Querida M. Carmen Gracias. Es, sinceramente, la primera palabra que viene a nuestra mente…gracias por tantas y tantas cosas. Podríamos hacer un listado de motivos por los que agradecer todos estos años en la dirección del colegio, pero corremos el riesgo de que este momento se prolongue demasiado. Seguramente muchos nos quedaríamos con tu compromiso y dedicación en cuerpo y alma, dentro y fuera del colegio, a deshoras…otros nos quedaríamos con tu consejo, tu comentario o tu indicación para mejorar nuestro día a día…otros, con tu paciencia con lo revoltosos que siempre somos en los claustros, o con tu cercanía y ese trato personal que en momentos delicados siempre has sabido darnos. A pesar de todo esto, de momentos más difíciles, de estrés o ansiedad, de algún que otro desencuentro con padres, alumnos o compañeros, has ido superando obstáculos gracias a tu dedicación, compromiso, serenidad e ilusión en tu trabajo. Queremos que sepas que tienes todo nuestro reconocimiento por la labor realizada, por el reto que supuso para ti a nivel personal el ser la primera directora seglar de la Congregación, desempeñando tu trabajo con humildad y discreción. Puedes sentirte orgullosa de la confianza depositada en tu persona, confianza que nos has transmitido a diario, cosa que por otro lado, no nos sorprende en absoluto. Sabemos que disfrutas mucho cuando compartimos momentos de ocio y convivencia, ya sólo nos queda verte arrancarte por sevillanas. Un día, hace ya algunos años, Juande y tú tuvisteis el sueño de transformar nuestro colegio. Ese esfuerzo conjunto y la perseverancia por conseguirlo ya ha dado sus frutos. Sin vosotros no habría sido posible. Tus compañeros