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PERIODISMO Y LITERATURA DE MAYO
El lapso comprendido entre 1800 y 1830 en las Provincias Unidas del Río de La Plata, estuvo signado por hechos políticos, militares,
sociales, económicos y culturales que deben ser tenidos en cuenta para la comprensión de las realizaciones literarias. El territorio del
antiguo Virreinato del Río de La Plata pasó del carácter de Colonia al de Nación, y los nativos cambiaron su condición de vasallos de la
corona española por la de ciudadanos libres.
Pese a lo cual, la fisonomía cultural del Virreinato del Río de La Plata, primero, y el de las Provincias Unidas, después, ofreció relativa
continuidad de rasgos, ya que las condiciones culturales no habían cambiado demasiado: una ínfima minoría letrada y mayorías –urbanas, suburbanas y campesinas- analfabetas.
En esos treinta años (1800- 1830) transcurrieron dos promociones intelectuales en lo que ya cabe, según el profesor Raúl Castagnino,
denominar “cultura y letras argentinas”, dado que es lícito suponer que una literatura nacional comenzó con el surgimiento de la Nación.
Ambas generaciones o promociones eran semejantes en formación, orientaciones y gustos: la primera, tuvo una participación activa
desde los primeros días del siglo XIX en la gestación de la Patria Nueva; y –aunque en su seno hubo renovadores y reaccionarios,
progresistas y conservadores, dejó un saldo positivo y básico. No tuvo escritores con vocación literaria, pues era la ocasión política la
que los movía a valerse de la pluma para servir a sus ideas o a la causa política abrazada. De allí que escribieran en periódicos, a veces
efímeros y en hojas volanderas. Sin embargo, muchos de ellos, llamados “poetas de la Revolución” (Fray Cayetano Rodríguez, Vicente
López y Planes Esteban de Luca, Bartolomé Hidalgo, entre otros) escribieron versos patrióticos con el fin de encender el fervor ciudadano. Algunos fogosos políticos como Mariano Moreno y Bernardo de Monteagudo, ejercitaron lo que puede llamarse nuestro primer
periodismo, a través de prosas militantes, junto a un teórico moderado, el deán Gregorio Funes, que intentó acercarse a la filosofía y la
historia del proceso.
La segunda promoción de intelectuales, nucleada hacia 1821 en torno de la figura de Bernardino Rivadavia, estuvo formada por los que
eran apenas niños o adolescentes en los primeros días de la Gesta Maya. Agrupó a jóvenes liberales y progresistas conocidos también
como los “unitarios del 25” (según los denominó Sarmiento); eran europeizantes, razonadores, emprendedores. Entre ellos, Juan Cruz
Varela (1794- 1839) surge como el primer escritor “nacido con vocación poética” en el Río de La Plata; fue el primero que ordena, en
1831, los originales de un propio libro de poemas.
Es decir que, si bien la primera generación produjo una literatura ocasional, a medio camino con el periodismo, tampoco los de las segunda promoción encontraron un terreno consolidado para el desarrollo de una labor exclusivamente literaria: todo era fórmula y, aún
esta temática que podría llamarse argentina, siguió montada en una estructura formal que podría denominarse española.
Así es que las expresiones literarias rioplatenses hasta 1830- salvo brotes populares y gauchescos tempranos-, difieren en poco de lo hispano, de la Colonia, aunque se busque acompañar la libertad política con la mental. Y esa fue -precisamente- la tarea de los intelectuales
periodistas y literatos, como Sarmiento.
Las sociedades fueron elementos aglutinantes entre los jóvenes del Buenos Aires de 1800- 1830, surgidas muchas veces en torno a
periódicos. Tal es el caso de los hombres anteriores a la Revolución de Mayo en la Sociedad Patriótica, Literaria y Económica que funcionó en relación con el periódico Telégrafo Mercantil.
Luego, en 1811, surgió la Sociedad Patriótica. Constituida por adictos a Moreno, se reunían en el café de Marcos y leían cada noche
escritos de acción política y oratoria, más que literatura.
Especial Efemérides. 7 de Junio. Dirección de Producción de Contenidos. DGCyE.
Durante el Directorio de Juan Martín de Pueyrredón (1817), se fundó la Sociedad el Buen Gusto en el Teatro, entidad destinada oficialmente a fomentar la creación dramática, bajo el lema: “El teatro es instrumento de gobierno”.
La acción de Rivadavia fue constante en los intentos de agrupar personalidades de gustos y tendencias afines, tanto en su tertulia personal como asociaciones; así surgieron durante su cargo de ministro de la gobernación de Martín Rodríguez, la Sociedad Literaria de
Buenos Aires, la Sociedad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Sociedad de Beneficencia y la Sociedad Filarmónica, entre otras.
La Sociedad Literaria publicó su periódico bisemanal El Argos de Buenos Aires, y la revista La abeja argentina. Sin embargo, las vicisitudes políticas impidieron concretar de modo sólido sus actividades, y en 1824, sus miembros decidieron disolverla.
Por 1822, con el objeto de vigilar la marcha de las instituciones, se fundó la Sociedad Amigos del País, de breve vida, pero proyectada
literariamente a través del periódico El Ambigú de Buenos Aires.
Más adelante, hacia 1840-1850, fue Sarmiento quien cultivó el género periodístico y el literario, en clara muestra de que los periódicos
eran entonces vehículo de cruzadas polémicas culturales en sentido amplio del término: se debatían a través suyo tanto ideas políticas,
como posicionamientos estéticos.
El propio Sarmiento confesó:
“Quiero contar cómo se sostenían aquellas polémicas puramente literarias a veces, y cómo se apasionaban las poblaciones, siguiendo las
peripecias de duelos en que corría mucha tinta, y entre galicismos y barbarismos, se cruzaban excelentes y buenas ideas.”
“La verdad es que hicimos mucho bien, despertando a la juventud, iniciando mejoras, creando diarios, escribiendo; y escribiendo cosas
buenas, hijas de esa misma exaltación febril del espíritu (…) y en cien artículos de la prensa de diversas plumas la agitación hasta Bolivia, hasta el Perú, donde tomaban interés todas las gentes de letras de aquellos debates.”
“¿Qué extraño que escribiese yo, si desde mi primer ensayo encontré tal aprobación del público, que un artículo anónimo en “El Mercurio” de Valparaíso que en verdad un acontecimiento político y literario por aquellos mundo y en aquellos tiempos?”
Sarmiento, Domingo F.: “Reminiscencias de la vida literaria” en Memorias, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1915.
En conclusión, vemos que todas las mencionadas asociaciones estuvieron afectadas por la inestabilidad política y su acción estrictamente literaria fue de poca monta. Sin embargo, interesa consignar su existencia porque revelan el espíritu democrático rioplatense y
-a lo largo del siglo XIX especialmente- , la intrínseca relación que hubo en los orígenes de nuestra cultura nacional, entre literatura y
periodismo.
*Aclaración: Se respetó la ortografía de la fuente documental.
Especial Efemérides. 7 de Junio. Dirección de Producción de Contenidos. DGCyE.
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