transcripción

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Septiembre 3
No Habrá Refresco Hoy
Lea: Eclesiastés 5:1-6
Mantén tus promesas
Versículo Clave
Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás. Deuteronomio 23:23
Niño: “No puedo comprar un refresco. Prometí renunciar a un refresco cada semana. Con
ese dinero colaboraré para el hogar de los niños.
CHARLIE: ¿Cumples lo que prometes?
Hola soy el tío Charlie, bienvenidos a Tesoros para niños. No habrá refresco hoy es el título
de nuestra historia. Vamos a leer lo que dice la Biblia en Eclesiastés capítulo 5 versículos 4 Y
5 “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los
insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no
cumplas.” Nuestra historia, No habrá refresco hoy.
Chad escuchó mientras el conferenciante misionero para los niños contó historias de su
ministerio en un territorio extranjero “en ese país hay muchos niños huérfanos,” dijo el señor
Ross. “Si pudiéramos construir un hogar para ellos, podríamos tener muchas más
oportunidades para enseñarles acerca de Jesús y ganarlos para Él. Muchachos y
muchachas, ¿orarán ustedes regularmente que Dios haga posible para nosotros construir
ese hogar?” Las cabezas – incluyendo la de Chad – estaban asintiendo en todo el salón.
“¿También harían ustedes algo más?” continuó el señor Ross. “¿Simplemente renunciarían
ustedes a un refresco cada semana, o quizás a un dulce, y darían esa cantidad de dinero – el
precio de ese artículo al Señor para ser utilizado para ese hogar? ¿Están ustedes dispuestos
a hacer eso?” De nuevo Chad sintió su cabeza asintiendo y vió que sus amigos Clay y Tate
también estaban asintiendo con la cabeza.
Unas semanas más tarde, los tres muchachos iban en bicicletas a sus casas después de una
práctica de pelota. “Es tan caluroso,” dijo Tate “Vamos a comprar refrescos en la estación de
gasolina.”
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Mientras sacaban sus monedas, Chad recordó su promesa. “No puedo comprar una,” gimió
él. “Yo prometí renunciar a un refresco cada semana para el hogar de los niños. Ya es
sábado, y aún no lo he hecho esta semana.”
“Yo tampoco,” dijo Clay. “Siempre me olvido. Si me acuerdo, trataré de renunciar a los dos la
próxima semana.”
“Sip” estuvo de acuerdo Tate. “Ahora mismo tengo mucha sed.”
Chad se sintió herido mientras sus amigos se tomaban los refrescos y se burlaban de él por
no unirse.
Esa noche Chad estaba muy silencioso. “¿Algo anda mal?” preguntó su padre.
“Sip.” Asintió Chad con la cabeza. Él contó a su padre acerca de sus amigos. “Yo estuve
enfadado en todo el camino a casa porque sabía que habían roto sus promesas,” dijo él,
“pero después recordé algo.”
Chad titubeó, después añadió, “Yo soy tan malo como ellos. Como había prometido, yo
renuncié a un refresco cada semana. Pero también dije que oraría por el señor Ross y el
hogar de los niños. No he hecho mucho de eso.”
Su padre asintió pensativamente. “Gracias por recordarme que las promesas no son para
tomarlas a la ligera,” dijo él. “En la Biblia, las promesas solemnes son llamadas votos. Dios
dice que es mejor no hacer un voto que hacerlo y no mantenerlo. Es importante mantener
cada promesa que hacemos.”
¿Siempre mantienes tus votos – tus promesas? Dios siempre mantiene la Suya, y Él espera
que tú también lo hagas – ya sea que involucre dar dinero o hacer alguna tarea. Así que sé
cuidadoso al hacer promesas. Si no estás seguro de ser capaz de hacer algo, no lo
prometas. Pide por la sabiduría de Dios con respecto a hacer promesas, y sigue su
puntualidad. Luego asegúrate de mantener la promesa que hagas.
Deuteronomio 23:23 dice: Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo
cumplirás. La clave es: Mantén tus promesas. Soy el tío Charlie Tú escuchas esto porque
Dios ama a los niños. Hasta la próxima.
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