi
do.
Destacare,
conferencias
como
especialmente
rele
vante, Usages de Voubli (Usos del olvido),
un librito basado en una conferencia que
se celebr? en Royaumont
en 1987,
ensa
adem?s
del
remarcable
que incluye,
de
Nicole
Loraux
sobre
la
amnistia
yo
20. P. Ricoeur, Lamemoire, I'histoire, I'oubli, ps. 156, 219-22 (M. Bloch; C. Ginzburg).
21. "Ricoeur,La memoire, ps. 474, 511, 538.
22. Ricoeur, La memoire, p. 543: ?problematique centrale de Tim age-souvenir, ? savoir la dialectique
ce, d'absence et de distance qui a inaugure, accompagne et tourmente notre recherche?.
23. Ricoeur, La memoire, p. 593.
24. Ricoeur, La memoire, ps. 109, 581-84.
25. Ricoeur, La memoire, ps. 643 ff., 650 ss., especialmente
26. Ricoeur, La memoire, p. 643.
de presen
654.
38
HAFO,
2, 32, 2004
y globalizaci?n
Memoria
griega, una serie de densas ?Reflexiones
sobre el olvido? de Yosef Yerushalmi.27 Al
final de su trabajo, Yerushalmi, autor de
Zajor
hebrea
-palabra
en
?recuerda?
forma
que
significa
incluia
imperativa-
algunas reflexiones sobre el juicio de
Klaus Barbie, el infame jefe de la Gestapo
en Lyon, y se preguntaba si ?la justicia,
m?s que la memoria, podria ser lo con
trario
del
olvido?.28
arzobispo Desmond Tutu dijo del apar
theid: ?Todo el mundo est? de acuerdo en
que Sur?frica tiene que lidiar con esta
historia y su legado?.30 Est? claro que el
objetivo de la comisi?n no era, en un
sentido estricto, la recuperation de la
verdad hist?rica; <?era la justicia, pues?
Si, aunque mucha gente pens? que la
decision m?s controvertida de la comi
si?n ?la
amnistia
indiscriminada
para
los perpetradores de delitos de
motivation politica que estuviesen dis
puestos a hacer una confesi?n completa
todos
12. Empece enfocando la memoria en
su dimension cognitiva, considerando
la oposici?n entre oralidad y escritura. La
pregunta de Yerushalmi abre una pers
pectiva diferente, basada en la oposici?n
entre olvido y justicia. El primer enfoque
subraya lo cognitivo, el segundo las
dimensiones moral, juridica y polftica de
la memoria; pero es evidente que los dos
son
enfoques
Se
complementarios.
nece
sitaria otro trabajo para hacer un an?lisis
adecuado
de
en que
la manera
se solapan
e interact?an
estas dimensiones
en
la
esfera de las politicas de la memoria. Me
a
limitare
unos
cuantos
comentarios
sobre un fen?meno asombroso: las comi
siones constituidas en diversas partes del
en Africa
mundo
(pero especialmente
en
Latinoamerica) para investigar las
y
violaciones
pasado
de
reciente
derechos
y
no
tan
humanos
reciente.29
del
El
ejemplo m?s famoso es la Comisi?n de la
Verdad y la Reconciliation de Sur?frica,
activa entre 1995 y 1998. En su informe
final como presidente de la comisi?n, el
y
era
detallada?
una
burda
ofensa
con
tra la justicia. Pero la singularidad hist?
rica de la comisi?n consistia en su pro
fundo compromiso con el poder curativo
de la memoria, en oposici?n al olvido.
?Las duras realidades
Tutu,
tenian
del pasado?,
conocerse
que
a fin de
dijo
con
seguir la ?unidad national a traves de la
verdad y la reconciliation.
Seguimos
convencidos
de que no puede haber
curaci?n
sin verdad?.31
Muchas
victimas del apartheid y las
familias de las victimas presenciaron la
declaration detallada en el juicio de tor
turadores y asesinos del regimen caido:
la experiencia debi? de ser inexpresa
blemente dolorosa. Pero nadie les pidi?
que perdonasen, nadie les sugiri? que
olvidasen. Aunque posteriormente publi
co un libro titulado No Future without
Forgiveness, en el informe de su comi
si?n, Tutu utiliz? la palabra ?perd?n?
una sola vez. Se imaginaba a uno de los
27. Y. H. Yerushalmi
etat, Usages de I'oubli, Pan's 1988.
28. Y. H. Yerushalmi, ?Reflexions sur l'oubli?, en Usages de I'oubli, p. 20.
29. K. Christie, The South African TruthCommission, Londres 2000, ps. 54-55,
memoire, ps. 624 ss.
30. Truth and Reconciliation Commission of South Africa Report, 1,Bath
1,p. 2.
31. Truth and Reconciliation Commission,
HAFO,
2, 32, 2004
39
58-59. Vease
1999, p.
1.
tambien Rieceur, La
c
;0
O
D
N
o
.0
O
"5?
>*
o
Z
o
E
o
X
Carlo
lideres del apartheid diciendo: ?Nuestro
sistema era malo y tuvo consecuencias
horribles. Os ruego que nos perdoneis.
Sin
reservas?.32
En
este
caso,
la
llamada
se habria dirigido a las victimas, a sus
a la poblaci?n
negra de
parientes,
Sur?frica.
canos
Pero,
a nosotros,
en
otros
las
casos,
peticiones
mas
cer
solem
nes de perd?n por acontecimientos que
tuvieron lugar hace siglos, tienen un
aire ambiguo, ya que nadie parece tener
derecho a perdonar a nadie.
Cinzburc
13. En el mundo que habitamos, des
garrado por tantas enemistades intermi
nables, insistir solo en el poder curativo
de la memoria seria una frivolidad. La
memoria
es
una
fuerza
ambivalente:
puede
inspirar fidelidad, resistencia,
intolerancia
odio,
ciega. La memoria es
un pharmakon, como dijo Piat?n de la
escritura: medicina
y veneno
al mismo
tiempo.33
Traducci?n
de Dolors
Udina
32. Truth and Reconciliation Commission, 1,ps. 18-19.
33. La ambivalencia de pharmakon queda subrayada desde otra perspectiva por J. Derrida, en ?La pharmacie
Piaton?, en Id., La dissemination, Pan's, 1972.
40
HAFO,
de
2, 32, 2004
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